Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 42 II "De campamento"

La noche cayó y envolvió el cielo con su negro manto. El bosque que nos rodeaba cambió por completo. Habían muchas sombras. Los sonidos producidos por el viento, al soplar a través de la copa de los árboles, el crujir de las hojas secas y las ramas; y el cantar de los búhos se escuchaban con mayor claridad. Entre toda la oscuridad resaltaba un punto luminoso de tonalidades que iban entre rojo, amarillo y naranja: nuestra hoguera.

Estábamos sentados alrededor de ella asando malvadiscos y salchichas. Los habíamos encajados en varas delgadas. Lisa se encontraba sentada sobre una roca. A su derecha estaba Calvin. El otro gemelo se acomodó frente a la matriarca. Michael, estaba sobre un tronco fumándose otro cigarrillo. Dylan, cocinaba sobre el fuego tres malvadiscos a la vez y en la misma vara. Yo, me senté junto a Lucas. Disfrutaba del contenido de una bolsa de crujientes patatas fritas."Hola a todos". Escuchamos la voz de Brenda. Recién había salido de la tienda. Frank iba detrás de ella.

—¡Qué honor! La parejita real por fin se dignó a acompañarnos—Bromeó Michael e hizo un amago de reverencia.

Todos aplaudimos. Hicimos que los chicos sonrieran. Frank se sentó sobre uno de los troncos. A la izquierda de Lisa. Dejó entre ellos dos metros de distancia, aproximadamente.

—Se han perdido gran parte de la diversión, por estar metidos en la tienda toda la tarde—afirmó Calvin.

—Y hay una buena razón para eso—Brenda apartó un poco de cabello que estorbaba sobre sus hombros y luego se sentó en medio de Frank y Lisa—Estábamos dormidos.

Los que conocíamos sobre la relación pasada entre Lisa con Frank pusimos unas caras de asombro; cuando vimos que Brenda se sentó junto a ella. Pero inmediatamente disimulamos.

—Por eso te ves fresca como una rosa—Extendí mi brazo con el paquete de papatas—¿Quieres, Bren?

Brenda le brindó a la envoltura una expresión de desagrado mientras se sobaba la barriga. Negó con la cabeza.

—Gracias, pero aún tengo el estómago revuelto.

—No te preocupes. Comprendo a la perfección. Yo también me he emborrachado—Miré a Frank sin nada de sutileza y me reí.

Él sonrió. Lucas, al ver lo indicios de complicidad en nuestro intercambio de miradas no dudó en aclarar su garganta.

—¿Me perdí de algo?

—No te pongas nervioso "cabellos de trigo"—Dijo el pelinegro tatuado—No pasa nada malo.

—Resulta que...—Le expliqué—En la despedida de soltera de Jenna nos pasamos un poquito de tragos. Casualmente Frank andaba por ahí y nos llevó a casa.

—Recuerda que también las salvé de un grupo de delincuentes juveniles.

—¡¿Qué?!—La cara de Lucas era un batido de enojo, sorpresa y seriedad.
Mi respiración se cortó en el momento en el que él se giró a mirarme.—¿Es eso cierto, Natasha?

—Sí, pero...

—¿Y por qué no me dijiste nada?¿Por qué no me llamaste? Yo te hubiera ido a buscar.

—Mi teléfono se quedó sin batería. Además no fue una actividad planeada, sólo ocurrió.

—Natasha, tienes la horrorosa y mala costumbre de meterte en problemas cuando yo no estoy cerca.—Lucas me regañó como si fuera mi padre.

—¿No te parece que estás exagerando mucho?—Fruncí el ceño.

—No discutan que no fue tan malo— Brenda se tiró sobre Frank y rodeó su cuello—Ese día fue que nos conocimos y mírennos ahora—Acercó su rostro al de su novio. Lo besó en la mejilla.

Lisa evitaba observar las escenas románticas entre su ex y la novia de él. Giraba la cara hacia otro lado o simplemente cambiaba el tema de la conversación. Ella disimulaba, pero no por eso su cara dejaba de reflejar el inmenso desagrado que la estaba invadiendo. Suspiró con fuerza y pasó su mano desde su frente hasta el cabello. Lucas la observó fijamente. Supongo que estaba preocupado. La vista de ella recorrió la hoguera, los rostros de los gemelos, Michael y terminó posándose en los ojos de Dylan.

Este le dijo por lo bajo "Cálmate" a lo que ella asintió con la cabeza. Después dejó escapar otro enorme suspiro desde lo más profundo de su, algo adolorido, pecho. Todos los presentes (exceptuando a Brenda) sabíamos que Lisa estaba colapsando de celos. Eso hizo surgir una duda en mi cabeza. Toqué la espalda de Lucas para que girarse a mirarme.

—¿Qué quieres?—No hizo ni un movimiento, ni gesto para mirarme.

—Preguntarte algo. Acerca tu oído.

—No.

Tomé la manga de su sudadera y empecé a agitarla.

—Sé que estás enojado por lo de la despedida de soltera de Jenna, pero sólo es una pregunta.

—¡Qué no quiero hablar contigo!—Susurró.

—Si me respondes te dejo en paz.

Lucas me miró al fin.—Está bien pero que sea rápido.

Sonreí de lado y me acerqué al oído de él. Siempre cuidando de que no se notara que andábamos comentando por lo bajo.

—¿Lisa sabía que Frank vendría con Brenda?—Pregunté en un susurro casi inaudible. Lucas movió lentamente la cabeza de arriba hacia abajo en señal de afirmación— Entonces ¿Por qué aceptó venir?

Él me contestó con la misma discreción.

—Ella dijo que lo había superado, pero está claro que no es cierto.

Brenda ignoraba todas las señales que indicaban que algo raro pasaba. A pesar de que la tensión que había en el ambiente se podía cortar con un cuchillo ella traía puesta su más amplia sonrisa y no se separaba del cuello de Frank, ni de sus labios, por nada mundo.

—Pues a mi también me gustaría hacerme un tatuaje—Añadió Brenda mirándose los brazos—Frank, ¿En cuál local te hiciste los tuyos?

—En el de un amigo. Si quieres te llevo.

—Perfecto, mi amor.

—¿Qué te gustaría hacerte Bren?—Le pregunté.

—Siempre he querido tatuarme una frase muy linda con letras chinas.—Le habló a Frank luego—Tal vez me escriba alguna de las que tienes tú.

—Si quieres...—Contestó su novio.

—Vamos. Quítate la camiseta para poder leerlas y escoger alguna.—Pidió Bren.

—Nena, no puedo hacer eso ¿No ves que causaría muchas erecciones?

—No tengas miedo guapo...—Kevin imitó los gestos y la voz de una mujer.

—No te haremos daño—El otro gemelo le siguió el compás.

—Quítate la camisa—Bromeó Michael—.Tienes unos pezones que son...¡Oh, my God! Ya estoy duro.

Brenda, Lucas y yo reímos tanto que no sé como no nos desmayamos. La pobre Lisa miraba a todos frunciendo el ceño y tratando de forzar una sonrisa.

—Frank, no te hagas de rogar—imploró su novia entre risas—. Tus fans esperan. Además, sólo será un minuto.

—Bueno, bueno si es la voz del pueblo yo hago un esfuerzo.

Frank olvidó por un momento que Lisa estaba muy cerca. Desde el ángulo donde ella estaba podría observar sus músculos definidos, sus tatuajes bien hechos y el brillo corporal que le provocaban las gotas de sudor sobre la piel.
El Salvavidas Tatuado, es pura censura y sensualidad volcánica por si solo. A eso, sumemos la calma con la que se fue quitando la holgada camiseta. Dejó ver, poco a poco, los perfectos trazos de los dibujos que adornaban su esbelta y fornida figura.

—¡Ay, papi!—Gritó Michael—¡Qué rico!

—"Nunca perderé las esperanzas".—Empezó a leer Brenda siguiendo las letras con la punta de su dedo índice.—
"Seré fuerte y resistiré como un guerrero". "Seré una excelente persona con todos los que me rodean". "Amaré con todo mi ser a quién también me ame"....—Hizo una pausa cuando las palabras concluyeron—Son frases hermosas—Expresó con una sonrisa gigantesca.

—Y además, tienen un gran significado—comenzó a explicar el pelinegro—. Son el aliento, el consejo, son llevar sobre mi cuerpo el recordatorio de como quiero ser: perseverante, fuerte, buena persona y lo más importante—Su mirada se desvió y cayó casi a propósito sobre Lisa—quiero ser amado.

—No te preocupes por eso,—dijo Brenda con cierto brillo en la mirada—yo te quiero mucho.

La reacción de Lisa al escuchar todo aquello fue pararse e intentar irse a su tienda de campaña.

—¡Lisa! No te vayas aún, por favor— pidió Brenda.

Foxtrot se detuvo en seco.

—Quiero hacer algo divertido y si tú te vas no va a ser lo mismo.

Brenda es una chica divertida, algo demente, infantil y en ocasiones, una imprudente. Pero no hubiera estado tan apegada a Frank ni le hubiese pedido a Lisa que se quedara un poco más si tuviera; siquiera, alguna sospecha de que entre ellos existió algo en el pasado. Lisa, al parecer, sintió que Brenda sólo intentaba ser amable. Así que regresó a su lugar.

—Ok, me quedo; pero nada solo unos minutos más. Estoy exhausta.

—Muy bien bonita—Dijo Michael a Brenda. Lanzó lo que quedaba de su cigarrillo a la fogata—¿Cuál es tu plan de diversión?

—Jugar a "Secreto o Desafío".

—Pero eso es un juego de niños—Se quejó Kevin.

—No necesariamente—Explicó Brenda—depende del tono que le pongas a las preguntas. Por ejemplo, empiezo yo. ¡Dylan!

—¿Qué?—Respondió exaltado.

—¿Secreto o Desafío?

—Mmm...—Quedó pensativo un momento—¡Secreto!—Exclamó sonriendo.

—¿Cuál ha sido tu récord de masturbación en un día?

—Así que empezamos fuerte. Veamos—comenzó a recordar—Hace unos días estaba navegando por Internet y encontré una película pornográfica muy buena que me inspiró para tocarme unas ocho veces seguidas.

—¡Venga ya! ¡Mentiroso de mierda!—Habló Kevin—Si eso fuese verdad, ya estarías muerto.

—Veamos tú, señor sabelotodo—repondió Dylan—Dinos, si te atreves ¿Cuántas veces te has venido en un momento inapropiado?

—Ninguna, obviamente.

Calvin aclaró su garganta y lo miró con incredulidad.—No vayas a decir que no recuerdas lo que pasó con Jessica.

—¡No seas idiota! Eso ocurrió porque ella me gustaba mucho. Además, yo tenía catorce años.

—¿Y qué fue lo que pasó?—Brenda se veía intrigada.

—¿Quién demonios es Jessica?—Preguntó Lisa.

Kevin rascó su cabeza nervioso y algo sonrojado por la vergüenza.—Bueno...es...este...

—Ya repondo yo por ti hermanito, que pareces un cassette rayado. Jessica era nuestra profesora de matemáticas en nuestra antigua escuela. Kevin se enamoró de ella y un día se corrió en los pantalones porque ella lo tomó del brazo.

—¡Te voy a matar Calvin!—La cara de Kevin era una nube de tormenta.

—Tú no harías eso. Eres mi hermano y me quieres.

—Creo que me puedo acostumbrar perfectamente a ser hijo único.

—Vamos a continuar con el juego, por favor—Clamó la voz de Lisa con bastante incomodidad.

—Cuando regresen a su casa podrán matarse con calma—Lucas se encogió de hombros con indiferencia.

—¿Ahora, de quién es el turno de jugar?—Pregunté.

Kevin alzó su mano—El mío.

Michael se levantó. Buscó una botella de tequila que estaba en su equipaje para compartirla.
Tomamos de esa deliciosa bebida. Fumamos cigarrilllos mentolados. Nos reímos de las tonterías que decían los chicos, de los retos y de las preguntas. Bailamos un poco con canciones que cantamos a todo pulmón.

Luego de varias rondas llegó nuevamente el turno de Mike.

—Frank.—La pronunciación de las palabras que salían de la boca de Michael, ya estaba afectada por el alcohol—Tú, que sabes de eso mejor que nadie ¿Quién crees que sea mejor en la cama, Brenda o...?—Dejó de hablar porque una piedra de tamaño mediano golpeó con fuerza su frente. Colocó su mano sobre el área impactada a la par que dejaba escapar un quejido de dolor —¡Aaah!

—¡Ups! Discúlpame—Expresó Lisa y mostró un poco de falsa inocencia en el tono de su voz—Creí que había un oso detrás de ti, pero veo que me confundí con una rama ¿Qué era lo que estabas diciendo?—Lo fulminó con la mirada.

El gesto fue más que claro. Lisa le quiso decir "No te atrevas a mencionarme en esa pregunta".

Michael la miró e más hizo gestos de dolor. Sin dejar de sobar la zona golpeada.

—Frank te estaba preguntando...¿Quién crees que sea mejor en la cama, tu novia o alguna famosa actriz?

Frank soltó un suspiro de alivio— Brenda, obviamente.

Ella sonrió ampliamente.

El de los ojos como safiros, buscó con la mirada a quien sería víctima de su pregunta.

—Natasha.—Dijo rápidamente.

—Dime.

—¿Existe alguna parte de tu cuerpo que te gustaría cambiar?

—Anjá.—contesté alzando ambas cejas.

—¿Cuál?

—Mis senos.

Lucas me miró y arrugó la frente. No se lo podía creer.

—¿Estás tan loca? Tus pechos son hermosos.

—Según tú, pero yo quisiera tenerlos más grandes.

—Como quieras, Natasha. Pero yo no pienso pagarte unos implantes. Con mi mamá, ya hay bastante silicona en la familia.

—No pienso operarme. Simplemente me preguntaron que cambiaría de mi cuerpo y yo respondí.

Me acercó a él. Estaba feliz—Me alegra saberlo.

Lisa, hacía unos diez minutos que estaba mirando atentamente el movimiento del fuego y las chispas que de vez en cuando saltaban de este, como si las llamas fueran lo más interesante del mundo.

—¡Lisa!—Exclamé.

Ella salió bruscamente de sus pensamientos.—¿Qué?

—Es tu turno.

Llenó sus pulmones de aire y luego lo soltó todo de golpe—Pregunta lo que quieras. El tequila hizo su trabajo y ya todo me da igual.

A pesar de la agradable conversación, que nosotras tuvimos hacía unas horas, no me sentía con las condiciones necesarias para formularle una pregunta demasiado personal.

—Lisa—Tocí un poco por los nervios—¿Has asistido a algún festival de música?

Ella sonrió de lado—¿Por qué quieres saber algo tan simple?

—No lo sé.—Me encogí de hombros—Tal vez porque sería la primera pregunta más o menos sana que se oirá esta noche.

Y no exageraba. Desde que Brenda le preguntó a Dylan cuál era su "récord de masturbación" todas las demás preguntas y retos tuvieron un toque de picante. Tanto así que los chicos tuvieron que bailar twerquin durante tres minutos. Nos enteramos que Michael acosa a sus sirvientas más sensuales desde que tenía cinco años. Lucas y yo nos dimos un beso durante diez minutos. Y otras muchas cosas que me avergonzaría decir.

—Tienes razón Natasha—Lisa comenzó a rememorar—Recuerdo que tres años atrás fui Londres con Cámeron y...

—Jijijiji—Río Mike por lo bajo.

—¿Qué te hace gracia, Joshon?

—Es que recordé que te vi en un festival hace poco—Michael le lanzó una mirada inmoral y pecaminosa. Su voz estaba afectada por el alcohol—uno de música reggae.

—Te dije que te iba a moler el cráneo si alguna vez lo mencionabas—Lisa se puso muy tensa.

—Pero ¿por qué? Si fueron tres días muy divertidos.

Michael añadió un énfasis muy especial en la palabra "divertidos". Ahí fue cuando noté que mi pregunta, aparentemente sana, estaba vinculada a algo que había ocurrido entre ellos.

—Ya te dije que no significó nada Michael. ¡Supéralo y madura de una vez!

Alzó una ceja—¿Estás segura de que no te gustaría repetir?

—¿Quieres que te parta la cara, idiota?

Mike intentaba ocultar las sonrisas—Ok, no hay que ponerse violenta. Sólo imagina que yo no he dicho nada.

Lisa suspiró una vez más y luego desvío su atención a Lucas.

—Miller, tu turno.

Lucas sonrió—Soy todo tuyo.

—¿Le has contado a Natasha la verdad respecto a desde cuando te gusta?—Preguntó y mientras lo miraba maliciosamente.

Él abrió un poco la boca y entrecerró sus ojos.—Eres mala.

Lisa esbozó una pequeña sonrisa—¿Le has dicho o no?

—¡Claro que no!—Dijo enérgico.

—Natasha, si quieres yo te cuento—Propuso Michael.

—¡No te atrevas Joshon!—Lucas protestó enojado.

—Ella tiene derecho a saber—añadió Joshon.

—¿Saber qué?—Me tenían confundida.

Prosiguió Mike—Que a Lucas le gustaste desde mucho antes de que te pidiera ser novios. Se pasaba turnos de clase enteros mirándote. Siempre estaba cerca, aunque tú no nunca te diste cuenta. Siempre que podía te mencionaba. Discutía con los chicos que te hablaban y los amenazaba, igualmente a las chicas que querían hacerte bromas de mal gusto.

—¿Te puedes callar Michael?—Preguntó Miller muy irritado.

—¡No! quiero saberlo todo—Repuse.

—¡No Natasha! ¡Michael, te advierto que si sigues hablando voy a golpearte!

—Todos tenemos un lado tierno, Lucas—Expresó Brenda en un tono suave—No tienes que sentirte mal por eso.

—El problema es este estúpido.—Dijo Lucas refiriéndose a su amigo Michael—Además de estúpido, es un chismoso.

—Y tú, un acomplejado rubio—Respondió Joshon con la embriaguez en su voz.

—¡Me están dando unas ganas enormes de dejarle la marca de mis puños a tu abdomen!

—¡Te faltan huevos, compañero!

—¿Qué me faltan huevos? Ya vas a ver—Lucas se levantó de golpe, pero sostuve su brazo para evitar que se golpeasen.

Lisa se levantó de su asiento.—¡Ya, paren los dos!

—Pero es que él...—Michael intentó quejarse.

—¡Él no! ¡Los dos! ¡Dejen de discutir por tonterías!—Puso sus manos en sus caderas.

Lucas se liberó de mi agarre

—Voy a caminar un poco—Dio media vuelta y desapareció entre los arbustos.

—¡Ten cuidado no vaya a ser que te secuestre una nave extraterrestre!—Gritó Michael.

—Joshon ¿quieres que ponga otra piedra en tu frente?

—No gracias, Lisa.

—Entonces ¡Cállate de una buena vez!

—¿Qué le pasó a Lucas?—Preguntó Brenda.

—Conociéndolo como lo conozco-Le expliqué—te puedo decir que, no le gustó que Michael dijera en público todas esas cosas. Es muy orgulloso y ama el drama.

—Deberías ir a hablar con él, Chica de Chocolate—Recomendó Frank.

—Sí, creo que eso sería bueno—Lisa estiró sus brazos y bostezó—Bueno, como veo que el juego terminó me voy a mi tienda.

Dejé a los chicos y me dirigí en la misma dirección que había tomado Lucas. Me preocupé mucho por él. Era tarde y el bosque estaba muy oscuro. Me calmé cuando pude ver que estaba sentado a la orilla del lago sobre una roca. Era lo suficientemente llana y grande en su superficie como para que se acostasen dos personas encima de ella.

—Hola campeón—Le dije con voz suave nada más acercarme.

Él no me oyó. Traía puesto sus audífonos con la música a todo volúmen.

Retiré su audicular de su oído derecho.

—Te dije "Hola" ¿Estás sordo?

Giró su cabeza lentamente—De momento no.

—Pronto lo estarás si escuchas la música a un volúmen tan alto, como ahora.

Sonrió de lado.

—¿Viniste hasta aquí para darme un sermón sobre contaminación acústica?

—¡Obvio no! Sólo quería saber como estabas.

—Creo, —se miró de arriba a abajo—que estoy bien. Digo, aún sigo vivo ¿no?

Me crucé de brazos.

—¿Te crees muy gracioso?

Sonrió completamente—Ven aquí, gruñona—Me rodeó la cintura con su brazo y me hizo caer a su lado.

—¡Ey! ¿Por qué hiciste eso? Pude haberme lastimado.

—No te quejes y mira—Señaló el cielo estrellado maravilloso que nos cubría.

Miré hacia arriba. Nunca había visto tantas estrellas juntas.

—Es precioso, Lucas.

Él me acomodó en su pecho y me abrazó con fuerza. Hubo un agradable silencio durante un efímero momento. Silencio que quebreé.

—Lucas.

—¿Qué?

—A mí, me pareció muy lindo todo lo que dijo Michael sobre tus sentimientos hacia mí. Tierno y algo enfermizo. ¿En serio amenazabas a quiénes me hablaban?

—No entiendo ¿por qué te sorprendes aún?

—Supongo que nunca pensé que pudiera existir alguien como tú.

Acomodó su cabello con soberbia.—Es que yo soy algo de otro mundo.

—Eso sí lo puedo creer, porque tu madre parece venida del espacio exterior.

—Cierto. Eres muy ingeniosa.

—Jajaja, gracias, jajaja.

La mirada de Lucas se quedó inmóvil sobre mi sonrisa y luego a mis ojos. Mordió su labio inferior.

—Natasha me están dando ganas.

Lo observé con dudas—¿De qué?

Llevó su mano a mis muslos y comenzó a acariciarlos. Entendí claramente esa señal.

—¿Estás loco? ¿Aquí? ¿A la interperie? ¿Y tan cerca del campamento?¿Qué quieres? ¿Qué nos atrapen o que nos dé una pulmonía?

Susurró en mi oído.

—Es que deseo saber lo que se siente hacerlo sobre una roca.

—Y ¿por qué no esperas a llegar a casa y lo hacemos en el suelo? Es igual de frío y de duro.

Torció los ojos—Olvidé que contigo siempre hay un par de peros.

Rápidamente se colocó sobre mí y sujetó mis dos muñecas al lado de mi cabeza.

—Lucas, quítate de encima.—No estaba para nada enojada—¡Maldito acosador!

—Natasha, ya te conozco. Sé que te encanta que sea así de ardiente.

Dejé que viera una pequeña sonrisa mía.

—¿Por qué siempre terminamos haciendo lo que te da la gana?

Empezó a besarme el cuello. Gemí ante esa acción.

—Porque se me da muy bien dominar la situación.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro