Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 41 "Aléjate de mi hijo"

Aquel día mis padres salieron temprano de casa. Partieron a la parrillada de la cual me había comentado mamá. La única órden que tenía era que cuidara todo. Eso incluía a Joseph, mi querido hermano.

—¡Enano, ven acá!—Mi labor como niñera incluía perseguirlo por la casa para que cepillase sus dientes. Joseph corría por todas partes. Me esquivaba. Saltaba sobre los muebles. Cruzaba por debajo de las mesas. Subió a la segunda planta para despistarme entrando por una puerta y saliendo por otra.—¡Deja de correr por todos lados idiota!—Estaba harta de él, de sus tonterías e inmadureces.

Él se detuvo a cierta distancia de mí. Estaba lejos del alcance de mis manos y de mis deseos de estrangularlo.

—Si rompes algo en medio de tu huída, a mí me van regañar. Pero luego iré a tu habitación en la noche y te extirparé varios órganos.

No hablaba en serio. Era el enojo. Me pone verbalmente muy violenta y sanguinaria.

—Aprende a hacer amenazas mejores, hermanita. Con esa no me asustaste ni un poco—Dijo con arrogancia y salió corriendo otra vez.

Lo seguí. Joseph corre muy rápido. Me esforcé por alcanzarlo. No conseguí evitar que prácticamente me sonara,  la puerta del baño del primer piso en la cara. Quedó encerrado dentro.

—¡Joseph!—Golpee la madera frenéticamente—¡Abre!

No.

—¿Por qué me haces esto? ¿Tanto me odias?

No te odio, Natie—Lo oía detrás de la puerta—Pero no te dejaré en paz hasta que me dejes hacer una tarta de manzana.

—Ya te dije que no, como mil veces.

¿Por qué no?Gimoteó.

—¡Joseph James! Tienes casi catorce años. Incluso querías tener relaciones sexuales ¿No crees que ya es momento de madurar?

No expongas mis intimidades de esa manera ¿Vale?Torcí la mirada—Y lo de madurar lo dejaré para luego. Crecer no es divertido.

—¡No me importan tus conclusiones sobre la vida! ¡Sólo sal de ahí!

Quiero mi tarta.

—¿Para que dejes la cocina hecha un desastre? ¡Ni lo sueñes!

Entonces no saldré y cuando vengan mis padres les diré que me encerré aquí por temor.

—¿Temor a qué?

Diré que metiste en la casa a amigos. Y que traían en los bolsillos de sus chaquetas misteriosas jeringuillas y paquetitos con un extraño polvo blanco en su interior.

—Mamá no va a creer eso.

Tal vez sí. Los de tu edad no son confiables.

Rechiné mis dientes por la rabia—Me sacas de quiso—Miré a mi alrededor para ver con que podía contrarestar el ataque.

Mi búsqueda me llevó hasta el salón.—Esto será perfecto—me dije cuando vi aquel objeto. Lo tomé en mis manos.

Volví a ubicarme junto a la puerta del baño.

—Joseph,—hablé suavemente—pórtate bien. No me obligues a cometer una locura.

¿De qué hablas?

—¿Recuerdas tu Play Station? Esa, que amas más que a nada y a nadie en este mundo.

¡No te atrevas a hacerle daño Natasha!

—Lo tengo colgando por un extremo. Sal y no dejaré que caiga al suelo.

Chantajes conmigo no.

—Uno...—Comencé a contar.

¡Natie, no te atrevas!

—Dos...

¡NATASHA!

—Tres...

Toc Toc Toc.

Escuché que llamaron a la puerta principal.

"¿Quién será ahora?" Pensé algo molesta.

Toc Toc Toc. Se escuchó de nuevo.

—Joseph, me voy, pero me llevo tu jueguito de rehén.

Dejé la Play Station en su respectivo lugar, junto al televisor. Luego fui a abrir.

—¿Mamá olvidaste las llaves?—Pregunté, sin primero mirar de quien se trataba. Incluso corrí el riesgo de que hubiese sido un ladrón, un secuestrador o un asesino.

—¿Mamá? No seas insolente, chiquilla.

Marie MillerGheat se había presentado en mi casa. Quedé atónita al verla frente a mí y en el lugar al que menos me imaginé que iría. Creo que, hubiese preferido a un asesino o a un violador.

Se veía imponente con su atuendo.
Por lo que había podido notar en aquellos días, ella era fanática a vestirse elegantemente. También a las ropas ajustadas para que resaltaran cada una de sus curvas corporales.
En aquella ocasión, en particular, usaba lentes de sol con cristales muy oscuros, lo que hacia que no se viera para nada su mirada. Una blusa de tela rojiza muy fina, por debajo de un abrigo de pelaje negro de oso. Vi ese mismo abrigo en un catálogo de ropa italiana exclusiva. Pero al observar el precio cerré la revista de inmediato.
También traía una pantaloneta azabache algo suelta que llegaba hasta sus talones, provocando que casi no se notaran sus zapatos extra altos y rojos. Iban en combinación con su blusa. Casi me ciega con el brillo de sus joyas de oro incrustadas de piedras preciosas. Estoy segura que si un pirata la hubiese visto la enterraba viva y hacia un mapa para saber donde encontrarla.

—Hola señora MillerGheat—Fingí que me agradaba su presencia con una sonrisa hipócrita—¿Cómo está usted?

—Si no estuviera en este barrio de mala muerte, estaría muy bien—Ella como siempre, tan agradable.

Ignoré su descortesía y forma grosera de ser. No sin antes respirar profundo y contar hasta diez mentalmente.

—¿Desea pasar?

—Verdaderamente no—Pasó junto a mí sin pedir permiso—pero no tengo otra opción.

Cuando Marie entró a la sala miró todo lo de dentro de mi casa con desprecio. Sacó un pañuelo de uno de los bolsillos de su abrigo y limpió el sillón. Se sentó lentamente. Como si poner sus nalgas en un asiento fuera una muy importante y honrosa acción.

"Vieja ridícula"

La ofendió mi voz interior.

Pasó su pierna izquierda por encima de la derecha. Me invitó, mejor dicho, me ordenó que me sentara en la butaca que estaba frente a ella.

—Voy a hablar contigo claramente, Nicole.

—Usted puede decirme todo lo que quiera señora, pero mi nombre es Natasha, no Nicole.

Algo me dijo que ella hizo el cambio a propósito.

—¡Cierto! Ese es el nombre de la novia que tenía Lucas hace dos años. Era una chica extremadamente linda y rica.

Suspiré con fuerza y fingí otra sonrisa.

—Pero eso no importa ahora. Lo que tengo que decirte es muy serio por lo que iré directo al punto.—Retiró los lentes de sol de su rostro dejándome ver sus inquietantes ojos verdes.—Aléjate de mi hijo.

Fue tan tajante y seca al decirlo que me hizo abrir los ojos como platos, de la impresión.

—Lo siento, pero no puedo hacer eso.

—¿No puedes o no quiere?

—Ninguna de las dos. Amo a Lucas y no lo voy a dejar.

Giró los ojos—Veo que contigo tendré que ser mucho más explícita. Tal vez, tu IQ no es suficiente para entender lo que te dije.

—No necesito explicaciones.

—Pero te las voy a dar para que tu cabecita con cerebro de gorrión lo entienda. Además, no me rebajé a venir a una casa con tan horrible decoración para nada.

Ella me estaba sacando de mis casillas. En breves instantes, me irritó más que mi hermano y Lucas en todo el tiempo que llevaba de conocerlos. Pero tenía que tener paciencia, después de todo era mi suegra.

—Johan es un chico que se quedó a cargo de una casa desde muy pequeño. La irresponsable de su hermana se fue a España, su padre se pasa todo el tiempo trabajando fuera del país y yo viajo mucho. Él, intenta llenar ese vacío coleccionando chicas. Las seduce, las usa y cuando se ha aburrido las desecha. Lo ha hecho con muchas y te lo hará a ti.

—Él ha cambiado. Usted se está basando en la caracterización de el Lucas que vio hace más un año. Ya él no es así, ha aprendido de respetar un poco más a las mujeres. Admito que yo era su PG, pero él destruyó ese vínculo conmigo porque quiso que sea su novia real. No su mascota.

La madre de Lucas se sorprendió un poco al escuchar mis argumentos. Prosiguió con sus palabras como si no le hubiesen importado en lo absoluto.

—Felicidades Natasha. A lo mejor si que le has llegado al corazón, pero eso no importa. Lucas se ha criado rodeado de todo cuanto ha deseado: ropa de marca, zapatos de calidad, los mejores juguetes, sirvientes, incluso tiene su propia casa. Conozco a mi hijo. Aunque él diga que no le importa el dinero, ni los lujos, ni las apariencias nunca bajará de su trono para vivir en un lugar parecido a...este.

—Otra vez se equivoca. Lucas, es en el fondo, un chico bondadoso. Nunca se ha sentido incómodo con esta ni otras casas normales. Ha tomado el autobús local, hemos ido al cine, comimos conos de helados sentados en un parque...

—No seas ilusa mocosa—Su tonito pausado y tranquilo me exasperaba— ¿Qué no haría un hombre cuando quiere impresionar a una mujer? Él lo hace por agradar, no porque quiera envejecer a tu lado. Lo correcto es que siga los consejos de su madre. Yo quiero lo mejor para él.

—Señora ¿Usted no cree que debe esperar para ver que es lo que sus hijos desean, en vez de imponerle patrones de conducta?

—No, no lo creo. Tú no sabes de esto porque tus padres son unos asalariados y eres de la clase media. Pero en el universo de los millones los deseos personales van por debajo de los intereses del negocio. Lucas no ha movido, hasta ahora, ni un solo dedo en favor de la empresa que compartimos mi esposo y yo. Pero llegará el momento en que deberá hacerlo. Richard, no está aquí, por tanto es mi deber como su mujer y como la segunda accionista mayoritaria garantizar un buen futuro para todos. Lamentablemente con Dakota ya no puedo contar, porque se rehusó a casarse con Cámeron. Nuestra única oportunidad de expandirnos en el mercado es que Lucas se case con Lisa, para unir ambas compañías. Sus hijos serían herederos de una fortuna gigantezca y nuestro patrimonio quedaría a salvo. Sólo así, cuando muera podré descansar en paz. Si mis planes no salen a la perfección MillerChix nuestra empresa de electrónica caerá en bancarrota. ¿Acaso quieres eso? ¿Qué Lucas termine en la calle sin nada para llevarse a la boca, después de tenerlo todo? ¿ O qué se convierta en un pobre asalariado que trabajará como un desagradable burro de sol a sol por un pago ridículo?

"¡Ay, que dramática!" Además de arrogante, pesada, mal educada, materialista y superficial.

Pensaba eso mientras la escuchaba. Entendí el porqué Dakota no la aguantaba.

—Realmente no creo que...—Intenté hablar en el momento que Marie hizo una pausa, pero no pude concluir la frase. Me interrumpió.

—Si por tu culpa Lucas termina en esas condiciones te lo va a echar en cara la vida entera. Se va a arrepentir de haberse quedado contigo ¿Sabes?

—La vida no tiene que ser así. Podemos salir adelante, si nos lo proponemos.

—Amo tu entusiasmo chiquilla, en serio me agrada, pero la vida no es como te la imaginas. Aunque con tu edad ¿Qué vas a saber?

—¿Podría ser más clara?

—Por supuesto.—Sonrió un poco—Olvidé que la sinapsis entre tus neuronas tiene complicaciones—Esto último no lo entendí pero sonaba a insulto—Natasha, los años pasarán. Te harás vieja. Tu cuerpo se desformará con los embarazos. Si te hacen una intervención quirúrgica para que tus hijos nazcan quedarás con una cicatriz espantosa en tu vientre. Te arrugarás. Te convertirás en un ama de casa inculta, o de lo contrario, en una profesional que llegará cansada del trabajo. No tendrás energía ni para intimar con tu esposo. La crianza de los hijos ocupará el ciento por ciento de tu vida. No tendrás tiempo para ti y te irás deteriorando. Vas a ser la histérica, lo odiosa, la mala de la película cuando protestes porque los que te rodean estén haciendo las cosas erróneamente.

—¿A dónde quiere llegar exactamente?

En su boca toda las cosas lindas de la vida parecían nefastas. Y ya tenía desde antes bastante miedo a crecer.

—De las mujeres la gente quiere el cien, no un cuarto, ni la mitad. Cuando te pase todo esto entrarás en conflicto con tu esposo, Lucas por ejemplo. Él te reemplazará por una mujer más joven y bonita—Hizo una pausa como viendo si reaccionaba, como no dije nada continuó—El amor de adolescentes es hermoso, pero se acaba en un instante. Analiza bien si Lucas es el hombre con el que quieres enfrentar todo esos problemas. A lo mejor su matrimonio con Lisa no será perfecto, pero al menos va a hacer beneficioso para ambas familias. Hazte un favor a ti misma y no te entrometas entre ellos.

—Supongamos que no soy yo, que sea otra la que esté "en el medio" ¿Qué pasaría entonces?

—Haré lo que estoy intentando contigo: dialogar.

—¿Y si no acepto? ¿Y si no me aparto de Lucas? ¿Y si él quiere intentarlo conmigo hasta el fin?

—Pues tendré que usar otros métodos. Métodos menos pacíficos.

—¿Acaso me está amenazando?

—Sólo te digo que no voy a permitir que nadie arruine la vida de mi hijo, ni que hunda todo lo que he luchado por obtener.

—Se cree muy poderosa.¿Cierto?

—Soy poderosa querida. Yo, hago desaparecer todo lo que me estorba, con sólo chasquear los dedos.

—¿Cosas como Louis el ex-novio de Dakota, o como Prince el perro de Lucas?

—Pero...¿Cómo?—Ella me miró confundida y con algo de sorpresa.

—Lucas una vez me comentó que tenía un perro cuando niño y que desapareció misteriosamente. Él nunca creyó que se había escapado. O sea, guardias, portones, muros. Hubiera podido fugarse si fuese el Perro Maravilla.

—Eso fue hace tiempo—Desvió su mirada hacia la ventana—. El bicho ese rasgaba mis vestidos, mordisqueaba mis joyas y escondía mis zapatos. Además, Lucas estaba tan pegado a él que no se relacionaba con otros niños. Lo tuve que eliminar de la ecuación,—me miró nuevamente—pero no me culpes. Ahora está en un lugar mejor.

—¡Eso horrible! El pobre perro no tenía la culpa de ser así. Ese comportamiento con un poco de adiestramiento se podía corregir.

—Natasha no vine a discutir contigo las decisiones que tomé años atrás. Vine a informarte sobre un par de cosas y como te las dije ya, supongo que puedo irme.

No tardé un segundo en levantarme para ir a abrirle la puerta.

Ella pasó junto a mí.

—Espero que reflexiones.

Esas fueron sus últimas palabras antes de dirigirse al auto negro que la estaba esperando en la calle. Dentro de este estaba Jaime. Al verme hizo un pequeño y discreto ademán de saludo. Cuando vio que su patrona estaba cerca del coche, salió de este y le abrió la puerta trasera. El hombre fue muy gentil, pero no recibió ni un por favor, ni un gracias de parte de ella.

Antes del que el coche se pusiera en marcha cerré la puerta. Me recosté de espaldas a ella y me deslicé hasta el suelo después de soltar un enorme suspiro de alivio.

—¿Quién era esa bruja tan sexy?—Joseph apareció delante de mí y se agachó hasta quedar a mi altura.

—Marie Rose MillerGheat, la madre de Lucas.

—No sé como puedes aguantar que te digan todas esas cosas, Nat. Yo la hubiese golpeado.

—¿Cuánto tiempo llevabas escuchando la conversación?

—Lo suficiente como para saber que esa señora merece que le dé una patada en el culo.

—Mejor no Joseph—Sobé su cabeza—Ella, no se merece que gastes así tus energías. Además—Me levanté del suelo y comencé a caminar—Para patear ese pedazo enorme de trasero necesitas un equipo de fútbol completo.

—¿A dónde vas hermana?

Me detuve justo antes de girar a la izquierda. Me di la vuelta para ver a J.J. y me apoyé contra la pared.

—A la cocina.

—Bueno—se tiró al sillón—yo estaré aquí viendo películas.

—Joseph ¿Tú no tenías ganas de hacer una tarta de manzana?

—¡Sííí!—Saltó del asiento y corrió por mi lado a alta velocidad. Frenó de repente—Espera, espera, espera. Tú no querías hacerla porque decías que se arruinaría la limpieza de la cocina.

—Cambié de opinión. Necesito azúcar en abundancia. Quedé muy estresada por la visita familiar.

Joseph y yo nos pasamos el resto del día cocinando. No sólo hicimos tarta de manzana. También buscamos las recetas de las galletas con pasas, los cupcakes de fresa y pasteles de calabaza. Ordenamos pizzas: extra de jamón para Joseph, hawaiana para mí.
Luego de que todo estuvo listo nos dimos un festín de calorías y grasas saturadas mientras veíamos películas muy divertidas. La cocina quedó asquerosa. Todos los utensilios necesitaban ser fregados. Había manchas de harina por todas partes. Utilizamos todo el azúcar de casa y, hasta creo que quedó algo raro pegado en el techo. Si mamá veía aquello nos castigaría de por vida.

—Ese tipo tiene sólo dos neuronas—Balbuceó mi hermano con la boca llena de pizza, refiriéndose a uno de los torpes personajes del filme que estábamos viendo.

—Sí—. También estaba comiendo, pero al menos yo masticaba y tragaba antes de hablar—Es realmente tonto, pero muy divertido—Reí.

¡Clim! En ese momento el sonido de una notificación llegó a mis oídos.
Era de un mensaje de Lucas:

Imbécil: Hello my princess. No te había molestado en todo el día porque estuve ocupado en unos asuntos. ¿Hay alguna novedad?

Leí el mensaje muchísimas veces, pero no sabía que contestar. Por un lado quería desahogarme y decirle todo lo acontecido con Marie. Pero no quería causar disgustos en Lucas, ni disputas entre él y su madre. Así que opté por omitir un poco de información.

Yo: Todo está perfecto. Lo único interesante ha sido que J.J y yo nos quedamos solos en casa y que cocinamos mucho.

Envié el mensaje y él contestó de inmediato.

Imbécil: Eso suena divertido. Me hubiera encantado haber estado allá.
Por cierto, no olvides que nos iremos de campamento muy pronto. Prepara todo.

Yo: Lo haré, no te preocupes.

Al momento en que mandé ese SMS, recibí otro mensaje. Esa vez de mamá.

—¡Joseph, levanta del sillón!¡Tenemos que organizar todo!

—¿Ahora qué te pasa?

—Esto me pasa—Puse mi teléfono delante de su rostro.

Joseph palideció. Luego corrimos juntos a arreglar todo dentro de casa. El mensaje decía:

Mamá: Nat, a tu papá no le hizo muy bien comer tanto. Volveremos un poco más temprano. Espero que todo esté bien y que la casa no haya sido desorganizada.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro