Para el viaje de vuelta nos sentamos en diferentes lugares. Michael ocupó el asiento del conductor. A su lado estaban Kevin y Calvin.
En los puesto de atrás quedamos en este orden: Frank, mi hermano, yo y Lucas. En la parte trasera del vehículo iba Dylan.

-¿Qué les parece si vamos a celebrar nuestra aplastante victoria en un club nocturno?-propuso Michael y giró el volante rápidamente hacia la derecha en una esquina.

Todos nos inclinamos a la izquierda bruscamente.

-¡Vamos a morir por tu culpa, inútil!-prostestó Dylan porque se había golpeado la cabeza en medio de la maniobra-¡Última vez que te dejamos conducir!

-Para tu información DyLan yo soy un conductor excelen...

-¡Mira, luz roja!-Gritó Dylan señalando el semáforo que estaba en frente.

Michael pisó el freno a fondo haciendo que la furgoneta parase en seco. Poco faltó para que salieramos disparados por el parabrisas.

-Pero, ¿A qué juegas Joshon?-Se quejó Kevin-¿acaso quieres matarnos?

-Está bien, voy a ser un poco más cuidadoso.

-¿Sólo un poco, Mike?-pregunté.

-Ok, seré mucho más cuidadoso y menos temerario.

-Así me gusta Mikey- Kevin imitó una voz femenidad- Me alegro de que la educación que te hemos dado tu padre y yo haya servido de algo.

-¡Detente Gemelo del Demonio! Suenas como mi abuela-Kevin levantó sus manos en señal de rendición y Michael giró los ojos-Vamos a celebrar ¿Sí o no?

-Absolutely mi querido amigo apestoso-Kevin amaba molestarlo.

-Si no dejas de joder, tu hermano terminará siendo hijo único. Estás advertido.

-Tranquilo,-el gemelo mostró sus manos en señal de rendición-estaba bromeando contigo.

Lucas tenía razón con lo que dijo de los Tresh. Kevin era un chico divertido que no dudaba en llamar la atención. Su hermano Calvin, sin llegar al punto de ser antisocial, prefería escuchar música con sus audífonos y un chicle en la boca. La luz del semáforo volvió al color verde. Eso nos indicó que podíamos continuar.

-Yo me apunto al plan-afirmó Frank muy animado.

-Yo también. Suena divertido-Dijo Dylan.

-Y yo-Habló Joseph.

-¡Tú no irás a ningún club, enano!-Golpee la parte atrás de su cabeza.

-No eres mi madre. Eres mi odiosa hermana. ¡Tú no puedes decirme lo que puedo o no puedo hacer!

-Está bien, bicho.-Sonreí de lado-Intenta que mamá te dé permiso y luego trata de que te dejen entrar al club siendo un gnomo de trece años.

-Tan gnomo no seré, si te llego hasta la altura de los ojos.

-Ohhhhhh-se burlaban de mí todos los chicos, Lucas incluido.

-Además los hombres crecen hasta los veinticinco años. Es probable que termines siendo tú la enana.

Maldito sabelotodo ¿De dónde sacaba tanta información?

-¡Auch!-Lucas mostró una expresión de dolor fingida-Eso debió doler, princesa.

Suspiré con fuerza en señal de irritabilidad.

-Ya, no te enojes.-Lucas sobó mi cabeza-Chicos yo también voy.

Todos quedaron en silencio unos segundos. Sus miradas se dirigieron a mí, Michael me miraba por el retrovisor.

-¿Qué?-Pregunté.

-Natasha estamos esperando que nos digas si vas o no-explicó Michael.

-¡Ah, entiendo!

-¿Entonces..?-Interrogó Kevin.

-Creo que no iré. El resto de las chicas que nos pueden acompañar no están.

-¿Acaso eso importa?-Preguntó el conductor-Ellas son unas traidora que nos dejaron solos en este momento tan importante en nuestras vidas, pero tú no eres tan mala onda ¿o si Natasha?

-¿Michael, estás con la regla?-Cuestionó Kevin con mucha seriedad.

-¡Claro que sí!-Respondió Mike.

-Entiendan chicos, no quiero ser la única chica del grupo. Es preferible que vayan ustedes, para que sea algo así como una noche de hombres.

-Pero...-Quería hablar Michael nuevamente.

-Natasha tiene razón-Frank como siempre cumpliendo con su labor de salvavidas tatuado-Ella no va a sentirse cómoda. No debe estar acostumbrada a ser la única chica en un grupo.

-Ella no es como Lisa-Dijo Dylan por impulso y sin pensarlo mucho, pero al instante se arrepintió cuando recordó que Frank estaba presente-Es decir...que...ya saben, Lisa sólo tiene amistades masculinas y...

Lucas giró la cabeza para mirarlo por encima de su hombro derecho. No fueron necesarias las palabras, con los ojos le mencionó a Dylan un "¡Cállate ya!".

Frank llevó una triste mirada a la ventanilla y apretó sus labios. Realmente se venía abajo cuando mencionaban el nombre de ella. Era como si su corazón se rompiera en mil pezados.

-En resúmen, tenemos plan para esta noche, bastardos- Michael es un experto en destruir momentos incómodos.

-Michael,-toqué su hombro-en la siguiente esquina tuerce a la izquierda y encontrarás mi casa.

-A sus órdenes, señora MillerGheat.

-¡Oye!

-Natasha MillerGheat,- Lucas tocó su barbilla pensativo-me gusta como suena-.Torció la sonrisa.

-Bueno, ese apellido sólo lo tendrás, si algún día se casan y esa es una posibilidad muy remota.-Habló Frank dirigiéndose a mí.

-Improbable-Dijo Dylan.

Negó Kevin con la cabeza-Casi nula.

-Imposible al doscientos por ciento-Expresó Michael.

-Además sería un matrimonio complicado-comentó Calvin. Llevaba algunos minutos escuchando la conversación. Ya había abandonado su burbuja musical.

Lucas llevó una mano a su pecho-¿Acaso no me creen capaz de tener un matrimonio feliz en el futuro?

-¡No!-Respondieron todos sus amigos.

-¡Ay!¡Qué poca fe tienen en mí!

-No es poca fe Miller, es que te conocemos-Le explicó Michael momentos antes de aparcar la furgoneta delante de mi casa.

Lucas abrió la puerta que estaba a su lado y dijo mientras salía al exterior:

-¡Me voy de aquí! ¡Me siento indignado!

Todos los presentes nos miramos con sonrisas en los rostros.

-Al parecer tu novio se enojó mucho-comentó Joseph mientras me jalaba de la chaqueta.

-Hermano ¿No te das cuenta que él salió para que después pudiéramos hacer lo mismo nosotros?

-Cierto. Entonces ¿Por qué se veía tan molesto?

-Simplemente porque le encanta ser dramático-Dylan tenía toda la razón.

Natalie, mi madre, se encontraba mirando la calle a través de la ventana. Le daba vueltas a un mechón de su cabello negro con su dedo índice. Nos estaba esperando. Cuando vio salir a Lucas del vehículo rápidamente corrió a abrir la puerta para recibirnos con una sonrisa. Traía puesto su lindo delantal rosa.

-Tu madre es muy hermosa, Natasha-Michael la miró de arriba a abajo desde el vehículo.

-Claro que es linda. De alguien tuve que heredar mi celestial belleza-contesté bromeando.

-Estoy hablando en serio-Michael la miraba a través del cristal oscuro de la furgoneta-Es una mujer muy linda. Tiene un cuerpazo propio de una veintiañera, a pesar de que ha sido madre dos veces-Las palabras de Mike me hacían sentir aún más orgullosa de la madre que tengo-Además, se ve tan sexy con ese delantal. Mi jefa nunca se ha puesto uno. Jamás me ha recibido con una expresión tan alegre en su rostro cuando llego a casa.

-¡Deja de mirar a mi mamá como si ella fuera una oveja y tú un lobo hambriento!-J.J. a veces puede ser muy celoso.

-Además Michael,-Otra vez habló Kevin-Tu madre no te recibe con sonrisas porque acostumbras a llegar a tu casa...

-A las cuatro de la mañana, borracho y con prostitutas-Calvin,  su hermano, completó la frase.

-Lo dicen como si fuese el único. Hay otros que son peores que yo ¿Verdad Kevin?-Mike, miró al gemelo "discretamente".

-Te he dicho más de mil veces que a mí el alcohol no me afecta-Si aquella noche me terminé enrollado con un transexual fue porque quise. Estaba muy buena-Dijo Kevin en su defensa.

-¿En serio crees que esa historia es creíble?-Michael se cruzó de brazos-Vamos hermano, aquí todos sabemos que esa noche estabas tan ebrio que no eras capaz de diferenciar una mujer de una lámpara.

-Chicos-Dije con una sonrisa gigante en el rostro-para mí sería un placer el poder seguir escuchando sus anécdotas. Es una lástima que me tenga que ir.

Abrí la puerta de la furgoneta.

-Mejor huye Natasha,-recomendó Frank-que está científicamente comprobado que nuestras historias causan daños cerebrales.

Volví a sonreír debido al comentario de el salvavidas tatuado.

En el momento en que puse mis pies en la acera una ráfaga de trece años pasó por mi lado y corrió hasta mi mamá para abrazarla por la cintura. Miró hacia la furgoneta. Estaba desafiando a Michael, obviamente. Eso es a lo que yo llamo un macho dominante marcando territorio.

-¿Es cierto que no vas a ir a celebrar con nosotros?-Lucas puso su carita de conejito-¿Me vas a dejar ir solo?

-No vas a estar solo, tonto. Van tus amigos.

-No es lo mismo-Se acercó a mi oído-A ninguno de ellos les quiero hacer el amor en uno de los baños del club. A ninguno les puedo agarrar el cabello con fuerza mientras siento con mi pene el calor de una vagina deliciosa. Y dudo mucho que alguno de los que están allá dentro de esa chatarra con ruedas gima en mi oído como lo haces tú.

Sus palabras hicieron que por mi espalda pasara una corriente eléctrica, que hizo que se me pusieran los vellos de punta. Sentí como mis mejillas se calentaron. En ese momento le di gracias a la vida por ser de tez oscura. Si fuera tan pálida como un cascarón de huevo me hubiera puesto tan roja como un tomate maduro.

¿Por qué me decía esas cosas?¿Acaso quería matarme? ¿O deseaba que lo violara allí mismo?

-¡No puedo creer que me invites para eso!-Lo aparté utilizando mis manos.

Fue una forma excelente de disimular el calentón.

Juro por lo más sagrado que quería arrancarle la ropa con los dientes y tener sexo sobre el suelo. Aunque fuese frente a la mirada de todos. Era culpa de él, por ser tan caliente.

Pasé por su lado y caminé en dirección a la puerta. Mi mamá y mi hermano se habían quedado mirando la escena de nosotros como si de una película se tratase. Nada más les faltaba un tazón gigante de palomitas de maíz y un buen vaso con soda de naranja.
Sentí entonces como una mano fuerte tomó mi brazo cerca del codo para hacerme detener. "Lucas" dijo me voz interior "vete ya a ese club nocturno y deja de provocarme humedad en zonas incómodas".

-Espera un momento, aún tengo que decirte algo.

-¿Qué?

-Ahora te digo. Espera.- Fue a darle la mano a mi mamá-Hola señora James.

-Hola querido.

-Usted como siempre, tan radiante. Si no fuera mi suegra le pediría una cita.

-¡¿Tú también?! ¿Pero qué pasa hoy con la gente?-Joseph cruzó el marco de la puerta con enojo en su carita.

-Gracias Lucas. Tú eres tan galante y cortés-Mamá sintó como era jalada por su blusa-¡Joseph!¿Qué estás haciendo?

-Vamos mamá, entra a la casa. Esto es por tu bien.

-¡Deja de hacer payasadas, hijo! ¿No ves que me vas a romper la ropa?

-Créeme, sólo estoy protegiendo tu integridad como mujer.

Mamá me miró confundida. Yo observaba la escena cruzada de brazos. Lucas miró a Joseph con una sonrisa en su rostro y con sus pulgares dentro de los bolsillos de sus pantalones negros.

-¿Cuál es el problema de tu hermano?-me preguntó mamá.

-Está celoso porque a los chicos les pareces una mujer muy linda.

-¿Por esa tontería?

Asentí movimiento la cabeza.

-¡Joseph James, deten tu inmadurez o te voy a poner un castigo tan riguroso que vas a sentir que estás en un campo de reconcentración nazi!-Le advirtió mientras lo fulminaba con la mirada.

Bajo esa mirada hasta el mismísimo Hitler se hubiera defecado en los pantalones. Mi hermano soltó la ropa de mamá y subió las escaleras a paso ligero.

-Bueno-prosiguió ella mientras arreglaba su vestimenta-Joseph me comentó que lo pasaron muy bien en el juego ¿Ves como no era tan complicado?

-Al final siempre tienes razón mami.

-Lo sé-Contestó si modestia.-Por cierto Natie, el hijo de Sofía, que es una de mis compañeras de trabajo, está enfermo. Ella hoy está de guardia médica toda la noche y no tiene con quién dejar a su hijo porque viven solos. Sofía es una madre soltera y me llamó hace unos instantes para preguntarme si conocía a alguna chica que pudiera servir de niñera a su hijo durante esta noche. La chica que tiene contratada tuvo que viajar por unos días.

-¿Y que le contestó señora James?- Lucas quería saber.

-Le dije a Sofía que conocía a una muchacha perfecta para esa labor.

-¿Sí, quién es esa chica?¿La conozco?-Pregunté con mucha curiosidad.

-Claro que la conoces. Eres tú.

Quedé mirándola con la cara muy seria-¿Qué?

-Serán unas horas, hija. Mañana, alrededor de las diez de la mañana Sofía estaría de regreso.

Crucé mis brazos.

-¿Eres consciente de que tendré que cuidar a un niño enfermo?

-Nada más es un poco de fiebre. Además, piensa que vas a ayudar a una pobre mujer que no tiene a nadie en el mundo, sólo a su pequeño.

-Eso me llegó al corazón-Lucas apretó su pecho.

-¡Cállate Lucas! Mamá, es una enorme responsabilidad.

-Sofía va a pagarte.

-Esto no se trata del dinero.

-¿Y si te horneo una tarta?

-No vas a convencer.

-¿Y si la tarta es de chocolate?

-Trato hecho-Extendí mi brazo para darle un apretón de manos.

Mamá ladeó la sonrisa y llevó su mano a la mía. Cuando el acuerdo concluyó ella se despidió de Lucas. Fijó rumbo a la cocina.

-¿Ves? no hubiera podido acompañarte a la celebración en el club ni aunque hubiese querido.

-Sí, ya veo que eres una chica con una agenda muy apretada.

-¿Qué querías decirme?

-Iba a hacerte una propuesta que no ibas a rechazar para convencerte de ir. Pero ya no importa. Tienes un compromiso más importante.

-No te preocupes. Iremos juntos a otra actividad muy pronto. De eso estoy segura.

Piiii piiii piiiii. Michael sonó la bocina.
"¡Vamos Romeo, que no tenemos toda la fucking tarde!"gritó.

-Lamento dejarte, pero como verás reclaman mi presencia en otro sitio.

-Recuerda pórtate bien y no beber demasiado ¿ok?

-Sí, abuela.

-Es en serio, lo digo por tu bien. La última vez que bebiste en exceso terminaste haciendo apuestas estúpidas con Alexander.

-Pero valió la pena.

-¿No te preocupa que él decida vengarse por lo de hoy?

Lucas dejó salir de entre sus labios una estruendosa carcajada.

-¿Qué te hace tanta gracia?

-Alex es un niño malcriado. Lo tiene todo en la vida: dinero, chicas, una familia que lo ama, excelentes calificaciones. Pero él no se siente completo porque quiere ser mejor que yo y nunca lo consigue.

-A ti no te llaman El Señor Modestia ¿verdad?

-No es arrogancia Natasha, es la verdad.

-¿Cómo sabes tanto de él, si ni siquiera estudia en nuestra escuela?

-Te voy a contar la historia en versión corta. Presta atención.

-Claro.

-Alex pasó mucho tiempo en Alemania. Allá estudió en un internado sólo para chicos. Cuando regresó se matriculó en nuestra escuela. Nos hicimos grandes amigos, pero él siempre fue un envidioso. Se frustraba mucho porque no conseguía superarme en popularidad. En una ocasión los chicos tenían que decidir entre él y yo para ser el capitán del equipo de fútbol. Me eligieron porque era mejor goleador que él y eso hizo que explotara. Me dijo barbaridades sin sentido y luego se cambió de escuela.

Abrí la boca asombrada-¡Ah, ya entiendo!

-¿Crees que voy a tenerle miedo a esa cucaracha sin personalidad?

-No tienes que llamarle de esa manera, tampoco.

-Nat, el día del bar él andaba del brazo con una chica. La dejó sola simplemente porque prefería ir a provocarme. Por eso terminamos discutiendo y apostando.

-Entonces debe estar llorando de rabia en este instante. Hoy le ganaron a su equipo, y además tuvo que humillarse frente a todos con los disfraces de bailarina.

-¡Qué se joda!

"¡¡¡Milleeeeerrr!!! ¿Vienes o qué?" Vociferó Michael nuevamente.

-¡Voy!-Gritó Lucas en respuesta- Me voy princesa, antes de que me maten.

Pasó su brazo por detrás de mi cintura. Jaló mi cuerpo hacia él y estampó sus labios contra los míos.

Piii piii piii se escuchó nuevamente."¡Lucaaas o vienes o nos vamos sin ti! "Michael seguía exigiendo a gritos la presencia de su amigo en la furgoneta.
Sin soltarme, sin detener nuestro beso alzó una mano y le mostró a Michael su dedo del medio.