
CAPÍTULO XXXVI
A decir verdad tardé bastante para hacer que Lena se calmara y cuando por fin lo hicimos nos quedamos profundamente dormidos.
El espacio en mi cama se había reducido al de su cuerpo ocupando un lugar en ella, mis mañanas con ella consistían en que no me dejara salir de la cama porque su cuerpo entero se encontraba sobre el mio, y así, en ese lío es que yo podía dormir completamente tranquilo.
La alarma comenzó con su habitual sonido recordándome que mi rutina había iniciado otra vez.
—¿No puedes quedarte? —Sin abrir los ojos y aferrándose más a mi cuerpo Lena preguntaba.
—De verdad muero por pasar todo el tiempo contigo pero ambos sabemos que por ahora no puedo. —expliqué abrazándola para luego darle un suave beso en la frente y encaminarme hasta el baño.
La ducha fue bastante rápida, quería llegar temprano al trabajo y repasar lo del día anterior por si había quedado algo suelto para ajustar.
Lena dormía plácidamente por lo que tratando de hacer el menor ruido posible me cambié, tomé mis cosas y me marché. Ella sabía como cerrar la casa.
En el camino pasé por una pastelería para desayunar, total estaba con tiempo.
—Buenos días. —Saludé al equipo que ya se encontraba trabajando cuando llegué.
Tomé asiento en mi lugar y me dediqué a escuchar y repasar todo de nuevo, quizás era un poco obsesivo con el trabajo pero me gustaba que todo fuera perfecto.
—Buenos días. —Hae se sentó a mi lado.
—¿Todo bien? —pregunté dejando de lado lo que estaba haciendo, estaba seguro de que no tuvo una buena noche.
—No. —Negó tomando un sorbo de café—. Aysel no durmió en toda la noche pensando en lo mal que tendría que estar Mila. —Y era de lo más comprensible, después de todo gracias a ella conoció a ambos.
—Es entendible, conociéndola debe sentirse culpable. —Ya me la imagino en un rincón llorando.
—Siempre me sorprende cuánto la conoces. He de admitir que siento celos de tu amistad con ella, pero de los buenos. —Se apresuró a decir—. Y es que la conoces mejor que yo. —No había incomodidad en sus ojos sino por el contrario, sinceridad.
—Eso se debe a que hemos sido muy apegados y tenemos gustos bastantes parecidos. —En mi mente solo estaba la imagen de ella apartada en un rincón de la cama llorando por sentirse culpable del sufrimiento de Mila.
—Lo se, no debes preocuparte, además se nota que Lena te tiene bastante enamorado. —dijo sonriendo. En ese momento el resto de los chicos fueron entrando y saludando.
—¿Y Teukie? —Wook fue el primero en darse cuenta que faltaba.
—Pensé que estaba con ustedes. —hablé en tanto la estilista comenzaba a maquillar nuestros rostros.
—Buenos días. —Hee entró apurado—. ¡Rayos! Llegué tarde, ahora voy a tener que pagar el almuerzo. —Se quejó tomando asiento en el sillón detrás nuestro para esperar su turno para que lo maquillaran.
—En realidad no tienes que pagar nada, no eres el último. —Eunhyuk se dio vuelta para observarlo y de paso mirar hacia la puerta.
—¿Ha no? ¿Quién falta todavía? —Hee nos miraba a todos esperando darse cuenta sobre quién se trataba.
—Buenos días. Lamento la tardanza. —En ese instante Teuk hacía aparición dejando sus pertenencias apresuradamente sobre la mesa.
—¿A caso no dormiste? Te ves bien demacrado. —Shindong se acercó para saludarlo.
—De hecho no dormí. —Su declaración hizo que todos volteáreamos para verlo. Las estilistas nos dejaron unos minutos solos.
—¿Qué sucedió entonces? —Siwon habló sentándose a su lado tras haberle dado un café.
—Pasé toda la noche sentado en la puerta de su habitación. —declaró dejándonos a todos atónitos ante sus palabras.
—¿Qué tu hiciste qué? —pregunté más que sorprendido, era obvio que esa actitud no era algo a lo que estábamos acostumbrados por su parte.
—Se que ella necesitaba estar sola pero no podía dejarla en ese estado y más con la pequeña Alai. —Ni a Lena o Aysel se le había ocurrido quedarse esa noche con la pequeña, de hecho a mi tampoco—. Así que me senté en el pasillo toda la noche por si ella salía y necesitaba algo. —En sus ojos se veía el cansancio y su cuerpo lo dejaba al descubierto, Leeteuk tenía una mala postura, e incluso estaba encorvado, cosa que nunca habíamos visto en él.
—Pero no vienes con la misma ropa que ayer. —Siwon se dio cuenta de ese hecho, si pasó la noche ahí tendría que haber venido con la misma ropa de ayer.
—Tuve que volver a casa en la mañana temprano, dejé a mi bebé solita en casa y sin alimento así que tuvo que haber estado muy asustada. Cuando llegué aproveché y me di una ducha rápida y de ahí me vine. —En su cara la tristeza lo consumía.
—Más tarde hablaremos sobre esto, ahora hay que terminar de trabajar para dar lo mejor en nuestro regreso. —Lo sentía por él pero teníamos que enfocarnos en el trabajo, es de lo que vivíamos y era una responsabilidad que todos asumimos.
—Yesung tiene razón, después podremos hablar con tranquilidad. —Se disculpó con todos.
El rodaje continuó ultimando los detalles que nos faltaban, luego la sesión de fotos que incluiría el álbum.
Cada uno daba lo mejor para nuestro regreso pero era inevitable ver cómo todos estábamos pendientes de Leeteuk. Era nuestro momento de cuidarlo.
El día fue bastante largo y de hecho hicimos un breve receso para almorzar lo que nuestra empresa nos había mandado. Seguimos trabajando sin parar hasta que anocheció.
—Muchas gracias por su trabajo. —saludábamos a todos los trabajadores antes de retirarnos, nos encontrábamos exhaustos.
—¿Vamos a cenar a algún lugar o vamos a mi casa y pedimos comida? —Siwon se apresuró en preguntar notando el estado de ánimo del grupo.
—También podemos ir a una sala de karaoke como cuando éramos trainer. —Shindong propuso otra opción viable.
—Lo que sea debes elegir Teuk, no te dejaremos solo esta noche. —advertí para que comprendiera que no tenía escapatoria alguna.
—De acuerdo. —dijo con su expresión sombría—. Vamos a la casa de Masi, no me siento del todo bien para que la gente me vea. —Todos acordamos que era la mejor opción.
Terminamos de arreglar un poco el desastre que habíamos hecho ya que nos gustaba dejar todo ordenado para luego dirigirnos a la salida.
Mientras caminábamos a la salida terminé por llevarme puesto a Hyuk que se quedó parado como una estatua en el medio del camino.
—¿Qué te sucede idiota? —Estaba furioso con él ¿y es que tanto le costaba mover sus dos pies para avanzar?
—¿A caso eres ciego? —Me contestó altanero y se corrió de su lugar para que pudiera ver.
Frente a nosotros se hallaba un Zoran completamente enojado y con los ojos llenos de lágrimas.
—Necesito hablar contigo, a solas si puede ser. —Zoran fue el primero en hablar.
—Claro, acompáñame. —respondió señalando hacia su derecha, hacia una de las habitaciones vacías del lugar.
—¿Estas seguro? No estas obligado a hablar con él si no quieres. —Heechul habló a su lado.
—Tranquilos, es algo que tenía que pasar y dije que iba a luchar por el amor de Mila y eso es lo que haré. —Sus palabras sonaron confiables, no teníamos que intervenir, estaba seguro de lo que estaba haciendo.
—De acuerdo, te estaremos esperando aquí, puedes demorarte todo lo que quieras. —dije mientras tomaba asiento en los sillones del vestíbulo.
—Gracias. —Sonrió tras decir eso y se encerró con Zoran.
—¿Estan seguro de que es correcto dejarlos hablar a los dos solos? —Kyuhyun era algo temeroso ante la idea.
—Ambos son hombres grandes y saben lo que hacen. —Shindong comentó tras tomar asiento.
—Esperemos que todo salga bien y confiemos en su buen criterio para solucionar las cosas, después de todo lleva catorce años lidiando con nosotros. —Donghae dijo lo que todos sabíamos.
Ahora solo nos restaba esperar a que salieran de ahí.
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