Las chicas se quedaron hablando con Mael mientras que Lena me acompañó hasta la salida del hotel.

—¿Nos vemos esta noche? —preguntó ella, como sino supiera que vendría aunque implicara dejar plantado al presidente.

—¿Tienes alguna duda? —En verdad estaba muy molesto con ese tipo.

—¿Sigues molesto? —Ella se divertía.

—Para nada. Me divierte mucho que se esté hospedando en el mismo edificio que tu. —Nótese mi ironía a lo que ella soltó una sonora carcajada.

—Yo... —Ella se acercó lentamente hasta mis labios y sin importarle que todos nos estuvieran viendo pasó su lengua por mi boca logrando que algo allí abajo entre mis pantalones se comenzara a despertar—. Solo tengo ojos para ti y ya no se cómo demostrártelo. —admitió tras suspirar y colocar su frente contra la mia.

—Esta bien, entiendo. —La tomé por la cintura para atraerla más a mi cuerpo—. Es solo que me estoy dando cuenta de que soy bastante posesivo. —admití no muy conforme con eso.

—De acuerdo, don celosín. —A ella le encantaba burlarse de mi.

—Nos vemos esta noche. —Me despedí de ella con un beso para luego colocar mi cubreboca, lo que menos quería en este instante era tener problemas con la prensa a tan solo unos días de nuestro comeback.

Cuando llegué a casa mi hermano se había llevado a Melo y Kkoming a casa de nuestros padres, ya me había avisado pero no pude contestarle porque estuve muy ocupado tratando de no asesinar a alguien.

Me di una ducha rápida y comencé a regar las plantas que tenía en mi departamento, ya casi era la hora de la cena, solo me quedaba esperar a que Leeteuk pasara por mi, los demás nos encontraríamos en el restaurant que Aysel ya se había encargado de apartar para nosotros.

El timbre resonó y supe que era él.

—Dame un segundo y voy. —contesté por el portero. Tomé mis cosas, apagué las luces y salí cerrando todo con llave y alarma.

—Pensé que te demorarías más. —Leeteuk bromeó en cuanto me vio.

—Ya estaba listo, solo te estaba esperando. —Me acomodé en el asiento del copilato para abrochar mi cinturón de seguridad.

—¿Y para la llegada de él? —Se ve que nuestro líder tenía todas las intenciones de molestar.

—¿Quieres comenzar una pelea? —Lo miré fijamente a lo que él solo sonrió.

—Claro que no, solo estoy preocupado por ti. —respondió encendiendo el motor del auto.

—La verdad no estoy del todo tranquilo. Me molesta verlo cerca de ella porque está claro que quiere ser algo más que un simple socio o compañero de trabajo. —admití completamente frustrado.

—¿Y ella qué te ha dicho al respecto? —Las luces de la ciudad estaban completamente encendidas, no había rastro de oscuridad en los rincones, era como si la ciudad compitiera con la luz del día.

—Lo típico: que solo está interesada en mi, que él es solo un socio, que no tiene interés romántico por él, etc, etc. —En verdad me hallaba muy molesto con la llegada de Mael.

—¿Y si confías un poco en ella? —Su pregunta solo me causó gracia.

—¿Quién dice que no confío en ella? En el que no confío para nada es en ese sujeto. —De verdad estaba muy molesto, tenía la sensación de que en cualquier momento me arrebataría algo precioso para mi.

—Pues no es lo que se ve desde afuera. —Teuk estaba muy divertido con toda la situación.

—¿Cómo te sintirías si Zoran aparece? —Quería que él se pusiera en mis zapatos.

—Todo dependería de cómo Mila manejara el asunto. —respondió tranquilamente mientras estacionaba el auto.

—Claro, para ti todo es tan fácil. —dije bajando del auto, nótese mi sarcasmo.

—Solo relájate y disfruta de la cena. —Trató de calmarme pero estaba claro que jamás bajaría las defensas frente a ese tipo.

Ingresamos al lugar y un mesero nos guió directo a donde ya se encontraban las chicas. Cuando nos acercábamos Lena se paró y caminó en mi dirección yo solo me quedé atontado al ver cómo estaba vestida.

Vestía un conjunto blanco que claramente resaltaba su bronceado latino. Un pantalón blanco cintura alta era adornado por un cinturón del mismo color con una gran ebilla en el centro. Tenía puesto un blazer blanco que se amoldaba a las curvas de su cuerpo perfectamente, pero lo más escandaloso estaba debajo. Abajo llevaba puesto una especie de camiseta muy pegada al cuerpo con todo un fino troquelado de hojas (ni idea cómo se llaman esas prendas de mujer) y claramente no estaba usando sostén.

—¿Quieres volver a todos locos aquí? —dije una vez que nos encontramos y ella me besó.

—Primero "hola", "te extrañé" di al menos. —Fingía estar molesta—. Y segundo si, sabes que me gusta llamar la atención donde sea que vaya. —Ella tomó mi mano y me arrastró hasta la mesa en donde se encontraban las chicas junto a Leeteuk y Alai.

—Hola. —saludé a las chicas y la pequeña Alai que agitaba su manito en señal de saludo.

—¿Y Donghyeo? Pensé que vendrían juntos. —Miré a Aysel sorprendido de ver que no estaban juntos.

—Yo me quedé con las chicas y él pasaría por Hyuk y Shinshin. —Ella también estaba deslumbrantemente vestida pero nadie le ganaba a Lena si se trataba de ser el centro de atención.

—Hola. —De solo escuchar esa voz me ponía de muy mal humor.

—Por fin llegaste Mael. —Aysel siempre tan alegre fue la primera en saludarlo, luego la siguieron Mila y Lena, y pude notar cómo se le quedó viendo como perro en celo.

—Lena estas increíble. —Iba a dirigir su asquerosa y repulsiva mano sobre la mano de mi mujer por lo que me adelanté a sus planes y fui yo quien tomó su mano.

—Hola. —dije con una sonrisa falsa en los labios.

—Oh, hola. No me había dado cuenta de que ya estabas aquí. —El apretón se intensificó.

—Si recién llego. —dije apretando más fuerte.

—Ya dejen de pelear. —Aysel estaba muy divertida con toda la situación—. Ven que te presento a Leeteuk, él es el líder del grupo. —Señaló a Teuk que ya se encontraba de pie para saludarlo.

—Un placer conocerlo. —respondió en inglés.

—Puedes tutearme, no soy tan viejo y tu tampoco pareces serlo. —Estrechó su mano para luego tomar asiento—. Tu debes ser el novio de Aysel, es bueno conocerte. —dijo sonriendo.

—Oh no, Leeteuk no es mi novio más bien es el novio de... —De repente Mila le hacía señas para que se quedara callada y no dijera nada, nunca la había visto tan nerviosa.

—El novio de... —Mael se quedó esperando la respuesta por parte de Aysel que no sabía que responder.

—Soy el novio de todas nuestras ELF, así se llama nuestro fandom. —Teuk se apresuró a explicar notando que a ambas les estaba por dar un ataque.

—¡Muero de hambre! Por el bien de sus vidas les conviene habernos esperado. —Shinshin entró hablando con Hyuk.

Aysel se puso de pie y salió corriendo a los brazos de Hae que la sostuvieron cuando ella se lanzó hacia él. Era como ver una escena repetida de alguna película de romance. Aysel era demasiado expresiva en una sociedad demasiado conservadora como la nuestra, aun así a ella no le molestaba que hablaran de ella. Gracias a Dios las fans lo aceptaron bastante bien e incluso muestran su apoyo hacia ellos.

—Mael, él si es mi novio Donghae y ellos son Eunhyuk y Shindong. —Aysel presentó respectivamente a cada uno.

—Mucho gusto. —Cada uno saludó estrechando su mano.

—El gusto es mío, es bueno conocer a los amigos de mis amigas. —Me molestaba que fuera tan educado, ¿será que no tiene ningún defecto?

—Ahí llegaron los que faltaban. —Aysel giró su cuerpo para dejar ver que entraban los demás.

—Les dije que llegábamos tarde. —Khyuhyun regañó a los demás.

—La culpa la tiene Hee que fue quién más se tardó. —Masi se quejó.

—Mis bebés, esta vez no les voy a cobrar la multa por llegar tarde. —Aysel se mostró benevolente.

—Gracias mami. —Siwon siempre le seguía el juego. En otra vida esos dos tendrían que haber sido hermanos.

—Ellos son el resto de mis hijos. Siwon, Heechul, Khyuhyun y Ryeowook. Niños él es Mael. —Ella volvió a presentarlos a lo que ellos saludaron educadamente.

—Siento la tardanza pero la grabación se extendió. —Hee se disculpó en tanto tomaba asiento.

—¿Grabación? ¿No dijiste que eran cantantes? —Mael estaba algo confundido.

—Si lo son, pero acá ellos también trabajan en programas de variedades que son programas de entretenimientos e incluso trabajan como actores. —explicó de una manera sencilla para que pudiera entender.

—¿Ya podemos ordenar? —Mila preguntó y seguro se debía a que la pequeña moría de hambre.

—Espera un segundo. —Mael la detuvo cuando iba a llamar al mesero—. Yo también invité a un amigo para que conozcan, no debe tardar en llegar. —Las chicas se quedaron pensando en quién podría ser.

Nadie se esperó lo que pasó a continuación. La puerta del local se abrió y su rostro se hizo reconocible cuando llegó a nuestro lado, había pasado un año y aun así él no había cambiado en nada.

—Tanto tiempo. —Zoran nos saludó a todos con una sonrisa enorme en el rostro.