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CAPÍTULO XXVII

El sonido de mi despertador comenzó a sonar sobre la mesa de luz que estaba a mi derecha, no tenía ganas de despertarme por lo que la ignoré pero su sonido era en verdad muy estresante.

—¿Puedes apagarla? Todavía quiero seguir durmiendo. —La voz de Lena resonó debajo de las sábanas.

—Ya está. —dije sentándome sobre la cama para ir por una ducha luego de cepillar mis dientes.

—¿Tan temprano debes irte? —preguntó aferrándose a mi cintura por la espalda.

—Tampoco es que me guste entrar tan temprano en la mañana, pero así es el trabajo que tengo. Incluso hay días en los que solemos dormir dos horas como mucho. —Volteé mi cuerpo para mirarla a los ojos.

—Que trabajo más cruel. —Ella colocaba su cara de perrito mojado logrando que mi carcajada resonara en toda la habitación—. Es mejor si te quedas conmigo un rato más, podemos seguir jugando en donde nos quedamos anoche. —Lena me guiñó el ojo tras bajar las sábanas de su cuerpo dejándolo al descubierto.

—Créeme que es lo que más quiero en este momento, pero tengo que trabajar, y se vienen días peores. —advertí consciente de lo ajustada que sería nuestra agenda una vez que hiciéramos el comeback.

—En verdad ni entiendo muy bien en qué consiste tu trabajo, para mi es solo pararse sobre el escenario y cantar... —Cuando escuché esas palabras casi me da un ataque, ser cantante profesional en esta época y con tantos grupos nuevos debutando no era nada fácil—. Quita esa cara de ogro porque solo estoy dando mi opinión. Para mi parece sencillo pero me has estado demostrando que hay mucho más que tomar un micrófono y cantar. —No pude contenerme y tras sus palabras la besé posesivamente dejando que la lujuria recorriera cada rincón de nuestros cuerpos.

Lena era una mujer que jugaba con dejarme al borde de la demencia, a veces podía ser la persona más engreída del mundo, era altanera y egocéntrica, en otros momentos se volvía una persona madura y razonable, con la que se podía conversar de cualquier tema serio, y en muy pocas ocasiones deja al descubierto un lado tierno e infantil. Lena era todo y nada a la vez, ella lograba que la detestara y la amara al mismo tiempo.

—No me esperaba esto. —Ella se acurrucaba sobre mi pecho que no paraba de subir y bajar debido a la agitación.

—Yo tampoco esperé tus palabras y merecías un premio. —Ambos sonreímos divertidos.

—Sabes... —Por primera vez pude ver la duda en los ojos de Lena, sus palabras parecían querer salir pero ella se debatía si las dejaba libres o no—. Mejor vete a bañar que vas a llegar tarde. —Terminó por decir con una mirada algo triste.

—Se que ibas a decir algo más así que ni creas que me vas a dejar con la intriga. —dije poniéndome de pie para ir hacia la ducha, menos mal que siempre me despertaba con tiempo de sobra—. "La gran y poderosa Lena no pudo decir algunas palabras". —La molesté en tanto me dirigía al baño, era consciente de que si se detuvo fue porque no sabía cómo iba a reaccionar ante ello, así que la mejor forma de que las dijera era provocándola.

En cuanto salí del baño el olor amargo del café inundó mis fosas nazales, ella sabía exactamente lo que me gustaba y eso solo habla de una gran capacidad de observación porque no recuerdo haberle dicho jamás lo que me gustaba.

—Puedes quedarte en casa todo lo que quieras mientras no toques o desacomodes nada. —dije bebiendo el delicioso café que había preparado.

—Solo estaré unos minutos más y luego volveré al hotel para salir un rato con las chicas, conociendo a Aysel querrá almorzar con Hae. —Lena habló tan natural el nombre de Donghae que quedé sorprendido.

—Veo que has aprendido el nombre de Donghae. —mencioné sin ánimos de ofenderla, por el contrario, me alegraba saber que iba progresando.

—Solo se algunos, las pronunciaciones de algunos nombres como también de algunas cosas me cuestan bastante. —admitió bebiendo un sorbo de su taza.

—Es solo cuestión de práctica, hay muchas letras que ustedes tienen que nosotros no por lo tanto la fonética tampoco es igual para ambos. —Era raro tener una conversación asi con ella, no estábamos discutiendo ni tampoco teniendo sexo.

—Creo que también deberías aprender un poco más de castellano. —Estaba muy calmada.

—Pero se decir "Hola" y "Te amo". —Me defendí como pude, pero estaba seguro de que no sería suficiente para ella.

—Me refiero a hablar más fluido y no solo frases aisladas. Sería bueno que aprendieras como lo hago yo. —Su forma de hablar parecía que lo decía de manera desinteresada pero algo me decía que en verdad esperaba que aprendiera a hablar español.

—Si me lo pides tú lo voy a tener en cuenta. —Sonreí al verla con los ojos iluminados, estaba golpeando con fuerza las puertas de mi corazón.

—No es que yo quiera que lo hagas por mi —Estaba siendo evasiva con el tema, eso solo me decía que se sentía avergonzada—, pero tus fans estarían muy agradecidas y se sentirían muy feliz si pudieras entenderlas. —hablaba mientras se cubría el rostro con su taza de café.

—Estoy seguro de que eres tu quien quiere que te entienda hablar. —Necesitaba molestarla, tan solo un poquito.

—Vete al infierno. —Se había molestado, misión cumplida.

—Pero contigo bebé. —Guiñé mi ojo derecho en tanto levantaba mi taza para llevarla al lavado en la cocina.

—Eres un idiota, no se puede hablar nada serio contigo. —Lena llevaba su taza también hasta la cocina así que la intercepté y la rodeé con mis brazos—. ¿Qué haces? —Ella trataba de escaparse de mi agarre pero como tenía la taza en sus manos no podía hacer mucho.

—Solo puedes quedarte así por un segundo. —dije apoyando mi mentón en el hueco que había entre su cuello y su hombro—. Solo quiero estar así un rato para no extrañarte tanto durante todo el día. —Era extraño hasta para mi encontrarme diciendo esas palabras pero qué podía hacer, mi relación con ella era así, extraña.

—Ahora vete a trabajar. —Lena habló luego de haber volteado y besarme, su forma de comportarse fue muy infantil pero ella en ese instante no podía ser más tierna.

—Nos vemos más tarde. Cuando te vayas solo cierra y el seguro se activará solo. —Tomé mis cosas y me dirigí al set de grabación, el taxi ya me estaba esperando en la puerta.

En el camino fui repasando mentalmente lo que íbamos a hacer el día de hoy, en poco tiempo estaríamos presentando el MV de nuestro nuevo álbum y eso implicaría mucho trabajo y muchas presentaciones, o sea mucho tiempo lejos de Lena. No me había dado cuenta hasta ese momento en que ya la incluía automáticamente en mis planes, en mi vida.

—Buenos días. —saludé a Teuk y Hae que ya estaban en la locación.

—Buenos días. —saludaron con un tono de voz algo cansados.

—Puedo ver que no fui el único que no durmió bien. —Me burlé de ellos.

—Anoche después de irnos de tu casa Mila me llamó preocupada que no podía hacer que Alai dejara de llorar, por lo que luego de dejar a los chicos fui hasta el hotel. —La estilista cubría sus ojeras mal disimuladas.

—¿Pero esta bien verdad? —pregunté preocupado por la pequeña, era bien sabido que esa niña era la verdadera dueña de nuestros corazones.

—Si, en cuanto llegué corrió hasta mi para que la sostuviera en brazos. Al parecer había tenido un pesadilla y algo que comió le cayó mal, al menos eso fue lo que nos dijo el médico. —En los ojos de nuestro líder surcaba la preocupación—. Cuando volvimos al hotel ya se había dormido en mis brazos pero no me soltó ni un segundo la ropa por lo que tuve que quedarme. Mila durmió en la cama de Lena que nunca llegó y yo en la de ella con la pequeña. —¡Demonios! Ni privacidad iba a poder tener con estos.

—Ahora entiendes por lo que pasé cuando me tomaste aquella foto. —Hice mención a cuando me quedé dormido esperando que me soltara.

—¿Qué foto? —preguntó Hae.

—No importa, ni creas que no nos vas a decir que te sucedió a ti. —Leeteuk sabía que era mejor no mencionar el tema de la foto.

—La verdad es que... —Donghyeo iba a comenzar su relato pero se detuvo al ver que Ryeowook llegaba.

—Hola. —Nuestro pequeño nos saludaba.

—Hola. —Le devolvimos el saludo.

—Menos mal que llegaste, nadie quería escuchar las historias sucias de Nemo. —Y tras decir eso todos nos echamos a reír.

El día de hoy sería largo, y parte de mis pensamientos seguían con Lena en mi cama.

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