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CAPÍTULO VIII

No vi venir el movimiento de Lena, pensé que me dejaría ir, nunca, ni en mil años hubiera imaginado que iba a besarme.

Quise resistirme pero la verdad es que en mi estado no podía hacer mucho. Conforme pasaron los segundos me vi tomándola por la cintura atrayéndola hacia mi cuerpo mientras que ella enredaba sus dedos en mi cabello.

Sus labios se sentían bien y extrañamente encajaban con los mios que estaban disfrutando de cada roce.

—¿Yesung estas en el baño? —Shindong golpeó la puerta del baño haciendo que nos separáramos asustados.

—Si, dame un momento y salgo. —dije tapando la boca de Lena que quiso hablar, pero le hice señas para que permaneciera en silencio.

—Apúrate, necesito entrar. —dijo y pude notar lo urgente que era.

—Ni sueñes que me voy a esconder para que él orine conmigo aquí. —amenazó y nos volvíamos a encontrar con la Lena de siempre, la agresiva y arrogante.

—No lo había pensado pero ahora que lo mencionas parece una buena idea, la bañera se ve bastante amplia ¿no lo crees? —bromeé con ella solo para molestarla.

—Ni lo sueñes idiota. —Terminó por decir para golpearme.

—Tu tranquila, te darás cuenta de cuándo salir. —dije con una media sonrisa dibujada en mi rostro.

—Ok. —Fue lo único que dijo mientras se acomodaba detrás de la puerta.

—Shindong ¿guardaste tu porción del postre que traje? Es tu preferido y Siwon dijo que iba a comerlo todo. —hablé mientras salía y dejaba la puerta semi abierta para que ella pudiera ver cuándo salir en tanto empujaba a Shindong hacia la cocina.

—¿De veras? Yo lo mato si se come mi postre. ¡Masi detén tus sucias manos de mi comida! —gritó mientras nos alejábamos para que Lena pudiera salir.

Por el rabillo de mi ojo la vi escabullirse hasta la habitación de Teuk en donde estaba durmiendo Alai.

—El que se coma mi postre lo mato. —Sentenció Shindong.

—¿Qué postre si ya nos comimos todo? —Hee preguntó sin entender a lo que se refería.

—Pero Yesung dijo... —habló mirándome confundido.

—Tengo que haberme confundido. La verdad es que no estoy muy bien. —dije aparentando estar más borracho de lo que estaba, aunque a decir verdad el beso de Lena me había hecho volver a mis sentidos.

—Hablando de no estar bien ¿alguien vio a Lena? Se levantó hace un rato pero no tengo idea de a dónde se habrá ido. —dijo Aysel bastante preocupada. En ese momento todos se dieron vuelta a mirarme.

—A mi no me miren, yo estaba en el baño y solo, sino pregúntelen. —Señalé a Shindong—. Además yo no me llevo bien con esa mujer. —admití aunque hace rato no lo pareciera.

—La casa no es tan grande así que no tiene que haber ido demasiado lejos. Vamos te ayudaré a buscarla. —Donghae habló con dulzura hacia su novia, ¿tan melosos podían ser?

—De acuerdo. —respondió ella y se fueron junto a Teuk y a Hae a buscarla, el resto nos quedamos sentados conversando mientras seguíamos bebiendo, mañana nos daría migraña.

—¿Qué hacías ahí? —Aysel volvió con Lena del brazo a la sala.

—Creo que fui al baño y me confundí de puerta, cuando la vi a Alai durmiendo me tengo que haber quedado dormida ahí. —Fue la excusa más ridícula que pudo haber inventado, de seguro estaba muy borracha pero los demás peor por creerle.

—Y este es el pie para retirarnos. —Aysel se quedó de pie junto a Lena mientras nos observaba.

—Si, Alai en cualquier momento se va a despertar y si se da cuenta que no tiene puesta su pijama de osito no se vuelve a dormir más. —En ese momento todos nos imaginamos a la pequeña con su pijama y morimos de ternura, aunque a mi parecer Leeteuk se imaginó otra cosa distinta al resto.

—Vamos las acompaño hasta abajo. —Teuk habló luego de traer a la pequeña en brazos cubierta en una manta para que no le diera frío.

—Nos vemos. —Saludaron las chicas, pero yo no quise cruzar mirada con Lena, no sabía como afrontar lo que había sucedido en el baño.

—Nos vemos. —Saludaron los chicos mientras yo seguía mirando hacia otro lado, pero no pasó desadvertido el chasquido de lengua que Lena hizo, como si estuviera molesta.

Con los chicos seguimos conversando un rato y decidimos que las prácticas de la mañana claramente pasarían a la tarde y a la noche ya que ninguno se levantaría temprano y en condiciones.

Después que se fueron las chicas me despedí de los chicos pero Siwon decidió que me llevaría a casa.

—¿Viste el cuerpo de Lena? —preguntó a penas nos subimos al auto.

—Vas a tener que ir a misa por pecador. —Me burlé de él sin contar que su comentario por alguna razón me molestó.

—Si, ya lo se, pero es que ¡Dios mío qué cuerpo que tienen las latinas! —Estaba comenzando a enojarme.

—Sin embargo, tiene el carácter de un  albañil de mal humor. —dije lo primero que se me cruzó por la cabeza mientras que Masi solo se hechó a reír—. ¿Se puede saber qué es lo que te causa tanta gracia? —En verdad estaba curioso por su respuesta.

—¿Estas seguro que no te pasa nada con ella? —Me miró de reojo levantando una ceja.

—Te he dicho y repetido hasta el cansancio de que no me llevo para nada bien con esa mujer y que por la única que todavía tengo sentimientos es por Aysel. —En verdad me molestaba que todo el tiempo me estuvieran preguntando lo mismo.

—¿Verdad? —preguntó retóricamente—. Entonces tengo vía libre con ella. —Creo que fue más una afirmación que una pregunta.

—Por mi puedes hacer lo que gustes, no estoy interesado en ella. —Volví a repetir en tanto bajaba del auto—. Gracias por traerme a casa. Nos vemos mañana. —Saludé con la mano y cuando terminó de saludarme entré a casa.

No gasté tiempo en prender las luces y tan solo cerrar la puerta me dirigí en la oscuridad hasta mi cuarto. Necesitaba descansar.

En cuanto apoyé la cabeza en la almohada, luego de desvestirme, caí rendido a los brazos de Morfeo.

Una voz de mujer entre la oscuridad murmuraba algo que no lograba comprender. Traté de buscar un interruptor para encender la luz y ver de quién se trataba pero por más que me movía jamás encontré siquiera una pared.

La voz seguía murmurando y de la desesperación comencé a correr tratando de alcanzarla, pero todo era en vano.

Cuando pensé en rendirme una luz muy tenue apareció dejando ver unos labios que me parecían conocidos pero no podía recordar de dónde, sino hasta que pronunció mi nombre, fue en ese momento en donde la imagen de los labios de Lena llegaron hasta mi haciendo que inconscientemente me relamiera los labios.

—Me gustas. —Por fin pude escuchar lo que decía pero cuando iba a seguir hablando la alarma de mi celular sonó logrando que me despertara.

Miré la hora cuando pude alcanzarlo porque no recordaba dónde lo había dejado de la borrachera que traía. Las siete y media de la mañana y yo quería morir porque ahora no podía seguir durmiendo.

Entre insultos a mi mismo por no darme cuenta de apagar la alarma me encerré en el baño para darme una ducha y sacarme el olor a alcohol que traía encima.

Cuando el agua caliente golpeó mi torso desnudo y luego mi rostro las imágenes del beso con Lena volvieron a perseguirme y la sensación rara del sueño que tuve no ayudaba en nada.

En mi cabeza volvía a repetir ese momento tratando de pensar en qué me había equivocado para que termináramos así, dos personas que no podíamos estar uno cerca del otro.

—Hola ¿Qué haces? —La voz alegre de mi hermano al otro lado de la línea hacía que me doliera la cabeza de solo escucharlo, estúpida migraña.

—Por morir. —dije sin pensar.

—Ok., no mueras y sal que te estoy esperando para ir a desayunar juntos. —Había olvidado por completo que desayunaría con JongJin.

—De acuerdo, dame un segundo. —Pedí para luego cortar la llamada y buscar mis cosas.

—¡Dios que cara traes! —dijo a penas me vio cuando subí al taxi.

—No digas nada, tuvimos una noche de tragos con los chicos. —expliqué mientras él le decía al conductor la dirección de nuestro Café Mouse Rabbit.

Estuvimos en silencio hasta que llegamos y luego de pagar nos bajamos. Estaba con la cabeza gacha, lentes de sol y cubre boca porque por más que quise las ojeras no desaparecían de mi cara y el sol brillante me molestaba. Estaba tan absorto que no me di cuenta de que choqué con alguien cuando llegábamos al mostrador de la entrada.

—¿Eres un idiota que no sabes mirar cuando caminas? —En verdad hoy también.

—¿Tienes energía para pelear aún en la mañana? Por favor haz de cuenta que no pasó nada, quédate en silencio haz tu pedido, la casa invita, y vete en silencio. —dije mirando a Lena que me observaba estupefacta.

Al pareces iba a estar destinado a encontrármela todos los malditos días.

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