Take Five
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❝ᴛᴀᴋᴇ ғɪᴠᴇ: ɪɴᴛᴇɴᴄɪᴏɴᴇs❞
Taehyung caminaba alegremente hacia la tienda de mascotas donde ha trabajado desde que aprendió a decir el alfabeto. Aunque venía atrasado, sabía que su madrina no lo regañaría tan fuerte, por ser su ahijado favorito.
La tienda es conocida como; "Los bebitos de Agripina", dado por su dueña Doña Agripina una simpática mujer viuda con cincuenta años bien cumplidos, de nacionalidad extranjera y anteriormente educadora, hasta su jubilación para abrir esta tienda que había sido su sueño desde pequeña. Años atrás se hizo muy cercana a los padres de Taehyung, al punto de convertirse en la madrina del menor de los Kim.
El joven castaño atravesó la puerta luciendo su más grande y sincera sonrisa ya que no podía tener otra expresión cuando se trataba de su Noona preferida.
Ella estaba ahí, sentada al otro lado del mostrador bebiendo una taza de café mientras leía una revista de antaño, con pasos rápidos, decidió llamar su atención de su manera favorita, de la cual ya estaba acostumbrado.
—¡Agripina!— gritó a todo pulmón sobresaltando a la dama que casi derramó su café del susto.
A lo que Taehyung se carcajeo como siempre, a la par que Agripina recobraba el aire, dando estabilidad a su taza de café y enrollando con naturalidad -y enojo- su revista.
—¡Kim Taehyung!— Agripina lo golpeó con la revista en la cabeza.
—Te dije que no me sorprendieras así jovencito— agregó la mayor dando otro golpe, tratando de sonar seria fallando porque se le escapaban unas cuantas risitas.
—Perdóname, Noona— Taehyung dice con su humor intácto. —Pero, no puedo controlarlo, asustarte es uno de mis deleites— hizo una reverencia más de burla que de respeto, Agripina suprimió una sonrisa.
—Excusas y más excusas, querido— rieron un poco más.
—Sabes que no te puedes resistir a mis encantos, Noona— le guiñó un ojo, y la mayor bramó.
—Taehyung, ya te dije que no me digas; «Noona», sabes que yo no estoy acostumbrada sus costumbres, querido— le recordó.
Aquello era muy cierto para ella, a pesar de tener tantos años viviendo en el país oriental, continuaba sin acostumbrarse a los honoríficos y a las llamativas reverencias a las que solía someterse diariamente.
Taehyung se encogió de hombros con un mohín —Noona...—:ella negó.
—Ven aquí y dame un buen abrazo, como te enseñé, TaeTae— Agripina dejó a un lado la revista, y extendió sus brazos a la espera del menor.
Taehyung dudoso, rodeó el mostrador accediendo el noble gesto de su madrina; envolviendo con sus largos brazos, el diminuto cuerpo de la mayor.
—Ves, se siente bien un poco de contacto, ¿No gigantón?— comentó pellizcando una de las mejillas del castaño, que suspiró asintiendo.
—Como digas... Agri, por cierto ¿Dónde está, Jungkookie?— preguntó luego de separarse.
—Hace rato salió a pasear a Yeontan junto con los demás cachorros, ese pequeño demonio tuyo a estado muy inquieto estos días, hizo un completo desastre, aún me sorprendo de lo enérgico que es ese can... Hijo tuyo tenía que ser.
—Que te puedo decir, mi bebé es un espíritu libre— dijo desviando la mirada sin dejar de sonreír.
—Epa, no me desvíes la mirada jovencito, recuerdo perfectamente el accidente de tu duodécimo cumpleaños... Ustedes dos me costaron unos cuantos billetes, y una disculpa con el tipejo al que casi le da un infarto por su espectáculo.
—Estabamos celebrando la recuperación de Tannie, y los dos también nos disculpamos— Taehyung hizo un puchero adorable, y Agripina murmuro un inaudible "Contigo no se puede".
Agripina abrió la boca una vez más al recordar un temita del que quería hablar con el menor, no obstante fue interrumpida por el teléfono de Taehyung que sonó sucesivamente con el tono de mensajes.
—¿Mensajes?— atinó a preguntarle al castaño, que ante lo obvio asintió.
Desbloqueó rápidamente su teléfono.
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Chat con » 🐥Pollito Soulmate🐥
🐥Pollito Soulmate🐥
¡TaeTae!
🐥Pollito Soulmate🐥
Hyung me secuestró, me está llevando por todo el centro comercial. (⊙﹏⊙)'
🐥Pollito Soulmate🐥
Cargarás con mi muerte Kim Taehyung, te espantaré en las noches.╰(◣﹏◢)╯
🐥Pollito Soulmate🐥
En vista de que me ignoras...
🐥Pollito Soulmate🐥
Tomaré medidas drásticas.
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🐥Pollito Soulmate🐥
🐥Pollito Soulmate🐥
🐥Pollito Soulmate🐥
( ͡° ͜ʖ ͡°)
🐥Pollito Soulmate🐥
( ̄▽ ̄)Esto lo conseguí en la galería del galleto.
🐥Pollito Soulmate🐥
(ಥ‿ಥ) Nuestro bebé ya creció, ¡Tenemos yerno!
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Taehyung además de reírse de la hilera de mensajes de Jimin, se sorprendió por la noticia del supuesto noviazgo de Jungkook. Tanto Park, como él, desde hacía tiempo que andaban de casamenteros con Jeon; y al parecer el galletito podía conseguir parejita por si solito.
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Tú
Ese mocoso lo tenía bien escondido.
Tú
( ͡°( ͡° ͜ʖ( ͡° ͜ʖ ͡°)ʖ ͡°) ͡°)
Tú
¡Se nos viene la boda, amorcito! (°◇°人°◇°)
Tú
No sé preocupe mi pollón capitán, Kim Taehyung buscará una explicación. (●‿●✿)
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—Ya mijo, cuéntame el betazo— pidió la mayor una vez estuvo al lado del menor.
—Es que Jimin piensa que este chico es el noviecito de Kookie— le cuenta enseñándole las imágenes.
—Pues hasta yo me lo creo, este chico... Se me hace conocido querido— Agripina dice mientras se coloca sus gafas.
—Definitivamente es él, TaeTae ¿Recuerdas la vez te mandé a que le llevarás las empanadas a Jimin?
—Em... Sí.
—Bueno, ese día, este chico pasó por la tienda con un hermoso perrito de pelaje blanco, se estuvo un rato afuera leyendo los anuncios, luego entró nada más fisgoneaba todos los estantes, como si estuviera esperando que alguien le atendiera, así que me acerqué a ayudarle, pero solo se disculpó y se fue sin comprar nada.
—¿No preguntó por Jungkook, ni nada de eso?
—No querido, como ya te dije miró, se disculpó y salió.
Antes de que Taehyung pudiera preguntar algo más, la puerta de abrió en silencio, dejando a la vista a un joven azabache con una gran sonrisa y un montón de cachorros a su cuidado, quienes no tardaron en labrar como saludo.
—¡Ya volvió por quien lloraban!— anunció Jungkook más alegre que de costumbre. —Shhh, muchachos, ya los saqué al parque, compórtense— regañó a los canes que acatando la orden dejaron de labrar.
Desató a cada uno de los cachorros, yéndose cada uno a por su lado, los perritos estaban acostumbrados a pasearse libremente por el local, y a los clientes no les molestaba poder acariciar a tan adorables criaturas, todos eran muy obedientes, a excepción claro del pequeño Yeontan quien Jungkook mantenía seguro en sus fuertes brazos.
—Buenos días Taehyung hyung, Buenos días Agripina noona— finalmente saludó a sus mayores.
—¡Tannie!— fue el turno de Taehyung para gritar, arrebatando a su bebé del los brazos de Jungkook e ignorando el saludo del mismo. —¿Tío Kookie te regaño mucho, bebé?
—"Hola, Jungkookie, gracias por cuidar de Yeontan mientras estoy ocupado ¿No te dio muchos problemas?"— dijo Jeon usando un tono más grave que el propio, para imitar la voz del mayor —Oh, no TaeTae hyung, solamente que su demonio se escapó varias veces, haciéndome correr como enfermo por tres cuadras con los otros, nada grave— agregó Jungkook con molestia fingida.
—Nunca vas a cambiar... Una docena de las galletitas de chocolates de Seokjin hyung, bastaran para compensarte esto y lo otro ¿No?
—Tres docenas, más la revancha en Overwhach y estás perdonado, hyung.
Agripina ajena a la conversación de los menores, saludó al recién llegado —Hola de nuevo, Kookie querido ya necesitaba otra mano con los clientes— señaló a un par de personas que estaban al fondo en el área de alimentos.
—Estoy listo, como siempre Noona... Por cierto ¿De qué hablabas con hyung?
Agripina se mordió el labio inferior.
—De nada importante tesoro, ven separemos a padre e hijo— porque Taehyung y Yeontan andaban dandose mimitos frente a los clientes, por supuesto que no era una mala vista, pero había trabajo por hacer.
—Se acabó el desfile de besos, queridos ¡A Trabajar!— Agripina dio una mirada dura a ambos menores, para dirigirse al instante a su puesto de trabajo.
Taehyung dejó a Yeontan en el suelto, este desapareció junto a los otros; ya que el can solo se mantenía tranquilo con la presencia del muchacho castaño.
Taehyung se fue acercando a ayudar a los clientes que se veían perdidos, ya saben aquellos del tipo que se preguntan; ¿Es mejor un tazón de plástico o de aluminio?
Jungkook se dispuso a darle una barrida a la entrada de la tienda, para luego regresar y colocarse su verdadero uniforme; un tierno y enorme traje gris de conejo.
Y así transcurría otro día común, en aquella tienda de mascotas.
—Confiesa Kim Namjoon— exigió Yoongi mientras le daba un sorbo a su café.
El mayor desde que observó detalladamente al menor, supo que algo estaba diferente o mejor dicho que algo ocultaba y mis queridos lectores, nada, absolutamente NADA, se le escapa a Min Yoongi.
Los dos se encontraban en el comedor de la primaria, un lugar muy cómodo aunque muy bullicioso, suerte que ese día tanto algunos alumnos como docentes habían faltado a la institución y no se escuchaba el «gallinero» de siempre. Era de mediodía, y a cierto morenito se le había olvidado su almuerzo, ya que según este no se debía confiar en lo que sea que cocinaran las obreras del plantel, por lo que su hyung, sin que él lo pidiera le dio un sandwich extra, para que no se desmayara después durante la clase.
Cuando Namjoon entendió a lo que Yoongi se refería, se atragantó con su sandwich. Yoongi no golpeó la espalda de su menor, porque sabía que nada más, estaba exagerando y no se atragantaba realmente.
Luego de toser un par de veces más, Namjoon se recuperó.
—Hyung, creí que hablaríamos de esto con Hobi— su cara se tornó un poco roja.
—¿Sólo hablarás con la presencia de Jung?— Kim se limitó a asentir.
—Entendido...— Min con una sonrisa maliciosa, marcó en su teléfono aquel número que se sabía de memoria.
Namjoon fallecía de vergüenza en aquella fría silla de metal, al leer el nombre en el teléfono del mayor, quien afianzó su sonrisa.
—Veamos si contesta— Yoongi rió, mientras Namjoon tragaba grueso otro trozo de su sándwich.
Un tono.
Namjoon comenzó a sudar.
Dos tonos.
Namjoon limpió su sudor.
Tres tonos.
Namjoon desistió.
—Te diré, pero cuelga.
Yoongi obedeció, cancelando la llamada.
—Te escucho— Min colocó sus codos sobre la mesa aún sonriendo.
—Hace unos meses, escuché hablar de alguien que paseaba perros a un precio muy económico, y sabes que con todo esto de mi trabajo, no me queda mucho tiempo para atender a Monnie, así que anoté su número y le marqué. Te juró que la voz que oí, era como un coro de ángeles, hablamos sobre mi Monnie y decidimos reunirnos en el parque de la ciudad para que nos conociéramos— Namjoon soltó un suspiro recordando el momento, en cambio Yoongi se maldice internamente por no poder tomar una foto de la cara enamorada que tiene su menor, en ese instante.
—¿Y...?
—Oh claro... Fui con Monnie a la hora que acordamos y bueno ¿Sucedio?— Namjoon le dió otra mordida a su sándwich.
—¿Qué sucedió?— Yoongi preguntó haciéndose el tonto.
—Me da vergüenza decirlo hyung...— susurró con sus mejillas totalmente coloradas.
Ten piedad del chico poderoso Min Yoongi, este ante la pena del moreno, no tuvo otra que suspirar cansado y terminarse su café.
—Respetaré tu silencio, Kim... Por ahora— murmuro lo último.
Unos minutos más tarde el sonido del timbre, da la señal que el descanso a finalizado, poco a poco las mesas van quedando vacías y Min aprovecha eso para decirle algo más a Namjoon.
—Hoy te quedarás conmigo y con Hoseok, aclaro que; mi departamento, mis reglas, Nam— tomó su maletín, comenzando a caminar hacia el salón.
Namjoon se quedó sentado.
—¿Vienes o te quedas Nam?
El menor reaccionó acomodando su carpeta como pudo, yendo tras el mayor a tropezones, olvidando, a causa del apuro su maletín en el suelo.
—¡Espere, Yoongi hyung!
Un chico muy atractivo, que había observado toda la interacción entre los chicos, se acercó al lugar donde yacía el bolso abandonado, sujetándolo con un solo pensamiento en mente; devolverlo a su dueño.
—Él nunca cambia.
Para luego, tomar la misma dirección de los jóvenes.
—Estoy cansadooo— alargó Yugyeom, al tirarse en el suelo de la farmacia.
—¡Kim Yugyeom! Levántate, tengo que pasar coleto— Jisoo exclamó también cansada pero enojada.
—Yo también estoy cansado— Bambam dice, arrojándose junto a su amigo.
—Dios... ¿Tú también, Kunpimook Bhuwakul?
—Jisoo nonna la felicito por decir, mi nombre completo correctamente— el tailándes se relajó elevando su pulgar en alto.
—Todos estamos igual de cansados, respira un poco, Jisoo— Mark intervino en la escena colocando su mano en el hombro de la chica, con la esperanza de tranquilizarla.
Lo que consiguió, ya que la chica dejó caer el coleto, y se rindió en suelo junto a sus menores, quienes la recibieron con algunas risas.
—Lo dejaré pasar solo porque mañana nos toca turno de noche— musitó Jisoo, sonriendo al final.
—Así está mejor— sonrió el estadounidense.
—¿Alguien a visto a Hobi?- continuó Mark, ya que pelirrojo no se encontraba en su campo de visión.
Bambam y Yugyeom negaron.
Jisoo lo ignoró.
Y Youngjae...
—Lo vi entrar al baño, Mark hyung.
—Gracias Youngie— dejó a sus compañeros allí, para irse a loa baños.
Atravesó la puerta del almacén, giro a la izquierda, luego al la derecha y finalmente llegó a una puerta de metal con la señal en rojo que advertía lo siguiente; «Solo personal autorizado».
Tocó tres veces, la puerta.
—¿Hoseok? Soy Mark— hablo colocando su oreja en la puerta para escuchar una respuesta del pelirrojo.
—Espera, dame un minuto, ya casi salgo.
Mark se apartó a cierta distancia para darle privacidad a su menor, Hoseok se mantuvo dentro unos cuantos minutos más, hasta que finalmente salió secándose las manos con un pañuelo y con su característica sonrisa.
—Ya estoy, ¿De qué querías hablar?
—Caminemos un poco, así te cuento.
—Está bien— Jung avanzó primero con Mark detrás suyo.
Al cabo de que caminaban, Hoseok notó que Mark no dejaba de mirarlo, y eso empezaba a incomodarlo, con disimulo se inspeccionó, sin encontrar nada extraño, y al volver su mirada al frente sus ojos chocaron con los esmeraldas de Mark.
Okey, esto es raro.
¿Tenía algo en la cara?
—Eh, ¿Ya me dirás, qué sucede?
—Tus ojos están demasiado rojos, lloraste ¿No es así?— dijo el estadounidense con preocupación.
¿Tan pronto lo notó? Y él que creyó que lavarse bien la cara arreglaría todo. El menor, supo por la penetrante mirada del mayor, que mentir no serviría de nada.
Así que suspiró y asintió —Sí... Más temprano, volví a pensar en Momo, no puedo creer que ya ha pasado tanto desde que... Partió— divagó, tratando de evitar que su vista se nublara.
Aquello le partió el corazón a Tuan, tenía un par de años conociendo a Hoseok, y sabía que el único tema que provocaba que su sonrisa desapareciera era hablar de su ex novia, la tal Momo, que su ausencia afligía al muchacho. Así que a modo de apoyo le abrazó.
—Tranquilo, ni tienes que contarme si eso te lastimará, Hobi. Pase lo que pase, somos tus amigos, y estaremos para lo que necesites— ofreció, para luego romper el abrazo.
—¿Sí, solecito?
Hoseok le golpeó en el hombro, limpiando una que otra lágrimita que se le escapó en el momento. —Sí, bobo.
Rieron, y continuaron avanzando hasta que el mayor recordó lo que verdaderamente tenía que decirle al pelirrojo.
—Oh, Hobi, olvidé recordarte que te toca darles las llaves a los del turno de la noche— Hoseok asiente aceptando las llaves.
—Mark, ¿Puedes hacerme un favor?
—Claro.
—Se que los demás quizás sospechen de lo que me pasó hoy, pero, de todas formas no quiero que sepan que volví a llorar por ella, puedes no decirles nada ¿Por favor?— se mordió el labio inferior.
—No te preocupes, nadie se enterará.
Hoseok ahogo un suspiro de alivio, y se regaño por no controlar sus emociones, debía ser más cuidadoso para no lastimar a sus amigos con sus repentinos bajones.
De esta manera entraron de regreso a la farmacia.
—¡Buen trabajo a todos! ¡Hasta mañanas mis niños!— se despidió a toda prisa Agripina, se retiraba más temprano por unos "asuntos" que debía resolver.
—¡Adiós, nonna!— se despidieron al unísono Taehyung y Jungkook.
—Hyung, me voy a cambiar— Jungkook señalando la tienda.
—Esta bien Kook, yo iré a darle una mano a Dahyun— el menor asintió entrando devuelta a la tienda, para despojarse de su incómoda vestimenta.
Taehyung, dio diez pasos, quedando frente al consultorio de su amigo, el cual estaba justo al lado de la tienda. Afuera del consultario había un enorme cartel que anunciaba; "Consultorio Veterinario. Dr. Park Jimin. Horarios a tiempo completo ¡Nunca es demasiado tarde para ayudar a un amigo!". Aún recordaba el día en que ayudó a colocar dicho anuncio a mano izquierda de la pintoresca puerta de madera, en la maravillosa entrada al sitio, también como Jimin se había golpeado con el mismo por andar de distraído.
—Que tiempos.
Abrió la puerta sonriendo, esperando encontrar a la chica teñida, dentro de un completo desastres, (Pues, no era la primera vez que la muchacha se hacía cargo del lugar de trabajo de Jimin).
Grata fue su sorpresa al encontrar el lugar en completo orden y un silencio casi surreal. Los pacientes esperaban tranquilamente en compañía de sus dueños. El mostrador estaba totalmente impecable, lo que le hizo preguntarse; ¿Jimin realmente no se encontraba presente?
Taehyung estaba impactado.
Buscó con la mirada a la chica, que a lo largo de unos minutos, dio con ella; esta estaba charlando con un joven que traía a un conejito grisáceo que tenía su ojo derecho levemente inflamado.
—No es nada grave, bastará con que le apliques esta pomada anti inflamatoria y que le desinfectes su ojito, durante dos semanas, ten— le sonrió entregando un par de medicamentos, junto a un papel con las dosis diarias de cada uno.
—Regresen si los síntomas persisten, nuestro veterinario estará más que encantado en atender a Kungie— Dahyun dice, acariciando una de las largas orejas del conejito de nombre «Kungie» el chico dueño de tan precioso roedor, le agradeció en gran manera haciendo una reverencia para luego retirarse del lugar.
La fila era enorme.
A Taehyung le importó una mierda.
—Hey, respeta la fila— se quejó el anciano que iba detrás del muchacho que acababa de irse.
—Lo siento, solo será un momento, señor— respondió amablemente —Dahyunie— saludó con tranquilidad.
—Tae, gracias por venir a visitarme, me encantaría charlar, pero como ves, estoy colapsada de trabajo— la chica hizo una seña con su mano para que se fuera.
El castaño no se iría tan pronto.
—Déjame decirte, que estoy verdaderamente impresionado, cielos, esperaba ver esto patas arriba, sin embargo veo que tienes todo bajo control, Kookie está afuera, él y yo nos vamos yendo, ¿Quieres que te esperemos o...?— ella negó con una sonrisa.
—Me voy a quedar, pienso que es lo mejor, aún debo atender a un par de personas más— se agachó buscando un paquete tras el mostrador —Esto es para Jeon, le debía unas galletas, me lo saludas, y Tae...— se acercó más al castaño —Gracias por preocuparte, adiós.
—No es nada, entiendo... Hasta mañana— dio media vuelta y salió del consultorio.
Jungkook quien estaba recargado a un lado de la puerta esperándolo, sonrió reincorporándose.
—Vámonos, Kookie— le arrojó el paquete —Esto es de Dahyun.
—¿No vendrá con nosotros?
—No, ella pasará la noche en el consultorio— soltó directo encogiéndose de hombros.
—Uhh, galletas...— murmuro el menor, al sentir el aroma —¿En serio, Noona no destruyó nada hoy?— Taehyung negó.
—Me tienes que dar al menos una— comentó señalando el paquete. —En fin, sigo sorprendido.
Siguieron caminando, riendo y degustando las galletas, hace rato habían dejado el centro atrás, y faltaba muy poco para llegar a su respectivo departamento, y a la casa de Jeon.
—Hyung, intenté llamar a Jimin hyung varias veces, pero ese no se digna en contestar.
—Jimin, hoy no se quedará con nosotros, Jungkook.
—¿Qué?— se detuvo en seco —¿Por qué lo dices?
—Jin hyung lo invitó a quedarse a su casa, Jimin me mandó un mensaje con el teléfono de hyung, diciéndo que se le terminó la batería y lo está cargando en este momento...— Jungkook frunció el ceño —No me pongas esa cara, no sé nada.
—Lo que quiere decir que seremos solamente tu y yo— dice el azabache colgándose del hombro del castaño. —Nos toca pijamadas— se rió.
—¿No vas a casa?
—Nope, mamá está molesta conmigo, y Wonu también, por eso prefiero no molestarlos, así que ¿Pijamada Taekook, bro?— Sus ojitos de venado se agrandaron, y un pucherito adorable dominó en su rostro.
¿Quién podría decirle que no, a un conejito tan tierno? Uff, yo no.
—Sabes bien que eso no pregunta Kookie, las puertas de nuestro departamento siempre estarán a tu disposición— le dio una mirada coqueta al azabache y le abrazó por los hombros.
—¡Hyung!
Taehyung y Jungkook, siempre tuvieron esa relación cercana, de un par de buenos hermanos, claro que cuando eran más jóvenes duraron sobre el tipo de lazo que tenían, pero sin embargo, lograron aclararse, y ahora iban más que cómodos, a pasar tiempo juntos.
—¿Quién sigue?— Yoongi musito a toda la clase.
—¡Yo!— gritó un niño pelirrojo, levantándose de su asiento.
—¡No es cierto, es mi turno!— contradijo otro, un poco más alto. Colándose al lado del anterior.
—¡No! ¡Es mi turno de tocar con Yoongi Oppa!— exclamó una niña rubia, empujando a los anteriores.
El salón se transformó en un desatre, de gritos, empujones y demás cuestiones. Solamente para determinar quien era digno o digna de tocar el piano junto al profesor Min Yoongi.
—Niños, bajen la voz— Namjoon habló en un tono duro, que silenció a toda la clase.
—Pero, Namjoon hyung...— el niño azabache hizo un puchero.
—Jihoon, ya has pasado cuatro veces esta semana, debes dejar que los que no hayan pasado lo intenten esta vez, ¿Comprendes?— Namjoon suavizó su tono y le regalo una sonrisita al pequeño.
Jihoon asintió —Está bien, Namjoon hyung.
Una vez que cada uno regresó a su asiento, Namjoon se acercó a Yoongi y le susurró señalando el listado de asistencia con el que verificaban quien había pasado y quien no —Yoongi hyung... ¿Terminaste con la lista?
Min negó.
—Falta un tal, Jeon Wonwoo— le regresó el susurro —Es él— lo señaló con la mirada.
La mirada de Yoongi, se fijó al fondo del salón. Un pequeñín de nueve años, con piel blanquecina, y cabello platinado, quien estaba escribiendo en su libreta.
—Hablaré con él.
Yoongi se levantó del taburete del piano, dedicó una sonrisa a toda la clase, para después pasar al lado de los pequeños que le tenían mucha admiración y cariño.
El también sentía cierto afecto por los mocosos, eran sus luces y su impulso por seguir enseñando su vocación. Llegó al fondo, y el niño ni siquiera notó su presencia.
—Hey— no hubo respuesta.
—Jeon Wonwoo— dijo un poco más alto, pero seguía sin tener respuesta del niño.
Palmeó suavemente la coronilla de la cabeza del niño, este al sentir el contacto levanta la vista y Yoongi le sonríe.
—Mira Wonwoo, te toca tocar el piano— el niño le miró inexpresivo, encogiéndose de hombros.
—No quiero— respondió pausadamente.
Los niños que desde hace rato se habían callado para oír la conversación de su hyung favorito con el niño trasferido, se sintieron muy mal comenzando a murmurar entre sí. No entendían el rechazo hacia el ofrecimiento de su profesor.
—No quieres pasar, muy bien— dice con tranquilidad el rubio mayor, colocándo una expresión neutra.
—Jeon Wonwoo, si su deseo es aprovar mi asignatura debe cumplir con la planificación extablecida si no quiere tener una baja calificación al finalizar el periódo, así levántese y toque el instrumento— su voz grave retumbó en las cuatro paredes del aula, nunca había sido tan firme antes.
Wonwoo sonrió de lado.
—Está bien, perdone la ofensa, profesor Min— abandonó su asiento y caminó hasta sentarse en el tamurete frente al piano.
—Espero por usted hyung.
Yoongi avanzó sin prisa hacia Jeon, luego se sentó a su lado —Puedes iniciar.
El niño sonrió con un resplandor distinto, como nunca antes lo habían visto sus compañeros como profesores. Comenzó a mover sus pequeños dedos con una agilidad impresionante, la unión que Wonwoo tenía con el instrumento era tal que parecía que dicho objeto formara parte de su ser. A los segundos Yoongi se unió a Wonwoo. Un mini-concierto se formó en el salón de música atrayendo a alumnos de otras aulas y a unos pocos del personal de la institución. Maestro y alumno... ambos estaban totalmente concentrados en las notas del piano, idos de la realidad, encerrados en una burbuja de sublimes melodías.
Namjoon incluso comenzó a grabar con su teléfono, la pieza que ambos tocaban.
Al finalizar el estruendoso sonido de los aplausos llenaron la sala.
Min Yoongi estaba aturdido y gratamente sorprendido. Había encontrado finalmente un niño que tocaba el piano con la misma facilidad que su persona.
Giró para ver a su amigo, quien le rodeo con sus brazos, por otro lado sus compañeros de trabajo, lo alagaron y rogaron que algún día debía tocar para la institución completa.
Wonwoo, no se quedó atrás, pues fue rápidamente rodeado por sus compañeros de clases, quienes nunca le dirigieron palabra. Estaba abrumado por la repentina atención de todos ellos.
Sintió sus mejillas arder por el sonrojo que apareció en sus mejillas.
Yoongi se levantó.
—Niños, por favor déjenlo respirar— alejó a Wonwoo de los demás.
Yoongi quería felicitarlo también, ni obstante fue interrumpido.
—¡Wow!— exclamó un hombre cincuentón, muy alto entrando al salón.
—Eso fue increíble, ya veo porque su clase es tan popular, Namjoon, Yoongi ustedes son magníficos— aplaudió el hombre riendo.
—¡Director Park!— dicen al mismo tiempo Namjoon y Yoongi, haciendo una reverencia muy pronunciada.
—Ya, ya, no tiene porque hacer eso, muchachos, quedé muy impresionado, mis oídos jamás se habían deleitado de esta manera, ni con la delicada voz de mi sobrino— confesó el mayor.
—Director eso es... bueno— Namjoon se trabo un poco mirando a Yoongi para que le diera una mano.
—Muy beneficioso. Para los niños quiero decir, Director, desde que Namjoon habló con usted para que me diera esta oportunidad, he expuesto mi corazón en esto, desde que aprendí a tocar el piano he soñado con dirigir una escuela dedicada a la música, que los niños puedan expresarse a través de la música y finalmente que la compartan con sus seres cercanos.
El hombre asintió —Al principio estaba escéptico sobre permitir que un hombre sin ninguna experiencia o estudio en el área de educación ingresase en mi institución de la noche a la mañana, pero, tras los ruegos de Kim y de mi sobrino, no tuve otra que acceder; ahora comprendo que fue la mejor decisión, le confió a estos niños, Señor Min.
—No lo desilusionaremos.
—Eso espero... ¡Oh!— el hombre se golpeó la frente.
—¡Agh! ¡Casi lo olvido!— el Director Park elevó su mano izquierda (Que mantuvo detrás suya, durante todo el tiempo), enseñándo un hermoso maletín negro muy parecido al de cierta persona.
Efectivamente, era el maletín de Namjoon.
—¡¿Mi maletín?!— Namjooon miró su escritorio completamente vacío, callendo en cuenta que lo había perdido otra vez, y luego volvió a mirar al Director Park.
—Así es Nam, Jinyoung me lo entregó al finalizar, la hora del almuerzo, me pidió que te lo entregara ya que tuvo que irse temprano.
—Muchas gracias hyung, por favor también agradézcale a Jinyoungie por esto.
—Será un placer, bueno jóvenes, me retiro; ¡Adiós niños!
Los niños se levantaron en orden, reverenciaron y gritaron juntos.
—¡Adiós, Señor Director!
Y precisamente el timbre de la hora de salida resonó en la escuela. Todos los presentes guardaron sus pertenencias y cada quien se fue despidiendo de sus profesores.
Wonwoo salió corriendo no sin antes decir —Adiós Namjoon hyung— revenció a Namjoon, y miró a Yoongi; —y por favor, profesor Min, volvamos a tocar juntos, otro día.
Ese fue uno de los días más lindos para Yoongi. Namjoon se encargaría de el mayor nunca lo olvidase, mientras se retiraban cerrando el aula. Al mucho tiempo, el par se encontraban fuera de la institución esperando la llegada del auto de Yoongi con Hoseok. Una bocina sonó, seguida de un frenazo.
—¡Chicos!— Hoseok asomó la cabeza muy sonriente.
—Tardaste mucho en llegar, Jung. Creo que dormiré todo el camino a casa— se quejó mayor de los tres; apoderándose del asiento del copiloto.
—Es cierto, se me durmieron las piernas de tanto tiempo de estar en pie— Namjoon bramó y se subió a la parte trasera.
—Perdón, había olvidado que era mi turno de cerrar... Y pasaron cosas, perdón.
—Eso me lo esperaba más de Kim, que de ti, Hobi— comentó el mayor, medio dormido.
—¡Oye!— Namjoon se ofendió.
—Tiene razón, la otra vez dejaste las llaves de nuestro departamento en un baño público— recordó Hoseok, lamentando aquel acontecimiento.
—¡Eso es diferente!
—¿Y la vez que olvidaste el nombre completo de BamBam? Sentí vergüenza ajena ese día— mencionó Yoongi, recordando al tailandés.
—¡Ya!
—Recuerda lo que te va a pasar cuando lleguemos al departamento, Namjoon. No tienes escape— Una sonrisa malvada vislumbró en el rostro de Min.
Lo que vivió Namjoon fue peor que los interrogatorios del «FBI», del «CICPC», o de cualquier organización de investigación policial, sus mejores amigos le sacaron cada fragmento de información sobre su nueva pareja.
A.K.A; JEON JUNGKOOK.
Finalmente cayeron dormidos en la sala a eso de la una de la madrugada. Mañana sería un día muy movido.
Esperemos que estén listos para lo que viene.
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Betazo: es un cuento o chisme en Venezuela.
Woah, OMG... De verdad que entre todos los capítulos, este es uno de los más largos y que el que tenía más errores, ¿Cómo le hicieron para leerlo sin que les diera un mal en los ojos? I don't know & I'm sorry.
I love you! mintae_ji ¡Minjoon!
JoiceVidal Estoy tan agradecida por las bellas palabras que me dejaste en el capítulo anterior ¡Amodoro tus listas de lectura!
justdance2402 ¡Gracias por ser una de mis primeras lectoras, te amo!
🐣Fotitos🐹
(ⁿ/ᵃ: ᵐᵉᵐᵉ ⁱⁿⁿᵉᶜᵉˢᵃʳⁱᵒ, ˡᵒ ᵈᵉʲᵒ ᵖᵒʳ ˢⁱ ᵃᶜᵃˢᵒ.)
Nechi feliz por romper su hiatus y tratando de convencerse de que es una buena persona:
😢💜
15/03/21.
⎯ɴᴇᴄʜɪ.
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