Capitulo 27 - parte tres
Luego de tener toda aquella conversación Ash fue a su departamento a vestirse, quedamos en reunirnos en un par de horas por la noche.
Yo aproveche el tiempo que tenía para ir a comprar algo de comida, dulces y vino era lo que tenía por comer y era lo que me subía un poco el ánimo.
De camino al edificio solo pensaba en esos ojos grisáceos, lo extrañaba joder, extrañaba que se apareciera sin avisar, que usara su sarcasmo como respuesta aunque odiara eso, que habláramos de cualquier cosa, extrañaba sus llamadas por las noches o sus mensajes. Lo extrañaba a él.
Intente apartarlo de mi mente, pero era como si se hubiera quedado ahí eternamente.
Subí el asesor hasta que se detuvo en el Pent House, apenas entre puse las bolsas de cartón sobre el mesón de mármol y me deshice del abrigo.
Suspire al notar el frio departamento solitario, y apenas mi vista se posaba en el mueble naranja de la sala me venía a la mente una cosa: Noah.
¿Qué sucederá cuando Jack sepa eso? No querrá verme. De verdad estar sola solo me hacía recordar que podía perder a Jack antes de que el me perdiera a mí.
Joder. Esto es un desastre, y lo peor es que yo lo provoqué.
Decidí ir a mi habitación iba deshaciéndome de las piezas de mi ropa hasta que quede en sostén y los pantalones que llevaba.
Frene en seco totalmente sorprendida.
Mi habitación, está repleta de rosas amarillas y blancas. Están por todos lados, son muchas. El piso, en mi cómoda, literalmente en todos lados menos en la cama. Todo está oscuro, las cortinas aterciopeladas blancas están cerradas y la luz apagada.
Y como si mis pensamientos tomaran vida propia la luz se enciende, dejándome ver a, Jason, con las manos a ambos lados y con su rostro arrepentido.
Por un estúpido momento pensé en el no pude evitarlo.
Pero mi decepción fue ver a este bastardo.
— Quería disculparme. — Dice con arrepentimiento. — De verdad lamento haber sido un idiota contigo todo este tiempo. Pero es que... todo está tan complicado que... es difícil. — Es increíble cómo puede decir esto.
Rápidamente recordé que estaba en sostén, me cubrí nuevamente con el jersey que traía en la mano al notar su mirada reparadora.
— ¿Cómo mierda hiciste para entrar?
—Intento hacer algo romántico, ¿Por qué lo arruinas?
— ¿Te pedí que lo hicieras acaso?
Solo bajo la cabeza.
—Solo me siento como un idiota por haberte lastimado tanto.
—Que quede en el pasado Jason. Ahora no necesito tus disculpas.
— ¿Ni siquiera con esto lograrías perdonarme?
—Cariño... —murmure con burla —. Detesto las rosas, y el color amarillo.
—Bueno. Si sé que vales más que eso pero...
— ¿Cómo entraste aquí? Quiero que hables ya si no quieres que llame a seguridad.
—Cierto que ahora te coges a el dueño del Empire. Por cierto, ¿Dónde está? ¿No me digas que te aplico la misma que yo? —se burló. — La de no soy mago pero me desaparezco.
Imbécil. Estaba impecable como siempre, su peinado y su atuendo oscuro bien perfumado.
—Esa información no es de tu incumbencia.
—Vengo en buenos términos tu eres la que me provoca.
—No recuerdo haberte dicho que lo habláramos.
—No puedo olvidarte, Aura. —contradijo bajando la guardia.
Y aquí estoy otra vez; mi vida hecha un drama. Sé qué suena absurdo, y es absurdo pensarlo, pero siento que me encuentro entre dos amores. Y me refiero a la palabra "amores" porque la palabra amistad, no tiene cavidad con ninguno de los dos. En el fondo estoy convencida que no se puede amar a dos personas a la vez, es un querer diferente a cada uno.
El problema es que no hablo de Jack y Jason.
Hablo de Jack y Noah.
Oh por Dios, mi cerebro acaba de procesar esa información.
Ver a Jason así solo me hizo pensar en lo mucho que quisiera que fuera Jack quien estuviera haciendo esto, o quizás Noah lo cual es estúpido de pensar, pero joder. No sé qué me pasa.
En ambos encuentro algo que peligrosamente llama mi atención: Esta Jack haciendo una entrada triunfal; siempre mostrándome su lado oscuro, es tan jodido lo que pasa con él, desde como lo conocí, hasta como me hace sentir, todo de él me cautiva, me dan ganas siempre de charlar de cualquier cosa, observarlo sin decir una palabra pero imaginando todo, lo que me ha demostrado ser bajo esa capa de hielo dura y fría, es como si disimulara siempre lo que siente y como se siente pero en el fondo he descubierto como es tierno, dulce, sencillo a su manera, siempre sacándome sonrisas, una vez le conté a Jack que de pequeña obligaba a ver Breakfast Tiffanys' una y otra vez a mis amigas, y una vez sin avisarme me dijo que la vio porque quería conocer mis gustos un poco más de cerca. Su compañía me era refrescante, cada abrazo me trasmitía amor, el calor de su presencia en momentos fríos. Con él, mi lado dulce siempre está a flote, de una manera irrazonable. ¿Cómo en tan poco tiempo logró cautivarme? Yo misma no lo creo, cambio cuando estoy con él, y esa parte que no conocía de mí aparece de la nada, hace que quiera despertar abrazada junto a él cada mañana.
Es demasiado jodido.
Y por otro lado esta Noah, es inevitable pensar que no hay tensión entre nosotros, más allá del odio que ambos nos tenemos mutuamente, sabemos que hay mas allá, pero ninguno lo aceptara, la pasión y las ganas desenfrenadas de querer estar con él, estar a solas, me atrae constantemente hacia él, querer conocer más de su egocéntrica personalidad. Y esta su mirada, la manera en la que me ve me hacen pensar que siente lo mismo por mí, la manera en que sus brazos envuelven mi cintura, y como encajo tan bien con él, en su cuerpo, incitándome a probar sus labios sin poner resistencia, esa picardía que me vuelve eufórica; todo de él, sé que no es solo carnal, la fuerza y el esmero por conseguir lo que quiere, que parece no temerle a nada, con su personalidad y aspecto, no siendo las mejores, pero siempre algo dentro de mí me dice que bajo esa imagen de superioridad se oculta algo de un chico dulce, sincero, eso y muchos detalles más me hacen querer tenerlo, y sé que esta jodidamente mal, pero me hace sentir tan bien, tan viva. Por más que intente buscarle una explicación a todo esto no logro entender.
Con ambos siento cosas totalmente distintas, y eso hace que no quiera perderlos. Sé que no se trata de amores pasajeros, ¿cómo pretendo estar aferrada a los dos? No me dejan nada.
Y sin faltar esa voz en mi cabeza que constantemente me dice; que estoy cubriendo espacios que no puedo llenar sola... no quiero dejarlos ir aunque parezca egoísta. O por lo menos, no a Jack. No soy así de egoísta, sé que Noah no podría estar conmigo, y Jack, no sé si quisiera donde está.
Por Jason no siento mucho, de hecho casi nada quedo de esa relación. Me mintió de la manera más cínica posible, pero aun así está todo lo vivido, sin embargo sé que es un amor que paso de la adolescencia, desde esa noche fétida o quizá mucho antes que eso todo se volvió confuso, me mostró una faceta diferente, una que jamás conocía. Una que me asusto por completo. Sus ojos ya no eran los mismos, no me miraba con ese amor, siento que está conmigo solo porque si, y desde que me abandonó ha estado tan distante, al igual que yo.
— Por favor di algo. Tu falta de habla me está matando. — Suplica sacándome de mi trance.
— Jason esto es...
— Solo di que me perdonas, y todo volverá a la normalidad. Como antes. — Se acerca a mí quedando frente a frente.
Estoy sembrada en el lugar no podía moverme del terror que sentí en el momento.
¿Cómo perdonarlo? Si apenas asimilo todo. Me hirió de la manera más dolorosa. Sus ojos escudriñan los míos, pero no está esa chispa, que antes los caracterizaba, y me duele verlos, sin ese brillo.
Me siento como un juguete del destino.
— ¿Por qué lo hiciste?
El me mira y deja caer sus brazos rendido, sabe a qué me refiero, y sé que le molesta que pregunte.
— ¿Por qué hice qué? ¿Esto...? — Se hace el desentendido señalando la habitación.
— Sabes a que me refiero. ¿Por qué me mentiste? ¿Por qué huiste y me dejaste sola? ¿Por qué? ¿Por qué aun sigues mintiéndome? —Todo salió de mí sin pensarlo.
— Esa noche es igual de confusa para mí, Aura. Y creí que eso había quedado claro. —Su voz sonó suave y cansada. — Pero no, volvemos al mismo lugar. No entiendo porque haces esas preguntas, no te aconsejo que las hagas, por qué no quieres la respuesta. — Eso último cambio por competo.
— No puedo creer que hiciste lo que siempre haces, huir cuando siempre es mucho, cuando sientes miedo.
Mis palabras lograron ponerlo pensativo, no sé si fue la manera en cómo las expresé, pero solo suspiro y aparto la mirada.
— Has cambiado mucho Aura. Y no me gusta esta nueva tú. — murmuro —. Solo quiero que todo sea como antes. Vuelve a mí, por favor. — Espeta suplicante. —Volvamos a ser Jason y Aura, esa pareja insufrible, seamos nosotros otra vez, solo tú y yo.
Con cada palabra intento acercase, y yo alejándome.
Mi lado más razonable salió como voz en mi cabeza diciendo: ¿Qué esperas? ¿Qué volverá, a ser el mismo chico que antes? Te ha mentido una y otra vez, tantas veces, que ya no sabes si lo que dice ahora es verdad, te ha herido de todas las maneras posibles, física y emocionalmente, él no te hace libre, te ata, y tú no quieres eso, lo sabes.
¿Cómo le digo que existe alguien que pudo darme en meses lo que yo le pedí por años?
Quieres a Jack él te da felicidad, lo que Jason nunca pudo darte completamente, o que escasas veces hizo, pero que tú creíste que sí, te mentiste a ti misma todo este tiempo creyendo que él era esa persona, sentías tanto amor por alguien que solo te veía como un trozo de carne con vagina andante, pero estás a tiempo de recoger la poca dignidad que te queda he irte, no necesitas vivir con sus doce centímetros, el solo es un idiota que no sabe distinguir si tener un pene es una bendición o una maldición, despierta.
— Siempre, todo este tiempo estuve intentando complacerte. — Hable por fin debatiéndome en seguir o no, — ¿por qué dieces amarme? ¿Crees que... amar a una persona es, abandonarla, para "protegerla"? Porque fue exactamente lo que hiciste. — Me mira expectante sin decir una palabra, a lo que continuo. — No tienes una mínima idea de cómo me sentí el día después, el meses después, no me sentía yo, me usaste para llegar a ese lugar y no parecer sospechosa, luego apareciste como si no me hubieras herido...
— Pensé que ya habíamos hablado de esto. — Interrumpe con un cinismo insípido.
Niego con la cabeza y controlo las lágrimas que están a punto de salir, no me permito llorar frente a él.
— Solo... respóndeme, esta pregunta con sinceridad, por todos los años que estuvimos juntos. ¿A dónde fuiste luego de abandonarme? ¿A dónde huiste? me tenías a mí, pudimos haber hecho algo juntos, pero tomaste ese decisión por mí. — Siento una lagrima derramar por mi mejilla pero al seco al instante.
Silencio, sepulcral, doloroso, caótico.
Hasta que dice: — ¿Te tenía? — Su gruesa voz casi en un susurro.
No respondo.
No puedo.
No sé qué decir, ni cómo actuar ahora.
— Solo dime la verdad, por favor. — Odio sentir esa susceptibilidad, como si estuviera implorando por oírlo, pero necesito saber.
Más silencio.
Pasa su mano derecha por su cabello castaño y relame sus rosados labios.
—Vine aquí. — Susurra. — La ciudad era lo bastante grande para esconderme por un tiempo hasta que dejaran de buscar el cuerpo.
Miente.
Necesita una oportunidad más dice mi mente.
En cuanto a mi corazón: olvídalo, ya es suficiente.
Y no sé a quién hacerle caso ahora. Nunca lo sabré, a quien hacerle caso en cuestiones cómo estás, si a mi mente o a mi corazón.
— Prométeme, que si estuviste aquí... por todos nuestros días juntos, por... la promesa del meñique. — Sentí como mi voz sonó jodidamente temblorosa y me odie.
Hago un intento absurdo en sacarle la verdad.
Puede que a muchas personas les parezca realmente ridículo que una promesa así es fácil de romper, o todas en realidad. Pero para mí tiene un trasfondo. Mi mamá, siempre la hacía conmigo, y cuando decayó en la enfermedad que padeció, no me separé un segundo de ella, leíamos, hablábamos, reinamos, nunca había pasado tanto tiempo con alguien, y para una niña que vivía literalmente sola, era mucho afecto, antes de partir, en sus últimos días con sus últimos suspiros, me extendió el meñique, y me prometió, que jamás me olvidaría, que me amaba, y que algún día nos volveríamos a ver, lo entendí entonces esa promesa era lo más sagrado para mí.
Fue la primera en romperla.
Sabe lo que significa para mí.
— Lo prometo. — Me mira con esa lástima que tanto detesto.
Me mintió en la puta cara.
Lo hizo otra vez, y esta vez, por lo más sagrado que teníamos. Que tenía.
Apenas y puedo creerlo.
—Era todo lo que necesitaba que dijeras.
Pareció confundido.
— ¿Es todo entonces? ¿Estamos bien?
Negué con la cabeza.
—Bien jodidos. —Dije seria —, lo nuestro se acabó en el momento en que me dejaste sola, y no pienso repetirlo de nuevo.
— ¿Debo humillarme más veces para que me perdones?
— ¿Lo que haces te parece humillante? —pregunte —. Humillante fue lo que hiciste tú.
—Te he pedido perdón tantas veces que me siento ridículo, te he visto con cuatro tipos diferentes que te recuerdo conoces gracias a mí.
—Son todos tuyos.
—Para ti nunca fue suficiente lo que te daba.
—Ay mira machito, ya he tomado terapia como para saber cuándo un hombre es capaz de manipular y cuando no y tú eres perfecto en eso. Así que no te lo repito más, lo nuestro se acabó, no volveré a mentir por ti cuando tú lo haces en mi cara.
—No te he mentido. Entre aquí haciéndome pasar como un puto repartidor.
—Y vas a salir siendo un pendejo mandado a la mierda.
Solo negó y suspiro.
—Ya que no quisiste oírme debo decirlo entonces— pareció pensarlo antes de decirlo —. No confíes en ellos. No confíes en nadie, en realidad hazte el caso de que estas sola.
—Eso ya lo sé.
— ¡Escúchame joder! — grito dejándome pasmada—. Si no me interesara de verdad protegerte de una tragedia no estaría aquí diciéndote, que no te confíes de nadie ahora mismo, en serio no lo hagas. De pronto te preguntaste porque no estoy tan involucrado en esto como ustedes, y en realidad yo lo pensé mejor, prefiero que desconfíen de mí por no estar en ese estúpido círculo a que me hundan con ustedes solo por pertenecer.
— ¿Quién te ha dicho que esto pasa por querer pertenecer a un mundo de excesos ridículos?
Él se acercó a mí, su voz sonaba tan convincente, demasiado.
—Se viene lo peor de la historia, Aura. Solo cuídate, prometo desaparecer de tu vida en cuanto esto acabe. —Esta vez cunado lo note ya está frente a mí, solo nos dividía una pequeña distancia —. Sé que el daño que te hice es incalculable, y créeme que quise remediarlo, pero ya era demasiado tarde para mí —. Suspiro con pena —. Eso no significa que no quiero que te toquen un solo pelo. Así que por favor, no confíes en nadie, y cuídate, cuídate siempre que puedas y si es de ponerte primero hazlo, porque aquí, aquí no puedes confiar ni en tu sombra.
Seguido de eso me dejo un casto beso en la frente para irse y dejarme con la cabeza revuelta.
Siento que me falta aire.
Cuando mire hacia la ventana note que se había oscurecido, y me tuve que sentar en la cama para poner mis ideas en orden.
En eso entra Ash.
— Acabó de ver al maldito salir casi corriendo, es hora de... — Se detiene en cuanto ve la dramática habitación. — ¿Qué sucedió? ¿Te hizo algo? — Pregunta mientras se acerca a mí a paso rápido.
Niego con la cabeza y suspiro.
— De hecho paso todo lo contrario.
— ¿Qué dices?
— Vino a decirme que tuviera cuidado, que lo peor está por venir.
— Entonces el viene a amenazarte el hijo de la gran put...
— No —le interrumpí, ella pareció confundida —. De hecho vino a advertirme que me cuidara y se despidió.
— No le creo nada.
— Tampoco yo pero esta vez pareció preocupado.
— Olvídalo, si te hizo daño estando tan vulnerable no espero nada de el — pareció ir directo a mi closet—. Vístete ya, tenemos que saber que oculta el pendejo de mierda.
Una hora después mis botas al tobillo Alexandre Bierman, suenan por el asfalto mientras camino con rapidez hasta el auto.
— ¿Qué traes puesto? — Pregunta Ahs mientras subo a su lado.
— No quiero llamar la atención. — Mira mi atuendo Versace dos piezas negro, blazer y falda de cuero con extrañeza.
—No sabes lo que es sencillez, ¿entiendes eso?
— Es perfecto. El otoño se aproxima y no quiero resfriarme. Además, voy a recoger mi cabello. —Dije todo mientras hacía caso a lo que le reclamaba.
— Si, y no quieres no se... ¿combinarlo con el auto? — Pregunta con sarcasmo. — ¿Si sabes que no ha oscurecido?
— Por favor. — Bufe —. Estás vestida casi igual.
— ¿Nos podemos ir ya?
Rodé los ojos y asentí, ella se dedicó a poner en marcha el vehículo.
Sentí que se hizo eterno el camino, hasta que Ashley cruzó una calle por un lugar que jamás había visto.
Como toda ciudad dorada y brillante tenía su lado oscuro. Sombrío solitario, era la mejor descripción que podía captar.
El clima no nos favoreció, mientras más nos adentrábamos a aquel lugar, más se oscurecía, el cielo perdió su azul y lo reemplazó por un gris, y una llovizna empezó a caer dando ese toque sombrío.
— ¿Dónde carajos estamos? — Pregunte cuando se estaciona unas calles atrás de un edificio de cuatro plantas.
El lugar sin duda asusta, el asfalto está mojado y la luz roja del lugar se refleja en él.
Bar 69 un letrero rojo iluminado casi toda la calle me avisa que es el lugar.
Todo parece sombrío, sumido en decadencia, y oscuridad.
— ¿Soy yo, o... de este lado no parece que existe el sol? — Escucho a Ashley preguntar.
Mis ojos están clavados en la arquitectura hasta que diviso un auto.
— Este lugar no me gusta. Pero parece que encontramos a nuestra víctima. — Añado aun con la vista en la sombría calle.
— ¿Víctima?
— Si... ya sabes, la persona que estamos espiando.
El sonido de las gotas de lluvia se escucha al caer en el auto.
— Pensé que éramos Los Ángeles de Charlie.
— No podemos, ¿Dónde está el tercer ángel?
— Odiamos al tercer Ángel.
— Buen punto. Aun así, no necesitamos un tercer ángel, nos tenemos a nosotras. — Dije confiada. Pero en el fondo estaba cagada del susto, después de lo que ha pasado puedo toparme con lo peor—. Además, estamos lejos de ser ángeles.
—Con lo que ha pasado nadie aquí lo es.
El lugar está sumido en la oscuridad y soledad no da una buena impresión desde afuera, es el único lugar por aquí con luz, el resto de propiedades parecen abandonadas, oscuras.
Dos chicas por aquí, solas, esto no parece buena idea. Pero necesito respuestas y el miedo no me va a ayudar. Estuve a punto de decirle a Ashley que se quedara pero estiró el brazo a los asientos traseros y tomó un paraguas transparente.
Me armo de valor y salgo del vehículo para plantarme a un lado de ella. Puedo notar un dejó de miedo en su rostro, pero no nos detuvimos. Cruzamos la calle mojada el lugar apestaba a suciedad y a decadencia.
Tengo los nervios desorbitados.
—Un momento, ¿ese no es? —la voz de Ash me saco de mis pensamientos.
—Jason...
— ¿Qué carajos hace aquí?
—Es el lugar del que te hable.
— ¿Cómo diste con él?
—Bueno es que por seguridad Al y yo nos compartíamos la ubicación — hablaba mientras nos acercábamos, pero más llovía y más frio hacia —. Una noche no sabía dónde estaba, y la ubicación daba aquí, después de eso empezó a ocultarla, él tenía mi ubicación todo el tiempo pero yo nunca más la de él.
—De manera que acá deben ocultar algo.
— No lo sé. Pero Jason y Al tienen negocios—Ahs tenía un punto claro. ¿Y yo? No tengo ni idea de que buscamos.
— Si pero no sabemos de qué se traten
— ¿Crees que sea igual a los de Noah?
— ¿Y que por eso se odien? —pregunte intentando conectar todo—. Jason nunca tendrá el poder adquisitivo que tiene Noah.
— ¿Y? Pueden odiarse igual. Pero no sabemos el porqué de esto.
—Hay una cosa — dije apenas el momento llego a mi memoria —. Cuando Jason me manipulaba para que lo ayudara a disimular su falta de contacto femenino, un noche me compro un vestido y me vistió como una escort para que lo acompañara a una reunión con un proveedor, y ese proveedor era JACK.
— ¡¿Qué?!
—No se... no sé, porque lo acabo de recordar. Estábamos en uno de sus negocios, y... solo quería irme.
— ¿Con quién estaba él?
—Estaba con su hermano.
— ¿Tiene un hermano? Carajo, es como una versión de Noah un poco más amable pero hijo de puta a la vez —la mire mal —. Sin ofender.
—No es nada parecido a Noah créeme.
— ¿Cómo es que sabias eso y no me contaste nada?
— ¿Qué insinúas?
—Que Jack tiene algo que ver eso es obvio.
—No lo dices enserio.
—Bueno, para mi es más que sospechoso, no puede estar en los dos bandos, quiso ayudar desde que empezó a salir en l estúpida página, y ahora que nadie más que tu está dando de qué hablar desapareció, además del hecho de que tiene negocios con Jaso.
—Oye no —la detuve —. Que Jason tenga negocios con Jack no significa que sea la persona que nos acosa, Jack paso por lo peor hace unos años y la verdad dudo que tenga motivos para hacer eso.
—No inventes —rodo los ojos—. Estas defendiéndolo porque te enamoras de él. Concéntrate, mira donde estamos.
—Ay por favor, no empieces.
—Hay una maldita persona que es un copia barata de Gossip Girl, solo que esta sí parece tener un motivo más fuerte que el estúpido de Dan.
—Es demasiado que procesar, Ash, Vayamos paso por paso, ¿quieres? —Ella solo suspiro y negó con la cabeza.
—Siento que no estás del todo aquí, y tienes que concretarte. Esto no es un estúpido plan para joder a Noah, se trata de buscar una puta respuesta que tenga sentí.
— ¡Lo intento carajo! ¡Lo intento! —grite cansada de oírla reprocharme. Ella abrió los ojos sorprendida —. Estoy dando lo mejor de mí para no derrumbarme en la cama porque un imbécil me rompió el corazón otra vez después de cerrarme tanto — la vi tragar grueso —. Dicen que cuando te parten el corazón te duele, pero no hablan de cómo se siente hasta los huesos cada dolor que te causa recordar a esa persona.
Ahs pareció pensarlo.
—Lo siento —murmuro apenada. Mire hacia un lado evitando que mis lágrimas se asomaran—. Deberíamos ir antes de que alguien nos vea aquí.
Levante la mirada y asentí para inspeccionar el lugar. Jason seguía caminando hasta que estuvo enfrente del misterioso sitio.
Llevaba el mismo traje trae piezas negro de hace un momento, pero ahora con un paraguas y un cigarro, caminando a paso lento hasta llegar al lugar.
Entro como si el lugar le perteneciera, solo toco la puerta y lo perdí de vista.
Esperamos segundos pero el lugar está tan sólo que no pudimos esperar para imitarlo. Estábamos frente a la puerta metálica grisácea, Ash la toco y esta había quedado un centímetro abierta por la que pudimos aprovechar el momento.
Sin pensarlo me acerco y toco el frío metal con la palma de mi mano para empujarla y entrar.
Todo aquí grita: mundo desaforado.
El lugar está sumido en una luz violeta intensa, todo parece organizado, limpio.
Pero algo no me gusta.
Hay chicos por doquier, y tubos de bailes sensuales en cada mesa.
Las chicas están casi desnudas.
Trajes cortos brillantes y apretados. Pelucas, maquillaje, y un aroma un paco abrumador de alcohol y cigarro.
Mi vista se fue de inmediato a una puerta café de madera a un lado de la entrada, de verdad el lugar asustaba, no era tan grande pero sin embargo no cabía una persona más.
Quise ver que había pero un carraspeo llamó mi atención.
— ¿Se les perdió algo? — Escucho una voz femenina frente a mí.
Subo la mirada para encontrarme a una chica alta peli negra. Parecía muy sencilla físicamente, pero su atuendo se robaba todas las miradas, era como un Hooters versión barata. La repare con la mirada, fue inevitable. Tiene ese aire intimidante, pero aun así no baje la mirada.
— Si, queremos dos Martini sucios.
— ¿Tengo cara de camarera? — Pregunta con una ceja enarcada y una arrogancia notoria.
No soporto a las abusivas.
— No... Incluso las camareras saben que ese atuendo no le favorece a cualquiera.
Ahs me dio un golpe con el codo para advertirme con la mirada.
— ¿Quiso decir que si nos podrías tomar la orden? Por favor.
La chica me repara con arrogancia.
— Es evidente que no son de aquí.
— ¿Es mucho pedir una camarera decente? —pregunte amenazante.
—Aquí no entran mujeres, a excepción de las trabajadoras.
—Somos invitadas. —aclaro la rubia a mi lado.
— ¿Ah, sí? ¿Y por quién? — se cruzó de brazos reparándonos.
—No debería darle información a una mujer con tan mal gusto para vestir, permiso —dije rodeando mi brazo con el de Ash para caminar.
La chica se puso en medio de nuestro camino.
—Dudo mucho que alguno de los chicos haya invitado a las hermanas Wilson. —entendí la referencia apenas sentí su tono de burla —. ¿Quiénes son, y que quieren?
¿Quién es esta perra?
Miro a Ashley y esta enarca una ceja.
— Soy la novia del dueño del lugar. — La chica parecía sorprendida, lo que me deja claro que tenía la menor idea. — Y tu... Deberías ser su asistente. — Ash parecía haber perdido la paciencia— Así que, te agradecería que me trajeras un Martini Sucio, y que te apartaras del camino. — Le sonrió con ironía.
—Nunca en el tiempo que llevo trabajando aquí había oído hablar de ti.
— ¿Y quién eres para creer que me importa que no sepas de mí?
La mujer borro la sonrisa de inmediato.
Pasamos a un lado de ella para dirigirnos a la barra.
— Creo que debimos omitir lo de la novia.
— No hubiéramos podido pasar de la puerta.
— Lo sé. Tenemos que buscar respuestas ahora.
Diviso a un chico alto castaño tras el bar sirviendo bebidas. Le hice una seña con la mano, no sin antes mirar a Ash, con la mirada entendió todo. Con el encontraríamos aunque fuera algo pequeño.
— ¿Puedo servirles algo? — Pregunta este con la mirada en la rubia.
— Sorpréndenos. — Dice está al notar su embeleso.
El chico casto, empieza a mover las manos para preparar unas bebidas.
Al servir la bebida roja en una copa de cristal mira a Ashley con una sonrisa.
— Lindo lugar. ¿Es tu primer día trabajando aquí? — Intervengo.
El chico me mira y asiente.
— Si. ¿Es muy obvio? —pregunto para mirarme.
— Un poco—respondió Ash —. Y, ¿Qué tal te tratan?
— Bueno. Para ser el primer día. — Parece buscar las palabras adecuadas para decirnos mientras limpiaba la barra. — Bien. — Añade.
— Eso es tener suerte. — Intervengo atrayendo su atención. — Nosotras llevamos meses trabajando en un cabaret, y nos va del asco.
Nos repara con la mirada mientras lustra la madera.
— Ustedes no parecen chicas trabajadoras. — Enarco una ceja y él añade apenado. — Sin ofender. Es sólo que... son muy lindas, y parecen... — Dejó la palabra al aire, parecía que estaba un poco nervioso lo que me pareció un poco tierno. — Es sólo que, nunca las había visto por estos lados.
— Las apariencias engañan. — Agrega Ashley.
— Y... ¿Por qué dicen que les va de lo peor?
— ¿Por qué te lo diríamos? — Pregunto con la bebida cerca de mis labios.
— Nunca han oído que; el barman es el mejor amigo del hombre.
— Nunca lo había oído. —dije sonriente —. Pero si... nuestro jefe es un asco.
Sonríe con pena y ladea el rostro.
— Ni hablar del mío. — Hace un ademán de horror. Eso sin duda llamo mi atención. — ¿Como hicieron para entrar? Sólo se les permite la entrada a los caballeros.
— Bueno... tenemos nuestros propios métodos.
—Creo que tú necesitas un trago tambien — dije sonriente.
—Sí, con eso de que tu jefe es un asco, parece que los tres necesitamos mucho alcohol.
En chico nos repara y parece entender el trasfondo.
—Lo haría, pero mi turno apenas empieza y el bar es veinticuatro horas.
— ¿En serio? Nunca había escuchado eso.
Parecía que el chico respondía mas a Ash que a mí, así que no intervine más.
—Es casino de día y bar de noche.
—Eso parece interesante.
— ¿Te parece?
—Bueno, es que ¿Cómo hacen para convertirlo de bar a casino solo por la noche?
—No se convierte — negó con la cabeza sonriéndole —. Solo lo es.
Ash me miro por un corto momento.
— ¿Qué?, ¿Vas a decirme que detrás de esa puerta es un casino clandestino lleno de mafiosos? — Pregunto Ash sonriéndole sin apartarle la mirada.
—Tal vez no son mafiosos pero —ladeo el rostro y le sonrió abiertamente.
—Increíble... debió ser ingenioso quien se lo creo.
—Solo un hijo de papi con suerte que probablemente busque a otros mimados para que apuesten la mitad de sus herencias. Ya sabes, solo gente afortunada.
—Idiotas con dinero.
El chico empezó a servir bebidas a las camareras que se acercaban a la barra, pero no se apartaba mucho de donde estábamos Ash y yo, solo se daba la espalda para buscar alcohol.
—Me leíste la mente — dijo guiñándole un ojo.
— Este lugar suena muy exclusivo—intervine por fin.
—Lo es.
— ¿Tan exclusivo para no dejar entrar a dos chicas que buscan diversión? —Pregunto Ashley con una sonrisa pícara.
Se lo que hace. Y lo hace a la perfección.
— En ese lugar pasa de todo menos ese tipo de diversión. — Algo en mí se removió al escuchar esas palabras.
Veo de reojo a la chica pelinegra caminar hacia nosotras con seguridad.
Parece una maldita modelo. Una perra bien vestida.
Ashley me avisa con la mirada. Tenemos que salir de aquí.
—Necesito ir al tocador, ¿me acompañas?— le pregunte a la rubia de ingenio valioso.
Ella solo asintió y puso el dinero sobre la barra.
—Algo me dice que no van a volver. ¿O, sí? —pregunto mientras serbia mas bebidas.
—Te dejare mi número, por si cambias de opinión algún día. — le pase papel y un esfero de mi bolso para que escribiera con rapidez.
— ¿De qué hablas?
—Bueno, una rubias sexy y una castaña ardiente te invitaron a tomar un trago y te negaste —le dijo sonriéndole con mucha picardía. Le extendió el papel y este no dudo en mirarlo y repararlo para luego volver a mirarnos. — Tal vez otro día, sin ese traje de corbata — ambas pusimos cara de ternura y el pareció tragar grueso.
— Pensé que solo dormido me pasaría esto— murmuro, pareció pestañear varias veces. Nosotras nos dimos la vuelta y él nos detuvo —. Esperen... Me agradaron. — Sonríe con amabilidad. — Podrían darme sus nombres... por si las vuelvo a ver por aquí algún día. — Añade con ternura.
Ashley me mira, y voltea a mirarlo.
— Soy, Isabelle. —dijo ella.
— Y yo, Amber. Un placer.
Con una sonrisa sensual salimos del lugar. Para cuando gire mi rostro la chica pareció preguntarle algo al barman.
—Es increíble que seas tan buena.
— Solo tienes que ser como ellos quieren que una mujer sea para conseguir lo que quieres, es fácil, solo debes actuar como una mujer nunca seria en la vida real.
—Voy a anotar eso.
—Te... ¿parece si lo haces cuando subamos al auto? Este lugar me aterra.
Y tenía razón, la noche había caído, la lluvia había parado dejando las calles mojadas, le daba el toque más tétrico posible, pues la luz roja se veía más y mucho más notoria en el piso reflejándose a ella misma.
Este lugar podía ponerte los pelos de puntas.
Nosotras caminamos a paso apresurado mientras buscábamos el auto, lo dejamos lo más lejos posible para que no nos notaran.
Cuando llegamos a este, solo subimos, Ash lo puso en marcha y por fin pudimos respirar bien.
—Deberíamos organizarnos un poco, mi cabeza quiere reventarse.
—Saca lápiz y papel y anota todo lo que sabemos.
Corrí a hacerle caso, puse en orden las ideas como una linea de tiempo.
—Bien, empezando por el hecho de que algo me dice que Jason desencadeno una maldita mala suerte sobre todos a nuestro alrededor, el chico que mato, la aparición de Noah y Jack, ahora Jason y sus negocios, esto no tiene sentido nada.
—No, porque tu cabeza es un desastre — dijo seria—. Primero empecemos por descubrir quiénes pueden entrar a ese lugar, siento que el bar no tiene nada de extraño, pero el casino no se...
—Yo presiento que el casino no es solo para apuestas.
— ¿De qué hablas?
—En la secundaria, ¿recuerdas? — ella negó inmediatamente, el auto seguía en marcha nos esperaba un largo camino —. Jason apostaba cada que el equipo jugaba, hasta que un día un tipo llego a golpearlo porque Jason se quedaba con la mitad del dinero de las apuestas.
—Recuerdo, ¿por eso casi se muere?
—Sí, pero el punto es que si llego hasta aquí no solo fue por su dinero, o el de su padre, la cosa es que no debe ser el negocio más limpio de todos.
—Pues estaba repleto, tal vez le robe clientes a Noah y por eso lo odie.
—Tiene sentido a decir verdad.
— Me preocupas tú.
— ¿Yo?
— Él le dice a todo el mundo que siguen juntos, y al ser la novia del tipo más odiado podrías ponerte en riesgo.
— Todo era un teatro. Hasta que a su padre lo elijan para un cargo importante.
— ¿Qué? ¿Quiere ser presidente o?
— Senador.
— ¿Es broma?
— Ojala lo fuera.
— Por eso Jason te usa como fachada, si el hijo de Andrew el aspirante a senador.
— Si, pero lo mande por un caño a la mierda.
— Y eso le da un motivo para ser el quien nos esté acosando con esos chismes.
— Exacto, y encima a Noah por sus negocios.
— Noah es anónimo con sus negocios.
— Era, yo lo mostré a todo el mundo.
— Mierda, Aura.
—Sé qué fue lo más impulsivo que pude hacer.
— Pues ya está hecho así que no importa— dijo decidida—. Y si... Andrew ya sabe lo que hizo, y tú. ¿Sólo eres una fachada?
— No. Sabes que Andrew es un hombre muy importante, y correcto. En todos los sentidos. Si supiera eso, Jason no estaría por aquí.
— Y, ¿no has considerado decirle?
— A decir verdad... Ni siquiera puedo pensar en eso. No puedo delatarlo.
— Piénsalo. Te puedes hundir por él.
— Eso jamás.
Después de minutos de camino Ash me deja frente al enorme e imponente edificio.
— Creo que mañana saldré con el tipo del bar.
— ¿Sola? Nunca.
— ¿No notaste que solo me respondía a mí?
—Intentaste seducirlo para que te respondiera, de ninguna manera te dejare ir sola. Quieras o no, mañana pasa por mí, e iremos juntas, yo te llevo y te espero en el auto frente al lugar donde te verás con él.
—Está bien.
— ¿Te veré mañana entonces— Ella bajo la mirada y asintió.
Iba a bajar del auto, pero ella me detuvo.
— Aura. Piensa bien es eso. — Mi corazón empieza a acelerarse apenas me habla con tal seriedad. — Esto no es; El Gran Gatsby. Por más que quieras.
Sus palabras lograron hacer más evidentes mis nervios.
— Lo sé. — La miro y me da una mirada desconfiada. — ¿Quieres quedarte a dormir?
— No. Quiero estar sola. — Alude con tristeza.
Otra vez ese feo sentimiento.
— Está bien. — Susurro. — ¿El auto está bien? Tu celular... no se te apagara, ¿o, si? — Pregunto con nerviosismo.
Aparta la mirada y sonríe con tristeza.
— Estaré bien. — Dice con pesadez.
— Cuídate mucho. ¿Si? Avísame cuando llegues.
Ella asiente y me bajo del vehículo.
La veo marcharse.
En recepción ya me conocen y el portero igual, solo se encarga de ayudarme en lo que necesito pero sé que solo lo hacen porque Jack lo dijo.
Pase directo al ascensor una señora de edad me sonrió amable mientras me vio presionar el botón de PH.
Unos cuantos minutos después la puerta se abrió dejándome en el piso donde ahora vivo. Las luces estaban apagadas, solo la ventana enorme enfrente iluminaba el lugar, la ciudad se veía completamente imponente.
Un aroma familiar me hizo extrañarme, pero me dirigí a la cocina en busca de algo para tomar.
Con un poco de extrañez me bebí todo el vaso de agua, y me dirigí a mi habitación quitándome el abrigo, y las botas. Seguía percibiendo ese extraño aroma, pero lo olvide cuando me deshice del sostén, me sentí aliviada cuando quede con el top y la falda.
Pero de inmediato y antes de entrar baje el cierre de la falda quitándome esta.
El aroma se hacía más fuerte, y me hizo recordar a...
Bueno evite pensarlo y apenas entre a la habitación busque el encendedor, todavía me costaba adaptarme a este lugar.
Antes de encender la luz de la oscura habitación sentí algo moverse en la cama, me alerte apenas pude, carajo, ¿y si es Jason otra vez?
Puede ser posible, el tipo esta demente.
Me asusta lo que pueda hacer, ¿y si nos vio a mí y a Ash fuera de ese lugar? ¿Y si la pelinegra le dijo algo?
Mierda.
Mi teléfono había quedado en mi abrigo.
Tome una vela que estaba sobre una mesita que tenia al entrar a la habitación y encendí la luz rápidamente.
Había un hombre en la cama, la luz no le daba en toda la cara, y no espere para reaccionar.
— ¡Hijo de puta! —grite aterrada, lo que tenía en la mano lo tire y cerré los ojos gritando.
— ¡Mierda Hasthings!, ¿otra vez?
La voz quejándose de dolor me hizo abrir los ojos. El sonido de la vela cayó al piso escuchándose por la habitación.
Un vez la luz estuvo encendida quede fría en el lugar.
Petrificada.
—Jack...
Nota de autora:
Comentarios por aquí sobre lo ocurrido en este capítulo.
⭐️ Si ya has llegado hasta aquí, deja tu apoyo presionando la preciosa estrellita. ⭐️
Bye, cuídense.
X
O
X
O
💋
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro