Capitulo 21
Andas muy gracioso... ¿te a metió un payaso o que?
Noah
— ¿Qué hora es? —Pregunto Adam secándose el rostro luego de que Nate lo empujara al Jacuzzi—. ¿Qué fue lo que paso? —no quise abrir los ojos, sentía el amoblado cómodo. Después de mucho tiempo logro conciliar el sueño sin sentir el insomnio presente.
Pero no pude por mucho tiempo pues el idiota de Adam grita como albañil en quincena.
— ¿Por qué Noah está desnudo con dos chicas?... —volvió a preguntar—. Y, ¿Por qué yo no amanecí así?... —murmuro, pero en realidad sentí que lo grito con un megáfono— ¡¿Por qué me despertaste con agua fría?!
Me removí sin pensarlo, y en cuanto abrí los ojos lo note. La cama estaba en el desastre llamado sala, y habían dos chicas acostadas en la misma cama que yo.
—Llevo haciéndolo desde una hora.
—... Creo que cometió un error—dijo mirándome.
No quería levantarme, pero termine haciéndolo, aparte a las dos pelinegras y me puse de pie, todo me giraba.
—No fue mala idea mezclar trago y las pastillitas de color, después de todo —dije jadeante. La cabeza me iba a explotar.
—Solo sé que amaneció, y que tienes un tatuaje de una caricatura que dice: "tengo el pito grande" —señalo a mi pierna derecha adormecida.
Arrugue la cara.
Pero ambos me miraban con cara de peda toxica nivel legendario.
Entonces baje la mirada a donde Nate señalo.
Ay mierda...
Si tenía un tatuaje que decía eso en mi muslo derecho.
¿Qué paso?
—Bueno... se me ve bien como todo —dije al terminar de mirar mi pierna y el tatuaje negro bordeado de rojo.
— ¿Le diste un medicamento o qué?... —Adam le pregunto a Nate.
—Clámate... No es como si me hubiera tatuado un pito en la frente... —bufe sobándome el cuello.
Los dos se miraron como si quisieran decir algo, pero no se atrevían, seguido de eso me miraron la frente.
¿Qué verga hice?
Camine a paso apresurado frente a un espejo cercano. Pero solo pude percibir perfección, y un alborotado cabello.
—Más bien explíquenme como es que ellas amanecieron en mi cama, y no se sus nombres—seguía hablando con cansancio, sentía que me hubiera dado bien duro contra el pavimento.
—Son las seis de la mañana—Nate se acercó a mi tranquilo, con aspecto a un gamín —. Despierta pendejo durmiente. — Le escucho gritar mientras me arroja agua con fuerza a la cara.
Lo vi venir así que no tuve más remedio que secarme con el dorso de la mano, el impacto de la fría agua que goteaba por mi pecho desnudo.
—No recuerdo nada... —murmuro Adam—. ¿Y por qué tengo un sostén puesto? —se miró el pecho mientras se levantaba del suelo.
Una vez estuvo de pie note que solo llevaba eso y unos pantalones cortos. Que no cubrían mucho de sus partes.
En realidad no cubrían nada.
¿Qué clase de rumba tuve? No recuerdo ni mierda de lo que paso.
No tengo nada en la mente, solo que tome demasiado, Adam invito a unas cuantas personas, disfrutando todo, hasta que llego Daniel. Después de eso, creo que fue mi último recuerdo consiente.
— ¿Por qué eres tan desmadrozo? —bufe mirándolo burlón.
— ¿Él es quien la caga?... —pregunto Nate con un tono de voz enfadado. Lo veía hablar pero no entendía nada, no podía concentrarme, ni siquiera les había visto la cara a las dos chicas tendidas en mi cama—.Tú fuiste quien invito a todo el que quisiera venir, los echaste cuando te parecieron "feos" te bebiste todo el alcohol, te tatuaste, te embriagaste hasta quedar como indigente y le diste pepas a un niño de dieciocho años que casi se muere...
— ¿Qué yo hice qué? —lo detuve.
—Y como si fuera poco humillaste a Aura y a Jack —añadió Adam luego de beberse una botella con agua.
—Eso ya es normal... —bufe mirándolo—. Pero... ¿Cómo que yo le hice eso a Daniel? Es el único primo que no me avergüenza.
Nate todo los ojos.
—Era llamar su atención para saber si era la chica fantasma, no humillarla —contra ataco el peli negro.
— Pero yo no pude haberle hecho daño a Daniel—mire a Nate.
— ¡SALIO DE UN CENTRO DE REHBILITACION! —me grito.
Arrugue la cara.
—Bueno...pero no te enojes —le señale.
Pero volvió a interrumpirme.
—Le diste alcohol, y tal vez drogas, insinuaste que lo que necesitaba para dejar de estar triste era tener sexo a lo loco... estuvo como una hora inconsciente y pensaste que se había dormido ¿Quién es el desmadrozo? —explico enojado.
Hice memoria, pero todo lo recordaba borroso.
El sonido de una llamada me alerto, Adam corrió por todo el lugar buscando su celular, hasta que removió como diez botellas tiradas en el suelo, lo tomo y atendió con rapidez.
—Que quede claro que todo lo planee —me excuse señalándole.
—Ya la cagaste... nos va a llevar la su-per-ver-ga. Así que deja de excusarte con mamadas.
—Noticias—interrumpió Adam tirando el aparato a un lado.
Suspiro y me revuelvo malgeniado.
— Espero que sea importante. —Exclame con poca paciencia.
Ambos están de brazos cruzados mirándome expectante.
Solo espero que no sean problemas de negocios otra vez, estoy harto de eso, otro más y quedo en la quiebra.
—Lo jodiste anoche... al parecer —murmuro Adam —. Jack está de vuelta—admitió serio. No quise aceptarlo, pero sentí un revuelco en el estómago—, acepto ser proveedor de Jason.
Ruedo los ojos y me incorporo en la conversación.
Era oficial, me metí con su hermano.
Y había despertado una bestia.
A la que no le temía.
Pero que si esperaba que hiciera algo que jodiera a todos a mi alrededor.
No me importaba mucho realmente.
Pero las consecuencias me poden a pensar en cómo puede terminar todo.
— ¿Que mierda? ¿Por eso me despertaste? — Frunce el ceño, y me acomodo el cabello para encararlos. — Ya lo sabía Sherlock versión pendejo—ambos me miraban sin creer mi cero preocupación en el asunto—. Ahora si me disculpan, quiero seguir con mi sueño de belleza. — Suspiro frustrado.
— Ojalá fuera solo eso. —Me detiene mi hermano. — Ambos son aliados ahora, sabes lo que eso significa... —aclaro sin paciencia —. Jack tiene muchos contactos, si no nos movemos rápido, me temo que perderemos todo lo que hemos logrado hasta ahora. — Esto debe ser una broma.
Paso una mano por mi cabello frustrado.
—Ya acepta que la cagaste... —suspiro Adam pasándose una mano por la cara.
No sé si sentirme preocupado, o con ganas de ignorar todo y seguir con la perra vida.
—No he hecho nada de lo que me arrepienta aun... —sisee decidido —. Jack quiere estar devuelta... —asentí mirando sus rostros preocupados. Eso no me calma —. Nosotros nunca nos hemos ido, y él no lo sabe...—ladee el rostro pensativo —, solo hay que usar eso a nuestro favor.
Nate hizo una pausa y señalo a las chicas a mi espalda.
Segundos después Adam las despertó para que tomaran sus cosas, yo me dedique a buscar algo para hidratarme, cuando volví a estar frente a ellos, Nate me seguía mirando con ganas de matarme y dejarme tirado en el monte.
Estaba vez estábamos solos, libres para soltar toda la verdad.
— ¿Y cómo piensas hacer eso? — Pregunto el más sensato—. Es cuestión de tiempo para que se entere que somos nosotros quienes le hemos robado clientes, y dinero consigo—señalo ocultando preocupación—. Así que no actúes como machito, esto no es algo que puedas arreglar desnudándote y haciendo un espectáculo.
En parte tenía razón.
En parte...
—Lo de desnudarme siempre va a ser una opción—ladee el rostro despreocupado—. Pero puedo solucionarlo, siempre pude... siempre puedo.
Nate no parecía nada contento.
— Un momento... — Me mira serio y pasa una mano por su barbilla. — Percibes, lo que yo, ¿Nate? — Lo mira a él, ambos sonríen, y ahora ¿qué carajos les paso?
Fruncí le ceño y mire el lugar.
— ¿Qué? ¿Te cagaste o qué?... —pregunte inhalando.
— Anoche...— ignoro mi burla—. Cuando hiciste tu humillación pública... ellos se fueron, y tu...—me señalo advirtiéndome que iba a hablar de mas —. Estabas un poco más irritable de lo normal, ebrio... y preguntaste dos veces si se habían ido juntos...—entre cerro los ojos haciendo memoria— ¿algo que quieras decirnos? — Pregunta serio, cruzándose de brazos.
Su mirada me lo dice todo.
—Explícate, como es que recuerdas eso, y no como amaneciste con las bolas al aire, y con solo un sostén rosa cubriéndote las tetillas... — Respondo.
Ambos se miran y sonríen.
—Ese no es muy tu estilo...— Dice mientras abre las cortinas para que el sol se apoderara del Pent-house.
No puedo evitar sonreír sarcásticamente.
—... ¿Quieres hablar de lo importante? —bufe.
—El chofer de Christian lo vio con una chica misteriosa a la orilla del mar. Muy romántico para mí gusto. —Sé que Nate esta tan cabreado que busca intentar joderme, y no lo logra—. Y eso... fue bajo.
Le doy una mirada desafiante, y ambos sonríen, me disgusta por completo que a ambos les parezca gracioso esto.
—No era el chofer de Christian—negué sin importancia.
—Por supuesto que lo era —siseo el intento fallido de hermano que me m ando la perra vida —. Fue a buscar su auto... ¿Cómo puedes negarlo?
Sonreí victorioso.
—Fue un paparazzi que envié a seguirlos—admití calmado.
—Verga... —bufo Nate casi en una risa cínica—. ¿Seguro que no estas medicado?...
—No lo hice por celos —rodé los ojos—. Lo hice porque prometí que iba a saber quién es la maldita que nos quiere ver tan jodidos. Ellos son perfectos para acaparar su atención —sonreí una vez solté la verdad.
A Nate se le borro la sonrisa.
—Los estas acosando, les haces la perra vida imposible... los humillas públicamente...
—A cambio de respuestas—le interrumpo.
—Respuestas a algo que sabes que es inútil de descubrir... —renegó —, esa persona puede ser cualquiera, y puede ser nadie a la vez. Ya párenle ahí... Hay que hacer lo que debimos hacer desde un principio.
—A mí me importa un culo, quien salga lastimado o no aquí—espete decidido—. No voy a dejar que alguien que no conozco siga queriendo hincharme las bolas.
Un silencio tenso se plantó entre los tres.
—Tal vez... Jack si conozca la palabra querer... —explico Adam confiado —... Pero esa no es una palabra que Noah conozca.
Voltee los ojos.
—No subestimen el encanto de una mentira...—les sonreí —. Hasta los corazones más puros se sienten atraídos a ella.
— ¿Qué acabas de aceptar? —Nate se puso la mano en la cien.
Suspire con pesadez.
— Si sabes que aquí todo es distinto. ¿Para qué preguntas? —la voz del pelinegro suena arrogante, sin rastros de sarcasmo.
— No se compadezcan.
— Por más que odie admitirlo, tiene razón—señalo Nate a Adam—. No eres así, tomas todo lo que quieres cuando se te apetece.
Suspiro y lo encaro.
—Y yo estoy aquí... escuchando a un pendejo — su rostro pierde la burla para tornarse serio. — No voy a aceptar consejos del tipo que se acostó con la madre de su único amigo de la infancia —ladee la cabeza señalando a Adam—, y el que probablemente se acuesta con todas sus maestras pero se enamoró solo de una chica que ni siquiera lo pela, sin mencionar que durmió con Jane, su supuesta prima, querido hermano. — Pauso para mirarlo con mi tono burlón.
Él enarca una ceja y yo sonrió.
Un silencio denso nos acompaña.
Nadie dijo una sola palabra.
— Era mi madrastra — Añade Adam rascándose la nuca incómodo.
—Ah sí... su madrastra—corregí casi riendo. —. Entonces... hablemos de lo importante.
Él suspira y ladea el rostro.
—Para lo único que sirves es para humillar a la gente... —Habla por fin.
—El punto era...
—Ni por más que en algún momento quisieras, tu no amas a más nadie que no seas tú mismo, tu ego no te deja. — Pausa para encarame ignorándome. — En fin, eres un hijo de puta. Ojala te pierdas en el monte.
Rodé los ojos.
— ¿Cómo va a hacer eso?... —le pregunto Adam—. Vivimos en una ciudad.
No entendió la referencia.
—La neta si me dio risa tu pregunta estúpida —señalo Nate —. Pero no me voy a reír porque ahora me caes del culo.
Suspiro y sonrió satisfecho.
—Ya estuvo... ¿no creen que sabe a culo ahora? —Interrumpió Adam—, los negocios fuera de aquí, no van tan bien como deberían—admitió con cara de culo—, y ya que Noah despertó a la bestia... —me señalo —. Hay que prepararnos para entender que... Jack es ahora la mano derecha de Jason, no nos conviene para nada que lo sea.
— ¿Sabrá lo que hace ese pobre pendejo? —pregunto Nate
—Todo sería más fácil si supiéramos cual es el maldito bar, y saber cómo hace para ganar tanto dinero. — Concluye.
— Sé que Jack no está involucrado en algo turbio... Pero de Jason no me sorprendería —Nate empezó a sobarse el cabello.
—Drogas— explico Adam. — Drogas adictivas, o vaya a saber el carajo que hace... hag algo que no entiendo, ¿cómo es que lleva tan poco tiempo y nos roba tanta clientela?
— ¿Qué tan seguro estamos de que nadie sabe que esos lugares nos pertenecen? —pregunte.
—Lo suficiente—dijo Nate decidido.
—Aura es la única que lo sabe, pero ella no es capaz de abrir la boca en cuanto la amenacé.
— ¿Por qué confiamos en ella?
— ¿Quién dice que confiamos en ella?—respondí.
—No puedo evitar pensar que Jack se va a quemar si se alía con Jason... —suspiro Adam.
— ¿Y qué...? ¿Vas a ir a decirle que lo deje? —bufe—. El mismo cabo su tumba, que se muera ahí.
No lo había aceptado hasta ahora.
Pero el ambiente se había tensado de sobremanera.
—Es obvio que Jack no es el único problema... —negó Nate—. Jason necesita su alcohol legal... Jack el dinero, y vaya a saber el diablo que más... ambos se necesitan, el problema aquí es: ¿Cómo hacer para que no ganen ahora? pero nada está confirmando, estamos a ciegas.
— Esta es la gran caca —bufo Adam uniendo cabos —. Bueno, lo único que sabemos de sus negocios fantasmas, es que Jack es su proveedor, gracias a que alguien casi mata a su hermano... —note que me miraba.
—Son muy exagerados —rodé los ojos —. Solamente se desmayó por dos horas, por una no se... —me encogí de hombros—... sobredosis o yo que se... ¿Cuál es el problema? —bufe sin importancia.
Ambos me miraban espantados.
—Necesito que esto acabe rápido...—dijo el más rubio de todos—. Noah me va a dejar sin estabilidad emocional.
—Todo hubiera sido más sencillo si no te hubieras negado a buscar ayuda de Jack, en lugar de casi matar a su hermano... —el pelinegro me miraba con ganas de caerme a golpes.
—No necesitamos su ayuda...—negué decidido.
—Acabas de verte estúpido — Nate se pasó una mano por su frente — ¿A qué hora te diste cuenta que tenemos tres bares clandestinos? Y que en cualquier momento podemos ir presos si descubren que vendemos alcohol ilegalmente.
Ah caray...
—No me rozongues...—le señale—, lo solucionas y ya está.
—Necesitamos tener alcohol legal, aunque sigamos en el anonimato—Admitió el pelinegro preocupado—. Jason sabe lo que hace. Sabe que tiene competencia, y acaba de aliarse con uno de los más fuertes.
—Lo peor no es eso... —admitió el Nate.
— ¿Qué mierda dices? —ya no me está gustando esto.
—No sabemos cuál es su negocio, evidentemente nos está mandando al carajo por un inodoro sucio de mierda. —admitió este mismo con rabia.
Tense la mandíbula.
—... Puedo solucionarlo—asegure buscando alcohol.
Esto se va a joder más.
— ¿Cómo?... —Nate siguió subestimándome—. Si te tomaras dos segundos para explicarnos tus putos razonamientos no estaríamos teniendo estos problemas...
Hasta que no me serví un vaso lleno de Wiski no me voltee a mirarlos.
—No sé si Jack sea lo suficientemente estable para confiar en él. Y saben perfectamente que de pedir su ayuda, sabría que somos nosotros.
— No entiendo—negó el pelinegro frustrado— ¿Por qué aliarse con Jason?... Creí que Aura ya le había advertido.
—Porque yo lo rete—hice memoria del día que nos encontramos solos después de esa noche —. Y él no confía en mí.
Adam se dejó caer en un amoblado partido.
— ¿Creen que ya sepa de nosotros? Del Burlesque. — Pregunta Nate.
— ¿Jack o Jason?
—Yo creo que los dos nos van a dar por el culo—admitió Adam—. Y sin vaselina.
—Los dos—repitió el castaño.
—Lo dudo, los dos son bien pendejos—admití—. Hemos hecho las cosas bien hasta ahora. Pero desconfió mucho de Alexandre.
— No subestimemos a nadie aquí—exclamo Nate—, Jason parece idiota, al igual que Alexandre, pero dudo que lo sean. Sé que no saben nada, si lo supieran ya nos hubieran quebrado... — Respondió decidido.
— Por ahora concentrémonos en lo importante: saber cuáles son sus fuertes, donde está ubicado su sucio negocio, y darle donde más le duele. — Interviene.
— Que alguien se encargue de revelar sus sucios secretos, así estarán desprotegidos. — Adam se pasa una mano por la cara frustrado. — Si tan solo pudiéramos hurgar su mente, para saberlo y delatarlo frente a todo su círculo social, sería magnífico. Pero no podemos hacer eso, lastimosamente.
—Ahora que lo mencionas... —le detuvo el castaño —. Tenemos a la sapa esta en el hombro.
— ¿Qué sapa?
—La chismosa que nos quiere hundir —respondí por él.
—Mierda... cierto—se rasco la cabeza.
—De eso me encargo yo —dije dándole un trago a la fría bebida.
— ¿No han pensado en que es alguien cercano? ... —el pelinegro hundió una mano en su desordenado cabello.
—... Lo dudo... si lo fuera ya nos hubiera hundido a todos.
—Eso no es importante —bufo Nate.
—Jack no me preocupa —negué cambiando de tema.
—No será suficiente que no lo haga Noah...—renegó el mismo mirándome de mala gana—, algo me dice que lo que se viene es mucho más grande.
—No es un obstáculo para mí—le sonreí volviendo a beber del amargo trago.
—No sé qué tan bueno sea que lo hagas...
— ¿Por?
—Sabemos que a Jack lo único que lo ha sabido dominar después de lo que paso es Stefan.
—Me paso por el culo su puta familia disfuncional—bufe impaciente—. Aquí todos tenemos problemas paternales, me vale verga que él se esté muriendo en su miseria.
—Él no se refería a Jack... —negó Adam casi sin mirarme.
Una vez recordé trague grueso.
—Es Jason del que debemos preocuparnos.
— ¿No crees que te vale verga? —bufe—. A mi ningún pendejo con delirios, me va a quitar lo que quiero, y por lo que he luchado. Se puede ir por un tubo a la grandísima mierda.
— Su padre es político, y sabemos que eso será difícil de superar, ¿Cómo esperas competir con eso una vez sepan de nuestra existencia?— Adam fue quien respondió a algo que no quería oír.
—Ambos olvidan a Stefan—negó Nate—. Jack es hijo de un mercenario político importante, adinerado, si las grandes élites de New York se alían con él, estaremos perdidos.
—De ninguna manera voy a permitir eso. Ya hemos llegado muy lejos, sin pisotear ni ensuciarnos las manos, como para dejar que un hijo de puta nos acabe... — Trato de darles aliento a ellos para que no compadezcan.
No puedo dejar ir todo a la mierda por él, ni por nadie.
El ambiente se nublo en una nube gris llena de verdades y preocupación.
—Quiero ver como lo haces sin quemarnos en el intento... —hablo Nate.
Entonces lo pensé por varios segundos.
—Báñense y háganse un corte—ordene pensando en todo lo que podría pasar—, que esta noche vamos a enfrentar a la bestia que desperté—aclare.
Ambos me miraban si entender.
—Buen contento, pelase—dijo Adam.
—Jack quiere ser el malo—me encogí de hombros y me bebí el líquido frio quien bajo con crueldad por mi garganta—. Y yo no voy a dejar que se robe mi papel solo porque se le hinchan las bolas.
Los mire luego de asentir con la cabeza.
Ninguno dijo nada, se miraban bajo un silencio denso, incómodo y pesado.
Saben lo que va a pasar.
—Ya estoy hasta la madre—dijo Adam levantándose—, me voy...—añadió buscando ropa por el suelo hecho mierda, cuando hayo lo primero se lo puso—. Encárguense de todo y asegúrense de que me vuelva popular—nos señaló quejándose para irse arrastrando los pies.
Una vez estuve solo con Nate el ambiente se sentía más denso.
—Christian está aquí. — Suspiro con pesadez.
— ¿Aquí? ¿Aquí donde?
—En casa... quiere hablarte, anoche fue un desastre, salió por todos lados.
—Perfecto... lo que faltaba —bufe sintiendo la cabeza pesada.
—Te estas llenando tú mismo la cabeza de mierda Noah.
Hice un mohín con burla en los labios.
—Nadie me está llenando la cabeza de mierda... —le sonreí —. La tengo completamente vacía.
Ah no, así no era.
—Ni Netflix tiene la serie de pendejadas con las que sales...
Voltee los ojos y me dedique a buscar mis pertenencias.
—Andas muy gracioso hoy —quite un par de cosas tendidas en el suelo para buscar lo que me pertenecía—. ¿Te la metió un payaso o qué?
—Escucha... me alegro de verdad, que hayas dejado tu amor por ti mismos de lado, y que tal vez hayas encontrado alguien que te hace sentir algo fuera de ti mismo... —fruncí el ceño y lo encare—. Pero ten presente, que estás mandando todo a la mierda Noah, no estás ayudando, ¿sí? Esta fue tu idea ¿recuerdas? —lo mire mal, a lo que él se pasó una mano por la barbilla—. "Nate, ¿no estás harto de vivir bajo las sombras de tu Christian?" Si, invirtamos todo nuestro dinero en un buerlesque, ¿qué puede salir mal? —me recordó imitando mi voz —. Te aviso que, ya me estoy quedando sin ideas, no puedo mantener a Christian contento todo el tiempo... ya hasta me están gustando sus negocios. — Dice eufórico.
Joder, ya me tiene harto.
Si, sé que podría perder todo si no me muevo rápido, y me hablan como si estuviera cagandola todo el tiempo.
—Me esfuerzo, Nathaniel. — Digo en un suspiro, tratando de controlar la ira que corre por mis venas. —Conozco los putos limites, se lo que tengo que hacer y lo que no—me detuve cuando sentí muy tensa la mandíbula—, pero también sé que si todo se va al carajo no sería solo mi culpa—le señale—. Aun así te agradecería que no lo mencionaras cada que se te hinche un huevo. —intente bajarle a la rabia, pero me importo un culo, empecé a buscar prendas para vestirme.
— Te estas ablandando...—bufo.
— ¿Ablandando? —pregunte casi riendo—. No quiero, ni iba a recordar todo lo que he hecho hasta ahora. Pero ya que insistes...—suspire con una sonrisa maliciosa —. Para empezar vine aquí, me rompo los cojones todos los puñeteros días buscando la verdad, no me importa un carajo si es una chica la que tiene que ser humillada para saber si tienen o no que ver con lo que paso. Riego mentiras, hice que una página de chismes regara información falsa que yo mismo plante para mi conveniencia. Me burlo de quien se me da la gana, todo por un resultado, que sabes a la perfección—me dio una de esas maridas horrorizadas—. Se la verdad de muchas cosas, y en algún momento va a estallar, y no me interesa un culo quien se vea afectado...—admití meno tenso.
—No es necesario que sigas—interrumpió —. Ya dejaste claro que eres el malo...
Asentí.
—Así que... te agradecería que termines con ese tema, tú y Adam, sabes que mi paciencia no es como la de ambos...— Concluyo mientras paso por su lado de manera demandante, chocando su hombro adrede.
—Intenta no desviarte es ley—admitió gritándome.
No me detuve, salí del lugar.
Esto no va pasar.
Odio que las demás personas me subestimen.
Odio que crean que no me importa nada, que porque soy como soy no merezco cosas bonitas, y tal vez así sea, no merezco cosas bonitas porque estoy pagando por pecados que no recuerdo haber cometido.
O tal vez sí, pero me gusta hacerme la idea que no.
Esto es todo lo que dije que nunca haría.
No voy a dejar nada, no ahora que la tengo lo suficientemente cerca.
Esto me pertenece.
Lo merezco porque me he jodido lo suficiente.
Algo dentro de mí sigue diciendo: que por derecho es para mí, tan para mí como un dedo de mi muñeca.
Llevo dándole vueltas al asunto, sin querer coincidir, por derecho es para mí, tanto como las ganas que de que suceda eso: eso que no estaba planeado, justo cuando hacemos lo que queremos, cuando hago lo que quiero.
Aparto esos pensamientos mientras camino y recito lo que mi abuelo solía decirme todo el tiempo; No mires la vida como algo básico, mírala como un monopolio, el dinero es poder, quien lo controla domina el juego.
Una vez aparque frente la casa baje del auto a regañadientes.
Hora de ahorrarme lo mamon.
—Querías hablarme de...— Digo simple mientras llego al lugar donde se encuentra.
Está en el jardín, jugando golf con su perfecto atuendo blanco, sus lentes de sol ocultando su podrida mirada.
— Buenos días—responde entre dientes, antes de hacer una jugada. — ¿Vas a decirme de una vez dónde estabas?
—Cogiendo por ahí... —me plante a su lado.
—Solo espero que no me respondas que con tu prima, divirtiéndote. — Añade escéptico.
—Jane no es mi familia, y yo no me la folle.
Ruedo los ojos al escuchar eso otra vez.
No es posible que no lo haya hecho y yo sea el maldito idiota que se acostó con ella. Nate lo hizo por despecho y yo soy el norteño.
Siempre me salpica su mierda.
Qué asco.
—Stefan adopto a ese chica hace años Noah... es como su prima.
—No fui yo... no voy a repetirlo más — Le corrijo después de tomar un palo de golf para unirme al juego.
— No vas a echar todo a perder Noah, ya hablamos de esto. Sabes lo que sucederá apenas cumplas veintidós años, solo hasta que nos aliemos por completo con la familia de Isabelle. — No son noticias, y me hace sentir estúpido no poder refutar al respecto.
Solo respira, por eso tienes tus negocios, para salirte con la tuya, como siempre lo haces.
— ¿A qué edad podré tener mi fideicomiso? — Pregunto mientras le veo lanzar.
Yo lo imito y él agrega:
— Veinticuatro. — Esto debe ser una puta broma.
— ¿Qué? —Me detuve en seco, no hizo gesto alguno — ¿porque? Creí que habías dicho hasta los veintidós. — Aprieto el palo fuerte y él sonríe.
— Eso fue antes de que al muñeco Ken se le ocurriera escaparse de la cena, a propósito—amenazo sonriente. Me produjo asco verlo sonreír— ¿Quién era la chica con la que se fue Jack? O debo preguntar, ¿el chico? — Pregunta con arrogancia.
Sé que lo hace para hacerme perder la paciencia y poder soltarle la verdad, pero se puede ir al carajo.
— Aún es la chica... o eso creo—bufe—. Tampoco sé y no me interesa. — Añado imitando su arrogancia.
Tiro fuerte del palo para pegarle a la pelota del golf, y me detengo para encararlo, sabía que tendría esa mirada, está buscando un indicio de que le miento, pero sé mentir perfectamente bien, tanto que hasta me creo lo que digo.
— Sabes que se cuándo mientes. — Dice sin apartar la mirada de mis ojos.
— Avísame si lo hago. — Añado desafiante.
Por unos segundos más, sus ojos me miran desafiantes, queriendo buscar algo en mi mirada, algo que sabe que le enfurecerá porque no podrá encontrar.
— La motivación, es importante para lograr tus objetivos, el emprendimiento asociado es una buena estrategia... — Dice llamando mi atención. — Sabes... Me intriga, y me pregunto: ¿cómo fue que desapareciste, justo cuando la única hija, y heredera legítima de mi gran amigo Ian Hasthings desapareció. Eso sí que es una novedad, pero me alegra que lo sea. — Frunzo el ceño por lo que acabo de oír.
—No es mi tipo. Me gustan más salvajes... —Miento.
— No, solo digo. Si vas por el pez gordo. ¿Por qué no ir por los dos? — Se lo que quiere decir.
Es repugnante que un padre aconseja así a su hijo.
Esto es muy bajo.
— ¿Estás diciendo lo que creo que estás diciendo? — Pregunto sabiendo la respuesta.
Él detiene su juego y me mira.
— Una de las pocas cosas que me gusta de ti, es que eres ambicioso. Y eso es muy necesario en este mundo. — En sus palabras logre percibir sinceridad. Pero me asqueo —. Solo digo que, no sé tal vez quieras probar algo nuevo, pero sabiendo que nos beneficiará a ambos. — y no, adiós sinceridad.
Sabía que había algo atrás.
— Bueno... no soy prostituto—suspire solo llevándole la contraria—.Y no, no voy a estar con ella para tu ambiciosa y asquerosa conveniencia.
— ¿Ahora eres el bueno? — pregunto burlón.
Quise tirar todo para largarme.
—Sigo siendo Noah Thompson. A pesar de toda la mierda por la que pase.
En mi propia cara hizo un gesto que logro endurecer mis entrañas.
Literalmente se fue en una risa seca.
Se reía.
Se reía de mí como si solo fuera un pendejo.
Me asiqué, por que el conoce toda la historia.
¿Cómo era que se estaba riendo?
En mi propia cara.
Se reía de su segundo hijo, sabiendo por lo que había pasado, sabiendo lo que había pasado...
¿Qué tipo de padre se burla de un hijo sin madre?
—Creí que eras más fuerte —me saco de mi trance—. Pero sigues siendo un niño débil.
Fruncí el ceño.
No me sentía aquí.
—Solo espero que controles esa naturaleza mística. — Añadió serio ante mi repentino silencio.
El sí sabe dónde joderme.
Trago duro y me forzó a mismo a sonreírle con sarcasmo, relamo mis labios y agrego arrogante. — Sabes lo que dicen; quien ama la mística, la música y la poesía, pertenece a una naturaleza erótica, es un ser voluptuosamente exquisito, que al no hallar plena satisfacción en el amor, recurre a las delicias de la vida. — volví a incorporarme.
El arquea una ceja y su rostro sigue serio.
— Emil Cioran — cito, e hizo una pausa para mirarme con gusto evidentemente fingido. — Parece que mi padre te entreno bien... para algunas cosas. —Un suspiro sale de mis labios al escuchar como me trata como si fuera una puta mascota, un perro bien entrenado.
La ira acumulada de todo este tiempo empieza a surgir.
— Lo recordaste—seguía sintiendo el ambiente tenso, sin embargo no dejaba de sonreír falsamente—. Creí que lo dejarías en el olvido, justo como hiciste con mamá. — percibo un dejo de tristeza en mi propia voz.
— Ya hablamos de esto—respondió sin importancia.
— Si, hace aproximadamente unos once años...— La rabia empieza a surgir y no pienso hacer nada para detenerla.
—Necesitaba ayuda profesional, y lo sabes.
Es increíble que aún siga con la misma excusa.
— Por supuesto. — Aludo con sarcasmos. — Por eso dejaste que se fueran sin despedirse. Por eso hiciste que se los llevaran a rastras de La casa. — Añado con el mismo sarcasmo notorio, pero con una sonrisa irónica. — ¿Porque necesitaban ayuda profesional? — Niego con la cabeza. — Aún con la misma excusa, para uno de los empresarios del siglo está bastante trillado. — Espeto dejando el palo de golf a un lado.
Él suspira y me imita para hacer una seña a una persona del servicio para pedir unos Wiskis. Segundos después lo traen y el empieza con su estúpida discurso:
— Tal vez esto no sea lo que quieras escuchar, pero así es la vida, uno no tiene lo que quiere, solo lo que se gana y si lo ganas, tal vez puedas tener todo lo que quieres... —explico sereno. Mientras yo sentía cada musculo de mi cuerpo tenso —. Solo te diré algo muy importante...— explico antes de darle un sorbo a su bebida, y yo quedo con un vaso en la mano, expectante a la aberración que sé qué dirá.— Alguien, en algún lugar del mundo, dijo una vez; y ahora procedo a citarlo: Mientras te tengas como prioridad a ti mismo nada afectará el avance al éxito que vas a tener, las personas cambian se alejan dejando un vacío se convierten en la columna que sustenta nuestros cambios de humor y quizás hasta los sentimientos, pero eso no afecta cuando nos elegimos primero—seguía sin poder creer lo que decía.
—Ya me sé lo que dirás... puedes ahorrártelo.
—Existen dos tipos de mentalidad, universales el primero es dependiente de alguien en quien vives pensando y priorizando a alguien antes que tu propia vida, eso es el débil. — me ignoro para darle otro sorbo a la bebida, en estos momentos el lado poco razonable de mí se está dispersando al carajo, y sé quién es el culpable—. El segundo es tu mejor versión, el provecho sacado de tropiezos, reflexiones y apoyo moral, coherente analítico y ambicioso, solo el segundo te llevará al éxito como un estilo de vida y no como una etapa temporal al borde del colapso. Ese es el fuerte, el que necesitas—concluyo señalándome con el trago en las manos.
El éxito, todo lo que quiero es eso.
Lejos de él y su mierda.
Respiro frustrado por todo ese discurso, no es la primera vez que lo dice.
A decir verdad, es lo único que dice con algo de conciencia a la hora de reprenderme, estoy harto de las mismas palabras, solo alude lo que parece de su conveniencia.
— Te falto agregar que: El éxito no es solo monetario, también es cuando te ganas a ti mismo, y te conservas en tu mejor versión. — Hable sin tomarle importancia. — Buena manera de a aludirme con elocuencia. Pero ese no era el punto, y creo que ya me has dejado claro en más de una ocasión el tema.
El solo se limitó a asentir con la cabeza.
— Me temo que; no podré responder a esas preguntas. Pero me gusta saber que por fin estás entendiendo algo bueno. — Añade con indiferencia.
No me sorprende esto, pero tampoco me es grato.
Es curioso, casi todas sus acciones han sido guiadas por el orgullo que ha sido menudo consejero, él piensa que está más unido a la virtud que ningún otro sentimiento, y su comportamiento hacia mí; sé que tiene impulsos mucho más fuertes que el orgullo.
No lo dice, pero piensa que soy como el de joven, no tiene ni un gramo de confianza en mí, piensa que si no sigo sus pasos o ya sea de sus ante pasados, jamás tendré éxito, piensa que quiero ser como él, y creo que es la única manera de enorgullecerlo.
Yo por otra parte, lo último que quiero es eso, no me considero como él, tampoco creo que deba hacer tantas iniquidades para ser alguien tan aberrante, no quiero serlo.
Pienso ser mejor, y sé que puedo serlo.
De ninguna manera perderé lo que he logrado con tanto esfuerzo por una estupidez.
Luchar por el éxito, mi propia dinastía, y él no está incluido en ella.
—Me quedo claro que el único consejo que sabes darme es que sea ingenioso y que solo pensé en mi...
—Lo que trato de decir... es que no quiero que arruines nada, con esos chismes y todo ese cuento barato de que estás haciendo lo que quieres y haces todo lo que te gusta —dio un golpe minuciosamente bajo.
—Sigues equivocándote...
— Quiero que me conformes con lo que haces, que no lo arruines por una vez en tu desastre de vida—musito—. Quiero que no hagas un desastre, nada que llame la atención. Deja de ser...— me miro de arriba abajo con desaprobación, buscando las palabras exactas para dirigirse a mí —. Tú.
Cada palabra me marco como todo lo que ha dicho siempre.
Pensé en darle la espalda.
Ya no sentía los puños de lo apretados que estaban.
Me importa un culo que fuera mi familia.
Pensé una y diez veces en como tirarme encima de él y molerle la cara a golpes.
La veía a ella cada que hablaba.
Sentí ganas de vomitar.
Pero ella misma fue quien me hizo contener la paciencia que me quedaba.
—Voy a hacer todo lo que me pidas... papi —le sonreí al fin.
Empecé a caminar sintiendo como de mí se apoderaba la ira.
Una ira que no iba a permitirme controlar.
— ¿A dónde vas?... seguimos hablando... —de mando a mi espalda.
Me detuve.
—Voy a ser todo lo que quieres que haga...
—Por supuesto que lo harás.
Me voltee.
—Si...—asentí mirándolo—. Voy a volver a ser yo. El maldito Noah Thompson—su sonrisa se borró y fue todo lo que necesite para sonreír y marcharme.
Después de horas hablando elocuentemente contra mi sano juicio con la persona más fría que conozco decido no descansar, sin pensar en nada más que en lo que haré para lograr mi objetivo: ganar el dinero suficiente para la vida que me merezco, Christian cree que sigo sus pasos, y que hago todo lo que quiere, pero con lo que no cuenta y aún no sabe es que ya a mi corta edad, tengo más de tres Burlesque alrededor de este país, no lo sabe pero he hecho hasta casi lo imposible para lograrlo, y no pienso detenerme ahora.
No voy a mentirme a mí mismo diciendo que me he estado conteniendo todo el tiempo.
He sido así desde que tengo memoria.
Y eso estaba a punto de empeorar.
No iba a hacer nada para detenerlo.
No ahora.
El auto aparco frente al lugar que no pensé que había pisado.
— ¿Cómo sabemos que está ahí dentro?... y que no es una trampa para ir directo a la boca del burro...—pregunto Adam aun dentro del auto.
Por alguna razón todos mirábamos el lugar con cierto tipo de incertidumbre.
—Adam... —le llamo Nate con cansancio —. Es la boca del lobo...
—Ah... ¿y yo que dije?
Nate resoplo impaciente.
—Has estado muy pendejo últimamente —lo mire ceñudo.
—No pueeees— bufo—. ¿Ahora no me puedo equivocar? ... Váyanse a la verga.
El auto se sumió en un denso silencio.
—Jack está aquí...—asegure.
— ¿Cómo sabes eso?
—Lo conozco más de lo que me gustaría aceptar—admití en un tono menos demandante.
Adam se pasó una mano por el cabello mientras yo terminaba de darle los últimos retoques al traje a medida.
— ¿Listos? —pregunto Adam una vez vio la cera solitaria.
Los mire a ambos.
—No nos condenen allá adentro—amenazo Nate.
—Ya saben lo que no tienen que hacer...—demande—. Nada de apuestas, nada de dinero, nada de llamar la atención. Nada de formar un mierdero.
—Nada de peleas... —recordó el más rubio de todos.
—No somos animales... —bufo el pelinegro.
No espero fue el primero en bajar del vehículo rojo.
Seguido de eso lo hice yo, para sentir a Nate seguirme.
No estaba nervioso por lo que podía encontrar.
Estaba tenso por lo podría y sabía que iba a pasar.
Aquí vamos.
No iba a detenerme.
El lugar se situaba en todo el corazón de Beverly Hills, lugar donde frecuenta la gente más rica, y más pendeja que solo vienen a hacerse creer que ganan dinero. Cuando en realidad salen casi pobres, con las cuentas desbordadas por el suelo.
Pero las luces rojas del establecimiento me hicieron sentir un enorme cosquilleo por todo el cuerpo.
Nadie se molestó en detenernos cuando pisamos el interior del enorme casino.
Gente con traje, mujeres con zapatos ruidosos, música baja y un ambiente estrafalario fue lo primero que me encontré.
Me sentía a gusto, todos nos miraban como si fuéramos irreales... Un espejismo o una ilusión.
Pero no era así.
Ya habíamos pisado el terreno de la oposición.
No lo sabía con certeza. Pero algo me decía que este lugar le pertenecía a la persona que más asco me había causado en la vida.
Jason.
Ya sabía lo que se preguntaban cuando nos miraban con asombro ¿Qué hacían aquí ellos aquí? ... ¿acaso las leyendas volvieron?, ¿los pecados revivieron?
La gente siempre se equivoca en preguntar eso.
Nosotros nunca nos hemos ido.
Tondos a nuestro alrededor nos miraban encantados.
Nuestros pasos no se detuvieron hasta estar frente a la mesa donde esteba nada más y nada menos que el imbécil de Jack.
Apenas nos notó arqueo una ceja.
Ese no era Jack...
No el que estaba acostumbrado a ver por ahí últimamente.
No.
Algo en su mirada había cambiado.
Ese no era el mismo Jack.
Su sonrisa retorcida había cambiado la perspectiva de las cosas.
Los demás lo notaron.
Yo lo note.
Si lo había jodido después de todo.
Pero que mierda, en esta vida si no haces daño te lo harán a ti.
Su sonrisa se extendió con cinismo.
El de este lado era un príncipe, todo el mundo tenía que ver con sus habilidades para ganar. Pero yo seguía siendo el jodido rey, y eso no iba a cambiar.
Miro a los chicos por un segundo, pero en cuanto su vista se posó en mí, supe que había cambiado, había regresado el verdadero Jack... Me lo advirtieron y me lo puse por el culo. Hasta ahora...
Pagaría lo que fuera por ver a Aura ahora mismo, viéndolo ahora, notando que todo lo que él le demostró de el mismo no fue más que una farsa, daría lo que fuera porque lo conociera así tal como es; el real, el Jack que es un hijo de puta y no se va por ahí haciéndose el santo.
Yo había hecho que egresara el verdadero Jack, no había vuelta atrás.
Y no tuve más remedio que tensar los músculos al recordar lo que hizo ayer... lo que hicieron.
— Un soñador con fiebre de ser grande...—saludo aun sentado, con un traje de tres piezas azul y una sonrisa diabólica—... con fiebre de fama.
Si, ya no era el mismo tipo.
Ahora su sonrisa y todo en el desprendía mas malicia.
—Fue todo lo que siempre quise—respondí sonriente desafiante.
Negó sonriente.
—Volvieron las leyendas... —miro a los chicos y luego sonrió para volver a mirarme—. Pero saben que eso está incompleto sin mí.
—No nos detendremos hasta que seamos leyendas...—admití—. Solo los tres.
—Nunca van a estar completos sin mí... —elogio.
—Es mi turno de hacer historia.
—Muero per ver como lo logras —espeto.
Le di un vistazo a la mesa.
Había dos personas más que no dudaron en pararse apenas notaron como el ambiente se tensaba. Los hombres tomaron sus fichas y se fuero.
— Cuando me haya ido me recordaran...
— ¿Esperas que todas tus cicatrices sangren oro o qué?...
Ladee el rostro.
—Quizás... —le sonreí —, lo que si se es mi nombre siempre será reconocido. El real... —hice referencia a como lo desmentí públicamente.
Podía sentir la voz de Nate en mi nuca decirme que deje de provocarlo.
Pero eso no estaba en mis planes.
—Discutámoslo...—ordeno igual de sonriente—. En el Póker...
—Solo vinimos a beber—aclaró la voz de Adam.
Jack frunció el ceño.
—No son tan buenos mintiendo... —casi me rio de eso.
—De hecho si... ya no apostamos... —confirmo Nate.
—Eso no es cierto —sonrió el —. Están aquí por mí.
—Normalmente a la mierda no se le da mucha importancia... —dije burlón.
—Si viniste por mí...—aseguro sonriente.
— ¿Por qué lo haría?.... si tu bien sabes que le tengo más estima a lo que cago que a ti.
—Estas aquí porqué sabes que te encabrona no derrotarme fácilmente—admitió—. Te jodio tu intento fallido de separarme de Aura... te jode que no sea uno de tus lacayos... —los señalo—. ¿Quieres que tome en serio alguna de tus mierdas? Defiéndete con el póker.
Señalo la mesa alfombrada verde, con unas cartas perfectamente ordenadas.
Mire a los chicos, quienes de inmediato me advirtieron que no lo hiciera.
Pero vi a Jack y sonreí.
Me senté en una de las sillas frente a él como respuesta.
Oí a los demás suspirar.
Sin embargo no me dejaron solos, cada uno se sentó a un lado de mí.
Mientras Jack estaba de frente sin más nadie a su lado.
Seguido de eso, el crupier llego para repartir las cartas.
El alcohol nos acompañó.
Cuando las cartas estuvieron repartidas el momento se tensó.
—Sabía que eras idiota... pero no tan idiota—tome las cartas para ver los números. Casi sonrío al ver la suerte, del par de A y el resto no me detuve a repararlo pues lo mire—. Como para hacer tratos con Jason.
Nate se tocó el puente inesperadamente.
—Tenía que hacerlo... —suspiro calmado—, me advertiste que no lo hiciera, y eso fue suficiente para querer hacerlo.
Asentí.
—Me pregunto cómo lo supiste... pensé que nadie sabía de los negocios de Jason.
—Los chismes vuelan muy rápido por aquí—intervino Adam dedicándome una rápida mirada.
—Eso dicen... —murmuro.
— ¿Cómo está Daniel? ... supe que ayer se aloco al estilo Thompson—Nate se atraganto con la bebida. El intento no borrar la sonrisa que tenía desde que llegamos, pero le fue inútil—. Bueno... por lo menos el no niega que es uno.
¡Ja! Ay Dios que culero me hiciste.
—Está bien... por poco muere. Pero está bien.
—Salúdamelo—le sonreí—. Dejo muchos condones en mi departamento, y un par de números que estoy seguro que quiere devuelta.
Adam me miro diciendo; "Este pendejo no le huye al diablo, el diablo huye de el"
—Ustedes están dementes —dijo entre dientes mirando sus cartas.
—Estamos dementes... pero no somos como los demás.
La adrenalina me corrió por el cuerpo.
Un hormigueo recorre mis huesos.
Desde a punta de mis manos, hasta los dedos de mis pies.
Una vez dejo en la mesa la primera carta sabía que no tenía como opción perder. Pero yo tampoco.
— ¿Qué quieres a cambio si ganas, Noah? —pregunto luego de dejar el cinco de corazones de manera demandante.
— ¿Yo? Absolutamente nada que puedas darme—mentí, él tenía todo lo que necesitaba, pero mi orgullo y la verdad no querían salir a la luz.
—Yo si quiero algo a cambio—dijo.
—...No me imagino que será... —bufe.
Paso el tiempo. La primera partida había acabado, Nathaniel ganó. Pero el insistió en que quería una partida solo conmigo.
La cosa estaba así, solo me faltaba una A para ganar.
Y él estaba decidido a no perder.
No iba a conformarme con eso, sentía la necesidad de verlo hundido, y eso iba a ser.
El ambiente se tornó frio, y denso. Agradecí que no hubiera más personas a mí alrededor.
Me miraba por encima de las cartas.
— Ya se lo que quiero a cambio.
Los chicos me miraron como si esperara que aceptara la verdad, que él fuera nuestra única salvación.
Pero no estaba en mis planes.
— ¿Qué?
—Que te vayas al mismísimo infierno una vez acabe contigo—amenace burlón.
—Va a pasar... tu relájate... —me miro para darle un trago largo a su bebida.
No había forma de que ganase.
Yo tenía las A, lo que el necesitaba.
Sin embrago una vez dejo la bebida a un lado, lo hizo arrojando las cartas al centro.
Me detuve en seco y tense los dientes.
Cuatro K, y había ganado...
¿el? ¿Me había ganado... a mí?
Los músculos se me tensaron.
—Yo si quiero algo a cambio—nos miraba a los tres—. Déjenme fuera de lo que sea que hagan. No estoy interesado. Ni en ustedes ni en Jason.
—No tiene mucha credibilidad, si ahora eres su mano derecha, Jack...—anuncio Adam.
—Para mí sí—admitió—. Solo es dinero, ustedes saben o... sabían de eso...
—Él no lo va a tomar así —admitió Nate.
—Pues me importa un culo... yo sí—admitió con decisión.
—Por un momento creí que tu propuesta seria más conmigo...—llame su atención —. Que tendría que ver con un par de ojos verdes.
— ¿Pensaste que iba a apostarla a ella?... —pregunto sonriente.
Me encogí de hombros. —No a ella... pero sí que me alejara.
—No me molesta que estés cerca—aseguro confiado. Empecé a sentir mis puños apretados.
—Te confías mucho...
— ¿Crees que necesito apostar por que te alejes? —sonrío satisfactoriamente—. No necesito eso. ¿Para qué? ¿Qué acaso no notaste? —pregunto —. No sé qué tan cínico y manipulador sigas siendo... o si sigues con tu carácter juerguista—ladeo el rostro tensando la mandíbula—. Pero por si no lo notaste, ella me eligió. Lo hizo, me eligió aun sabiendo (gracias a ti), que le había mentido en su propia cara...—asintió seguro —. Así que... no creo que necesite apostarla.
—Sabes que merece algo mejor.
—Y ese no eres tú.
—A mí me importa un culo... —bufe.
Seguido del denso momento y la batalla de miradas se acercó un tipo sentándose a su lado sin previo aviso.
Todos en la mesa lo miramos mal.
—Venía a preguntarles... —balbuceo el tipo de alta estatura apestando alcohol, destilando embriaguez—... Ustedes son... ¿Los Thompson?
— ¿Cómo que no sabes quién somos? ¿Eres idiota o qué?
El tipo alzo las manos en son de paz.
—Se quiénes son...—puso su ante brazo en el hombro de Jack apoyándose adelante. Jack lo miro con rabia—. Son los primos norteños.
— ¿Norteños?... ¿Nos dijo... norteños...?—pregunte incrédulo.
—Ay no... —bufo Jack con evidentemente poca paciencia—. Si lo hizo...
—Un gamín, ¿nos dijo norteños? —pregunto Nate.
—Estas pagando para que te mate a golpes, jodido imbécil—parece que se confundió pue me señalo a mí.
—Alguien me quiere matar, que novedad... —bufe rodando los ojos.
—Con esa actitud de mierda... dudo que alguien no quiera hacerlo.
—No te estoy preguntando.
—Soy honesto.
—Y yo un Thompson y tú honestidad me la paso por las bolas.
Rodó los ojos.
— ¿Son o no norteños?...
— ¿De qué mierda hablas?... —pregunto Jack.
—... Que ya saben... Dicen que sus madres eran unas zorras. Eran hermanas que se metieron con sus hermanos. Es decir no les importo que fueran de la misma familia.
—Este tipo no tiene neuronas —bufo Adam intentando calmar el ambiente—. Son familias distintas pendejo. Archibald son sus madres y Thompson sus padres, no son familia ¡Qué puto asco!
A Jack no le importo que Adam le haya explicado.
Pues se lo quitó de encima de un empujón.
— ¿Nos dijo lo que creo que dijo?... —me pregunto señalándole.
El ambiente se tensó más.
—Por primera vez desde que existes voy a darte la razón.
No dejaba de mirar al tipo con ganas de madrearlo.
Pero Jack se adelantó.
Rápidamente se puso de pie y le propino un puñetazo que le hizo sangrar inmediatamente la nariz.
Se puso buena la cosa.
No termino ahí.
Los tipos que venían con él, tomaron a Nate del traje y lo arrojaron al suelo para patearlo en el estómago.
¿Qué verga paso?
Lo siguiente que supe fue que Jack seguía golpeando al tipo cuando este le devolvió el golpe, Adam le daba una patada a el que golpeo a Nate. Mientras yo seguía sentado.
No duro mucho.
Un salvaje me tomo del traje haciéndome levantarme.
El tipo castaño me miraba con ganas de matarme a golpes.
De fondo se sentían botellas siendo estrelladas contra el piso.
La tensión se dispersó.
Las mujeres presentes gritaban.
—Ni se te ocurra pegarme en la cara—demande sereno mientras el tipo empuñaba la mano.
Lo siguiente lo hice tan rápido que termine sobre la mesa del impulso.
Lo había dejado sin hijos.
Le di un rodillazo en las bolas, tan fuerte que sentí como algo hizo *crack*
Pobre... quien lo mando.
Otro tipo se me venía encima.
El lugar parecía una selva.
Había hombres peleando por doquier.
Tome a los dos del tarje y los arrastre para que se separaran.
Adam reacciono y con una ceja partida, tomo a Jack del traje. Este yacía con los nudillos ensangrentados, su nariz goteaba sangre.
Creo que ese crack fue una costilla, porque al moverme sentí que los órganos se me movían. Todo era un jodido sestare ocasionado por nosotros.
Nate tenía un ojo entre cerrado.
Adam un golpe en la cabeza que goteaba por su cara, manchando el fondo blanco de su traje.
Jack quedo valiendo verga. Los puños ensangrentados pero el hijo de puta no tenía un solo rasguño en la cara.
Cuando ladee el rostro tenía el traje rasgado.
Nótanos que los gritos empeoraban no dudamos en salir casi corriendo.
Los cuatro.
Una vez estuve fuera, la noche reino, y el dolor a un costado de mí se hizo más fuerte.
— ¿Qué mierda paso? ... —pregunto Adam con la respiración fallándole.
—Ni puta idea... —se quejó Nate.
—Yo si lo vi... —cruce un brazo sobre mi abdomen para contener la punzada de dolor—. Jack dejo de ser bueno... —lo mire.
Estaba serio, tenía la nariz sangrando entonces noté que si lo había jodido.
La respiración agitada.
Se enderezo completamente.
Y me miro.
Se acercó a mí.
—Yo nunca fui el bueno—acepto secando la sangre que goteaba de su nariz con el dorso de la mano.
—Pues allá adentro hiciste otra cosa... —señale satisfecho.
Aun se escuchaban los cristales reventados.
— ¿Querías que volviera a ser el malo?... —pregunto desafiante—. Pues despertaste mi peor lado...— admitió mirándome con frialdad —. Volví Noah... —asentí—. Que empiece el puto juego.
—No sabes cuánto me alegra oírlo—mentí.
—No estoy de su lado... —me miro con odio—. Estoy de mi lado... —sonrío con cinismo.
Pude ver como la sonrisa de todos se borró.
Inclusive la mía.
—Así que... ¿listo para jugar?—pregunto sonriéndome con malicia.
¿Que acabo de hacer?
En Twitter he estado dejando adelantos de lo que va a pasar en lo que resta del libro.
Twitter: @spacekarenl
Instagram: spacekaren_
*recomendación pónganse los audífonos y reproduzca el audio de arriba*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro