Capitulo 12- Parte tres
— Ya bájale dos Ashley...
— ¿De verdad saldrás luego de lo que hiciste?
Lleva minutos preguntándome eso desde la otra línea.
Retiro la toalla que envolvía mi cuerpo para empezar a vestirme mientras mi teléfono sigue en alta voz.
Utilizo el regalo de Jason, el vestido se ciñe bien a mi cuerpo, y me gusta como se ve, pero deja ver mucho mis piernas, y no me gusta la idea de estar por ahí con algo así de corto, me da miedo no volver a casa. Si voy sola, no llegaré muy lejos.
— No ha ocurrido nada en horas Ash, probablemente el estúpido o la estúpida que quiso joderme se aburrió...
Suspiro y busco un juego de joyas delicadas, a juego con una cartera rosa oro, unos zapatos con tacón delgado de este mismo color y me aplico algo de rímel.
—Llevo horas frente a mi Laptop y no he visto un solo Twittee al respecto.
—Está bien, en algún momento publicara esas fotografías, esperare paciente ver a Noah hundirse lentamente en el carajo mientras termino de vestir...
—No creo que esto haya sido una buena idea.
—Claro que lo es... — ruedo los ojos—. Hablamos después, dile a Alexandre que me devuelva mis mascarillas faciales de colágeno...
La escucho reírse.
— ¿Se las llevo?
—Si... el muy mal nacido se las llevo.
—Le diré — dice luego de reír más fuerte —. Llámame cuando llegues a casa... — con eso termina la llamada.
Me miro al espejo, insatisfecha. No quiero esto.
Otra noche, otra fiesta.
Tener que saludar a todos, lo siento pero me aburre. Estoy harta. No puedo fingir otra sonrisa, mientras los demás se divierten.
No espero para bajar las escaleras.
—Jason te espera fuera, no vuelvas tarde... — dice el hombre vestido de traje subiendo por las escaleras —. Ya le advertí que si no te traía sana y salva lo iba a castrar...
—Que tierno eres Ian... — ironizo, me inmuto y me dirijo a la puerta ya abierta de par en par.
— Sabia que te verías bien... — comenta Jason luciendo un traje tres piezas sin moño, luciendo impecable — ¿Nos vamos? —asiento sin decir nada y subimos al auto.
Bien, está muy tranquilo, demasiado.
Eso solo quiere decir una cosa.
Finge demencia.
En el camino el ambiente se vuelve extraño, llegando al lugar, puedo ver un restaurante tiene luces por todos lados y veo parejas por doquier.
Suspiro antes de bajar del auto, apenas piso el pavimento, un frío extraño me recorre el cuerpo.
Jason se acerca a mí y me dirige hacia la entrada.
— Antes de entrar quiero que sepas algo...— Alude mientras nos acercamos a la entrada.
No pude evitar extrañarme.
— ¿Qué? Vas a decirme que me llevaras a venderme para comparte un conejo.
— ¿Eh?
—Lilo y Stich — respondo pero este me mira con el ceño fruncido —, no importa... decías...
— Esta no es cualquier reunión... Hay dinero en juego aquí, allá adentro hay unas personas... son grandes proveedores, necesitaban reunirse conmigo para ver si soy de fiar...— Lo miro confundida.
¿Proveedores? ¿De qué carajos habla?
— No entiendo nada.
—No busco que me entiendas.
—Pues me trajiste hasta aquí con este vestido. Por lo menos merezco una explicación razonable.
Suspira con pesadez.
—Son personas que intentan invertir en mi negocio. Necesito darles una buena impresión. — No puedo creerlo, de eso se trataba—. Su familia, es dueña de este lugar— Señala el restaurante-bar de dos pisos, elegante, iluminado de luces amarillas, colmado de personas intentando hacer reservaciones, y una alfombra roja para dirigirse a la entrada.
— Entonces ahora, te convertiste en un puto Gánster... ¿o que eres ahora?—Bufo incrédula —. Por eso me trajiste, para dar una "buena impresión"... Soy tu novia trofeo.
—Tranquilízate...— escupe — Velo como... una herramienta sorpresa que nos ayudara más tarde...
—Ni los memes son graciosos contigo...
—Pues acóplate.
—Estas pendejo si crees que funcionara... ¿qué crees? ¿Qué trayendo a tu bonita chica, confiarían más en ti? Eso es estúpido, solo se necesitan dos centímetros de cerebro para notar que las personas inteligentes no se valen de eso— espeto espantada.
—No, por supuesto que no. Ellos saben de nosotros. Además un hombre junto a una hermosa mujer se ve más poderoso, ellos tienen que verlo, y tú tienes que ayudar.
Ellos...
— No me lo trago. Hay algo más.
Estuve a punto de caminar y darme la vuelta pero me tomó del brazo y me hizo mirarlo.
—Escucha... Aura... si yo no necesitara ese dinero, te juro que no estaría haciendo esto...— Sus ojos me miran con arrepentimiento, y no puedo evitar sentir lástima.
—Pues consíguete tu mierda tu Jason. Los lujos no son eternos, y la codicia solo tiene un final.
—No se trata solo de eso.
—Yo no soy un bonito adorno que lucir.
— Solo sonríe, y demuéstrate linda. ¿Quieres? No vamos a durar mucho igual así, ¿o que crees? Soy el hazmerreír de todo el mundo porque todos piensan que te besaste con Adam. ¿Por qué no te lo besaste o sí?
—Si tanta pena te da, ¿para qué me traes contigo? No seas estúpido, algo escondes y no me interesa saber qué cosa turbia tienes entre las manos.
— ¿Lo besaste entonces?
— ¿Y que sí, si lo hice? Te recuerdo que tú y yo no somos nada.
No puedo evitar formar puños en mis manos, mis uñas me lastiman, pero los hago con más fuerza.
—Bien, eso no lo vi venir.
—Si tanto te apena no te preocupes, bien podría regresarme sola a mi puta casa.
—No, de ninguna manera. Tú vas a actuar como si esos rumores fueran falsos para que yo quede bien y tú no quedes como una cualquiera.
Tome impulso y le di un pisón en el pie que lo hizo gemir de dolor.
—Un hombre se ve normal si lo hace, ¿pero una mujer no? Deja tu patriarcado a un lado cariño y deja de llorar que nos miran raro—fingí una sonrisa demasiado hipócrita —. Ahora dime. ¿De quién mierda se trata para que tengas que arrastrarme hasta aquí?
Dejo de quejarse de dolor y respondió pausado disimulando. — Hijos de un codiciado diplomático inglés, y presidente de una empresa multimillonaria, valga la redundancia— se arregla el traje sin mirarme aun con la mueca de dolor palpable en el rostro—. Son difíciles de doblegar, pero con su inversión, puedo ganar el doble— termina de hacerlo para mirarme—. Los necesito, y te necesito.
— Por supuesto, eso se nota, si — espeto con sarcasmo—. Después de esto, necesito mi tiempo para pensar bien si quiero continuar con esto o no. — Añado.
Sus ojos se entre cierran y su rostro se ladea.
— ¿Ese era el amor que decías tenerme? —Comento con voz gélida— Tomate el tiempo que necesites, es más, tienes el resto de tu vida para hacerlo; porque cuando se ama no se duda... — su comentario me dejo pasmada en el lugar— Vámonos...
— ¿A ti que te hace pensar que yo te sigo amando?
No me responde. Cada palabra me dejó fría, y delirando. ¿Entonces este siempre fue él? En mi mente me imaginaba un chico dulce, y ahora, apenas muestre mi incomodidad, me espeta palabras frías, e hirientes.
Siento mis ojos llenos de lágrimas, pero no me permito derrumbarme ahora, y mucho menos frente a él no se lo merece.
Nos adentramos al lugar y un olor a canela inunda mis fosas nasales, hay velas por todo el lugar y una luz amarilla tenue lo decora, todo es muy elegante, las personas vienen de traje y toman vino, un señor de edad nos atiende apenas pisamos el lugar, Jason le dice algo que no me molesto en escuchar y el asiente para guiarnos a nuestro lugar, caminamos por un pasillo con un tapizado rojo con café en el suelo, unos nervios raros me atacan en el momento, no me gusta esto, no hay gente por aquí, no sé a dónde voy, y no sé si seguir confiando en Jason después de todo lo ocurrido.
Estoy harta de esperar, quiero respuestas y las tendré.
Empuño mis manos mientras Jason me mira y rodea su brazo con el mío para que al llegar al lugar luzcamos como la feliz pareja, este me dedica una mirada corta.
Una puerta doble se abre ante nosotros dejándome ver un precioso salón, un candelabro hermoso decora la habitación, hay mesas por todo el lugar, y gente más joven, si no me equivoco no creo que alguien aquí pase de los veinticinco años, todo parece impecable, el señor nos dirige hacia una mesa con muebles rojos en el lugar de sillas como las demás.
Diviso a lo lejos dos cuerpos enormes vestidos de traje, no consiguió ver sus rostros pues están de espaldas.
Otra noche para fingir que estoy bien.
Nos acercamos y mientras eso sucede Jason me da un último vistazo y sonríe, para acercarse a lo que parecen dos hombres.
Si me soy honesta, no puedo fingir otra sonrisa.
No voy a engañarme a mí misma, no me siento bien. Después de lo que he pasado, no puedo mentir, solo quiero decir; a la mierda esta sonrisa falsa he irme, tomar un auto y llegar a mi casa a dormir. Pero así como estoy vestida, dudo que pueda llegar lejos si me voy sola.
Sonríe, solo hazlo, has pasado por cosas peores.
Finjo mi mejor sonrisa para ser presentada.
Dos chicos.
Totalmente atractivos.
¿Qué?
Ay, no...
Oh no, oh no, oh no, no, no...
Sí, estoy loca, tampoco voy a mentirme sobre ello. Hace un momento quería llorar y salir corriendo, y ahora los dos chicos parecen haberme hecho distraer parte de mis problemas. O simplemente me embelese por un momento.
— Ella es mi novia, Aura Histhings—. Me presenta Jason ante los dos chicos.
Apenas mis ojos se toparon con el más alto quede perpleja.
Ya, que ahora si me llevo el que me trajo.
— Jack Wilder, un placer— Un chico, alto, bastante alto, castaño, elegante y sofisticado, ojos azules o quizás grises, con una mirada penetrante, tatuado muy elegante, agradable a la vista.
Usa un traje de tres piezas sin corbata grisáceo, con el pecho descubierto dejando ver su pectoral repleto de un tatuaje, subiendo a su nuca, ajeno a la vista, desprendiendo armonía y homogeneidad, no me detengo a repararlo, pues su cuerpo estético me distrae, toda una mano tatuada, inclusive los dedos, y quizás la muñeca, a simple vista se puede ver, y gracias al traje es lo único que logro divisar. Tiene unas facciones de modelo Calvin Klein nariz perfilada, mandíbula jodidamente varonil apretada, labios gruesos, cejas tupidas.
Dios tiene sus favoritos.
Es guapo mírese por donde sea. ¿De dónde salió carajos?
Ah ya se...
De el mismo maldito al que le golpee en las bolas esta mañana.
¿Sera este el fin del hombre araña?
— Aura Hasthings, mucho gusto. — Logro formular con toda la pena que existe en mi cuerpo.
Apenas noto que acabo de repetir mi nombre siento ganas de abofetearme.
— Eres Aura entonces...— su voz me dejo seca.
Yo quede loca.
—Mi nombre se repitió dos veces, creo que es bastante obvio.
El chico entre cierra los ojos.
—Tiene mucha clase. —ironiza.
— ¿Se conocen? — pregunta Jason.
—Lo suficiente. — escupe con arrogancia —. Él es mi hermano... — Añade con elegancia de moldeo británico, mientras lo señala.
El siguiente parece algo más joven.
— Daniel Wilder. — Me estrecha la mano con amabilidad.
Un chico casi igual de alto, con un traje azul oscuro, cabello dorado, mandíbula bastante varonil, rostro perfilado, pestañas tupidas ojos azules, labios rosados, nariz fina y sin rastros de tatuajes, con una pequeña argolla plateada decorando su orbe derecha.
¿Quiénes son ellos?
Dos chicos ornamentados, bastante guapos, elegantes y agradables a la vista.
Después de presentarnos tomamos asiento y ellos se dedican a hablar yo, me dedico a observar el lugar, para evitar desear que la tierra se abra de par en par para que me trague y me escupa donde sea menos aquí.
Esto no puede ser más incómodo.
El tiempo pasa con una eternidad espantosa, ordenamos y yo sigo perdida en mis pensamientos...
La comida es horrible, parece una hoja y un trozo de carne bien servido.
Quiero irme de este lugar.
Tengo hambre, siempre he odiado los restaurantes como estos, no sirven nada de comida buena, y cobran el triple de lo que cuesta una buena Hamburguesa.
Los lugares como estos no se hicieron para mí.
— ¿Aburrida? — Una voz gruesa me saca de mis pensamientos.
Alzo la mirada y me encuentro al segundo chico, ¿cómo se llamaba? Daniel.
— No...— Miento.
El me mira y sonríe. — No te preocupes. Yo también me aburro en situaciones cómo estás...— Me brinda una cálida sonrisa.
— ¿De dónde eres? — Intento entablar una conversación.
— Inglaterra— responde tomando vino— Tu, ¿Eres de aquí? — pregunta.
— Sí— Mi mirada se va hacia el frente y veo a él que supongo que es el mayor observándome— Y... ¿te ha agradado Beverly Hill?
— Bueno, no he tenido tiempo de conocerlo, solo vengo aquí por negocios. Es un buen lugar para hacerlo.
Estoy hastiada de escuchar esa palabra.
— Entiendo.
—Y ¿Que haces aquí si estas tan aburrida? — me sonríe con amabilidad —. Yo solo estoy aquí porque el fetiche de mi hermano es mandarme en todo y para todo, por los siglos de los siglos, amen... — bromea logrando sacarme una sonrisa.
—Solo acompaño a Jason.
—Llevan mucho... O eso oí — Lleva la copa de vino a sus labios, y alza las cejas con sorpresa.
—No lo suficiente, creo.
— Es tierno. Claro que no me puedo atribuir el mérito de decirlo. Jamás he durado tanto tiempo con alguien. La única relación estable que tengo hoy en día es con la comida.
Me siento tan identificada que no puedo evitar reír, y me limite a decir; es la única que no te abandona.
El me imita, y su risa es demasiado contagiosa para dejar de hacerlo.
—En realidad... no sé por qué pero no sé si reír o llorar— Intenta contener una carcajada pero al ver mi rostro estalla.
No puedo evitar contener las risas.
—Eres el primer hombre que lo dice sin tapujos. O por lo menos que yo conozca — Añado entre risas.
Miro en dirección de los demás presentes en la mesa encontrándome con el enigmático chico tatuado. Su mirada me hizo parar de reír, tiene una intensidad plasmada en esta, que logra dejarme perpleja.
—Y tu chica... — Su voz hizo que me tensara— ¿Qué hace aquí? —Pregunta mirándome— Creí que hablaríamos de negocios.
No logra intimidarme del todo, así que respondo por mí misma.
—A veces Jason no sabe contar... — Ironizo — Cierto... cariño...
Jason me mira con desaprobación.
Que se aguante, nadie lo mando a tráeme.
—... Sí, yo... odio las matemáticas... — murmura entre dientes.
— Claro... las calculadoras nunca fueron una opción.
No aparto mis ojos ni un solo momento de su mirada frívola.
Sus ojos recorren descaradamente el escote de mi vestido, haciendo que mi cuerpo se tensase bajo su mirada perversa.
—Las mujeres también sabemos contar.
—Ay, lo siento... —Espeta mientras tiene el vaso de Whisky en la mano tatuada hasta llegar a la punta de sus dedos— ¿Te ofendí? ...
Lo dijo con confianza, y luego aparto la mirada, dejándome hecha un hielo. Trague grueso y sentí una extraña incomodidad recorrer mi cuerpo.
Escucho como empezar a hablar de lo que parece ser deportes, intento entrar a la conversación, pero Jason hace un ademán con la mano.
Eso hizo que la ira se derramara en mi cuerpo y corriera por mis venas.
Me siento estúpida estando aquí.
Para cuando lo noto, estoy tan aburrida que quiero salir corriendo.
Para colmo Jason y el chico menor se levantan para retirarse.
Cruzo mis piernas y apoyo mi codo sobre mi muslo, para tomar mi barbilla en la palma de la mano.
Otra noche desperdiciada.
Quiero estar en otro lugar.
Llorar. Simplemente tengo unas enormes ganas de llorar. Y muero de hambre.
—Si nos conocemos de antes...—me saca de mis pensamientos la voz ronca del apuesto espécimen — Eres la chica de esta mañana... — parece repararme con la mirada —. La misma de aquella noche...
— ¿Qué? ¿Qué noche?
—La noche en el club... me golpeaste y me disculpe— dice sereno—.Hoy también lo hiciste pero digamos que la parte donde fue no ameritaba una disculpa de mi parte.
Me voy a la mierda.
¿Puedo pasar más pena? Lo averiguaremos...
Síganme para más consejos tóxicos.
Tiene razón.
Es el mismo chico del club.
El mismo de esta mañana.
El mismo que no puede de lo bueno.
Gracias virgen santísima, ¿Sera este mi nuevo ser amado?
—No fue intencionalmente...
—Lo fue...— admite confiado.
—Fue casualidad, jamás he querido golpearle esa zona a un hombre... —admito. El entre cierra los ojos—. Bueno no a... un extraño.
—Las casualidades no existen, todo pasa por algo.
— ¿Estás diciendo que lo hice adrede?
Ladea el rostro.
—No lo digo yo... lo dice la constitución.
—Ya quisieras.
—Hoy amaneciste agresiva... —murmura inclinando su cuerpo para tomar las alcaparras y comerlas sin mi permiso.
De cerca me permito detallarlo.
Que perfección hacen los buenos genes.
—Claro que si...
Jack me lanza una mirada descarada. Me hizo tragar grueso pero no aparte la mirada mientras me pongo de pie sus ojos recorren mi cuerpo con descaro.
— ¿Ya ordenaron el postre? — aparece Jason sin el otro chico.
—No. — Responde Jack—. Lo que me quiero comer me golpeo las bolas esta mañana, y anda agresiva, así que paso...
¿Qué acaba de decir?
Ay, chingada...
—Voy al tocador — me disculpo para levantarme.
Le doy una última mirada al chico incrédula.
¿Qué mierda fue eso?
Camino entre la gente y me dirijo hacia el tocador, las personas parecen más animadas por aquí, conversando y riendo, busco con la mirada el tocador de damas y después de unos minutos lo encuentro, entro y me topo con unas chicas, altas preciosas a simple vista, veo cómo se arreglan y murmuran cosas apenas llego.
Suspiro con pesadez, y veo cómo las peli negras hermosas salen desfilando por la puerta.
Después de las risas, vienen las lágrimas.
Siento como una lágrima sale de mi ojo izquierdo resbalándose por mi mejilla pero la seco en cuanto puedo.
Suspiro y lavo mis manos en el lavabo.
Saco un brillo labial de mi cartera y lo aplico.
<< Solo necesitas respirar, y mantenerte estable. >>
No. Lo que necesito es salir de aquí, o enloqueceré.
No quiero llamar un auto e irme sola, no llegaría ni a la puerta en este vestido.
Lo mejor será que vuelva e intente no mirar al sexy chico de enfrente, e ignorar a Jason.
Volveré y trataré de respirar sin aburrirme en el intento.
—Me dijeron que no eras muy normal... y que podías perderte—aparece el alto chico tatuado.
—Hay otras maneras de ligar sabes.
Alza las cejas. —A ver, enséñame.
Entre cierro los ojos. —Esto esta del carajo, estoy a punto de irme y tú solo lo haces más difícil.
— ¿Quieres irte de aquí?
Si a todo contigo pensé, pero le respondí. — Pensé que sería bastante obvio.
Estoy rogando porque me haga una propuesta indecente para salir de aquí.
—En ese caso... —dice mirándome, pero le interrumpe otra voz.
—Aura...
Esto debe ser una broma.
La maldita voz de Adam me saca abruptamente de la enigmática conversación.
El chico ahora luce un traje tres piezas completamente negro con un pequeño pañuelo rojo resaltando de él.
— ¿Qué haces aquí? ¿Con quién vienes?
—Vine con...
—Conmigo...—Interrumpe el chico tatuado de mirada fría.
—Jack... —Dice el peli negro entre dientes.
Ambos empiezan a mirarse.
Siento el momento tensarse de manera abrupta.
— ¿Y cómo fue que terminaron aquí?... Juntos...—pregunta llevando la vista entre nosotros.
—Soy sorprendente, ¿no lo crees? — pregunta este burlón.
No estoy entendiendo nada.
—Listo, hora de largarnos... — Aparece Noah mirándose las manos.
Me hele en el lugar.
Fue inevitable no mirarlo.
Un mismo traje de tres piezas azul oscuro sin más nada, dejando ver parte de su pecho libre y el tatuaje en este asomado.
Si antes veía mal, ahora veo peor.
Estos tres son demasiada belleza junta.
—Ah, Hola Histhings...— Agrega al notarme con una sonrisa burlona pero sin nada de ánimo en su voz.
Sus ojos recorren sin tapujos mi cuerpo haciéndome sentir incomoda.
Esta noche no puede ser más confusa.
—Y... Jack... —gruñe apenas lo ve. Siento que la tensión me corta la respiración. —Bueno, ya que este lugar parece estar muerto... nosotros nos largamos... — Agrega este mismo.
— ¿Quieren venir? — pregunta Adam.
— Estaba a punto de invitar a Aura, a un nuevo lugar del que me hablaron muy bien... — escupe Jack.
Lo mie extrañada.
—Genial... será un cuarteto entonces... — habla Adam mirándole.
— ¿Eh? — Noah lo mira confundido.
—No todos cabemos en el auto... lo siento... — intervine sin saber en qué puto momento este idiota de Jack me pregunto y yo acepte
Bien, esto es raro, y no lo entiendo. Todo lo que sé es que se conocen, y que quieres pelearse como perros, no hace falta ser adivina para notarlo.
—No me sorprende, siempre te ha gustado lo pequeño— bufa Noah con suficiente ego para alimentar a un país en crisis económica.
— ¿Vienes? —pregunta Adam.
— ¿Crees que me dejaría para fugarse con dos perfectos idiotas? — entonces se conocen más de lo que creo por lo que acaba de decir Jack y por cómo se mirar con tanto odio.
Ese me dejaría estuvo de más.
Estoy harta de que me subestimen.
Harta de estar aquí.
Harta de fingir que nada pasa, que todo está bien, de tener que cohibirme solo por aparentar algo que no quiero.
Basta.
—Una mujer sabe por intuición o instinto lo que es mejor para ella...— intervengo al fin, Noah me mira con una estúpidamente perfecta sonrisa ladeada, se lo que hace, me desafía con la mirada, piensa que soy incapaz de hacer algo.
Estoy en un estado mental en que estoy harta, y gastada de tipos como ellos, que creen que pueden pasar por encima de mí, que pueden descifrarme con agilidad, y que pueden mandar como si yo fuera una cosilla más.
Se van a ir a la mismísima mierda todos.
No me importa ser un dolor de cabeza para Jason, él no pensó lo mimo por mí y yo no tengo que hacerlo por él.
Siempre he sido buena persona, lo juro, pero esta noche no quiero ser esa chica que se queda sentada y que no puede dar su opinión por ser temas "ajenos a chicas".
—Y tú y yo estamos en un mal lugar cariño—. Dice Jack mirándome.
—Porque no solo dices quiero que vengas conmigo. No tienes que desafiarme todo el tiempo, es exasperante— me sonríe con malicia.
Enarca una ceja y amplía su sonrisa sin mostrar sus dientes.
— ¿Entonces...? —Pregunta.
—Dile a Jason que se vaya al carajo, y te estoy haciendo un favor.
—En ese caso puedes hacerlo completo... — escupe relajado —Voy con ustedes.
Sonrió victoriosa.
—Adam siempre la vive cagando... — dice Noah —. Vamos en mi auto—agrega entre dientes.
—Adam envíame la ubicación, debo hacer unas cosas antes...— lo mira—Nos vemos, Aura — agrega para mirarme con descaro y alejarse no sin antes mirar a los otros dos chicos quienes noto tienen la mandíbula tensa desde que lo vieron.
Caminamos juntos a la salida y trato de no mirar atrás, no sé porque estoy actuando así; mi ex cree que estoy en el baño, y ya estoy en un Lamborghini rojo con dos chicos.
En el camino todo se vuelve algo tenso, trato de no mirar a Noah para no sentirme más incómoda, no ha dicho palabra alguna sobre lo ocurrido hoy, y está bien para mí.
Me sorprendió un poco por el lugar en donde nos encontramos, no sé qué parte de Beverly Hill es esta; pero esto es completamente nuevo, nunca había visto esto.
No es glamoroso, como el resto de esta ciudad, pero aun así, hay luces rojas por todos lados, o por lo menos eso diviso por la ventanilla del auto.
En cuanto el auto se detiene, veo los dos chicos, ambos se miran con una sonrisa y proceden a ponerse un anillo en su dedo, meñique.
Esto ya es mucho.
Bueno, en que me metí ahora...
En mi mente no puedo evitar preguntarme... ¿Asustada, Hasthings?
Y pues para que digo que no sí, sí.
¿Qué carajos hice ahora? Y, ¿Por qué el lugar no me da buena espina?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro