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Capitulo 11


Capítulo dedicado a @Jash3815 muchas gracias por tu apoyo ❤️

Respira, que te entre lo perra. Recuerda, mamona se nace no se hace.


Aura Histhings

No merezco el perdón de Dios.

Me veo en el infierno limpiando la mierda de Hades.

Y a Noah bañándose en la orina de Satán por culero.

Me duele toda la jodida cabeza, esta sensación la conozco, es como si mi cuerpo me pesara, como si una banda de elefantes me hubiera usado como alfombra.

No fueron elefantes, fui yo misma y mi estupidez.

Tengo lagunas mentales, no recuerdo con claridad algo de lo ocurrido anoche.

Flashback

Me siento ridículamente mareada, mi estado es lamentable. Siento que el piso se desencaja y que todos tienen los ojos llenos de brillo. ¿Qué carajos tenía ese maldito brawnie? Joder, no lo sé. Pero mis pies me traicionan pues estos siguen los pasos de Noah, acaba de salir votando fuego por los ojos.

Camino y alguien me detiene tomando mi muñeca. Frunzo el ceño y volteo.

Adam...

— Será mejor que no hagas eso...

— ¿Qué cosa? — preguntó, él hace un ademán y frunce los labios.

— Pareces una chica... lista y me agradas— Pausa para enarcar una tupida ceja negra. — Escucha, sé que no sabes esto, porque de haberlo sabido no lo harías.

Todo me confunde más.

— ¿De qué hablas? — preguntó con pesadez. Siento que me habla cada vez más lento.

— No me concierne decir esto, pero se lo que vas a hacer, y algo me dice que no te detendrás. Así que me veo obligado a intervenir. — Suspira y me parece más confuso todo. — Noah es normal el noventa y cinco por ciento del tiempo... el resto, digamos que es algo diferente. — Mi expresión parece decirle todo. — Es complicado de explicar.

No entiendo a qué te refieres. Él nunca es normal. A él lo abortó satán por qué no lo soportaba.

Me mira comprensivo.

Suspira con pesadez y relame su rosado labio inferior.

— Hace años, fue diagnosticado con un trastorno explosivo intermitente.

El suelo se ahuecó. ¿Qué carajos es eso? Nunca había oído de algo parecido.

— Yo... no tenía idea— aludo perpleja.

Me miro así diciéndome: ¿tú te quieres morir verdad?

— Lo sé, por eso te aconsejo que dejes que se le pase, sé que seguramente querrás ir tras él, porque eres bien pendeja, y andas de mamona retándolo, pero es normal, todo mundo lo odia en secreto — admite— pero conozco su mirada cuando su rabia pasa de ser normal a ser inestable, a él le cuesta un poco controlarse.

— Entiendo— Bajo la mirada apenada. ¿Quién carajos me creo para inmiscuirme es su vida? — Solo iré a tomar algo de aire fresco, creo que me maree un poco...

Creo que mi estado no me impulsa a tomar confianza, lo único que me hizo recordar es la incomodidad y la sensación de estar descubierta e insegura.

— No te digo esto porque me apetece, lo digo porque no puedes estar cerca de él cuando está fuera de sus casillas. Él es mi mejor amigo de toda la vida, y tu... eres... eres muy explosiva — Me libera de su agarre y parece notar mi incomodidad. — Solo espero que no menciones esta conversación. — Asiento débilmente con la cabeza.

Mis pies se mueven solos y mi mente me traiciona pues me llevan hasta la mesilla para tomar un encendedor color plata lo tomo y salgo a paso lento.

No sé qué carajos hago.

Camino y me dirijo al patio trasero, pero me detengo al verlo a la mitad del oscuro pasillo.

Fin flashback

En ese momento Aura sintió el verdadero temor...

Que alguien me diga que hice...

Tengo demasiadas lagunas mentales sobre anoche, pero sin duda nada en concreto.

Solo quería perrear, ¿Por qué siempre la tengo que cagar?

Dejoa un lado esos pensamientos y empiezo a vestirme para salir a comer algo, optopor un vestido veraniego algo ceñido a mi cuerpo,  blanco Calvin Klein y unas zapatillas bajas de este mismo color, dejó mi cabello suelto y me maquilló un poco para ocultar mi horrenda cara de post-drogada por equivocación.

Mi mirada se dirige a la cama, frunzo el ceño confundida.

Eso no estaba cuando me metí a la ducha.

Un tulipán amarillo con blanco, es precioso. Pero... ¿Quién dejó esto aquí? Jason no sabe que es mi flor favorita, en realidad nadie lo sabe.

¿La rasa de Guadalupe?

Me acerco a ella y al pie de ella se encuentra una pequeña hoja doblada a la mitad está a un lado de ella, la caligrafía es preciosa ¿Quién hizo esto? Jason definitivamente no escribe así. Leo la nota y quedó sin aire:

"¿Que sencillos somos los humanos, verdad?"
Podemos enfrentarnos a las tinieblas que vengan de afuera. Pero tememos a las que proceden del interior.

N.

A él universo le encanta verme la cara de estúpida, pues siempre me juega bromas pesadas.

Mierda...

Esto logro confundirme más, me aclaro levemente mis recuerdos.

Yo dije eso. Le dije eso a Noah. Y él lo firmo. Bueno tuvo que ser el, ¿Quién más? Válgame Dios...

Santo cielo. No puede ser.

Ay a la verga.

La jodida fregada.

Wow, wow, wow, wow.

Verga, ¿pero pues que dije?

Me beso joder. No puedo creerlo.

Lo hizo, y lo recuerdo escasamente.

¿Qué? ¡Lo bese, y no lo recuerdo!

Aquí estoy pintada yo.

Y a ese pase le llamo; joderme sin decir una sola palabra.

Lo hizo... recuerdo que lo hizo y me dejo hecha un lío.

Pero es que mírale los huevos a ese espécimen.

Maldito hijo de la gran puta...

Me besó.

Me lleva la mierda.

Bueno, a decir verdad imaginaba muy distinto haber recordado ser besada por un chico así de guapo.

No siento nada lindo. ¡Nada!

La rabia que siento pude haber matado al maldito hijo de puta que creo la química.

¡Ah! Dios... dime que no es verdad. ¿De verdad lo hizo? Lo hizo, por supuesto que lo hizo.

Y no porque le guste. El mismo lo dijo. Lo hizo porque sabía que me iba a emperrar todo esto. Sabía que si lo hacía lo único que buscaría seria esto... provocarme más. Por qué lo hizo para joderme. Para sentirse superior.

Lo hizo para burlarse de mí. Para dejarme así.

Que gran manera de hacerme sentir estúpida. Juro que jamás en mi vida probare un brawnie.

Un momento, el me beso sabiendo mi lamentable estado.

Esto no puede ser más complicado.

Es que no lo digo... merece morir ardiendo en fuego.

Eso es malo, incluso para él.

Lo hizo adrede, no porque quiso, o porque le gusté.

Pero no puede ser que no recuerde que se sintió.

Salgo de la habitación con la cabeza echa un desastre, y la furia corriéndome por las venas.

Ahora es que me va escuchar este pendejo.

Pero... ¿y qué le voy a reclamar?

No lo sé... Solo lo hizo para probar que sigue estando encima de mí. Que tiene la suela de sus zapatos costosos en mi cabeza.

No voy a permitirlo.

Lo voy a mandar al infierno en un tobogán lleno de clavos.

Bueno. La cosa es que... tal vez lo imagine. Porque seamos honestas, no le gusto, no le atraigo, entonces no tiene sentido que lo haya hecho.

Bajo las escaleras en busca de alguien para bajar mi furia. Y me encuentro a Ashley a mitad de camino.

Joder. Definitivamente las drogas y el alcohol nunca deberían mezclarse.

— Y a ti que te dio... — pregunta mirándome extrañada —, ¿Qué bruja te besó?

—Me lleva el pito.

— ¿Estas de coña?

— ¿Tengo cara de estar de coña?

—No.... pareces sacada de un psiquiátrico...

—Que linda... gracias — ironizo.

— ¿Por qué estar mal? La noche estuvo genial, y créeme, es cierto que este sujeto sabe dar las mejores fiestas.

Se me iluminó el cerebro.

— ¿Tienes idea de que hice anoche? —pregunto sabiendo la respuesta.

Frunce el ceño y ladea el rostro.

— Bueno, aparte de besarte con dos chicas y de ser muy amigable con el peli negro ardiente...

No es cierto.

— ¿Que, Adam? — ¡virgen santísima! A la chingada— ¡¿Con él fue con quien me bese?! — Pienso en voz alta sin mirarla.

Necesito respuestas, saber quién me juega la bromita de la flor, y todo lo demás.

No entiendo un carajo. Déjeme me darle reversa.

— ¿Besarte? — Pregunta alterada. La miro y frunzo el ceño. — No tengo idea de con quién te besaste, aparte de mí y de Isabelle. Pero si estabas muy junta al chico.

Por Dios...

No puede ser.

—Esto fue una gran caca, digamos las cosas como son.

— Saliste de la lugar y él no te siguió a sí que no creo, que haya sido el, porque fuiste tras... — me mira y abre los ojos sorprendida— Noah... — Pausa pasmada. Mi rostro se conserva serio. Ella por otro lado despega sus labios y una sonrisa le dibuja— ¡Por Dios... besaste a Noah! — alude sorprendida— O a un extraño. Porque tú lo odias... pero te gusta — parece hablar para ella misma —Pero... como, apenas lo toleras. — Añade sorprendida.

Por favor basta.

Nada tiene sentido.

— Creo que tiene más posibilidades un extraño—le apartó la mirada.

— ¡A la mierda! — Grita alarmándome —. No viste eso por supuesto que no

— ¡¿Qué?! —asustada empiezo a mirar a los lados.

—Me acabas de apartar la mirada —dice como si no fuese obvio —, un clásico.

—No estoy bromeando. No sé si paso o no, pero si lo hizo te juro que lo castro.

—Por favor, sabes que no es cierto — bufa — ¿Para qué castrarlo? ...Tú quieres hijos —se burla.

Me vale madre.

— Búrlate perra, te va a llegar tu karma.

Una risa seca sale de sus labios — Ah no mi ciela... yo no la cago cada que tomo.

La asesino con la mirada.

— Voy a matar a ese maldito—digo entre dientes.

—No entiendo por qué estás cabreada — frunce el ceño—. Yo estaría emocionada lista para esperar ese tres doritos después de un beso, y con un chico como él ya sabemos lo que...

— ¡No! —La detengo —, no porque es un hijo de puta y solo lo hizo para burlarse de mí, para tener algo que restregarme en la cara, porque sabe que siempre está un paso adelante.

Me mira como si hubiera dicho un problema matemático.

—Bueno, no entendí... pero; no parece un mal chico— frunzo el ceño y ruedo los ojos.

—Medícate loca

—Sabes que no. Es decir, no me lo imagino con un montón de cachorros bebés con un fondo rosa. Pero tampoco, el hecho de que tenga tatuajes y ese aire intimidante, bueno... —hace una pausa para pensarlo — jodidamete, intimidante, dominante y salvaje, me hace imaginarlo con un bate de béisbol destruyendo todo a su paso.

Que pendeja amaneció.

—El bate te lo paso a ti por la cabeza Ash, porque estás bien mamona hoy.

— Di lo que quieras, sabes que tengo razón.

— ¡Por supuesto que no! — Me sulfuro —. Es un hijo de puta, no hay discusión que arregle eso.

Mi cabeza se ocupó en pensar en él, aunque no vista completamente de negro, tiene esa chispa en la mirada, y esa sonrisa torcida, burlona, no aparentando ser un chico malo, pero no del todo bueno.

¿Qué coño me dio?

— Estoy harta de él, y te juro que le saldrá caro el haberse burlado de mí de esta manera.

Suspiro con pesadez.

— Pero tú lo haces todo el tiempo con él.

La miro extraña. Bueno... pero eso no cuenta.

— ¿De qué lado estás?

Me mira de pies a cabeza.

—Lo hiciste... cuando llegaste a la fiesta todo el mundo empezó a murmurar, ¿Qué creías que él te iba a dejar pasar el haberte pasado por las tetas sus reglas?

—Ese carbón merece más que eso.

— ¿Qué te pasa hoy? ... en estos días...

—De que hablas...

Me sigue mirando extrañada.

—... No lo sé... solo... estas más — me repara con la mirada —, perra.

Lo pienso unos segundos.

—No sé de qué hablas... —calmo mi respiración —solo, nací perra...

Se encoge de hombros.

— Pues bájale dos... —espeta—, no creo que lo haya hecho para burlarse de ti —me mira comprensiva—. Tal vez si llamas su atención y no lo acepta. Quizás le gustes.

Dios perdónala, no sabe lo que dice.

—No... —Murmuro y suspiro —, él lo admitió —la miro calmada —, no le gusto ni siquiera un poco.

Aparta la mirada incómoda.

—Bueno... eso explica muchas cosas —susurra —, míralo por el lado bueno, no todos los hombres están acostumbrados a probar caviar, otros se conforman con... bagre— me anima.

Entonces lo pienso.

Soy una puta genio.

—Tienes razón... la perfección no se va con gente básica, aunque él no tenga ni un pelo de básico... —sonrío pensativa—. Sabes... regla número uno para ser toda una jefa perra. Nunca dejes que un payaso juegue contigo — espeto confiada —, y si te la juega... entonces usa la regla número dos —ella me mira expectante con el entrecejo fruncido —. Metete con sus amigos... y hazlos tuyos...

Lo tengo.

Ashley me mira sorprendida.

—Voy a anotar eso... —espeta sin poder creerme —, bien... primero ¡wau!, eso sonó muy Nicky Minaj, y me encanta. Te hago un altar alta diosa.

—De hecho si lo dijo Nicky Minaj —acepto.

— ¿Qué? Yo bromeaba. Debes estar mal de la cabeza si haces algo que diga un rapero... —frunce el ceño.

Ruedo los ojos.

—No es Snop Dog... Además, tiene razón... si lo miras desde mi posición.

Primero debo saber que tanto le importan, porque si no le importan una mierda al carajo. ¿Pero cómo? ¿Cómo saber si algo le gusta a ese tipo? Siempre está, así, como si solo importara él.

Ugh.

—Ya te chiflaste... Vamos por comida, y cállate.

Si, la comida siempre arregla mis problemas.

Caminamos hasta cruzar una enorme sala.

Un amoblado azul y tres cuerpos en este me avisa que no somos las únicas en la habitación, y que probablemente Dios no me mando a este mundo como las personas normales, no, a mí me escupió

Los tres tipos se encuentran en este hablando cómodamente.

Esto es humillante.

Me voy a ir a llorar a una esquina.

Ah, no, no Aura. Solo piensa ¿Qué haría Blair Waldorf en una situación cómo está?

Respira, que te entre lo perra. Recuerda, mamona se nace no se hace.

Al parecer pisar la habitación llamó la atención del primero.

Miro a Ashley esta tiene los ojos abiertos, exageradamente abiertos.

Adam.

Inevitablemente la imito. Bueno, no sé, si este me hubiera besado, ¿para qué enfadarme? Si puedo gozarlo...

—Buen día... —dice con una sonrisa a penas me ve.

Los otros dos, Noah y su hermano se percatan de nosotras.

Pero no se levantan.

Su hermano se conserva sentado.

Ashley y yo nos detenemos en seco.

—Hola... — Saludamos al unísono

Ay quiero que me trague la tierra, pero como la tierra me odia, seguramente me traga y me escupe ahí, al lado de ellos.

— ¡Buenos días solecito!—se burla Noah.

No otra vez...

En ese momento Aura sintió el verdadero temor.

Con una simple mirada logró despertar mis nervios.

—Ignóralo... — alude su hermano.

Ladeo una sonrisa para él.

No sé si es porque es de mañana, pero juro que a los tres se les pude sentir una voz jodidamete gruesa, atrayente, incluso desde aquí.

Codeó a Ash para que hablara.

Yo ya me puse pendeja, es que los tres están muy buenos.

—Íbamos por comida... así que... — empiezo a moverme.

—Ah, no... —Interviene Noah relajado—, la comida está fuera —la voz gruesa de Noah me detiene.

Una camiseta blanca con un ligero estampado de flores azules y un reloj es todo lo que puedo ver a distancia. Soy yo o ya quiero irme...

Luce una pose relajada, como si el alcohol no le hiciera efecto. Hasta pedo debe lucir buenon.

—Sí, bueno...Queremos comer en la cocina—hablo tragándome el nudo del nervio.

Intento no evitar su mirada.

Él se levanta.

Se me bajo la presión.

La imponente ornamentación de su cuerpo se acerca a nosotras, camina con las manos atrás, unos pantalones cortos azules y un par de tenis tenis le adornan las piernas complementando un outft de catálogo.

No hay sistema.

Al caminar sentí que lo hizo en cámara lenta, y como si no fuera poco, introduce sus manos en sus bolsillos delanteros con el mentón elevado.

No me sorprendería si saliera en la portada Vogue algún día.

— Todos comeremos fuera... —ladea el rostro dejándome ver así su mandíbula. Mierda, su mandíbula tiene más proyección que me vida —, estás en los Hampton... cariño, aquí no se come en la cocina — lo dijo como si yo jamás hubiera pisado un lugar así. Con extremada suficiencia, mientras camina con sutileza para dejarnos atrás.

Empezamos mal.

Claro, otra vez hay que hacer lo que el pendejo diga.

Los otros chicos pasan por enfrente de nosotras caminando tras él. Adam me comparte una última mirada que me deja fría, su hermano por puro lado va concentrado en una llamada telefónica.

Ashley me toma del brazo para conducirme a la parte trasera del lugar.

— ¿Qué tal está su resaca? — Pregunta Isabelle con unos lentes oscuros, está sentada en una mesa blanca con Noah a un lado no veo a Alexandre ni a Jason por ningún lado.

— Soportable— respondo en un suspiro fingido —lamentablemente no todo lo que se mueve es así —hago un leve carraspeo y lo miro.

Ni siquiera se percata de mi mirada. ¿Así o más directa? Y el todo pendejo.

Bueno lo acepto. Estoy nerviosa, si lo estoy. El hijo de puta supo joderme.

— ¿Es grabe? ¿Necesitas algo? —pregunta Adam, llamando mi atención.

Su repentina preocupación me conmovió. Sin embargo la ira me ataco. —Es una mierda completamente. Pero puedo soportarlo. No soy débil —espeto.

Vaya ojos se manda el chico. Joder, tenía razón Ashley, es muy ardiente.

— ¿Me perdí de algo anoche? — Pregunta su hermano integrándose a la mesa.

— Ah... si... casi olvido contarles —habla por fin Noah llamando mi atención con —, pasó algo muy loco... sabes —entre frunzo el ceño ¿de qué me perdí? Y por qué me mira cuando lo hace— Imagínense que Aura, y... — ¡mierda! La grandísima mierda. ¿Qué hace?

Simuló atragantarme ligeramente al escuchar y entender lo que está apunto de decir. — ¿Estás bien, cariño? — Sus ojos azules ahora casi grises, me miran con gracia. Maldito hijo de puta

Entonces tenía razón. Nadie reta a un Thompson sin sufrir consecuencias. ¡Se burla! Su mirada lo dice todo. Jamás creí que podría odiar tanto a alguien en toda mi vida.

—Sí, estoy... bien —le sonrío a los demás.

Sonríe ladeado al notarlo.

Todo en la mesa se vuelve tenso.

—Como te iba contando... — No me jodas, eso ya es pasarse de verga.

¡No puede ser!

—Me pasas las fresas, Adam—vuelvo a interrumpir nerviosa —, por favor.

Este quita su atención de Noah y me mira para sonreírme.

El chico hace un ademan para tomar el recipiente, pero Noah lo manotea para tomarlas, él le hace un ademán de "¿qué culero?" Pero Noah lo ignora para tenderme el plato lleno de fresas con una sonrisa victoriosa, burlona.

—El clima está muy... cálido... —interviene para mi suerte Ashley notando el momento.

Me dispongo a comer, miro a Noah por última vez y este parece no agradarle nada el hecho de que Ash le interrumpiera. Siento el ambiente muy tenso.

—Disculpa... —la voz de su hermano interrumpe— ¿nos conocimos anoche? —le pregunta a la rubia.

—Ummh... si, si por supuesto —dice extrañada.

El la repara con el rostro serio. —Es extraño... no te recuerdo —dice pensativo —, de habernos presentado juraría que no olvidaría un rostro así —suelta confiado, sin una gota de burla.

Y en eso se diferencia a su grotesco hermano. El por otro lado parece más serio, sin embargo desconozco cuántos años se llevan, aunque supongo no deben ser mucho por su aspecto físico.

Un momento... ¿Qué dijo?

Siento los minutos pasar con una enorme eternidad.

— ¿Listos? —pregunta Noah.

¿Y ahora qué?

—De que me perdí... —pregunto al ver a todos levantarse.

—Vamos a jugar Polo.

¿Qué?

Todos me miran extrañados.

Y al parecer todos lo sabían menos yo.

—Ah... solo los chicos, entiendo—sonrío extrañada.

Noah me mira como si fuese un bicho raro.

—Isabelle sabe montar... — me repara con la mirada —, tú... puedes... sentarte a ver—agrega arrogante —. Desde lejos, podrías hacerte daño —finge pena —, y no queremos eso.

Hijo de la gran puta.

—Si... tienes razón. No se montar —espeto entre dientes.

—No sé por qué no me sorprende.

Suspiro con rabia.

—A menos... claro. Que alguien me enseñe —espeto desafiante.

Noah me mira sin burla.

Trago grueso nervioso. ¿Por qué coño dije eso?

Comparto un segundo mirada con Ashley, ella me mira extremadamente sorprendida.

—Te enseño gustoso, cuando termine el juego —se ofrece Adam.

Lo miro sonriente.

Perfecto.

—Excelente... voy a estar lista.

Él me sonríe y se aleja. Todos lo hacen menos Noah quien me repara con la mirada aun sentado en la mesa.

No cualquier mirada. Esa mirada estilo Miranda Presley en el diablo viste a la moda. ¿Qué? No. Yo soy quien debería dar ese mirada.

Hasta eso me quiere quitar.

—Debes cambiarte si vas a subir a un caballo—me ordena—, no queremos que se te vea... algo de más.

Mi pregunta es sencilla, ¿en qué maldito siglo cree que esta? Y por qué se cree con derecho a mandar a una mujer.

Bajo la mirada a mi atuendo.

Ah...Cierto.

Traigo vestido.

Ah caray.

Pero entonces lo noté. La actividad, la decidió el, para seguir burlándose porque vamos, en qué cabeza cabe que yo sé montar un caballo.

— ¿Cuándo quedamos en que haríamos eso? —pregunto nerviosa.

—Yo lo decido—se encoge de un solo hombro.

Claro, ni más faltaba.

—Como sea... —trago grueso —, con respecto a... ayer...anoche —intentó no balbucear.

Y ahora, ¿Por qué de repente el nervio?

No mija, tú eres una diosa. No te puede desordenar tanto un beso... o, ¿sí?

Sus facciones perdieron enojo, se le iluminó el rostro, con ese brillo burlón.

—Si... —dice relajado.

No aguanto esto.

Esta... esta tensión que creo para distraerme. Es que si no fuera un idiota egocéntrico, sería un maldito presidente, tiene el don para persuadir, un don para dialogar, para lograr causar nervios con la mirada. Un puto astuto.

Trago grueso nerviosa. — ¿Por qué hiciste eso? —suelto sin más.

Entre frunce el ceño.

La luz del día refleja en su rostro dándole ese toque salvaje.

Camina confiado y se acerca a mí.

No otra vez. No, bueno no bajes la mirada, ni te asusta, solo es... Noah siendo Noah.

—... ¿Hacer qué? —pregunta con el ceño ligeramente fruncido.

Ahora lo va a negar. O... ¿acaso no pasó? No estoy siendo clara, ¿Qué carajos? Estoy dudando de mí. No reina, eso sí, jamás.

— Pues... hacerlo... ya sabes... — balbuceo.

Frunce más el ceño.

—No Aura, no sé qué es —agrega simple.

Ruedo los ojos.

Del uno al diez que tan humillante será.

Lo averiguaremos.

Suspiro tratando de reunir valor.

Aquí vamos.

—Besarme... — murmuro nerviosa.

Enarca una ceja e inclina su cuerpo.

—... ¿Qué yo hice qué? —Pregunta.

Hago un mohín con los labios, incomoda, pero jamás derrotada.

— Pues... eso, tú lo sabes.

—No se me pasa lo pedo —dice simple.

— ¡Te juro que te voy a dar hasta que veas a tus antepasados!

—Tú no le vas a pegar a nadie, ¿Qué quieres?

—Que me digas de una puta vez la verdad, que más voy a querer.

—Espera, repítelo — hace un ademan con la mano para que continúe, pero solo frunzo el ceño hastiada —. Me ayuda a evaporar el alcohol, todavía sigo medio pedo.

¿Pero qué?

—Te haces el pendejo—murmuro—. Pero sabes que me besaste sabiendo mi lamentable estado, pensando que te burlarías de mí, pero... ¿Qué crees? No me afecta —me cruzo de brazos, nerviosa pero confiada —. Aparte sabes bien que si paso, o entonces dime... ¿Qué estabas apunto de decir en la mensa? ¡Frente a todas esas personas!... —me sulfuro.

El por otro lado solo alza las cejas sorprendido.

Un silencio incómodo se planta en el lugar.

Parece pensarlo pues ladea el rostro para posteriormente mirarme.

Aquí va... lo va a aceptar.

Me preparo para el golpe.

— ¡Relájate, cariño!... —habla por fin, con ese ímpetu relajado. Luego simplemente ladea una sonrisa —. Eres tan dramática—alarga en tan, para luego rodar los ojos sonriéndome.

No puede ser.

— ¿Qué edad tienes? ¿En serio vas a negarlo? En la mesa estuviste a punto de decirlo solo para joderme.

Deja salir aire por la nariz.

—Bien... claramente, cuando estoy pedo hago cosas estúpidas—admite, y bueno, dolió —, y en la mesa iba a contar cómo te besaste con dos chicas... —impone.

Mis facciones se tensaron.

Casi olvido eso.

—Claro... —murmuro.

—Como sea... solo fue un beso —admite confiado. Estúpida, mis sentimientos idiota—, estaba pedo, quería callarte por que te vuelves jodidamete insoportable, y también quería causar justo esta reacción en ti... y lo logré—espeta arrogante—. Pero espera... —me repara con la mirada—, si me preguntas es porque... no lo recuerdas— una diabólica sonrisa se asoma en sus perfectas facciones —, o no del todo.

Trago grueso.

— ¿Y? ...

Sonríe ladeado.

—Podría ayudarte a recordar...

—Tus ayudas son horribles, no gracias.

—De hecho... te apoyo completamente.

Lo miro confusa.

— ¿Eh?

¿Y ahora a este que le dio?

—Que te quiero apoyar es todo—se cruza de brazos.

Algo en su voz no me pareció.

—Perdóname, no entendí.

Rueda los ojos y suspira.

—Por favor... sabes que te apoyo completamente en todo...

Chale, ¿a qué venia?

— Estás demente... —murmuro sin entender un carajo.

— Si... Te quiero apoyar para que recuerdes—dice sonriente—... te quiero apoyar en la pared, en la mesa, en el sofá, en el escritorio... Y todos los lugares que quieras—su voz salió más ronca.

Caí en la desmayación.

Ándate a la chingada... quede loca porque entendí la referencia.

—No estoy bromeando —mi voz salió afectada.

—Ahg... ya lo admití—espeta con cansancio—. Solo lo hice por eso.

Eso fue hiriente.

Y como siempre masoquista nunca in- masoquista, volví a preguntar...

—¿Solo lo hiciste por eso? ... por que querías seguir poniéndome la bota encima —pregunto nerviosa.

Ladea el rostro.

—Si... —admite sin titubear —, porque me encanta ganarte... —añade confiado—. Ese placer... no hay dinero que lo pague— agrega esta vez más serio. Sentí una punzada atravesar mi estómago—, bienvenida al juego, cariño—espeta confiado.

Bueno dolió. Y segundo sentí que me mostró el meme Bienvenidos a los juegos mentales.

Bien Aura, solo debes pensar de manera fría.

— ¿Qué te hace pensar que a mí me importó? — pregunto con la respiración agitada.

—Explícame tus nervios... —dice en una sonrisa.

Claro, hasta eso debe notar.

—Si a ti te vale, a mí porque me debe importar.

Se carcajea.

—Ah, no amor... —me sonríe —, a mí no me vengas a tratar como el feo, cuando literalmente me toco hacer un esfuerzo para verte atractiva.

Fue ofensivo, e increíblemente idiota.

Siento nuevamente la punzada de inseguridad. Sin embargo la alejo.

—No es mi culpa, que yo sea tan diosa— admito confiada —. La perfección va con perfección, no con gente mediocre.

Sus cejas se alzan con sorpresa.

—Dije lo que querías oír... y no pasó nada. Fue un impulso totalmente planeado para joderte—admite —. Ahora mueve el culo flácido. En los establos hay ropa—me escanea —, no queremos que se te vea algo demás.

Suspiro dolida.

De verdad es un idiota.

Un idiota que cree que puede joderme.

—El diablo debe temerte, eres un hijo de puta.

Me sonríe ladeado.

— No soy Dios, ni un ángel... —admite confiado —. Pero puedo lograr llevarte al cielo, y con gusto nos vamos al infierno.

Pude notar la doble moral en sus palabras.

Es que lo digo. Primero me bajonea, y luego dice cosas así. Este loco.

Es un pendejo astuto. Lleno de estatus y de confianza.

Y yo voy a limpiarme el trasero con su estúpido ego.

—Creí imposible que alguien tuviera el ego tan grande... no puedo con tanto—admito entre sientes para moverme.

Me mira confiado.

—Si... eso mismo me dijiste anoche— guiña un ojo y se da la vuelta para irse.

Mi cargo de conciencia no te dejara en paz hasta verlo mal. Lo sé.

Independientemente de ser un idiota, no puedes demostrarte débil.


Noah Thompson

Empezamos potente.

Y justamente el equipo de Jason y Adam perdió. Ya me está cansando la actitud de Jason, es un hijo de puta que se escabulle siempre que quiere. Encima Adam me debe dinero, ayer apostamos a que aura me iba a seguir aunque él le metiera miedo o le inventara algo estúpido sobre mí, y lo hizo

—Y... ¿Adam? Me debe dinero —le pregunto a Nate quien pasa una toalla por su frente secando el sudor.

—Ah sí... fue a los establos—dice sin mirarme—. Creo que está enseñándole algo a Aura.

Casi lo olvidaba.

Ruedo los ojos.

—No olvides en horas debemos reunirnos con el viejo.

—Es tu papá, un poco de respeto...

—Nos vemos pronto—me despido para llevar el caballo que me hizo ganador al establo.

Al llegar me bajo.

—Cuídalo mucho... —pasó mi mano por el sedoso cabello del animal —, deberían bañarlo más seguido... consiente a mi bebé ¿quieres? —Suspiro —, y no lo castigues tanto con la comida—le entrego el caballo al chico.

Veo como se lo lleva hasta que escucho una voz, un quejido proveniente a un lado.

Frunzo el ceño, e instintivamente me dirijo a él.

— ¡Oh Dios mío! Estoy arriba —escucho la voz de una mujer.

Ummh...

¿Qué? ¿Arriba? Arriba de que...

—Si... — le responde una voz agitada—, ¿estás cómoda? ¿Necesitas ayuda? ¿Es tu primera vez arriba?

¿Cómoda? ¿Arriba? Arriba... de ¿qué?

¿Qué? Ah... arriba. Bueno, no lo vi venir.

— Si... es mi primera vez arriba.

— ¿Nerviosa?

— Bastante.

—Voy a guiarte... —alude la voz masculina — ¿Segura que quieres hacerlo?

Mis ojos se abren llenos de sorpresa. ¿Quién coge en un establo? ¡Ja! Que locos.

—... Sí. Estoy bien... pero, mira...

Frunzo el ceño aun sin entrar al lugar.

— ¿No te entra bien? —Vuelve a preguntar la voz masculina —¿Te maltrata... la punta?

A huevo chismecito... Bueno... qué tal, nada mal.

— Si... — escucho mal... o, ¿es un jadeo?

Me sorprendo, y sigo chismorreando.

— ¿Te duele por detrás?

¡¿Qué mierda estoy escuchado?!

— Muchísimo... —escucho la voz de una chica jadeando

Freno en seco.

—No grites... podrían oírnos.

A... huevo, triunfo el mal.

¡Ja! No chinguen, ¿Quién lo hace en un establo?

— ¡Ahhhh!

Un momento.

Adam... esa voz... pero no, él está con... ¿Aura?

Inevitablemente me ahogo con mi propia saliva y asomo el cuerpo.

— ¿Cómo se te atoró el pie ahí? —Veo al peli negro acomodando el pie de la chica quien está arriba del caballo.

Ah... el pie era... Claro. Eso pensé, obvio.

— ¿Nos espiabas? —pregunta la chica al verme.

Quedo mudo, procesando lo que acaba de pasar por mi mente.

—... Eh... ¿que? ... no—me aclaro la garganta —, viene a dejar mi caballo —respondo— ¡Vaya! Lograste lo imposible... Adam.

La chica entre cierra los ojos.

—Me subestimas —me dedica una mirada retadora.

—Linda... todos lo hacen

—De hecho... no fue tan difícil... —se endereza—, solo se quejó y se retractó unas diez mil veces.

Asiento. —No me sorprende...

—Vete a tomar por el culo Noah.

Entre frunzo el ceño. —Uy... ¿así hablan las de por aquí? —Solo me voltea los ojos—. Para ser rica, eres bien norteña.

Me fulmina con la mirada para ignorar mi crítica.

—Oye... me dijiste que me podría patear... y yo no estoy para morir de una patada de caballo—me ignora.

—Si... pero también te dije que eran animales mansos —le sonríe— y que no debes demostrarle miedo.

Entre cierro los ojos. ¿Seré el único que percibe eso?

—Como sea... Adam... ¿Cuánto te tomará enseñarle? ¿Medio siglo?...

Ella me asesina con la mirada.

—Solo vamos a dar un paseo.

Entre frunzo el ceño. — Ya que estoy aquí, aprovecho para cobrarte mi efectivo por mi efectivo...

— ¿Qué dinero? —pregunta la chica.

— Sabes... no hay que ser metiche para todo.

— No te pregunte a ti.

— No es de tu incumbencia, cariño.

Me fulmina con la mirada.

— En los juegos apostamos dinero, y Noah ganó el partido de polo —le responde mirándola —. Apenas me desocupe te doy tu dinero—me mira.

Posterior a eso se sube al caballo en un ágil movimiento, quedando cuerpo a cuerpo con Aura.

—Ves... —dice calmado—. No hay nada que temer, estoy aquí...—pasa su brazo por su cadera para deslizar su mano por el cabello del caballo.

— Dios... júrame que no me dejarás caer. Sería muy trágico caer de aquí esto es enorme...— Aura ladea el rostro mirándolo con una sonrisa que jamás le había visto, fuera de burla y cinismo... más, radiante.

—No te pasará nada mientras estés conmigo... te lo prometo—le responde calmado.

Ella le sonríe. ¿Qué fue eso?

Lo más raro es que a él jamás lo había notado así...

Como sea... hago de mal tercio. Y necesito una ducha.

Me dirijo a mi habitación y minutos después salgo de la ducha con el cabello revuelto y solo una toalla negra envolviendo mi cintura baja.

—Saben... se toca antes de entrar—digo apenas me percato de los dos cuerpos en la habitación.

Adam recostado en el espaldar de cama comiendo, y Nate en un amoblado cerca de esta. — Te extrañábamos—dice Adam.

— Pude haber estado desnudo...

— ¿Y qué? —Bufa—. Dichosos los ojos que te ven desnudo—se burla el peli negro.

—Tenía que verte antes de irme... —alude Nate.

Asiento con la cabeza y miro al chico acomodándose en la cama relajado. — ¿Qué tú no estabas con Aura?

—Si... tuve una muy grata tarde sin nadie que me hablara como tú lo haces ahora.

Ruedo los ojos.

—Adam me contó... —interviene Nate—, ¿de verdad se besó con las otras dos chicas? Se ve muy santurrona para hacer eso

—Sí, lo hizo... —me dedico a darles la espalda para buscar ropa—. Parecía una tabla de planchar ropa.

—Estoy seguro de que así no se dice.

Me volteo.

—Me vale verga puñeton, me vale verga.

— Es patético que siempre me pierda momentos como estos.

— Amigo... no es patético que te pierdas momentos así, porque tú ya lo eras antes.— Le responde al rubio de tatuajes interminables

— ¿Quién?

—Pues tú...

—Te preguntó...

—Debo admitir que pensé que reaccionarias distinto — me mira —, te lo juro, es que era tan raro... —esta vez mira a Adam —Siempre tuvimos habitaciones separadas, pero por cosas de la vida termine viendo el historial de navegación en su laptop, y bueno, pensé que no sería normal... ya sabes.

—Auch — se burla Adam —Creo que te rompió.

Fulmino a Nate con la mirada.

—Ay si, ay si... — entre cierro los ojos—. Escucho borroso métanme en arroz.

—Como sea... llegue a una conclusión. Últimamente he conocido a chicas que califican perfectamente bien como candidatas para el libro rojo.

Ya la cago. Me volteo con el atuendo seleccionado.

Nate enarca una ceja.

— ¿Me estás jodiendo?

— ¿Qué? ¿Aún lo tienes? — pregunta Adam.

— ¿Crees que voy a tener algo que me hizo contratar un puto abogado?

— Lo tengo yo — Responde Nate. — Oh... bueno lo tenía.

Me tenso por completo.

— Espera, ¿Qué mierda dices?

— Pues... Lo tiene Jack...

—Explícale porque fue buena idea de tu parte dárselo a Jack... ¿en qué cabeza cabe?

El rueda los ojos.

—Papá quería matarnos cuando supo de ese libro. ¿Creíste que lo conservaría para no olvidar viejos tiempos?—ironiza relajado.

— Y decides decirme ahora...

— A la verga, ya nos chingamos... otra vez—. Alude Adam con un tono nervioso

—No, se chingan ustedes. Ya yo me mame con ese libro...—los señalo a ambos.

— Olvídenlo, Jack no se metería en problemas otra vez con eso — interviene Adam para alivianar el ambiente —. Aquí hace tanto calor que podría dejar de usar ropa interior.

—Lo dices cómo si la usaras.

— Mejor hablemos de negocios, antes de que se agarren a putazos aquí—Interviene Nate. — ¿Qué tal van las cosas?

— Tengo todo listo en Beverly Hill. Solo me falta uno que otro papeleo legal— miro al peli negro — ¿Adam?

— En New York todo está bajo control. Parece que nuestra competencia necesita cada vez más ingresos, y aún siguen sin proveedores.

Asiento.

— ¿Ya has pensado en lo que le dirás a papá cuando se entere? — Pregunta Nate.

— No... —Me mira serio— Porque... Eso no pasará—suspiro—. A diferencia de ustedes yo... Se hacer las cosas bien. — Les guiño un ojo— Además se aproxima el día.

— Cuando hablas de negocios te ves tan ardiente— Bromea Adam. Nate lo mira extrañado. Él se percata de su mirada. — ¿Qué? Alguien tenía que decirlo— se encoge de hombros.

—No le digas eso... que no ves que si su ego crece más podríamos extinguirnos.

Lo fulmino con la mirada. — ¡Soy tu hermano parasito!

Se encoge de hombros. — Estaré visitándote para echarte una mano.

—No la necesito. Pero creo que podemos divertirnos.

— Ten cuidado Noah, estas muy lejos de tu patio de juegos... — Alude Nate.

Suspiro con pesadez. — Juraba haberlo superado — ladeo el rostro acompañado de un suspiro sentimental — Echo de menos Liverpool.

— Los mejores años de tu vida— sigue jodiendome Adam.

— Que te den.

— Vamos, ¿En serio? Sin rencores, fueron momentos en los que teníamos las hormonas a mil, y bueno tal vez no era necesario llegar a esos extremos.

— Si, ya. No quiero hablar de eso.

— Deberías aprovechar la situación Noah. — Interviene Nate.

— Eso hago. — Digo seguido de un guiño.

— Tienes suerte.

—Ummh...

—La vida es buena... ¿saben a qué me refiero? — Susurra Adam para suspirar— Necesito una novia. — Añade.

— Espera, ¿qué? — Miro al peli negro extrañado. — ¿Novia?

— Si, bueno no lo sé. Quiero alguien —alzo las cejas sorprendido—, pasar tiempo con Aura me hizo quererlo—frunzo el ceño —, quiero a alguien que le guste la música de Harry Styles, para ponerla de fondo mientras conducimos—se encoge de hombros.

— Lo que faltaba. Ya este se chifló...

— ¡Por favor! —Bufa—. Tú deberías pensarlo, la última vez que estuviste con una chica por más de noventa días fue con...

Lo fulmino con la mirada y aprieta los labios. —Suerte que no lo dijiste—murmuro—. Te hubiera adornado el cuello con tus bolas.

—Ay, no es cierto...

Ni puta idea de que le dio.

— ¿Puedes dejar de ser tan hijo de puta por un segundo? Intento mantener una conversación de negocios—interviene Nate con poco paciencia.

— ¿Si te das cuenta que cuando insultas así, también insultas a tu madre?

Parece pensarlo.

— Ahg, que pereza dan... y que poca carga de conciencia tienen—dice Adam —. Ambos hablan como si no se hubieran acostado con la misma chica más de una vez. Pero algo me dice que en vez de venirse, se van a ir—estalla en una carcajada.

¿Qué?

— Ah... no, yo no fui— Señaló levemente a Nate.

Adam se burla.

—Si... bueno, si eso pasa que me maten a mi antes de que Adam diga otro chiste.

—Oh, no si alguien va a morir primero voy a ser yo...

—Yo tengo menos razones para vivir... — suspira retándome —. Estoy a tope con trabajos que hare a último minuto.

—Yo voy antes que tú, inepto.

—Aquí me prometieron sangre y solo vea a dos pendejos pelear—se queja Adam.

— Ya nos desviamos del tema...

—Se ganaron esa fama—dice confiado—. Y lo peor es que todo el mundo piensa que es su prima.

—Qué asco. Odio que la gente hable sin saber.

—Adam ¿Cuántas veces te tengo que explicar que Jane no es nuestra prima?—se sulfura el chico en el amoblado.

—No dije que yo lo pensara. Dije que es lo que piensa todo el mundo.

—Cierto... no puedes explicarle a todo el mundo que es adoptada, y que ni siquiera lleva el apellido — suspiro hastiado

—Yo creí que morirían.

—También yo—acepto—. Pero no fue en ese momento que sentí el verdadero temor — continuó confiado—. Una vez me encontraron con las manos en la masa—ambos me miran sin entender—. Cogiéndome a su hija en su despacho. Luego me invito a cenar, pensé que la cena estaba envenenada, pero aquí estoy.

Ambos parecen procesarlo pero luego estallan en una carcajada.

—Puta... que gran historia.

—No sabría decir si eres un genio suertudo o solo un inepto increíblemente arrogante—le frunzo el ceño a Nate. Hace un despido con la mano y lo vemos alejarse.

—Ya deberías saber que soy ambos.

Horas después todos deciden seguir de fiesta. Pero esta vez en el patio trasero. Ya vestido, con la noche presente salgo al pasillo, topándome con una soledad y con Aura caminando en mi misma dirección.

Ninguno habla. Ninguno dice nada para acabar con el silencio.

Fuera de lo incómodo me perece divertido, porque no la escucho decirme algo ofensivo.

Sin embargo es raro.

— Nunca había causado ese efecto en alguien —admito atrayendo su atención.

— ¿Qué quieres?

¿Qué quiero? Podría decirlo, pero seguramente se lleve una sorpresa y termine con el rostro pálido.

— Intento entablar una conversación, ¿Qué más querría?

Escucho como suspira y posterior a eso se detiene en seco. Yo no lo hago, sin embargo ella si me obliga a hacerlo.

— ¿De qué hablas?—la miro con el ceño fruncido.

Sus ojos me mira con elocuencia, hoy se vistió de desconcierto pues su rostro parece perdido.

Ruedo los ojos y suspiro para plantarme frente a ella.

Tengo que mantener mi rostro abajo para poder mirarla a los ojos, dado a su estatura.

Tal vez esto sea mejor de lo que pensé, y quizás pueda obtener más beneficios de los que creí.

Entonces no lo recuerda...Bueno la culpo y no la culpo, he tenido días así, en los que a duras penas recuerdo mi nombre. ¿Pero quién se cree que es para olvidarlo? Increíble.

— Normalmente cuando tengo ese tipo de contacto con una mujer, posteriormente acostumbran por más—admito —. Tú por otro lado decides olvidarlo, estúpido.

Frunce el ceño y su rostro se enciende.

— Me has ofendido de todas las maneras posibles — Susurra con la mirada fija en mi—, ¡¿y crees que me interesa recordar que se sintió?! Enarco una ceja y ella se cruza de brazos. — Eres increíblemente arrogante— susurra sin poder creer.

Me encojo de hombros sin importancia. —Quizás lo hiciste tan mal que mi mente se encargó de olvidarlo, y le agradezco— Añade desafiante.

Eso no es lo que yo recuerdo de anoche, sus ojos me pedían más, su cuerpo estremeciéndose bajo mi tacto, todo. Es gracioso que intente hacerme enojar, y ridículo a la vez, yo mismo lo vi, tenía sus labios sobre los míos, y a duras penas quería que me separara ¿enserio cree que soy estúpido para creerme semejante mentira?

Doy dos pasos adelante para hacer más corto el espacio que nos separa.

Alza más su rostro para encararme con astucia, pero juro que puedo ver cómo sus piernas tiemblan, y me gusta la sensación de lograr causar ese efecto en ella, porque se, que aunque no me soporte, le es agradable e intimidante tenerme así de cerca.

—... Bueno... normalmente te respondería con un: es una pena por ti —admito —. Pero hoy no, y... ¿Quién soy yo para no ayudar a revivir recuerdos?

—Aléjate, satán— me detiene con una mano —. Ya me has dado suficientes problemas.

— Pareces muy segura — murmuro—. Ahora dilo y trata de creerlo, que suene más real. Y quizás, pueda ayudarte a recordar algo.

—Voy a joderte... de todas las maneras posibles por burlarte así de mí.

—Relájate cariño... estás muy tensa.

— Tengo... novio. Y aunque no te interese. Sigo con Jason así que... espero de tu parte algo de humanidad.

— Nunca lo pregunté...

— No me importa que no lo hayas preguntado. Lo estoy afirmando.

Algo me dice qué hay más detrás de esas palabras y pienso descubrir que.

— Entonces... vas a seguir mintiéndote.

Frunce el ceño e intenta alejarse pero la tomó de la muñeca derecha deteniéndola.

— No sé de qué carajos hablas...— Formula en un susurro.

La luz artificial hace que sus pupilas se vean más grandes y sus ojos más expresivos. Llenándome de sorpresa el sentir su piel erizarse bajo mi roce.

— Seguirás pensando que tu novio te hace sentir lo mismo que yo... —Susurro ladeando el rostro para que sienta mi respiración en su cuello.

— No se te ocurra hacer algo.

Sonrio victorioso.

— Aun no he tenido la astucia de hacerte algo, Aura — le susurro.

—A mí no me amenaces, odioso espécimen.

—Ya me retaste, así que... creo que ya es tarde para eso— murmuro sonriente —, cariño.

Decido darme media vuelta y dejarla para comenzar a caminar.

Una llamada me recuerda mis pendientes, mientras Isabelle interrumpe mi paso a la salida.

— ¿Muy ocupado?

— No es de tu incumbencia.

Suspira y pregunta—Claro... tu padre... —espeta — ¿Ya sabe de tus sucias decisiones?

Maldición, que intensa.

—Eso tampoco es de tu incumbencia.

— Intento comprender, pero... No entiendo porque lo haces. Tu papá es más rico que Dios.

Intento ignorarla, pero he escuchado esto tantas veces que me es imposible pasar en alto sus palabras.

— No espero que lo hagas. Entiendo que algunas personas tengan una capacidad más lenta con la retención.

Bufa. — No te conviene — Pausa para suspirar y la encaro con una sonrisa burlona— ¿Y qué hay de tu mamá? Ella no te apoya, ¿o sí? — se me hiela la sangre —. Ah, no ella no puede.

Me sigue jodiendo los cojones, pero no le doy el gusto de verme enfadado.

— No quiero sonar grosero — suspiro intentando reunir paciencia —. O... en realidad sí. No es de tu puta incumbencia, así que deja de meterte en lo que no te interesa.

Su rostro me demuestra enfado.

— Es patético que hagas esto deberías solamente aceptar las cosas y ya. Yo lo hago y mírame— Pausa y acomoda su cabello— Porque si no... ¿Dime quien me va a dar la vida que merezco? Los lujos son lo mío.

Escucho con completa atención todo lo que dice, y niego con la cabeza.

Esto no me puede sonar más insípido y aburrido. Pensé que las mujeres que pensaban así ya estaba extintas.

—Ummh, ¿y quién te pregunto?

—Solo es mi humilde opinión.

— Que absolutamente nadie te pidió — hago un mohín con los labios—... De verdad eres tan cerrada, rendirse sin luchar es aburrido.

— Luchar es agotador.

¿Por qué no me sorprende?

— Quisiera responderte que me agrada algo de lo que dices, pero sinceramente solo me das pena... — aclaro mi garganta —. Y para que sepas dulzura, la vida no solo se trata de lujos.

Me hago paso para salir.

— ¿Crees que puedes escapar de la realidad? —me detiene —... La realidad es dura, cruda, asfixiante y limitativa. Acéptalo, cariño. Esta es la vida que te toco. Y ni todo el esfuerzo que hagas, van a cambiar eso.

Aprieto los dientes intentando contenerme.

— Esto es fácil para ti, ¿No?— pregunto hastiado— Es fácil para una persona que lo único que sabe hacer bien es fingir todo el tiempo. Oh, ¿Qué creías? ¿Qué tus nuevas amigas se van a creer todo el tiempo ese papel de niña buena que les has montado desde que llegaste? —sonrió ladeado—. Vives en una era arcaica, cariño. Y ellas, no son tan estúpidas como creías.

— No puedes hacer lo que quieres todo el tiempo... Esta vez dudo que te salgas con la tuya — Espeta molesta.

Si me pagaran por las veces que he odio eso...

— Soy una puta leyenda en esto... — puso para estudiar su reacción. Su rostro se contrae todavía más. — Mírame, ya lo hice.

La dejo atrás.

Llego a un salón donde se supone debe estar mi padre.

— Casi no llegas...— dice apenas llego.

— ¿No nos peinamos hoy o qué pedo? — Carraspea si gota de gracia ante mi burla hacia su copete de canas. — También me alegra verte... — Espeto sarcástico.

— ¿Puedes comportarte como un hombre, por una vez en tu vida? — Aprieto la mandíbula, y camino tras él. Nos sentamos en una mesa con comida, Nate está del otro lado, con cara de pocos amigos—Y... ¿Cómo están? ¿Qué tal esta todo?

Mierda, no puede ser que para esto me haya pedido venir. Esto tiene que ser una puta broma.

— Bien, hicimos la tarea — Responde Nate irónico, al ver que no me inmuto en hacerlo.

—Bueno... solo quiero que se comporten...— Dice escéptico— Nada de escándalos. En unos meses hay un evento importante al que pienso asistir. Y no quiero que al llegar lo primero que hagan sea preguntarme por ustedes y su incapacidad para comportarse adecuadamente.

Genial, lo que faltaba.

— ¿Dónde es el evento? — Pregunto. El me mira extrañado o asombrado por mi repentino interés. — Para no ir...

Me dedica una mirada completamente desaprobada. — Un viejo amigo, hará una cena de benefactores, esto es muy importante para mí, todas las familias acaudalas estarán presentes. Saben lo que eso significa — Me dieron ganas de rodar los ojos pero me contuve—. Son mis sucesores, y herederos de mis compañías a lo largo de este país, ya necesitan empezar a codearse con este tipo de gente.

Bebo de una copa y este me mira con el ceño fruncido.

— Dentro de un mes, tengo exámenes finales, así que dudo poder ir...— Habla Nate, pero papá interrumpe.

— De ninguna manera, Nathaniel — niega —. ¿Qué parte de familias acaudalas, no entendieron? — Nos mira con elocuencia y su semblante frío. —. Quiero a ambos a mi lado, no quiero nada de ustedes en periódicos ni revistas, ni redes sociales, antes de esta cena. ¿Entendido? — Respiro profundo tratando de reunir paciencia para no levantarme y mandar a la mierda todo.

Ambos asentimos.

— ¿Entonces nos hiciste reunir aquí, para decir sólo eso? — Pregunto con la mirada en la copa de vino.

— Estoy de paso, y ustedes acostumbran a venir este fin de semana. O eso recuerdo. — Espeta intimidante. — Además. Me cercioro de que aun conserven sus facciones completas.

Ruedo los ojos, y el acomoda su costoso traje.

— ¿Desde cuándo te interesa pasar tiempo de calidad con tus hijos ricitos de oro?

— No inicien algo estúpido conmigo que no puedan controlar — nos miró a mí ya a Nate de manera ofensiva, ambos compartimos una mirada corta —. Porque saben que yo no me ando con juegos.

— ¿De qué juegos hablas? — Pregunto mi hermano con una mano en el mentón.

El momento se tornó realmente tenso, tres figuras en una habitación con una tenue luz frente a un ventanal enorme bajo la noche oscura. Y eso no era lo peor, lo peor es que el momento se volvió tan tenso que mi respiración empezó a acelerarse

— Recuerden que yo sé que cada cosa que hacen — volvió a mirar hacia la ventana con vista al enorme jardín de manera amenazante —. Sé que Adam esconde algo en New York — escuchar eso me hizo tragar duro, a Nate el rostro se le torno pálido, ninguno de los dos le quito la mirada al tipo —. Nate, por otro lado ha descuidado el Básquet y el entrenamiento los fines de semana, lo que es raro porque sé que no sale con ninguna chica y el ama mantenerse en forma. Los domingos ya no sale a correr por las calles de Manhattan.

— Eso no lo puedes saber — dijo el confiado, pero lo conozco sé que en el fondo esta cagado de miedo igual que yo —. A veces tambien me gustan los chicos —le bromeo para que no notase lo nervioso que nos puso a ambos.

— Y a ti... — me señalo con la mirada y ambas manos metidas en los bolsillos del lujoso traje —. Bueno, tú siempre me traes más problemas de la cuenta

— Te equivocas. Siempre fui un hijo ejemplar — dije sin bromear.

— Todos lo fuimos—. Añadió mi hermano

— No saben lo que es ser una persona ejemplar. Eso no lo sacaron de mí— se giró para mirarnos. El momento se tono peor—. Tú, Noah sabes perfectamente que desde que empezaste a andar muy seguido con Nolan se te vio envuelto en montones de cosas repugnantes

— ¿Amanecer con tres chicas y drogas en una isla en el caribe no era lo que tu hacías en tu adolescencia? — Bromee

— Eso era porque en mi adolescencia no era tan poderoso como lo soy ahora, y si tú, quieres conservar tu lugar en esta acaudalada familia vas a tener que comprarte— dijo en tono pasivo agresivo—, ¿o quieres que te recuerde lo que sucedió la última vez que jugaste a ser el puto amo? — . Eso último fue más agresivo que pasivo —. El exilio no te está sentado del todo bien

— California no está mal. Y estoy más bello que nunca

— No es Liverpool, y no será cerca si vas a seguir jugando con tu hermano y tu estúpido mejor amigo a ser los detectives— amenazo sirviéndose un trago—. Créeme, Marruecos les sentara bien a ambos o por lo menos si a ti.

— ¿Rusia? Estas... ¿Mandarías a tu propio hijo a Rusia solo porque no es tu títere?

— Hijo yo haría lo que sea para conservar mi lugar— aseguro bebiendo del trago—, seré honrado como el hombre del año en unos cinco meses y tú, no vas arruinar eso con tus estupideces de niño malcriado rico— le dio un sorbo y me miro directamente a los ojos logrando asustarme por dentro, por fuera tenía la mandíbula tensa—. ¿O que crees? ¿Qué el jet de los Thompson en el que volaste hasta aquí tuvo problemas solo por qué si?

— ¿De... que hablas? —pregunte con nerviosismo.

— Sé que traman algo, algo grande y no se van a salir con la suya

— ¡¿Qué tipo de padre mataría a su propio hijo provocándole un accidente aéreo?! — Pregunto el rubio asombrado por la confesó que el mismo acaba de hacer

— Venían más personas en ese lugar... No pudiste pensar en enserio hacerlo enserio... no, es posible — Dije incrédulo de lo que acaba de admitir

— Lo sé. Tus amigos solo eran daños colaterales, el piloto tenía su paracaídas para aventarse si yo daba la orden. Pero me arrepentí, no sabía que eran tantos y entre ellos hay una chica, que su padre es muy influyente con las finanzas en mi compañía.

— Por Dios... — pronuncio el rubio anonadado

— ¿Qué ahora tampoco me puedo subir a un puto avión sin miedo a que me asesines? —logre formular enmudecido

— Cálmate, Noah— Nate me tiende la mano sin dejar de mirarlo —. Debe ser una broma muy pesada.

— No lo es Nathaniel. Ya les advertí que no estoy dispuesto a perder mi lugar por sus estúpidos juegos de niños ricos.

Me pase una mano por el cabello procesando la información. Jodidamente cagado del susto

—Elijo creer que es una puta broma pesada porque si le sucede algo a mi hermano te juro que no quedara nada de esta puta familia—él lo amenazo con los puños apretados.

— Eres el hermano mayor compórtate como tal — no se inmuto el rubio sulfurado de metro noventa

— Tengo que retírame antes de que esta conversación me produzca más nauseas de las que ya me género. Y creo que me iré por carretera, no vaya a ser que el Jet Thompson tenga fallas tambien y mañana amanezca en primera plana aplastado.

— Buena idea...— Le responde el hombre completamente calmado— .Hablaré con el decano, para que te excuse en la semana de exámenes, ya que se cruza con la cena de benefactores.

Nate ni siquiera lo mira antes de irse.

Solo que damos él y yo.

— ¿Qué tal van tus estudios?

— ¿Cómo te atreves a preguntar eso luego de confesar que querías verme muerto?

— Espero logres tener buenas notas. Ya deberías estar en la Universidad.

Empecé a respirar con dificultad aun sin creer lo que dijo hace un momento atrás.

— Escucha Noah...

—Fueron suficientes amenazas, ya se lo que tengo que hacer y lo que no, así que ahórratelas — dije por fin recuperando mi cordura. — Y si me disculpas, también tengo cosas que hacer— Tomó el resto de la copa de un solo trago y este me mira serio.

Me levantó y sin despedirme me doy media vuelta camino hasta que me detiene.

— No lo pienses si quiera Noah. Siempre tengo ojos por todos lados, y lo sabes. — Ordena con seguridad.

Detesto que sienta que tiene poder en mí, ese horrible sentimiento de no poder hacer nada en el momento me carcome, y más al saber lo que estuvo a punto de ocurrir, el momento que apriete mis puños intentando contener la ira que me produce si quiera pensar que aún tengo que vivir bajo sus mandatos.

Eso va a acabar pronto.

Solo necesito tener los cojones para continuar.

Sé que los tengo. Y pobre de aquel vago que se cruce en mi camino.







Quería anunciarles que me mi perfil de Instagram está el reparto de los personajes. O por lo mensos como yoo imagino.

Pd: para celebrar las 50k de lecturas estaré respondiendo sus dudas vía stories. ¿Les parece?

xoxo 💋

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