Capitulo 10- parte dos
Dedicación para @MaguiAG1812
Infinitas gracias por el detalle ❤️
Bueno, me despertó algo, lo admito.
Noah Thompson
Nunca había conocido a una persona tan obstinada, y tan desafiante a la vez
— Bueno... te luce la cartera... — mi propio hermano se burla de mi.
No le daré gusto
— ¿Verdad que si? — pregunto burlón—, a mi me luce todo
Dejo la cosa a un lado y me dedico a beber
—Se ve que no es fácil. Para nada tu estilo.
— No tengo un tipo en específico.
— Tiene cojones— ríe por lo bajo— ¿Alguna vez alguna te hablo así? — Pregunta con gracia.
Enarco una ceja y sonrió de lado. — No es la primera.
— Es una diosa.
— Una diva — le corrijo.
— Y lo mejor de todo es que; No te soporta.
¿Qué si no lo sé? Por supuesto que si, y se hace la difícil, eso solo empeora las cosas.
— Emocionante, ¿no crees? — ironizo.
— Pobre estúpido.
— ¿Que?— pregunto sin quejaré oír respuesta alguna.
— Nada... tengo que buscar a Jane.
— Oye, oye, oye... — le detengo —Frénate ahí, frénate... cuidado con lo que haces.
— Vengo a divertirme.
— Tu diversión no es apta para todo tipo de público.
— Mira quien lo dice — me da una sonrisa ladina.
—Nate... por lo menos invítame.
Palmea mi hombro y camina para irse.
— Tu siempre llevas todo al límite —ladea el rostro —. Lo haré por ti... — me guiña un ojo —, ánimo, ánimo, ánimo... — se burla.
De que se reirá el pendejo este.
—Lárgate entonces — le sonrío desafiante.
— Te desafía, y eso te está volviendo loco— espeta mientras ordena un trago para irse.
— Si bueno, ¿Quién tiene hambre?
—¿Hablaste con papá?
— Estará aquí mañana.
Suspira en cuento le entregan la bebida.
—¿Que? ¿Por que mañana? ¿A que hora piensas terminar esto?
— Me da igual.
Suspira en desaprobación —Suerte...
—¿Cómo que suerte? También tienes que estar ahí, te recuerdo.
—No si me embriago... —espeta dándole un trago a la bebida.
—Te pedí exactamente que no hicieras eso.
—No tienes que recordármelo aquí...—voltea los ojos para dejarme con la palabra en la boca.
Sigo bebiendo hasta que se acercan ambos con al respiración agitada.
— Te felicito, sabes cómo dejar a un hombre como yo sin palabras. Y eso es cosa difícil — alude Adam mientras la mira con descaro.
Esta lo ignora y pide una bebida.
Nunca he sido de negarme cuando siento atracción por una chica, pero es que no se lo que sucede con ella, es como si intentara buscar algo bueno, y llega y me desafía, y pues así no se puede mi ciela.
Es obvio que busca es obvio atención, y ... ¿Quién soy yo para negársela?
— Tienes mucho que enseñarme — demanda —, y sería todo un placer escucharte. ¿Te apetece venir al Jacuzzi?
— Te estás apresurando...
— Te advierto que no soy de rendirme fácil
— Ajá...
— Bueno estaré por allá si cambias de opinión — le guiña un ojo y me da una última mirada para irse.
Le sonrió con malicia porque lo conozco perfectamente para saber a que se refiere.
— Me agrada tu amigo, es divertido.
— Ummh — enarca una ceja y ¿ahora a esta que le dio? —, está por allá, te llama, corre.
— Estas pendejo, o ¿celoso?
No pude evitar carcajearme.
— ¿Por qué lo estaría? Tu y yo ni si quiera somos amigos.
— Curioso...
Enarcó ceja y me encojo de hombros.
— ¿Qué te hace pensar que me pondría celoso por ti? — Espeto con arrogancia, solo porque me es grato ver su rostro cambiar inesperadamente cuando le llevo la contraria.
No le soy la razón ni aunque se ponga como Kiely Jenner.
Ay, no, eso si jamás.
— Yo puedo hacer cualquier cosa para ponerte celoso, —alzo las cejas — y dado el caso, no deberías estarlo, tu y yo no somos nada.
Ya me hartó. Intento no demostrar lo encabronado que me dejo verla vestirse como se le dio la puta gana solo para sacarme de quicio.
No voy a darle gusto.
— Lo acabo de decir— pero no me gusta darle la razón —¿Quién dice qué hay que ser algo para sentir celos? — Respondo con una ceja enarcada.
Entre cierra los ojos.
— Todos están en el Jacuzzi, ¿vienen? — interrumpe Isabelle.
Me salvaron de morirme aburrido.
— Si a todo.
La rubia me sonríe y le hace señas a Aura.
— ... ¿Sabias que los brawnies tenían hierba? Y no me dijiste nada.
— Si, estás en una fiesta ¿Qué esperabas?
Rueda los ojos y se cruza de brazos.
— ¡Te comiste nueve! Creo que te vas a morir. Y no me gusta desearle el mal a nadie. Pero ojalá mañana amanezcas tieso.
Evito reír tomando un trago del amargo líquido.
Tieso, tieso tengo el... ¿Qué dijo?
— Que mensa eres, era mentira.
Mierda ... Pendeja y alucinado, ahora si se la llevo la fregada.
—¿A quien se le ocurre drogarme? Ya estoy bien loca sin droga.
— Dios... quien me mando a venir contigo —bufo.
Su rostro parece procesarlo.
—Bueno te luce... —bufa.
—Aparte de todo.
— Te brillan los ojos — frunzo el ceño.
— Te llama tu mamá, corre.
Entre cierra los ojos.
— Lo admito te sientan bien. Si tu rostro está tallado con lágrimas de ángeles por los mismos dioses. Una lástima que esas un carbón.
Sonrío burlón.
— Ya lo se, tengo espejos.
— Es injusto que un hombre tenga mejor rostro que una mujer ... y que sea un completo idiota, a eso le llamo un desperdicio.
— La vida es injusta preciosa.
Ya me cansé.
Sin embargo... no esta tan trágica, digo.. no es deslumbrante, desde luego, aquellos que la ven no quedaban impresionados, pero cuando estas en su presencia y hablabas con ella es diferente.
Me dirijo al Jacuzzi dejándola atrás.
Me encuentro con Adam sin ropa, con unos simples Shorts de baño cortos negros.
Antes de hablarle noto a Aura mirándome, últimamente lo ha estado haciendo con frecuencia, y apenas se percata de mi mirada solo voltea los ojos.
¿Y a esta que le da?
Ella e Isabelle comparten miradas, para retirarse.
Me dedico a cambiarme para entrar al lugar con la tenue luz roja enfocando al agua.
Aun sin entrar Adam se acerca a mi dejando de lado a los demás.
— ¿Que?
—Hay que beber.
— Háblame de negocios.
— En serio... por que yo quería que me dijeras si esa era la ayuda que necesitabas esa noche que me interrumpiste...
— Aja — le respondo sin importancia.
Se acerca a una orilla y se sirve de un trago.
—No te entiendo, no esta tan mal.
—Lo esta —admito.
Suspira dramáticamente.
— La vida es como... — se detiene, espero su perfecta frase de universitario— un pito sabes... — frunzo el ceño—, a veces sin pensarlo, se pone dura.
Inevitablemente me carcajeo.
— Bueno no encuentro fallas en esa lógica.
Suspiro y me sirvo un trago.
— Ella es Aura entonces.
— Ajá...
— No está mal, de hecho no esta nada mal... — murmura con el trago entre los labios, lo miro extrañado —, sabes que me encantan las morenas, y ella tiene ese... no se que, cómo una mujer latina.
¿Que? Ya se chifló este.
— Nah... como crees, le hace falta culo, no es mi tipo— suspiro para beber del amargo trago —. Además, ¿Qué acaso nunca has visto a una latina? Ellas son otro nivel, superiores, están muy buenas... y Aura esta panchita.
Presiona los labios pensándolo.
— Estabas coqueteándole.
—No es cierto.
— Si, lo hacías.
Frunzo el ceño.
— No me acuerdo y si no me acuerdo no pasó.
—Pues a mi me gusta—se encoge de hombros.
—Adelante... está loca. Pero a ti te gusta eso.
Se encoge de hombros.
—Cierto — ladea el rostro —. Pero es falso. Sabes que te llama la atención, así sea un poco.
—Ummh — lo pienso —, de hecho hoy pasó algo. Bueno, dije algo. Pero solo lo hice por que creí que iba a morir, luego lo negué fue una estupidez —agrego sin importancia.
— Te reta y eso te gusta —dice confiado —desmiéntelo, aunque te cueste un huevo.
Me encojo de un solo hombro.
—De hecho — pauso para pensarlo—, me aburre.
—Bueno... eso explica por que eres tan idiota con ella —le da un trago a su bebida —, ¿si sabes que para gustarle a una chica debes bajarle a tu nivel de imbécil?
— ¿De que hablas? Así soy con todas.
— Ah caray... —Hace un mohín con los labios—¿Cómo logras tener tanto sexo?
—Un don.
Me repara con la mirada.
—Lo compro.
— Da igual... Es muy superficial.
— Pero a ti te gustan así, que vistan bien, que combinen contigo.
Ruedo los ojos.
—Es que me hincha los huevos.
Ente cierra los ojos.
— Te atrae...
— No... es más como un, si pero no. Como un ajá... ¿Entiendes?
—Si, me ha pasado.
Suspiro para servirme más trago en cuanto volteo me encuentro a la chica mirándome, una pizca de rabia se cruzo por su ojos.
Lo que faltaba. Escucho todo.
— No sabía que tenía que cumplir un Check-list para gustarle a un pendejo — se cruza de brazos dedicándome una mirada asesina, lo que me dice que solo escucho eso último —, a muchos les hace falta diez años de gimnasio, y siete centímetros de pito y nadie dice nada.
— Ahí la dejamos al ratito le contesto.
— ¿Quién es esa tal Jane? — Inicia Jason.
— Es como ... una prima de Noah —Responde Adam mientras bebe de su bebida.
— No lo es—le corrijo.
— Nunca la había visto—dice Jason.
— Ella vive en Londres.
— Estuve ahí y nunca oí de ella.
— No estuviste lo suficiente entonces.
— Es linda. Muy ardiente.
— Ummh.
Enarco una ceja, y sonrió de lado. Comparto una mirada con Adam y este hace el mismo gesto.
Una belleza innata, pero no tanto como para atraparme, me atrapa la personalidad no el físico, pensar bien es mejor que verse bien.
Alexandre estuvo apunto de decir algo pero todos miraron detenido a la chica sumida de una luz tenue roja, giró mi rostro y mi mirada se va a Aura.
La ignoré hace unos segundos, pero no había visto como lucia.
Bueno, me dio una cachetada.
Luce especie de bata, transparente corta negra, es muy transparente y un traje de baño rojo.
Ándate a la verga.
O me pegó el alcohol, o la veo provocativa.
Isabelle entra al agua y Aura la imita pero sin quitarse la mini bata.
Aposta Adam se cruza en su camino, se ve más pues esta aun en las escalerillas que conducen adentrarse al agua caliente.
Chingada madre.
Escucho a Adam reírse a mis espaldas.
Suspiro y volteo para ignorarla y entrar al lugar.
—¿Vas a entrar así? — le pregunta este.
Observo su reloj de arena descaradamente.
— Que más da— responde.
Oh sorpresa, entonces se enfadó pero ella si puede sacarme la paciencia cada que puede, pues no mi ciela.
— Tienes que quitártelo, no puedes entrar con exceso de ropa. ¿Te ayudo?
Entre cierro los ojos burlón.
— Yo puedo sola—le responde desafiante.
Posterior a eso se deshace la prenda.
Esta loca. Pero tiene una locura hermosa. Y me gusta, porque yo también estoy loco.
Pero no tengo paciencia para soportarla.
Se vio indecoroso, sin embargo Jason solo habla con el resto de personas.
Mis gustos son insaciables, y mis demonios parecen revivir a esta hora.
No la noté pues inmediatamente sumergió su cuerpo en el agua quedando a su altura natural.
Minutos después todos se encuentran bebiendo.
Yo por otro lado sigo hablando con Adam.
— Quien se anima a jugar... —aparece Isabelle con una flota roja llena de cartas Uno.
Esto se va a descontrolar.
—Paso — si inmuta Jason apareciéndose nuevamente en el lugar, el tipo ha actuado tan extraño, ha salido mas de dos veces para atender llamadas en lo que llegamos en el lugar —, me siento muy pedo, y no quiero cometer una locura.
Adam me comparte una mirada graciosa.
— Juguemos— intervengo.
—Nosotros lo jugamos diferente — dice Adam.
— ¿Qué tan diferente pueden jugarlo? Es solo un juego de mesa — dice la rubia envuelta en los brazos de Alexandre.
— El perdedor, queda eliminado y va a tener que quitarse una prenda, si decide no ... cumplir su reto, ordenado por mi—impone el peli negro.
La chica parece tragarse sus palabras.
— Eso es ridículo ... — ríe Aura por lo bajo sin embargo nadie más lo hace, entonces parece notar que no es un juego —, solo estamos en trajes de baño — añade está espantada —, no puedes estar hablando en serio.
— Exacto —intervengo — No es obligatorio... nadie obliga a nadie, así que, quien se sienta presionado, puede retirarse — sonrío victorioso —allá hay una puerta, quien no quiera puede irse directo al carajo —añado para señalar la puerta.
La chica me desafía con la mirada.
Un solo ganador, los demás cumplen los retos. Adam fue el primero en ganar.
Primer reto, Alexandre besando a Isabelle.
Jason se retiró, al parecer tomó demás antes de tiempo.
— Ashley ... — le llama el peli negro de mirada fría.
— Confiesa... — dice este—. Cuéntanos, algo que no sepa nadie ... algo, caliente.
Ella guarda silencio por un instante.
— Paso ...
—Entonces la prenda. Yo decido cual.
¡Ja! Que hijo de puta, tiene a su novio enfrente y este la mira la con descaro.
Pareció intimidarse pero no aparto la mirada.
— ¡Bien! —se avalará la garganta —Confieso que... —pausa para pensarlo—. A veces ... me ponen las chicas—admitió decidida la rubia.
Adam abre los ojos sorprendido.
— Inesperado.
— No tenía idea—espeta Alexandre sin poder creer.
— Bien... Reto besar a la chica mas linda de la habitación, y noten que dije 'chica' y no 'persona' por que seamos realistas, les ganaría a todas perras—acompaña cada palabra con una sonrisa.
Este le sonríe a la castaña.
— Y ¿Quién es? —pregunto adrede.
—Pues yo... menso—responde Aura.
— Ah pues explícate cabrón, no todos tenemos malos gustos.
—Como sea, un beso...
— Sencillo —dice confiada.
—Con dos personas.
Aguas, se puso bueno el asunto.
Beso de tres.
Ya extrañaba a Adam, simplemente puteria y zorrismo.
—¿Ashley e Isabelle? No lo voy a negar, las dos me gustan.
Diablos señorita, no lo vi venir.
— De hecho yo decía a Isabelle, y Noah. O Ashley y Noah, o los cuatro, no tengo problema.
¿Que?
Lo miro confundido.
— Nunca he dado un beso de tres.
—Aquí se te enseña mija — le responde burlón—, estamos para ayudarnos.
—¡Todo sea por la buena causa! —grita Alexandre empujado a Ashley a la mitad del lugar.
Ah caray, el prostituto me sorprendió. Y parece que a ella también pues parece pensarlo.
No lo hará.
Lleva segundos pensando, y espero gustoso.
— Adam... por que haces eso — intervengo fingiendo pena —¿Ya te ofendiste linda?— le pregunto burlón.
No acepta con palabras pero si con actos desafiándome con la mirada, esto lo tengo que ver.
Se acerca al centro del Jacuzzi, toma Ashley del brazo y la atrae justo enfrente de mi.
Esto no va a pasar. No la imagino capaz.
Posterior a eso le hace señas a Isabelle, ella lo piensa y termina acercándose a paso lento.
No, ni madres... ¿lo va a hacer?
Las tres chicas están frente a mi.
Que chingados... Toma a la primera rubia del mentón con delicadeza, sus labios se juntan en un sensual y lento beso.
A la verga... lo hizo. Aquí se pierden amistades señores...
Veo con detalle cómo comparten sus leguas. Cuando terminan de besarse continua con la siguiente chica, Isabelle, esta por otro lado parece divertirse pues sonríe en medio del beso.
Chingada madre, se besó con las dos.
Bueno, me despertó algo, lo admito.
La sorpresa no acaba ahí.
Se acerca a mi, a paso lento.
¿Qué hace? Que se vaya a dormir esta criatura...
Frunzo el ceño sin entender.
No me molesto en mirar a todos porque estoy embelesado en lo que hace, y me intriga saber que hará ahora que esta frente a mi.
La desafió con la mirada.
—¿Que? ¿Ya no te aburro? O, ¿ya no te parezco desculada? — pregunta desafiante en un murmuro. ¿Que, que? Siento mi rostro tensarse. Inclina todo su cuerpo, y parece empinarse para susurrar en mi oído.
Debo mantenerme sereno para no caer en la locura.
— ¿O es que acaso te calientas tanto cuando me vez que te asusta aceptarlo? —murmura en mi oído.
Ya está tarde...
Lo siguiente lo sentí irreal. Su delicada mano tocó mi abdomen y bajo hasta la orilla del short azul de baño. Sentí tensarme.
Pero le detuve la mano. El momento me prendió, y lo empeoro, pues paso levemente la punta de su lengua por el lóbulo de mi oreja.
Intento no imitarme. Busco su mirada en cuanto se separa, y esta me mira burlona.
Se burla. La pendeja me pone mal para burlarse.
Entonces así estamos. Se puso de mamona...
Pero si es cierto que tiene cojones. Esta pendeja cree que puede jugar conmigo.
— ¿Dónde consigo a una como tú? —Pregunta Adam igual de sorprendido.
Se robó la puta noche y no abrió la boca para balbucear.
Definitivamente esta loca, hermosamente loca.
Pero jodida si cree que puede desafiarme.
—Querido, en ningún otro lugar... Soy única — le responde satisfecha.
Entre cierro los ojos y los ruedo ante su comentario —¿Qué hay de Noah? También perdió.
Adam me mira y sonríe.
— Linda contigo tuvimos suficiente espectáculo.
—No es justo tiene que hacer algo, es igual que todos aquí—se queja.
— Fúmate un porro.
Le sonrió de vuelta.
— Ese es un reto muy estúpido.
—El odia los porros.
—El no puede fumar — interrumpe Isabelle en modo de burla.
—¿Acaso yo te digo algo cuando te desgastas el tabique drogándote? Mira que eso de meterte la fortuna de tu familia por la nariz, no pinta nada bien.
Su rostro se tensa por completo. — Yo no estoy enferma, cariño.
No la soporto.
Que se pudra la maldita.
—Cumpliré mi reto— le resto o la importancia.
— Un momento... — me detiene la castaña —, no soy estupida. Y no confío en ti. Veré si lo cumples.
¿Está drogada? ¿O más pendeja?
—Como gustes —respondo sin importancia.
Es momento de cobrarme lo que acaba de hacer.
No me voy a quedar con eso.
Superando esto. Estoy en un lugar donde trato de vivir mi vida, y al mismo tiempo, trato de salir de ella.
Y la pendeja sale con eso.
Mis ojos captaron traición. Pero valió verga.
Salgo del lugar sin mirara atrás.
Cuando a doy vuelta veo a Aura caminar hacia mi con la misma bata negra solo que el agua hace que se pegue a su cuerpo.
Esto no me va ayudar.
¿Y ahora que carajos quiere?
— Olvidaste el porro idiota.
Frunzo el ceño.
—¿Caminaste hasta acá solo para traerme un encendedor?— la reparo con la mirada —, es estúpido incluso para ti.
Voltea los ojos.
—No existe la distancia, cuando se tiene un motivo— dice confiada — Pero claro, tenias que ser un marihuano. Y además no te creo nada.
—Es increíble lo fastidiosa que puedes llegar a ser.
Me detengo a mitad del pasillo.
— Al diablo. No puedo intentar ser amable contigo —. Espeta exaltada.
Bufo y la encaro.
—¿Te pedí amabilidad? No lo creo.
— Jodete, Noah —le sonrío —, ni Hitler era tan puto como tú.
Entre frunzo el ceño.
—Por favor —bufo—, para ser la más inteligente eres bastante mensa.
—No estoy aquí para ver tu estúpida cara, quiero ver qué tan tramposo puedes llegar a ser.
— Como sea, no vas a venir hasta acá en vano, déjame encenderlo.
Le tiendo la mano y esta vacila unos segundos. Pero termina pasándome el coso.
— Te estás volviendo exasperante, porque estás drogada. Mañana seguirás odiándome y desafiándome, como lo haces desde que sabes de mi existencia. Y yo, estaré dichoso, por que siempre te dejo en tu lugar.
Me repara con la mirada.
— No, te odio, no podría hacerlo aunque quisiera. Y difícilmente logro ignorarte. Para mi desgracia.
—Ummh, claro que no puedes ignorarme. ¿Qué acaso no me has visto?
Voltea los ojos.
—Para ser tu infierno hace un frío del carajo...
Se encoge de brazos.
— ¿Acaso quieres quemarte? — Pregunto mientras expulsó el Vaho.— Sabes lo que dicen ... si no juegas con fuego, morirás de frío.
La chingué, pues solo traga grueso.
—Bueno, solo vine por que no confío en ti.
—Debería ofenderme por que...
Se encoge de hombros y añade.
—Tenemos el arte para no morir con la verdad.
— Eres jodidamente complicada, y eso cansa.
Sus ojos hacen contacto con los míos por unos segundos. La luz roja haciéndole justicia a sus expresivos ojos y su colorada boca tajante, es una mujer apropiada, para mi inapropiado gusto.
Pero la pendejada se la lleva.
— Tal vez— suspira para mirarme —. Los humanos somos sencillos, y complicados a la ves ¿No crees? Podemos enfrentarnos a las tinieblas que vengan de afuera, pero tenemos miedo de las que proceden del interior.
No me cuesta trabajo entender sus palabras, se a lo que se refiere.
La primera vez que no la escucho decir algo estúpido.
Tengo que pensar en la red de seguridad que se encuentra bajo de mi.
— Se que estás intentando que seamos amigos. Pero no creo que sea posible— espeto con una sonrisa ladeada —, Tu misma lo has pensado, solo soy un arrogante hijo de puta.
Sus ojos me miran sorprendida.
— Tienes razón eres un hijo de puta.
—Querida, ¿y que sigues haciendo aquí?—pregunto burlón.
— Pareces astuto, pero en realidad. Eres bastante estúpido—sonríe con suficiencia — ¿Creíste que iba a quitarme la ropa así de fácil?
—Y a ti quien te dijo que yo quiero verte sin ropa.
Se quiso lucir y quedó como pendeja.
—¿Entonces por que te tensaste tanto en el Jacuzzi? — entre cierra los ojos —¿Que? El grandísimo e inalcanzable Noah Thompson le molesta que una chica lo ponga en su lugar, y se burle de él... o es solo el hecho de que te asusta saber que no puedes controlarme.
Suspiro reuniendo paciencia, y me acerco a ella confiado.
—¿De verdad crees que puedes retarme las veces que se te de la gana?
Acompáñenme a ver esta triste historia...
—Lo hago, y siempre gano — sonríe victoriosa.
No se que dice pero miente.
Le doy unas caladas más al porro y lo dejo a un lado.
Estoy harto de verla sonreírme con burla. Vuelvo a suspirar y me acerco más a ella intimidándola. Su mirada no se aparta ningún segundo de mi rostro.
Ya me cansé.
Sonrío confiado y sigo acercándome hasta invadir su espacio personal.
—Cariño, no sabes lo que es jugar con un Thompson... —espeto relajado.
— Es patético... que pienses que te temo solo por ser tú. Y la verdad es que no... tú y tú estúpido apellido me importan un carajo —vuelve a atracarme con la respiración pausada.
Tres doritos después.
Lo pienso antes de hablar.
El pasillo está totalmente solo, y oscuro, aquí la luz roja es algo más tenue.
— Tú... solo quieres atención. Y no lo voy a negar, la tenías. Pero linda, me cansaste.
La tenue luz roja hace que mis ojos vean con dificultad, y que mis sentidos se alerten.
Probablemente esto esté menos calmado.
—No te cansé cariño —me corrige desafiante —. Te asuste, por que ninguna había tenido los ovarios para plantarse frente a ti, y decirte unas cuantas verdades. Te asusta que te pueda ganar en tu propio terreno.
Siento mi mandíbula tensarse.
No lo se Rick, parece falso.
Expulsó aire por la nariz. ¿Qué ritual satánico debo hacer para tener paciencia?
Ninguno. Esa mierda no se consigue ni cagando moneditas de oro.
Me inclino hasta invadir completarme su espacio personal.
—Inténtalo, y vas a preferir nunca haberte topado conmigo —murmuro demandante.
La he visto, se cohíbe, la enciendo.
Está haciendo que mi paciencia se acabe, y mi juicio se nuble.
Se que busca una alta y divina conexión, pero lo cierto es que yo, solo soy un amante, que necesita confesión.
No busco más que satisfacer su alma, no soy un santo, pero, ¿acaso tengo que serlo? Si lo simulo, tal vez pueda convertirse en mi fantasma. Quien sabe, está loca.
—No me jodas... ni tú, ni tu fama de todo poderoso me asustan —susurra.
—Es una pena por ti —le reto.
La veo tragar grueso.
—¿Pena? Pena das tú —contra ataca—. Tú eres quien necesita sentirse hombre haciendo menos a lo demás, y tratando como una mierda a todo el mundo.
Intenta zafarse. Sin embargo la tomo del brazo y la giro para que me encare, esta me mira confundida, con el entrecejo fruncido.
Me tienta. me tienta. Hagámoslo...
— ¿Crees que será divertido retarme? —vuelvo a murmurarle desafiante—. Pero lo cierto es que voy a hacerte correr... De todas las maneras posibles.
Su mirada busca con desespero mi rostro.
Pobre criatura.
— No confío en ti, y nadie confía en mi —me murmura —. Pero... No me subestimes, o me convertiré en la protagonista de tus pesadillas...
Niegenmelo...
No puedo creerlo.
Hasta intimidada me reta.
Por un demonio, lo que faltaba.
Doy unos cuantos pasos más, noto como camina hasta que su espalda se topa con la pared.
—Eres demasiado fastidiosa — espeto retándola, esta vez con poca paciencia—, pero a ti te gusta sacarme de quicio... amas oír mi voz, amas que te acorrale hasta hacer que tus piernas tiemblen. Por que... te soy honesto, tú eres la intimidada aquí.
Su expresión pasó de estar victoriosa a estar nerviosa, sería.
Funciona.
La siento respirar con dificultad.
A mi por otro lado me parece menos aburrido tenerla así. Por lo menos pudo callarse.
Su mirada no se aparta de mis ojos. Esto si se lo reconozco, es la primera persona que no me aparta la mirada, normalmente el contacto visual me da más poder, a ella parece no importarle, pero si fallarle.
Sustos que dan gusto.
— Si mi presencia te afecta tanto tu hombría... es por que seguramente es muy débil — murmura con dificultad, sin embargo reconozco la autoridad en un tono de voz —, cuidado te enamoras... Noah Thompson.
Entre cierro los ojos procesando lo que acabo de oír.
Supo donde darle. Esta ebria y quizás drogada, pero no pendeja.
Yo voy a aprovechar eso.
Y aquí es donde entro yo...
— ¿Que... chingados estás haciendo? — Logra formular con la respiración agitada en cuanto siente que no puedo dar un solo paso más.
Le sonrío a centímetros de sus labios.
—Que no es obvio, Hasthings... —sus labios se despegan apenas me escucha murmurarle —. Voy a callarte al mejor estilo Thompson...
Relamo mis labios, y ella traga para intentar alejarse.
Pero no lo pienso dos veces la tomo del cuello sin importarme nada, con la ira y la malicia corriéndome a mil y sin más la beso.
No era lo que esperaba, pero estoy satisfecho.
La beso como si no hubiera un maldito mañana, la beso para joderla, por que se exactamente lo qué ocurrirá mañana.
Mis labios se mueven en total sincronía con los suyos, se siente bien hacerlo, tiene labios suaves y gruesos, sabe a champaña, que digo a champaña sabe a la puta gloria saber que esto complicará más todo... paso mis manos por su cadera para atráela a mi, apoderándome de ella, profundizó el beso cuando ella abre más su boca.
Y me separo.
Es cruel, pero justo.
Sus ojos verdes están abiertos con sorpresa, a su rostro parece escapársele la sangre, está asustada, confundida, empapada en confusión ida en mis ojos, y me encanta, es como si su cuerpo estuviera pero su alma se hubiera quedado en mi boca.
Excelente manera de confundirla.
Soy bueno haciendo esto.
Pudo ver cómo su pecho sube y baja, sus labios están más hinchados y cuando su mirada se encuentra con mis ojos, se lo que me pide no tiene que abrir la boca para hablar.
— Entonces ... este es el color verde, como el dinero americano... — Susurro haciendo referencia a la letra de la canción que ella misma optó por reproducir cuando yo mimo me ofrecí atarla solo para fastidiarla y dejarle en claro que no manda.
Quiero que grabe este momento en su cabeza, que mañana no logre olvidar nada de esto, porque yo, yo estoy seguro que esto no volverá a pasar.
Me separo del todo y la dejo libre.
Aun me mira confundida.
De vez en cuando nuestras miradas se cruzan, igual a que dos imanes que no pueden evitar atraerse, pero que al mismo tiempo se repelen cuando se dan cuenta, que ambos son polos negativos. Y la verdad es qué tal vez eso somos, dos personas que de alguna manera se han encontrado y que piensan no tolerarse, pero que sin embargo dicen que los humanos, somos los únicos animales que nos tropezamos dos veces con la misma piedra; pero en realidad con ella no me importa, tropezaría una y otra vez, sin importar la caída.
Se exactamente que me da esto a cambio algo. El gozar no darle la razón.
Aunque en el fondo sé... Esto lo va a complicar todo...
Nota de Autora:
Debí haber puesto en las advertencias que los capítulos estarían largos :(
No me maten.
Please, coméntenme cuál fue su reacción aquí ;)
Noah acaba de darles una enorme pista para que empiecen los juegos del hambre *inserte voz malévola*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro