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Capítulo 9

Esta historia también me vino en un sueño, o mejor dicho pesadilla, la cual no quiero repetir ni de chiste.

Las Tortugas Ninja no son mías, ahora pertenecen a Nickelodeon.

Adoro a Leonardo.

Espero que les guste este entremés que publicaré antes de la próxima historia :)

-No entiendo por qué tenía que pasarnos esto –se quejó Miguel Ángel viendo tristemente la puerta de su hermano

-La vida es así, hijo mío, todo lo que sucede tiene su razón de ser

-¡Pero es que es tan injusto, Sensei!

-Mikey debes calmarte...

-Lo sé, Donnie, es solo que... Esto no debía haber pasado –soltó mientras se dejaba caer en el sillón y tapaba su rostro con frustración

-¿A qué te refieres, amigo mío?

Leatherhead se sentía mal por las tortugas y la rata, junto a Slash, April y Casey decidieron quedarse en la guarida aquella noche para ayudar a atender las heridas físicas de la familia, las emocionales eran un tema aparte. El cocodrilo y la tortuga más corpulenta se marcharían temprano pues, aunque querían quedarse, tenían sus propios problemas, nada grave por suerte. Casey observó a la joven pelirroja confirmando que el enojo de esta se había esfumado por un tiempo, no era el momento de crear más conflicto en aquel hogar.

En la casa se respiraba un aire de pena y luto por aquella mujer que nunca antes habían visto pero de la que aún sin saber nada, presentían que fue importante para el grupo, no sólo por ayudar a Leonardo sino por algo más que no lograban identificar.

-Todo fue por nuestra culpa, LH –explicó Raphael- Si no nos hubiésemos dejado llevar por estupideces esto no habría pasado

-Si le hubiésemos hecho caso a Leo, yo me habría dado cuenta de que lo que nos lanzó Destructor en un inicio era un hongo venenoso

-¿Un hongo?

-Sí April, Destructor hizo una especie de ritual o algo así para darle mala suerte a Leo por una semana en lo que se refiere a la familia

-Entonces lo que pasó con el televisor, la consola, el saco y las fotos fue por eso, ¿verdad? –la rata asintió por los cuatro- Ya decía yo que eran demasiados malentendidos en tan poco tiempo

-Luego de lo que mencionaste –continuó el genio- Hubo una alerta del Clan del Pie en la que nos acompañó Splinter junto a ustedes, ¿recuerdas?

-En la que le quitaron a Leo el liderazgo –mencionó cortante sin poder evitarlo

-Exacto, en esa pelea a los cuatro nos tiraron un polvo hecho de un hongo que entra en el cerebro y hace que las emociones sean más intensas de lo que en realidad son

-Y como en ese instante no estábamos bien con nuestro hermano, ya se imaginarán como sigue la historia

-Lo entiendo, sin embargo, estén conscientes de que esto no justifica lo que ocurrió con la Lyrica

-April, no es momento

-Casey, sé que esto es un tema delicado pero si no aclaramos las cosas ahora no habremos resuelto nada

-Tienes razón, April –habló por fin Hamato Yoshi- Por nuestra negligencia estuvimos a punto de perder a un miembro de la familia, al que habríamos acabado con nuestras propias si no fuera por tus cuidados y los de Casey para con él, les agradecemos infinitamente por eso –hizo una reverencia a la que le siguieron las de sus tres hijos- Sabemos que inconscientes o no de nuestras acciones, nada será suficiente para justificar lo que hicimos

Las tres tortugas mantenían la mirada en al suelo arrepentidos.

-Nadie los está culpando si somos sinceros –todos pusieron su sorprendida atención en Slash- Al final, si se ponen a pensar era natural que tuvieran esos sentimientos, después de todo cualquier ser racional se deja cegar en algún momento por sus emociones, así como también es normal equivocarse –dijo mirando a su antiguo dueño antes de desviar sus ojos a la puerta que antes observaba el de naranja con pesar- Puede que yo no tenga la mejor relación con Leonardo, pero sé lo suficiente como para entender que no los culpa o culpará de nada, mucho menos los odiará como veo que temen

-Gracias chicos –sonrió un poco el temperamental

-Ahora ¿Nos explicarán quién era la mujer que apareció de la nada? –Casey quería retomar el tema, por alguna razón se le hacía conocida

-Ella era un demonio conocido en Japón como Eiko-sama, guardiana de las puertas del cielo y el infierno, básicamente reside en el limbo. Todos los libros en que se la menciona describen claramente a un ente frío y desalmado, incapaz de sentir simpatía por alguna criatura y poseedora de una ira terrible y arrasadora

-Con todo el respeto, Maestro Splinter, yo no vi nada de lo que me acaba de decir esta noche

-En mi opinión, la señora Eiko y Leonardo entablaron un lazo muy fuerte, quien sabe desde cuándo. Después de todo, le dio lo que le quedaba de vida y eso uno no lo hace por alguien a quien acaba de conocer de hace pocos días -expresó pensativamente el cocodrilo

-LH es hora de retirarnos –el mencionado asintío a Slash- ¿Necesitan algo más?

-No, y gracias por todo, amigo –sonrió triste Raphael

Nunca pensó que la vez que hablase con Spike nuevamente en la guarida después de su mutación, sería de esa forma y en esas circunstancias.

-Les sugiero que descansen esta semana –aconsejó el cocodrilo desde la puerta- Con Destructor derrotado, tanto el Clan del Pie como el Krang estarán lo suficientemente ocupados como para atacar esta semana. En cualquier caso, nosotros haremos las rondas y les avisaremos si algo ocurre

-Gracias, Leatherhead

Una vez cerrada la puerta, un incómodo silencio llenó la sala, Casey les sugirió descansar un poco, quizás eso los despejara y en la mañana verían que es lo que deben hacer.

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Splinter despertó un poco más tarde de lo normal, se dirigió a la cocina en busca de una taza de té y cuál fue su sorpresa al ver a sus hijos despiertos, ayudando en el desayuno.

-Buenos días, hijos míos

-Buenos días, Sensei

-¿Y Leonardo? –cuestionó llenando una taza

-Sigue durmiendo, Sensei. La verdad no creo que despierte hasta la tarde, su cuerpo y mente se han sobre-esforzado demasiado, sin embargo, debe comer para recuperarse

-Entiendo, prepárenle algo ligero y llévenselo arriba, una vez termine permítanle dormir tranquilamente

-¡Hai!

Los tres se apresuraron en llenar una charola con fruta mientras la rata preparaba un té diferente para su primogénito, le serviría para tranquilizar sus nervios. Cuando Miguel Ángel se dispuso a llevar el alimento casi choca con su hermano mayor en el pasillo, Leonardo le ayudó como soporte hasta que recuperara el equilibrio.

-Perdón, Mikey, no me fijé

Sobra decir que el quelonio más travieso estaba tan estupefacto como su familia. Frente a ellos estaba Leonardo, más fresco que una lechuga, con una sonrisa suave en los labios. El mayor observó los platos rebosantes de pedazos de fruta junto a la bebida.

-Eso... ¿Es para mí?

-¿Eh? ¡Ah, sí!

-Gracias, hermano –extendió la mano queriendo acariciar la cabeza del menor pero inmediatamente se arrepintió como si temiera ofenderlo con su tacto- Me temo que ya comí hace unas horas y no tengo tanta hambre

El quelonio de azul no notó la tristeza en los ojos de Miguel Ángel cuando bajó la mano.

-¿A dónde vas, Leonardo?

-Calentaré un poco antes de la práctica, Sensei

-No habrá entrenamiento esta semana, hijo

A Splinter se le partió el corazón cuando el mayor se estremeció ligeramente con la palabra "hijo".

-Comprendo... ¿Rapha?

-Dime, Leo

-¿Habrá patrulla esta noche?

Por un momento el segundo hijo creyó haber entendido mal la pregunta hasta que la realidad lo golpeó en la cara. Ahora, él era el líder y no su hermano mayor, jamás pensó que un día odiaría que le diesen ese papel. Aunque algunas veces detestara admitirlo, Leonardo y él eran parecidos en personalidad y sabía que él se estaba auto-culpando desde que le retiraron el liderazgo.

-N...no, el patrullaje quedará suspendido un tiempo, Leo –el mencionado solo asintió en respuesta

-Hermano, déjame revisarte las heridas y luego podrías ir a descansar un poco...

Donatello vio claramente el terror momentáneo en los ojos del exlíder en el momento en que intentó tocarlo.

-No gracias, Donnie. No tienes que molestarte en eso. Yo me haré cargo de ellas, además, no son graves, iré a... meditar en el dojo –murmuró dándoles la espalda

-Bro, sobre lo que pasó...

-Mikey –le cortó- Si cambiaste de opinión, dejé la consola con los videojuegos en el armario. Mañana, Casey traerá el televisor nuevo por si quieres jugar con ellos

-Leo...

-El saco de boxeo nuevo lo colgaré en el dojo en la tarde. Lo siento, Rapha, tendrás que esperar un poco

-¿Hijo?

-Las fotos ya están arregladas, Sensei. Dejé el sobre en su cuarto cuando estaba durmiendo en caso de que no lo notara

-Hermano...

-Donnie –el de azul giró por primera vez su cabeza durante toda la charla- Sé que no quieres hablar conmigo en estos momentos –sonrió a modo de disculpa- Pero te lo ruego, escucha lo que April tiene que decirte, ella está triste y preocupada por ti, solo... dale una oportunidad, ¿de acuerdo?

-Leo que te parece si nos acompañas en el desayuno ¿eh?

-Lo lamento pero yo... sólo quiero estar solo

-Nosotros...

-Por favor –interrumpió- Estoy consciente de que soy la persona menos indicada para pedir favores, sin embargo.... sólo por esta vez –pidió dejando ver por un segundo la pena que lo embargaba

-Claro, yo... nosotros estaremos aquí por si quieres algo

-Gracias

Antes de que la tensión nuevamente llenara por completo el lugar, April y Casey hicieron acto de presencia, llamando la atención sin querer.

-Chicos, ¿podrían venir un momento?, necesito darles algunas instrucciones respecto a las cajas

-Sí, por supuesto, Leo

La pelirroja observó los rostros abatidos de sus amigos antes de cerrar la puerta del dojo. Seguía repitiéndose a sí misma que no era del todo culpa de ellos, sin embargo, al ver de reojo a la tortuga portadora de las katanas, confirmó por enésima ocasión que las consecuencias de esta travesía eran demasiado graves como para solucionarlas con un simple perdón.

Era verdad lo que dijo Slash, Leonardo era incapaz de odiar a su familia. Lo que nunca se mencionó en esa discusión fue que con el pasar del tiempo, exactamente después de la Lyrica, Leonardo le tenía miedo a los seres que juraba amar más que a su propia vida.

April temía que con lo de anoche, su amigo se hubiese roto hasta un punto de no retorno.

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-¿Qué hemos hecho?

-Su perdida ha sido fuerte, hijos míos, debemos comprenderlo

-Por si no se dio cuenta, Sensei, nuestro hermano mayor nos tiene terror

-No debemos sacar conclusiones tan pronto, Miguel Ángel

-¿Tan pronto? –cuestionó el genio con algo de burla- Leonardo se arrepintió de tocar a Mikey, prácticamente tembló cuando usted le dijo "hijo", habló con Rapha como si en cualquier momento le fuera a pegar y a mí me miró como si en lugar de curarlo lo fuera a matar ¡¿Son esas conclusiones apresuradas?! Es obvio que lo que quiera que haya pasado durante su recuperación de la Lyrica terminó de destruir la confianza que tenía en nosotros –terminó el joven de morado apoyando sus manos en la mesa y dejando caer libre ellas su cabeza

-¿Qué pasará con nuestro hermano?

-Me temo que lo hemos perdido, Miguel Ángel, y no sé hasta qué punto. Lo único que se me ocurre ahora es ayudar y con el tiempo ganar nuevamente su confianza, restablecer y fortalecer nuestra familia

-Eso no es lo único que debemos volver a poner en pie, padre –declaró sombrío el rudo- Tenemos que hacer que Leo recupere la fe en sí mismo

-Tienes razón

-Tengo una idea para empezar con el pie derecho –alentó el travieso recordando algo

La idea del menor de las tortugas era perfecta para empezar la operación "Recuperar a Leonardo" como la había nombrado, ahora el problema era ejecutarla sin que el mayor se diera cuenta. Para ello, necesitarían de la ayuda de sus dos amigos humanos con quienes tendrían que hablar y resolver sus problemas en pro de la redención.

Continuará...

Hola queridos lectores, capítulo corto, sí lo sé soy maldita. Estoy segura de que muchos esperaban un final feliz como es costumbre en la mayoría de mis escritos pero no, esta vez no o al menos por ahora. Hace un tiempo me puse mal y quise desahogarme escribiendo el final de esta historia pero como me faltaba inspiración, la volví a releer... ¿Y saben qué? Influenciada por mis sentimientos decidí que el final no será del todo color de rosa. Ya lo verán. Mi razón es que, siendo realistas, lo que le hice pasar a Leonardo no fue grave a primera vista y comparado con otras obras en donde lo torturan de manera brutal. Pero imagínense vivir esa clase de abuso durante un tiempo extenso, por experiencia propia les digo que el daño psicológico es lo suficientemente profundo como para que el perdón sea una posibilidad ínfima, lo suficientemente profundo para que el lazo de confianza no sea el mismo e incluso que se rompa y sea imposible de retomar, ni siquiera a un grado muy pequeño. Al final la convivencia es posible pero la interacción, bueno, es un cuento muy aparte. Bueno creo que con esto expliqué una pequeña parte de mis pensamientos, esta es mi opinión y pido que la respeten, por favor.

Ya saben que los reviews, floreros tomates, entre otros son bienvenidos

Cuídense.

Miko Eiko

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