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28

Le tomó toda la noche decidirse por un terapeuta adecuado, que no tuviera nexos con su trabajo o lo conociera del medio. Programó una cita para el fin de semana y envío una foto como evidencia a Seokjin.

Obviamente, la primera sesión fue desastrosa, frustrante y cansada, tanto para Jeon como para el especialista.

Programó más citas para dos meses más y también envió como evidencia de que acataba órdenes de sus superiores.

Le parecía muy absurdo lo que decía el especialista.

¿Qué era eso de respirar e imaginarse escenas relajantes?

Su trabajo no tenía nada relajante, ni tranquilo ni calmado.

Aunque su lengua picó toda la sesión en decirle que se callara, escuchó en silencio y habló en ciertas ocasiones cuando le preguntaba como estaba.

Rogaba, por todos los cielos soportar el resto de camino que debía avanzar junto a la terapia.


—¡Que no!

Hoseok estaba en la casa de su hermana y Minjae lo había buscado para preguntarle sobre Jeon. Exactamente, si este retomó su acoso y chantaje.

—Llegó varias veces, estuvo cerca y fue profesional —Minjae se burló.

—Como si eso fuera posible, pero ya sabes —se acercó para hablarle en voz baja. —Cualquier novedad me tienes que avisar, no importa que tan insignificante sea.

A una semana de la ceremonia de graduación, el movimiento en las diferentes estaciones policiales se sentía. La ilusión, el alboroto y emoción de dar ese siguiente paso en muchos jóvenes se notaba en sus rostros.

Con una palmada en el hombro, Minjae se alejó de su cuñado.

Negó un poco cansado de esa situación y envió un mensaje a Jimin para encontrarse en la universidad.

Hoseok tenía ese día libre y por eso había organizado su agenda como un ejecutivo importante y con el tiempo contado, hizo lo que no podía hacer otros días.

Regresar a la facultad le trajo bonitos recuerdos, saludó a varios compañeros desde lejos, aunque no era muy cercano a nadie, excepto a Jimin, la nostalgia de verlos nuevamente e imaginarse en clases le hizo hacer algo que jamás pensó.

Varios maestros pasaron cerca, quizás sorprendidos por el regreso de Jung y pensando las posibles razones por las cuales dejó de estudiar un año completo. Esos eran los que no sabían toda la información y no estaban enterados de que Hoseok pronto se graduaría como un policía más de la nación.

Jimin lo asustó al encontrarse y caminaron por los senderos de la universidad para llegar a un lugar donde muchos estudiantes suelen reunirse para conversar.

—Te quería invitar a la ceremonia de graduación, es la otra semana.

Parpadeó un poco y se sentó despacio para entender lo que le dijo Hoseok.

—¿Tan rápido? —supo responder al entender lo que dijo. —Wao, parecía que fue recién que salías del trabajo e ibas a mi casa para ir corriendo al entrenamiento. Honestamente, me siento muy feliz y orgulloso por ti, yo no hubiera podido, toda la presión y el cansancio —soltó aire de su boca en su soplido. —A la primera semana tiraba la toalla.

Claro que Hoseok tuvo esos pensamientos más de una vez, pero su situación no estaba para rendirse y menos, cuando él no gastó ni un centavo para poder ser policía.

—Lo importante es el fruto de ese sacrificio.

Conversaron un rato más y de ahí le pidió que lo acompañara a medirse el traje que usaría. Ya lo había mandado a confeccionar y debía estar impecable para la fecha.

Hoseok llevaba pensando mucho tiempo atrás en querer comentarle a Jimin lo sucedido con Jungkook, quería poder soltar eso y no sentirse sobreprotegido como fue el caso cuando Minjae se enteró.

Pero no lo hizo, suspiró profundo y despacio, caminando junto a su amigo ya de regreso a su departamento.


—Cambio de planes, tu viaje será mañana y asistirás a la ceremonia del querido culo de Jeon. Prepara tus maletas.

Han asintió e hizo lo que ordenó su jefe, aunque la maleta ya estaba casi terminada porque sabía que en cualquier momento Kim le diría que debía partir.

—Chan, llama a Minho para que consiga un estilista y venga a teñir el cabello de Han.

Tanto Chan como su el aludido se quedaron quietos al escuchar el nombre de quién los ayudó a escapar de la cárcel.

Marcó el número y lo puso en altavoz. Al tercer timbre la llamada fue tomada.

—Han, ya…

—Necesito que consigas un estilista para que esté aquí en dos horas. Y no, no te estoy pidiendo de favor, es una orden, porque lo quieras o no, cuando trabajas conmigo, así sea en algo muy insignificante, ya perteneces a mi grupo.

Minho no respondió y escuchó con atención.

La fama de Taehyung no era para nada inventada, sanguinario, vengativo y despiadado.

—Voy yo mismo, sé dé eso.

—Entendido —y antes de que Minho se despidiera añadió. —Yo soy el que cuelga primero, siempre.

Y finalizó la llamada.

—Prepara algo para qué Lee también coma —dijo para cualquiera sus secuaces.

Kim permaneció encerrado en su habitación y no salió hasta que Chan tocó la puerta para avisarle que la comida estaba servida.

Minho ya había terminado su trabajo con Han y el resultado era de elogiar.

Revisaba la información detallada de las diferentes empresas que había en Gwanju.

Hyunjin le brindó esa información por privado, estudiando su sistema de seguridad y las ganancias que obtenían mes a mes. Necesitaba buscar un experto en informática y que le ayude a entrar al sistema de cada empresa y observar como funcionaba.

No era sencillo poder hacerlo sin estar en la misma ciudad, además de conseguir un local para iniciar un negocio de venta de línea blanca y empezar a lavar el dinero que tenía de las sustancias ilícitas.

Se había contactado con uno de sus testaferros para que empezara a realizar compras de la mercadería necesaria. No le importaba las marcas o calidad de los productos que venderían.

La venta de droga obtenía más beneficios que otra cosa.

La comida fue un tanto silenciosa, con Kim observando a Lee fijamente.

—Espero que la próxima vez que te llame, contestes al primer sonido de tu celular.

Y dicho aquello se retiró a su habitación.


—Alisa esa solapa Hoseok, mira como está arrugada —Jiwoo pasó su mano por el traje pulcro de su hermano.

—No exageres mujer —su esposo le dijo. —Anda a sentarte Hoseok, ya están ocupando las sillas —indicó a su cuñado y llevó a Jiwoo a la zona donde los familiares y allegados de los graduados esperaban.

Los altos jefes estaban sentados en una mesa con manteles blancos y unas botellas de agua para cada uno.

Jeon también estaba ahí y Hoseok no podía decir que se veía mal. En realidad nunca pasaba eso, pero ahora con el traje oficial entallado a su cuerpo y su cabello perfectamente peinando, lo hizo mirarlo un poco más de lo normal.

Unas palabras por parte de Seokjin y del resto de instructores de los diferentes campamentos de entrenamiento. Luego llamaban a cada uno de los nuevos jóvenes policías, les daban su diploma y un apretón de manos.

Cuando fue el turno de Hoseok, las piernas le temblaban y los nervios lo consumían. Sonrió con cada uno de los jefes e instructores, excepto con Jeon.

Le brindó una leve inclinación de cabeza y continuó caminando.

—Últimamente, estás muy ocupado Jungkook, no te he visto por la casa ni Minjae me dice que salieron.

Jungkook tomó un poco de vino de su copa y tragó la comida que estaba masticando.

—Un poco, Kim me dejó a cargo la organización de la ceremonia.

—Eso es recién, yo digo desde antes, pensé que estaban enojados o algo —miró a su esposo y este sonrió negando.

—Tuvo trabajo fuera —explicó Minjae.

Cuatro adultos y un niño ocupaban una mesa de un bonito restaurante, comían y parecían una pequeña familia feliz.

Nada de eso.

Jungkook fue invitado al finalizar la ceremonia y no pudo negarse a Jiwoo, alegando que debían reunirse y que mejor momento que la graduación de su pequeño hermano. Aunque la primera opción era que Jimin los acompañara, esta fue descartada en el último momento.

Jimin había pedido permiso para asistir a la ceremonia y tomarse más tiempo del establecido le podría traer futuros problemas. Prometió reunirse con su amigo en una próxima ocasión y comer juntos para celebrar su graduación.

Jiwoo captó muchos meses atrás que algo sucedía entre su esposo y su amigo, no quería ser paranoica y pensar que ambos salían a visitar mujeres y se cubrían las espaldas.

—¿Seúl? —preguntó para tener conversación y que no muriera la interacción en la mesa.

—Sí, pero nada por qué preocuparse, todo tranquilo.

—¡Ja! —soltó una risa Minaje. —El sistema carcelario es deplorable y eso que siempre decían ser los mejores del país.

—Menos mal que no tengo familia con quien puedan vengarse, porque puff, tendría que preocuparme si llegaran a escapar.

El postre está por servirse y Jungkook pidió permiso para ir al baño. Minjae lo siguió queriendo tener una conversación con su colega y ex amigo. Tenían mucho por hablar, pero el que más lo necesitaba era Jeon.

—No sabes lo difícil que es para mí no poder contar contigo, hablar de las cosas más simples hasta las que nos preocupan. Errar es de humanos, yo soy uno, aunque a veces parezco un animal. Por eso te pido una oportunidad para retomar nuestra amistad, sé que será difícil, Pero el tiempo puede ir decidiendo el rumbo de lo que tú quieras.

Jungkook había empezado a hablar cuando Minjae se lavaba las manos.

—Fue lo más deplorable, terrible e inhumano lo que hice, no me perdono y estoy muy arrepentido por eso. Por ti, Jiwoon y sobre todo, Hoseok.

Por obvias razones, Jungkook se dio la vuelta antes de que Minjae respondiera.

Actualización del mes.

Estaba escribiendo esto desde la semana pasada o más, pero hay detalles que no recuerdo bien y tengo que releer.

Bais♡

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