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La ira resurgía en la amplia celda donde se encontraban Kim, Han y Chan. MinHo había hablado y pagado para que el grupo Kim tuviera una mejor atención ahí dentro, pero esa noticia no impedía que Taehyung quería moler a golpes al idiota de Jeon.
Tenían como una rivalidad declarada desde muchos años atrás, sin razón alguna. Pero Taehyung tenía ciertas ideas de cuales podrían ser la razón. Una, que lo había arrestado antes pero no encontraron nada en su contra. Dos, poseer una fortuna inmensa mientras que el otro tenía una pequeña miseria de bienes comparada con la fortuna de Kim y por último, que quizás en algún momento cuando eran jóvenes, les gustó la misma persona y Kim le ganó.
El último pensamiento le pareció absurdo, ya que no conocía al joven en sus años de adolescencia. O sólo era un encaprichamiento por capturarlo que solían tener los policías con ciertos delincuentes y en este caso, fue el turno de Taehyung.
La nueva celda era más grande, a Taehyung le gustaba y el baño privado también. Un mejor lugar luego de la intersección de MinHo, acogedor, pero simplemente no podía enseñarse, sería muy conformista con algo así y no plantearse la idea de escapar.
Ser libre, fuera de esas cuatro paredes o quizás, si sobornaba mejor a otro juez, hasta saldría antes de tiempo y luego sería puesto en libertad condicional.
—Chan, escríbele a MinHo que el tiempo corre y no se detiene y yo tampoco lo pienso hacer aquí encerrado —murmuró dándole una calada a su cigarro.
El nombrado asintió e hizo lo pedido. Ahora podían intentar retomar sus negocios y clientes desde la cárcel.
Con un poco de dinero se podía tener lo mejor y el oportuno momento era ese, a Kim le ayudó tener dinero en cuentas internacionales —paraísos fiscales— a nombres de testaferros inexistentes.
HyunJin había abordado el siguiente avión luego de que Jeon saliera del aeropuerto, tenía información de su residencia y lugar de trabajo, solo tenía que ser observador y empezar a atar cabos. No demoró mucho en llegar y el frío de la temporada lo despabiló. Tomando su equipaje se dirigió a la que sería su residencia y donde tenía una buena fachada, había conseguido un trabajo de medio turno en la cafetería cercana al trabajo de Jeon. Podría observarlo y seguirle el paso, pasando desapercibido.
Se instaló en su mini departamento, donde empezó a revisar la información nueva de Jeon en la ciudad.
—Con que es amigo de Minjae —murmuró al observar fotos de ambos en su graduación.
Kim Minjae, policía de alto rango como Jungkook, que fue preparado en Seúl para luego cambiarse de ciudad por orden de su anterior jefe Park y ser la cabeza de uno de los departamentos de la policía.
Leyó como resumen.
—Interesante —habló mordiendo sus mejillas internas —. Tienen que ser buenos amigos para que aún mantengan contacto luego de muchos años desde que se conocieron.
La información de Minjae no fue difícil de acceder, una familia, esposa e hijo.
—Interesante —repitió para sí mismo.
▽
Jungkook ingresó a su oficina muy temprano el día lunes, se había comunicado con su jefe SeokJin el día anterior, para informarle de su ingreso nuevamente al trabajo.
—No tengo problema, así me comentas lo que pasó —le había dicho cuando Jungkook le llamó.
Le comentó los años que pasaría en la cárcel y los que vendrían por los demás casos. También de la conjeturas y cosas extrañas en el caso.
—Lo importante es que ya está solucionado.
—Si, quizás me digan lo que procederá con los demás casos que lleva encima, pero la primera piedra ya está echada para acabar con Kim.
Luego de eso, Jungkook se refugió en su oficina y no salió. Quizás debería ir por la noche donde Minjae y hablar, decirle que las cosas podían volver hacer como antes.
Calculó la hora en que la familia ya hubiera terminado de cenar, para no importunar con su presencia. Condujo con calma, sus manos sudaban un poco y tuvo que aclararse la mente cuando se olvidaba a que iba.
—Pedir disculpas. No lo olvides —recordó.
Si, eso era.
El sonido del timbre resonó en la casa, para quedar silencio un minuto después. Jiwoo corrió para ver quién era un lunes por la noche, mientras atendía a su hijo y Minjae se encargaba de limpiar la cocina.
—Hola Jungkook —saludó alegre la castaña con el pequeño en brazos.
—Hola.
—Pasa, no te quedes afuera que puedes pescar un resfriado —regañó jalando del brazo al pelinegro —. Le diré a Minjae que estás aquí.
—No es necesa...
—Cariño, Jungkook vino —llamó con un tono suave, pero fuerte para ser escuchado hasta la cocina.
Una sonrisa inquieta formó Jungkook y miró al pequeño Jiho. Observaba ciertos rasgos bien acentuados de Hoseok en el niño.
Claro estúpido, es su tío, además de ser una copia en versión hombre de Jiwoo —regañó su cerebro.
Pues si, pero recién se percataba de lo bien parecido y tierno que poseía Hoseok en Jiho.
Los pasos —zancadas— de Minjae retumbaron desde la cocina hasta donde se hallaban sentados.
¿En qué momento pasó?
Lo vio, con la camisa doblada hasta la altura de sus codos y un semblante serio. Se sentía nervioso y las palabras no salían de su boca.
—Ho-hola —saludó.
Minjae lo miró y no respondió.
—Eres un maleducado cariño, saluda a Kook —regañó dejando al pequeño en el mueble.
—Hola —saludó añadiendo un asentamiento de cabeza.
—¿Cómo has estado Jungkook? Ha pasado mucho tiempo desde que te fuiste —dijo animada —. Estaré eternamente agradecida por salvar a mi hermano y su amigo de esos degenerados —le tomó las grandes manos en las suyas más pequeñas.
—No es nada.
Claro, primero se lo follaba y después decía que no era nada.
—¿Cómo que no? —colocó su mano en el pecho con angustia —. Hubiera sido algo atroz si no intercedías.
—Alguien más lo hubiera hecho —intentó quitarle importancia.
Porque Minjae no le había apartado la mirada en ningún momento y eso lo ponía aún más nervioso.
—No seas modesto —respondió.
—Tiene razón, alguien más hubiera ayudado a Hoseok —Minjae intervino.
—Pero nadie más lo hizo, así que yo si estoy agradecida con Jungkook —miró a su esposo que marcaba al pequeño —. Y como agradecimiento, te quería invitar a la reunión que haremos por el cumpleaños de Hoseok.
Jungkook miró a Minjae y de seguro veía reflejada su expresión en él. ¿Cómo podría ir después de todo lo que pasó entre ellos?
—Y no debes de negarte, Hoseok ha intentado hablar contigo y agradecerte por su amigo también.
Kim lo miró, haciendo señas de que se negara. —Se lo que haces —regañó a su esposo sin mirarlo —. Deja que vaya un momento, hablan y ya. Nada malo pasará ¿cierto?
Jungkook asintió un poco dudoso.
▽
Espero les esté gustando los capítulos que he ido subiendo.
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