16▽
La situación se le había salido de las manos y lo odiaba, no le gustaba cuando sus planes tomaban otro rumbo y más cuando se trataba de follar. Jungkook pensó a la velocidad de la luz buscando una respuesta convincente para su amigo. ¿Qué le podía decir? Tenía muchas ideas, pero ninguna era coherente ante la situación.
Podía decirle que Hoseok le golpeó, pero luego preguntaría ¿por qué su cuñado hizo aquello? y se enteraría que se lo llevaba a la cama -no tan literal, de pie, en la mesa, donde mejor pudiera- y ahí si se armaba una guerra entre Kim y Jeon.
Hoseok no lo iba a encubrir, pero tampoco sabía que decir. ¿Acaso era el momento propicio para decirle la verdad y todo el chantaje que armó por su trabajo? Lo pensó y dijo sí, no quería verse involucrado más con pelinegro. No le importaba si ellos perdían su amistad, con amigos así para que enemigos ¿cierto?
-Si -dijo sin titubear Hoseok -. Yo lo golpeé primero y el estaba reaccionando -explicó a Minjae.
-¿Tú lo golpeaste? -Hoseok asintió -. ¿Por qué?
Jungkook miró con terror a Hoseok, reconoció en su mirada la determinación de decir la verdad y tuvo miedo de perder su amistad con Minjae. Así que prefirió decir la verdad, a medias.
-Porque yo le dije que era un prostituto -claro que lo había dicho -. Yo lo había visto en cierto bar gay mientras pasaba por ahí -eso era verdad, fue una verdadera casualidad encontrar al castaño salir de ahí.
-¿Y? Qué trabaje ahí no quiere decir que sea eso -replicó Kim.
-Recuerdas que hablamos sobre los trabajos en esos lugares y tú los cuestionaste -comentó -. Bueno ese día que lo dije, yo ya sabía del trabajo de Hoseok.
-Eso es diferente, Hoseok nunca hizo aquello y lo comprobé al acompañar a renunciar -dijo.
Hoseok abrió la boca, no quería que le explicara nada a Jeon.
-No tienes nada que explicar Minjae -soltó -. Deja que piense lo que se le venga en gana, es mi vida y punto.
Minjae no entendía la situación, no entendía del todo y aun le quedaban dudas. -¿No hay algo más? Siento que falta algo.
-No -respondió Jungkook.
-Si -respondió Hoseok al mismo tiempo que el pelinegro.
-Hoseok puedes decirme ¿qué es lo que está pasando? -preguntó mirando al nombrado. Este asintió seguro.
-Todo empezó cuando él -señaló a Jungkook -. Supo dónde trabajaba, bueno empezó antes pero no lo entenderías. El punto es que me chantajeó, diciendo que si no hacía algo les contaría a ustedes y que diría que soy un maldito puto que trabajaba vendiendo su cuerpo. Lo que pidió a cambio de su silencio fue otro asunto -explicó -. Del cuál me siento muy avergonzado por haber cedido y no decirles las verdad.
-¿Qué te pidió? ¿Dinero? -preguntó -. ¡Responde Hoseok! -dijo alterado.
-No fue dinero, al principio me dijo que sería una noche -prosiguió.
El sonido del ascensor volvió a sonar y ellos observaron a una joven pareja que eran vecinos de Hoseok, salieron y saludaron con respeto e ingresaron así departamento. En su mirada había curiosidad, encontrar a tres hombres en el pasillo del edificio, uno con la cara golpeada, otro con un bata de baño y otro con la manos hecho puño y enojado.
-Mejor entremos -pidió Minjae -. No creo que sea correcto hablar aquí afuera, los vecinos pueden escuchar.
-No quiero que él entre -dijo Hoseok serio.
-Solo esta vez, quiero que me aclaren todo.
El castaño se hizo a un lado, dejando entrar a su cuñado y al idiota de Jeon. Se sentaron en los escasos muebles de la sala.
-Bueno, lo que me pidió a cambio fue sexo -comentó. Jungkook tenía la quijada apretada, que algún momento rechinaría.
El rostro de Minjae cambió de la sorpresa a una que nunca había visto Hoseok, se levantó lleno de furia y se lanzó a Jungkook. Le tomó del cuello de su camisa y lo jaló para acercarlo a su rostro.
-¡Con mi familia no! -gritó -. Te lo advertí, no me interesa tu vida desenfrenada, pero no meta a los míos -gruñó -. ¿Recuerdas?
Hoseok también se había levantado, no pensaba intervenir, aún no. Solo lo haría si Jeon golpeaba a demasiado a su cuñado, pero si era al revés no le importaba.
-Si -respondió el azabache -. Pero no me puedes culpar por no querer desperdiciar el pedazo de bombón que es tu pequeño cuñado y poder probarlo.
-Maldito -bufó -. Te consideré mi amigo y miras lo que haces con el hermano de mi esposa.
Jungkook pensó que tenía que cubrirse la boca con cinta para evitar decir tantas estupideces, ¿acaso quería perder la amistad con Kim?
-No podrás acercarte más a Hoseok, tendrás una orden de distanciamiento y una demanda por acoso -dijo soltándolo -. No entiendo como no pensaste en nuestra amistad por un momento de calentura.
-No sabía que era tu cuñado, lo supe en el cumpleaños de Jiho -movió su cuello adolorido -. Ya era muy tarde para desistir de mi capricho.
-Eres un hijo de...
-¡Basta! -gritó -. No vale la pena Minjae.
-¿Lo defiendes?
-No, pero no vale la pena que te ensucies las manos -pidió tomando del brazo a Minjae -. Tampoco haremos denuncia ni nada, no quiero estar en el ojo del huracán y que en la estación me miren con pena y lástima.
Hoseok ya había vivido una etapa de su vida, recordaba esas miradas y no las quería volver a tener encima.
Jungkook seguía en silencio, después del abrupto comentario había preferido no decir nada.
-Pero Hoseok -habló y fue interrumpido.
-Tranquilo, el prometerá que no lo volverá hacer -pero ¿qué carajos estás diciendo Hoseok? -dijo su cabeza.
El aludido asintió, pero al notar los brazos cruzados de ambos hombres sabía que debía decirlo con palabras. -Bueno -se rascó la cabeza -. Yo prometo no hacer ningún tipo de acto imprudente a Hoseok, no proponerle nada sexual y mantenerme alejado -alzó la mano con juramento -. Todo lo que pueda mantenerme lejos el trabajo -añadió.
Minjae no tuvo eso en cuenta, siendo que Hoseok estaba culminando el curso para policía, en cualquier momento se lo toparía, ya sea en la estación, en algún lugar de la calle o en su graduación. Ese pequeñísimo detalle se le pasó por alto a Kim.
-Si me vuelvo a enterar que estas molestando a Hoseok -apuntó con un dedo -. No seré tan dócil y te caerá una denuncia por acoso. Te lo advierto -aclaró.
-Entonces ¿nuestra amistad sigue igual? -preguntó Jungkook.
-¡Ya no hay amistad Jeon!, no creo volver a confiar en ti, luego de esto.
Hoseok suspiró, mejor daba por finalizada su "amena" charla y despachaba al pelinegro para que se largue de casa.
-Bueno, esto está muy hablado -dijo Hoseok llamando la atención de ambos hombres -. Ya puedes largarte Jeon y no regresar jamás.
Jungkook gruñó bajo, saliendo del departamento. No tenía nada más que acotar y si hablaba, solo diría estupideces y pura mierda. Ni bien terminó de poner el último pie fuera, la puerta fue cerrada con fuerza.
-¡Demonios! -murmuró -. Mejor me hubiera quedado en casa -suspiró.
▽
En una habitación con poca iluminación, se encontraba una mesa mediana como con personas sentada a su alrededor. Papeles, documentos y fotografías habían sobre la mesa, siendo miradas y pasadas, leyendo con mucho cuidado cada información. Unas manos con dedos largos y un anillo en su dedo pulgar, sostenía una fotografía de tamaño A4 de un hombre.
Observó con detalle la cabellera negra y espesa, el cuerpo grande y musculoso. Las facciones de su rostro se veían frescas y sus labios estaban inmóviles, sin ningún afán de sonreír. Jeon Jungkook lucía su uniforme de trabajo en su último operativo.
-Así que este es Jeon Jungkook -dijo con voz gruesa -. El maldito que mató a mi hermano -escupió el rostro impreso en la fotografía y luego rió -. No sabes lo que te espera Jeon.
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