Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14▽

El horario de entrenamiento había llegado a su fin, los jóvenes aprendices lucían cansados, pero contentos. Hoseok encontró a Minjae esperándolo en su auto. Se acercó para ir al lugar que tenían destinado.

El bar estaba cerrado, sin embargo, afuera se hallaba uno de los guardias. Habló con este y el motivo de su presencia tan temprano. Esperaron unos cuantos minutos y entraron, Hoseok guió a su cuñado a la oficina de su jefe. Pondría su renuncia, pero también aclararía que él era un simple mesero.

Tras acordar el pago de su trabajo y lamentar su salida tan abrupta, su jefe entendió. Hoseok esperaría el depósito en su cuenta, su jefe era muy responsable y justo, podía confiar.

Ya en casa y con el estómago vacío, preparó algo ligero, mientras estudiaba para la prueba del día siguiente. Había escuchado que ya les tocaba ir a las calles, así como los estudiantes hacían pasantías antes de graduarse, ellos también lo harían. No había podido preguntar a su cuñado sobre como serían distribuidos en las estaciones de policías.

Lo único que rogaba es que Jeon no fuera el supervisor de su grupo.

 

El sábado salió mejor de lo que esperaba y todos fueron felicitados por HyoSeop y Min. Les recordaron que el lunes tenían que estar presentes en la estación asignada que sería enviada a su correo personal. Ya no tenían que ir al campamento.

Ese sábado se comprometió cuidar a su sobrino para que su hermana y cuñado pudieran salir a una reunión importante. El pequeño de cinco años, se quedaría a dormir en el departamento de su tío.

Revisó su correo y observó que estaba en el grupo tres de las cinco estaciones policiales de la ciudad. Preparó unos tortitas con fruta para su sobrino, mientras el comía una lasaña congelada que había comprado días antes. Se sintió más tranquilo al no tener que estar pensando que debía escabullirse del idiota de Jeon, un punto a favor en su vida.

El lunes por la mañana, Hoseok se presentó en la estación junto con sus demás compañeros, asistiendo con el mismo uniforme del campamento. Después de una hora de formación obligatoria, donde pasaban lista y les recordaban sus obligaciones con la ciudadanía, se dirigieron a realizar sus actividades, excepto los novatos. Ellos tenían que acompañar a un supervisor para que les entregue su nueva vestimenta.

Cada par de novatos sería acompañado por un policía, para que vayan aprendiendo de la experiencia del otro. Tenían que alternar su estancia semanal entre las calles y la oficina, en donde el primero consistía también patrullar en el carro policial o en motocicleta, sin embargo, esta última era para quienes querían hacerlo por voluntad y tenían la capacidad económica de comprarse una moto. Hoseok le tocaba ir acompañado de su compañero HyunWoo, quién era muy extrovertido y se llevaba de maravilla con todos.

Ya en las calles, ambos novatos se sintieron nerviosos. La mañana pasó rápidamente y cuando se percataron, ya era la hora del almuerzo. Luego de alimentarse en un comedor cercano y cada uno pagando por su consumo —hasta que les proporcionen una parte de dinero para sus gastos, que incluían alimentación y transporte— salieron nuevamente a las calles y observaron a los transeúntes caminar a sus labores.

El día continuó tranquilo, el reloj marcaba las seis de la tarde y ya debían presentarse nuevamente a la estación, el policía asignado para supervisar y enseñar sus actividades se quedó aparte, el aún tenía que cumplir un horario, por lo que no podía retirarse tan temprano.

Hoseok y HyunWoo regresaron caminando, no les tomaba más de diez minutos llegar a la estación cuando notaron un pequeño tumulto de personas, gritos e insultos. Corrieron a ver que sucedía y divisaron a un hombre adulto, tirado en el frío suelo adoquinado con su pierna sangrando.

—¡Mira lo que me has hecho maldita! —gritó el señor a una muchacha parada a unos metros cerca de él.

Ella no se mostraba arrepentida, no tenía ni una pizca de remordimiento en sus ojos, Hoseok lo notó y se acercó a ella.

—Buenas noches señorita —saludó Hoseok —. Soy un novato de policía que terminaba su jornada y me retiraba a presentarme a la estación cuando escuché todo este alboroto —explicó —. ¿Puede decirme lo que pasó?

Por otro lado, HyunWoo ayudaba al hombre a sentarse y llamaba una ambulancia, estaba perdiendo mucha sangre.

—No me arrepiento de lo que hice —respondió ella —. Pueden llevarme a la cárcel, pero si tuviera que regresar el tiempo, lo haría nuevamente.

—No digo que la llevaré a la cárcel, solo quiero saber que sucedió —habló mirando a su compañero que trataba de calmar los gritos de dolor del hombre.

—El tipo me venía siguiendo desde que salí de mi trabajo —dijo mirando sus zapatos y acariciando sus brazos de manera lenta —. Al principio pensé que estaba ebrio, pero cuando empezó a proponerme cosas —ella negó —. Intentó jalarme la mano y no sólo eso, pellizcó mi nalga —murmuró un poco nerviosa.

Hoseok escuchaba atento y anotaba lo que decía la señorita en una pequeña libreta que les habían dado ese mismo día.

—Siga —animó Hoseok.

—Siempre llevó el llavero en la mano y en él hay un una figura como espada, pero cuando le presionas aquí —señaló el objeto con restos de sangre —. Sale una punta muy filuda, como una cuchilla —explicó —. Así que no dude en usarlo y como tenía mis brazos bajados, le atiné a dar en la pierna.

Las luces y sirena de la ambulancia los distrajeron, cortando lo que estaba diciendo la muchacha. —Espéreme aquí —pidió —. Debo hablar con mi compañero.

—No escaparé —respondió —. Si tengo que ir a la cárcel, lo haré.

Hoseok la miró y pensó que porque no era como la muchacha cuando Jeon le propuso su estúpido trato —chantaje era la palabra correcta. Caminó a paso rápido y jaló a HyunWoo a un lado.

—¿Qué te ha dicho el señor? —preguntó.

—Qué el caminaba tranquilamente por la calle, saludó a la joven y ella lo atacó sin motivo.

—Ella me comentó que la venia acosando desde que salió de su trabajo —dijo Hoseok mirando al hombre que era asistido por una enfermeros para ser subido a la camilla —. La llevaré a la estación para que haga la denuncia y tú iras con él, necesitamos saber sus datos —explicó.

—Si, yo iré —dijo seguro el de cabellera cobrizo —. Dame tu número para avisarte cualquier novedad —pidió y así lo hizo.

HyunWoo subió en la ambulancia junto con el hombre y Hoseok se quedó junto a la joven, caminaron hasta llegar a la estación de policía y buscó a un policía para poder saber que hacer, así que encontró a Min —la persona que había sustituido a Jeon cuando este no se encontraba— y le dijo la situación.

—Buenas noches, soy el oficial Min Yoongi —se presentó —. Me puede acompañar para hacer la declaración del altercado —pidió. Ella asintió y caminaron a una oficina. Pasaron varios minutos, cuando Hoseok recibió la llamada de su compañero, indicándole la información que había obtenido y su versión de los hechos.

Ya había oscurecido y Hoseok esperaba impaciente a que saliera la joven. No tardaron mucho y aparecieron en la sala, ella tranquila con su rostro serio, sonrió cuando vio a Hoseok y le hizo una reverencia.

—Gracias —dijo a los dos hombres.

—No se olvide que aún no se puede marchar, puede llamar a un familiar para que la acompañe —comentó el mayor.

—Si, lo haré —sacó su celular —. Con permiso —se disculpó y alejo un poco de ellos.

—HyunWoo me llamó —dijo Hoseok, al ver el rostro de confusión de Min explicó —. Mi compañero asignando. Me dio datos del hombre y aún se encuentra en el hospital.

—Llámalo, dile que enviaré a otros policías, que regrese a la estación para conversar.

Y así lo hizo, HyunWoo llegó treinta minutos después y caminó donde se encontraban Min y Jung. Les contó todo lo que había dicho el hombre y como había sucedido las cosas.

—Ya no tienen de que preocuparse —dijo Min —. Hicieron un buen trabajo, pero ustedes aún están aprendiendo y no los puedo inmiscuir en temas que no son de su rango —explicó.

Ambos asintieron.

—Ahora pueden retirarse y presentarse mañana en la mañana. Yo me quedaré aquí y asignaré este incidente a otra persona, ya que no pertenezco a esta jurisdicción —explicó —. Solo venía ver si había alguna novedad en el primer día de los novatos y si que lo hubo.

Permanecieron en silencio, le tenían un gran respeto, por lo que no sabían si estaban haciendo bien en reírse. Se inclinaron en una reverencia y se marcharon. Lucían cansados, pero felices, habían tenido un poco de emoción en su día y eso les agradaba.

Cada uno se despidió con un apretón de manos y siguió su camino a la parada del bus. Hoseok con poca energía, pero su estómago no le permitiría pasarse la hora de alimentarse, así que tomó su celular y realizó un pedido de comida rápida.

Mientras esperaba la entrega, se marchó al baño y asearse. Cuando escuchó el timbre de su departamento, se colocó unos pantaloncillos y su bata de salir del baño, su cabellos aún estaba húmedo y goteando.

—¡Ya voy! —dijo cuando insistieron en el timbre y el buscaba su cartera.

Recibió su comida y empezó a degustar de manera inmediata, cuando él timbre sonó nuevamente, tuvo un mal presentimiento.

Miró por la pequeña rendija de la puerta y notó el cuerpo musculoso y grande de Jeon.

Sabía que algo no andaba bien.

 


 

No se lo que me pasa con este Jungkook, toma vida propia y se metió en mi cabeza, decidiendo aparecer en la puerta del departamento de Hoseok. Ahora entiendo cuando dicen que los personajes hacen lo que se le da la gana en la historia y bueno, leyendo los capítulos anteriores me da gracia ver la osadía y poca vergüenza de pelinegro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro