El horrible sonido de la alarma me despierta, maldigo y miró la alarma, marcan las 7:30 ¡Mierda el trabajo!

Enciendo el móvil y leo en la pantalla <<viernes 11 de mayo>> recuerdo lo que me dijo Isaac, a mí me toca trabajar los lunes, miércoles y jueves y a Madison los martes, viernes y sábados. Sonrío, estoy feliz, hoy no me toca trabajar a mi, sino a Madison, día libre ¡Que bien!

Bostezó, aún no tengo ganas de levantarme, así que modificó la alarma para levantarme a las nueve y media y me acuesto a dormir como un tronco.

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La alarma vuelve a sonar, me despierto rápidamente, me siento en la cama, me retuerso y miró la alarma, marca las 9:30, justo como planeaba. Miró la orilla de la cómoda y recuerdo el maravilloso sueño que tuve.

Ojos azules penetrantes que me ahogaban en deseo, manos sagradas que tocaban cada parte de mi cuerpo, su tacto iba lentamente haciendo que se me erizará la piel, su lengua se deslizaba por mi cuello, mi abdomen, mi intimidad. Sus labios complacían a los míos, con besos lentos, mojados y fugaces. La forma en como desabrochaba su camisa y se quitaba la corbata mientras me veía, me excitaba. Yo amarrada a cada lado de la cama y el haciéndome gemir con un aparatito rosado entre mis labios vaginales.

Muerdo mis labios y paso mis dedos lentamente por los mimos ¡Pero dios! que sueñito el que tuve, cuanto desearía que alguien me hiciera eso. Tengo tiempo ya que no me acuesto con un hombre, la última vez fue hace unos cuatro meses y me arrepiento de todo ¡De todo! Cuánto daría por remediar el pasado y no haberme acostado con ese tipo. Scoot Freeman. Luego de esa vez, empezaron sus acosos, me perseguía a todos lados, hasta que de un día a otro. Desapareció. Y espero que nunca más lo vuelva a ver.

Me levanto de la cama y voy pasito a pasito, como una tortuga al baño. Entro, cierro la puerta y me miro en el espejo, paso mi mano por mi desordenado cabello, creo que debería hacerme un nuevo look, cojo el cepillo, el cuál está en la pequeña caja que está colgada en la pared del baño y lo paso por mi rebelde pelo una y otra vez, mientras miro a la chica de ojos azules intensos y de cabello castaño oscuro que me mira.

Me meto a la ducha y me doy un buen baño de agua caliente. El agua se desliza por mi piel, es tan refrescante. Paso mi mano lentamente por mis senos, haciendo que mis pezones se endurezcan, mis dedos se deslizan cautelosamente por mi abdomen hasta llegar a mi intimidad, cierro los ojos. La cara de Christopher se me viene a la mente. Christopher, sus manos, sus ojos azules, nunca antes había conocido a un hombre tan atractivo. Deslizó mis dedos en mi vagina y me muerdo el labio, se siente muy bien, el contacto del agua deslizándose en mi vagina, mientras froto mis dedos en la misma, con un movimiento lento y rápido a la vez, por mi lengua se deslizan gemidos, que finalmente escapan de mi boca.

Salgo de la ducha, cojo la toalla y me dirijo a la habitación, después de vestirme y preparar mi rico desayuno, decido limpiar la casa, coloco un poco de música en el equipo de sonido y me muevo de un lado para el otro con la escoba, mientras tarareo Roar de Katy Perry.

Mi móvil vibra y suena en la mesa, debe ser un mensaje, dejo la escoba a un lado y cojo el móvil, voy a notificaciones y leo <<Mensaje de Christopher>> ¡¿QUE?!

Leo unas doscientas veces más y quedó boquiabierta, no lo puedo creer ¡Christopher me escribió! Entro rápidamente en mensajes y entonces leo:

⟨⟨ Buenos días señorita Tiana ⟩⟩.

Sonrío como una tonta y me muerdo el labio, respondo:

⟨⟨ Buenos días señor Christopher ⟩⟩.

Tarda unos minutos, y entonces vuelve a sonar el móvil.

⟨⟨ ¿Cómo está?, es muy raro que me responda a esta hora, esperaba que me contestará a las 12, para así poder invitarla a almorzar ⟩⟩.

¿¡Invitarme a almorzar!? ¿Para que quiere eso? Las ilusiones se apoderan de mi y la vocecita en mi cabeza me susurra que posiblemente le guste, la calló y respondo:

⟨⟨ Estoy muy bien señor Christopher, gracias por preguntar, le contesté a está hora porque hoy tengo el día libre y puedo manejar el celular rápido ⟩⟩.

El mensaje se envía y solo pasan segundos para recibir su próximo mensaje.

⟨⟨ Me alegra que esté bien señorita Tiana, ¿Y tiene el día libre me dijo? ⟩⟩.

No sé qué contestar, muevo mis dedos en la pantalla y logró responder:

⟨⟨ Si ⟩⟩.

Suena nuevamente el móvil y leo:

⟨⟨ Que excelente noticia, ¿Y eso que tiene el día libre? ⟩⟩.

Miro el celular por un rato, pienso en lo de la nueva chica que entró al restaurante y respondo:

⟨⟨ Entró una nueva chica al restaurante, para trabajar y compartiré los días de trabajo con ella ⟩⟩.

Espero ansiosa su mensaje y cuando llega leo:

⟨⟨ Interesante, eso quiere decir que hoy puede almorzar conmigo o cenar, digo en plan de amigos ⟩⟩.

Respiro hondo, ¿Almorzar y cenar con él en plan de amigos?

Está jugando contigo, quiere primero ser tu amigo, y cuando menos lo esperes, te robará un beso.

Me dice la vocecita de mi cabeza, cada vez me llena la mente de ideas locas, que solamente pasarían en mis sueños, decido volverla a callar por un buen rato. Tengo cosas que hacer en la casa aún, así que accedo a cenar con él y le respondo:

⟨⟨ Si señor Christopher, me encantaría, pero sería mejor cenar, ya que estaré un poco ocupada, ordenando la casa ⟩⟩.

No tarda en sonar el móvil.

⟨⟨ Perfecto señorita Tiana, la llamaré para pasarla buscando ⟩⟩.

Las comisuras de mis labios, se curvan hacia arriba, formando una tonta sonrisa.

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Después de terminar de planchar mi ropa, voy directo al baño, me ducho y salgo, recibo un mensaje de Christopher donde dice que le pase la dirección de mi casa y se la mando. Dijo que iríamos a cenar a un restaurante en plan de amigos, aunque la vocecita de mi cabeza no se calla y me sigue insistiendo que quiere algo más que eso.

Me miró en el espejo, y maldigo en el intento de arreglar mi pelo, es un poco estúpido ya que no se arregla, al final me rindo y me paso el cepillo para intentar hacer un peinado decente.

Me dirijo al armario, abro el mismo y paso la mano por la ropa, no encuentro que ponerme, esto es todo un desastre. Reviso del otro lado y decido por un vestido negro sencillo, ajustado a la cintura, con escote pronunciado y con un chal de encaje transparente, tipo suéter.

Me visto y miro una y otra vez mi reflejo en el espejo, aplicó un poco de polvo en mi rostro y finalmente sonrió, estoy tan feliz, me pongo la cadena de plata que me regaló mi madre y un recuerdo abrazándome se me viene a la mente, la extraño, ya quiero que sean vacaciones para visitarla.

Reviso mi teléfono y leo en la pantalla <<7:45 pm>>.

Esto es muy raro, ya van a ser las ocho de la noche y Christopher aún no llega, me siento en la cómoda por unos minutos, hasta que suena nuevamente el móvil, voy a notificaciones y entonces leo <<Mensaje de Christopher>> ¡Al fin! Entro rápidamente en mensajes.

⟨⟨ Ya estoy abajo preciosa ⟩⟩.

¡Ah, me dijo preciosa! Con una sonrisa, respondo:

⟨⟨ Ya bajo ⟩⟩.

Salgo rápidamente de mi habitación, me miró una vez más en el espejo le doy una última sonrisa a mi reflejo y salgo de mi pieza. Voy apurada, aunque no estoy corriendo. Entro en el elevador y bajo al último piso, finalmente salgo del edificio.

Respiro hondo, para muchos caminar en tacones es fácil, para mi, no lo es. Miro a los lados y entonces mis ojos se encuentran, con unas hermosas perlas azules, ése mar profundo y tentativo. Christopher Harrys.

Parece un ángel, trae puesto un traje Armani negro de dos piezas, una camisa blanca con los dos botones de arriba abiertos y unos zapatos muy elegantes. Me acerco hasta él y lo saludo con un abrazo, lastimosamente vamos a salir en plan de amigos, me da una sonrisa y dice:

—Está muy hermosa, señorita Tiana.

—Gracias por el cumplido, usted también se ve muy bien—le digo y seguidamente me ofrece su mano, la tomo, su mano es muy grande a comparación de la mía.

Christopher me lleva hasta su auto, y me quedo boquiabierta al verlo, es un Maybach Exelero. Un hermoso automóvil deportivo de lujo, lo observó y paso la mano por el mismo, es muy hermoso, y al parecer es muy costoso, no me aguanto las ganas de preguntar y le pregunto:

—¿Es tuyo?

—Si, ¿Te gusta?—me pregunta Christopher con una sonrisa.

—Si, es hermoso—asiento y el vuelve a sonreír, seguidamente abre la puerta.

—Entra, hoy será tú mejor noche.

Le hago caso, entro y me acomodó en el asiento, él cierra la puerta, y se dirige al otro lado para montarse en el asiento del conductor.

—¿Estás lista nena?—lame su labio inferior.

—Si, estoy lista—le doy una sonrisa, y así empezamos la noche.