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CAPITULO 14. MAGENTA.

— ¿El muchacho no quiere hablar?-

Christopher llego con una carpeta de investigación, miro a su jefe esa mañana acomodado en su escritorio, eso fue lo que le respondió cuando le dijo que no tenia ningún testimonio.

—No, parece que ni con sus padres, solo ha dicho que quiere ver a Lian, su hermano, pero su familia se lo niega temen que su hermano lo ataque.

— ¿de que hablan?- cerro de golpe su computador y se paro acercándose a la ventana de su oficina, con ese traje y su arma por un lado.

— Se les metió la idea de que todo haya sido una trampa de su propio hermano para atacarlo.

— ¿es una broma?, es solo un mocoso, y aun con esa edad no dudaría que su mente maquine algo tan malévolo, pero él, no, ya lo investigue muy bien solo fue el eslabon mas débil de esa familia al menos en ese momento.

— ¿entonces? ¿Qué haremos?

—hablare con la familia, me importa un carajo lo que crean, necesito el testimonio de Elias Soler.

El Teniente salio molesto tomando su chaqueta y le hizo una seña con su mano para indicarle seguirlo, tenia suficientes problemas en la comisaria como para que la propia victima se negara a declarar, a como avanzaba el caso era un rompecabezas, no tenían exactamente pruebas de los atacantes y encima tenia a los familiares llamándole todos los días para tener noticias del caso.

Christopher lo siguió de igual forma, tenia una cara de cansancio, sus ojos ojerosos eran notorios, además le dolia todo el cuerpo por los entrenamientos duros. Ademas tenían otro caso agregado, se paso corriendo por sus cosas en su mini oficina y miro a Luisa que parecía estar regañando a sus pupilos con una cara de miedo. Asi era de dura, no toleraba errores continuos pero pese a todo eso cuando el jovencito paso le hizo una sonrisita y volvió a su plática.

Cuando el Teniente Honey se metio al auto junto con Chris lo miro y luego solto asi como si nada.

— ¿sucede algo entre ustedes dos?

— ¿Cómo dice Teniente?

—Oh vamos, he notado esa mirada, me refiero a entre tú y Luisa.

—No es nada, enserio.

—Lo que digas... pero no mezcles cosas de tu vida personal con el trabajo.

— ¿es porque ella es mayor que yo?

— ¿Qué?... No, no, es solo que no quiero ver tensiones de pareja en el trabajo.

—Es solo trabajo, lo aseguro.

Christopher se sonrojo por completo pero fue firme en lo que dijo, realmente no sucedia nada, pero incluso el notaba que entre ellos habia mas confianza desde que ella lo entrenaba personalmente, era despiadada cuando luchaba con él, pero también tirarlo al piso constantemente cuerpo a cuerpo lo hacia sentir extraño.


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— ¿y que tal tu guardia?

—Pesada, la chica del 812 me tiene cansada.- la enferma de turno hizo una cara de fastidio pero siguió escribiendo en su block de notas.

—Pero esta sedada.

—Pues cuando no lo esta, no deja de arrojar cosas, ya retiramos cosas que pudiese usar para lastimarse. Rechaza a todos, incluso a su familia, no quiere ver a nadie, pobre chica tan joven, tan hermosa pero con la cabeza dañada.

—Olivia Santini es un caso, vi la nota en los medios es un problema, no dejan de hablar en los tabloides de chismes.

— ¡Ya lo se!, pero imagínate aparentemente una señorita de buena cuna pero con ese historial. Su familia esta devastada, la esposa de su padre me ha dicho que la mantenga sedada porque siempre ha mostrado esa conducta agresiva. Dijo que tuviese cuidado.

Mientras los chismes estaban a flor de piel, las enfermeras salieron del cuarto de donde habían dejado los alimentos a Elías.

El chico estaba aparentemente durmiendo por la noche era cuando descansaba de todo, no había visitas y además tenia ya dos semanas sin dormir.

Se recuperaba lento, había dado muchas declaraciones, su familia iba y venia y ahora estaba bajo sus propias reglas. Nadie que no fuese su hermano podía entrar, es decir su familia solo lo veía cuando "estaba descansando" pero todo era mentira, no quería ver a nadie, no confiaba en nadie y además la ultima vez que había hablado con sus padres solicito que solo Lian podía hablar con él y que de ahora en adelante su hermano estaría solo con él.

Aunque lo interrogaron por lo de su compromiso negó que estuviese relacionado con su atentado pero afirmo que todo se había terminado, sin embargo, no daría mas datos y por recomendación del médico era mejor no agobiarlo.

Sus amigos también lo visitaban y era cuando realmente se sentía mejor, solo a ellos pudo contarles lo sucedido y ambos aceptaron callarse junto con Lian que tampoco podía creerlo de su hermano mayor, aunque ya sospechaba desde hace tiempo. Es por eso que Daniel ahora tenia bajo su techo a su hermano y esta vez no huiría, Lian le había prometido a su hermano enmendarse todo porque se sentía culpable.

Una vez que las enfermeras salieron de la habitación, se levanto de su cama poco a poco. El cuerpo le dolía como los mil demonios, tenia una enorme venda al estomago y muchas soluciones que iban de sueros colgados conectados a su cuerpo.

—Tienes que recuperarte Elias, tienes que hacerlo. Tienes que saber quien quiso matarte. ¿Pero que Soler esta involucrado?- hablaba consigo mismo para no perder la cabeza.

Tenia mil teorías armando con su hermano, poco a poco confiaba en los Tenientes, solo fue hasta que Daniel lo convenció de que ellos podían ayudar porque conocía al que llevaría el caso, el mismo que había salvado a su amigo en su reciente accidente y secuestro. Incluso solo a el le había confesado lo de su excompromiso, con la condición de no revelarlo a su familia, aun no tenia cabeza para saber que hacer mas adelante.

Las enfermeras entraron poco a poco a la habitación de Olivia, para su fortuna estaba el psiquiatra conversando con Olivia pero la chica solo estaba como ida.

—Ya disminui sus sedantes, pero la siento un poco desorientada ¿acataron mis ordenes?

—Si doctor Luna, como usted lo dijo.- mintió la enfermera a cargo pero la verdad era que desde hace una semana había doblado la dosis por ordenes de la esposa del padre de Olivia.

—Olivia, quiero ayudarte, enserio quiero que superes esto. Se que eres fuerte, estare por aquí visitándote hasta que te canses de mis visitas y aceptes hablar.

Pero Olivia no emitía ninguna palabra. Solo se quedaba mirando en un punto, a veces lloraba y gritaba pero solo era porque peleaba cada vez que le administraban sus sedantes.

Una vez que el médico salió, ella se acomodo en la cama y cerro los ojos para dormir.

No la habían dado de alta porque su estado mental era de agresividad y temian que atentara contra su propia vida de nuevo, las muñecas aun vendadas con los brazos los atados le impedían hacerse daño.

Escucho ruido aun en su habitación, pero no se dio vuelta para ver quien era, no desperto y escucho solo lo que decían.

— ¿iras a la fiesta mañana?

—No lo se, no tengo con quien ir.

—Ni yo pero será divertido, me gustaría invitar al chico del 809 es atractivo, joven.

—ya lo se "el chico milagro", realmente deber ser fuerte, mira que sobrevivir a ese atentado y luego dos paros seguidos, en verdad es todo un caso. Pero dudo que quiera salir con alguien después de su ruptura.

— ¿Por qué sabes tanto?

—debes ver los chismes, los medios están sobre él y toda su familia, además la exnovia que es realmente bonita ahora esta siendo atacada, lo culpan a él. No saben porque rompió su compromiso de esa forma. Pero bueno, no todos los hombres son perfectos.

—ya vamos deja eso y vamos a los demás pisos. Aquí solo están ellos dos.

Y era verdad, era un piso donde solo tenían a los casos mas graves o de más cuidado solo que en ese momento y por la gravedad del caso de Elias, mantenían ese piso solo con ellos vigilados por policías para que ningún elemento sospechoso subiera al piso. A Olivia la tenían porque era de peligro incluso para los demás pacientes y por las crisis que se aventaba por las noches.

Esa noche Elías no podía dormir, los gritos lo despertaron nuevamente y se acomodo unas almohadas para bloquear el ruido pero era imposible.

—Maldita sea, parece que la están matando. Solo quiero dormir, solo unos minutos.-rogaba apretando los ojos e intentando dormir con las almohadas pegadas a los oídos.

Pero en el cuarto de Olivia se estaban haciendo añicos, era cuando aprovechaban para que se bañara, las enfermeras lidiaban con eso, pero al dormirla de nuevo era todo un caos, habían cambiado los sedantes vía intravenosa a oral. Hasta que lograron hacer que durmiera.

Fue entonces que Elías pudo dormir o eso pensó.

Parado en su ventana observaba las luces de la ciudad, la lluvia con color magenta mezclada con las luces lo hacia lucir como un sueño del cual ya estaba queriendo despertar, o mas bien una pesadilla porque esos días encerrado lo estaban asfixiando. Desde lo alto podía ver que afuera la vida aun seguía.

Cuando dio la vuelta para irse a dormir, atra vez de su puerta entre abierta noto una sombra que pareció irse rápido. Temeroso camino y se asomo, apenas podía caminar pero noto que una chica con una bata de hospital, corriendo hacia las escaleras, iba a salir de su habitación pero escucho un ruido.

De pronto vio como la chica regreso y paso corriendo frente a su puerta y un montón de enfermeras detrás de ella. Después todo fue un caos, tardaron más de media hora en estabilizarla hasta que un medico de piel morena y bastante joven llego para tranquilizarla. Se escuchaban gritos de forcejeo y lucha, y otros de voces para tranquilizar, parecía que escuchaba una pelea de box, no era para mas algunos enfermeros terminaban arañados.

Elías solo movió la cabeza y cerró su puerta para disponerse a dormir.

 Por la mañana mientras desayunaba sus amigos habían ido de visita, era un poco cansado porque ellos tenían que viajar para moverse a otra ciudad, pero aunque les había rogado que no era necesario insistían.

—Elías, ya casi es un mes que estas aquí, es posible que en poco tiempo te den de alta. ¿Regresaras a la universidad?

—No lo se Dani, no se si quiero lidiar con todo.

—Tu no tienes porque esconderte, amigo yo seré tu guardián, enserio ire a entrenar con esos policías ya me dieron permiso.

—El equipo te extraña.

—Lamento arruinar el campeonato.

—Descuida, el año siguiente será.

—Saliendo del hospital, me iré a vivir a un departamento.

— ¡¿Qué?!

Elías había tomado esa decisión desde hacia tiempo,solo él y su hermano Lian. Su familia casi dio el grito en el cielo, pero deesa forma se sentía mas seguro, sin embargo logro convencerlos diciendo que se involucraría mas en los negocios. Aunque solo era parte de su plan por descubririnformación de toda su familia, conexiones, algo que no lo ideo solo, si no quetramo con el Teniente.


Al principio desconfió pero Daniel lo convenció que era de fiar.

Cuando fue la hora de la comida, no había nadie en ese horario aunque era de visita, además era cambio de turno la mayoría del personal del Hospital como todos los días desaparecía.

Mientras veía TV escucho pasos primero eran poco ruidosos pero luego fue un poco mas rápido, salto de la cama y noto otra vez a la chica, primero dejo que pasara lo de siempre que se regresaría corriendo con las enfermeras listas para sedarla pero no fue asi, fue entonces que lo entendió todo.

Se arranco el suero y salió corriendo de su habitación, no cruzo las escaleras que estaban custodiadas, ni tampoco uso el ascensor pero si recordó otra via. Como pudo llego hasta la terraza, era amplia y a muchos pies de altura.

Fue entonces que la vio parada decía algo pero no lograba entender que era. Ella abrio sus manos y lo único que pudo hacer Elías fue correr y jalarla hacia él. Se cayo con ella de espaldas al suelo pero la chica pataleaba para quitárselo de en encima.

— ¡¿Qué haces estas loca?!

—Déjame en paz, suéltame – mientras forcejeaba con ella la sujeto como pudo hasta que se subió casi arriba de ella, por fin la miro a la cara, lucia muy cansada, triste, demacrada, enojada— suéltame, déjame, no te metas en mis asuntos.

—Olivia... - dijo, apenas recordó su nombre—Voy a dejarte libre si te calmas, y me prometas que no vas a saltar. ¿Está bien?

—Que te hace creer que voy a hacerte caso.

—Se que no lo harás, por eso traje esto. — de su bolsillo saco una jeringa y sin dudarlo se la clavo en la pierna de la chica sin que pudiese decir algo. Solo se escuchó un quejido.

—Pero que fue lo que hiciste, tu estúpido. - Lo empezó a golpear— ¿porque me siento mareada? -la chica empezaba a ver borroso y todo le daba vueltas como si estuviese borracha.

—Es un sedante, lo lamento Olivia, pero es lo mejor, después me agradecerás, por cierto, soy Elías. – esas fueron las palabras que el chico alcanzo a decir hasta que Olivia se desvaneció

La tomo en los brazos y la cargo como pudo bajándola por las escaleras, bajo con cuidado, decidió no hacerlo por el elevador o seguramente asustaría las personas que bajaban. Llegando se encontró con un montón de enfermeros asustados que minutos antes buscaban a Olivia por todo el edificio.

Salieron corriendo para ayudar al chico que sostenía a Olivia toda sedada, se la quitaron y la auxiliaron.

— ¿Y esta sangre?, ¡por dios! ¿Qué hizo esta mujer nuevamente? – dijo uno de los enfermeros al notarle sangre en la bata.

—Solo esta dormida, le administre un sedante y la sangre bueno... es mía- el chico se desplomo enfrente de todos con el abdomen sangrante. Elías no se había recuperado por completo, y sus heridas se habían abierto por el esfuerzo que había hecho al cargarla.

Había enfermeros y médicos corriendo en ese piso de recuperación auxiliando a los dos muchachos que se encontraban custodiados por policías y agentes. El piso era un caos, había familiares que se miraban entre si por el desastre ocasionado. Trataban de no estorbar mientras atendían a los dos chicos.

—Háblenle al Doctor Dariel Luna, su paciente requerirá ajuste en sedantes.

Se llevaron al chico a su cuarto de recuperación y la chica a uno que estaba a 4 habitaciones.


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—sabes que no debes hacer esfuerzo, ¿querías hacerte el héroe?

—doctor solo quería ayudar, ¿ella esta bien?- pregunto Elías mirando al medico que lo estaba examinando y vendando la herida.

—si, lo de siempre, estará sedada algunos días quizá.

—Oh, lo siento por ella. No creo que la este pasando del todo bien.

—solo fueron unos puntos abiertos pero estarás bien. Sin embargo pasaras un poco mas de tiempo para vigilarte mejor.

—gracias.

—Cariño no debiste involucrarte esa niña no esta bien de la cabeza ¿y si te ataca?- la madre de Elias que había llegado justo cuando noto que no estaba su hijo en su habitación habia visto todo el desastre de ese dia.

—no lo creo, quizá solo esta desesperada porque la siguen durmiendo.

—no lo se pero mira lo que te traje- de su bolso saco una hoja de papel medio doblada y se la extendió.

—oh es una carta...

—es de Valentina, ella te extraña le dije que los niños no pueden pasar pero ella te envio esto.

"QUERIDO TIO RECUPERATE PRONTO, TE EXTRAÑO". La carta era ese texto escrito con crayones de colores, el dibujo de un osito que decía Elias y una niña que decía "yo".

—Ella es muy dulce.- la sonrisa de Elias se dibujo en su rostro con ver esa nota y ese dibujo.

—Gael pregunta por ti, no es que no quiera verte pero esta tan ocupado el...

—Esta bien, por ahora no quiero ver a nadie mas, deje que pasaras pero sabes mis desiciones.

—hijo me preocupas, tu no eres asi, dime que paso ¿Por qué rompiste tu comprimiso con?

—¡Mamá ya basta! te dije que no la menciones, ya no quiero saber nada de ella.

—esta bien, hijo solo quiero tu felicidad, eso es todo.

Su madre no insisitio y una vez que el medico termino se retiraron de la habitacion, dejando descansarlo por un momento.

Elias ojeaba un libro y con su computadora hacia algunas tareas, la universidad ya habia comenzado de nuevo, asi que solo hacia algunas tareas en línea, estaba tan metido en su computador que apenas y escucho el "toc, toc" de la puerta, como era la hora de la comida sabia que las enfermas entraban, dejaban la comida y se iban.

—Adelante, pase- dijo sin dejar de teclear y con los anteojos puestos.

— ¿Elias?

La voz dulce y hermosa de Corina lo hizo paralizarse. Ahí estaba con lo que no habia querido lidiar en mucho tiempo. Cerró la computadora de golpe y volteo a verla.

— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo pasaste?

—dije que era tu hermana.

— Se te dan bien las mentiras, ahora entiendo... vete, no quiero verte.- hablo en tono serio y molesto y le quito la mirada.

—pero yo si necesitaba verte, Elias me haces falta. Se que te hice daño pero debemos hablar

— ¿de que vamos a hablar? ¿De que te metiste con mi hermano? ¿Que me ocultaste un embarazo? ¿En que estabas pensando?- su tono fue subiendo, casi estaba gritando pero ella se acerco temeroso y sollozando con mucho arrepentimiento.

—no me puedes juzgar Elias, sabias mi situacion, no estaba lista.

—y querias empezar un matrimonio asi, con mentiras. Corina me mentiste, me engañaste, te deshiciste de una parte de mi, tu misma decias que la confianza lo era todo. ¡Maldita sea Corina! incluso me dijiste que querias una familia muy pronto. ¿Cuándo ibas a decírmelo?- Elias se solto a llorar hablando con la garganta hecha nudo, pero sus ojos también mostraban resentimiento, odio y tristeza.

—Elias basta, no puedes decirme todo eso, si, te menti, me equivoque pero en verdad te amo, en verdad lo hago, Gael ya no significa nada para mi. Por favor.- la chica tomo el brazo de Elias rogando porque la escuchara pero el ya nisiquiera le sostenia la mirada.

—vete...

—pero

— ¡QUE TE VAYAS! no vuelvas, enserio no vuelvas, si algun dia nos volvemos a topar hare como si jamas te hubiese conocido. No te preocupes dire que fue mi decisión, yo te engañe, que yo soy el peor de todos, no seras victima de ningún chisme, tu familia estará a salvo, te lo aseguro. Dejame en paz, tengo otros problemas más importantes que resolver.

Corina salió llorando de la habitación, pero Elías estaba mas que destrozado, empezó a llorar en su cama y a golpearse. Tomo las almohadas y las arrojo al suelo. Se desplomo en su cama y y se tapo la cara llorando.


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Unos pasos se escucharon subiendo las escaleras a toda velocidad, su rostro empapado en lágrimas y ojos enrojecidos le nublaban la vista. Se dirigió al borde, por un momento se tranquilizo por el hermoso atardecer pero aun así siguió pensando.

 Se quedo unos minutos retrocediendo un poco, de rodillas desplomándose en el suelo y poniendo sus manos en el piso, quito las vendas que rodeaban sus muñecas dejando ver sus cicatrices que aun no sanaban, comenzó a llorar y se paro suspiro. Dio como mil vueltas tratando de calmarse pero en su mente solo estaba la desesperación, solo que ya tenia ideas de arrojarse, solo quería aire fresco.

—Llevas como 10 minutos tratando de lanzarte pero parece que haces un drama, dime ¿te arrepientes no es así?

La voz varonil pero un poco melancólica se escucho a su espalda y Olivia se exalto tocándose el pecho del susto, según ella ahí no había nadie, excepto ese muchacho de cabello castaño, vestido con su bata del hospital escondido detrás de un muro y sentado mirando al horizonte.

— ¿tu otra vez?

—No voy a detenerte ya no me quedan fuerzas de cargarte, asi que quizá después que lo hagas lo hare yo, o no realmente no lo se. Pero me da curiosidad que te lleva a eso, llevo toda la mañana aquí escondido, solo quería que me dejaran respirar un momento, me hacen preguntas y yo solo no se que hacer.

— ¿También ibas a...?

—No no, claro que no, tu querías quitarte la vida y a mi trataron de quitármela, lo mas chistoso es que se confundieron de persona pero incluso si lo hubiesen hecho esta bien esa noche el corazón se me hizo pedazos. Pero aun asi salve a mi hermano ahora mi vida es un desastre, la policía me cuestiona, la prensa esta sobre mi cabeza, mi familia esta preocupada, otros desean quiza que desaparezca, y yo solo ahora voy a tejer un red de mentiras para estabilizar todo. ¿quieres?

Olivia se quedo un poco desconcertada, ella se veia lamentable pero aquel chico se veia peor. Estaba en un rincon sentado, con la mirada perdida y con su ropa de hospital. Tenia una botella de alcohol que le extendía para que probara, por un momento olvido que se sentía miserable y se la quito para que no siguiera tomando.

— ¿que medicamentos estas tomando? no puedes tomar alcohol

—Tuve que darle mi reloj de edición limitada a un tipo por esa botellita, sabes, estoy mareado y tengo una alta tolerancia al alcohol asi que, era corriente o hizo interacción con los medicamentos, quizá si me aviento ahora no sentiré dolor, el dolor de mi corazón es peor, solo quiero llorar solo, no quiero que mi familia me vea destruido, siempre me mostré alegre, firme, acepte y agache la cabeza muchas veces como buen hijo, hermano, tio, amigo y amante. Pero ya no quiero fingir caras frente a todos. Pero no se si tengo fuerzas. Di todo lo que tenia por algo que pensé valía la pena. Pero me defraudó, soy un estúpido, dame esa botella.

—No...

—Dámela ahora- Elías se paro tambaleante pidiendo su botellas pero ella se negó y la arrojo varios metros haciéndola quebrar en pedacitos.

—Arrojaste mi botella...

—Escucha no soy buena dando consejos sobre esto pero no deberías estar aquí, ni con esto podrias hacerte daño.

—Yo estaba aqui, tú llegaste a interrumpir mi soledad que tanto queria, este es mi lugar, no me dejabas dormir con tus gritos.

— ¿mis gritos?

—Si, solo quiero que me dejen en paz, quiero un momento de estabilidad solo eso...

Elias volvió a donde estaba sentado y se desplomo nuevamente, Olivia se sento a su lado y lo miro, en verdad se veía mal, no mostraba esa fortaleza que le había mostrado a ella cuando la salvo ni tampoco la hermosa sonrisa. Le causaba curiosidad porque estaria ese muchacho que ahora tenia una mirada perdida y depresiva.

— ¿Cómo sabias mi nombre? Es decir lo dijiste como si me conocieras, y lo siento pero no te recuerdo de otro lugar.

—Las enfermeras hablaban mucho de ti, cuando recupere la conciencia todos los recuerdos vinieron a mi mente todos, incluso lo que escuchaba dormido, en esos días hablaron de ti, y de como batallaban para hacerte comer las pastillas.

— ¿Qué hay de la ocasión en que me salvaste?

—Escuche pasos afuera de mi habitación me asome y te vi, pensé que regresarías como siempre siendo perseguida por las enfermeras, eso es gracioso- sonrió por fin pero solo fue por que eso le parecía chistoso— pero luego vi que no volvías y me fui detrás de ti, me arranque la aguja y salí corriendo, como pude, me dolía el estómago, el vendaje se me soltó y subir esas escaleras no se fue un gran esfuerzo.

— ¿Por qué me salvaste?

— ¿Por qué?, estoy seguro que el destino tiene algo mejor para ti, si no esa noche habrías muerto, ambos, supongo que no es tan fácil irse. Y yo te vi salir supongo que tenia que hacer mi parte o mi misión.

— ¿dices que tienes una especie de misión?

—Creo, pero ahora mi vida esta en riesgo, aunque todo me recuerda a que mi futuro se acabo, vivire el presente según mis decisiones, y confiar menos en la gente, aunque en este momento me siento destruido, mi ex prometida quiere arrgelar las cosas pero me siento engañado y traicionado.

Elias se soltó a llorar y se acurruco en el cuello de Olivia sin pedir permiso, ella se quedo inmóvil, por el momento no soportaba ningún afecto pero dejo que el soltara todo, de alguna forma se lo debía, pero aunque estaba consolando a un extraño sentía que debía hacerlo.

Paso su mano sobre la cabeza del chico y palmeo un poco su cabeza, el aire en esa azotea le alborto los mechones negros y luego suspiro profundo.

—Mi vida es más miserable que la tuya. Me enamore de un chico muy lindo, en verdad él es perfecto o eso crei, me engaño me uso y fui la burla de la escuela, de la Ciudad, soy la vergüenza de la familia y por si fuera poco soy la causante de toda esta desgracia incluso de la muerte de mi madre, ¿sigo? ¿Crees que tu vida sigue siendo miserable?

— ¿a caso es competencia?

—Te contare la mia si tu me cuentas la tuya...

Elias sonrió, con los ojos llorosos, empezó a contarle parte de su vida, como si estuviese escribiendo en un diario contando todo, hasta el mas mínimo detalle, desde que abandono la natación, sus problemas familiares, sobre Lian y el pleito con su padre y hasta toda su vida amorosa. No era como si fuese fácil abririe con una extraña pero el alcohol que habia bebido le estaba soltando la lengua.

Por su parte Olivia conto como había sido toda su infancia, su fragmentada familia y el lio con su madrastra y hasta el hermano que ni ella sabia que tenia, cuando toco el tema de su antiguo amante William trato de no sonar vengativa, solo su error en confiar en el y todo el proceso que paso en su antigua Universidad.

Cuando ambos llegaron a sus fatídicas noches en que su vida casi termina la botella ya estaba oscuro, Olivia ayudo al castaño a bajar poco a poco las escaleras, se escabulleron de las miradas para ingresar a sus cuartos. Se despidieron sonriendo y ya en sus camas un poco mareados ambos sabían que un gran peso había sido liberado, contarle a un extraño sus problemas había resultado, sin embargo eso no significaba que todo estaría bien, pero ese día y por el momento descansarían.

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