Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 15.-Apología.

Nariyuki salía de la casa de Mafuyu, siendo acompañada por ella. Ambos se despidieron con un beso rápido en los labios, marchándose él del lugar.

Mafuyu se llevó la mano al pecho en cuanto vio a su amado retirarse por las escaleras del edificio, pero no había de otra. Eran las cinco de la tarde, se verían el día de mañana en su oficina.

Por alguna extraña razón, Nariyuki se sentía observado, incluso miraba a todos lados para ver que nadie lo siguiera o espiara, que en todo caso sería su hermana con tendencias incestuosas. Era imposible, ella pensaba que él seguía en la academia.

Sus dudas se aclararon cuando vio a Fumino a lo lejos, esperándolo en la sombra de un árbol.

-Hola, galán. –Se burló ella.

-¿Cómo sabes donde vive la profesora?

-Una vez vinimos Uruka y yo a su casa para una sesión de tutoría el fin de semana.

-Rayos, ya no me siento tan especial. –Se quejó él, enchinando los ojos.

-No seas elitista, Yuiga. –Rió Fumino. –Pasaba por aquí y dije, iré a visitarlos, pero veo que tardé mucho.

-Hum...no recuerdo si Mafuyu sabe que tú sabes lo nuestro. Es raro, pero es verdad.

-¿No se lo has dicho?

-¡¿Estás loca?! Ella se enojaría mucho. Se supone que nadie sabe de lo nuestro, ni siquiera tú, Fumino.

-Nah, no pasa nada, igual ya lo sabe. –Digo ella, haciendo un gesto de tranquilidad. –Bueno, vayamos a la estación.

Los dos buenos amigos caminaron a la estación del tren. Tomarían la misma línea, salvo que uno la tomaría al norte y el otro al sur.

Cuando llegó la hora de despedirse, lo hicieron, naturalmente. Sonriéndose tras la puerta del tren que cada uno tomaría.

En cuanto el tren salió de la estación, Fumino sacó sus hojas, acomodándolas lo más que pudo. Ya iba sentada, así que se puso a escribir con su pluma fuente.

Siempre se dolían mucho al despedirse, pero era algo necesario para que nadie sospechara de su unión.

Nariyuki llegó a su casa tirando la mochila en la entrada, sacando sus libretas para, tras descansar unos minutos, ponerse a hacer las tareas que tenía.

La verdad era que la recomendación ya le daba igual, prefería estar con Mafuyu a tener alguna que otra tarea atrasada. De esas, justamente, iba a hacer. Sus calificaciones eran levemente más altas, así que tendría la recomendación de forma segura, aparte de que Mafuyu lo calificaría con un rotundo diez.

Pensaba en Mafuyu a la vez que hacía la tarea de su materia, sonriendo de forma inconsciente a la vez que trabajaba en su libreta.

No sabía por qué, pero esa noche no pudo dormir. Tenía insomnio, algo que no le pasaba más que cuando pensaba en cosas relacionadas con Mafuyu antes de ser novios.

En ese momento, él no se sentía mal, ni se preocupaba por ella, aunque algo no lo dejaba dormir, teniéndolo con mucho cuidado. Fue que por fin Nariyuki concilió el sueño dos horas más tarde de lo habitual, pareciéndole tan extraño al ya ser mucho tiempo de sentirse así de mal.

Quien sabe que tendría en aquel momento.

Sería innecesario decir que, en cuanto Nariyuki despertó al día siguiente, se sentía muy cansado, con sueño y ojeras. No tenía ganas de nada, en realidad, pero debía ir a la escuela para tener todo bien con sus calificaciones y para ver a su enamorada.

La segunda razón era la que más le agradaba, y lo único que lo obligaba a levantarse, de hecho.

Para buena fortuna, un buen café y un poco de caminata le vino muy bien. Ese día, él se sentía feliz a pesar del cansancio con el que se levantó y del que todavía quedaban rastros.

Quizá la clase con Mafuyu lo despertaría, o la clase con el profesor Karu, pero esa era hasta después. La vería a ella a la segunda clase, lo cual le tenía bastante animado.

Por lo menos las cosas iban para bien, pero no leería en el tren para no quedarse dormido, que no era dudoso que pudiera suceder. Mensajeaba con Mafuyu antes de que ella empezara a manejar, y ella también le dijo que le costó un poco más de trabajo dormirse la noche anterior, aunque no amaneció tan mal como su contrario.

Quizá algo se quisieron decir y no lo hicieron, de ahí que las mentes de ambos, preocupadas por lo que no hicieron o dijeron, tuvieran problemas para dormir esa noche.

"Seguro no fue nada importante"

Fue la respuesta de Mafuyu antes de que ella subiera al auto y de ahí se fuera a la academia. No hubo más respuesta de su parte. Ya se verían en algún otro momento, así tardaran un poco más en saber que les afectaba.

En la academia, Uruka caminaba con bastante goce, sintiéndose muy feliz ya que ese día tendría entrenamiento. Se encontró en los pasillos a Rizu, quien se notaba tenía bastante prisa.

-Hola, Rizu. –La mencionada la pasó de largo. -¿Eh?...

Uruka se extrañó que ella la pasara de largo, volteándola a ver incluso de la espalda. Seguía con prisa, e iba al segundo piso de la academia.

-¿Qué le sucederá el día de hoy?...¿Seguirá molesta por lo de ayer?

Ignorando todo lo demás, Uruka continuó su camino a su salón. No había pisado el aula pero ya quería irse de.

Fumino ya se encontraba ahí, seguía escribiendo su pequeño manuscrito, sonriendo de satisfacción e, incluso, sonrojándose ya que describía una escena bastante erótica, lo cual también le daba mucha risa.

Sabía a la perfección que ninguno de los dos sería capaz de hacer algo así...

-¡Wah! ¡Fuminocci, estás roja de la cara! –Exclamó Uruka, un poco asustada al pensar que su amiga estaba enferma.

-Lo sé. –Sonrió ella, tímidamente. –Es por lo que estoy escribiendo.

-...A ver. –La chica se acercó para leer el manuscrito, sonrojándose de arriba abajo tras llegar a la parte "buena". -¡Fuminocci, eres una pervertida!

-No necesariamente...pero es tierno.

-No lo niego, aunque...dudo mucho que Nariyuki haga algo así.

En cuanto Nariyuki entró en el salón, las dos chicas lo miraron, luego se vieron ellas. De inmediato, fueron con el chico, arrinconándolo.

-¿Les sucede algo? –Preguntó él.

-¿Qué te parece esto? –Fumino le dio el manuscrito, por lo que Nariyuki lo leyó, sonrojándose bastante. -¿Le harías algo así a la profesora?

-¡¿Qué?! –Nariyuki recordó esa tarde. -¡Pa-pa-para nada!

Uruka notó que Nariyuki se había puesto muy nervioso, por lo que ella soltó un jadeo de sorpresa, pensando que había pasado lo que, en efecto, pasó.

-¡No me digas que tú y la profesora!

Fumino también se sorprendió. De entre todo lo que ella escribía en su manuscrito inspirado en la relación de esos dos, nunca se le pasó por la mente que las escenas eróticas en verdad sucedieran entre ellos dos.

-¡¿En dónde fue?! ¡¿En tú casa?! ¡¿En un hotel de paso?! –Exclamó Uruka. Nariyuki la chitó muy fuerte.

-¡N-no tengo por qué contarles!

-¡Entonces sí que lo hicieron! –Exclamó Fumino, sumamente sorprendida.

Para no quemarse más con sus dos compañeras, mejor Nariyuki se quedó callado, aunque eso evidenció más la cuestión que se discutía.

Tras la enorme sorpresa, tanto Fumino como Uruka lanzaron un "awww" ya que les sorprendía que ellos dos se amaran tanto para haberse entregado de esa manera.

Vaya que fue curiosa la situación, pero así era.

Mafuyu caminaba con algunos documentos en las manos, viendo como Ogata salía de la oficina del director. La chica se notó asustada, sorprendida de verla.

-Buenos días, Ogata. Quería aprovechar ahora que te encuentro...en verdad lo de ayer no fue a propósito, le iba a preguntar a todas por igual, no era alguna indirecta. Perdóname si herí tus sentimientos.

La muchacha no le creyó nada, por lo que no se sintió afectada de ninguna manera. Simplemente, y para que no fuera pretexto para que la reprobara en las tutorías o en la clase, ella negó con la cabeza.

-No se preocupe, creo que exageré las cosas.

-¡Bien! Me alegra mucho escuchar eso, así que nos vemos después de clases. Vas muy bien, Ogata, seguramente lograrás lo que te propones.

-Gracias, profesora. –Ogata sonrió de forma hipócrita, retirándose lo más rápido que pudo. Mafuyu continuó su camino hacía su oficina.

Cuando tocó el turno de que Mafuyu diera clase en el salón de Nariyuki, ella no llegaba, y vaya que se tardaba bastante. Llevaba cinco minutos de retraso, algo muy impropio de cualquier profesor (japonés :v), y muchísimo más de la propia Mafuyu, la cual siempre llegaba incluso un poco antes. Algo no andaba bien.

Todos los alumnos estaban bastante extrañados, puesto que les sorprendía. Nariyuki se quedó pensando, ¿acaso la profesora se había ocupado en algo? Con la carga de trabajo que ella llevaba, era más que probable que sí.

Fumino veía por la ventana, pensando en un nuevo fragmento para su manuscrito. Se trataría sobre el villano de la trama, que era un competidor del seudo Nariyuki, con el que libraba una batalla campal por el amor de la profesora de la historia.

Le dejó rosas y un chocolate afuera de su oficina, demostrando que tenía más valentía que su contrincante. La profesora se quedó extrañada, incluso pensando que eran de su enamorado, pero nada más lejos de la realidad. Un error fatal, ya que él podría aprovechar y decir que, en efecto, se las había dejado en la puerta de su oficina.

-Me encantan las peleas de pareja. Me recuerda tanto a Anna Karenina.

-¿Qué balbuceas, Fuminocci? –Preguntó Uruka.

-No es nada importante. –Suspiró la mencionada, sacando corazones de las orejas.

La puerta del salón fue corrida, un alumno de otro grupo entró a éste.

-Nariyuki, te llama el director.

-¿A mí? –Preguntó, saliendo del salón. –Quizá sea sobre la recomendación...ya se acabará el año y, seguramente, será para evaluar mi rendimiento. –Pensó.

El muchacho que lo acompañaba se quedó afuera, invitándolo a pasar.

-Buena suerte, amigo. –Dijo, a modo de consolación, retirándose sin más.

Ahora Nariyuki abrió la puerta de la dirección, llevándose el mayor disgusto de toda su vida.

El director lo miraba muy seriamente, incluso molesto. Mafuyu estaba sentada a un lado de él, llorando de forma desconsolada, lo cual le partió el corazón a Nariyuki. Nunca quiso ver al amor de su vida llorar, y lo hacía en ese momento.

-Cierra la puerta, camarada asistente. –Pidió, notándose su enojo. Nariyuki hizo lo pedido.

-¿Qué sucede, director?

-Eso mismo te pregunto yo, Yuiga. –El director le mostró una fotografía de tamaño grande en la cual se podía ver a los dos entrando al departamento de Mafuyu. -¿O qué tal esto? –Ahora la fotografía fue cuando salían, despidiéndose de beso.

Nariyuki se puso blanco como un muerto, abriendo los ojos de la amarga sorpresa que se llevaba. Sintió un enorme vacío en el pecho, tragando saliva pesadamente, incluso la respiración le comenzaba a fallar.

-Cuando te pedí que ayudarás a la profesora Kirisu ¡Era para todo menos para que le coquetearas, Yuiga! A pesar de que no hay explicación, le pedí a Mafuyu que...

-S-sé que lo que hice estuvo mal, director. –Nariyuki miró a Mafuyu. No sabía que tanto le contó, pero trataría de salvarla. –Yo quería obtener mi recomendación, y la quise obtener a cualquier precio, ¿Qué mejor que seducir a la profesora para obtenerla? Si me ponía buenas notas al aprovecharme de sus sentimientos, que mejor para mí.

-Nariyuki... -Mafuyu, sabiendo el juego del muchacho, se soltó a llorar más fuerte.

-Perdóname...pero siempre fue así...¿Cómo podría amar a una mujer como tú?

-Vaya que me decepcionas, Yuiga...no sólo sedujiste a la profesora Mafuyu, también era por tu propia conveniencia. ¿Sabes qué? Nadie más sabe de esto, y como no quiero que se corra el rumor, tú tendrás "oficialmente" la recomendación, ¡pero no creas que te la daré después de lo que hiciste, eres un poco hombre!

A Nariyuki le dolía más el hecho de que le quitaran la recomendación que el peyorativo usado por el director. No era verdad, así que eso no le importaba.

-Y en cuanto a usted, profesora, sé que es víctima de éste poco hombre, pero no quedará absuelta de esta situación. Lo que me importa es la academia, así que, no puedo despedirla así sin más. Sigh, le enviaré una recomendación a otra preparatoria, ya que despedirla así sin más es sospechoso, ¡con tal de que ya no dé clases en la institución me bastará! Ambos me decepcionan terriblemente.

-¿Por qué no lo expulsa? ¡Es lo menos que se merece! –Exclamó Mafuyu siguiendo el juego. El muchacho peló los ojos porque, en caso de que el director fuera convencido, sería un tiro en el pie...pero en el suyo.

-No, no tengo justificación y el promedio no me da para expulsarlo. Faltan pocos meses, ¡así que tomará su título y se largará de aquí para no volver! Y tú, Kirisu, le darás problemas de este tipo a otra academia, pero no a la mía. ¡Ahora fuera los dos! ¡Y nada de andar comentando esto o no les tendré consideración! Me interesa que la academia salga en las noticias pero no por cosas como esta.

Los dos enamorados salieron de la oficina del director, quien se sentó en su silla, llevándose las manos a la cabeza a la vez que daba un fuerte suspiro. No sabía que, de hecho, había causado una muy buena situación para los dos.

-Ojala Ogata no diga nada a nadie o tampoco saldré bien parado de esta mierda.

Estando en el piso de abajo, Nariyuki le dio un pañuelo a Mafuyu para que se secara las lágrimas. Se sonrieron, riendo un poco.

-Buen pretexto, mentiroso. –Digo ella.

-Lo tenía pensado en caso de que nos descubrieran.

-Perverso. –Mafuyu se secó las lágrimas, Nariyuki se fue corriendo al salón.

Le dolía un poco el corazón por el enorme susto que se había llevado, teniendo una sola persona en mente de quien había sido el topo que delató su relación con Mafuyu. Era topa, en este caso.

Prefería no decirle nada, ya que lo mejor era hacer como que estaban con la soga al cuello esperando la hora de caer. Se sentía traicionado y decepcionado de la persona a la que una vez le llamó "amiga".

Pasados otros cinco minutos, la profesora Kirisu llegó al salón, teniendo ya retoques en su maquillaje, pareciendo que no había llorado. También se sentía enojadísima y un poco mal por las subidas y bajadas de presión que había tenido en tan poco tiempo.

-Profesora Kirisu, ¿por qué tan tarde? –Preguntó una chica.

-Perdón...tuve un contratiempo muy grande. Quedan diez minutos de clase, haré lo que pueda con el tiempo.

Al ver atrás, Nariyuki vio a Fumino haciendo un gesto de cuestionamiento. Él le guiñó el ojo, pidiendo paciencia. Faltaban diez minutos para el receso, y es que los dos enamorados no podrían verse en el receso, sino hasta la casa de ésta o en algún otro lugar que no fuera sospechoso.

En cuanto salieron al receso, Fumino y Nariyuki iba caminando juntos, topándose con Ogata, a quien Nariyuki vio muy feamente. No es necesario decir que a ella poco o nada le importó. Por el contrario, a quien sí le importó fue a Fumino, quien se les quedó viendo a los dos.

Llegando a un punto en donde nadie podía escucharlos, fue que Fumino habló.

-¿Qué pasó hoy? No entiendo nada, ¿y qué hay entre tú y Ogata?

-¡Ogata le contó al director mi relación con Mafuyu! ¡Ese hobbit nos siguió y nos tomó fotos cuando salí de su departamento! –La ira del muchacho explotó ahí mismo, hablando medianamente bajo para que no lo escucharan. -¡No entiendo por qué lo hizo!

Fumino se quedó congelada al no saber ni que decir. No sabía que le sorprendía más, si el hecho de que el director supiera de la relación de esos dos o de que Rizu hubiera sido su delatora.

-¿Qu-qué les dijo el director?

-¡No me darán mi recomendación! Pero no importa... prefiero a Mafuyu antes que eso. A ella la van a transferir de escuela para que ya no cause "problemas" aquí.

-Pensé que la habían despedido y a ti te habían expulsado.

-Eso es lo que quería Ogata, pero no tendrá el maldito gusto. Tengo la suerte de que el director no quiere escándalos ni tiene justificaciones para expulsarme y despedir a Mafuyu sin levantar polvo... pero igual, me siento mal.

-Sigh. Rizu en verdad se enojó contigo y con ella por lo de ayer, mira hasta qué punto llegó para vengarse de ambos.

-Los necios no tienen cura. No importa ya. Podrán cortar las flores, pero jamás terminarán con la primavera...

-Imagino que eres feliz porque no te separaron de ella.

-Por supuesto que sí... -Sonrió él.

-Es una lástima lo que sucedió con ella, pero no pasará a mayores. No se te ocurra decirle algo o ella es la que podría levantar el polvo.

-Bueno, sí que iba a gritarle por hacer algo así de bajo, pero con esto que me dices...

-En teoría, hizo lo correcto. Tu relación con Mafuyu es completamente reprochable ante los ojos de la sociedad, es algo que no debería suceder.

-Y porque tú no me delatas, ¿eh? –Nariyuki le miró retadoramente.

-Porque me gusta la emoción, nada más por eso. Y tu relación con la profesora es...emocionante, por supuesto.

Sin más que añadir, y con los pequeños conflictos ya más o menos resueltos, los dos amigos regresaron al patio de la academia. A Nariyuki le gruñó el estómago, algo que lo hizo apenarse ya que fue un sonido muy notorio.

Fumino se empezó a carcajear, y, a pesar de ser un acto de buena fe, pareció que lo humillaba cuando le compartió de su almuerzo. Al menos sabía rico, y eso era algo que reconocía el muchacho.

Fue ahí cuando se preguntó, ¿Cómo es que cocinaría Mafuyu? Lo tendría que descubrir después, ya que se quería evitar que el topo siguiera colando información.

Se mandaban mensajes de texto, ya que esa era la única manera de comunicarse. En una misma banca estaban Fumino y Nariyuki, ella comía y escribía su manuscrito.

En otra misma mesa se encontraban Uruka y Rizu. La segunda de ellas se notaba un poco triste, cuando, en realidad, la idea era que estuviera feliz por consumar su venganza.

Uruka, como no podía ser de otro modo, trató de alegrarla, aunque no consiguió nada.

-¿Por qué has estado tan triste, Rizurin? Deberías estar alegre, ¡hoy son tutorías y nos podemos ir a comprar un helado junto con Fuminocci!

-Eso mismo tenía pensado...pero no sé por qué no me emociona en lo absoluto. Incluso, es como si me faltara algo.

-¿Se te quedó algo en el salón?

-No...no es eso. Como si me faltara algo, pero aquí, en lo personal. –Rizu se llevó una mano al pecho.

Aquello que le faltaba era, en efecto, una pizca de amor propio y de autoestima. De forma inconsciente, sabía que delatar a los dos enamorados por "despreciarla" fue algo tonto, incluso infantil. No se daba cuenta, eso era todo.

Aquello, como no podía ser de otro modo, era lo que, en efecto, le causaba problemas.

Quería conocer a los demás, saber cómo ayudarlos a resolver sus problemas, pero ella no lograba resolver los suyos propios.

-Uruka...¿me puedes dar un abrazo?

-¿Eh? ¡Claro, Rizurin! –Uruka se abalanzó sobre la mencionada, sonriendo y cerrando los ojos. Se veían tiernas, y Rizu se sintió tranquila, feliz.

Claro que, incluso un psicólogo, necesita de otro para no quedar igual que sus pacientes.

Eran las ocho de la noche, el cielo estaba un poco obscuro, notándose, muy a lo lejos, los últimos rayos de sol que se veían entre los rascacielos.

Nariyuki miraba por todos lados del parque, incluso se cercioraba que nadie estuviera detrás de alguna fuente, de algún árbol. Se aseguraba que nadie, de facto, lo espiara.

Quizá y el director ya no tenía a Rizu únicamente de espía, por eso era mejor tener precauciones de toda clase.

El auto de Mafuyu apareció en el camino, algo que a él le pareció muy reconfortante. Sin decir nada, él subió en la parte trasera, manteniéndose oculto ahí mismo.

Acto seguido, fueron a un estacionamiento que quedaba relativamente cerca del parque, estacionándose en la parte más obscura y más lejana del mismo, en donde nadie podría encontrarlos.

-Ya puedes salir. –Dijo Mafuyu. En efecto, Nariyuki salió del auto para encaminarse al asiento del acompañante. Ahí, los dos se miraron seriamente. -¿Y qué vamos a hacer?

-Nos delataron, socia. Yo perdí mi recomendación, tú prácticamente perdiste tu trabajo en la academia...¿dejaremos que eso nos afecte?

-Sigo sosteniendo en que tú eres siempre mío.

-Por supuesto que sí, te di mi corazón aquella tarde. Y este descalabro no me hará retractarme de eso.

-No esperaba menos de ti. –Mafuyu tomó de la mejilla a Nariyuki. Él no se anduvo con juegos y le robó un beso, uno muy especial.

Ella tenía los ojos infinitamente abiertos, la mente en blanco y la sensación placentera de un nuevo beso en sus labios. Nariyuki se separó, sonriéndole de forma muy amplia.

-Y si se nos dijera que somos casi unos románticos. Que somos unos idealistas inveterados. Que pensamos en cosas imposibles. Y que no se puede tener una relación entre alumno y profesora, nosotros diremos, una y mil veces, que sí, que sí se puede...

-¿Investigaste sobre el Che Guevara cuando te dije que no lo hicieras?

-Me dio curiosidad. –Sonrió él.

-Hum. Al menos siempre eres romántico conmigo. –Ella lo volvió a besar, abrazándose mientras subían la intensidad de sus besos.

Y es que el amor de ellos dos no podía ser superado por nadie. Así trataran de separarlos a la fuerza, no lo podían lograr, siempre veían la forma de reencontrarse. Y es que, tras tanto tiempo de soportarse el uno al otro, siendo casi tan diferentes, claro que la primera gran prueba que pasaron fueron ellos mismos, y el no saber cómo amarse siendo lo que eran. Ya fuera por suerte, casualidad, o destino, ellos iban a permanecer juntos, así tuvieran problemas, así los delataran, así una distancia de miles de kilómetros los separaran. Porque su amor era tan puro y sincero, que nadie, ni ellos mismos, se podían quitar de su lado.

Fumino sonrió al tener acabado su manuscrito. Se sentía satisfecha con el trabajo logrado. Suspiró un poco pesado, estirándose para dejar la pluma en su escritorio. Aparte de beber un poco del café que tenía al lado suyo.

-Creo que eso es todo lo que tienen que saber de esos dos... -Sonrió ella, agregando la última palabra:

El fin.

____________________

Wow, seguro pensaron que el final sería malo, pero no, era yo ¡Dio! :v Ok, hablando en serio, no le encontraba sentido darle un final malo siendo una historia tan linda, de ahí que fuera...un final medianamente feliz, pues hubo perdida, pero la ganancia fue bastante mayor.

Lo único a lamentar es que esta historia tan bonita de MafuyuxNariyuki se termina hoy :c

Quiero agradecer a los nuevos seguidores que llegaron al perfil con esta historia, me apoyaron e incluso algunos me los encontré por ahí jejeje. a los viejos seguidores, me alegra que les haya gustado esta historia a pesar de ser un anime del que nunca había publicado nada, así que les agradezco igualmente que hayan leído la historia ^^ 

Sin más que decir, espero verlos en mi siguiente fic, que será un AlicexEugeo del anime Sword Art Online y lo publicaré en una semana :0

No olviden una cosa, pues así como Nariyuki siempre será de Mafuyu, yo soy...

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro