Capítulo 11.-Razón de ser.
Rizu estudiaba en su casa con algo de apuro, ya que tenía que ayudar en el trabajo familiar. Ya le entendía con una leve eficacia a los temas de, por ejemplo, filosofía. Entendía el contexto, estudiar a Sócrates le había ayudado bastante.
Y es que, siendo muy poco empática, lo mejor era que la muchacha, antes de conocer a los demás, se conociera a sí misma. Esa era una de las frases más importantes de Sócrates: conócete a ti mismo.
Ella era intolerante, con poco interés en formar amistades debido a ciertas...cosas que sucedieron antes.
Ciertamente, el mundo tiende a ser bastante raro y extraño. Mientras que, se supone que debemos sentir admiración y aprecio por las personas inteligentes, aquellas que tienen un buen grado académico, etc.
Lo que sucede, es que al lunático mundo le da por hacer las cosas al revés, siendo todo lo contrario de lo que en verdad debería ser.
Mientras que, en la teoría, las personas inteligentes deben ser admiradas, ya en la práctica...son hechas menos. Ése era el caso de Rizu, desde muy temprana su edad, siendo objeto de burlas por su capacidad superior a las matemáticas, en general.
Casi como si la vida no la quisiera, se tenía que poner en juego su pequeña estatura, cosa que no hacía sino más que aumentar las burlas.
Eso siempre le sucedió hasta entrada la preparatoria...y no es como que tuviera muchos amigos...salvo una chica que se enamoró de ella, a pesar de ser mujer. No era precisamente el tipo de amistad que ella quería.
La actitud bastante hueca y torpe de Uruka la molestaba por ser, eso, hueca y torpe. Las ocasiones en que lograba una charla estable con Fumino, las cosas no terminaban muy bien que digamos. El mal trato con los demás compañeros de clase la hizo, aparte de desconfiada, un poco ruda con el trato a sus condiscípulos. Acostumbrada a recibir un trato así, era normal regresar la agresión con agresión, de ahí que se desesperara tanto con Fumino cuando no le entendía en algún tema.
Muy curiosamente, o casi cayendo en la trágica casualidad del destino, Rizu había adoptado una filosofía cínica en su más pura expresión, pero en la νουζ (nous: inteligencia), no tanto en las acciones.
Claro que ella no andaría desnuda por ahí ni viviría en la calle, como lo harían los auténticos cínicos de Grecia helénica.
Aprendía las enseñanzas de Sócrates en cuanto a uno mismo se refiere, pero ignoraba todo lo demás, todo acerca de lo bueno y lo malo. Lo que agrada y desagrada a los Dioses.
Tenía la noción de que debía ser así forzosamente. Primero ella y después ella.
-¿Conocerse así mismo admitiendo las limitaciones y fortalezas? Soy fuerte en ciencias...pero en literatura. ¿Qué más dice Sócrates de eso?
Ya tenía pensando que, para el día siguiente, era buena idea ir a preguntarle al profesor de filosofía para saber un poco más sobre ese personaje a pesar de que ya lo habían pasado. Ahora veían a los Neoplatónicos.
Mientras la muchacha se mataba estudiando filosofía y literatura, Nariyuki repasaba sus lecciones de historia en la oficina de Mafuyu. Ya tenían todo bien recogido y perfecto, así que el espacio era mayor...no como cuando todo era un desastre.
Aprovechando que ya no había mucho que hacer en la academia y que el hambre arreciaba, los dos decidieron tomar un pequeño descanso, saliendo a comer juntos.
Sería un poco torpe ir lejos para poder tener lo que se consideraría una "cita". Era mejor estar simplemente como alumno y profesora en el puesto de Udon de Rizu.
-¿Pero y si te quiero hacer cariñitos? –El muchacho hizo un puchero.
-Aunque no haya nadie en la academia, me da un poco de pendiente, por eso es mejor que sea en un lugar más "personal". No obstante, jamás te negaré un beso en una situación controlada.
Ella se acercó para darle un beso de patito, aunque el engolosinado muchacho no planeaba andarse con juegos. Tomó de la espalda a Mafuyu, impidiendo que se separara cuando acabo el beso de patito. Él la beso un poco más.
-Ya. –Rio ella, tratando de separarse. -¿Por qué tienes que ser tan goloso?
-Quizá porque soy adolecente. –Admitió Nariyuki, dándole un beso más pasional a su enamorada. No obstante, ella le pellizcó la panza, separándolo así. -¡Ouch!
-No sólo se puede dar amor con besos, regalos y sexo. Una mirada es dar amor, una sonrisa, un leve susurro con cariño.
-¿Sexo? –El muchacho abrió los ojos, sonrojado.
-¡¿Qué estás pensando, indecente?! –La mujer se cruzó de brazos. –Ni creas que por que somos pareja te entregaré mi cuerpo. Eso no es una "prueba de amor". Únicamente los hombres y mujeres estúpidos caen en esa artimaña.
-Nunca te lo pediría...creo que la ocasión especial sería en alguna ocasión donde se dé de forma espontánea, como un beso que lleva...¿Por qué te estoy contando esto?
-Eso mismo quiero saber yo. –Mafuyu se le quedó viendo estoica, aunque se notaba molesta. –Vamos a comer de una vez, tengo hambre, ¿tú no?
-Sí...pero me he acostumbrado a aguantármela siendo proletario. –El muchacho rió para no llorar.
Charlaban de cosas académicas en lo que iban hacía la casa de Rizu. Hubo un momento en donde a Mafuyu le sonó un poquito el estómago...Nariyuki tuvo una risa nasal, haciéndola enojar levemente.
En lo que ellos iban caminando, Rizu terminaba de estudiar a Sócrates y a Diógenes el perro.
Luego estudiaría un poco más acerca de la moral cínica, puesto que la idea de hacer sus necesidades o de fornicar en una plaza pública...no le gustaba.
-Qué bueno que los cristianos inventaron algo llamado ¡pudor público! -Pensó ella, poniéndose su uniforme del trabajo.
La mesa reservada ya era ocupada, así que la muchacha se apresuró a atenderla. Nariyuki contaba sus monedas como buen proletario sin dinero mientras Mafuyu le veía con una sonrisa, y no sólo eso.
A pesar de no saber mucho de empatía, Rizu pudo ver algo en los ojos de su profesora...y era un poco diáfano, aunque se notaba era provocado por su compañero que tenía en frente.
-¿Estará enamorado de él?...Furuhashi y Takemoto lo llegaron a insinuar, ¿pero sí era verdad? Tendré que preguntarles sí quiero saber.
Despejando su mente de esos pensamientos, Rizu fue con un semblante muy serio, estoico, justamente. Los dos clientes se alegraron de verla, sonriéndole.
-Buenas tardes, Rizu. Sería lo de siempre para ambos. –Adelantó Nariyuki, sabiendo que Mafuyu únicamente pedía "lo de siempre".
-Ogata, que bueno verte. –Dijo ella, sonriendo.
Lo primero que pasó por la mente de Rizu fue un "¿Qué rayos?". La profesora Kirisu nunca la había saludado con una sonrisa. Es más, nunca antes la había visto sonreír.
Su cara seguía estoica, pero en el fondo quería hacer el cuello para atrás y abrir los ojos de la sorpresa de esa amabilidad.
-Estoy lista para el próximo examen.
-Las chicas me comentaron que dejaste de ir a las tutorías, y claro que me di cuenta. Lo que también me comentaron fue que estudiarías por tu cuenta.
-Así es. Pero bueno, iré por sus pedidos, no quiero atrasarme en lo demás.
-Suerte, Ogata.
-Por cierto, Yuiga. –El muchacho levantó la mirada. –Dime por mi apellido.
El muchacho hizo como si le dieran un gancho al hígado, ya que se dolió bastante de ese "golpe a la moral". Mafuyu rodó los ojos, dándole unas palmaditas en el dorso de la mano para consolarlo.
Con lo recién sucedido en mente, Rizu se recargó en una de las paredes de la cocina para pensar que significaba eso que acababa de suceder.
-Dicen que las personas cambian por amor...¿le habrá pasado a la profesora Kirisu? Sólo hay una forma de averiguarlo.
Haciendo a un lado todo lo que pasaba a su alrededor que tenía que ver con su tutora y compañero, se dedicó de lleno al trabajo, sirviendo los Udon en la mesa.
Sus contrarios le agradecieron el plato, dedicándose a comer y a platicar sobre los asuntos. Quizá ya no hacía falta ni tan siquiera regresar a la academia, pero tenían que ir por sus cosas.
Tendrían, a lo mucho, que terminar de corregir uno o dos trabajos que podrían hacerse el día de mañana mismo al ser algo rápido.
-Lo bueno que hemos avanzado rápido, Mafuyu. –Sonrió el muchacho. Ella le abrió los ojos, aparte hacerle un gesto con la mano. No tenía que decirle por su nombre cuando se encontraban cerca de alguien que asistiera a la academia.
Él hizo un gesto que evidenció su error. Sería innecesario decir que Rizu no pasó eso por alto. Los vio enchinando sus ojos, acomodándose los lentes.
Cuando acabaron, ambos se fueron despidiéndose con la misma amabilidad con la que llegaron, siendo despedidos por Rizu con algo de indiferencia, teniendo la amabilidad justa y necesaria para no perder a sus dos clientes del casi diario.
Mientras limpiaba la mesa, pensaba en esos dos. El enojo de Kirisu por llamarla por su nombre, ese detalle del brillo en los ojos de la chica y de su cambió de humor bastante radical.
Graciosamente, Mafuyu reñía al muchacho por esa acción, ahora que ya podía hacerlo sin que nadie se notara cuenta. En efecto, ahora nadie se había dado cuenta.
-Debes ser más cuidadoso si no quieres que Ogata comience a sospechar.
-No le caigo bien, así que le debe de dar igual...o eso creo. Es bastante seguro.
-Quizá no seas una perita en dulce, pero no es como para que alguien te odie.
-¿Perita en dulce? El punto, no le agrado, y eso que me dijo lo da a entender. Me duele un poco que así sea ya que no creo haberle hecho nada malo para que me odie...pero así es esto, ¿Qué le puedo hacer?
-Platica con ella, ¿no es obvio? No soy psicóloga, pero hablando se entiende la gente.
-Lo mismo dice el profesor de filosofía, que hay que preguntar y dar respuesta, preguntar y dar respuesta hasta llegar a un acuerdo.
-¿Sabías que el profesor Karu me coqueteó por un tiempo? Es inteligente y guapo, sólo que le faltó...
-Mi encanto. –Interrumpió Nariyuki. Mafuyu le dio un beso en la cabeza, además de reír.
-Sí, eso le faltó. Era muy seco fuera de las conversaciones de filosofía o historia, por eso es que nunca me llamó la atención de todo.
Nariyuki se quedó pensativo, anclándose en el suelo. En caso de que el profesor tuviera una mejor personalidad, ¿ella y Mafuyu serían novios? La pregunta lo dejó con una pequeña duda existencial, sonriendo con incomodidad.
Al día siguiente, Rizu entraba en su salón observando como Fumino y Nariyuki charlaban con bastante alegría, pero con notoria emoción en el muchacho. Lo que hablaban era muy bajo, siendo evidente que trataban asuntos secretos.
Cuando Fumino soltó un "¿Enserio?, ¡awww!" Rizu interpretó que charlaban de temas de amor...aparte de que la vio explotar en amor, tomándose las mejillas mientras expulsaba corazones de su cabeza.
-¿Le hablará sobre ayer?... ¡Entonces era una cita! –Pensó ella, tomando una conclusión que no era muy lejana.
No sabía ni por qué, pero el más que posible romance entre la profesora Kirisu y Nariyuki le intrigaba. No sacaba nada con saberlo, sin embargo, quería desmentir o afirmar sus suposiciones.
Eso sería, dentro de lo que cabía, un signo de mejoría en la labor de interpretar las acciones de una persona, no sus palabras, sus acciones, que era lo complejo para ella.
Conocerse a sí misma la ayudaría a conocer a los demás. Rizu organizaba los sentimientos en su corazón, teniendo que saber qué era lo que sentía, ¿era en verdad feliz?
¿Era feliz apartándose de los demás y rechazando sus amistades? Si bien le molestaban algunas conductas de sus antiguas compañeras, tenía que darles el mérito de que siempre la apoyaban y no la dejaban atrás en sus necesidades.
-Quizá y fui demasiado dura...ellas no tienen la culpa de lo que me pasó. Sigh, no importa ya, seguro ya me odian, como siempre.
Conocerse a sí mismo no es un proceso fácil, ni siquiera se dice fácil. Es darse cuenta de muchas cosas, de mover piedras que es mejor dejar en su lugar. Entre esas cosas de las que Rizu se dio cuenta, era su que la empatía que pudiera tener era remplazada con antipatía general con todos.
Lo bueno era que, quizá no a tiempo, pero ella ya empezaba a conocerse a sí misma por medio de la autoexploración (no en el ámbito fisiológico-corporal).
Se podía decir que sus ciencias la ayudaban en su forma de explorarse, de conocerse a ella y a los demás. La lógica le ayudaba en ese sentido.
Un ejemplo que la misma Rizu se ponía era: si persona siente A por tal acción o comentario B que hago, quizá B, siendo una verdad, sea mejor no decirla para no causar A.
Era un problema muy simple y sencillo de lógica, por lo que ese tipo de ejercicios le ayudarían. Tendría que buscar algo para poner un ejemplo y que el ejercicio se le hiciera más simple.
Posiblemente Nariyuki sintió tristeza cuando ella lo mandó al caño. Entonces, sí Nariyuki sintió tristeza por ser mandado al caño, la muchacha tendría que tener más tacto con sus comentarios o dar razones del por qué de sus acciones.
Su orgullo le impedía pedirle perdón por lo de esa tarde, pero tenía que hacerlo, o trataría de. Quizá a la carta las cosas fueran a mejor, no olvidando tampoco la filosofía nacional que dicta que sí se quiere decir algo que no se puede, es mejor hacerlo a la carta. (Los Samurái usaban esa manera para expresarse).
La carta tendría que ser cutre en varios aspectos para que no fuera confundida como una declaración romántica o algo así; y breve, muy breve.
Lo justo y necesario para pedir una disculpa por su comportamiento.
Y eso fue a lo que se dedicó en clase de historia... para bien o para terriblemente mal. Fingía anotar los apuntes de la clase que la profesora Kirisu hacía en el pizarrón. Algunas fechas, un mapa conceptual, etc.
Lo único malo es que ella se dio cuenta que Rizu no anotaba los apuntes, aparte de notarse pensativa y distraída. Sus sospechas fueron confirmadas cuando ella caminó hasta la alumna, la cual no le prestó la más remota atención.
-Jum, hum. –Mafuyu se aclaró la garganta. -¿Qué haces Ogata?
-¡N-no es nada! –La chica trató de esconder la hoja, pero la profesora tendió la mano, como pidiendo que se lo entregara. Y eso fue lo que hizo.
Mafuyu se percató que era una carta de disculpa dirigida a Nariyuki. Ella sonrió sin abrir la boca, aparte de cerrar los ojos.
-Sería mejor que se lo digas en persona, pero haces bien. Ahora concéntrate en la clase, por favor.
La chica se medió molestó por la intromisión de la profesora en sus asuntos privados. Lo que le dolió más fue ese "Sería mejor que se lo digas en persona". Como que le daba a entender que no tenía valor.
Lo mejor que pudo hacer fue suspirar para sacar los malos pensamientos de su cabeza, mejor centrarse en la clase y luego a maldecir al mundo entero. Por suerte, no le tomó mayor problema.
Ya tenía prácticamente acabada la carta, pero ahora se preguntaba si era, en efecto, mejor decirle a Nariyuki ese detalle en persona. Quizá no, los sentimientos, desde el punto de vista de Rizu, eran un adorno en los demás que se tenía que pulir, por lo que, a pesar de no quedar brillante, su relación con el muchacho quedaría limpia, así como su conciencia.
Lo bueno es que ese día habría tutorías, que si bien ella ya no asistía a ellas, no tendría nada malo decir que iba "de oyente" para confirmar si es que iba bien en sus propios estudios, y de ahí ¡bum! A pedir perdón.
Era una buena estrategia.
Acabando las clases, ella pudo ver desde la puerta de su salón como es que las dos muchachas y su tutor suplente iban hacía la biblioteca. Lo que le llamó más en específico la atención fue darse cuenta...que cuando ella estaba, no se divertían tanto.
Uruka, como de costumbre, golpeaba a Nariyuki o lo empujaba contra los casilleros, haciéndolo enojar. Fumino soltaba unas pequeñas risas insonoras, viendo con diversión aquel espectáculo. Recordó que cuando se encontraba, Fumino veía con incomodidad, y Uruka no se reía tanto.
Ver eso la hizo pensar algo que le dolió bastante.
-¿Están mejor sin mí? –Recordando sus malos días, Rizu se sintió un poco abatida, dolida al pensar que ella era un lastre para sus compañeros.
Muy, muy irónicamente, o casi para decir "ya no me sorprende", las muchachas siempre, sin falta alguna en sus tutorías, e incluso con la profesora Kirisu, lamentaban la ida de Rizu.
-Tenía mucho potencial...pero no le gusto nuestro modo de trabajo. No me hubiera molestado adaptar algunos métodos de estudio para ella, es lo que hice con Takemoto.
-¿Me estás diciendo "especialita"? –Se quejó ella.
-En efecto. –Sonrió el muchacho, casi orgulloso de lo que decía.
-¡Que cruel eres, Nariyuki!
-Oye, no debería molestarte. Fumino también es especial, y Rizu lo era a su manera. No puedo estudiar de la misma forma con las tres, ya que no avanzarían al mismo ritmo, lo que me convertiría en un mal tutor.
-¿Por eso le dejaste a Uruka ver películas en inglés?
-Sip. Y por eso te entregué la libreta con las fórmulas matemáticas y te di consejos para aprenderlas y de los modos de despejar.
-Es bueno que te preocupes por nosotras, ¿Qué dices si al acabar vamos a comer algo? –Propuso Uruka, emocionada.
-¡¿En verdad?! ¿Le invitaran un plato de comida a este humilde proletario? –Nariyuki comenzó a llorar a borbotones. –Que San Marx se los pague.
Las muchachas se rieron de su compañero...aunque no deberían, ¿Qué alguien llore de felicidad por que le ofrezcan un plato de comida? Eso no es normal.
Cuando la pequeña crisis existencial se le pasó a Rizu, ella entró tímidamente a la biblioteca. Pensaba que sus compañeros, a sus espaldas dirían algo así como "regresa arrastrándose, ¿eh?".
Sin embargo, no. En cuanto ellos se percataron de que su antigua compañera de tutorías había regresado, los tres sonrieron con mucho júbilo, saludándola con la mano.
-¡Rizu! –Exclamó Uruka, caminando rápido para ir a abrazar a la chica de un metro con cincuenta.
-Hola... -Susurró ella, con pena.
-El regreso de la hija prodiga, ¿viniste a ayudar a esta bola de tontos en ciencias? –Mencionó Nariyuki, riendo un poco en su autoburla.
-Qué bueno que vienes, Rizu. –Sonrió Fumino.
-No se alegren tanto...venía de oyente para saber que tan bien voy con mis estudios. S-si no les importa, me gustaría que comenzáramos con literatura y filosofía.
-¡Por supuesto! No hay problema. Bueno chicas, ya saben, el profesor Karu me dejó un libro que habla sobre los epicúreos, los cuales distinguían dos clases de sentimiento: el placer y el dolor. El placer lo dividían en dos: los carnales y los espirituales...
Pasada la sesión de estudio sobre filosofía epicúrea y estoica, la cual ayudó levemente a Rizu, se pasó a lo que en verdad era importante: la literatura.
La propia Uruka entregaba un pequeño trabajo sobre redacción de un cuento y sus partes, algo que sería más para niños, pero que servía para ella...¿coincidencia?
Las partes del cuento, el mensaje que dejaba, los personajes que lo componían eran ya sabidas por la chica, así que la sesión le pareció un poco aburrida al ser cosas que ella ya conocía. Lo que no le pareció aburrido fue el hecho de que, Uruka daba su definición de x cosa, más por intuición propia.
-La introducción del cuento nos indica que personajes componen la historia, la trama, cual es el objetivo a lograr por el protagonista, las intenciones del villano, etc.
-Nada mal...sin duda te lo pondrían bien si fueras en primaria. –Por burlarse de su amiga, Nariyuki se llevó un buen golpe en el brazo. -¡Ouch!
-¡Oye, que los demás tengamos una vida y no seamos unos nerds es otra cosa, pedante!
-¡Claro que tengo vida!...o más o menos, je. –Nariyuki se tiró al suelo siendo alumbrado por un reflector. -¿A quién engaño? Mi vida es un fracaso, todos me lo dicen.
-Creo que le afectó lo que dijiste... -Intervino Fumino.
-Eso es un problema meramente lógico sin dificultad. si persona siente A un comentario B que hago, quizá B, siendo una verdad, sea mejor no decirla para no causar A. Que Nariyuki no tenga una vida social es cierto.
-Qué mala... -El muchacho se puso blanco como un papel, viéndola con recelo.
-Pero no por ello tenemos que decírselo para no herir sus sentimientos.
Nariyuki se le quedó viendo con cara de "¿wtf?". No había olvidado todavía lo ayer, aunque no tenía rencor con ello.
-Hum...funciona, y tiene sentido, de hecho. Aunque no sé, si me lo puedes ilustrar, mejor. –Uruka sonrió torpemente, haciendo que Rizu torciera los ojos, riéndose al final de todo.
El ejemplo ilustrativo era lo mismo pero con flechitas y con colores diferentes de cada predicado. Funcionó...con algo de dificultad ya que a Uruka se le complicó un poco.
Ya acabando, las muchachas recogían sus cosas a la vez que Nariyuki se tronaba el cuello y estiraba su espalda. Soltó un suspiro de alivio al acabar.
-Hasta mañana, chicas. –Se despidió Uruka.
-¿No te despides de mí? –Cuestionó Nariyuki.
-Tú vienes incluido en el paquete de "chicas". –La chica se fue riendo. Al muchacho se le marcó una vena de la cabeza.
Inmediatamente de eso, se retiró Fumino, despidiéndose de ambos. Nariyuki se quedaba para acomodar unos libros que habían usado para facilitar el estudio, de ahí que les gustara mucho la biblioteca para hacerlo, teniendo al alcance muchas cosas útiles.
-¿Te quedarás de oyente en alguna clase más, Ogata? Nos hace falta tu presencia, y las chicas te extrañan, aunque no lo creas.
-Dime por mi nombre...si no te molesta mucho. –Susurró ella, nerviosa.
-¿Eh? Pero si ayer me dijiste que...
-Detalles. Sé que lo que te dije estuvo mal, fuiste amable conmigo y yo te mandé por un tubo. Me quedé pensando en eso y de ahí que le pusiera el ejemplo lógico a Uruka, pero lo pensé respecto a lo que ocurrió. Quería darte esto. –La muchacha se sacó la hoja de libreta doblada del bolsillo de su suéter escolar.
El muchacho lo recibió con algo de confusión, comenzando a abrirlo. Sin embargo, fue detenido por Rizu.
-No lo hagas aún...pero bueno, perdóname por ser grosera contigo y con las chicas. Me equivoqué con ustedes.
-Rizu...ellas te aprecian mucho, y no tienen nada que disculparte, nunca las hiciste sentir mal con nada.
-Igual. Lee la carta luego, ya me tengo que ir o llegaré tarde al trabajo. –La muchacha se fue caminando despacio, para marcharse de la biblioteca.
Haciendo un poco de caso omiso, Nariyuki desdobló el papel, leyendo casi las mismas palabras que Rizu le había dicho con anterioridad. El detalle le parecía lindo, definitivamente.
Saliendo de la academia con dirección a la casa de Mafuyu, el muchacho se quitó el suéter, la corbata y la chamarra, dejándose una playera que tenía abajo. Pasaría como un civil más.
No le tomó mucho tiempo llegar a casa de su querida profesora, puesto que el tráfico no era mucho, y el autobús no le consumió mucho tiempo por esa misma razón.
En cuanto llegó, tocó la puerta del departamento de su amante, quien le abrió la puerta. Al hacerlo, él la saludó con un beso en los labios, causando que ella abriera los ojos de sobremanera.
Se hicieron unos pasos dentro de la casa, el muchacho cerró la puerta con su talón, continuando con los besos hasta que Mafuyu lo jaló del cabello.
-Me gusta que me beses, pero a veces exageras.
-Mi amor por ti es exagerado, y ten por seguro que me quedo corto al decirlo.
-Eres todo un romántico, quizá por eso me gustas. Siento que alguien me presta la atención que rechacé cuando era niña.
-Al menos soy terco. Y no te vayas a poner celosa, pero Rizu me dio una carta.
-Ah, ¿Qué más te dijo? –Preguntó ella, como que no haciéndosele raro.
-Me pidió perdón por ser un poco grosera conmigo.
-Es una chica complicada, pero es buena persona. La descubrí escribiendo la carta, por lo que le dije que mejor te pidiera perdón en persona, y me alegra que siguiera mi consejo.
-Ya ves. No me sorprendería que regrese a las tutorías.
-Espero que sí. No me gustaría que repruebe el examen que le haré en unos días ya que eso la va a afectar mucho en varios sentidos, no sólo en lo académico.
Hablando de ella, la chica repasaba un poco de literatura antes de entrar a su jornada laboral. Tenía una noción parecida a la de sus compañeras, lo que le indicaba que no iba nada mal.
Aun así, se quedó con una única duda: ¿En verdad Uruka, Fumino y Nariyuki la odiaban? Tras lo ocurrido esa tarde, era para ponerse un poquito a pensar, pero dudando de que esa afirmación fuera verdadera...ahora lo dudaba, lo que le causaba alegría.
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Antes de nada ¡feliz día de los trabajadores! :D para los comunistas, este es uno de los días más importantes pues es el día del proletariado, el día de luchar por nuestros derechos Cómo trabajadores >:u un abrazo a todos los que trabajen, sepan que son mis hermanos de clase y mucho más que eso, pues para mi, todos somos iguales.
Ahora vamos con cuestiones del fic :v
Jsjsjsj ese Nariyuki es un loquillo
Ahora ya saben por qué la Rizu es bien mamoncita xd pero esa personalidad creo que era la más indicada para el personaje, pues tenía que haber un contrapeso ante Uruka y Fumino y sus personalidades bien cute uwu
Aparte de que es necesario para la trama, ya verán que quiero decir con eso.
Por cierto, mensaje en código: (! ¿=¡'£?! •÷?!,! ^!_ (÷??¡, 7u7 claro que no han de saber ni de qué hablo y ese ese el punto, pero es muuuuuy importante y les gustará
Nos vemos en una semana
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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