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Capítulo 10.-Confesión de un corazón enamorado.

Era la sesión de tutorías en la hora de la tarde, por lo que Uraka y Fumino trabajan junto con Mafuyu. Trataban temas sobre literatura romántica del medievo.

Fumino, a sabiendas de la relación entre su profesora y su compañero, lanzó al aire una pregunta, ciertamente, provocadora...

-¿De qué forma les gustaría que un chico se les declarara?

-¿Eh?...

-Me surgió la duda porque, en el medievo, los hombres se le declaraban a sus enamoradas de una forma que ahora se consideraría "obsoleta". Ya no necesitamos de caballos.

-¿Qué tal una moto? –Dijo Uruka. Mafuyu soltó una pequeña risita a la vez que rodaba los ojos.

-Si tuviera que elegir...diría que el momento debería de ser "mágico". Lo que quiere decir que venga acompañado de un beso en los labios tras una cita, no romántica, pero una en donde el muchacho me deje bien en claro que me ama.

Es innecesario decir que, al día siguiente, Nariyuki tenía esa información a primera hora de la mañana.

La anotaba de forma loca en una libreta de notas, sintiendo la presión de las palabras que le decía Fumino, aparte de unos consejos que ella igual le daba. También la muchacha se preocupaba por que todo saliera a la perfección.

Su consejo era que fuera un paseo en el parque tras una tarde, caminar juntos por un rato en donde él diría lo que sentía, por una persona sumamente especial.

-Cuando acaben, le dirás "y esa persona eres sólo tú, mi amada Mafuyu" y entonces la tomas delicadamente del mentón...y le das un beso. ¡Ay, que tierno! –La chica se llevó las manos a la cabeza, expulsando corazones de su cabeza.

-Genial...eres una genio, ¡por algo eres la mejor en literatura! Pero bien, ya tengo todo grabado en la mente. ¿Te invito una galleta?

-Hum...me convences, Yuiga. –Los dos compañeros salieron del salón de clase. La libreta de notas quedó abierta por mera casualidad.

Por una terrible jugada del destino, Uruka pasaba por la banca de Nariyuki, localizando la libreta. En un primer momento, y para molestarlo, tomó su lapicero con la intención de escribirle un saludo en grande en su libreta...pero se topó con el cronograma del muchacho.

Decía bien, pero bien en claro:

"4:30, salir a pasear con M." "5:10, declararle mi amor a M con un beso en los labios" "Plan de contingencia: si me rocía con gas pimienta, es que mis sentimientos no le correspondían –inserte meme de gatito llorando.-"

Con eso en mente, ella tuvo la idea de ir a espiar el paseo del muchacho al parque, (que era muy probable ser el que quedaba cerca de la academia, obvio), para saber de una vez por todas quien rayos era la enamorada de su muy buen amigo.

Ella creía que no era lo más ético espiarlos, pero, recordando las veces que Nariyuki la trataba mal, pensó que era lo mejor para desquitarse de él, dándole igual lo demás.

Se advirtió del regreso de sus condiscípulos al escuchar su conversación en el pasillo, así que regresó a su lugar, fingiendo que revisaba su celular y mandaba un mensaje de texto.

-¿Crees que sea ideal llevar un regalo?

-Hum...es que siempre le das rosas cada semana. Debes ser más original, Yuiga.

-Ok, ok. ¿Qué me aconsejas?

-Podría ser un chocolate en forma de cisne.

-¿Y de dónde carajo voy a sacar uno? –El muchacho se sorprendió por la propuesta de su compañera.

-Yo sé. ¡Uruka! ¡Necesito de tu ayuda!

-Un momento. –Pidió ella, fingiendo que no les prestó atención en su plática. -¿Qué necesitas?

-Mi hermano necesita un cisne de chocolate, y como tú cocinas muy genial, ¡¿Por qué no vienes a hacerlo en mi casa?! –Propuso ella, emocionada.

-¿Tienes hermanos? –Preguntaron Uruka y Nariyuki al mismo tiempo.

-Quise decir primo, ¡sí, mi primo lejano que vive en Checoslovaquia! –Decir que los conocimientos de geografía de Fumino eran malos...es poco decir.

-¡¿Checoslovaquia?! –Nariyuki sí sabía que aquel antiguo país socialista ya no existía...pero Uruka.

-¡¿Tienes un primo europeo?! ¿Me lo presentas? –Sonrió ella, acercándose un poco a su contraria. Nariyuki se pegó en la frente.

-Es que no habla japonés, jeje. Él habla austriaco, y tú apenas sabes pronunciar el inglés.

El muchacho se tumbó al suelo siendo iluminado por un reflector. Le parecía increíble (para mal), que Fumino no supiera que Checoslovaquia se había desintegrado hacía casi treinta años y que pensara que en Checoslovaquia se hablaba austriaco. Era posible...pero no tanto.

Ahora ya sabía en qué materia tendría que reforzar, siendo lo mismo con la cabeza de chorlito de Uruka. Las dos chicas lo vieron en esa posición, preguntándose de que se lamentaba su compañero. Prefirieron dejarlo de lado ya que era mucho mejor hacer el pequeño cisne de chocolate. Sería para mañana que Fumino lo traería de contrabando a la academia, a espaldas de Uruka.

Esa misma tarde, y para medio "allanar el terreno" Nariyuki se encargaría de darle una leve indirecta de su amor a Mafuyu, que de por sí ya le había dado varias. Tenía, como un pequeño detalle, una rosa hecha con una servilleta con el olor de su perfume, por lo que el detalle sería más que maravilloso.

-Le encantará a mi amor. –Pensó él, mirando por la ventana para esperar la llegada de su amor.

Estaría levemente desesperado por su llegada, que tardaría poco más de cinco minutos, aunque se le hicieron completamente eternos en su totalidad. Seguía esperando recargado en la pared, como siempre lo hacía.

Cuando escuchó los tacones de Mafuyu, él sonrió para sí mismo, ocultando la rosa en su espalda. Se quitó de la pared para quedar frente a frente con ella, encontrándosela cuando dobló en una de las esquinas de la academia.

La profesora se quedó parada unos segundos, ambos se sonrieron amorosamente.

-Hola. –Se dijeron, al tiempo.

-Esto es para ti, Mafuyu. –El muchacho se miró el brazo oculto tras su espalda. Ella abrió los ojos, como que queriendo saber que era.

-¿Un regalo? Hum, ¿Qué será? –Dijo Mafuyu, fingiendo desinterés, lo cual fue captado por Nariyuki, quien torció un poco los ojos para sonreír con la boca cerrada.

Él extendió la rosa de papel con el fragante aroma de su perfume personal, haciendo que ella se riera, llevándose una mano a la boca.

-Que tierno de tu parte, Nariyuki.

-Un detalle sin importancia. Algo me dice que queda muy corto para ti.

-¿Muy corto? Pero sí es excelente. –Mafuyu recibió la rosa, oliéndola un poco para impregnarse de su aroma. –Entremos de una vez, tenemos muchas cosas por hacer.

Ambos se cruzaron en la puerta, Nariyuki hizo un gesto de permitirle el paso primero a la señorita, algo que ella agradeció con una sonrisa, arreglándose uno de los mechones del cabello. Nariyuki se enamoró un poco más.

Mientras Nariyuki estudiaba las guerrillas comunistas en Asia, teniendo la gran mayoría de ellas como símbolo al Che Guevara, Mafuyu calificaba los trabajos de ese mismo día, aparte de empezar a escribir las primeras preguntas del examen.

Veía el caso de Thomas Sankara, conocido por ser "El Che africano".

-Mafuyu...¿Por qué el Che es tan famoso? –Preguntó él, bastante extrañado. Hacía no mucho se inauguraba en la ciudad una exposición fotográfica de El Guerrillero Heroico.

-Por ser un símbolo de "paz". Me parece un poco irónico porque Ernesto Guevara era un hombre sumamente violento, a donde quiera que iba organizaba guerrillas.

-Si el Che era tan malo, ¿Por qué es tan famoso?

-Como te dije, es un símbolo. Supongo que es un símbolo de esperanza, por eso es que el Che es tan famoso en la cultura china, por ejemplo. No se diga de la propia Cuba y de América Latina, o de África.

-Un símbolo de esperanza...para alcanzar la victoria y vencer.

Ella se rió un poco. –Te recomiendo que no investigues más de ese hombre, acabarás con deseos estúpidos de organizar guerrillas o de hacer una revolución para derrocar al emperador. (Je, je, je, je claaaaaaro que no es mi caso😅😅😅)

Nariyuki también soltó una sonrisita. Ya no importaba, se quedaría un poco con las ganas de saber que tanto hizo aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia.

Era de esperarse que, cuando un hombre grita, no se le escucha. No obstante, cuando un hombre grita de verdad, el grito comienza a hacerse más grande, siendo cantado por más personas, hasta que se convierte en algo que mueve a todo un continente.


(JAJAJAJAJAJA es gracioso porque es verdad JAJAJAJA aparte de que me quiero dejar la barba únicamente por el Che 👀👀)

Dejando un poco de lado los temas revolucionarios, llegó un punto en donde, quizá ya por el cansancio y por la posición en la que estaba, además de desconectarse por completo de su realidad, Nariyuki se quedó dormitando.

Mafuyu, también por su parte, se concentró tanto en su trabajo que no se percató que el muchacho se había quedado inerte, hasta que alzó la mirada para estirarse.

Ella lo miró con enajenación, creyendo que dormía, por lo que se levantó de su asiento. Un impulsó la dominaba, no siendo dueña de sí misma, Mafuyu fue hasta el joven, agachándose hasta tenerlo frente a frente.

-Que sea como aquella vez. –Pensó, cerrando los ojos para luego acercar sus labios a los del muchacho.

Al besarlo, Nariyuki se percató que algo le tocaba sus labios, aparte de sentir una respiración en su rostro. Abriendo los ojos, el muchacho vio que era besado, comenzando a respirar tan veloz como si fuera un caballo en plena carrera.

Casi separándose, Nariyuki carburó en su cabeza que tenía que reaccionar a la oportunidad, por lo que tomó de la cintura a Mafuyu, respondiéndole el beso.

Estando tan exhortos en su beso, ambos se dejaron llevar con pasión, besándose al tiempo en que respiraban por la nariz, algo que, si bien era un poco incómodo, los dos no querían separarse por dos razones.

La primera de ellas, y la más poderosa de las razones, es que ellos querían que ese momento fuera eterno, inacabable, sensible. La segunda razón era, ¿y qué harían cuando se separaran? ¿Cómo se mirarían a los ojos tras besarse siendo alumno y profesora?

Era reprochable, casi un delito por cuestión de dos años. Si es que alguien los veía y delataba, no la contarían.

Pero, lo que era el beso, sentían chispas, explosiones de un son alegre, una sensación que les llenaba el vacío de su corazón que cada uno tenía. Se sentían, pues, con el alma completada.

No queriendo, pero temiendo a que fueran descubiertos, Mafuyu se separó del beso, desviando la mirada para correr la puerta de su oficina, parándose en el marco de la misma.

-¡Espera! –Le pidió su enamorado.

-Na-nada pasó aquí, ¿de acuerdo? –Preguntó ella, un poco intimidatorio.

-No...aquí sí pasó algo, algo hermoso.

Ella apretó los dientes, arrugando la boca un poco del coraje. A pesar de no haber nadie en la academia, y de que nadie los escucharía, Mafuyu cerró la puerta de su oficina.

-¿Qué estupidez dices, Yuiga? –Negando algún lazo que no fuera meramente académico, ella volvió a llamarlo por su apellido.

-¡Qué yo te amo!...me enamoré de ti, Mafuyu, y sé que tú también...

-¡No digas más! ¡N-no quiero escucharte! Se acabó el trabajo de hoy, ya te puedes ir. –Mafuyu comenzó a llorar, limpiándose rápidamente las lágrimas al tiempo en que se arruinaba el maquillaje.

-¿Por qué no aceptas lo que dice tu corazón?

-¿Amor entre profesora y alumno? Eso sólo se lee en libros y se ve en películas, pero no en la vida real...yo también te amo, Nariyuki, pero es que lo nuestro sería una locura.

-Tienes miedo, Mafuyu...

-Por supuesto que tengo mucho miedo, Nariyuki. Perdería todo por amor, y de amor no se come. ¡Maldita vida! Siempre me ha ido mal, sólo una vez en mi vida he sido feliz y me arrebataron esa felicidad, y otra vez me sucede.

-Fumino me dijiste que arriesgarías todo por amor, ¿Acaso le mentiste? Hay personas que hablan y hablan de tener valor, pero cuando les toca ser valientes, se van corriendo temblando de miedo...¿eres de esas personas?

Ella se acercó para darle una bofetada, deteniéndose cuando estaba por hacerlo. Fue y abrazó a su amado, llorando en su hombro a la vez que él respondía su abrazo.

Sentían en su corazón el amor mutuo, uno con miedo e incertidumbre por parte de ella. Por parte de él, era rebelde y atrevido, no importando nada mientras se tuvieran el uno al otro, ese sería consuelo suficiente para toda la vida.

Mafuyu levantó su cabeza del hombro de Nariyuki, mirándolo con sus ojos lagrimosos, con su maquillaje arruinado e incluso su blusa manchada por el maquillaje corrido. Se veía desamparada, y es que así se sentía al saberse abandonada por la vida misma, pero acompañada de una suerte traicionera y egoísta.

Teniendo nuevamente una Mamihlapinatapai, ahora no se contendrían una segunda vez, estando conscientes de lo que iban a hacer. Ahora sí que sería un "primer beso", al ambos ser parte del mismo.

Cerraron sus ojos, abrazándose con un sentimiento de pertenencia sobre ambos, pero más fuerte por parte de Mafuyu. Nariyuki le dijo que sería siempre suyo, y ella quería que lo cumpliera.

Besándose con torpeza, incluso se verían patéticos ante los ojos de los demás, ya que casi unían sus labios sin mucho sentido, pero querían besarse, haciéndolo con el alma puesta en juego en aquella acción.

No eran para nada los mejores en besarse, pero sí serían los que lo hacían con más amor. Ella lo tomaba de los hombros, alzando un poco el cuello para tenerlo para ella.

Los pájaros cantaron para celebrar la unión de los dos enamorados. Mafuyu comprendió que sí, que era mejor arriesgarlo todo, ya que a grandes riesgos, grandes recompensas. ¿Y cuál sería su recompensa? La de ser feliz de una vez por todas, nada más y nada menos.

-Si por besarte después tuviera que ir al infierno, lo haría. Así después podría presumir a los demonios de haber estado en el paraíso sin nunca entrar.

-Cállate y bésame otra vez. –Recriminó ella, empujando al muchacho para hacerlo chocar contra la pared, pegándose a él para besarlo una vez más.

Su amor desesperado de tanto tiempo se expresaba en esos besos, siendo la representación más perfecta de lo que sentían, de lo que querían. No era la carne, para nada. Querían unirse para completarse mutuamente.

Y es que eso es una pareja, no un juego de quita y ponle, es una acción de amar y dejarse amar bajo una sola condición: procurar que la otra persona sea mejor cada día, ¿sino de que sirve amar? La carne la ofrece cualquiera, pero no un amor sincero.

-¿Entonces? ¿Me tendrás rogándote en la ventana de tu casa durante cien noches?

-Sería durante unas noventa y nueve, nada más.

-¿Nada más?

-Nada más. –Mafuyu se rió. -¡No es cierto! No hace falta que me ruegues una sola vez, ni siquiera que me ruegues estar conmigo toda la vida. En donde quiera que estés tú...soy feliz.

-No me necesitas para ser feliz, ya deberías saberlo.

-Definitivamente no. Lo que sí, es que mis días son más felices contigo que sin ti.

-Bueno, como ya te lo he dicho...soy siempre tuyo.

-Yo no soy tuya, y jamás perteneceré a nadie. Aunque basta con que tú seas mío para no separarnos, para siempre amarnos. –Ella abrazó al muchacho recargándose en el pecho de éste. (Awww 😍😍)

Ahora se amaban, era felices, se tenían a sí mismos, por lo que no les faltaba nada más, no lo necesitaban.

Aun así, y como diría la propia Mafuyu, de amor no se come, pero si querían amarse, tendrían que hacerlo en secreto. De igual modo, poco o nada les importaba, mientras pudieran amarse.

Como no era raro, al día siguiente Nariyuki tenía un ramo de rosas igual de hermosas que las de aquella vez, salvo que ahora, previniéndose, llegó casi media hora temprano, aparte de cubrirlas con una tela negra para que no pudieran ser vistas.

Él abrió la oficina de Mafuyu con su llave, dejando las rosas en un florero, que era el mismo que ella usó cuando Nariyuki le entregó el primer ramo. Les puso agua de la cafetera, escribiendo en un corazón de papel rojo "Soy tuyo, amada mía".

Aquel curioso y enamorado muchacho sonrió para sí mismo de pensar en la reacción de su profesora. no era tiempo de pensar, era de actuar.

Fumino lo esperaba en el patio de la escuela, parada bajo la sombra de un árbol, ya que había citada media hora antes de la entrada. Eso le parecía extraño, pero si su buen amigo quería hablar con ella con tanto tiempo de antelación, era que algo sucedió.

Llevaba en manos el cisne de chocolate congelado, pero el día era relativamente cálido, así que era mucho mejor tenerlo en el edificio, que era frío.

Nariyuki llegó corriendo a toda prisa, tomando de la mano a su contraria para encaminarla al salón.

-¡Oye, ¿pero qué haces, Yuiga?! –Se quejó ella.

-¡Ya verás, pasó algo muy, muy, muy importante ayer, algo que viene genial para tu novela!

-¡Bueno, tengo que reconocer que eso me interesa, pero hay formas de llamar la atención de una chica!

Una vez en el salón, ambos jalaban aire tras la carrera que se aventaron. Al recuperar el aliento, Nariyuki fue claro y conciso.

-¡Me le declaré a ya sabes quién!

-¡Awww! ¡Cosita! ¡¿Y qué te dijo, cuenta, cuenta?!

-¡Que sí!...pero lo dudó, sentía miedo de nuestra relación, no quería arriesgarlo todo hasta que le recordé lo que ella te dijo.

-Cualquiera tendría miedo de una relación que puede salir potencialmente mal, pero es mejor decir "lo hice" a "me quedé con las ganas". ¿Y cómo te le declaraste?

Mientras Nariyuki le contaba cómo es que la confesión vino a través de un beso, Fumino escribía todo a la vez que babeaba al darle una sobredosis de amor juvenil.

El hecho de que su contrario fue despertado por un beso le parecía de lo más romántico, no quedándose atrás con la parte del maquillaje de la profesora, siendo un elemento que ella exageraría en su novela.

-Sufría por tu amor, eso quiere decir que eres muy especial para ella. Nunca la dejes ir.

-Sigue sufriendo, por lo que mi misión en esta vida es hacerla feliz, ¡Furuhashi, yo quiero que Mafuyu sea feliz!

(Para los que no saben inglés al igual que yo :'v, Nariyuki dice "quiero hacerte feliz" no sé si sea del manga o un fanart, pero es lindo :3 por eso puse esa portada)

-Eres un temerario, Yuiga. Hacer feliz a una mujer no es tarea sencilla, pero lo lograrás si es que la amas de verdad. En la situación actual de ambos, pasarán por muchos obstáculos, pero si eres astuto, ya que no todo se trata de amar, lograrán sortearlos.

Era cierto, ser un hombre enamorado es sinónimo de ser desprevenido y de bajar la guardia, por lo que el muchacho tendría que ponerse muy listo si no quería ser descubierto.

-Y, en cuanto la veas, dale esto. –Sonrió Fumino, dándole el cisne ce chocolate.

-¡Claro que sí! ¡Gracias, Furuhashi! Haré que tu novela tenga el mejor de los finales.

Nariyuki se retiró del salón para esperar a su amada en la entrada de su oficina, si es que ella no había entrado ya.

Hablando de la reina de roma, Mafuyu se dirigía a su oficina como si fuera un día cualquiera, como uno más sin apenas importancia. Lo que era anormal, en el buen sentido de la palabra, es que su día de ayer fue el mejor o de los mejores de su vida.

Lo que tampoco sabía es que ese día entraría en los mejores de su vida, por supuesto. Apenas abrió la puerta de su oficina, vio el ramo de rosas y el corazón de papel pegado al florero. Ella no necesitaba más información al saber de quién eran.

-Nariyuki... -Susurró ella, llevándose las manos a la boca como si estuviera orando, lagrimeando un poco de los ojos al sentir el amor de su amado dentro de su pecho. -¿Por qué eres así?...no haces otra cosa más que enamorarme más cada vez que tienes una linda ocurrencia.

El muchacho tocó la puerta de la oficina, advirtiendo a su profesora, quien se giró para verlo. Notó que quería llorar.

-¿Mafuyu?...

-Cierra la puerta, y ponle el seguro. –Pidió. Él no dijo nada, sólo obedeció.

-Aparte del ramo de rosas, quería darte esto. –Ofreciendo el cisne de chocolate, Mafuyu torció los ojos, enredando sus brazos en el cuello del muchacho para besarlo.

Nariyuki respondió tomándola de la cintura, abrazándola para darle amor. Se separaron del beso para juntar sus frentes, sonriendo con los ojos cerrados, pero con la boca abierta.

-Siempre mío...

-Siempre tuyo...

-Un día te regalaré algo. Te digo que te amo pero no te he dado absolutamente nada, Nariyuki.

-Con tus besos basta, Mafuyu. En verdad, no necesito nada más que tus besos y tu amor.

-Recíbelos entonces. –Ella le robó un beso en los labios, dándole su amor en el proceso.

Se amaban con locura, y para la locura no hay cura.
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Awwwwww que hermosho :3

Pinche capítulo estuvo bien romántico. Ya les venía adelantando la semana pasada que era un capítulo que estaba bien cargado. 

Ya tiene varios meses que escribí la historia (serán unos 3, me parece), y la acabe hace como uno y medio, por lo que hay varias cosas de las que en verdad no me acuerdo y me emocioné, me enternecí con mi propia historia (narcisismo detected :v), y me sorprendí cuando Mafuyu casi abofetea a Nariyuki, hasta que me quedé "chale, no lo hizo :v" no me acordaba de eso xd 

Quizá ya para cuando acabe de publicar la historia ya tenga la barba como mi Che bb 😎😎

Sin más, espero que les haya encantado, enternecido, hacerles soltar un "awww" más de una vez, nos vemos la proxima semana.

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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