15 Sigamos juntas
Al llegar a la escuela cada padre busca a su hijo, a Laura la busca Ender con una sonrisa al verla, la toma abrazándola y la hace girar en el aire, su hermana tiene una enorme sonrisa.
—Te extrañe bolsa de excremento —le dice él tan amoroso.
—Yo también te extrañé camión de vómito de fermentado de bebé.
—Ganaste esta vez —le dice y le revuelve el cabello.
—Niño bonito ¿Podemos hablar?
—Mi profe favorita, claro. Pase por mi oficina —hace una reverencia y Laura se ríe, él la observa de costado y le guiña un ojo— ¿Qué pasó profe?
—Sabes como es lo del campamento, esta es tu carta —le entrega la que le entregó Laura.
—¿Soy su persona más importante? —él mira el frente y ríe— Podría haber jurado que aún lo era mamá —suspira aliviado y la guarda en la riñonera que cruza su pecho— ¿Puedo pedirle algo? Sin ironías, sin sarcasmo y de manera seria —Stella asiente—. Es mucha responsabilidad y siendo honesto mi vida no va exactamente viento en popa, si algo llegara a pasarme usted ¿Podría cuidarla por mí? —observa a su hermana conversando con Jasmine por encima del hombro de Stella—, ambos hemos pasado por mucho, pero ella aún es solo una niña —niega con la cabeza mirando el suelo.
—Ambos lo son —responde ella.
—Hace tiempo que me afeito los tres pelos que me salen de barba profe y tengo dos pelos muy machos en el pecho —intenta alivianar la situación con bromas—. Ella es una niña dulce, es muy inteligente, amable —suspira y sonríe—, es una de las mejores personas que he conocido, pero esta creciendo y quizás llame la atención de la persona incorrecta —mira a Stella entre ellos saben que se refiere a su padrastro—, no dejaré que nadie la lastime. Por eso le pido ese favor. Solo es hasta que logre sacarla de mi casa por mis propios medios ¿Puede ser?
—Ni siquiera tienes que pedirlo, con Jasmine ya hablamos con ella, tienen ambos —recalca esa parte—, nuestro total apoyo y las puertas de nuestras casas abiertas en el momento que lo necesiten. Con ambas tendrán un lugar a dónde ir.
—Gracias profe —le extiende la mano—, a ambas. Sabía que no me equivocaba con usted —suspira—, tampoco con ella —mira a la pelirroja que los saluda. Ambos se acercan—. Vamos homunculo —sube a su hermana en la espalda y comienza a correr hacia la parada del autobús.
Stella se ofrece a llevarlos, total queda poca gente y ellos aceptan, a Jasmine la busca su esposo al que saluda con un abrazo esquivando el beso, se sube al auto, intercambian miradas con Stella que le guiña un ojo, y le manda un mensaje.
"Te amo a ti y solo a ti. Me encantaría que fueras tú con quien me voy a casa".
Los chicos se suben al auto y paran frente a una casa que se ve bastente bien, afuera hay un hombre lavando una camioneta, tiene el porte y medallas militares colgando de su cuello. Al bajar ambos pasan por su lado y el joven coloca a su hermana del lado más alejado del hombre.
—Es la maestra de los chicos —se acerca al auto de Stella.
—Sí, soy la profesora de literatura.
—Gracias por traerlos, estaba justo lavando mi camioneta y no pude ir a buscarlos ¿Qué tal les va en la escuela? Bueno sé que Ender es un bueno para nada, con su madre apostamos a nuestro caballo ganador que es Laura —entonces el baja la mirada al pecho de Stella que al notarlo se cubre mejor con la camisa.
—Ambos son personas excepcionales quizás si Ender tuviera más apoyo, podrían ver lo bueno que es —el hombre comienza a reír.
—Debe ser la única que dice eso.
—Me tengo que ir, que tenga un buen día —Arranca y ve como él sigue riendo—. Imbécil.
Llega a buscar a su cachorro por la guardería, que se pone muy feliz al verla. El pequeñito era apenas un bebé cuando lo encontró tirado a la orilla de la carretera, ni siquiera abría los ojos y tenía su pequeño cordón, ahora tiene dos meses con ella y es un cachorrito hermoso.
—Bosco, mi niño —se agacha para acariciarlo y alzarlo—, te extrañé tanto ¿Cómo te han tratado? Vamos a casa.
Llega a su cabaña por la huella de la entrada, pero para a mitad de camino ya que le entra una llamada de la inmobiliaria, el nuevo dueño quiere mudarse lo antes posible, así que tiene que desocupar la casa antes de fin de mes y tendrs el dinero depositado en su cuenta en 24 hs descontando la comisión inmobiliaria.
Baja con el cachorro en sus brazos y ve en la entrada de su casa una cabellera que reconoce muy bien, ella sonríe y se para en los escalones mientras el auto se estaciona bajo el toldo.
—Estoy segura que no pedí ningún paquete por Amazon —Jasmine sonríe y se acerca a ella para besarla.
—Es un regalo, te lo manda alguien que te ama mucho.
—Bueno con tremenda sorpresa debe amarme mucho de verdad —la envuelve por la cintura y la besa, Bosco se asoma entre su abrigo.
—¿Qué tenemos aquí? Entonces era cierto lo de tu perro —sonríe tomando al cachorro entre sus brazos, entonces lee el nombre en su collar.
—En mi defensa, no sabía que volverías, no esperaba que lo hicieras y —se lleva una mano al cuello—, ya se había acostumbrado al nombre como para cambiárselo —no le dice nada solo la abraza fuerte y Stella la envuelve en sus brazos—. No planeaba tener un perro, y no se me ocurría un nombre lo suficientemente bueno para él, tú siempre habías dicho que ese nombre te gustaba.
—Solo falta que yo esté en casa viviendo contigo —apoya su frente en la de Stella—. Le dije a Adam que quiero el divorcio —suspira y la observa—, me dijo que no va a dármelo sin luchar por nuestro matrimonio. Estoy cansada de esto, de él —se sienta en los escalones—. No es un mal hombre, pero no entiende que no lo amo, que nunca lo amé —Stella de sienta a su lado y toma su mano.
—Supongo que no debe ser fácil para él, y supondrá un golpe cuando se entere con quién estás —indaga para saber si ese punto no le molesta que se sepa.
—No me importa, no me importa honestamente si le gusta a él, a mi familia, amigos o en el trabajo, no me importa. Estoy harta de anteponer a todos y al que dirán por encima de mi felicidad, por encima de la persona que amo, te amo y te elijo, por encima de todos y todo —entrelaza sus dedos—. No voy a irme o dejarte ir, ya no soy la veinteañera miedosa.
—Dejale la casa, ven a vivir conmigo, este puede ser nuestro hogar, no quiero que te tenga en una lucha por cosas materiales para no soltarte —Jasmine la mira y parpadea sin entender—. 17 años lejos de ti, no quiero estar apartada ni un minuto más de tu lado, no tengo nada que pensar, quiero despertar cada mañana a tu lado —la pelirroja sonríe—. Agh no es una propuesta de matrimonio.
—Pero sonó así —Stella se muerde el labio inferior y se levanta para abrir la puerta—, podría ser una propuesta, contigo me casaría con gusto y no tendrías que convencerme de escapar de la iglesia, iría corriendo a casarme contigo.
—No fue una propuesta.
—Vamos no seas así, sabes que tarde o temprano terminarás siendo mi esposa.
—Que no es una propuesta.
—Pero está la opción a futuro.
—Deja de molestarme apenas te propuse vivir conmigo, si te comportas bien en tres meses te compro una paleta de frutilla, tu sabor favorito —se ríe y Jasmine se enoja frunciendo el ceño—. Cuándo te haga una propuesta, no será en una conversación casual, Quebert, será algo romántico e inolvidable, y ahí sí yo te haré mi esposa legalmente o en una ceremonia simbólica —Jasmine ríe feliz.
Stella la toma entre sus brazos y pone en práctica los frutos del gimnasio, la levanta para colocarla encima de ella, pero la baja rápidamente en cuánto le da un tirón en la espalda y ambas ríen, mientras a besos y tropezones van rumbo a la habitación. La pelirroja se queda a dormir ese día y todo el fin de semana, poco se levantan de la cama.
Jasmine atiende las llamadas de Adam y discuten por teléfono mientras ella se pasea semi desnuda por la terraza de Stella, luego de un momento, sale la castaña y la abraza por la espalda apoyando su mentón en su hombro para envolverla en una manta.
—¿Necesitas algo?
—Mantenerme alejada de los objetos punzo cortantes —Stella ríe—. Me tiene harta. Estoy tratando de ser amable, no quiero ser cruel, pero me está orillando a mi peor versión y la va a conocer, dentro de muy poco —la castaña comienza a besar su cuello— ¿Es tu manera de calmarme?
—Hmm ¿Funciona?
—De maravilla, continúa —le expone el cuello así ella lo sigue besando y Stella ríe, pero lo hace.
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