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Enséñales una sonrisita

Lo siento chicos, sé que tengo muchas historias que tengo que completar. Sin embargo tenía esto en mi cabeza y lo tenía que sacar. Además con esto aviso que no me voy a retirar ni estoy muerto. Espero que lo disfruten.

Además quiero mostrar que puedo hacer algo Fluff.
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La felicidad y la amistad son atributos esenciales de la naturaleza de los seres vivos. Cualquiera que pase tiempo en público se da cuenta de que las personas a menudo reaccionan positivamente a una sonrisa. Una sonrisa muestra a los demás que eres feliz y amigable. Dos emociones esenciales en cualquier interacción social. Incluso puede ayudarte a hacer amigos.

El pequeño Dálmata de los Paw Patrol lo tuvo siempre presente en su mente. Cada vez quién es el sonreía a un humano siempre le daba algo que comer cuando era un cachorro de la calle. Gracias a esa sonrisa duele que Ryder vio él gran cachorro que era. Gracias ahí esas ganas de sonreír pudo conseguir una familia.

Fue gracias a su sonrisa y a su carisma qué se ganó varios fans. Y el cariño de aquellos cachorros que pronto serían su familia.

Por lo tanto, aprender a sonreír naturalmente es un componente esencial de la vida diaria. La mayoría de las personas consideran la sonrisa como una forma de expresión social universalmente aceptada. No obstante hay pocas excepciones.

Humdinger nunca sonríe. Siempre odio las persona que sonríen y son felices. Le daba envidia la sonrisa de alguien más. El desgraciado,perro maldito no quería que su pueblo existiera la felicidad. No mientas el seguía en el poder.

Aunque el día de hoy había un evento que le podía devolver la sonrisa a ese alcalde. La carrera regional de ranas. Este podría ser el día que gane limpiamente un torneo. Sólo había un problema.

Sonrisita. La rana de Marshall

Esa rana tenía el poder del bingo tan grande como su sonrisa. Podría brindar un edificio entero sí se lo proponía. Sonrisita tenía ese don natural. Y Humdinger haría todo lo posible para impedir que el concursada.

"Vamos gatitos, hay una rana que desaparecer". Fueron las únicas palabras que dijo el alcalde durante ese rato. "¿Por qué le importa tanto ganar esa tonta carrera de ranas?"

El alcalde Humdinger se dispuso a responder. " porque si no gano algo en contra de la alcaldesa como voy a demostrarle a mí madre que no soy un fracasado". Al decirles las lágrimas comenzaron a caer de su rostro.

Mientras tanto en el cuartel de los cachorros vemos a todos los cachorros juntos jugando a las atrapadas. Todos menos Marshall. Él estaba muy ocupado entrenando a sonrisita para la carrera.

"¡Vamos sonrisita! ¡Tú puedes! Gritó Marshall mientras le daba intrusiones. Aunque la rana obedece a Marshall, su brinco no era suficientemente largo para ganar. La fatiga de la rana era cara vez más notorio. Marshall a darse cuenta decidió hacer que su rana descanse.

"Sonrisita es hora de un descanso. Vamos a tomar agua y luego seguimos". Pese su inhabilidad de hablar como muchos animales en ese mundo, sonrisita fue capaz de espresar estar acuerdo con esa idea.

Ambos caminaron hacia la tasa de Marshall. Marshall se inclinó para que sonrisita pudiera tomar. Aunque esa rana decidió brincarse de la espalda de Marshall directamente hacia el tazón.

"Ahora tendrás que toma agua sabor rana". Bromeó Chase acercándose a su mejor amigo.

"No me importa. Después de todo el es mi mejor amigo antes de Ryder y de ti". Contestó Marshall con esa sonrisa característica de su personalidad.

"¿Porque siempre tienes una sonrisa en tu rostro cuando hablas con alguien más?" Preguntó Chase con esa duda que tiene desde qué era un cachorrito.

"Al interactuar con los demás, es importante mostrar sinceridad y cariño al sonreírles. Si lo hace, le ayudará a construir mejores relaciones con las personas. Además, una sonrisa puede ayudarte con tu salud mental cuando tienes problemas emocionales. Respondió Marshall.

Asombrado con la respuesta del dálmata, Chase lentamente se dio la vuelta y se fue reflexionando lo que dijo Marshall.

"Ahora va a estar como Rocky, el sara en todo lo que le dijiste". Dijo sorpresivamente Ryder llegando a la escena y haciéndolo notar su presencia.

"Hola Ryder. Sólo estaba entrenando a sonrisita para poder ganar la carrera de ranas". Dijo Marshall hinchado su pecho como señal de orgullo.

"Esta bien Marshall. Solamente no vayas a explotar a sonrisita de entrenamiento". Aconsejo Ryder mientras entró al cuartel.

Sonrisita comenzó a comer mientras una sensación comenzó a rodear su cuerpo. Sonrisita sabía que Marshall entendía muy bien a los animales. Literalmente podía traducido entender todo lo que el dijiera. "¿Porque siempre tengo que sonreír cuando entreno?" Preguntó la rana.

"Las personas se dan cuenta de tus emociones, lo que hace que sea mucho más fácil para ti tener interacciones sociales saludables con ellas". Le dijo Marshall a su rana sonrisita, la cual sólo respondió con un Croar. Sonrisita brinco la cabeza de Marshall y ambos entran al cuartel.

Lo que ellos no sabían era que a lo lejos estaban alguien espíado los en los arbustos. Humdinger rápidamente sacó comida para rana.

Sonrisita aunque no lo parecía tenía un olfato de perro. Era capaz de oler la comida igual que Rubble. Rápidamente se bajó de la cabeza de Marshall se fue por la comida. Llegó y agarró un bocado. En ese momento comenzó a sentirse mareado la rana. Sintió Cómo es su cuerpo se debilitó y llegó al punto de desmayarse.

Humdinger rápidamente la agarró y se la llevó.

Humdinger la sacó rápidamente y la llevó. Humdinger hizo lo posible para que Marshall no le vea robado la rana. Escondiéndose rápidamente en un arbusto. Humdinger miró la rana y mantuvo su ojo en el Marshall. Los Paw Patrol no se dieron cuenta cuando Humdinger corrió hacia Fondo Nubosos .

Sonrisita miró a Marshall otra vez. Marshall no vio cuando Humdinger, porque se escondió en los arbustos. Sonrisita comenzó a recordar aquella promesa que le hizo Marshall cuando lo encontró. "prometo que nunca voy a dejar de sólo". Comenzó a llorar cuando se dio cuenta que esa promesa estaba apunto de romperse. Marshall prometió que no iba a dejarlo solo, tenía miedo de que si Humdinger se le ocurriera algo malo.

Mientras tanto Marshall estaba comiendo. Él luego recordó a su Sonrisita. Estaba orgulloso de esa rana. Quién diría que esa rana qué encontró en el lago sería una gran saltadora.

Ahora era dos días hasta la fecha de la raza de las ranas. Iba a detenerse para asegurarse de que el plan estuviera listo para ganar. Aunque él no sabía que cada vez sobre explotaba él entrenamiento de Sonrisita.

Sonrisita estaba en buena forma y fue muy inteligente. Él no tenía inquietud. Aunque querría ganar esa carrera. Cada vez el sentía que su cuerpo resistía menos él entrenamiento.

"¿Ahora que estás pensando Marshall?" Preguntó Zuma mientras Rubble trataba de haberle la comida. "Solo pienso en darle un descanso a Sonrisita y llevarlo a divertirse". Al decir eso Marshall salió por Sonrisita.

"Sonrisita vengo a dejarte algo de comida". Marshall sé sorprendió al no ver a su rana ahí. "Tal vez salió a desahogarse". Pensó Marshall.

Sin embargo al pasar el tiempo se dio cuenta que sonrisita no volvía. La preocupación se apoderó de Marshall. Llegó al punto de pedirle a Ryder ayudar para buscarla.

"Cachorros, llamada de alerta".

"¡Ryder nos necesita!" gritaron los cachorros mientras todos corrían hacia el cuartel con aullidos.

Cuando llegaron notaron que Marshall no los había tirado. Lo cual se les hizo extraño a los cachorros. Las caídas de Marshall era algo que le ponía ambiente a esa situación. Aunque a veces podía llegar a ser fastidioso esto ya era parte de la tradición de los Paw Patrol.

El elevador comenzó a subir hasta llegar al cuartode uniformes. En lugar de su uniforme normal de oficial de policía, Chase recibió su atuendo de Super espía que solo se usaba para misiones específicas. Las cuales la mayoría era de personas o animales desaparecidos.

Una vez que el elevador continuara hacia arriba donde pronto llegaron a la cima. Las puertas se abrieron, saltaron y se pararon en el orden correcto lo más derecho posible. Marshall ya estaba formado.

"¡Paw Patrol, listo para la acción jefe Ryder!"

"Cachorros. Tenemos una misión importante. Sonrisita se perdió".

"¿Al menos esta vez se fue sin mi helicóptero?" Dijo Skye como una pequeña broma.

"¡No estamos para bromas Skye! ¡Necesitamos a encontrar a Sonrisita!" Dijo Marshall con preocupación.

"Por ahora no tenemos pistas de dónde está así que vamos a tener que buscar cuadra por cuadra por toda la Bahía". Dijo Ryder eligiendo al cachorro parala misión. "Para esta misión, necesitaré... Chase. Necesitaré tus habilidades de rastreo y tu dron espía para ayudar a buscar a los miembros de la familia desaparecidos."

"¡él espía Chase se hará cargó!"

"También lo necesitaré", continuó Ryder mientras vio a Marshall. Sabía que el iba a querer ir por ser su amigo. "Marshall. Quien mejor que tú para tratar de encontrar a Sonrisita."

"¡Estoy listo para un  ruff ruff rescate!" respondió Marshall, siguiéndolo con un ladrido.

¡Muy bien, Paw Patrol entra en acción!" gritó Ryder mientras corría hacia su poste mientras los demás ladraban de emoción. Chase y Marshall corrieron al tobogán y se deslizaban hacia sus vehículos.
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Y así pasaron las horas y no había señales de Sonrisita. Las esperanzas de encontrarla se desvanecen. Aunque el corazón de Marshall no se rindiera fácilmente. El buscaría por debajo de cada roca en toda la Bahía sí fuera necesario.

"¿Alguna señal de Sonrisita Chase?". Preguntó Ryder a un agotado Chase. "No hay nada". Respondió el pastor alemán. "Tal vez deberíamos regresar al cuartel".

"¡No!" Gritó Marshall. "¡Yo no voy a rendirme! ¡Voy a encontrar a sonrisita aunque me cueste la vida!"

Marshall se sentó a reflexionar sobre la situación.  Recordó todos los momentos buenos que habían pasado juntos, y cómo se habían comprometido a estar siempre el uno para el otro. "Te fallé Sonrisita".

En ese momento Marshall comenzó a recordar el día que encontró a Sonrisita. Tal vez no era un día lluvioso o uno con mal tema, pero Marshall no tenía la mejor actitud. Recientemente había tenido una discusión con Chicos sobre algo que no recordaba. El punto es que Marshall salió corriendo del cuartel para llorar.

Por mucho que el trataba de sonreír no le salía la sonrisa. Fue hasta que llegó a un lago retirado de la bahía. Miró el agua como si fuera un relajante para perros. Con la mayor cara de tristeza que había tenido en ese momento.

Fue entonces cuando cuando escuchó un sonido. Croar. Croar. Croar. El sonido se intensificó. Marshall se posicionó en modo combate. "¿¡Quien está ahí!?" Gritó Marshall

En ese lugar y instante salió una rana. La cual tenía la sonrisa más grande que había visto. Se quedó observando a Marshall. El dálmata bajó su guarida.

"Vete. Quiero estar sólo" Dijo Marshall entre lágrimas.

Aunque la rana no obedece. Es más hizo todo lo contrario. Lentamente fue acercándose a Marshall. El seguía gritando que se alejará. Y la rana seguía sin obedecer. Fue hasta que ambos tuvieron contacto cuando Marshall dejó de gritar.

"Eres lindo. ¿Cómo te llamas? Preguntó el dálmata sin recibir una respuesta. "Que linda sonrisa tienes. ¡Ya sé! Te puedo llamar Sonrisita.

La rana sólo sonrió. "Creó que eso es un si".

Paso lo habitual. Ryder y Chase encontraron a Marshall en el pantano. Pero esa de no vieron solos. Ya que la rana que Marshall había encontrado iba con ellos. "Sonrisita ahora te prometo que nunca nos vamos a separar".
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"¡Ya sé dónde está!" Exclamó Marshall.

"¿Dónde?" Preguntaron Chase y Ryder.

"¡sólo sigame!" Respondió el dálmata. Arrancó su vehículo a toda velocidad para llegar lo más rápido posible al lugar.

Chase y Ryder seguían confundidos. Sin embargo ellos confían en Marshall y que el ya sabía dónde encontrar a Sonrisita.

Los pantanos son abundantes en el mundo, pero algunos son más bellos que otros.  A menos que uno reciba una guía osea veleidades hacerlo, las exploraciones de un pantano pueden ser muy aburridas y repetitivas.

No obstante este pantano en especial se podría decir que fue cuando Marshall aprendió qué nunca tenía que dejar de sonreír. 

Los pantanos son bellos en términos ambientales.  La gente considera los pantanos abigarrados y hermosos porque contienen mucha vida.  Los árboles crecen desordenadamente, la hierba se hace verde, y los insectos aletean sobre las hojas.

Aunque en este caso de buscar y rescate son horribles. Buscar una rana aquí era como buscar una aguja en un campo de césped con 100 más igual.

"¿Como vamos a encontrar a Sonrisita?" Preguntó Chase.

"Yo tengo un llamado especial co él". Croar...Croar... comenzó a decir Marshall. Vaya que era envidiable esa habilidad de hablar con los animales.

Y en ese momento apreció. Con esa misma sonrisa que tenía cuando la conocío por primera vez. Saliendo cómo esa vez que dio un gran brinco. La cara de felicidad de Marshall no tenía precio. "¡Sonrisita!" Gritó Marshall mientras corría hacía el.

Tanto el cachorro y la rana sé dieron un gran abrazo. "¿Cómo llegaste hasta aquí?" Preguntó Marshall con curiosidad.

Sonrisita comenzó a explicar todo. Y como fue que él alcalde Humdinger la secuestró y la llevó al pantano para que no la encontrara.

"El alcalde Humdinger va a pagar caro esto". Expresó Marshall con furia y los ojos rojos. "Ya será mañana en la carrera. Ahora tienen que descansar cachorros, y Sonrisita.

En ese instante todos se dirigieron al cuartel.
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Esa noche cuando dormía, pensó en lo que era hiramón que se hará cuando se despertó. En el medio de la noche, Sonrisita tenía la sensación de que algo iba a suceder. Fue afuera, y el cielo estaba lleno de nada. Las estrellas eran brillantes y la luna era tan brillante que casi ciega. Todo estaba tranquilo y sonrió sentarse. Él se sentía valiente. Se sintió como si pudiera hacer algo para ayudar a su amigo Marshall.

En ese instante salió Marshall. "¿Que haces afuera tan de noche Marshall?" Preguntó el dálmata a la pequeña rana. Son en estos momentos en que Marshall agradece tener la habilidad de poder entender a cualquier animal.

"Marshall, no se si yo quiera ir a la carrera. Qué tal si Humdinger pone trampas en la pista". Expresó Sonrisita. Marshall solo se acercó. "Si no quieres ir a correr no tienes qué hacerlo. Es más creó que nunca quisiste corroer desde el principio".

Sonrisita se quedó boquiabierto al escuchar eso. No sabía por qué Marshall le decía eso. Talvez era algo muy serio para qué Marshall digiera eso. " yo no quería obligarte a cumplir un sueño que fuera tuyo. Talvez era más mi sueño qué tuyo. Lo siento Sonrisita, fui un egoísta." Dijo Marshall tristemente.

"Claro que siempre fue mi sueño ganar esa carrera". Exclamó Sonrisita mientras una cara de sinceridad salió de su cara. "Tal vez sí sobre exagere el entrenamiento". Admitió Marshall. Al decir eso soltó unas lágrimas."No quiero perderte, Sonrisita. Si hay algo que pueda hacer para arreglar las cosas, déjame saber. Estoy dispuesto a hacer lo que sea para arreglar esto."  Dijo Marshall, desesperado por hacer las cosas bien. "Aunque sólo lo hacía para que pudieras mejorar. Nunca fue mi intención sobre explotarte Sonrisita. Me perdonas".

"Claro que sí". Respondió la rana mientras ambos entraron a la casita de Marshall para irse a dormir. "Buenas noches Marshall". Dijo la rana. El pequeño dálmata extendió su pata y le tocó su cabeza. "Dulces sueños Sonrisita".

A la mañana siguiente, Sonrisita estaba sentado al lado de Marshall. Se sintió un poco mejor y estaba ristante. Sonrisita se acercó y se sentó junto a él y comenzó a preocuparse de que algo terrible sucediera peormente.

Los Paw Patrol se había dirigido hacia donde se llevaría acabo la carrera de rana. Los nervios se apoderaron de Sonrisita cuando llegaron y vio a la rana de Humdinger. El ya le tenía ese hombre. También sabía que él no iba a jugar limpio. "No podré hacerlo". Dijo inconscientemente Sonrisita.

Marshall le acarició la cabeza a su rana sonrisita y le dijo "No te preocupes amigo, siempre hay una luz al final del túnel. Si mantienes una sonrisa en tu cara, empezarás a sentirte mejor."
"¿Cómo podré sonreír en una situación como está?" Preguntó la rana con pocas esperanzas de ganarm

"Una sonrisa puede darle incluso energía cuando estás abrumado por los problemas emocionales. ¡Y con tu sonrisa puedes contagiar a los demás para que se sientan mejor!. Incluso si no ganas recuerdas que te esforzarte y hiciste lo mejor que podías hacer. Y con todo eso puedes mostrar que has mejorado. Dijo el dálmata.

La rana de Marshall sintió un apoyo misional que pocas veces había recibido. Aunque era muy bueno. Muchos pensaba que sonrisita iba a perder la competencia. La carrera de ranas era de mucho agotamiento físico y mental. Y alguien tan poco serio como sonrisita no era la más indicada para esta carrera psicológicamente.

No obstante, Sonrisita no se rindió y siguió entrenando duro para la carrera. Él y Marshall siempre sé levantaba cada mañana muy temprano para empezar su entrenamiento. Corría por todo el campo del cuartel busca de su mejora y perfeccionado que su resistencia aumentea. Además, se esforzó por mejorar su capacidad de concentración. Esta dedicación y determinación hizo que fuera cada vez más rápida, Con el objetivo en convirtiéndose en una de las mejores ranas saltadores del mundo.

"¡Qué todas ranas estén listas para esta emocionante carrera!" Decía la alcaldesa Goodway a través de un micrófono. "¡Alisten sus patas traseras porque ya carrera ya va a empezar.

Sonrisita se puso en la línea de meta. Justo a su lado estaba la rana de el alcalde Humdinger. "¡Van a perder!". Gritaba el alcalde. Esas palabras dolían más de lo que alguien podría imaginar. La inseguridad de sonrisita regreso. Sueña hasta que unas palabras de un pequeño dálmata regresar a la mente de la rana.

Una sonrisa puede ser una herramienta poderosa para cambiar tu estado de ánimo. Tu sonrisa es un regalo que puedes compartir con otros, y al hacerlo, te hace sentir bien también. Una vez que empieces a compartir tu alegría con los demás, te darás cuenta de que hay innumerables formas en las que puedes hacer sonreír a los demás. Y entre más sonrisas muestras mayor será el apoyo que recibas.

Inmediatamente se escuchó el ruido de la pistola al comenzar la carrera. Todas las ranas comenzar una brincar. "Vamos sonrisita, tú puedes". Gritó Marshall y los demás cachorros.

"En el primer obstáculo qué cruzarán el clásico brinco en las llantas." Anuncio la alcaldesa Goodway como la comentarista oficial de este evento.

Las ranas se apresuraron y siguen hacia adelante, con una energía que no pudieron controlar. Estaban listos para parar la primera parte de obstáculos. Los Paw Patrol dieron ánimos mientras las ranas corrían entre las llantas, saltando, gimiendo y riendo. Poco a poco fueron avanzando, alcanzando una velocidad increíble. Finalmente, llegaron a la parte final del obstáculo.

Fue aquí donde se dieron cuenta del plan de lo creadores de la carrera. Todo los obstáculos sólo eran para desgaste físico. Ya que todo se definen en el brinco final.

La rana de Humdinger hizo una carrera espectacular. Pero su velocidad lo había desgastado y cuando dio el brinco no fue tan lejano como debió haber sido. "¡Inútil pedazo de rana!" Exclamó Humdinger con enojó.

Sonrisita sintió algo de pena por su competidor, Aunque veo que su mayor amenaza ya no era un problema así que solo tenía que dar este brinco. Él también estaba desgastado pero se esforzó por sonreír. Sabías que con esa sonrisa iba a tener el impulso para dar el brinco.

Preparo sus piernas. Sus patas delanteras también. Este era el brinco que definiría la carrera. Aunque correr también daría puntos el brinco final sería lo que pondría los puntos finales.

"¡Tu puedes Sonrisita"! Gritaron los cachorros. "¡Sonreír!" Gritó Marshall.

Tal vez él no sabía porque lo hizo pero decidió dar el brinco sin tener control de lo que hacía. El tiempo se congeló mientras el brincaba. Habían un millón de posibilidades y solo uno de ellas es donde él ganaba.

Y calló. Por fin Había tocado él piso. Todos quedaron con la boca abierta Al ver lo que había pasado. Y los gritos comenzaron a sonar.

La alcaldesa Goodway explotó de felicidad. "¡El ganador es la rana de Marshall, Sonrisita!" Y la celebración inició. Todos los cachorros corrieron hacía Sonrisita. Desde Ryder hasta Rubble lee dieron la felicitaciones. Sin embargo la vista de la rana estaba enfocada en un cachorro.

Marshall sonrió con orgullo mientras observaba cómo sonrisita cruzaban el obstáculo con éxito. Había estado entrandola durante varias semanas, enseñándoles los saltos básico. Esta había sido una de sus tareas más difíciles en su carrera como entrenador, pero ahora sus esfuerzos estaban finalmente comenzando a dar frutos.

"Felicidades sonrisita" Marshall murmuró. de repente sonrisita se siente muy cansado mientras él entraría más cerca de su amigo.

Marshall se enfuró y se inclinó la cabeza hacia atrás mientras acariciaba la detrás de sonrisita.

"Felicidades ti también, Marshall". Él respondió en su cabeza, sintiéndose terriblemente feliz mientras se estába aturdiendo hacia el suelo.

"Ryder, voy a darle un paseo de la Victoria a Sonrisita en el parqué. Ahora vuelvo." Ryder no se opuso. Y el cachorro y la rana sé dirigieron hacia el parqué.

Y allí el cachorro y su rana se quedaron salpicamente saliendo de esa carrera, acostado en el césped mientras se hacían burlas uno al otro. Sabían que siempre estarían juntos para siempre, y eso fue lo que más importaba.

Y en caso de que ya no estaba seguro, el trofeo de la carrera de las ranas y la foto de él y Marshall con grandes sonrisas en sus rostros.

Marshall abrazó a su rana con él cariño qué siempre le tuvo. Y le recordó algo que siempre se quedara en la mente de Sonrisita.

"Y siempre recorda que vas a sonreír". Después de recordar eso Sonrisita le pidió algo a Marshall.

"¿Oye Marshall. Podemos quedarnos a jugar un rato en el parque?"

"Claro que sí". Respondió Marshall.

Supuestamente iban a quedarse solo unos minutos. Pero esos minutos se convirtieron en horas. Y esa tarde de diversión llegó hasta la noche.

"Oye Sonrisita, ya tenemos que regresar al cuartel." Dijo Marshall. Sonrisita ya estaba satisfecho de jugar. Así que no discutió. Pero antes quería cumplir un sueño. "¿Marshall, me puedes llevar en tú cabeza brincando?" Preguntó Sonrisita. Marshall solo sacudió la cabeza diciendo que si.

Sonrisita soltó a la cabeza de Marshall. Y el comenzó a saltar a la luz de la luna con una sonrisa. Las luciérnagas fueron testigos de esta amistad sincera y duradera. Y eso era todo lo que ellos podrían pedir.

Una amistad.
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Fin

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