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5. El cebo de la ciencia

Cuando Senku decidió que teníamos suficiente arena de hierro por el momento, finalmente pudimos abandonar el río.
Afortunadamente mi manto de piel se había alcanzado a secar a medias, así que si bien no regresé casi totalmente desnudo, si me alcancé a enfriar un poco gracias a la humedad que tenía la tela.
Otra cosa más por la que odiar a este estúpido cebollín.

Senku y los demás fueron a la entrada de la aldea para intentar pasar, que al parecer el cebollín tenía curiosidad de preguntarlo algo a Ruri.
Realmente eso no me importaba en lo más mínimo, aproveché para ir al pequeño hogar que compartía con Chrome y cambiar mi vestimenta húmeda por la ropa azul de la aldea.
También aproveché para continuar con una diversión especial que tenía, nunca habían tenido necesidad de bajar tanto en el río así que era una zona un tanto nueva para mi.

- Pantera, ¿Estás acá arriba?

La voz del cebollín a mis espaldas me hizo pegar un pequeño brinco del susto, haciendo que el trozo de carbón en mi mano se cayera sobre el pedazo de piel en el que estaba trabajando.

- ¡Eres un...! ¿En qué momento regresaron? No los escuché

- Ya llevamos unos minutos, ¿Qué tienes ahí?

Recogí mi dibujo del suelo y lo abracé, apartandolo de la vista del cebollín.
Él sonrió de una manera que no me dio nada de buena espina y terminó de entrar dentro del almacén.

- Vamos, muéstrame que es

- ¡No, lárgate!

- Vamooos

Estuvimos forcejeando por unos instantes, pero al darme cuenta de que nuestro pleito estaba manchando mi trabajo terminé por soltarlo y darle la victoria al cebollín.
El chico se burló de mí antes de mirar el pedazo de piel en sus manos, aunque al mirarlo la sonrisa se desvaneció de su rostro.

- Esto es...

- Ya lo viste, ahora dámelo. Está arruinado por tu culpa

- ¿Tienes más?

Me tomó por sorpresa la pregunta del cebollín. Por supuesto que tengo más, ¿Pero a quién le podrían interesar unos garabatos tan simples de los alrededores de la aldea?
Yo solo los uso para ubicarme mejor, y por si Chrome olvida donde consiguió algún material (aunque eso no suele pasar).

- Claro que no, y aunque los tuviera no te los mostraría, hiciste que se arruinara ese

- No hagas berrinche, si tienes más mapas podrían ser útil para...

- ¡Senku! ¡Ya está listo el horno!

La voz de Chrome interrumpió al cebollín a mitad de su respuesta.
Aproveché para quitarle el dibujo de las manos y llevármelo mientras me apresuraba a bajar del almacén.

Tendré que lavar la piel y esperar a que no se arruine para poder volver a hacer el dibujo del área cerca del río.
También debo señalar que ahí conseguimos esa arena negra de hierro.
Dejé el trozo de piel junto al lugar donde había dejado mi máscara y había puesto a secar mi capa de piel, y después me dispuse a ver qué estaban haciendo los demás.

Habían encendido el horno que Chrome y yo construimos para poder hacer recipientes más resistentes que los de fibra vegetal entretejida.

- ¿Qué se supone que haremos ahora?

- Según Senku si horneamos esta arena se va a convertir en hierro

Chrome me mostró el recipiente al que habían pasado toda la arena negra que obtuvimos antes.
Mientras yo estaba en eso, Senku salió del almacén e hizo un par de aclaraciones.

- Precisamente, pero esto va a ser muy diferente a hornear cerámica. Con las llamas alimentadas por madera podemos alcanzar una temperatura de 700 grados como máximo, y si queremos convertir la arena de hierra en hierro lo que necesitamos es una temperatura de 1500 grados

Bueno, eso es incluso más del doble de la temperatura que podríamos alcanzar con este horno según el cebollín.
Kohaku se percató de lo mismo y preguntó cómo íbamos a conseguir esa temperatura entonces.

- Simple, vamos a soplar como locos. Tenemos que darle oxígeno constantemente, ¡Bombearlo sin parar hasta que llevemos el nivel de la llama de 700 a 1500!

El cebollín nos dió a todos unas curiosas bolsas de piel que al apretarlas soplaban aire por una salida, ni idea de en qué momento las hizo.
Esto saca mucho más aire que soplar por nuestra propia cuenta, estoy seguro de que terminaremos con esto del hierro en un parpadeo.

Me arrepiento de cada uno de mis pensamientos, no vamos a terminar este maldito hierro NUNCA.

- ¡Se me van a caer los brazos!

-¡No aflojes el ritmo o la temperatura bajará!

- ¡¿Cuánto tiempo tenemos que seguir?!

No tenía idea de cuántos segundos, minutos o años llevábamos haciendo esto, pero ya que no quería seguir.
Mis brazos se movían únicamente por instinto, ya no sentía los músculos después de estar al mismo ritmo acelerado sin parar ni un instante.
Incluso Kohaku, que es por mucho la más resistente y fuerte de la aldea, ya parece estar a punto de morir.

- Tenemos que estar así al menos... Varias docenas de horas

- ¡Vamos a morir antes de que esto termine!

- ¡Hacer hierro es horrible!

Kohaku y yo ganábamos unas pocas fuerzas de gritarle a Senku, pero Suika directamente colapsó después de unos segundos.
El resto le seguimos poco después, sinceramente me sorprende que el cebollín haya aguantado tanto.

- El hierro... ¿Al menos lo logramos?

Levanté la vista con pesar, Senku tomó con brazos temblorosos un mazo hecho con una gran roca y un palo, y lo usó para romper el horno y acceder a su contenido.
La arena negra se esparció por los restos del horno, sin haber sufrido el cambio más mínimo después de que hubiéramos depositado todas nuestras fuerzas en él.

- Dijiste que así se convertiría en ese dichoso "hierro"

- Y lo hará, pero necesitamos más gente. La mano de obra es nuestra prioridad

Apoyé la mejilla contra el suelo de nuevo.
Entonces estamos jodidos, no hay manera de que los aldeanos acepten ayudar a dos hechiceros y una maldición andante con este trabajo infernal.

- ¿Y crees que vas a conseguir alguien que quiera ayudar con esto?

- Ya tenemos un plan para eso

Chrome y Senku intercambiaron miradas cómplices, sea lo que sea que tuvieran en mente definitivamente no era esperar por la buena voluntad de la gente.
Su plan era averiguar qué cosas quería la gente de la aldea, y después usar eso para chantajearlos a cambio de trabajo.
Al parecer habían hecho eso con Kinrou, uno de los vigilantes del puente y una de las personas más fieles a las normas de la aldea.

Si bien no lograron ganárselo del todo, si lograron suavizarlo al regalarle una llamativa lanza recubierta de brillante oro en la punta.

Claro que no podían chantajear a toda la aldea con lanzas brillantes, así que terminaron enviando a Suika a investigar los intereses del resto de aldeanos.
Mientras la pequeña estaba en eso, Senku no nos dejó descansar en ningún momento.

Envió a Kohaku a buscar algunos materiales en distintas zonas, y a mí y a Chrome nos puso a arreglar horno.
No es que me molestara, estaba acostumbrado a hacer un montón de cosas gracias a las hechicerias que solía hacer Chrome.

- Ey, pantera, ven acá un momento

Dejé a mi amigo terminando los últimos detalles del horno y fui a dónde me llamaba Senku.
El chico de inmediato me dejó un par de objetos en las manos y me comenzó a dar indicaciones.

- Traza la silueta del horno, t después quiero que dibujes los tubos de ventilación junto con sus orificios en...

- ¡Espera! ¿Qué se supone que haga?

- ¿No es obvio? Vas a dibujar un plano del horno, quiero ver qué modificaciones podemos hacerle para hacer funcionar mejor el oxígeno

Miré las cosas que me había dado Senku, era una especie de tabla delgada y pálida, probablemente tallada de la parte interior de la madera de un árbol, y una piedra negra con punta un poco afilada y envuelta en tiras de piel para sujetarla más fácil.

- Puedo hacerlo yo, pero quiero probarte. Ese mapa que estabas haciendo antes era mínimamente bueno, probablemente me seas útil con esto

¿Gracias? Supongo.
Me hubiera negado, pero los materiales que me dió Senku para dibujar lo que me pidió me estaban tentando mucho, así que cuando el chico volvió a sus indicaciones comencé a trazar sin pensarlo mucho.
Era mil veces más fácil y limpio que hacerlo con carbón o con otras cosas.

-  ¿Ya está?

- Sí

Le pase la tabla a Senku, él la miró atentamente por unos segundos con expresión seria.
Por un momento temí haberlo hecho mal, pero él terminó sonriendo y apoyando la tabla sobre mi cabeza de una manera que no supe interpretar correctamente.

- Nada mal, se puede corregir pero tienes buen potencial para esto. Te mostraré como hacerlo mejor, será útil después

No quería ir con él, pero si es para hacer cosas así... Fue bastante entretenido.

- Hmm, de acuerdo

Estuvimos el resto de la tarde sentados junto aún árbol. Senku corrigió varios de mis trazos e hizo varias líneas más, mientras me explicaba qué representaban cada una y como mostraban el funcionamiento del horno.

- ¿No sería mejor añadir más tubos de ventilación?

- Eso podría afectar el calor y hasta la estructura del horno, pero es bueno que quieras mejorarlo. Así es como ha avanzado la ciencia siempre después de todo

Miré con fascinación como Senku movía la piedra contra la tabla, añadiendo nuevos trazos a la silueta del horno.
Lo dibuja como si estuviera partido a la mitad, eso ayuda a saber mejor cómo funcionará por dentro. También usa trazos muy simples, así que no es confuso.

Lo malo es que de esta forma no puedo verlo muy bien, está lo suficientemente cerca como para verse un poco borroso.

- ¿Puede alejarlo un poco...? Sí, justo así

Llevé mi mano a la de Senku y la empujé ligeramente, alejando un poco la tabla.
Regresé mi mano a mi sitio y apoyé mi barbilla sobre el hombro de Senku mientras continuaba mirando.
El chico detuvo repentinamente sus trazos, desconcertandome y haciendo que me incorporara ligeramente.

- ¿Por qué te detienes?

- ... No es nada, ¿Por qué no sigues tú? Te diré cómo

- Ah, ¡Claro!

De alguna manera, era divertido escucharlo y verlo dibujar y garabatear cosas por ahí y por allá. Pero si hay algo más divertido que eso, es hacer todo eso por mi mismo.

Terminamos perdiendo la noción del tiempo hasta que Kohaku regresó de sus tareas, diciendo que ya iba a anochecer así que debíamos preparar una fogata para comer y no estar a oscuras.

- ¡Yo lo hago!

- Eh, ¡Espera!

Apenas me incorporé, Senku me detuvo llamándome y tomándome por la muñeca. Lo voltee a ver con confusión, según yo ya habíamos terminado el plano del horno.

- ¿Qué?

- Está oscureciendo y... Ah, olvídalo. Ve de una vez

El chico pareció arrepentirse a media oración y me soltó.
Decidí ignorar eso y subí al almacén a buscar la madera de reserva que Chrome y yo teníamos para alimentar el fuego.
Hice un pequeño pozo en el suelo y lo rodee de rocas para controlar el fuego, después me encargué de juntar las ranas adecuadas y muy pronto tuvimos la fogata lista, asando unos pescados que Kohaku se había encargado de conseguir y limpiar.

- Esto sabe muy bien, llevaba un tiempo sin comer pescado

- ¿De verdad? ¿Qué comen ustedes dos acá afuera?

Mientras yo devoraba mi propio pescado, Chrome le explicó a Kohaku que solíamos comer fruta y bayas que juntábamos en el bosque.

- _______ conoce varias que se pueden comer con seguridad. También comemos pájaros o lagartos, pero ninguno de los dos sabe pescar muy bien

- ¿Cómo pueden ser parte de la aldea y no saber pescar? Son una deshonra

- Técnicamente no somos "parte de la aldea ya"

Kohaku guardó silencio por unos segundos antes de responder.

- Vestido de esa forma, aún parece que lo fueras

Dejé los restos de mi pescado a un lado y guardé silencio.
Debería considerar buscar otras pieles para hacer ropa que no fuera la de la aldea.

Afortunadamente, el incómodo silencio se interrumpió ante el regreso de Suika, que nos trajo su informe resultante de su espionaje de todo el día.

- Para empezar, están las tres hermanas chispeantes: Garnet, Saphire y Ruby!

- Oh, son las chicas más bonitas de la aldea

- Son unas creídas molestas desde niñas, no me agradan. Ni siquiera son tan lindas

Kohaku me miró con mala cara, sonreí y me incliné ligeramente en su dirección.

- Tú eres mucho más linda, Kohaku

La chica se sonrojó y apartó la vista.
Sinceramente, Kohaku si me parecía más linda que cualquiera de ese molesto trío, pero si hay alguien aún más lindo son los chicos como Senku... ¡Espera, NO! ¡No, por supuesto que no! ¡¿Qué diablos estoy pensando?!

Me atraganté por mi propia saliva al darme cuenta de ese pensamiento involuntario que tuve.
Para terminar de empeorar todo, fue Senku quien me preguntó si me encontraba bien.
Espero que la luz del fuego no sea suficiente para que se note el calor que siento en toda la cara.

- Estoy... Bien. Solo me tragué una espina de pescado, ¿Qué descubriste de ellas, Suika?

- Lo que más quieren ellas tres... ¡Son novios!

Debí imaginarlo, parece que es en lo único que tienen la mente esas tres desde pequeñas.

- Ruby quiere un hombre caliente, Saphire alguien que la ame y la mime, y Garnet un hombre guapo

Su honestidad es tan brutal que da pena ajena, me siento mal de que Suika haya tenido que ir a escuchar eso.

- Ahh, las mujeres siempre dicen cualquier cosa que se les pasa por la cabeza, es exactamente por eso que las odio

- Eres un tonto, Chrome. Ruri y yo también somos mujeres, ¿Acaso nos odias?

- Tú no eres una mujer, Kohaku, eres un gorila

Mientras Chrome suplicaba por su vida, Kohaku desvío la atención de la conversación hacia mí.

- Podemos ofrecerles a ______, una vez que te acostumbras a su rostro está bastante bien

- Como si ellas quisieran tener algo que ver con la maldición de la aldea. Además, estoy con Chrome, no me interesan las mujeres y ellas en especial me desagradan... Bueno, a todas las personas de la aldea en general me dan la misma sensación, menos Suika

- Te recuerdo que sigues siendo un hombre, tarde o temprano sentirás atracción por una mujer... ¿O acaso te gustan otras cosas?

- Me gustan los hombres

Se hizo un silencio repentino, Kohaku se quedó totalmente inmóvil por unos segundos antes de señalar en dirección a Chrome.

- ¿Te gusta Chrome? ¿Es por eso que dejaste la aldea?

- Por supuesto que no, que asco. Ah, sin ofender Chrome, lo decía porque te veo como un hermano, ¿O acaso a tí te gusta Ruri, Kohaku?

Chrome le restó importancia con un gesto de la mano, él ya sabe de mi preferencia así que no le molesta realmente.
Kohaku se molestó volvió a cambiar el tema, lo cual fue un alivio momentáneo para mí hasta que la escuché hablar.

- Entonces ______ queda descartado, ¿Y si les ofrecemos a Senku?

Miré al cebollín de reojo, él simplemente miró con confusión a Kohaku mientras masticaba un bocado de su pescado.

- No es la persona más encantadora que tenemos, pero la otra opción es intentar darles a Chrome y claramente no va a funcionar. Senku podría tener cierto encanto diferente en ellas al ser un desconocido misterioso, además, no es nada feo, ¿No creen?

- No puedo creer que en verdad estés proponiendo eso. Aunque podría llegar a funcionar...

No sabía si molestarme más porque Kohaku hubiera sugerido eso o porque se verdad Senku parecía estarlo considerando. Claro, seguramente le encantaría tener a un grupo de mujeres "lindas" tras él.
Ni siquiera sé por qué me molesta tanto, esto es ridículo.
Intenté distraerme garabateando en el suelo con el palo en el que había estado ensartado mi pescado, pero puse fuerza de más y lo terminé rompiendo.
Maldita sea.

- Hmm, aunque tal vez sería mejor pensar en otra manera. Suika, ¿A qué se refería esa chica con que "la mimen"?

Miré de reojo a Senku, él me regresó la mirada y me sonrió ligeramente.
Sentí un vuelco raro en el pecho y de inmediato aparté la vista.

- Bueno, supongo que se refiere a comida y esas cosas... Ah, y hablando de comida, había varios que parecían cansado de tener que comer siempre pescado

- ¡Perfecto! Entonces podemos usar eso para atrapar a muchos, si no es que a todos. El cebo que el reino de la ciencia usará para traer nueva mano de obra, ¡Será la comida!

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