Capítulo 1. Hasta luego.
Perspectiva de Gerard.
Me encontraba en medio de mi clase de matemáticas cuando el rumor había llegado a mi salón por medio de mensajes de texto a mis compañeros que eran algo populares o a los que eran demasiado chismosos como para enterarse de todo.
Mi escuela no era muy grande, era la escuela del Sur de California y todos se enteraban de todo, en especial sí se trataba de alguien popular, todos menos yo porque yo era el rarito de la escuela, pero está vez pude escucharlo, cuándo una de mis compañeras lo gritó en voz alta casi llorando.
¡No podía ser cierto! ¡No, maldita sea! ¡¿Por qué ahora que ya está apunto de salir?! ¡Ese imbécil tenía que arruinarlo todo! me repetía una y otra vez dentro de mi cabeza.
Al terminar la clase me decidí a buscarlo por los pasillos, quería saber si era cierto, cada paso que daba escuchaba más rumores como: dicen que le dijo al director que se fuera a la ****, yo escuché que le ofreció marihuana al director, pues yo escuché que le dijo adiós y le mandó un beso.
¿De verdad haría alguna de esas cosas? me pregunté, aún tratando de buscarlo, pero no podía, aún cuando la escuela era algo chica, era muy difícil encontrarlo, siempre estaba metido en líos, ni sé porque me sorprendería de que alguna de esas cosas fuera cierta; quizás por eso era el más popular de la escuela, por ser un problemático, a parte de su actitud agradable y buena onda con todos.
Cuando finalizaron las clases me dirigí a mi casa, allí podría saber si todo era verdad, resulta que él y yo éramos vecinos, pero me sentía muy mal, me hubiera gustado encontrarlo en la escuela, desmentir todo en ese momento.
A medida que llegaba a mi casa me sentía más nervioso, pero pude comprobarlo todo cuando vi el camión de mudanzas frente a su casa.
Estacioné mi auto y en cuanto me bajé pude verlo subiendo unas cajas al camión, estuve un momento estático, no sabía que le diría, mis planes se habían arruinado, tenía planeado decirle que lo amaba al final del semestre, tenía planeadas muchas maneras para decírselo pero ahora él se me había adelantado... ¿acaso iba a decirle lo que sentía ahora mismo? ¿estaba listo para eso? ¿cómo se lo diría? no tenía nada especial para él.
Salí de mis pensamientos cuando él me saludó alegremente a lo lejos, era el momento, ya se había percatado de que estaba allí observándolo, no había marcha atrás, tomé todo el valor que pude y con el corazón en la mano me dirigí a él.
-¡Hola Gerard!- dijo alborotando mi cabello con una suave sonrisa en su rostro
-Así que... te mudaras- dije más como afirmación que como pregunta, tratando de iniciar a conversar con él
-Si, bueno el camión sólo es para una batería, en realidad no tengo muchas cosas...- le interrumpí
-¿Entonces es cierto? ¿te vas porque te expulsaron de la escuela?-
-Si- dijo riendo, me sorprendía toda la calma y alegría que mostraba ante una situación así
-¿Es cierto que le dijiste al director que...- está vez el me interrumpió
-Todo es cierto, actué muy inmaduro, me habían cancelado una venta de 5 porros de marihuana, así que me los fume, iba empezando el tercero cuando me cacho el director y ya has de saber el resto- terminó de contarme y yo le creí, no por nada su apodo era two dollar bill
-Y actúas como si diera igual...- dije algo dolido
-Tranquilo pequeño, tengo todo resuelto, viviré con un viejo amigo y me iré a estudiar a la escuela del Norte de California con él- me dijo, dedicándome una sonrisa
No sabía como reaccionar, él parecía muy feliz y yo no dejaba de pensar en que él me dejaba para irse al otro extremo del mundo (quizás estoy exagerando) y actuaba como si nada, después de todos nuestros años de amistad, realmente me dolía que le diera igual todas nuestros buenos momentos juntos.
Tan sólo hoy me había despertado pensando en él, en las veces en que yo iba a su casa y él me enseñaba a tocar guitarra, las veces que me hablaba en la escuela a pesar de que los otros populares le decían que no me hablara, las veces que me la pasé dibujando su rostro en mis libretas y todas las veces que salíamos juntos, así que me había puesto una camisa negra de vestir y la corbata roja que él me había regalado.
-¡Hey Gerard no te quedes así, sabes que te voy a extrañar!- dijo dándome un fuerte abrazo, volviendo a sacarme de mis pensamientos, supongo que mi cara demostraba tristeza
-Pues no se nota- dije algo molesto sin darme cuenta, se suponía que eso se quedará en mis pensamientos
-Lo lamento, me emocionan los nuevos comienzos, pero eso no significa que no vaya a extrañarte- dijo dedicándome una linda mirada preocupada con ese par de hermosos ojos verdes, me sonroje al verlos y bajé mi mirada
-Es que... no lo entiendes Billie, yo... yo te...- traté de decirle lo que sentía entre lágrimas, pero en eso Billie me tomó de la barbilla con delicadeza y besó mis labios con ternura, me estremecí al contacto, era un momento perfecto, parecía un sueño, sus labios eran carnosos y dulces, podría pasar así todo el tiempo del mundo pero fuimos interrumpidos por el sonido de un claxon -Supongo que es un adiós- dije con lágrimas en mis ojos
-Un hasta luego, vendré a visitarte cada que pueda-
-Pero vivirás al otro extremo de la ciu...-
-Te lo prometo- dijo dedicándome una sonrisa aún más linda que la anterior, no pude evitar abrazarlo, él no lo esperaba, pero correspondió al instante
Cuando terminé de abrazarlo, me limpio las lágrimas con sus pulgares, sonrió, ya se iba, cuando regresó a su garage por blue, su guitarra, volvió a pasar junto a mi, agito mi cabello y yo le sonreí
-Me gusta tu sonrisa, es muy linda y tierna- dijo y acarició mi mejilla, haciendo que volviera a sonrojarme
-Hasta luego Billie...- dije en voz muy tenue
Él corrió hacía el auto de su amigo, cuando él auto arrancó me gritó: ¡Hasta luego Gerard! con alegría, mandándome besos y yo hice lo mismo.
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