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Capítulo Uno


Capítulo uno.

April.



18 de marzo, 2015.

— ¡Alerta de bebé desnudo! —grito viendo el culito de Nathan salir corriendo fuera de la habitación mientras visto a Zoey.

— ¡Te tengo! —Escucho decir a Jeremy y luego la risa de Naomi, sonrío.

Bebé desnudo ha sido atrapado.

Zoey ladea su cabeza con curiosidad como si de esa manera pudiera ver en dónde está Nathan y cuando él ríe, ella hace un puchero porque está deseosa de unirse a la diversión.

Quelo ir...

—Primero vamos a terminar contigo, preciosa.

Suspiro viendo cuán bonita se ve con sus medias pantys blancas, su vestido azul con lunares blancos y unas adorables botas felpudas que Andrew le regaló en navidad, ¿Qué puedo decir? El de verdad se autoproclamó padrino de mis bebés exponiendo que Ethan y él serían un buen equipo de padrinos.

La dejo en el centro de la cama con la advertencia de que no debe escapar y tomo un cepillo junto a un lindo y pequeño lazo blanco. Para mucho es una sorpresa que Zoey sea una niña que se deja peinar teniendo en cuenta lo mandona y exigente que parece ser, pero le encanta que la peinen, tal vez se deba a que le gusta estar guapa, como dice Doug.

Su cabello es tan lacio que solo lo cepillo para mi propio placer de madre que cree que tiene una muñeca, ajusto el lazo para que no ruede por su cabello y sonrío complacida viendo a mi bebé. Arrugo mi nariz haciéndola reír y luego beso su pequeña nariz. Esos ojos grises me miran como si yo fuese todo su mundo y las emociones que experimento ante eso son indescriptibles.

—Dos años, bebé.

—Así, mimi —Me muestra dos de sus pequeños dedos y finjo estar sorprendida, eso le encanta.

—Qué inteligente, Zozo. ¿Y cuántos años tiene mimi? —pregunto por mi edad. Sus ojos se agrandan, contengo la risa.

—Muchos pada mimi.

—Feliz cumpleaños, Zozo —Beso su frente y la cargo.

Hace dos años tuve mis dos milagros, mis dos regalos, mis dos amores verdaderos.

Cuando llego a la sala, Nathan está bailando con el celular de Jeremy en la mano mientras un vídeo infantil se reproduce en Youtube. Pobre Jeremy, mis hijos son especialistas en adueñarse de las reproducciones automáticas. Dejo a Zoey en el suelo y ella va hacia las galletas en la pequeña mesita frente a los sofás y luego corre hacia Jeremy cuando él la llama.

—Vamos, bebé desnudo. Es tu turno de vestirte —anuncio a Nathan.

La respuesta de Nathan es sacudir más su trasero desnudo mientras baila e intenta cantar la letra de la canción. Debería grabarlo para que cuando crezca, en un futuro, vea como su pequeño pajarito se sacudía junto a su colita sin vergüenza alguna.

Camino hasta él y lo cargo, casi pierdo mi alma cuando parece que el celular muy costoso de Jeremy caerá al suelo, pero por suerte Naomi lo atrapa a tiempo. Eso iba a ser mucho dinero para pagar si se estropeaba.

—Prometo que lo visto rápido y nos vamos. Cuiden de la pequeña.

—Con gusto —Me responde Jeremy antes de abrazar a Zoey haciéndola reír.

Camino hacia el pasillo, pero en última instancia volteo y los observo. Naomi y Jeremy hacen reír a Zoey, lucen embelesados y encantados con el pequeño torbellino. Lucen como una familia y mi sonrisa crece, sé cuánto quieren Naomi y Jeremy ser padres en un futuro cercano, de corazón espero que lo consigan, deseo que mis amigos sean felices.

Una pequeña mano en mi nariz me hace volver mi atención al torbellino desnudo en mis brazos, él sonríe mostrando todos esos pequeños dientes.

— ¡Al agua! ¡Bebé a agua! —grita.

—Sí, a este bebé hay que llevarlo al agua.

Riendo camino hasta el baño y lo sumerjo en la bañera, hace un sonido de satisfacción que consigue que ruede mis ojos. De inmediato sus manos comienzan a chapotear en el agua, él es más desastroso a la hora del baño que Zoey; Ethan lo ha bañado un par de veces y siempre se queja de eso.

—Agua, agua linda... —Comienza a cantar una canción inventada, siempre lo hace.

No planeé ninguna fiesta de cumpleaños para mis bebés, la primera fue bastante genial, pero esta vez decidí llevarlos a jugar, Jeremy y Naomi me acompañan, me gustaría que el resto de nuestros amigos pudiesen, sobre todo Ethan, pero ellos todavía se encuentran de gira.

Bañarlo es un poco estresante, pero de alguna manera tiene sus partes divertidas. A Nathan siempre le gusta arrojarme agua y pedirme que juegue con él y el patito de hule que flota. Canto mientras aplico shampoo a su cabello, eso le gusta porque intenta bailar. Una vez terminado, repito el mismo proceso que con Zoey de vestirlo, excepto que él intenta escapar y desea jugar. Cuando termino estoy totalmente agotada y lo veo correr a la sala llamando a Zoey, lo que quiere decir que llega hasta Naomi y Jeremy.

Busco mi celular y lo encuentro debajo de una almohada, sonrío viendo que tengo mensajes de Ethan, también de Grace.



Grace: oye, tu amigo está algo así como sensibilizado y quiere hablar con los bebés.

Grace: Andrew también está aquí.

Grace: Obvio yo también quiero hablar con los lindos bebés.

Grace: Bueno, ahora también Dexter está aquí esperando para hablar con ellos.

April: eso es bastante tierno. Dame un par de minutos.

Grace: vaaaale.



Puedo leer su impaciencia en esa respuesta, rio y abro el mensaje de Ethan.



EMADTEM: así que otro año para los dos terrores que sacuden el mundo.

April: ¡Oyeeee! Son mis bebés.

EMADTEM: Es verdad, pero tranquila. En mi bondadoso corazón todo ese lío de desorden tiene un lugar.

April: no te puedes imaginar cuán enternecida estoy.

April: así que...

April: ¿Conseguiste que su papi venga a conocerlos por su cumpleaños?

EMADTEM: Deja tu locura y llámame para hablar con ellos. Dentro de poco tengo que ir a una entrevista.



Marco una vídeollamada y no tarda mucho en responder. Sonrío y sacudo mi mano, él se acerca a la cámara y luego ríe.

—Adivino, ¿Estabas bañando al tornado Nate?

—Eso correcto, titi E —bromeo—. ¿Qué tal todo?

—Hola, April —canturrea Grace apareciendo detrás de él.

—Hola, Grace, Andrew —Saludo cuando lo visualizo también— y Dexter.

— ¿En dónde están mis ahijados? —pregunta Andrew tomando el celular de Ethan, él se queja.

—En la sala quitándole mucha energía a Jeremy y Naomi.

—Un jodido clásico —señala Dexter—. Oye, no sabía que estabas en plan de jugar a las camisetas mojadas —Sube y baja sus cejas de manera sugerente—. Qué agradable vista.

—Al menos alguien disfruta de ella —ruedo mis ojos—. Así que voy a llevar el celular con Jeremy para que hablen con los bebés, debo apresurarme a estar lista antes de que la parejita decida irse sin mí.

—Así que, ¿Qué se siente ser una mami sexy? —Me pregunta Dexter con su característica sonrisa que ocasiona que el hoyuelo más encantador aparezca en su mejilla.

—Un poco agotador, pero fabuloso. Ahora dime, Dexter ¿Qué se siente ser un papi sexy? —pregunto comenzando a salir de mi habitación.

Hasta hace poco más de un mes, Ethan compartió conmigo que Dexter está trabajando en conseguir adoptar a una dulce niña que encontró vagando y sin comer en las calles. Siempre he creído que pese a que todos suelen creen que Dexter es solo fiestas y desmadre, hay un hombre dulce, sensato y bondadoso con un corazón de oro, esto lo demuestra. Él es un alma sensible que siempre ha sabido que quiere ayudar y darle a un niño lo que en su momento los señores Jefferson le dieron a él: un hogar, una familia, amor.

—Jodidamente bien —Hace una breve pausa y acapara toda la cámara—. ¿Tú crees que lo consiga, April?

Es adorable ver cuán nervioso lo pone esto, lo mucho que significa para él. Realmente lo desea y creo que es una persona apta para lograrlo.

—Creo que ella tendrá el mejor papá del mundo —Llego hasta la sala, el rostro de Ethan vuelve a la pantalla—. Muy bien, te dejo con tus sobrinos.

Le entrego el teléfono a Jeremy que sostiene a Zoey y los gritos infantiles emocionados vienen de inmediato. Esos niños aman a Ethan, a todo BG.5 en realidad y verlos ahora, los está enloqueciendo. Le susurro a Naomi que me daré una ducha rápida y los dejo a cargo de la llamada junto a los niños.

Tomo la ropa que usaré para vestirme en mi baño y no cerrar la puerta de la habitación puesto que no sé si Jeremy o Naomi me necesitarán en cualquier momento. Cuando estoy en mi baño, cierro la puerta y veo con anhelo mi hermosa bañera. Cuando renté esta casa, el baño de la habitación fue una cosa increíble que me enamoró, una que no he podido usar más que unas pocas veces.

Cuando eres mamá soltera y mayormente estás trabajando o siendo una mamá, es muy difícil renunciar a las duchas para tomar largos y relajantes baños en bañeras de cuento de hadas, pero supongo que un día tendré la oportunidad de usarla mucho.

Dejo mis lamentos y entro en la ducha, primero me recojo el cabello en un moño alto sabiendo que si lo lavo tardaré secándolo luego. Cuando el agua tibia golpear mi espalda casi gimo, estoy muy tensa y algo agotada. El agua me ayuda a relajarme, estoy bien.

Mis bebés cumplen dos años de vida. Hace veinticuatro meses llegaron a mi vida y aunque la volvieron un caos, es uno hermoso. Sonrío y luego me doy cuenta de que estoy derramando lágrimas. No estoy triste, es solo que es abrumador darme cuenta que han pasado dos años en los que he estado criando a dos pequeños monstruos que lo son todo para mí. Creo que no he hecho un mal trabajo y espero hacerlo todavía mejor.

Enjabono mi cuerpo y cuando termino mi ducha, me siento mucho más relajada. Cuando salgo mientras me seco con una toalla y me aplico crema corporal, pienso en qué será de Kenneth. ¿En dónde está? Tal vez ilusionando a alguna estúpida mujer como yo y luego robándole como a mí. Mientras me pongo las bragas y el sujetador pienso en ese ladrón.

Lo amé, porque no puedo mentir y decir que no lo hice, fue tóxico, ahora lo veo, pero tuve sentimientos por él. Fue un amor destructivo que me dejó enormes regalos luego de mucha desdicha. Lo mejor que pudo hacer fue irse de mi vida, no sé si hubiese sido un buen padre, pero se hizo evidente que no estaba interesado en ser uno.

—Fue tu perdida, Ken bastardo ladrón —murmuro frente al espejo.

Me visto con rapidez con unos jeans ajustados, un suéter de lana y salgo descalza a la habitación para ponerme unos botines. Tomo mi pequeño bolso de maquillaje que escondo en un lugar al que todavía mis hijos no llegan. No hago nada muy elaborado, solo me encargo de empolvarme porque luzco pálida, tapo mis ojeras con el milagroso corrector, uso mascarilla para mis pestañas y aplico un poco de pintura labial rosa. Eso tendrá que servir.

Tomo mi bolso y cierro la puerta de la habitación. Cuando llego a la sala, Nathan está demasiado ocupado bailando los vídeos que se reproducen en mi celular y Zoey jugando con Naomi. Camino hasta la cocina y saco sus meriendas junto a sus biberones de agua. Camino hacia una de mis preciadas pañaleras y parece que estoy lista. Suspiro.

— ¿Agotada?

Me giro hacia Jeremy, me está sonriendo desde el marco de la entrada de la cocina, le devuelvo el gesto.

—Un poco —admito—, han sido días muy agitados entre el trabajo, mi abuela y los niños.

— ¿Cómo está July?

—Igual —O un poco peor, pero no quiero admitir eso.

Mi abuela fue la mujer que prácticamente me crio; mientras mamá vivió no hizo un mal trabajo pero pasaba la mitad de su tiempo deprimida, entendí al crecer que la depresión era una enfermedad, pero fue difícil entenderlo cuando solo eres una niña queriendo la atención de tu madre. La abuela July fue la figura maternal y cuando fui diagnosticada, ella estuvo a mi lado, cada día estuvo en el hospital diciendo que me amaba, me abrazó cuando supo que estaba embarazada y limpió mis lágrimas cuando Kenneth se fue con nuestras pertenencias. Nunca me culpó y aunque muchas veces me llamó cabeza dura, siempre estuvo para atajarme cuando me caía ante mis equivocaciones.

Cuando nacieron mis preciosos bebés, ella lloró conmigo y luego el alzhéimer se puso peor, pero cuando ella nos recordaba era hermoso. Lamentablemente es una enfermedad que no se detiene y en estos días temo que simplemente llegue un día en el que olvidé que es mi mamá, mi abuela, mi amiga, uno de mis pilares y un amor importante en mi vida. Temo que solo olvidé, en su totalidad, quién es April Nowell para ella.

— ¿Sabes? Amo ser madre, pero es solo que hace tanto olvidé cómo ser también una mujer.

—Uhm... —Ambos reímos.

—No sé. Todo lo que hago es trabajar, angustiarme por mi abuela, preocuparme de estar criando bien a mis bestias y pensar mucho sobre el futuro —paso una mano por mi cabello—. A veces temo que no lo esté haciendo bien con esos tornados que llamo hijos.

—Haces un trabajo estupendo.

—Pero a veces parecen pequeños salvajes —Le recuerdo riendo.

—Pequeños salvajes adorables —Se acerca y deja caer sus manos en mis hombros—. En serio, criar a mellizos tiene que ser un montón de trabajo y tú lo haces ver como algo fácil.

»Nate vale como por diez niños y sin embargo, él es maravilloso gracias a ti y sobre las citas...

— ¿Si?

—No sabía que querías ir a citas, pensaba que solo quería concentrarte en tus hijos y no querías dejar entrar a nadie.

—Estoy enamorada del amor, por lo tanto lo espero, Jeremy. Solo hice una pausa porque mis prioridades son otras y no cualquier hombre es lo suficiente arriesgado para aceptarme con mis hijos. Tampoco me interesan las aventuras de una noche. Quiero amor, para mí, para mis hijos.

»Creo que ya me está asustando un poco que de verdad llamen a Kurt papi cuando lo ven en la televisión y eso es mi culpa.

—Eso es divertido.

—No lo será cuando vayan al colegio y algún día suelten que Kurt Johnson es su papi. Eso sería vergonzoso para ellos y es mi culpa.

—Oye, no tienes que estresarte por ello todavía. ¿Qué es lo que te atormenta de verdad?

—No ser suficiente, Jeremy. Soy una mamá y ellos en algún momento querrán un papá porque el que les di por medio de sangre resultó una mierda inservible bastarda.

—April, no van a reprocharte nada porque estás criando niños maravillosos y tú eres increíble —Me sonríe, este hombre es encantador—. No busques un padre para tus hijos, deja que te encuentre el amor, no el que creas que llenará un buen papel para ser el papi de tus hijos.

»Tus hijos serán felices a medida que tú también lo sean, ustedes son un equipo.

— ¿Puedo robarte a Naomi? —pregunto en un puchero, él ríe y me da una rápido abrazo.

—Relájate y ahora vamos por ese cumpleaños.

—Gracias, Jeremy. Gracias a ambos por venir, me hace feliz que compartan con nosotros este día.

—Amamos a esos bebés traviesos y a ti. Somos una gran familia, ¿No?

—Así es.

Es el asunto sobre ser parte de la familia BG.5 nunca estás solo.

***

4 de abril, 2015.

— ¡Titi E!

Ethan voltea ante la llamada de Zoey y ella viene corriendo hacia él a enseñarle su muñeca. No es porque sea mi hija, pero es una niña a la que sí da gusto darle regalos porque ella, a pesar de ser pequeña, parece odiar que haya cosas fuera de lugar en ellos. Es por eso que su bebé muñeca favorita siempre está decentemente, tal vez un poco despeinada, pero está limpia al menos, pero eso tal vez se deba a que me hace bañarla con ella.

—Qué bonito bebé, Zozo —La halaga Ethan, pero la expresión en su rostro me dice que la muñeca le parece fea, a mí también me lo parece, pero se la regaló una compañera del trabajo y Zoey la ama—. ¿Cómo se llama?

—Niña.

—Bueno, no sé si debamos preocuparon de su falta de creatividad, April.

— ¡Ethan! —golpeo su pierna, él se encoge de hombros. Zoey lo llama de nuevo.

— ¿Si, Zozo?

—Beso —anuncia mi hija estirando su boca en una pequeña trompa.

Ethan se agacha y le ofrece su mejilla, ella la besa porque es algo que ama hacer y luego le dice que él debe besar su muñeca. A regañadientes Ethan lo hace y luego ella corre hacia donde tiene un montón de juguetes esparcidos.

Nathan está felizmente durmiendo luego de llorar por diez minutos cuando insistía en que no se iba a bañar y yo igual lo hice. No es como si me fuese a dejar dominar por mis ternuritas, por mucho que me derritan desde pequeños debo hacerles entender que a mamá se le hace caso y que no deben ser malcriados.

— ¿Qué tal la gira?

—Estupenda. Me divertí mucho —Ve hacia Zoey como si cuidara que no se hiciera daño mientras hablamos—. Las mejores partes fue cuando Grace se unió.

—Puedo imaginar. Sexo por múltiples países.

—Mi vida sexual siempre interesándote. Como la tuya es como mi grado de fealdad.

— ¿Cómo es eso? —rio.

—Inexistente. No hay ni una gota de fealdad en mí y eso que ni siquiera fui hecho con amor y pasión.

—Oh, Ethan, eso fue cruel contigo mismo —pero me rio—. Y para que lo sepas, quedé con alguien y tuvimos sexo.

—Es que estás bien idiota. Ni siquiera voy a recitarte los riesgos de acostarse con desconocidos.

—Tú tenías sexo con desconocidas.

—No es cierto, eran modelos o bailarinas. Eran conocidas por otras personas.

—Tu argumento es un asco. Y para que lo sepas el desconocido era de un libro —Me rio—. Tuve sexo con un personaje literario.

—De acuerdo, me estoy preocupando.

—En un sueño. Fue muy bueno.

—Por favor, cállate.

—Ya, en serio. Creo que olvidé cómo es el sexo, Ethan. Amo ser mamá, pero sería lindo tener a alguien, así como tú tienes a Grace —suspiro—. A veces cuando ellos duermen y todos mis amigos están ocupados, me siento sola.

»Quiero ser mamá, pero no quiero descuidar mi vida como mujer. Ni siquiera he sido besada. ¿Crees que estoy desgastada?

—Creo que estás idiota —Deja de ver a Zoey y me da su atención—. Eres hermosa, April, no estás desgastada.

—Sé que todos se asustan ante la idea de que yo sea madre soltera de dos y eso que ni siquiera llegan a conocerlos, pero ¿Sabes? No es como si cargara con bombas nucleares, solo son niños y son muy buenos.

»Mis citas son desastrosas, cuando llegamos a la parte donde digo que tengo dos hijos pequeños, parece que todos quieren correr y jamás ocultaría a mis tornados.

—Sales con estúpidos, ese es el problema.

—Tú no saldrías con una mujer que tiene dos hijos, huirías y hasta hace poco ni siquiera salías con mujeres rubias —Le recuerdo—. No les estoy pidiendo que sean los padres de mis hijos.

—El problema es que solo quieren sexo, April y tal vez piensan que eres una neurótica cazando un papá para sus hijos.

—Pero no es así.

—Yo sé eso porque te conozco. Pero tranquila, todo llega cuando menos lo esperas.

— ¿Ves? Por eso es que tienes que presentarme a Kurt, así conocerá a sus hijos.

—Ya te dije que no lo conozco.

—Te odio. ¿De qué sirve tener un amigo famoso si él no consigue a mi amor de la vida?

—Al menos tu mejor amigo es guapo y sexy.

—Oh, por favor —golpeo su hombro—. ¡Zozo! Titi E quiere jugar a la muñeca contigo.

Le doy una amplia sonrisa a Ethan cuando luce horrorizado. Zoey grita emocionada y yo me pongo de pie.

—Tomaré una ducha, diviértete jugando a la muñeca, Ethan y reflexiona sobre la amistad que me ofreces.

***

13 de abril, 2015.

—Escuché algo —digo.

De inmediato Dexter voltea, dejando de ver a Skylie jugar para darme su atención.

— ¿Qué fue eso? ¿Qué soy jodidamente bueno en muchas áreas?

—Eso lo intuyo —respondo sacudiendo mi mano, me agacho dejándome caer sentada a su lado en la pequeña escalera del jardín—, pero lo que escuché es que parece que estás un poco afectado por la mujer que lleva tu caso con Skylie.

—Oh, eso —Muerde ese piercing y admito que como muchas débiles, caigo por el gesto y casi quiero suspirar.

Hay que admitirlo: Dexter es un bombón. Es todo lo que está bien en la vida, difícilmente a alguien podría no gustarle. Hay un magnetismo en él, esa belleza, sonrisa, picardía y personalidad son una bomba, y cuando lo conoces bien y te muestra cuán sensible es, simplemente caes a sus pies. Hubo un tiempo en el que me dije que un día me lo comería, no literalmente, pero nunca sucedió de verdad, para el caso yo me quería comer a todos los de BG.5, menos Ethan, porque eran tan increíbles, todavía pienso que lo son.

—Entonces...

—La conocí hace un tiempo, es la tía de un niño que fue muy especial para BG.5, que lo es, la razón de que nuestro CD se llamara Mr. Smile —Sonríe—. Ella es malditamente deslumbrante con unos ojos que te quitan la puta respiración.

»Sin embargo, yo siento que la conozco de algún maldito lugar, siento una conexión, un algo y no sé cómo explicarlo, es frustrante. Además...

— ¿Qué más puede haber? —golpeo mi hombro con el suyo, ríe y pasa un brazo por mis hombros en un abrazo.

—Me atrae, lo hizo aquella vez en el hospital aunque fuera jodidamente inadecuado en ese momento y ahora...Solo es un desastre a punto de ocurrir. Ella debe ayudarme a que Skylie sea legalmente mi hija y temo cagarla.

—No serías Dexter si no la cagas.

— ¡Oye! No seas cruel —Se ríe—. Solo estoy algo asustado.

— ¿De qué?

—De todo lo que podría venir. Me conozco, April, soy un desalmado que tiene ideas malditamente locas que a veces generan un montón de caos. A veces temo de lo que hago...De arruinar todo, de volverlo mierda.

»Mis intenciones nunca son malas, pero lo resultados...Siempre terminan siendo desastrosos, eso es un maldito problema.

—No es cierto, no siempre todo sale mal. Eres increíble y no eres solo un desastre, sácate la idea de la cabeza.

»Así que ésta chica...Tiene que tener alguna chispa especial, desde Juliet no has salido con nadie.

Lo cual entiendo un poco, tuvo una relación bastante seria con una mujer increíble, cuando las cosas terminaron, él estuvo un tanto caótico, pero meses después parece estar bien con ello, pero no lo he visto involucrándose con mujeres de manera de aventuras ni teniendo citas.

—Creo que ella es algo especial, tengo esa puta corazonada.

—Entonces, no te angusties, déjate llevar. Quién sabe, de ello podría salir algo muy bueno.

—O un desastre.

—Pero podría ser un gran desastre —Subo y bajo mis cejas, eso lo hace rodar los ojos.

— ¿Qué hay de ti? Escuché que fuiste a una cita con un jodido inservible.

—Fue terrible —Me alejo de su abrazo—. Creo que pensó que era una cita sexual.

— ¿Quién te organizó tan desastrosa cita a ciegas? — Se burla.

—Una compañera de trabajo, era su primo. Fue horrible.

—Pobre, April. Te tocó salir con un cabrón inservible.

Recargo mi cabeza de su hombro y suspiro viendo a mis hijos y quien estoy segura será su hija, jugar. Sonrío.

— ¿Sabes que todavía estoy cabreada de que mi hijo no supere las tetas por tu culpa?

Suelta una carcajada y me uno. Sí, a Nate le queda un largo tiempo para superar su adoración por las tetas.

***

26 de abril, 2015.

— ¿Qué tal la clase de danza árabe? —pregunta Grace al teléfono.

—Encantadora. Había muchos escotes, creo que muchas solo quieren ir a las clases para estar en sujetador.

Muevo el carrito de la compra y tomo una caja de cereales. Zoey aclama mi atención y sosteniendo el celular contra mi hombro y oreja, la saco del carrito para dejarla caminar, su mano se agarra de una de las patas, me sonríe complacida.

— ¿Tienes tu súper sujetador también?

—Todavía no llego a ese nivel —Me rio—, pero conocí a una chica encantadora. Es nueva al igual que yo, pero daba la impresión de que nació bailando eso.

—Ash, siempre hay de esas chicas. Qué les sale bien a la primera, da celos.

—Lo sé —concuerdo divertida—, pero ella fue agradable. Fácil me veo siendo su amiga.

—Tú quieres ser amigas de todo, April.

—Al igual que tú, señorita Grace. Ahora dime, ¿cómo se porta mi terremoto menor?

Avanzo y Zoey tropieza, por suerte no se cae mientras canturrea y toma varios paquetes de galletas soñando que voy a llevarlos, los tomo para hacerla creer. He venido a hacer mercado, Grace se ha quedado con Nathan y yo tengo a la diva conmigo. Planeo luego pasar por Nathan e ir a visitar a mi abuela, capaz hoy sea un buen día para que ella recuerde mejor.

—Ethan está enloqueciendo, es muy divertido. Nathan es como diez niños dando vueltas por su casa, además quiere jugar mucho con Brise, por otra parte, la abuela Victoria es feliz observando.

—Apuesto que lo es, les gusta torturar a Ethan, pobre de mi amigo.

— ¡Ja! Como si no te divirtiera también.

—Oye, hablando de cuidar.

— ¿Si?

—Esta nueva amiga que te digo me ha invitado a una fiesta... Casi nunca hago esto...

—En realidad nunca vas de fiesta, bueno, fiestas fuera de BG.5.

—Sí, entonces, me preguntaba si habría algún problema en el que ustedes fueran unos ángeles para cuidar a mis bebés. Sé que eres fácil, pero convence a Ethan, él es la pieza difícil.

—Puedo hacer eso, pero...

— ¿Si?

—Solo si disfrutas muchísimo y llevas a Andrew contigo. En serio, creo que a veces se pone raro melancólico sobre la vida. Andrew de fiesta es un Andrew feliz y un Andrew feliz es un Ethan muy feliz inspirado para escribir.

»Y si ellos escriben mi lado fiver obtiene más canciones ¿Lo entiendes?

—Lo entiendo —Rio.

No me esperaba que mi mejor amigo el antirubias, complicado y quisquilloso Ethan Jones, terminara enamorado precisamente de una fiver que no se calla, es rubia natural y tiene un montón de energía, pero hacen un estupendo contraste.

—Puedo hacer eso. Ir de fiesta con Andrew no es un sacrificio, es lo mejor.

—Bien, yo me encargo de Ethan.

—Perfecto. Oye, Zozo, ¿Quieres...? —Bajo la vista y jadeo—. ¿Zozo?

— ¿Sucede algo?

—Oh, Dios. Grace, debo colgar, te llamo luego.

Creo que dice algo, pero no lo sé porque cuelgo la llamada mientras el miedo de instala en mi pecho cuando no veo a mi hija en el pasillo. ¡Maldita sea! Soy una madre horrible, me distraje y ahora no está.

— ¡Zoey! —grito dejando el carrito a un lado y comenzando a buscarla.

Recorro el siguiente pasillo y no la encuentro, mi pánico crece. Es un supermercado enorme, hay muchas personas y ella es una bebé. ¡Soy una madre horrible! Puedo sentir mis ojos humedecerse mientras comienzo a preguntar a las personas si han visto a una niña con las características de Zoey. Comienzo a llamarla más fuerte y algunas personas me ven, muchas con miradas acusatorias como si estuvieran evaluando cuán terrible madre soy. Quiero llorar, pero no puedo dejar de buscarla.

— ¡Zoey! Que esté bien, por favor, por favor —ruego prácticamente corriendo por los pasillos—. ¡Zozo!

Un hombre de seguridad se encuentra conmigo y en medio de lágrimas y voz temblorosa explico lo que sucede. Él habla por su radio y me pide que me calme, como si existe tal cosa cuando mi pequeña hija de dos años está perdida o pudo ser raptada. Siento náuseas y mi presión bajar, podría desmayarme, pero estoy determinada a encontrar a mi bebé.

—Por favor, díganlo por altavoces, lo que sea. Por favor, ayúdeme a encontrar a mi bebé. Se llama Zoey, es pequeña —intento señalar con mis manos temblorosas su estatura—. Ojos grises, cabello castaño oscuro. Lleva un suéter azul con un jean lleno de dibujos de mariposas...

Escucho como por los altavoces comienzan a dar la descripción y dicen el nombre de mi bebé, le quito al hombre el aparato para hablar yo.

—Zoey, bebé, mami te está esperando —Mi voz se quiebra—. Debemos ir con Nate para jugar.

Muerdo mis uñas y soy un desastre de lágrimas mientras unas pocas personas me observan, estoy planteándome llamar a Ethan cuando escucho algo que me devuelve el alma al cuerpo.

— ¡Mimi!

—Oh, Dios mío, Zoey.

La veo corriendo hacia mí y acorto la distancia para tomarla en mis brazos con fuerzas. La alzo y la abrazo, derramo muchas lágrimas dejando ir mi miedo y sintiendo el alivio. Sé que debo reprenderla y quiero sacudirla por este susto, pero todo en lo que puedo concentrarme es que está a salvo y en mis brazos. El hombre de seguridad está avisando que la niña ha aparecido, pero nada me importa más que irme y tener a mi bebé conmigo.

—Bueno, nos alegra saber que todo salió bien —dice el hombre de seguridad—. Debe tener cuidado, señora.

No digo nada, todavía sintiendo mis emociones mezcladas, sus palabras me llenan de vergüenza porque me hace cuestionarme qué tan buena madre soy, me siento juzgada.

—Lo tendré en cuenta, lamento los inconvenientes.

Y sin importarme las compras que estaba haciendo, me alejo caminando hacia la salida echa un desastre emocionalmente y sosteniendo a mi bebé.

— ¡Dios, Zoey! ¿Dónde se supone que estabas? —pregunto a la nada, sin embargo ella responde apretujada a mi cuerpo.

—Con papi.

Dejo de caminar y libero su agarre contra mi cuello para observarla. Me da una amplia sonrisa y noto que mastica algo.

— ¿Qué estás comiendo? Escupe eso ahora mismo —Exijo y tal vez mi voz es demasiado dura porque se ve sorprendida antes de escupirlo en mi mano cuando se lo pido. Su labio inferior tiembla—. Lo siento, lo siento, solo estoy tan asustada todavía.

» ¿Quién te dio este caramelo?

— ¡Papi!

Casi quiero gritarle que su papá ladrón está en algún culo del mundo con lo que me robo, pero me calmo a pesar de estar tensa.

—Zoey, no puedes aceptar lo que extraños te den ni irte del lado de mami.

Ladea su cabeza hacia un lado como si no me entendiera, suspiro y retomo mi caminata hasta el auto luego de botar el caramelo. La ubico en su portabebés y beso su frente una vez más. Agradezco que esté conmigo.

Subo al asiento de conductor, enciendo el auto y activo el seguro de niños, la miro por el retrovisor, tiene la vista fija en la ventana. Me propongo avanzar cuando doy un salto del susto por su grito.

— ¡Chau papi!

Me volteo con rapidez y ella agita su mano en despedida hacia un auto que pasa por nuestro lado, solo alcanzo a ver una mano diciéndole adiós y una gorra. ¿Qué carajos?

Sí, será mejor que vaya a casa y tomé un té mientras me aferro a mi hija y no dejo que esto me enloquezca.




Damas y caballeros, que comience esta historia.

Espero les guste.

Un beso.

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