Capítulo Siete
Capítulo siete.
21 de julio, 2015.
Kurt: me está sucediendo una mierda
Mi Romeo: ¿Qué pasa, Julieta?
Kurt: J quiere follarme.
Hablo con la letra porque cuando tocamos temas así de delicados por chats, somos muy precavidos.
Mi Romeo: ¿Es cínico que no me sorprenda?
Kurt: dijo que puede abrirme muchas puertas o cerrarlas
Mi Romeo: quiere intimidarte
Kurt: lo sé. No pienso hacerlo, pero ahora no estoy cómodo en el set y es una mierda
Mi Romeo: lo siento de verdad. Sé cuánto jode esa situación
Mi Romeo: ¿Kari lo sabe?
Kurt: solo lo sabes tú
Mi Romeo: es una situación de mierda
Mi Romeo: escucha, te llamo mañana y hablamos bien sobre esto
Kurt: va
Mi Romeo: y oye, me llena de orgullo que no cedieras, sé que aterra cuando te dicen que te cerrarán puertas, pero tú eres grande y podrás abrirlas
Kurt: podría decir que te amo
Mi Romeo: podría decir que también jaja descansa.
Kurt: tú igual. Pórtate bien.
Mi Romeo: siempre
—La comida está lista, bebé.
Alzo la vista del celular y veo por detrás del sofá en donde me encuentro tirado. Tía Karina, con la más grande de las sonrisas, espera una reacción de mi parte.
—Te dije que no tengo hambre, Kari.
Mi tía frunce el ceño nada feliz, arroja sobre el mesón la manopla con la que sacó algo del horno y camina hacia mí con paso firme. Mierda, me siento como un bebé al que van a darle el sermón de su vida. Ella toma una silla de la pequeña mesa del apartamento donde me hospedo, la arrastra hasta dejar frente al sofá donde estoy acostado.
Se sienta, cruza una pierna sobre la otra y une sus manos. Una mirada fiera se instala en sus ojos y la miro un tanto nervioso.
—Siéntate, Kurt. No lo diré dos veces.
No me preguntes cómo es que una mujer que mide mucho menos que yo, logra intimidarme. Pero ¡Joder! Tía Karina tiene todo mi respeto. Así que hago lo que me pide e incluso enderezo mi espalda contra el respaldo del sofá.
Asiente hacia mí y esa es una señal que me pide para hablar, el que no lo haga de inmediato parece impacientarla.
—No sé qué quieres que te diga, Kari —comento.
— ¿Qué te tiene así? Y antes de que digas algo como: así cómo —Intenta imitar mi voz y eso me hace sonreír—. Me refiero a este aura tristón.
Suspiro y vuelvo acostarme en el sofá, la escucho gruñirme.
— ¿Por qué me dejaron ser actor, Kari?
— ¿Qué?
—Sí, ¿Por qué no me dijeron que hiciera otra cosa?
—Porque dijiste que era tu sueño y aunque nos aterró, te apoyamos.
Sí. Mi familia no estaba sumida en la pobreza, pero algunas veces supe lo que era acostarse con el estómago vacío. Algunas noches escuché a mamá llorar pensando en hacer cosas malas que su jefe exigía porque él amenazaba con despedirla. Las mujeres de mi vida son fuertes y guerreras, pero hay situaciones que ni ellas pueden evitar.
A veces las cuentas no llegaban a final de mes, lo daban todo por mí, porque estuviéramos bien, pero era duro. Sabía que me gustaba actuar, siempre estuve metido en clases de teatro en la escuela y las niñas me hacían saber que les resultaba atractivo, así que pareció que podía mezclar lo que me gustaba con el trabajo. Era una buena forma de ganar mucho dinero siendo menor de edad y hacer una carrera.
Claro, admito que quería ser actor, así que vino bien. Pero empecé tan joven con castings y haciendo comerciales, que básicamente descarté cualquier profesión que también pudo haberme gustado. Amo mi trabajo y sé cuán afortunado soy, pero en este momento estoy de bajón porque mi director me hizo una propuesta que venía acompañada de alterar mi carrera. Eso aterra.
— ¿Te arrepientes? —Me pregunta.
— ¿Qué pasaría si así fuera?
—Pues recogeríamos tus cosas, volaríamos a Londres y consultaría con tu abogado cómo romper tus contratos sin que te caigan demandas multimillonarias —Me da una suave sonrisa—. No estoy aquí por el dinero, claro que eso ayuda, pero yo estoy aquí por ayudarte con tu sueño.
»Me hiciste descubrir mi propio sueño, bebé y te apoyaré con lo que te haga feliz...Menos con las moscas, a esas sí no las tolero.
No puedo evitar reír y sacudir mi cabeza. Sus palabras me animan. Este es mi sueño y ese cabrón podrá cerrarme mil puertas, pero yo me encargaré de abrir dos mil más.
Me levanto y camino hacia ella, me arrodillo y tomo sus manos, mi tía me mira con suspicacia.
—Gracias por ser parte de esto, Kari. Tengo en claro que agradezco que seas parte de esto. Tener un rostro familiar conmigo, tener a una de mis mamás a mi lado.
—Me preocupas, Kurt —Acaricia mi rostro con sus dedos.
—Solo tuve una discusión con Jean Carson, fue algo...Agresivo con una amenaza, pero él no quebrantará mi espíritu.
— ¿Qué hizo ese cabrón? —prácticamente sisea.
—Nada que vaya a doblegarme, Kari. Tranquila, sé quién soy y no dudo de mis principios —Me estiro y beso su mejilla.
Me mira con intensidad antes de suspirar, luego toma mi rostro entre sus manos.
— ¿Comerás por mí?
—Eso es hacer trampa, Kari.
—Pero ¿Lo harás?
—Lo haré —digo riendo ante su sonrisa triunfal.
***
22 de julio, 2015.
— ¿Qué carajos hago viendo esto? —Me pregunto viendo los dibujos animados en la televisión.
Ah, sí. April dijo que estaba sufriendo un colapso porque se estaba volviendo adicta a un dibujo animado que sus hijos veían y creo entenderlo ahora, porque como un tonto me he visto más de cuatro episodios y me he reído. ¡Peor! He sentido alivio viendo que es educativo, como si fuese mi deber supervisar que ven Nathan y Zoey. Aterrador.
Debería estar estudiando el libreto que está al pie de mi cama, para poder estar en Londres con más tiempo libre mientras me encargo de hacer mis diligencias en el poco tiempo que estaré ahí. Hasta ahora solo se han grabado dos episodios de la serie y no he tenido que grabar escenas desde la propuesta de Jean.
Como son episodios que debe presentar a algún superior o algo así, tenemos casi dos semanas libres para aprender el libreto de los próximos dos episodios y volver a grabar. Razón por la que he decidido emplear ese tiempo libre yendo a Londres a visitar a mi familia, filmar un par de comerciales, asistir a un evento y una sección de fotos.
Me pregunto si...
No, lo mejor será que no.
Tomo los últimos trozos que quedan en mi ensalada de frutas y bebo agua al terminar. Dejo ambos envases sobre la mesita de noche y flexiono mi cuello, me duelen un poco los músculos, hoy aumenté mi rutina de ejercicios, incrementé las series. Tal vez debería decirle a Kari que me programe algún masaje en Londres, me vendría estupendo.
Me sobresalto cuando mi teléfono comienza a sonar, sonrío viendo que de hecho es una vídeollamada y es de April. Esta sería la segunda. No dudo en responder.
Veo su sonrisa y luego su expresión de desconcierto antes de que ría. Si me lo preguntas, es una buena manera de iniciar esta conversación.
— ¿Acaso estás viendo la serie animada favorita de mis hijos?
—Quería ver qué tan adictivo era y déjame decirte que es demasiado —declaro, ella ríe y yo tomo el mando del televisor, apagándolo—. Hola, corazón.
—Hola, Kurt falso —Me hace sonreír—. ¿No te importuno con mi llamada?
—Ni un poco. Tengo la noche libre.
— ¿Cero fiestas y descontrol?
—Cero.
— ¿Ninguna salida con Michelle?
—Uhm, te llegan los rumores —digo.
—Fuiste tendencia, fue entretenido leer todas las teorías, amor y odio que habían en las opiniones.
—No estoy saliendo con Michelle —digo, pero...Follamos varias veces—. Nos enrollamos.
—Es preciosa.
—Es una buena persona. No leo los chismes ni comentarios para no cabrearme. Deberías evitarlos también, a veces son algo groseros con las chicas con las que me involucran.
—Y a veces te llaman puto.
—La definición de puta hoy en día es bastante extraña. Llaman puta a todo aquel que haga uso consciente y consensuado de su sexualidad. ¿Crees que el sexo libre hace a una persona una puta?
—No lo creo. Que cada quién haga con su culo lo que quiera.
No puedo evitar reír, recargo mi espalda del cabecero de la cama.
— ¿Qué hay de ti?
—No, no me llaman puta —bromea y rio.
—No hablo de eso. Me refiero a que ¿Qué haces hoy?
—De hecho vengo de regreso de una cita.
Eso explica que aun cuando lleve pijama y vaya sin maquillaje, su cabello se ve totalmente sexy en unas ondas y con mucho volumen.
— ¿Ah sí? ¿Con el no feo y que es caballero?
—Se llama Renzo —Se ríe—. Y sí, con él.
—Dime que no fue un idiota.
—No lo fue. En realidad estuvo bastante bien —Sonríe—. Hace tiempo no iba a una cita.
—Me resulta difícil creerlo cuando si tuviese otro tipo de vida, yo te llevaría a mil citas.
—No todos salen con madres solteras —Se encoge de hombros—. La verdad es que él ha sido encantador y es atractivo.
— ¿Quieres que discutamos sobre su musculoso torso? —pregunto en broma. Ella ríe.
—No sé si tiene un musculoso torso, Kurt. Pero sé que besa bien.
—Bah, no me digas que es un besador asesino.
—Creo que me resulta más divertida tu reacción que la de Ethan. Él se puso un poco loco, pero es normal en él, es un pesimista con título en ello y todo.
— ¿Amigo celoso?
—Él es sobreprotector, sabe cuán mal la he pasado.
He tenido en diversas ocasiones las ganas de preguntarle por el papá biológico de sus bebés, pero no sabía si estábamos en el punto de esa clase de preguntas.
— ¿Qué sucedió con él? —pregunto en voz baja, borra su sonrisa.
— ¿Con el bastardo que donó su sangre y esperma?
—Eh...Sí.
—Se fue —Muerde su labio inferior y ve hacia el techo antes de volver su atención a mí—. No obtuve un embarazo inesperado, yo quería.
—Oh —No llegué a plantearme ese escenario.
—Lo sé, todos asumen que fue inesperado. Pero nosotros nos encargamos de buscarlo —suspira—. Es solo que estaba cegada por ese deseo y no me di cuenta que la persona que decía compartir dicho deseo conmigo, solo era un cabrón inservible.
Me sorprende escucharla con tal veneno, porque normalmente no parece enojada de este modo, pero no la juzgo, debe haber mucha historia detrás de esto.
—Cuando supe que estaba embarazada y se lo dije, ya estaba bastante desilusionada de él, pero entonces Kenneth supo cómo convertirse aún más despreciable.
—Estoy suponiendo que ese es su nombre y que no me gustará lo que dirás.
—Él me abandonó. Se fue y se lo llevó todo.
Tengo un duro momento intentando entender si es una manera metafórica de decir que se llevó su corazón y sentimientos o que de verdad fue un hijo de puta que se lo llevó todo. Ella parece vislumbrar mi desconcierto.
—Literal se lo llevó todo. Mi auto, las joyas de la abuela y las mías. Mi dinero. Todo.
—Hijo de puta...
—Se fue de mi vida dejándome con unas emociones tan terribles. Lo busqué por mis cosas, mi auto ya había sido vendido y lo demás nunca lo encontré, nunca supe de él.
»Sufrí mucho esa desilusión, duele cuando te das cuenta que confiaste en una basura así. Pero con el tiempo, cuando veía mis ecos, sentía a mis bebés patear, agradecí que estuviese fuera de mi vida. Mis bebés merecen algo mejor que él.
—Lo siento, él fue despreciable.
Siento una furia inexplicable ante la historia del cabrón que le causó tal daño.
—Me enfoqué en ser mamá y en el transcurso de este tiempo, cuando tengo citas son un desastre o ellos se espantan cuando saben que tengo dos niños pequeños —suspira—. No estoy buscando un padre para mis hijos, solo extraño...
— ¿Qué cosa?
—La sensación de que soy más que una mamá. La ilusión de querer a alguien, de tener a alguien que te apoya. Los momentos cariñosos, incluso las simples discusiones de parejas y ¡Cielos! Extraño el sexo.
—De acuerdo —digo y ella ríe.
—Amo ser mamá, pero también soy una mujer y a veces temo que todos lo olvidan. ¿Sabes? No pido que sean papás de mis bebés o los amen apenas los conozcan, pero todos huyen.
—Si mi vida de actor no fuese complicada, a mí no me importaría —Su mirada me dice que no me cree—. Sí, admito que al principio me asustó mucho que seas mamá soltera, pero te conozco y eres genial. Eres divertida, dulce, adorable, sexy, caliente y tan espontanea. Además, todo lo que me dices de tus bebé me divierten, ellos me agradan. Si la situación o escenario fuese diferente, yo te llevaría a muchas citas, April.
—Y yo sería feliz yendo —Ríe—. Gracias, es bonito escucharte decir eso, me sube el ánimo y el ego.
—Solo soy honesto. Eres un sueño de mujer.
Al menos sería el mío.
—Bueno, Renzo me invitó a una segunda cita y de verdad nos fue bien en esta. Espero todo marche bien —Muerde su labio—. Ya sabe que soy mamá y no corrió.
—Si hubiese corrido, sería un idiota.
Sonríe y se acuesta de costado como la primera vez que hablamos por FaceTime. Apoya el teléfono de una almohada; la imito.
—Pero dime, ¿Cuáles son tus planes esta semana? ¿Mucha grabación? —pregunta.
Me planteo decirle que de hecho estaré en Londres, pero no sé si sería egoísta invitarla a un café o vernos cuando parece que Renzo le interesa e irán por una segunda cita, creo que debe disfrutar de su momento y yo ser un buen espectador.
—No tengo grabaciones, pero tengo varios compromisos. Al menos hay algo de tiempo libre para descansar.
—Eso es bueno, a veces parece que descansas muy poco.
—Cosas del trabajo —Sonrío—. ¿Qué tal los terremotos?
— ¡No sabes! Nathan les dijo a otros niños de la guardería que lo que tiene su maestra son tetas.
Rio mientras ella sacude su cabeza mortificada. Soy fiel creyente de que me llevaría de maravillas con el pequeño amante de las tetas.
—Él solo estaba instruyendo a sus pequeños amigos de la anatomía femenina —argumento a favor del pequeño.
—Hizo que hubiera un coro de tetas en el salón, al menos parece que la mayoría lo olvidó. Nathan la sigue usando como su palabra favorita.
— ¿Quién se la enseñó?
—Dexter, desde que mi hijo se la escuchó decir una vez, nunca paró.
— ¿Qué hay de Zoey?
—Zoey lo está haciendo bien, tengo la ligera impresión de que es una líder. Ellos parecen felices relacionándose con otros niños y yo estoy durmiendo mucho más porque hago todo mi trabajo mientras ellos están en la guardería.
»También he visitado una vez más a mi abuela.
Sonrío, April en nuestra vídeollamada anterior mientras hablábamos y hablábamos, me contó de su abuela y sobre su enfermedad.
— ¿Qué tal estuvo la visita?
—Un poco agridulce, al principio no me recordaba, pero cuando lo hizo, lo hizo hasta el final. Sin embargo, la vi un poco más...No sé, no apagada. Pero si mayor, como si me avisara que el tiempo corre —Acaba con voz baja.
—Lo siento, corazón.
—No todo en la vida es felicidad.
Una risa infantil se escucha y ella da un respingo, luego parece que maldice.
—Se despertó. ¡Se despertó! Se supone que dormiría toda la noche y la escuchó reír. Debo darme prisa o despertará a Nathan —Se incorpora—. Ten buena noche, Kurt.
—Tú igual, corazón.
Le arrojo besos y sonrío cuando me devuelve el gesto. Suspiro dejando el teléfono a un lado y le dedico unos minutos de pensamientos a April. La enloquecedora April Nowell.
Sin duda, ella no es una mosca.
***
24 de julio, 2015.
Bueno, eso ha sido interesante. Sonrío viendo a Elise Smith, alejarse. Tengo curiosidad del protagonista de los mensajes y el que parece estarla cautivando sin que se dé cuenta. Conozco a Elise, más que una ex y compañera sexual en algunas ocasiones, es mi amiga. La mujer es práctica, concisa y directa, me resulta extraño verla así de alterada por alguien. Sea quien sea, está dejando huella en ella.
Recargo mi copa con vino y doy un sorbo. Seguro me veo un poco patético cenando solo cuando todos han visto a mi acompañante salir con rapidez, pero me da igual. Pagaré por esta cena y disfrutaré de ello.
Reviso mi teléfono tentado a escribirle a April, pero esta mañana me dijo que hoy es su segunda cita con Renzo y estaba entusiasmada sobre ello. Al pasar de ella, me doy cuenta que Morgan me ha escrito. Hace un mes se le pasó el cabreo de aquella vez que la dejé en su apartamento luego de no comprar condones. Abro su mensaje.
Morgan el demonio: sé que estás en Londres. ¿Te apetece quedar?
Kurt: pensé que me habías mandado a que me jodiera otra.
Morgan el demonio: te perdoné.
Kurt: curioso porque no te pedí perdón.
Morgan el demonio: ¿Te harás el difícil?
Kurt: lo siento, pero estoy en una reunión con mi familia.
¿Por qué carajos estoy mintiendo? Normalmente no tendría problema con ello, es práctico y es lo que siempre hacemos, pero hoy creo que me siento bien con mi soledad y estoy relajado.
Morgan el demonio: ¿Mañana?
Kurt: ¿Qué es lo excitante de planear el sexo? ¿No encuentras más placentero que sea espontaneo?
Morgan el demonio: encuentro placentero que seas tú quien me la meta.
Sutil, elegante y con clase ¡Sí. Señor! Sonrío.
Kurt: Podemos ir a cenar, claro.
Morgan el demonio: ¿Sabes? No tenemos que salir cada vez que follamos. No te pido citas.
Dejo mi teléfono a un lado y tomo otro sorbo de mi copa antes de responderle.
Kurt: entonces ¿Quieres simplemente que llegué, te desnude y te follé?
Morgan el demonio: sí. Te deseo demasiado como para irme de cenas.
Kurt: bien, Morgan. Sin cena, directo a meterla. Grr.
Morgan el demonio: qué idiota eres.
Kurt: qué arpía eres.
Morgan el demonio: ¡Jódete!
¡Dios! Pero qué complicado ser humano.
Kurt: ¿Significa eso que ya no quieres follarme?
Morgan el demonio: significa que te masturbes. Imbécil. Cancelado lo de mañana.
Kurt: ¡Vale! Mi mano y yo te mandamos saludos.
Y envía un sinfín de mensajes que no leo porque está en su fase demoniaca y paso de darle más munición para que me insulte. Morgan es una persona bastante peculiar.
Termino mi cena y me encargo de pagar, dejo una buena propina, y cuando salgo espero a que traigan mi auto. Mi celular vibra en mi bolsillo, espero y no sea más veneno por parte de Morgan. Y en efecto no es ella, se trata de April.
Mi ilusión sexy: segunda cita terminada.
¿Tan temprano? Al tipo le hace falta un poco de asesoría, después de todo, es una mujer que dedica su tiempo a ser mamá y que sin duda le gustaría disfrutar de su tiempo libre por montón de horas. Supongo que Renzo no se da cuenta de ello.
Kurt: ¿Sigue siendo un besador asesino?
Mi ilusión sexy: muy bueno.
Me pregunto si April es de las personas que dicen que la tercera cita es el paso al sexo, no quiero pensar en eso. Sacudo mi cabeza.
Kurt: ¿Lo aprobamos?
No, pero ¿A quién le importa mi opinión?
Mi ilusión sexy: por ahora sí.
Kurt: te escribo al llegar, corazón. Debo conducir.
Kurt: me alegra que la pasaras genial, lo mereces.
Y soy honesto sobre ello, es la razón por la que mis celos se pueden ir al carajo, porque April se merece disfrutar de sus citas y divertirse. Lo merece muchísimo.
***
29 de julio, 2015.
— ¿Sucede algo, bebé?
Alzo la vista encontrando a mi mamá y le doy una sonrisa, porque ella no tiene la culpa de que mi director me haya enviado una foto de su pene. No, no es culpa de mi madre claramente y tampoco es mi culpa recibir algo que, sin duda alguna, no pedí.
—Nada, mamá. Solo recibí una noticia desagradable.
Me abraza y me inspira la misma ternura de siempre porque es solo un poco más alta que tía Karina, lo que quiere decir que ella es mucho más baja que yo. La envuelvo en mis brazos y beso su frente, ella parece complacida con mi gesto cariñoso.
— ¿Quién iba a decirme que mi bebé sería toda una estrella?
—Yo era una estrella desde el momento que brille para ustedes —Ella jadea y yo le guiño un ojo—. ¿Te gustó? Usé esa línea una vez en una película.
Ella ríe y golpea mi pecho antes de sacudir su cabeza.
—Me encanta que seas exitoso, pero no puedo evitar extrañarte cuando estás lejos de casa. Sobre todo ahora que estás viviendo en todo ese libertinaje.
— ¡Mamá! —Rio abrazándola todavía más—. Los Ángeles no es una ciudad de libertinaje...
Bueno, en realidad tal vez sí.
—Sé que tienes un montón de moscas alrededor por allá.
— ¿Qué pasa si decido casarme con alguna de esas moscas?
—Primero tendrá que pasar por nuestra aprobación, somos una familia libre de moscas. ¿Cierto, Corina?
Volteo y me doy cuenta de que mi tía mayor se acerca a nosotros. Mis tías, mi mamá y la abuela son mujeres de baja estatura y cabello color miel, muchas veces se quejan diciendo que no saqué ningún rasgo físico de ellas puesto que mi cabello es castaño oscuro, mis ojos azules muy claros y soy alto. Por ello disfruto de abrazarlas y por ello causa tanta gracia cuando me regañan, pellizcan o tiran de mis orejas.
—En esta familia no admitimos moscas y Karina afirma que muchas te rondan en Los Ángeles —garantiza mi tía.
— ¡Oigan! Me portó bien, Kari solo exagera.
—Tienes un gusto raro en cuanto a mujeres —Sentencia mi tía—, pero tranquilo, bebé. No te dejaremos que escojas mal.
—Ustedes me dan miedo cuando se ponen así —Finjo un escalofrío—. Espero no estén organizándome ninguna cita, porque me voy en unos días y no estoy interesado en una relación en estos momentos.
—Pero tu abuela se hace vieja, Kurt y ella quiere conocer a sus bisnietos.
— ¡Manipuladora! —Acuso a mi mamá riendo—. La abuela apenas si tiene setenta y tres años. Y está más sana que todos nosotros.
—Al menos debía intentarlo —Me guiña un ojo y rio.
—Ustedes son terribles.
Comienzo a alejarme de ellas aun riendo y escuchando cómo me dicen que no admitirán moscas en la familia. Por un momento fugaz me pregunto qué opinarían ellas sobre April. Sacudo mi cabeza, mejor sacarme esos pensamientos.
***
1 de agosto, 2015.
Kurt: Oye, es raro que no me escribiste ayer.
Kurt: ¿Qué tal estuvo la tercera cita?
Dejo pasar los minutos diciéndome que tal vez está ocupada, pero luego se convierten en horas.
Kurt: ¿Corazón, estás bien?
No hay respuestas.
Intento llamarla por primera vez y no responde.
En ningún momento obtengo respuesta.
***
2 de agosto, 2015.
Estoy preocupado por April, desde hace casi tres días no responde mis mensajes y veo que se conecta. Tampoco responde mis llamadas. ¿Qué ha sucedido?
Kurt: ¿Hice algo mal? ¿Algo que te enojara?
Kurt: corazón, dime algo.
La preocupación está dando paso al cabreo cuando veo que lee mi mensaje y no responde. Pero ¿Qué demonios?
La mujer que me maquilla para la sesión de fotos se queja de que me muevo, pero no presto atención mientras le escribo a Ethan.
Kurt: Hola, ¿Puedes darme la dirección de April?
Tarda un poco en responder y me frustro mientras la maquilladora se queja una vez más.
Ethan: hola.
Ethan: ¿Por qué yo haría eso?
Kurt: ¿Porque necesito hablar con April en persona?
Ethan: ¿Acaso tienes que ver con la razón por la que está actuando extraño? Porque te patearé el culo.
Kurt: por favor, dame su dirección. Si la lastimo puedes patearme las pelotas.
Él no me responde. Me concentro para dar lo mejor de mí mientras soy fotografiado, oculto mi cabreo y mi frustración. No entiendo qué carajos pasa.
Es cuando es poco más de las seis de la tarde, que Ethan me envía la dirección sin decir nada más, excepto que aceptará mi oferta de patearme las pelotas si lo arruino. No ubico la dirección, pero estoy en medio de ello cuando mi teléfono anuncia una llamada entrante.
Es April.
— ¿Hola? —tanteo. Hay unos segundos de silencio.
— ¿Por qué no me dijiste que estás en Londres?
Mierda. ¿Está enojada por eso?
—No quería alterar tus compromisos —digo—, es decir, tú estás en estas citas y no quería inmiscuirme.
—Tiene sentido —sorbe por su nariz.
— ¿Estás llorando?
—Sí.
— ¿Qué sucede? —Me preocupo.
—Que tal vez solo debo ser una mamá —dice con voz apagada—. Porque me dejo llevar por puros imbéciles.
—De acuerdo, corazón, dime qué sucedió.
—Es que me da tanta vergüenza ser tan idiota —Masculla y suena molesta consigo misma—. Tuve sexo, ¿Bien?
—De acuerdo —concedo con lentitud notando su furia.
Siento que estoy caminando sobre minas y no quiero decir lo equivocado, parece estar bastante...Sensible en este momento.
Tal vez el tipo fue un asco...O tal vez la lastimó. El simple pensamiento me revuelve el estómago.
— ¿Te hizo algo que no querías, April? —Aprieto el teléfono con fuerza entre mis dedos.
—Sí, pero no de la manera en la que crees. Fue consensuado —Sorbe por su nariz—. Es solo que de nuevo parece que me desesperé y me dije: ¿Por qué no? Total había ganas y todo parecía ir bien.
»No fue el mejor sexo de la vida, pero estuvo bastante bien. Nada memorable, pero no malo.
¿Llora por el mal sexo? No lo creo, aunque me gustaría darle al imbécil unas cuantas palabras por no darle el momento por el que ella tanto esperó.
— ¿Y qué pasó luego, corazón?
—Ni siquiera se había quitado el condón cuando dijo que no éramos compatibles. Que estábamos en momentos diferentes de nuestras vidas. No soy tonta. Sé que solo quiso follarme y se fue.
» ¿Por qué no me lo dijo desde el principio? Hubiese sido diferente si hubiese sido claro desde el inicio, no fingiendo todas estas cosas que... ¿Por qué hizo eso? ¿Y por qué me puse en una situación tan vulnerable?
Cierro mis ojos e inspiro hondo para no soltar la cantidad de maldiciones e insultos que quiero liberar hacia ese imbécil. Tiene razón, ¿Por qué no fue claro desde el principio? No es justo que jugará así con ella, con sus expectativas.
Me doy cuenta que ella espera que yo diga algo.
—Él es un imbécil que no entiende la mujer increíble a la que ha lastimado y dejado ir. No eres el problema, April. Eres maravillosa, créeme. No estuvo mal que quisieras salir, eres más que una mamá.
»Tampoco estuvo mal que sintieras deseo y tuvieras sexo. Él es quien se equivocó al fingir estar listo para algo de lo que no quería ser parte. No tienes que estar avergonzada, muchas veces nos equivocamos y debemos aprender de ello. Tampoco voy a juzgarte por ello, no tenías que ocultarte de mí.
—Es que estaba tan cabreada con todo, luego vi en internet que estás en Londres y yo solo...No sé. No es mi mejor momento.
—Está bien que estés cabreada de toda la situación, lo que él hizo fue una autentica canallada.
—Al menos pudo haberme dado un mejor sexo, ¿No?
—Sí, corazón. Al menos pudo haber hecho eso mejor.
Ella ríe y yo sonrío, me hace sentir mejor que deje de llorar. Es una mierda que haya pasado esto, pero es bueno que lo tome como experiencia y avance. Malos polvos los hay, solo hay que sacudírselos y tomarlo como un mal momento que no se repetirá.
—Lamento no haber respondido tus mensajes, me sentía avergonzada.
—Tonta, no tienes que avergonzarte por cosas como esas. No fuiste quien falló.
— ¡Mimi! —La llama una voz de niño llorando—. ¡Mi abua! ¡Ella quitó abua del bebé!
—Lo siento, debo colgar.
—Lo entiendo, súper mami en acción.
—Siempre.
—Eres una increíble mamá, April —Hago una pausa—, pero también eres más que eso. Eres una mujer increíble.
—Gracias...Corazón.
Sonrío escuchándola antes de que finalice la llamada. Silbo mientras tomo mi billetera y las llaves del auto. Salgo de mi apartamento, bajo en el ascensor y en el estacionamiento localizo mi auto. Ubico el gps y marco la dirección, pongo música en el reproductor y comienzo a conducir.
Qué idiota es Renzo, no era muy difícil dejar en claro desde un principio sus intenciones, si quería tener sexo pues dejarlo sobre la mesa y no jugar al galán dispuesto a una relación seria. Qué despreciable.
Tardo unos veinte minutos, debido a que sigo las indicaciones de una voz robótica de mujer, en llegar a mi destino. Verifico que es el lugar y aparco a un costado de la acera, espero no esté prohibido o seré multado. También espero no me hayan seguido fotógrafos, aunque estuve muy pendiente de no ser seguido mientras conducía. Tomo mi teléfono y lo guardo en el bolsillo de mi pantalón.
Bajo del auto, activo la alarma y camino por el pequeño camino de piedras que da hacia una casa bonita y modesta. Me pregunto si debí traer algo conmigo ¿Flores? ¿Vino? ¿Pastel? Cómo sea, ya estoy aquí. Paso una mano por mi cabello y toco el timbre.
Me guardo las manos en los bolsillos de mi pantalón mientras escucho un llanto, luego su voz gritando: un momento. No hay problema, puedo esperar.
¿Debí avisar? Tal vez esto de venir de sorpresa no sea bien recibido.
— ¡Es mío, mimi! ¡Es de la bebé! —Se escucha una niña gritar.
Y ahora no hay un solo llanto, sino dos. Creo que no he venido en buen momento.
Estoy por alejarme porque ella seguramente está bajo estrés, pero la puerta se abre de golpe y el sonido de llanto es más potente, pero eso tal vez se debe a que contra su cadera hay unas piernas de bebé que la envuelven.
April me ve durante unos largos segundos cómo si intentara entender lo que sucede, el niño que lleva en brazos deja de llorar y sorbe sus mocos mientras me ve con ojos muy abiertos y deja caer su biberón de jugo.
—Mierda —sisea April cuando el biberón cae sobre su pie, seguramente causando dolor.
Me agacho rápidamente y recojo el biberón. Ambos me observan con fijeza, ¿Es normal que un bebé esté tan pendiente de mis movimientos? Aclaro mi garganta.
—Hola, corazón —La saludo, luego le ofrezco el biberón al bebé confiando en que la mamila no tocó el suelo—. Esto es tuyo, amigo.
El niño, quien sin duda tiene que ser Nathan, no reacciona, solo me ve con sus ojos avellanas muy abiertos al igual que su pequeña boca. Lleva la camisa mangas largas de un pijama, pero abajo solo su bóxer. Su rostro tiene lágrimas todavía frescas y debajo de su nariz un poco del típico moco del llanto. Estoy sorprendido por lo bonito que es el niño y por lo impresionado que parece de mi presencia. No toma el biberón, ve a April y de nuevo a mí.
— ¡Es papi! —grita el niño viendo a su mamá—. Mimi, es papi.
¿Eh? April parece mascullar algo y luego se sobresalta cuando abriéndose paso entre sus piernas separadas, aparece otra bebé y...La reconozco.
Es la niña del supermercado que corrió hacia mí gritando...
— ¡Papi de los bebés! Es papi —grita corriendo hacia mí y abrazando mi pierna.
— ¡Zozo! Es papi —dice Nathan.
Veo al niño que me observa impresionado, la paralizada April y luego bajo la vista a la niña que parece que se columpiará con mi pierna.
¿Qué carajos está pasando?
Holaaaaaaa mis amores. Espero se encuentren bien.
Aquí vengo yo con mis mañas nocturnas con el capítulo.
Capítulo dedicado a todas esas almas que estaban a la espera de que Kurt conociera a los enloquecedores mellizos.
Kurt, te envío fuerza para esa puerta a la locura que se te acaba de abrir.
Para adelantos, noticias, firmas, sorpresas y micro-relatos de personajes de mis historias, pueden conseguir todo en mi cuenta de instagram: DarlisStefany. Y la página de facebook: Darlis Stefany. Twitter: Darlis_Steff.
Espero les guste.
Un beso.
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