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Capítulo 21

La vuelta al complejo Natouch fue tranquila para Fluke, ingreso saludando a las personas que se encontró en el camino, al parecer no se dieron cuenta que no había dormido allí, tanto que entro y salió de su habitación sin que alguno le dirigiera una palabra, con un suspiro camino por los jardines directo al punto de aparición y de esta manera regresar a la casa Noppakao, en donde sorpresivamente se encontró con su hermano en la entrada.

— ¿Dónde estabas?—, pregunto Dew nada más verlo.

—En casa, ¿dónde más?—, respondió pensando que se refería a porque no lo había encontrado allí.

—No me refiero ahora, anoche te vi cuando saliste y no te sentí regresar—. Al parecer si hubo alguien que se dio cuenta que se escapó.

—Como nadie me dijo nada cuando fui a casa intuyo que no le contaste a nadie, lo cual nos deja con la siguiente pregunta: ¿qué quieres?, estoy seguro que tu silencio no es gratis—. Lo miro serio esperando ver con que le iba a salir.

—De verdad luces muy distinto—, dijo después de pensarlo un rato, el Fluke que él conocía nunca le hubiera preguntando algo de manera tan directa, ni mucho menos que lo estuviera mirando serio esperando una respuesta.

—No te odio, eso es lo que quiero decirte—. La voz de Dew se hizo más baja —El otro día cuando me lo preguntaste no te respondí nada, aunque en aquel momento un "si" hubiera sido mi respuesta, pero justo a hora puedo decir que no te odio, es difícil aceptarlo pero debo admitir que la verdad es que te envidio.

— ¿Me envidias?—. El castaño no podía creer que ahora su hermano le saliera con eso, él era la persona ignorada de aquella casa, ¿que podría envidiarle a él?

—Sí, lo hago... Tú no te das cuenta de muchas cosas que suceden a tu alrededor y por eso no lo entiendes, quizás cuando te cases con Noppakao podremos reiniciar nuestra relación—. La verdad es que cuando tomo conciencia de lo que implicaba ser líder de la familia comenzó a envidiarlo, quería tener su misma libertad, que las personas no estuvieran pendientes de cada uno de sus pasos y sobre todo quería la atención de Kan para él nuevamente, cuando las cosas se arreglaron entre ellos ya no tuvo sus tardes de entrenamiento junto a su primo.

—Sigo sin entender porque me envidias, ni que quieres hacer—. Estaba muy confundió con aquella conversación, si era sincero consigo mismo era la primera vez que hablaba tanto con su hermano.

—Me refiero a que quiero que vuelvas a ser como antes, cuando éramos pequeños siempre estabas allí para mí, yo te adoraba—. Miro su manos perdido —Pero luego crecí y comprendí como funcionaban las cosas en nuestra familia, los cumplidos que todos me hacían pudieron más conmigo, me deje influenciar por los demás, eso me hizo alejarme, no me justifico, lo hice porque era lo que quería, me gusta ser el centro de atención, soy ruin, incluso esto lo hago por mí, porque quiero que no dejes de ser mi hermano.

—Siempre has sido mi hermano, para mí eso no ha cambiado—. Se acercó y le dio un abrazo, ambos tenían los ojos empañados en lágrimas, sus lazos de hermanos no estaban completamente rotos.

—Se más cuidadoso, asi como me di cuenta yo que te fuiste alguien más pudo hacerlo—. Se separó Dew de aquel abrazo para luego desaparecer.

—Lo seré Dew—, susurro al aire Fluke para luego sentir unos brazos rodeando su cintura desde atrás.

— ¿Qué pasa?—. Mientras hablaba con Saint Kao había sentido la turbación en la emociones del castaño, asi que con su magia detecto que estaba en la puerta y salió en su búsqueda sin decirle nada al otro.

—Mi hermano no me odia, me lo acaba de decir—. Se recostó en su pecho, el pelinegro podía sentir la felicidad que recorría el cuerpo del omega.

—Te contentas con tan poco—. Beso sus cabellos —Pudo haberte dicho una mentira y tus estas aquí emocionado.

—Tu siempre pensando en lo peor—. Se secó las lágrimas que habian bajado por sus mejillas.

—Y tú siempre lo mejor—. Sonrió de lado, sabiendo que era asi, el castaño nunca veía maldad en las personas, lo tomo de la mano y lo arrastro hacia la casa en donde los estaba esperando Saint.

Quien había salido detrás del alfa pero al ver que este abrazo desde atrás a Fluke supo que no había pasado nada malo, asi que fingió no haber visto nada y regreso a la sala, para saludar con una sonrisa al recién llegado como si nada hubiera pasado y tener una tarde tranquila hablando de todo y nada.

En la noche los sueños habian vuelto, Kao miro una vez más a un Fluke ensangrentado una y otra vez en diferentes escenas, siempre acabando con un Saint en traje formal empujándolo a un altar para después ver al castaño caminar por el pasillo vestido de blanco; mientras que el omega se despertó bañado en sudor, el también había soñado con los diferentes escenarios que podían pasar si su plan no salía de la manera que lo trazo Peter.

Esa mañana llego como si nada al complejo Noppakao, había llevado el desayuno como siempre, esperaron la llegada de Saint y comieron tranquilos decidiendo que ese último día antes de llevar a cabo su cometido se relajarían, aceptaron salir con Saint y tener un día tranquilo en el bosque de Arcadia, prepararon comida y pasaron el tiempo recordando viejas anécdotas de cuando eran niños, era como si el tiempo se hubiera detenido por unos instantes, pero no fue asi, en un abrir y cerrar de ojos anocheció y amaneció.

Fluke estaba muy ansioso tanto que se despertó a las tres de la mañana sintiéndose un poco triste, la noche anterior ya había preparado todo lo que iba a necesitar y repaso el plan hasta unas diez veces, incluso ya había ido a las inmediaciones de la zona boscosa a dejar los materiales que iban a necesitar, su único consuelo era que Kao no atacaría el planeta, le había hecho una promesa que estaba seguro cumpliría, se ducho, se arregló y se fue directo al complejo Noppakao, al entrar no eran más de las 3:40 de la mañana y se lo encontró parado en la escaleras.

Estaba sin camisa viéndolo fijamente, cerró la puerta tras de sí y camino hacia el sin dejar de mirarlo, subió los escalones que los separaban y toco su pecho acariciándolo despacio, un escalofrió recorrió a los dos y Kao dio rienda suelta a sus instintos lo beso, Fluke se dejó llevar olvidando todo, subieron a empujones a la habitación y ninguno quiso pensar que aquello sabia a despedida.

Ya en la intimidad el alfa comenzó a desvestirlo de manera tranquila, no quería que ese deje extraño que sintió al recibirlo apresurara las cosas entre ellos, no estaban dándole fin a nada, tendrían una vida para estar juntos, pero igual en ese momento no lo quería con ninguna prenda sobre su cuerpo, uno que se entregaba a él sin ninguna reserva.

Con mucho cuidado y tomándose su tiempo empezó a besarle la pierna, eran besos superficiales que lograron ponerle la piel de gallina al omega, subió hasta llegar a su cintura, su vientre, pasando por aquella zona que lo llamaba con ansias, se estaba regocijando por la cantidad de gemidos y suspiros que salían de su boca, además de sentir cada una de las emociones por las cuales estaba pasando en ese momento, le encantaba la manera en cómo se dejaba llevar por el momento, lamio cada espacio de piel disponible a su alcance, llego a sus labios y se apodero de aquella boca que lo hacía perder la razón.

Debajo de él, Fluke se retorcía queriendo ser tomado de inmediato, sus gemidos y la forma de llamar su nombre se lo decían, pero aun no era el momento, quería mas de aquello, beso su cuello, mordió el lóbulo de su oreja sintiendo sus brazos a su alrededor, beso sus labios nuevamente mientras que con sus manos volvía recorrer su cuerpo aumentando el fuego de la pasión que recorría a ambos, con uno de sus dedos tanteo la entrada del castaño dándose cuenta que estaba listo para recibirlo, sin embargo no se introdujo de inmediato sino que jugo un rato haciendo círculos, logrando que se arqueara y que se moviera pidiendo más.

—Kao—, jadeo el castaño con los parpados cerrados, el pelinegro sabía lo que estaba pasando el mismo podía sentir el nudo que se estaba formando en su estómago, el orgasmo estaba llegando, no se detuvo, siguió provocándolo moviendo su dedo en el interior hasta que por fin llego a la cúspide de su deseo.

Uno que hizo que el alfa apretara los dientes sintiendo en cada terminación nerviosa las vibraciones del orgasmo de Fluke, su expresión era más que perfecta en esos momentos, tanto que él también podría llegar al suyo propio sin la necesidad de tocarse; termino de sacarse el bóxer que era la última prensa que quedaba en su cuerpo y se introdujo dentro del castaño, quien tembló de deseo y lo tomo del cuello para besarlo desesperadamente mientras este iniciaba un vaivén de caderas acelerado, el deseo por fin los había consumido.

El omega se abrazaba a su cuello jadeado y gritando su nombre cerca de su oído, sus piernas estaban enroscadas en la cintura contraria, el ritmo se aceleró cada vez más, tanto que ninguno de los dos podían con todo el placer que estaban sintiendo, era más de lo que podían soportar, Kao se separó un poco y tomo la erección del castaño entre sus manos, lo masturbo al mismo ritmo de sus embestidas hasta que los dos llegaron a la misma vez al éxtasis; cayeron relajados en la cama dejándose llevar por el sueño en compañía de los rayos del sol que empezaban asomarse por la ventana.

A eso de las ocho de la mañana Saint hizo acto de presencia en el complejo Noppakao y como siempre lo hacía ingreso a la casa como si fuera propia, con la sorpresa de no encontrarse a ninguno de los dos ocupantes habituales en la cocina esperándolo para desayunar, dio una vuelta por la planta baja y al no ver a nadie decidió llamar: — ¡Kao!, ¿dónde estás?—. Una, dos, tres veces llamo hasta que los ocupantes de la habitación principal por fin abrieron los ojos y se dieron cuenta que el omega estaba subiendo las escaleras.

Rápidamente el alfa se levantó de la cama y se colocó la ropa interior y el pantalón del pijama, para luego salir de la habitación cerrando la puerta, entre tanto Fluke algo apenado por la situación cerró los ojos por un momento para luego convocar su ropa y comenzar a colocársela.

— ¿Porque sigues entrando a mi casa de esta manera?—. Kao le pregunto a Saint interceptándolo en medio del pasillo.

— ¿Fluke esta aquí?—. Abrió los ojos como plato al darse cuenta de otra presencia en el lugar.

—No contestes con otra pregunta, solo lárgate y deja de venir aquí cada vez que quieres, existe una cosa que se llama puerta y si está cerrada solo debes tocarla para que la persona que esta detrás decida si debes pasar o no.

—Sé muy bien que Fluke está aquí—. Ignoro el regaño del otro sin darle ninguna importancia.

—Vete—. El pelinegro estaba empezando a perder la paciencia.

—Bien, bien, me iré—. Subió las manos a modo de rendición —Solo te aconsejo que tengas cuidado, si Piya Natouch se entera... —Dejo las palabras en el aire, ambos sabían cuáles eran las posibles consecuencias de aquello —Pero no importa tu sabes lo que haces y a este ritmo que vamos, es probable que también sea padrino de tu primer hijo—. Sonrió pícaro antes de darle la espalda y marcharse.

Ante esas palabras el alfa solo rodo los ojos por las estupideces que decía Saint, Fluke no iba a quedar embarazado en esos momentos, sabía muy bien que aún no estaba en su periodo de fertilidad en donde eso pudiera ser posible, no había que ser un genio para notarlo y estaba seguro que el castaño le hubiera dicho algo si corrían algún riesgo, además de que aún no compartían una marca de apareamiento que los declarara ante todos como una pareja unida, aun no era tiempo de niños.

—Ya se fue—. Ingreso de nuevo a la habitación y frunció el ceño al ver al otro completamente vestido —Volverás al complejo Natouch.

—No, traje ropa para cambiarme aquí, iré a preparar el desayuno—. Le dio un beso en los labios y salió de allí directo a la cocina, había visto las intenciones del otro en sus ojos, quería que se dieran un baño juntos para volver hacer el amor, pero ese día una vez era suficiente, debían estar al pleno de sus capacidades para poder hacer lo que debían.

Antes de que el otro omega volviera a la casa repasaron el plan, los caminos que debían tomar y los contratiempos que podrían encontrar —El dichoso festival comienza a las tres de la tarde, solo debemos dejarnos ver por allí al menos veinte minutos, después encontraremos cualquier excusa para perdernos de la vista de Saint—, dijo Kao mientras recogía el mapa extendido en la mesa.

Almorzaron en silencio, Fluke estaba tranquilo, era curioso como podían sumergirse en completo silencio sin que fuera incomodo, era lo más natural para ellos, tal vez por eso las cosas terminaron de esa manera, el enlace solo los hizo darse cuenta que sus personalidades tenían puntos en común.

— ¿Puedo pasar?—, pregunto Saint del otro lado de la puerta cuando ya faltaba poco tiempo para las tres de la tarde.

—No—. La respuesta de Kao fue contundente, después de todo aun había un papel que representar.

—Pues no me importa pasare igual—. Los encontró a ambos en la sala leyendo un libro — ¿Están listos para ir al festival?

—Solo iremos por un rato—, dijo Fluke sabiendo que esa era la respuesta más adecuada.

—Sí, cuando decida que es momento de irme, me iré y punto, solo estoy haciendo esto porque me lo rogaste—. Advirtió el pelinegro mirando seriamente a su amigo, después de todo sabía que Saint no podría abandonar el mentado festival, como futuro Regente estaría cumpliendo funciones de anfitrión aquella tarde.

Diez minutos después hacían su entrada al centro del planeta, el cual estaba repleto de personas celebrando aquel festival mágico, la pareja se sentía fuera de lugar en esos momentos, Fluke se sintió observado y entonces se dio cuenta que un poco más allá de su ubicación estaba su familia y quien lo miraba era Kan, le regalo una pequeña sonrisa a modo de saludo para luego seguir a sus acompañante entre la multitud; quince minutos después Kao ya estaba haciendo planes para salir de ese lugar, salió de sus pensamientos cuando sintió un toque de tristeza en su pecho, era del omega, quien observaba a sus amigos a lo lejos jugar con su ahijada.

—Fluke—. Lo llamo sin pensar.

—Lo siento—. Se disculpó inmediatamente el castaño.

—Nos vamos—, decreto Kao de un solo golpe observando por el rabillo del ojo como Judo comenzaba acercarse.

— ¿Qué?, pero si no tenemos mucho de que llegamos y no ha empezado de verdad— Saint no podía creer lo que estaba escuchando.

—Fui claro cuando acepte venir—. Y con eso comenzó a caminar hacia el punto de aparición, no tenía por qué dar otra explicación.

—Iré con él—. Suspiro Fluke —Quizás no le gusto estar rodeado de tanta gente, nos vemos Saint, yo me ocupo de esto—. Corrió en dirección del otro para tomarlo del brazo y terminar apareciendo en las inmediaciones del lugar en donde estaban los consejeros.

Allí ambos recogieron las cosas que muy precavidamente había escondido el castaño y avanzaron hasta estar cerca de su objetivo, habian estudiado la zona asi que encontraron un punto ciego que los dejaría ingresar sin que ninguno se diera cuenta, pero al parecer no fueron los únicos que se les ocurrió que aquel sería un buen día para atacar, porque a través de sus poderes Fluke detecto más presencias de las que ellos habian contado días anteriores y entonces lo vio...

—Hay una pelea... los guardias están tratando de impedir que entren al edificio, algunos ya están fuera de combate.

— ¿Cuantos enemigos?

—Son seis y solo quedan tres guardias en pie, no dudo que los superen en poco tiempo, quienes atacan son más fuertes.

—Bueno, ya sabemos que no era de mí de quien los escondían, hay alguien más queriendo vengarse de ellos—. Sonrió, para luego avanzar sigilosamente hacia donde estaba sucediendo el conflicto.

El castaño solo lo siguió tranquilo, no podían permitir que otros se les adelantaran, el plan que habian trazado ya no les serviría del todo, tendrían que improvisar sobre la marcha pero no dejarían que alguien más se ocupara del asunto, los consejeros tenían que pagar por lo que le habian hecho a la familia Noppakao.

Bueno ya queda poco para que termine estar historia, pronto sabremos si Kao podrá cumplir con su venganza...



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