Al llegar a su casa todo estaba tranquilo, camino hacia su habitación solo para encontrarse de frente con su primo, la persona con la que menos se quería encontrar en esos momentos pero recompuso su semblante sereno y con confianza lo saludo:

—Buenas tardes—. Paso por su lado y tomo el pomo de su puerta listo para abrir.

—Fluke...— Intento hablar el otro.

—Siento mucho no haberte dicho nada, sé que puedes pensar que es muy rápido o que me volví loco al tomar esta decisión, pero la verdad es que estoy seguro de lo que estoy haciendo—, hablo el castaño primero sabiendo por donde venía aquella conversación.

—Yo siempre supe que algo pasaba, cuando regrese te note muy cambiado, luces completamente distinto al primo que deje.

— ¿Estas molesto por esto?

—No— ¿Cómo podría enfadarse con él?, eso era imposible.

— ¿Decepcionado?

—Tampoco, solo sorprendido—. Coloco una sonrisa en sus labios, tenía que guardarse sus sentimientos —Solo quiero que seas feliz—. De verdad lo quería, desde que habian vuelto a restablecer su relación familiar eso era todo lo que había querido para aquel omega, se acercó y le dio un abrazo —Solo quiero que sepas que aunque te cases con Noppakao no dejare de cuidarte y protegerte y si algo malo pasa...

—Te lo diré.

—Sigo sin confiar en él, tampoco me agrada y no creo que eso cambie pronto, pero intentare llevar las cosas en paz—. Se separó con una media sonrisa en sus labios, le dolía decir aquellas palabras, pero no quería apartarse de la vida de Fluke, quería siempre estar allí para él —Descansa Fluke—. Le dio un beso en la frente—. Se giró y se marchó dejando al castaño con un nudo en la garganta.

Ingreso en su habitación listo para darse una ducha, al desvestirse se dio cuenta que la marca había cambiado por completo, todo lo de alrededor había desaparecido solo quedaban los dos lobos enlazados por el hilo rojo.

Asi que luego que termino con su baño y aun con el cabello húmedo salió de la casa, no tenía tiempo que perder, debía verlo, lo bueno es que la noche ya había caído y todos en la casa estaban en sus habitaciones, asi que nadie se dio cuenta del momento que se escapó del complejo Natouch, llego a su destino por la puerta trasera, en donde Kao ya estaba esperando por él, lo sintió moverse en su dirección.

Lo primero que hizo al tenerlo cerca fue tomarlo entre sus brazos y plantarle un beso apasionado, estaba eufórico, el omega pudo sentir la magia que emanaba de su cuerpo, algo desesperados ingresaron a la casa entre besos y empujones asegurándose de cerrar la puerta, no necesitaban ojos indiscretos, ya los guardias de turno tenían que haberse dado cuenta de la presencia de Fluke a esas horas de la noche, se quitaron las camisas y miraron nuevamente sus marcas, las dos estaban iguales.

— ¿Cuándo sucedió esto?—, pregunto asombrado el castaño.

—No lo sé, pero espera unos segundos Alonew está cerca—. Ahora con su magia casi al completo podía detectar presencias mágicas e identificar las que ya conocía como la de su antiguo maestro, no tenía el rango de Fluke pero podía detectar a las personas cercanas.

— ¿Que hace aquí?—. El omega se concentró y efecto aquel hombre estaba a unos metros del lugar.

Kao se encogió de hombros —Estoy seguro que viene cada vez que tu o Saint no está, ¿porque lo hace?, no lo sé.

—Bueno el piensa que no tienes magia, asi que no debería haber ningún peligro.

—Mira—. Hizo una transformación parcial en lobo, sus ojos, orejas y garras aparecieron —Aun no puedo convertirme por completo pero algo es algo.

— ¿Puedes hablar con tu lobo?

—No, pero creo que eso no sucederá hasta que desaparezca la marca, lo bueno es que tengo casi toda mi magia conmigo—. Extendió la palma de su mano y una flama naranja apareció en ella.

—Bien eso será suficiente para nuestro plan, tendrás como defenderte y hacerlos confesar...— No pudo terminar de habar porque el otro lo pego contra la pared delineando con los dedos su rostro.

—Eres adictivo—. Su lengua salió para mojar su labio inferior mientras recordaba lo que habian hecho aquella misma tarde.

Fluke solo mantuvo sus manos pegadas en la pared, conteniendo las ganas de tocarlo, nada mas podía pasar entre ellos ese día.

— ¿Porque te resistes a tus impulsos?—, pregunto dejando pequeños besos por su cuello de una manera sensual.

—Me escape de casa—. Ladeo la cabeza concediéndole más acceso.

—Ellos no se darán cuenta que estas aquí.

—Pero es arriesgado, tenemos mucho que perder, será mejor que regrese—, suspiro al sentir como esos labios succionaban un poco en la base de su cuello.

—Entonces será mañana—. Termino por separarse.

El castaño entreabrió los labios algo decepcionado por la lejanía, pero al sentir el golpe de emociones viniendo del pelinegro entendió que tenía que salir de allí lo más rápido que podía, por lo que sin mediar palabra le dio un beso en la mejilla y corrió por donde mismo llego.

—Necesito otro baño—, susurro Kao al verlo partir y sentir el problema que tenía debajo de sus pantalones.

La marca había cambiado pero no por ello los sueños habian terminado, cuando por fin lograron descansar uno nuevo comenzó: Kao caminaba esta vez por una Arcadia envuelta en llamas, el fuego estaba por todos lados, se podía ver que los edificios comenzaban a derrumbarse a causa de este, el llanto de las personas a su alrededor lo estaban alterando, lo único que tenía en mente era encontrar a Fluke entre aquel caos.

Mientras caminaba por aquel desastre se topó con una mujer muerta y por la posición en la que estaba se notaba que había querido proteger algo preciado, alguien la movió y se dio cuenta que se trataba de Lookwa la entrenadora de Fluke, entonces lo supo eso que tenía en los brazos era Melody, esa imagen hizo que le dieran nauseas por lo que corrió en dirección contraria solo para ser interceptado por un golpe de Saint.

— ¿Porque hiciste esto?

— ¡Yo no hice nada!— No entendía de que estaba hablando.

— ¡No me mientas!—. Entonces lo vio, a lo lejos estaba el omega rodeado de guerreros dispuestos a acabar con su vida

— ¿Fluke?—. Llego a donde él estaba y lo que más le sorprendió fue que estaba nuevamente cubierto de sangre y con una sonrisa rota en sus labios.

—Acabe con ellos, ahora puedes ser feliz—. Señalo los cuerpos de los dos consejeros a unos metros de donde estaban parados.

— ¿Qué hiciste?—. Estaba confundido con aquel sueño, sabía que aquel omega no era el real, solo era producto de la pesadilla que estaba viviendo.

—Lo hice por ti, quería salvarte de la oscuridad—. Camino en su dirección sin ninguna expresión en su rostro, parecía un muñeco roto y asi se lo hizo saber uno de sus amigos.

— ¡Lo rompiste!—. Judo lo miraba entre una media transformación en lobo y la magia irradiando a través de su cuerpo.

—Dejaste que se machara sus manos de sangre—. Ahora era Nike quien le recriminaba lo que había hecho el omega, también en un estado antinatural.

Y entonces un dolor profundo atravesó su pecho, una espada había traspasado el corazón de Fluke —Solo tenías que hacerme caso y seguir con tu vida—. Esa era la voz de Peter en medio del sueño.

Con horror miro como el cuerpo moribundo del castaño levantaba la mano en su dirección tratando de alcanzarlo, pero no lo logro, sus ojos se cerraron, él estaba muerto; se levantó bañado en sudor y con la respiración acelerada, todo aquello había sido demasiado real para su gusto, tanto que las manos le temblaban del miedo, pero algo lo alerto de que todavía no estaba despierto, alguien dormía a su lado.

— ¿Estas bien?—. Era la voz de Fluke algo soñolienta.

— ¿Que está pasando?—, pregunto algo aturdido aun.

—Tuviste una pesadilla—. Ignoro su cuestionamiento y solo lo abrazo —Perdón por no despertar antes para levantarte.

Se quedó paralizado sin entender lo que estaba pasando, de pronto la luz se encendió, algo era extraño en todo aquel sueño, el Fluke que estaba a su lado solo tenía puesto un pijama y de repente la puerta se abrió y dos pequeños niños entraron corriendo a la habitación.

— ¿Que sucede cariño?—, pregunto el omega cargando al pequeño.

—Ella me despertó no puede dormir—. Señalo a la niña.

— ¿De verdad?—. Volvió a preguntar suspicaz el castaño.

—Yo no fui papi—. La pequeña corrió pero al lado de la cama donde estaba Kao para extender sus brazos.

— ¿Papá?—. Lo llamo preocupada por no estar siendo cargada.

—Sé muy bien que fuiste el que despertó a tu hermana, no debes hacer eso, si tienes miedo solo tienes que venir a llamarnos, ahora ¿quieres dormir aquí o en tu habitación?—. Le hablo al pequeño en sus brazos de manera dulce.

—En mi habitación—, contesto el chico.

—Muy bien—. Se levantó de la cama aun con el niño entre sus brazos para luego mirar hacia el alfa —Cárgala y tráela a su cuarto ya sabes que no se dormirá de nuevo si no eres tu quien la mete a la cama—. Sonrió tranquilo saliendo de la habitación.

—Papá—. Lo llamo nuevamente la niña.

Termino levantándola con cuidado sin siquiera saber que tenía que hacer a continuación, solo estaba siguiendo la corriente en aquel sueño extraño, ella se colgó de su cuello y con voz tierna le dijo —Tengo sueño.

— ¿A dónde?—, pregunto en el pasillo sin saber cuál era la habitación de los niños.

—Allá—. Señalo con su dedito — ¿No te acuerdas?—, pregunto confundida.

Él no contesto nada y solo camino hacia la puerta señalada, la metió en la cama y por instinto la cubrió con la sabana, quedándose a su lado sin saber que más hacer ni porque estaba siguiendo aquel absurdo sueño —¿Dónde está mi beso?—. Protesto la pequeña y Fluke que estaba al lado cantándole una nana al niño sonrió; él por inercia hizo lo que le pedía y le ordeno —Duerme—. Ella sonrió despertando una emoción desconocida en su pecho.

Salió de aquel lugar para encontrarse nuevamente con Fluke que lo esperaba en el marco de la puerta, este se puso de puntillas y le dio un beso amoroso, para luego darse la vuelta y caminar hacia la habitación principal, momento en el cual la oscuridad lo envolvió y todo desapareció.

Hay que mencionar que mientras todo esto pasaba en los sueños del pelinegro el omega estaba pasando por algo diferente, este había despertado llorando, Peter se encontró con él y todo lo que le dijo era verdad, incluso él lo había pensado cuando decidió seguir con aquel loco plan, la cabeza le dolía, se tocó la marca y está aún estaba caliente, se secó las lágrimas, miro por la ventana, el amanecer estaba haciendo su aparición, tomo aire decidiendo seguir con el plan que le había propuesto aquel hombre, era todo lo que podía hacer si quería que Kao saliera bien librado de todo aquello.

Cuando llego el momento de ir al complejo Noppakao entro en silencio, esta vez había llevado el desayuno y el almuerzo listo —Buenos días—, saludo con una sonrisa en sus labios.

— ¿Que soñaste?—, pregunto Kao apenas verlo llegar.

—La verdad es que nada—. Mintió lo mejor que pudo — ¿Tu si soñaste con algo?

—Nada coherente.

El castaño solo se encogió de hombros y le dijo —Puede ser por el cambio en la marca, de todos modos mira lo que traje—. Le mostro un mapa.

— ¿Qué es?

—La distribución de la red de parlantes de Arcadia, con esto podemos hacer llegar la información a todo el planeta.

— ¿De dónde lo sacaste?

—Varios de los guerreros que estuvieron involucrados en este proyecto son parte de mi familia, asi que tenían muchos bocetos sobre el cableado que se colocó—. Lo había tomado de la oficina común del complejo Natouch, habian varios iguales asi que pensó que no se darían cuenta si faltaba alguno.

— ¿No lo echaran de menos?

—No, nadie me vio traerlo y habian otros iguales asi que ni lo notaran—. Tomo rápidamente el mapa de la mesa y dijo —Lo guardare, Saint se acerca.

Decidió guardar todo en la habitación del alfa y al mirar la cama no pudo evitar recordar lo que había pasado el día anterior, aun con un pequeño sonrojo bajo las escaleras y se encontró con los otros dos quienes ya lo esperaban en el comedor para desayunar.

— ¿Que vamos hacer hoy?—, pregunto Saint una vez que termino su comida.

— ¿Porque tenemos que hacer algo contigo?— Devolvió la pregunta Kao levantando la ceja.

—No sean malos, Alonew salió del planeta junto con Earth y Pineare, no tengo nada que hacer—. Hizo un puchero tal y como si fuera un niño pequeño suplicándoles a sus padres que lo sacaran a pasear.

— ¿Porque no fuiste con ellos?

—Por mi entrenamiento con la Regente, según ella no puedo abandonar el planeta en estos momentos, aún tengo mucho que aprender y de todos modos no sería de ayuda, están buscando a unos traidores que escaparon y que fueron parte de las fuerzas guerreras de Arcadia.

Para ese momento Fluke ya se había levantado de la mesa y estaba algo ausente mirando por la ventana, cosa que le preocupo un poco al alfa, no podía sentir nada viniendo de él, era como los primeros días en que todo comenzó, sentía que un muro se había levantado entre los dos esa mañana, inconscientemente se levantó de la mesa y se acercó a él para tomarlo de la cara y que lo viera a los ojos; el omega se sorprendió, no lo había sentido venir, asi que se sobresaltó un poco al reconocer un sentimiento de preocupación en el pelinegro, le sonrió dulcemente y Kao suspiro con alivio, todo estaba bien en su mundo.

— ¡Oigan aún estoy aquí!—, grito Saint desde su lugar algo incómodo — ¡Están peor que antes!

—Entonces vete, nadie te invito de todos modos—. Como siempre Kao le respondió cortante queriendo mantenerlo alejado de su hogar.

— ¡Que malo eres!, para que veas que soy un buen amigo me acostare aquí y me dormiré dejándolos solitos—. Se recostó en el sofá durmiéndose inmediatamente.

—Es como un niño—. Sonrió el castaño al ver lo rápido que se había dormido.

El pelinegro solo lo tomo entre sus brazos y lo beso con pasión, se había contenido esa mañana al verlo llegar porque aún estaba confuso con todo lo que había pasado la noche anterior en su sueño, pero luego se separó de manera repentina, surgiendo un plan en su cabeza, tenía magia y podía hacer más cosas que antes tenía restringida, era momento de cerciorarse por sí mismo la ruta hacia los consejeros, se lo hizo saber a Fluke quien estuvo de acuerdo, para luego en un abrir y cerrar de ojos desparecer y reaparecer en las afueras de la ciudad, se colocaron hechizos invisibles, ocultaron su olor, estaban listos para ultimar los detalles de su plan, después de todo los centinelas no los seguirían porque los habian dejado solos al llegar Saint al complejo Noppakao.

¿Qué le habrá dicho Peter a Fluke en su sueño? Estamos entrando en la parte final de esta historia.