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12 | Luna de la Cosecha


Luego del brutal ataque, toda la manada había quedado alterada y consternada por lo que habían sufrido los híbridos, no podían dar crédito a que el maldito xolo se hubiera escapado en sus narices.

Jungkook tampoco podía creerlo pero su prioridad ahora era su familia. Aunque Jimin aún no hubiera despertado del sueño profundo, él sabía que estaba a salvo, que su propio cachorrito lo había rescatado de una muerte segura en comunión con Siniysh. La misma chamana se comunicó con Jungkook para asegurarle que Jimin estaba bien pero que necesitaba reponer energías tras el temporal emocional que se había llevado todo su vigor arrebatándole cada soplido de vitalidad.
El trauma había dejado su huella no solo en su mente, sino en cada célula de su cuerpo.
JK sabía porque ya lo había vivido que cada vez que Jimin llevaba a cabo alguna manifestación prodigiosa con los animalitos, caía en un sueño profundo por algunas horas. Pero esta vez no fue una manifestación como tantas otras, este fue el mismísimo Todopoderoso exteriorizado a través de Jimin, en su máxima expresión. Eso provocó en el rojo un feroz desgaste de energías, así que él dormiría hasta encontrar la fuerza interior que lo ayude a reconstruirse, a sanar y a recuperar su fuerza.

Jungkook organizó todo de modo que él pudiera dedicar las veinticuatro horas a Jimin pero antes quiso estar con Sakâri. Necesitaba abrazar a su niña bella y respirar el olor a rosas de su cuello. La estrechó en sus brazos y lloró sin que ella lo notara, no la quería entristecer, ella no tenía recuerdos del nefasto momento y mejor que así fuera.
Le prometió y se lo prometió a sí mismo que lo ocurrido tendría su venganza y él no iba a parar hasta darle a Uxmal, su merecido.

El bebé Jeongguk descansaba en brazos de Nam que se había quedado dormido en el sillón mientras Jin ultimaba detalles para trasladar a los dos cachorros a su hogar hasta que Jimin despertara.
Jungkook despidió a sus hijitos para dirigirse al cuarto que compartía con Jimin. Él se quedó todo el tiempo a su lado en esa habitación en la que reinaba el silencio, solo interrumpido por el suave sonido de la respiración de Jimin que yacía en su nido, inmóvil y frágil.
Con movimientos delicados, Jungkook le tomaba la cabeza y le aplicaba sobre el cuello los ungüentos que el mismo Omega había preparado con sus hábiles manos, semanas atrás. Con un paño húmedo le refrescaba los labios secos.

Ellos solían decir que el amor es cuidar, es estar siempre para el otro, sin importar nada más y él estaba allí, cumpliendo esa promesa, siendo la roca que sostenía a su amado en su debilidad.
Le acariciaba sus cabellos rojos e intentaba que aunque más no fuera bebiera algo de agua, él no olvidaba que sus cachorros necesitaban de la energía de Jimin para prender en el vientre maternal.
Cuando la noche caía Jungkook se acostaba junto a su niño rojo, envolviéndolo en su brazos y cantándole la misma nana que trajo a Sakâri de regreso. En la oscuridad, sentía el latido del corazón de su Omega y sabía que, aunque estuviera en estado de ensoñación, su amor seguía fuerte y vivo.
Y en ese silencio compartido, Jimin, dormido, sonreía interiormente, sabiendo que su Alfa estaba allí, cuidándolo, amándolo, y siendo su ángel protector.

Todo ese tiempo sin otra actividad más que cuidar de Jimin, Jungkook planeó su venganza contra el inmundo ser que casi les había arrebatado la felicidad por completo.
Necesitaba que Jimin recobrara el conocimiento para contar con su aprobación. Él al contrario de lo que su Omega audaz solía hacer, no sé iría sin que Jimin supiera a qué y por qué.

Y tal cual así ocurrió, cuando Jimin regresó del letargo energético que le había consumido siete días y sus noches para recuperarse del todo, Jungkook lo puso sobre aviso acerca de su plan para cazar al xolo. Quería su aprobación pero de no ser así, se iría lo mismo porque ya había llegado la hora de que ese malnacido pagara por lo que había hecho.
Iba a pagar uno a uno cada dolor que había causado, cada golpe que recibió Jimin en cautiverio, cada insulto, cada abuso, cada lágrima que el Alfa derramó sumido en la desesperación por no encontrar al rojo, el corte en el cuello de Jimin, la garganta abierta de su niña... eran demasiadas atrocidades. Ya era hora.

Un Jimin tambaleante llegó a la tina del brazo de Jungkook y exhaló un suspiro hondo cuando se sumergió en las aguas calientes.

—¡Ahhh, cuánto necesitaba esto!

—¿Se siente bien mi niño?

—Sí, mi amor, muy bien.

—No me contestaste anoche, Jimin, necesito saber que piensas.

—Pienso que es riesgoso, pero también pienso que es lo que debemos hacer.

—Debemos no, debo. Yo, debo ir, solo yo. Esto es personal, Jimin, entre él y yo.

—Lo entiendo, pero no quiero.

—¿Qué no quieres?

—Qué vayas solo.

—No es la primera vez que lo dices, Jimin. ¿Realmente no crees en mí, verdad?

Jimin negaba vehemente con la cabeza.

—¿No crees que sea capaz de vencer a ese hijo de puta?

—¡No dije eso, Jungkook! Tú venciste a los lobos Wang ¿Crees que me he olvidado de eso?

—¿Entonces por qué te opones?

Entrelazó sus pequeños dedos con nervios

—Porque tengo miedito.

—Miedito —repitió Jungkook y sonrió.

—Si algo te pasara, yo sencillamente me moriría, lo sabes ¿verdad?

—Nada va a pasarme. Y aunque así fuera, tú debes ser fuerte porque tienes dos hijos a quien cuidar y vienen dos en camino.

—Ya sé. También sé que es tu deber y que estás en tu derecho defender a tu familia, pero ¿sabes qué siento, Jungkook? Qué también tengo ganas de matar al maldito con mis propias manos.

Jungkook afirmó con su cabeza sin dejar de mirarlo, era la primera vez que esa idea se planteaba entre ellos. Jimin también tenía ese sentimiento de hacer justicia por mano propia.

—No sabes por los rincones de oscuridad que mi alma atravesó para que Sakâri regresara a nosotros, Koo... nunca había sentido ese vacío tan brutal. Pude sentir cuando los cachorros murieron dentro de mí... Nadie nunca, va a saber lo que sentí en ese momento. Había salvado a la niña, pero había perdido a los bebés, todo en el mismo momento.

—¿Un milagro por otro? ¿Cómo hicieron contigo cuando regresaste a la vida pero te dejaron estéril?
¿La vida de los bebés por la vida del brote?

—No. Esta vez no hubo nada de eso. Fue mi estrés, los bebés no soportaron tanto dolor dentro de mi cuerpo, necesitaban salir.

—Jeongguk y Siniysh los salvaron.

—Sí, ellos dos los tomaron de sus manitos y los regresaron a mí. Pude sentir todo, fue maravilloso.

—Amor, qué tristeza y qué odio siento..

—Jungkook, encuéntralo, quiero que le retuerzas el cuello hasta que se muera como la mierda que es...

—Te lo prometo, mi niño.


Sobre el título del capítulo

Luna de la cosecha

La luna llena de septiembre es llamada luna de la cosecha, porque es la época del año en la que se recogen las cosechas, tras el equinoccio de otoño en el hemisferio norte. También la llaman luna del maíz y luna del centeno.


Este capítulo debía publicarlo el sábado pero tuve impulso escritor fuerte y la verdad que una vez terminado, me picaba entre las manos! Así que... Aquí está..

¿Qué piensan?
¿Podrá Jungkook mantener la promesa que le hizo al niño rojo?

¿O Uxmal nos tiene guardadas más sorpresas?

Hoy último capítulo de Are you sure... 😭😭😭 (19|09)

Pero, también tengo entradas para I am Still de Jungkook!!
Después les cuento si sobreviví...

Las i purple U muchoooo 💜 💜💜

¿J&J?






















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