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Capítulo 1: El Nuevo.

Izuku caminó por los pasillos de la universidad, había una ligera sonrisa en su rostro y le daba leves, pero rítmicos, golpecitos a las tiras de su mochila amarilla. El pobre bolso que lo acompañaba desde hace años y siempre estaba lleno hasta el borde con lo necesario de cosas que se podrían usar, además de algunas cosas extras por él "si acaso".

El pecoso siempre decía que "un Omega precavido vale por dos", algo que ni siquiera su mejor amiga, Ochako, entiende, pero ella no crítica. Pues Izuku era Izuku y al lindo Omega había que dejarlo ser. Con camisas algo grandes para él y sus pantalones holgados, el Omega se dirigió a sus clases.

Allí se encontró a su amiga beta de cabellos castaños, Ochako tomaba esa clase de matemáticas como materia complementaria y tener créditos extras, aunque fuera algo pésimas en ellas. La beta de mejillas redondas le saludó entusiasmada agitando su mano y rápidamente el Omega se acercó a ella para sentarse a su lado.

—¡Izu, Te tengo un chisme! —la castaña sonrió con sus ojos brillantes mientras sacaba su cuaderno de apuntes, Izuku solo pudo reír por lo bajo.

—Buenos días a ti también, Ocha, ¿Dormiste bien? —el pecoso se acomodó en su puesto y la beta resopló divertida, sabía que su compañero apenas había entrado al salón, ¡Pero los chismes eran más importantes!

—Si, sí, buenos días —Ochako agitó su mano despreocupada y después miró al Omega de manera sería—, a que no adivinas ¡Un estudiante de intercambio llegó la semana pasada!

—¿Y? Siempre llegan y algunos se van, es algo normal. —Izuku no entendía el punto exactamente, ni la emoción de su amiga—. ¿Que tiene ese estudiante? ¿Es hijo de algún presidente?

—¡Ya sé que es normal que haya estudiantes de intercambio! Y no, no es hijo de un presidente, al menos que yo sepa, —Ochako colocó uno de sus dedos en su mentón pensativo, pero rápidamente se recompuso—. A lo que iba, ¡No sólo es un estudiante de intercambio! ¡Es ÉL estudiante de intercambio! ¡Un alfa enigma!

Izuku parpadeó una vez, dos, tres veces mientras asimilaba lo que acababa de oír, un enigma, los alfas enigmas son extremadamente raros e intimidantes. Eran aterradores en apariencia y su perfecto control de su aroma, además de que podía someter a quien quisiera con él. Ah, eso si era un chisme de que hablar.

—¿Hablan del alfa enigma que llegó la semana pasada? —la voz de Shoto sonó al lado de Izuku haciendo que el Omega diera un brinco en su puesto y dejaba salir un chillido que le hubiera gustado llamar varonil.

—¡Shou, no me asustes así! —el pecoso volteó hacia el bicolor, se agarró del pecho y suspiró profundamente tratando de calmarse un poco, el Omega que había acabado de llegar solo los miró, tomó una papita de su bolsa de frituras y se la llevó a la boca, comiendo tranquilamente.

—No quería hacerlo, solo pregunté por el alfa porque ustedes estaban hablando de él —Shouto se encogió de hombros e Izuku solo lo miró feo, Ochako se rió del pecoso quién estaba considerando ponerle un cascabel al Omega bicolor para escucharlo cuando se acercara así la próxima vez.

—¡Bueno, lo que sea! Sé que hoy el nuevo va a participar en las prácticas de fútbol americano, ¡Lo podemos conocer desde lejos! —la beta victoreo con alegría e Izuku asintió conforme, no podía evitar sentir curiosidad por ese estudiante de intercambio, quería ver cómo era y conocer a los raros enigmas en primera persona.

—Joven Todoroki, haga el favor de comer en silencio o guarde esa bolsa de frituras. —el profesor entró al aula con una cara de aburrimiento cómo era habitual, Shouto tenía sus mejillas llenas y estaba llevándose la mano llena de papas fritas a la boca antes de que el mayor hablase.

Algunas risas bajas se escucharon en el lugar, pero Shouto solo tragó y se llenó la boca con más comida chatarra mientras masticaba tranquilo, como si no le diera importancia a lo que le dijo su superior. Izuku solo lo miró con desaprobación y Ochako se reía más todavía.

El pecoso suspiró mirando al frente, su pequeño grupo de amigos eran extraños y algo malcriados, pero así los quería.
Sin darle más importancia al asunto, se concentró en su clase y tomó apuntes, esperando que las horas pasasen un poco más rápido.

(...)

—¡Por aquí! Las gradas bajas tienen una mejor vista. —Ochako arrastró a sus compañeros a la cancha en la que se hacían las prácticas de fútbol americano— ¡Aquí, aquí!

Ochako, Izuku y Shouto tomaron asiento en el lugar perfecto, había una carpa que hacía sombra al sitio, así no se quedarían con el sol. Al pecoso no le gustaba mucho los deportes, menos el fútbol americano, le daba miedo ver como los deportistas se estrellaban unos contras otros, siendo brutos y golpeándose solo por un balón.

Pero no juzgaba a nadie, pues cada quien tenía sus gustos, aún así no dejaba de darle dolor ajeno cada vez que los veía en la televisión o en los torneos de la universidad las veces que era obligado a ir por su mejor amiga.

—¡Ahí! —la beta señaló a un grupo de alfas sudorosos y llenos de testosterona—, es él.

Izuku fijó su mirada en ellos, había un alfa que resaltaba entre los demás, era más grande, musculoso y su rostro de expresión estreñida era notoria desde su perspectiva. Tenía el uniforme con el chaleco y las hombreras que lo hacían ver aún más grande, no tenía el casco puesto por lo que dejaba ver su cabello rubio ceniza puntiagudo.

El Omega jadeó horrorizado cuando ese enorme alfa tacleó sin ningún remordimiento a otro alfa más bajo que él, tumbandolo sin esfuerzo para quitarle el balón y correr al extremo de la cancha para anotar. Ochako solo exclamó extasiada y Shouto abrió los ojos con algo de sorpresa mientras absorbía su jugo con un popote.

—Vaya, es enorme, incluso un poco más que Inasa. —murmuró el bicolor mirando como los jugadores trataban de matarse entre sí sin inmutarse.

—¿Enorme? ¡Es gigante! Ya veo porque los demás decían que daba mucho miedo estar cerca de él. —Ochako le respondió al Omega de dos colores haciéndole saber lo obvio, ella siguió hablando con Shouto mientras que Izuku no quitaba sus ojos del campo.

No podía dejar de mirar al enigma y como este sonreía como sicópata cada vez que anotaba puntos mientras pasaba sobre otros como si nada, en algún momento el balón cayó en dirección del grupo de Izuku, cuando el alfa se agachó para recogerlo miró hacia arriba.

El pecoso pudo jurar que su alma salió por su boca cuando notó aquellos ojos color sangre mirarlo, fueron solo unos microsegundos, pero los suficientes como para poner nervioso al peliverde. Cuando el alfa se dio la vuelta para seguir con su juego, el Omega al fin pudo volver a respirar. Ochako no lo notó ya que estaba discutiendo con Shouto sobre el tamaño que podría tener "eso" del enorme alfa.

Izuku sinceramente estaba pensando en cambiar de amigos, bueno, en realidad no, pero quería pegarles un par de golpes en la cabeza, se los daría un día de esos.

….

Mirando los estantes de libros en la sección de matemáticas, Izuku se estiró para tomar uno que estaba un poco algo y ponerlo junto a los demás que tenía en sus manos, necesitaba apuntes, buenos apuntes para su trabajo de fin de semestre y poder descansar como era debido en sus vacaciones.

Teniendo todo listo, se iba a dirigir a la sección de biología molecular, aunque una gran figura que entró al pequeño pasillo lo hizo volverse piedra. Era el enigma, vistiendo solo un pantalón gris de mezclilla y una camisa negra apegada a sus músculos, un bolso marrón colgaba de uno de sus hombros y se acercó directamente a él.

Al estar frente a frente, Izuku tuvo que alzar la cabeza para mirar al rubio, y este agachó un poco la suya. Se sintió pequeño, tan pequeño, más de lo que ya era. El alfa chasqueó la lengua y frunció aún más su ceño, el cual parecía una flecha hacia abajo.

—¿Vas a quedarte ahí todo el día? La biblioteca es pública, mierda. —el de mayor estaría gruñó con una voz ronca y profunda que lo hizo temblar de pies a cabeza.

—¡L-lo siento! —el pecoso apretó el agarre de sus libros y se movió hacia un lado para salir de allí.

Era tan sofocante estar cerca de ese enigma, tenía un aroma denso, el cual parecía ser controlado a la perfección para que no fuera tan pesado, aún así lo era, ese aroma de alfa dejó algo mareado al Omega con solo unos segundos de estar en su presencia. Izuku caminó algo tembloroso hacia otro pasillo, debía de conseguir esos libros de biología.

—Puta mierda, ya se llevaron todos los libros de álgebra avanzada. —la queja del rubio fue oída por el pecoso que trataba de alejarse.

Aunque ahora, se detuvo y miró los libros entre sus manos, tenía el último de álgebra, era la época de exámenes y proyectos por lo que obviamente se habrían agotado rápido. Izuku mordió levemente su labio inferior tratando de tomar una buena decisión.

Al final terminó por rendirse, se dio la vuelta y caminó despacio y en silencio hacia donde estaba el enigma que buscaba de manera minuciosa entre todos los libros de los estantes. Izuku respiró hondo, muy hondo, antes de hablar.

—D-disculpa. —el pecoso llamó en voz baja, haciendo que el rubio volteara hacia él con cara de pocos amigos, Izuku tragó saliva algo arrepentido de su elección—. Y-yo tengo un libro de álgebra, s-sí… si gustas lo podemos compartir.

Mostró su libro y esperó una respuesta, la cual fue solo un chasquido de lengua por parte del alfa, este volvió a mirar los estantes y después al pecoso, al final, terminó por resignarse. El alfa enigma se acercó al menor arrebatando el libro de sus manos, parecía comprobar que era efectivamente el que buscaba.

—Bien, ya qué, vamos que no tengo todo el puto día. —el de mayor estatura pasó por el lado del pecoso haciendo que este se escondiera instintivamente detrás de un estante.

Era muy agobiante estar en su presencia y hablarle, pero Izuku no se iba a rendir, necesitaba estudiar y si podía ayudarlo, lo haría, después de todo sabe lo difícil que son las clases de matemáticas cuando no estás al corriente. Tuvo que dejar su búsqueda de los libros de biología para después.

Caminó detrás del alfa y lo vio sentarse en una de las mesas de estudio que tenía la biblioteca, Izuku dejó sus libros sobre ella, se sentó a su lado algo temeroso y nervioso, sacó de su mochila sus lápices y su cuadernos de apuntes, miró como el rubio hacía lo mismo. Después de unos momentos, ya estaban listos para empezar.

—¿A dónde van con el tema? ¿Qué han visto este semestre? —el mayor le preguntó e Izuku tragó saliva sintiendo su garganta seca, ¡El enigma le estaba pidiendo un repaso de lo que habían visto!

Creyó que solo estarían en silencio mientras estudiaban y tomaban sus notas, ¿Pero no podía ser tan malo, no? Al fin y al cabo solo era un estudiante queriendo esforzarse para sacar buenas calificaciones. Solo debía de ayudar, estar ahí… solo con el enigma, absorbiendo su aroma quién sabe por cuánto tiempo…

Estaba jodido a lo grande.

(...)

Primer capítulo ajskfksk

Ya tengo casi toda la historia concluida, peeeero, no lo voy todo de inmediato, tendrán que esperar. 😈

Me comentarios xfa 🥺

Zaorycast. ✨✨

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