Nuevamente martes, nuevamente clase de inglés. Taehyun agradecía que la tenían una vez a la semana nada más, pero no hacía ninguna diferencia porque igual le iba mal. No entendía ni dónde estaba parado en clase de tan perdido que estaba, y la profesora solo les hablaba en inglés, así que ni si le pedía ayuda entendería el tema.

Entonces, con toda la vergüenza del mundo en su estómago, decidió pedirle ayuda a su compañero de mesa.

—Hyuka.— susurró. —No entiendo.

Hueningkai se tensó y luego miró hacia su compañero lentamente, casi derritiéndose al ver el adorable puchero que adornaba sus bonitos labios. Con expresión seria asintió y le preguntó qué no entendía.

—Todo.— contestó el pelirrojo con pena.

—¿Todo el tema de hoy?— preguntó tratando de no sonar sorprendido, no quería ofender o hacerlo sentir menos.

—De todo el año.— murmuró.

—Vale...— Kai se detuvo a pensar, definitivamente, no podría ayudarlo si solo lo veía unas vez a la semana en clase de inglés. —¿No quieres que te de tutorías extras?— ofreció, dándose palmaditas mentales por haber sonado tranquilo y seguro.

—¿Harías eso? No quiero molestarte.— Taehyun no parecía seguro, obviamente quería aceptar porque, uno, necesitaba la ayuda y dos, pasaría más tiempo con Kai. Pero el aún creía que le caía mal al menor, porque el extranjero era muy frío con él y lo había visto ser diferente con otras personas.

—Si te lo ofrezco es porque puedo, tonto.— intentó bromear, pero los nervios le hicieron hablar más rápido y algo agresivo.

—O-okay.— Taehyun tartamudeó su respuesta.

Kai le pasó su teléfono abierto en la aplicación de contactos para que anotara su número, sin siquiera mirarlo a la cara. Taehyun entendió el gesto y lo tomó, anotando su número y guardando su contacto.

—Gracias.— susurró, juntando sus cosas pues la clase había terminado.

Hueningkai asintió escuetamente y se fue. Y cuando se encontró con su mejor amigo, Beomgyu, casi le saca los oídos de lo mucho que chilló de la emoción. ¡No podía creer que se animó a pedirle su número a su crush!