Capítulo 3: Mantenerse oculto
Jane respiró el aire fresco del bosque por primera vez en doce años y se sintió viva. Era como sentir algo que tanta falta le hacía pero no se había dado cuenta hasta ese momento.
—Entonces nos vamos a quedar aquí.
Alma intentaba explicarle a Mirtha el plan mientras esta tomaba un poco de agua.
—Necesitamos estar lejos de la ciudad al menos una noche y esta fue la mejor opción—. Le dijo Brayden—. Además te cae bien el aire fresco.
—No puedo dormir aquí, mis papás se van a preocupar.
—Ya tenemos eso resuelto mi querida Mirtha—. Alma le pasó el brazo sobre los hombros—. No hay nada de que preocuparse.
—¿Y la comida?
—Compré suficiente en el puesto de guardabosques—. Brayden le señaló el maletero del auto, ahí descansaban varias bolsas de papel llenas de comida y tres mantas dobladas—. También compré mantas, todo está resuelto.
—¿Dónde vamos a dormir?
—En el auto.
—No cabemos los cuatro en el auto.
—¿Puedes dejar de buscar peros?—. Alma le dio un golpe en la cabeza—. Esto nos hará bien, mira lo feliz que está Jane.
—Jane siempre está feliz.
—Eso no es verdad—. La mencionada volteó a verlos—. Pero es imposible no estarlo rodeada de árboles, ¿no les parece hermoso?
Mirtha se acomodó los lentes y dio un vistazo alrededor.
—De acuerdo, no puedo negar que es realmente bonito.
—Esta va a ser una buena noche, podemos hacer una fogata y asar los malvaviscos que compré—. Le sonrió—. Vamos Mirtha, anímate, ¿qué es mejor que dormir en el bosque con tus locos amigos?
—No entiendo como es que siempre me terminan convenciendo—. Rieron—. ¿Qué hacemos ahora?
—Podemos ir a buscar leña para la fogata—. Propuso Jane—. No necesitamos ir muy lejos.
—Alguien debe quedarse a cuidar el auto y a Mirtha, ella aún no está muy bien—. Brayden fue a sentarse al lado de Mirtha—. Yo me quedaré con ella, no se alejen mucho.
—Recuerdo este lugar, creo conocer el camino.
—¿Crees?—. Alma caminó hacia ella—. No nos vayas a perder.
—No nos vamos a perder—. Engancharon sus brazos—. Seguimos el sendero, recogemos unas ramitas y volvemos. No es difícil.
—Las estaré viendo desde aquí—. Añadió Brayden—. Nada va a pasarles.
—Bueno, tú eres la experta en acampar—. Empezaron a caminar—. Guíeme capitana Jane.
—Creo que lo de capitana pegaría más si estuviéramos en un barco.
—¿Quieres estar en un barco? Cómete alguna plantita de por aquí y verás como hasta vuelas.
—Creo que estoy bien así.
El sendero era bastante ancho para que las dos caminaran juntas sin problemas. Jane le enseñó a Alma que ramas debía recoger por que ella estaba llevando solo ramas verdes. Brayden y Mirtha las veían desde el auto sin ningún inconveniente.
Pero no eran los únicos que las estaban viendo, en medio de los árboles se deslizaba con gracia una presencia no esperada, con tanta agilidad que ni sus propios hermanos podían verlo.
—Hermano, ¿dónde se metió ese mocoso?
—¿Me ves cara de que lo sé?—. Bajaron en un árbol—. ¿Cómo es que puede perderse así?
—Tenemos que encontrarlo ó Thaddeus nos va a colgar de las alas.
—Tranquilo Kit, debe estar por aquí.
—Cierto, mientras Jane siga aquí no se irá.
—Será mejor que las vigilemos de cerca, no queremos que nuestro hermano menor haga algo estúpido.
—Vamos.
Volvieron a elevarse para volar sobre las dos chicas.
—¿No tenemos ya suficientes?—. Preguntó Alma, con un montón de palitos entre sus dos manos.
—La fogata debe estar encendida hasta que vayamos a dormir, aún es muy poco.
—Si de eso vamos a hablar mejor le damos fuego al bosque.
—No hables así y recoge más.
—No debí nombrarte capitana.
—Mala suerte por que lo hiciste.
—Jane ya ni puedo agacharme a recoger nada, tengo las manos llenas y tú también.
—Bien—. Regresó sobre sus pasos y cargó sus ramas sobre los cansados brazos de Alma—. Lleva esos de vuelta al auto y yo sigo recogiendo.
—No voy a dejarte sóla en el bosque.
—Nos hace falta más leña y no puedes recoger más, lleva esa y regresas—. Siguió caminando sin hacer caso a las quejas de su amiga—. No iré lejos, estaré bien.
—Espera a que vuelva.
Alma se dio la vuelta y corrió por el sendero de regreso al auto. Al principio Jane quiso hacer caso y esperarla, pero se estaba tardando demasiado y estaba oscureciendo. Debía apurarse a recoger las ramitas antes de que se hiciera de noche.
Siguió avanzando y recogiendo ramas como si nada hubiera pasado. No se sentía asustada a pesar de su incidente cuando era niña, sabía que nada malo le había pasado y ahora era una chica responsable que sabía lo que hacía. Nada malo podía pasarle mientras no se saliera del sendero.
—Se quedó sóla Dax.
—Me doy cuenta Kit.
—El momento perfecto para que Zander aparezca, sin embargo no lo veo por ningún lado.
—Nuestro hermano menor siempre ha sido impredecible, quien sabe qué estará pasando por su cabeza.
—¿Deberíamos dejarlo hacer esto sólo?
—No creo que sea buena idea, lo mejor será observar de lejos e intervenir solo si es necesario.
—Eres muy sabio hermano mayor.
—No negaré que en ese aspecto soy el más habilidoso de los cuatro.
Kit rodó los ojos. Un halago y se volvía egocéntrico.
—Hace rato que quiero decírtelo, pero un pájaro te usó de baño en la universidad.
—¿Qué?—. Se miró el hombro—. Diablos Kit, este es mi traje favorito.
—¿Porqué me lo dices a mí? Ni que yo te hubiera dejado el regalo.
—Debiste decirme para que yo mismo le diera un pase directo al infierno.
—Y mira que mala suerte la tuya que tenemos que usar traje negro, se nota tanto como una luz de neón en la oscuridad.
—Ya mejor deja de hablar.
Se quedaron en silencio un momento observando a Jane, quien solo iba siguiendo el sendero sin salirse ni un centímetro, como si eso de alguna manera la mantuviera protegida. Entonces una sombra negra pasó en medio de los árboles y se escondió entre unas rocas, y ella se quedó parada como si lo hubiera sentido.
—Ahí está nuestro hermanito—. Señaló Kit—. Pero ella parece haberlo visto.
—No creo que lo viera, la hemos seguido en forma normal todo el día y no lo ha notado, es más difícil hacerlo en modo sombra.
—Pero se quedó paralizada, de verdad creo que no puede moverse.
—¿Lo habrá sentido? La temperatura cambia cuando estamos cerca y ella ya lo experimentó una vez.
—Creí que había olvidado que vio a Zander.
—No era el momento para que se encontrara con un engendro, su mente puede esconder el recuerdo pero no borrarlo. Tan pronto como vea a uno el recuerdo llegará disparado.
—¿Va a estar bien con eso?
—Eso depende de la persona Kit, solo nos queda observar y esperar que no tenga un colapso.
—¿Y si tiene uno?
—Vamos a tener que tomar forma humana y buscar a sus amigos para que la ayuden.
—¿Forma humana?—. Retrocedió horrorizado—. Pero solo lo hacemos para cazar almas perdidas, podríamos desaparecer si no podemos mantenerlo.
—Pero tampoco podemos dejar que se quede así en medio del bosque sola.
—Por favor que no tenga un colapso—. Susurró—. Parece que reaccionó, está volviendo a recoger ramas.
—Zander debió alejarse.
—Me alejé lo suficiente.
Dieron un salto que casi los hace caer del árbol.
—¿Cómo te atreves a asustarnos, mocoso?
—Ustedes dos están hablando demasiado formal desde que vieron a Thaddeus hace unos días, ¿lo anticuado se pega?—. Se puso una mano en la barbilla y fingió pensar.
—Respeta a tus hermanos mayores.
—Kit por favor, tú eres el menor de mis hermanos mayores.
—Y aún así te paso diez años.
—Y se supone que yo ya no debía nacer—. Sonrió—. Ya me sé la historia.
—¿Qué tonterías estás diciendo Zander? El que hayas nacido un poco después no tiene nada que ver con que no debieras nacer, eres tan hijo de la muerte como nosotros y mi hermano como los demás.
—Pero no compartimos la madre.
—¿Y eso qué?—. Dax dio un paso al frente—. El hecho de que llamemos madre a dos mujeres diferentes no es nada, deja de hablar tonterías y mejor mira a Jane.
Quería hablar más del tema, sus orígenes le parecían demasiado extraños y tenía demasiadas preguntas por resolver. Pero obedeció, ya habría tiempo para hacer que le dijeran más, para todo había un momento y ese era el de la chica que tanto tiempo llevaba buscando.
—Ella se ve diferente.
—Todo el mundo cambia cuando crecen, tú tampoco eres el mismo niño—. Kit se sentó en el árbol—. Si siguiera igual sería muy perturbador.
—Su cabello era oscuro.
—Existe algo llamado tinte para el cabello—. Dax tomó asiento a un lado de Kit.
—Ella también usaba una diadema de mariposas.
—Seguro dejó de usarla con el tiempo.
—Realmente ha pasado mucho tiempo.
Jane recogió la última rama que podía cargar y Alma regresó en ese instante para ayudarla a cargarlas. Regresaron juntas por el sendero al auto sin siquiera notar a los tres chicos sentados en la enorme rama de un árbol.
—Al menos ahora sabes donde está—. Kit trató de darle ánimos—. Solo falta que saques valor de hablarle.
—No voy a hablarle, me da miedo.
—Ya decía yo, por eso no tienes novia.
Recibió un golpe de Dax en la cabeza.
—¿Vienes a ayudar ó a molestar?
—A las dos cosas.
—Ella ni siquiera me recuerda y estoy seguro de que va a asustarse si llega a verme—. Se sentó con ellos—. Y no quiero que me tenga miedo, prefiero verla de lejos a existir con el hecho de que le asusta pensar en mí, no lo soportaría.
—Lo repito, por eso no tienes novia mocoso.
—Tú tampoco tienes.
—Al menos ya besé a una chica.
—Te besó por lastima y por que seguro eras la única cosa viva cerca Kit, no te hagas ilusiones—. Dax le dio otro golpe.
—Él no está vivo—. Corrigió Zander—. Pero concuerdo con lo de la lastima.
—La envidia es mala hermanos míos.
—Como sea—. Dax rodó los ojos—. Solo es cuestión de que aparezcas frente a ella en forma del paraíso, somos tan hermosos así que es imposible que te tenga miedo.
—La tentación de irte al infierno te lleva al paraíso—. Kit rió—. Hasta chistoso es.
—No tengo nada seguro en apariencia, podemos cambiar de un momento a otro y la impresión será peor.
—Tú si que le buscas pero a todo, me causas estrés y eso que casi no te veo—. Kit cambió a su forma del infierno—. Parece que Thaddeus no piensa darnos ni un minuto más libre, debemos volver a trabajar.
—De verdad les doy las gracias por buscar a Jane por mí, pero creo que lo mejor es que la observe de lejos. Me conformo con verla.
—Espero que solo verla funcione, por que sino voy a tener que tomar otras medidas menos agradables para salvarte—. Dax desapareció en medio de las sombras.
—Vamos a reducir el trabajo para ti, búscala—. Kit le puso una mano en el hombro—. No le hables sino quieres, pero asegúrate de que no te sienta si te mantendrás como sombra.
—¿Porqué?
—Digamos que eso sería suficiente para causarle un colapso—. La niebla blanca comenzó a rodearlo—. No estés en modo sombra, no puede verte aunque estés normal.
Cuando Kit desapareció y se quedó sólo se enfrentó de nuevo con el dilema de hablarle ó no. Ese nuevo dato lo había dejado un poco sorprendido, había estado siguiéndola como una sombra y ahora entendía por que ella se quedó tan quieta.
Desde donde estaba podía ver bien el auto y a Jane con sus amigos juntando una fogata. Decidió quedarse ahí hasta que supiera que hacer.
Jane acomodaba los palitos muy bien a modo de que todos lograran fuego y pudieran calentarlos unas horas. Brayden y Alma buscaban en el auto un encendedor y Mirtha la seguía para aprender, ya que no la dejaba ayudar.
—Oye Jane.
—¿Sí?
—¿Te sientes bien?
Se detuvo en su tarea de acomodar los palitos y volteó a verla confundida.
—¿Porqué me preguntas eso? Me siento bien.
—Es que te ves un poco pálida y mientras los chicos dejaban las ramas te observé en el sendero.
—¿Y?
—Te quedaste quieta unos tres minutos, no te movías para nada.
—¿Qué?
—¿Te pasó algo?
Un escalofrío le recorrió el cuerpo y tuvo que abrazarse a sí misma.
—No recuerdo nada de lo que me dices, solo estaba recogiendo la leña.
—¿De verdad?—. Asintió—. Entonces debió ser cosa mía, ya ves que no ando muy bien.
—¿Te sientes mal?
—Solo un poco cansada.
—Mejor ve al auto a descansar.
—Sí, mejor.
Mirtha se fue y Jane volvió a lo que estaba haciendo, pero esta vez con la sensación de que estaba siendo observada.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro