Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19: Charla con un engendro

Kit terminó su primera ronda en la casa de Jane. Había pasado la noche en el mismo árbol que Dax, pero él no había causado tanto alboroto como su hermano mayor.

Y desde luego que no había tenido tanta suerte como él, no todas las noches eran de pijamada y aparte estaban molestas, no había podido ver a Mirtha una sola vez. Al menos tenía a Patricia, con quien había mejorado mucho su relación y ahora en lugar de cenársela solo quería abrazarla por lo suave que era.

—Oye Patricia—. Volteó a verlo—. ¿Te quedarás conmigo cuando me condenen a la soledad eterna? Sé que no podré relacionarme de nuevo con mis hermanos ó algún humano, menos con mi alma gemela, pero en las reglas nunca mencionan nada acerca de las mascotas, así que, ¿qué me dices?

La ardilla no se movió ni un centímetro durante varios segundos, parecía que estaba analizando la propuesta del engendro con bastante cuidado. Finalmente se subió a su hombro, lo que Kit tomó como una respuesta afirmativa.

—Bueno, al menos ya no estaré solo.

Jane despertó gracias a su alarma y lo primero que hizo fue abrir su ventana y asomarse para hacerle señas a Kit para que se acercara, cosa que él hizo muy obedientemente.

—¿Estuviste ahí toda la noche?

—Sí.

—¿No dormiste nada?

—Soy un engendro señorita Jane, no necesito hacerlo.

Le sorprendió un poco que la llamara señorita, la había tratado bastante informal hasta el momento pero había notado que todos ellos solían dirigirse así a los demás, incluso entre ellos se llamaban hermano mayor, como un respeto bien manejado hacia sus mayores. Pero el tono en el que habló fue bastante informal, dándole un balance que le gustó.

—¿Tampoco comes?

—No es una necesidad, pero si puedo hacerlo, soy un amante declarado del helado.

—¿Quieres pasar a desayunar?

Alzó una ceja.

—No sé si ya lo notaste, pero soy un enorme engendro que parece demonio, tu madre se asustará.

—Ya se fue al trabajo—. Abrió bien la ventana para que pudiera volar y entrar—. Y creí que los humanos no podemos verte a menos que decidas mostrarte.

—Es verdad, no puede verme pero sí sentir mi presencia pesada, no es una sensación bonita.

—Bueno, no tienes que preocuparte por eso.

Fue a la puerta de su habitación y la abrió, juntos salieron al pasillo y bajaron las escaleras a la cocina.

—¿Prefieres que tome forma de humano? Sé que esta apariencia puede ser escalofriante, esperaba quedarme en forma de ángel pero surgió una muerte de último minuto y cambié.

—Quédate así si te sientes más cómodo, no me molesta.

—De acuerdo señorita Jane.

Dejó a Kit sentado en una silla y se puso manos a la obra. En unos minutos había preparado panqueques para los dos y los estaba sirviendo en los platos.

—¿Podrías servir el jugo?—. Pidió—. Los vasos están allá—. Señaló.

Kit se levantó sin protestar, le gustaba poder ayudar y no solo quedarse esperando a que alguien más hiciera todo por él, lo hacía sentir inútil. Jane no pensó que fuera la gran cosa, pero a él le ayudó a pensar que estaba colaborando, estaban haciendo las cosas entre los dos y no se quedaría solo sentado.

Los dos pusieron la comida en la mesa y se sentaron al mismo tiempo. Las alas le hacían un poco de estorbo aunque no estaban extendidas, pero no representaba mayor problema para él, le gustaba que Jane aceptara que se quedara como realmente era y no lo obligara a cambiar por buscar su propia comodidad.

Aunque también le hacía sentir un poco triste, era consiente de todas las cosas que tuvo que pasar para sentir esa normalidad con todas las cosas relacionadas a su mundo, y creía que no lo merecía.

En ese momento pensó que no quería lo mismo para Mirtha, deseaba que ella tuviera la vida de una persona normal, sin importar lo mucho que le doliera tenerla lejos. No iba a volver a dejar que ella lo viera, no lo recordaba pero eso podía cambiar de un rato para otro y no lo iba a permitir, no iba a hacer lo mismo que Zander con Jane.

—¿Kit?—. Pasó su mano derecha frente a su cara—. ¿Estás bien?

Sacudió la cabeza y se apresuró a responder.

—Estoy bien, solo me distraje un poco.

—¿Estás seguro?

Lo pensó un poco, necesitaba con quien hablar y ella tenía una expresión dulce, parecía dispuesta a escuchar y no le molestaría contarle sus problemas a alguien que no fuera una ardilla, sin ofender a Patricia. ¿Podía confiar en ella? Sí, Zander lo hacía y con el poco tiempo que tenía de conocerla bastaba para darse cuenta de que él también podía hacerlo.

—La verdad es que no.

—¿Quieres hablar?

—¿Prometes no decirle a nadie?

Extendió su mano y estiró el meñique, Kit entendió y lo entrelazó con el de ella.

—Nada va a salir de esta cocina, puedes decirme lo que quieras.

Se tomó un momento para ordenar sus pensamientos y tener algo concreto que contarle, no quería decir una palabra incorrecta y arruinar todo.

—Los engendros tenemos la capacidad de saber cuando nuestra alma se conecta con la de alguien más, así es como sabemos quien debe ser nuestra compañera si logramos ser el ángel de la muerte.

—¿Ángel de la muerte?

—El jefe de todo, mi padre. Solo uno de nosotros puede obtener el puesto, y puede ser cualquiera sin importar la edad, es como una competencia. Los perdedores serán condenados a vivir en soledad por el resto de sus días, sin oportunidad de tener contacto ni con sus propios hermanos.

Jane se atragantó con un pedazo de panqueque.

—¡¿Es enserio?!

Kit casi tuvo ganas de reír al ver su indignación, pero incluso para él era una realidad demasiado cruel para hacerlo chiste.

—El punto es que encontré a mi alma gemela hace poco, y estoy triste porque no voy a poder estar a su lado—. Agachó la cabeza. Decidió omitir el hecho de que Dax también la había encontrado, no era su historia—. Pero al mismo tiempo me siento tranquilo, si ella no sabe de mi existencia podrá vivir una vida normal.

—Eso es injusto.

—Y yo sé que quieres preguntarlo, hazlo ó no vas a quedarte tranquila todo el día.

Jane suspiró, no quería que la conversación se desviara hacia ella porque no quería que sintiera que sus problemas no le importaban, pero si él mismo quería hacerlo era porque no quería decir más.

—¿Acaso yo... soy el alma gemela de Zander?

Kit hizo una pausa que le pareció eterna y un drama innecesario, pero la verdad es que de nuevo estaba buscando las palabras correctas.

—No lo sé, no nos lo ha dicho. Pero si me permites dar mi opinión, es un hecho que sintió que sus almas se conectaron cuando te conoció en el bosque hace doce años.

—¿Por qué lo dices?

—Porque los engendros no le tomamos mucha importancia a los humanos, nuestro trabajo nos vuelve así. Pero él se tomó demasiadas molestias para encontrarte, no lo habría hecho por otra humana común.

—No entiendo eso, ¿sabes? Se supone que me esperó por mucho tiempo y también me buscó, pero desaparece de la nada sin dar una sola explicación y ustedes tampoco quieren decirme nada.

—Yo te conté lo que pasó el otro día en la universidad, no entiendo porqué sigues diciendo que no te hemos dicho nada.

—Kit, lo que me dijiste es justo eso: nada. Tu corta y confusa explicación me trajo más dudas que respuestas.

La mirada desesperada de Jane despertó en él algo que nunca había sentido, y se sintió terrible por tener ese sentimiento hacia ella, porque era lastima, y no le gustaba. No quiso seguir sintiendo eso por ella, no iba a permitir que nadie más lo sintiera.

—Jane, te lo diré todo porque creo que es lo justo, pero de nuevo voy a pedirte que no digas nada.

—Lo incluiré en la promesa, no saldrá de aquí, solo quiero saber para sentirme tranquila.

Asintió.

—Hace unos días nuestro padre nos convocó al palacio de la muerte, eso solo sucede en fechas importantes ó cuando un engendro debe ser castigado, no era navidad y nosotros hemos estado rompiendo un montón de reglas últimamente. Tuvimos una discusión muy dura, Zander se salió un poco de control y las cosas no terminaron bien, y él terminó decidiendo que lo mejor era que se alejara de ti porque no quería usarte.

—¿Usarme?

—Cuando cumplimos los veinte pasamos por una etapa de cambios e inestabilidad, lo llamamos los terribles veinte. Lo mejor que puede hacer un engendro durante este año es buscar un punto de calma que lo ayude a mantener el control sobre sus emociones, normalmente es un lugar, pero Zander tiene un problema más severo y lo único que podía mantenerlo estable no era un lugar, eras tú.

Jane no dijo nada, así que continuó.

—Pero él dijo que ya no quería que fueras eso, no quería que fueras una especie de terapia para él, dijo que siempre fuiste todo.

—¿Todo?

—Su alma gemela Jane, ahora veo que sí lo dijo entre líneas.

—¿Se fue por qué soy su alma gemela?

—Se fue porque tú eres lo más valioso que tiene, se complementan al nivel en el que ninguno de los dos se siente en paz si están lejos. No quería entregarte una parte de él que fuera explosiva y peligrosa, y ya que él no será el ángel de la muerte y estará condenado a la soledad, tampoco quería que te acostumbraras a él.

—¿Cómo saben que él no será el ángel de la muerte?

—Porque el puesto será de Thaddeus.

—Creí que la edad no tenía nada que ver.

—Thaddeus no será el ángel de la muerte por ser el primogénito, lo será porque papá cree que es el indicado y él es quien decide.

—Y el resto de sus hijos que se vayan a la mierda.

—Lo dijiste justo como he querido hacerlo todos estos años y no he podido porque me regañan.

—Esto es una mierda.

—Veo que te gusta mucho la palabra mierda.

—Es que describe bien la situación.

—Dax ya nos hubiera regañado por el vocabulario—. Rió—. Me caes bien Jane Wood, un poco de informalidad no me cae mal de vez en cuando, mis hermanos son bastante serios y casi siempre me están regañando porque me la paso bromeando.

—¿De verdad?

—A veces sí me paso, hay momentos en los que ni siquiera debería hablar pero se me sale, no puedo con la tensión.

Jane rió.

—Puedes ser informal conmigo siempre que quieras, también me caes bien—. Hizo una mueca—. Lamento haberte lanzado una piedra.

—Está bien, me lo merecía, estoy viendo que estás enojada y todavía te digo loca.

Terminaron de desayunar en silencio, Kit le agradeció a Jane por la comida y después de dejar los platos en el lavadero volvieron a sentarse para platicar.

—¿No se puede hacer nada al respecto?

—¿Sobre qué?

—Sus condenas extremadamente injustas, ¿no pueden protestar ó algo así?

—Son las reglas, siempre se han seguido al pie de la letra.

—¿Nadie ha intentado cambiarlas?

—Solo una vez y no salió nada bien, están ahí por una razón y es que mantienen el equilibrio en un mundo lleno de seres poderosos e indomables, y también mantienen tu realidad como la conoces.

—Entonces, ¿van a aceptar el castigo como si nada?

Se encogió de hombros.

—Es lo que siempre se ha hecho, una rebelión no está en nuestros planes.

—¿Y si me rebelo yo?

—No te ofendas Jane, pero dudo que una humana pueda contra el ángel de la muerte. Él puede ponerte en la lista y crearte una tarjeta cuando quiera, y hasta hacer que el mismo Zander vaya por tu alma.

—¿Puede matarme?

—Otra razón por la que Zander se alejó—. Se fijó en el miedo que sentía—. Pero no te preocupes, no te hará nada.

—¿Qué hay de las sombras?

—Estamos aquí para protegerte, nada te hará daño.

Jane asintió, aún asustada por la revelación.

—De acuerdo, confío en ustedes.

Se quedaron en silencio otro rato, sorprendentemente no era incómodo, y eso que Kit no aguantaba mucho rato callado porque hacerlo le fastidiaba, pero ahí se sentía agusto. No fue hasta que Jane decidió preguntar algo más que se rompió.

—¿Kit?

—Dime Jane.

—¿Qué se siente cuando encuentras a tu alma gemela?

Esa pregunta la podía contestar bien sin necesidad de pensar tanto.

—Paz—. Suspiró—. Como si toda tu vida hubieras estado a la deriva y de repente tu existencia cobrara sentido, te sientes vivo y sabes que estás aquí por una razón. Después empieza a quemar como un incendio que no se apaga en lo más profundo de tu ser, y sabes que ya no hay vuelta atrás, estás perdidamente enamorado y todo lo que quieres es estar a su lado las veinticuatro horas del día, hasta el más mínimo acto de su parte te parece un milagro maravilloso.

Jane se quedó pensando un momento.

—¿No es necesario conocerlo mejor ó haber tenido varias citas para darse cuenta de eso?

—Los humanos se complican demasiado con las cosas del amor, puede ser la primera vez que la veas y no importa, una vez que nace el sentimiento no se puede hacer nada para detenerlo, esas formalidades no valen nada.

Todo en su cabeza hizo clic.

—¿Un humano puede sentir eso también?

—Claro que sí, todos tienen un alma gemela.

—Entonces sí.

—¿Sí qué?

—En este momento siento ese incendio, me mata saber que no volveré a verlo y solo quiero llorar.

—Entonces...

—Nuestras almas se conectaron, yo también lo sentí.

Las lagrimas comenzaron a salir sin previo aviso, Kit corrió a abrazarla y ella se lo permitió, pronto él también estaba llorando porque era el mismo sentimiento. Nunca había llorado con nadie más que no fuera Dax y le parecía extraño, pero los dos se sintieron consolados.

—Lo siento Jane, lo siento tanto.

—También lo siento por ti.

—Esto es una mierda.

—No hay mejor palabra para describirlo, mierda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro