III
Entro en el enorme probador junto a Axel con dos vestidos, uno pegado a mi cuerpo de estilo moderno y uno de estilo romántico a petición de mi queridísima madre.
Mientras empiezo a quitarme la ropa quedando solo con un tango fino, Axel se sienta en el banquillo detrás de mí. A través del espejo diviso su mirada recorriéndome el cuerpo entero y deteniéndose en mi culo.
Sonrío para mis adentros y empiezo a ponerme el primer vestido moderno, este tiene unas mangas con encaje y transparencias, que llega por todo el cuerpo de la cintura y tiene un muy pronunciado escote. la falda blanca lisa cae por mis pies en una pequeña cola.
Axel se levanta del asiento poniéndose detrás de mí, y aprovecha para acariciarme la espalda desnuda antes de cerrar el vestido.
Me miro unas cuantas veces más en el espejo, sintiendo las caricias del hombre detrás de mí sobre mi piel. Giro sobre mi eje y le encaro -Me gusta, me gusta mucho este- Declaro.
Este me observa atentamente y acerca sus labios a los míos, besándolos por unos instantes- Estás jodidamente caliente con este vestido, si yo fuera Artemis y te viera en el altar caminar hacia mi con esto, no aguantaba hasta la luna de miel.
-Eso es tentador ¿Al menos puedes aguantar unos instantes mas hasta tu casa? -Me giro, pegando mi cuerpo al suyo, esperando que me quite el cierre, cuando siento sus manos recorrerme la espalda provocándome un escalofrío sé que ya me lo ha quitado.
Noto como se va a sentar de nuevo, y empiezo a quitarme el vestido, guardándolo en la percha adecuada- No, tenemos una parada antes de irnos a mi casa.
-¿Enserio? -Inquiero, poniéndome el otro vestido, este sin necesidad de abrocharlo. El vestido de tirantes me viene ceñido hasta las caderas, en donde una falda blanca lisa de extiende hasta mis pies.
-Si, enserio- Me musita en el oído volviendo a acercarse a mi, joder, la adrenalina de estar con el es indescriptible, es como estar esperando hasta el último minuto el fin de año. Una explosión constante- Me gusta mas el otro.
Suspiro- A mí también, pero me quedo con este- Digo segura, moviéndome de lado a lado delante del espejo.
-¿Porque?
-Porque mi madre así lo prefiere.
Después de eso dejamos el vestido elegido a la modista de la tienda, después de que esta me tomara las medidas y retocara un poco la cintura y los tirantes. Nos metemos en su coche y conduce un buen tiempo, saliendo bastante del centro y aparcando justo delante de un sex shop -¿Enserio? -Empiezo a reír de forma nerviosa.
-Si, enserio, el sexo vainilla es muy aburrido -Rueda los ojos, y de sopetón me agarro del cuello de su camisa atrayendo su cara a la mía, besándole con todo lo que tengo.
-Siempre consigues sorprenderme- Le susurro encima de los labios, y antes de que pueda acorralarme entre sus brazos ya me encuentro fuera del coche.
Ambos entramos en la tienda, y nos quedamos un muy buen rato observando todo tipo de cosas. Sin duda tengo que venir más por aquí.
[...]
Me acerco lentamente al cuerpo de Axel, paso mis manos por su cuello, y tiro un poco de su camiseta- Yo creo que me he portado algo mal- Musito sobre sus labios, siento la anticipación en todo su cuerpo- ¿Merezco un castigo verdad?
Dejo su camisa, paseando mi mano por todo su torso, disfrutando plenamente de sentir sus bien formados músculos contra mi piel, cojo su mano bajo su atenta mirada y nos encamino hacia su habitación.
Cuando estamos dentro suelto su mano, y poco a poco voy caminando hacia la cama, gateando encima de ella- Jugador de fuego, castígame -Jadeo, en el momento en que pego mi rostro al colchón siento su mano fría encima de mi glúteo derecho provocándome un enorme escalofrío por toda la espalda, apretando un poco.
-Ese conjunto de lencería te queda jodidamente bien- Su mano se se separa de mi, y de repente siento un golpe en el mismo glúteo, haciendo picar y mi cuerpo se mueve hacia delante. Suelto un sonoro gemido mordiéndome el labio todo lo fuerte que puedo.
-Nena, ya estoy duro, listo para ti de solo verte en esta posición. No me importaría tenerte en mi desayuno cada día- Sus labios dejan besos húmedos por toda mi espalda, que me hacen arquear la espalda de forma obscena.
Su mano vuelve a pegarme, esta vez en el glúteo izquierdo, volviéndome a provocar espasmos por todo el cuerpo, de forma involuntaria echo mi cuerpo hacia atrás, enganchando mi trasero en el prominente bulto de Axel.
Antes de siquiera permitir pensamelo, rápidamente me giro encima de la cama y tomo la nuca de Axel, llevándolo directo a mis labios en un solo movimiento. Puedo notar la anticipación de este beso en sus labios, al igual que la dicha y la satisfacción.
Abro mi boca dando permiso a que su lengua entre en esta y al parecer, Axel lo entiende en el acto, ya que al instante su lengua tibia está jugando con la mía con desesperación y anhelo. Mis manos vagan de su nuca, acariciando y tiroteando sus cabellos cada vez que un sonido húmedo hace eco en su habitación. Paso por sus fuertes y esbeltos hombros, sigo por sus trabajados abdominales que se tensan solo con un pequeño toque de mi parte, y finalmente termino en el borde de sus pantalones jugando con el.
El beso termina apenas unos segundos después. Axel junta nuestras frentes y lleva sus manos a mis mejillas.
Axel en un ágil movimiento me pone encima de el, aprovechando la oportunidad para seguir masacrando las mejillas de mi trasero, haciéndome cerrar los ojos de puro gozo.
Siento sus manos recorrerme toda la espalda volviendo otra vez a mi trasero, escalofríos se cuelan por mi espina dorsal. Al estar encima de el, nuestras alturas se compensan, así permitiéndome ver todo su hermoso y bien esculpido rostro. Asiento con la cabeza una ultima vez, enredado mis manos en su nuca- Follame de una bendita vez.
Nuestras bocas se encuentran de nuevo. Pero este beso es tremendamente sensual y desesperado, tanto que solo de escuchar el sonido sordo de nuestras lenguas mi zona baja se retuerce de placer. En un intento de aliviarlo, acomodo mejor mis piernas a cada lado de su cadera, empezando a saltar ligeramente encima de él. Siento su miembro duro, lo cual no hace más que alimentar mi hambre por tenerlo dentro de mi.
Nuestras bocas se separan por un momento para que pueda deshacerse de mi conjunto de lencería, según Axel sumamente sensual y provocativo. Pero esta vuela directa al suelo. Axel agarra suavemente mi pezón con los dientes, causando que un gutural gemido escape de entre mis labios.
-Axel -Jadeo, llevando mis manos a su pelo, empezando a tirotear de este- Más...
-Gime para mi nena -Responde con su voz ronca cargada de deseo sexual.
Me toma desprevenida, metiendo un dedo en mi. Lo acepto gustosa empezando un muy deliciosos viven de caderas, dandole profundidad y ritmo. Gimo en su oído y aprieto sus hombros en un intento fallido de controlarme -Estás muy húmeda preciosa- Jadea- Estoy seguro que Artemis no consigue excitarte ni la mitad que yo- Su mano libre va de nuevo a mis piernas, apretándolas demasiado fuerte, desontrolándome completamente.
-Axel- Gruño, empezando a sentir la desesperación subir por todo mi cuerpo.
Suelta una sonora carcajada en mi cuello, en donde besa y succiona a la vez. Sus dedos siguen acariciando hasta mi monte de Venus, hasta mi clítoris y lo retuerce, con el simple objetivo de estimularlo para que siga soltando jadeos en su oído.
-Siempre eres muy impaciente- Saca sus dedos de mi interior, haciéndome sentir extraña y procede a quitarme la bragas, dejándome completamente expuesta para el- Con la diferencia de que te haré gritar hasta que me canse de escucharte.
Jadeo al solo escuchar su plan. Tomo sus pantalones junto a los calzoncillos y se los quito, dejándole a el ahora expuesto ante mi mirada. Pero me apuesto lo que sea a que la mía no es tan intimidántemente profunda como la suya.
Me toma de las caderas, depositándome en su cama de forma brusca, subiendo encima de mi abriendo mis piernas con lentitud, mientras se coloca un condón- Eres una jodida diosa en la cama- Saca su dedo dentro de mi, arrastrándolo por mis paredes. Mis ojos se cierran por inercia, y siento como me acaricia los pezones. Repentinamente siento algo apretándome el pezón derecho, y seguidamente en el derecho.
Las pinzas para los pezones me hacen jadear, llevándome al mismísimo cielo.
Pongo mis piernas al rededor de su cintura, lo acerco a mi para agarrarme de su espalda, justo como a el le gusta. Su miembro entra fácil en mi por lo muy lubricada que estoy.
-Quiero que grites mi nombre, Carina, que todo el mundo se entere de que te estoy amoldando por y para mi- Y un gemido gutural se escapa de entre sus labios.
Entra y sale de mi en un delicioso movimiento, sin dejarme tiempo de pensar o hablar con claridad. Busco desesperadamente la profundidad de sus embestidas, moviendo mis caderas al compás que las suyas. Me toma del culo tan fuerte que el orgasmo se empieza a construir en mi interior, haciendo el movimiento de mis caderas aún más brusco, haciéndome gritar de pura satisfacción cuando entra en mi.
Sus labios buscan los míos con anhelo, y enredo nuestras lenguas en una guerra. Succiona mi labio inferior repetidas veces, sabiendo que eso me hace ver las estrellas. Mis uñas se limitan a dejas caminos rojos por toda su espalda.
En un movimiento rápido lleva su mano a mi feminidad, pellizcando mi ya hinchado clítoris. Nuestros labios se unen en un segundo, al sentir una corriente eléctrica formarse en mi zona baja.
Su mano derecha suelta mi nalga tirando de ella y va hacia mi pecho, soltando en un por la pinza del pezón derecho, haciéndome soltar un gemido cuando el placer se me esparce por el cuerpo, y repite la acción consiguiendo un ruidoso gemido de mi parte.
Nos corremos. Gimo al espichar sus jadeos roncos en mi oreja. Empieza a besarme el cuello con su lengua y al instante nos consume la gloria. Es sumamente excitante, exquisito y maravilloso sentir su entrecortada respiración en mi cuello.
-Ahora lo entiendo todo joder- Jadeo, apretando su cuerpo contra el mío, no queriendo dejar de sentir su peso sobre mi.
-¿Verdad?
Escucho el móvil sonarme y recibo un mensaje de Erza, diciéndome que llega a casa en quince minutos. Así que me levanto de sopetón de la cama -Me tengo que ir.
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