Nene🔥🧡: ¿Entonces vas a venir esta noche?

Yo: Puede.

Nene🔥🧡: Me lo tomaré como un sí.

Yo: Haz lo que quieras.

Nene🔥🧡: Es increíble que hayas aprendido a hablar Japonés tan fluido, aún no me lo creo.

Nene🔥🧡: Hasta la noche.

Guardo el móvil dentro de mi bolso y observo a Celia colocado las cosas para empezar el entrenamiento, aún que todavía faltan algunos minutos para que las clases terminen- ¿Te atreves a chutar contra mi?- Me saca del trance Mark de pie justo en frente de mi.

Ruedo los ojos y noto como las tres personas restantes nos observan con total detenimiento, después de todo Mark jamás ha sido capaz de parar uno de mis tiros- Hace mucho que no entreno, seguro que he perdido facultades y no te quiero decepcionar.

Este me enseña una de sus sonrisas cuadradas -Jamás me vas a decepcionar, vamos, por los viejos tiempos.

-Llevo tacones -Intento excusarme de nuevo, realmente hace mucho tiempo que no juego enserio al futbol.

Escucho las risas de Jude y de Celia en el fondo, en el momento en que Mark vuelve a tomar la palabra- Por favor, eso no es una excusa. Una vez cuando disputamos el mundial entrenaste con nosotros en unos tacones mucho más altos que los que llevas hoy.

Suspiro y me levanto, dejando el bolso encima del asiento- Bien, pero siento si te decepciono- Hablo de nuevo, y me dirijo a la cesta de los balones mientras el se coloca los guantes de portero.

Tengo la sensación de que esto va a decepcionarme a mí misma.

Observo a Mark colocarse en la portería- ¡Intenta tirar con tu espíritu guerrero! ¡Sé que puedes el talento natural no se pierde!- Asiento unas cuantas veces con mi cabeza.

Empiezo a centrarme en los pies y las caderas, empiezo a acumular energía por milagro De Dios y siento como mi Espíritu Guerrero va apareciendo poco a poco. Al instante en que este se materializa completamente escucho la voz de Erza- ¡Esa es mi hermana mayor!

En ese momento centro mi vista en el balón y chuto directo a la portería, donde Mark me espera con su Táctica la Mano Celestial V. Las dos tácticas chocan por un instante, pero al final es el balón que entra en la portería.

Mark y yo nos quedamos como tontos mirando el balón, y empezaos a escuchar algunos aplausos a nuestras espaldas. Cuando ambos nos giramos hacia el urdido diviso unos chavales de 15 años más o menos. Supongo que este es el nuevo equipo del Raimon, vaya si que han cambiado las cosas des que nosotros éramos jóvenes.

Mark se pone a mi altura y posa uno de sus brazos en mi hombro derecho- Bien equipo, quiero presentaros a Carina Lawrence, es la ex capitana de la selección Española. Ella junto a Jude nos ayudaran a coordinar al equipo -Y sonríe, a lo que yo también sonrío con la boca cerrada.

Diviso algunas caras de asombro -¡Tu, tu eres Carina! -Exclama un muchacho moreno acercándoselo a Mark y a mi- ¡Tu lograste vencer al Inazuma Legendario! -Exclama, mirando a su mejor amigo que lleva una cinta azul para sujetar su pelo.

-Bueno, mi equipo y yo- Me sonrojo un poco.

-Increíble estoy soñando, pellízcame Arion -Habla fuerte el pequeño, acercándole el brazo al otro. Mientras que los demás les miran avergonzados hacer un espectáculo, lo cual solo consigue hacerme gracia. Este chico me recuerda mucho a Mark.

-Encantada de conoceros chicos, intentaré ayudaros en lo que pueda- Hablo, segundos después Celia se acerca a mi tirándome del brazo.

-Tu móvil está sondando y parece importante -Mientras yo voy a contestar el teléfono, Mark ordena a los chicos que empiecen el entrenamiento.

Cojo el móvil y descuelgo la llamada- ¿Carina eres tú?

-Si, señor Travis soy yo. ¿Ocurre algo? -Cuando pronuncio esas palabras noto como Mark y Jude muestran sumo interés en mi conversación, en cambio Erza y Celia se limitan a ayudar a las gerentes.

-Me temo que si, estoy con Willy y hemos descubrido que todos los jugadores del Cala Pirata son imperiales. Me temo que este partido supondrá un nuevo reto para el equipo- Nos mantenemos callados un instante, yo procesando la información- ¿Se lo puedes hacer saber a Mark por mi?

-Claro, claro- Me apresuro a contestar, y ambos decimos un "adiós" a la vez antes de que colguemos.

Me giro hacia ambos chicos y niego con la cabeza- Son malas noticias- Musito mordiéndome la mejilla por dentro- Se ve que todos los jugadores del rival son Imperiales.

-¿Imperiales? -Musita Mark, cambiando su semblante feliz a uno más neutral.

-Eso supone un desafío a otro nivel- Jude me habla y asiento con la cabeza repetidas veces.

[...]

Yo: Estoy llegando con Erza a casa. Vamos a comer algo, tengo mucha hambre.

Artemis❤️: Come bien. Que no te de flojera.

Artemis❤️: Por cierto, he hablado con tu padre.

Yo: Yo también lo he echo.

Artemis❤️: Yo pienso como él, estamos comprometidos y todo eso y la boda se llevará acabo en tres meses, pero deberíamos empezar a hablar mas enserio del tema.

Yo: Lo sé, lo sé.

Yo: Quiero que Erza y Celia sean mis damas de honor.

Yo: Y me gustaría que fuera en Japón.

Artemis❤️: Como quieras amor.

Artemis❤️: Dentro de un rato te llamaré y lo hablamos mejor, ahora estoy en una junta.

Yo: Vale, hasta ahora.

Guardo el móvil silenciándolo y toco el timbre de la puerta. A los segundos veo cómo esta se abre, dejándome ver a Axel, con la camisa medio desabrochada, viendo su muy bien definido torso.

Este cuando se percata que soy yo se echa a un lado, dejándome pasar y cierra la puerta detrás de nosotros -Hola- Le digo, dejando mi bolso en una de las sillas de la mesa y yéndome a sentar al sofá, mirando lo que él estaba viendo a través de la tele.

-Hola ¿Has comido? -Inquiere, y niego con la cabeza, observándole- Bien, ahora vuelvo.

Llega a mi lado con dos platos de comida y agua, al instante empezamos a hablar, como si los años separados no nos hubieran afectado en nada- ¿Entonces estoy invitado a la boda? -Inquiere, riéndose de la situación, dejando su plato ya vacío en la mesa.

-Claro, todos vosotros -Digo muy enserio, comiendo el ultimo pedazo de comida.

-Me parece bien- Sonríe, quitándome de entre las manos el plato, y se acerca a mí, besándome los labios. Suspiro sobre estos de puro gusto, dejando que él sea quien marque el ritmo de nuestros labios- Mientras pueda seguir teniéndote entre mis mano cásate con quien y con cuantos quieras.

Empieza a agarrarme los muslos, y le facilito la tarea sentándome encima de el. Haciendo que empiece a masajeárme los glúteos algo fuerte, y jadeo en medio del beso.

Me separo, y pongo una de mis manos encima de su pecho medio desnudo- Se supone que he venido a sonsacarte algo de información.

-Todo lo que se ya se lo he pasado a la resistencia, así que no te preocupes- Dice con desaprobación, alineando nuestras caderas juntas, sacándonos el aliento a los dos.

Veo sus ojos oscurecerse aún más. Su lengua se desliza con lentitud sobre sus propios labios, sus manos pasan a acunar las curvas de mis caderas, mientras alza su cabeza para juntar nuestras narices, seguido de un casto beso en nuestros labios.

-¿Ho enserio?- Le pregunto, y tira de mi para acercarnos más, nuestras capas de ropa solo siendo molestia con la necesidad de tacto y calor ajeno.

-Ajá- Suspiro, sus manos masacrando la carne de mis nalgas con un poco de  rudeza.

Axel sonríe, inclinándose a rozar sus labios en mi cuello, subiendo  bajando por la piel suave.

Jadeo, mordiendo mi labio inferior cuando siento sus dientes contra la piel delicada de mi cuello, todo mi cuerpo reaccionando bajo el contacto.

Sus dedos van más allá de mis pantalones y ropa interior, me río sin aliento. Mantengo mi labio entre los dientes cuando siento como me lame la zona de mi hombro  y cuello, en donde no sabia que era tan sensible.

Hay manos masacrando las mejillas de mi culo, y santo dios, siento a Axel crecer debajo de mi. Se separa de mi para mirarme a los ojos y alza sus manos para tomar a puñados mi pelo, pegando nuestros cuerpos juntos, hasta que lo único que nos separa del tacto piel contra piel es la molesta ropa, que ni siquiera quiero quitar para no perder la cercanía de nuestros cuerpos.

Sonrío, tirando de su pelo y disfrutando del gemido ronco que le provoco, le miro fijamente a los ojos mientras empiezo a moverme, simulando pequeñas embestidas sobre su entrepierna.

Alza sus caderas para frotar ambas entrepiernas, haciéndome retorcer sobre él. Me mira a la cara, clavando sus oscuros ojos en mi, mira más allá de mi carne, como si observara directo a mi alma, como si leyera mi mente, como si pudiera ver todo de mí.

Aun que llevo ropa me siento desnuda encimada el. Aun que trate de esconderme y escapar de sus ojos, estos siempre me miran. Me despoja de mi cordura.

Y aunque ambos estamos frotándonos, puedo ver un ligero rubor en las mejillas del hombre haciéndolo ver aún mas irresistible bajo mis ojos- Eres hermosa- Me dice, su voz baja- Y es algo de lo que deberías estar consciente.

Susurro, su agarre en mi pelo se hace nulo. Mis manos cayendo a su muscular cuello- Tu si que sabes hacerme sentir bien con migo misma. -Me mira como me levanto de su regazo, a lo que aprovecha para lanzar su traje fuera de nuestro agarre e imito sus aciones sacándome toda la ropa que me queda.

-En mi cuarto hay condones. Trae uno -Le sonrío con egocentrismo, meneando mis caderas de lado a lado yendo a la mesita y sacando un condón.

Cuando regreso, caigo de rodillas frente a el  dejo el sobrecito a un lado. Tomo la erección del hombre con mi mano abierta, acercándome a lamer la punta lentamente, escuchando su respiración profunda ante el inesperado contacto.

Me sonríe, tomando un puñado de mi pelo y obligándome a chupar de nuevo, metiéndolo dentro de mi boca, una y otra vez, succionando y lamiendo en el momento adecuado. Estira su mano para coger el condón y dármelo, indicándome que se lo ponga. Lo tomo, mis manos temblando mientras rompo el envoltorio.

Me levanto, temblando como siempre, justo antes de todo el acto.

Le miro a la cara subiéndome encima de el, alineando nuestras pelvis. Dandole acceso mientras este se acomoda su miembro para que la punta roce mi agujero.

Bajo lentamente mi cuerpo, tragando el miembro de Axel, mis paredes abrazando de tal manera que le tengo con la cabeza echada para atrás, empujando sus manos en el hueso de mi pelvis para obligarme a bajar más. Mis brazos rodean su cuello respirando hondo y dándome un tiempo para acostumbrarme a la penetración.

Inclina su cabeza para besarme los labios, la clavícula y el pecho, lamiendo las marcas que ha echo momentos atrás.

Me corto a mi misma cuando empiezo a moverme, alzando apenas las caderas para volver a bajar, con los ojos cerrados y la boca abierta, mi rostro contorsionándose con incomodidad. Pero un sentimiento de placer empieza a sentirse en el fondo de mi vientre cuando la fricción se hace más aguda, cuando nuestros movimientos pasan de lentos a desesperados.

Me acaricia la espalda con la yema de sus dedos. Y en ese momento mis movimientos se hacen lentos, disfrutando de la deliciosa fricción.

Abro los ojos y miro al chico entre mis párpados entrecerrados. Muerdo mi labio, juntando nuestras frentes mientras mi cuerpo se mueve sobre el suyo, nada más invadiendo mi mente que no sea la gloriosa sensación de sentirlo dentro, de su cuerpo caliente pegado al mío. Es tan adictivo que no puedo tener suficiente, jamás me cansaré.

Lleva una mano a mi cuello, para envolver con sus dedos en mi garganta, haciéndome llegar al límite. Apretando mientras echo la cabeza hacia atrás por tales sensaciones, aún sin despegar nuestras miradas.

Axel solo me mira mientras lo monto a ritmo lento, haciéndonos temblar a ambos. Sujeto su mano que está en mi cuello con una mía. Jadeo cuando me recuesta en el sofá, aún dentro de mi y la reciente posición me hace gemir de puro gusto, y mis piernas de inmediato se enredan alrededor de sus caderas.

El rota sus caderas contra las mías, asegurándose de que disfrute cada segundo, de cada milímetro de piel rozándose. Y aumenta la velocidad conforme mis gemidos se hace más agudos, más desesperados. Se muerde el labio, tratando de golpear mi punto dulce con cade embestida, empujando al abismo. Y besa mis labios e intento corresponderle de una forma bastante patética mientras follamos.

Abro la boca para gritar bajo, viniéndome repentinamente, dejando mi cuerpo tembloroso mientras Axel sigue golpeando dentro de mi, buscando su propio clímax. A los pocos segundos se derrumba sobre mi después de acabar, respirando pesadamente sobre mi pecho, y empiezo a acariciarle la espalda, sin mover mis piernas, manteniendo nuestro cuerpos juntos.

Casi se me olvida lo bien que follamos.