Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2: Sed de venganza.

Gorka

Todo el paisaje anterior tan mágico que había se ha esfumado. No quedaba nada de la esencia del pueblo ni de su gente. Parecía como si se hubiese producido el fin del mundo o algo similar.

Durante las horas anteriores solo se podían contemplar misiles, disparos y bombardeos. No sé qué ha sido peor, esto o la guerra civil.

En el suelo solo había cadáveres de todos los vecinos del pueblo, esto era muy triste y no es eso lo peor. Yo he contribuido para que esto sucediera.

Si no hubiesen asesinado ni a mi hermana pequeña ni a mis padres esto no estaría pasando. Él fue el culpable de sus muertes y por la memoria de ellos juro que hoy mismo lo voy a encontrar. Más le vale que no se encuentre entre ningún superviviente porque si no juro que lo va a pasar muy mal.

https://youtu.be/BzFEJ6_TIXg

Si él y su pandilla callejera no se hubiera metido con lo mío yo ahora mismo no sería lo que soy. Alguien sin alma y sin sentimientos. Como él me arrebató lo que más quería yo voy a hacer que sufra y muera lentamente, igual tendrá suerte porque ya no la contará más. Yo viviré toda mi vida muerto en vida, hasta en eso tiene suerte el desgraciado.

¡Juro que te voy a ver ante mis pies maldito desgraciado! Por tus actos seres inocentes han fallecido sin tener culpa de nada. Todo lo que me rodea es un lugar desolador y sin ningún color.

A la destrucción me llevaste tú y aunque sea lo último que haga en esta vida te voy a encontrar y voy a acabar contigo.

Ver como gente inocente está muriendo y como los edificios se están derrumbados es algo devastador.

He estado buscando a mis compañeros de la pandilla, pero no veo a nadie. Algunos están muertos y de otros no hay ni rastro. Solo quedo yo en medio de esta catástrofe.

El olor de los árboles y arbustos ha desaparecido. No queda ni si quiera la calidez característica del lugar. Ni risas, ni felicidad solo quedan lágrimas, dolor y muerte.

Cuatro horas después del suceso acabo de comprobar que todos mis compañeros habían sido asesinados, intenté localizar a algunos supervivientes, pero parece que no voy a obtener éxito ninguno. Ni siquiera esperanza tenía ya.

Cansado intenté llegar al lugar donde debía de encontrarse la furgoneta para la huida, pero de ella no quedaban ni las ruedas. A escasos metros vi sano y salvo el coche de un supuesto vecino de la localidad. Este estaba ensangrentado dentro de su vehículo, intenté no vomitar y lo saqué como pude. Lentamente lo extendí y le quité las llaves. Esto era muy fuerte y desagradable a la vez tener que lidiar con esta espantosa situación.

Acomodé lo mejor que pude el coche y comprobé que marchaba bien. Por suerte si iba y no estaba nada dañado. Al menos después de perder absolutamente todo podía usar esto como herramienta de huida, si no me doy prisa en escapar y alguien avisa de este caos el único que pagará por todo seré yo.

Después de todo tengo que aclarar que no he matado a nadie, ni por error. Pero las huellas siempre quedarán en todo lo que he manipulado. No soy un criminal como todos ellos, pero si me lo tuvieran que decir será porque de ese esperpento ya no queda nada. He lanzado muchos disparos, pero todo a cosas inservibles y a mis enemigos, nunca a personas que no se lo merecen.

Juro que me voy a vengar por todas las vidas que se han truncado en este duro camino y por toda mi familia.

Minutos después salí del coche y por seguridad decidí dar una última vuelta. Cogí la pistola en mano y volví a mirar con cuidado los alrededores.

Cuando más concentrado estaba logré escuchar un ruido extraño. Me giré en alerta y eché a andar sin hacer ruido.

Acto seguido saqué una pequeña linterna y merodeé por la zona. Juraría que acabo de escuchar algo...

Tras girar la cabeza a la izquierda pude descubrir dos ojos mirándome con terror. Estos pertenecían a una muchacha de pelo castaño o negro, sin luz no puedo apreciarlo bien.

Sin pronunciar la más mínima palabra comencé a caminar hacia ella. Era obvio que se había tropezado, cargué el arma y seguí mi paso hacía la curiosa muchachita.

—¡No te muevas! —le exigí.

Acabo de comprender que no puedo dejarla libre, ella es un testigo y con su testimonio me podía hundir para siempre. Sea como sea tengo que llevármela conmigo a España, aunque para ello tenga que tenerla como rehén.

La moza como debí de suponer no me hizo caso y empezó a correr. Justo cuando salí yo corriendo se me atravesó un coche por delante y esto provocó que la perdiera de vista.

—¡Maldita sea! —grité.

De repente escuché una carcajada que me impidió ver el rostro de la persona que me acababa de detener.

—¡Sigue persiguiendo niñitas y acostándote con ellas, eso es para lo único que sirves! —me gritó el peor de mis enemigos.

Lleno de ira me subí al capote del coche con intención de detenerlo y este para hacer que me callera empezó a hacer vaivenes con él.

—¡Detente poco hombre, a ver si tienes huevos y enfréntame de una vez rata de cloaca! —rugí como un león enfadado.

—¡Jamás me vas a vencer! ¡Eres tú o soy yo y te aseguro... que el que vas a morir vas a ser tú!

Me agarré al espejo retrovisor y alcancé ver a dos niños pequeños que deberían de rondar sobre los cuatro y seis años. Esto me enfureció más ya que no paraban de llorar, si esta era mi oportunidad para salvarlos no estaba dispuesto a desperdiciarla.

—¡Último aviso! Suelta a esas dos criaturas o te vas a arrepentir toda tu vida —le exigió drásticamente.

—¿Por qué tú me lo digas verdad? —se empezó a burlar de mi—-. Diablo asqueroso y pequeño infeliz.

—¡Qué te pares te digo! —grité más fuerte.

—¿Qué pasa te ha entrado la vena paternal? ¡Me rio en tu cara chaval!

Intenté deslizarme sobre el coche hasta la ventanilla y con una piedra que llevaba en el bolsillo logré darle en los sesos. De un momento a otro el coche dio un pequeño salto y se detuvo. Rápidamente me bajé como pude y abrí con todas mis fuerzas la puerta del conductor hasta arrancarla.

—¡Malnacido! ¡Ahora sí que te voy a matar! —escupió de su boca.

—¿Tu y cuantos más cobarde? —le desafié.

—Me basta y me sobro yo solo, soy capaz de hacerte pasar un auténtico calvario con tan solo dos manos.

—El calvario es el paraíso para mí tú en cambio vas a arder en el infierno —comenté.

Lo cogí del cuello y le apreté muy fuerte.

—¡Muérete ya escoria humana! —le dije con sed de venganza.

Cuando estaba casi sin respiración, noté como me dio una patada y me lanzó al suelo. No pasó mucho tiempo cuando se abalanzó sobre mí y me bloqueó. Me retorcí en la hierba calcinada y le di con todas mis fuerzas en sus vergüenzas.

—¡Ah! —se quejó—. ¿Eso es lo único que sabes hacer? ¿Dar pataditas como una niña?

Ahora fui yo quien lo apartó de encima de mí. Me puse encima de él y empecé a darle puñetazos sin consideración.

Dejé el arma a un lado y saqué una artillería completa de machetes de caza de todos los tamaños.

—Tu ni a eso llegas desgraciado. Ahora sí. Llegó tu hora —dije mientras forcejeaba con él.

Estuvimos un largo rato así hasta que de nuevo logré bloquearlo.

—¿Unas últimas palabras? —le pregunté.

Intentó quitarme el arma pero se la arrebaté.

—¡No te imaginas lo que gocé al ver a toda tu familia morir ante mis ojos! —me restregó en la cara—. Estas sin familia, nadie te quiere. ¡Estás completamente solo miserable!

Lo cogí del cuello y cuando estaba a punto de estrangularlo empecé a clavarle machetes por el cuerpo, los aullidos de dolor cada vez se escuchaban más fuertes.

Antes de clavarle uno en el corazón, me detuve y cogí la pistola dejándolo ensangrentado e inmóvil.

—Repito, ¿Alguna palabra más? Ah... no si ni eso te mereces —lo golpeé cada vez más fuerte.

El sin alientos me seguía insultando como podía y yo sin piedad continué con la masacre. Este empezó a reírse mientras le salía sangre de la boca.

—A tu madre la maté de un disparo, a tu padre le clavé un puñal en el corazón y a tu hermana... me bastó con un disparo de nada en su bonita cabeza —dijo triunfal—. ¿Las cosas que puede lograr dos simples objetos verdad?

—¡Te odio! ¡Contigo acaba mi venganza, este es tu fin! —empecé a dispararle por el cuerpo hasta ver como una especie de océano de color rojo—. ¡Por mi madre! —le disparé en el hombro y le di un golpe en la nuca—. ¡Por mi padre! —le clavé un puñal en el corazón—¡Y por ti, mi ángel! —por último, le disparé en la cabeza y le clavé un cuchillo en el cuello.

Temblando de la impresión y de lo que acababa de hacer, volví a dispararle en venganza de todos los seres inocentes. La pesadilla había acabado, con el muerto ya no debía de temer.

Me aparté lentamente del cuerpo sin vida de esa gran rata y empecé a vomitarle encima. ¡Odio mi vida y todo te lo debo a ti! ¡Ni esto me va a devolver a mi familia!

Lleno de asco y asustado de ver todo lo que había cometido, me acerqué al coche para sacarlos del coche y llevarlos a un orfanato. Donde pudieran ser adoptados y tuvieran una vida mejor que la mía.

"¡No me lo podía creer! ¡Ya no estaban en el interior, cuando ya estaba todo controlado ahora viene esto a complicarlo todo! Pensé como pudieron escapar, los busqué hasta detenerme y una luz vino a mi mente.

¡Fue ella, esos ojos de pánico que me acechaban, no hay duda! ¡Ella se los llevó en medio de la disputa! Tengo que encontrarla, no puedo darme el gusto de que sea una más de ellos y los mate. Por mi familia no puedo permitirlo, aunque sea lo último que haga en esta repugnante tierra. Sea quien sea ella, la encontraré en memoria de la vida que me arrebataron. "


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro