Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18: Le Passione prohibita. [Especial San Valentín] [1/2]

Ingrid terminó de vestirse y se peinó el pelo cuando la voz de Gorka se escuchó.


—Coge el bolso, vamos a salir —la avisó.


—¿A dónde? —le preguntó curiosa.


—En poco tiempo lo verás, no tardes mucho —respondió.


Ingrid desganada cogió el bolso y salió.


—Ya estoy —anunció Ingrid.


Gorka le tendió el brazo para que se cogiese pero la muchacha lo ignoró. Él suspiró y salió detrás de ella, cerraron la puerta con llave y le dio una copia.


Ingrid callada la guardó. Se subieron al coche y Gorka empezó a conducir hacia "Le Passione prohibita".


—Cuando te enseñe unas cosas, si quieres vamos a comer y luego de compras —la miró de reojo sin soltar el volante.


La muchacha seguía enfurruñada.


—¿No vas a decir nada?


—¿Qué es lo que debo de decir? Si según tu, no me harás caso. Ya viste antes.. —le reprochó.


—Pero no te prohíbo que hables —le mencionó.


—Solo me faltaría eso —suspiró ella.


—Bueno.. —la volvió a mirar.


Ella lo miró desganada.


—¿Cuáles son los planes del día?


—Cuando te enseñe unas cosas, luego iremos a comer y de compras —le explicó—. Aunque si quieres, podemos ir a ver a los niños.


—Los niños, son mi primera opción—le recordó.


—Esta bien, después de comer vamos a verlos y ya vamos según la marcha —le comentó.


—Ok —dijo seca.


Al rato llegaron al distrito de Salamanca, correspondiente al barrio de Goya. Un lujoso edificio rodeado de una especie de murallas de forja se podía contemplar. En la misma puerta se encontraba un vigilante de seguridad y varios agentes que vigilaban el recinto.


Antes de entrar por el acceso, le enseñó su acreditación a los agentes pero esto no fue necesario. Ya lo tenían demasiado visto así que no le pusieron impedimento, sino al contrario lo saludaron amablemente y con una amplia sonrisa.Gorka les correspondió de la misma manera y Ingrid se extrañó. Jamás lo había visto siendo tan amable como ahora.


Gorka aparcó en un parking exclusivo de personal del lujoso edificio. Bajó del coche y le abrió la puerta. Acto seguido, Ingrid bajó sin apartar la vista de lo que estaba contemplando: un lujoso edificio con unas letras llamativas y extravagantes que ponía "Le passione prohibita". Estaba rodeado de flores y árboles preciosos, era una de las cosas que mas lehabían gustado de todo lo que había visto.


El muchacho cerró el coche con el mando y la cogió de la mano. Esta lo rechazó y antes de que se diesen cuenta de la reacción de ella, él la acorraló entre sus brazos.


—Compórtate, no voy a permitir que me dejes mal delante de toda la gente —la fulminó con la mirada.


—Ni que fueras el jefe.. —se burló.


—Tranquila.. ya llegará la hora de que te tragues tus palabras. Así que me obedeces quieras o no —dijo serio.


Ingrid lo miró a los ojos con odio.


—Eres despreciable.. —dijo en vozbaja—. Suéltame, no soporto el tacto de tus cochinas manos encima de mí.


Gorka se apartó sutilmente y la cogió de tal manera que no podía soltar su mano. En ese instante una empleada salió del edificio y lo saludó dándole la mano.


—Buenos días señor Gorka, ¿le puedo ayudar en algo? —le preguntó servicial.


—Buenos días. Sí, dígale a mi secretaria que me prepare una credencial. En breves momento iré para rellenarla —le pidió amablemente.


—¿No será mejor a la recepcionista?—le preguntó curiosa.


La trabajadora miró a Ingrid y lo volvió a mirar a él.


—No, yo se porqué lo hago. No es una credencial cualquiera —le dijo.


—Así será. ¿A quién tengo el honor de conocer? —refiriéndose a Ingrid.


—Te presento a Ingrid, ella es mi futura esposa —dijo triunfador.


Ingrid apretó una de sus manos y se mordió la lengua. Este lo notó y se empezó a reír por lo bajito.


—Encantada señora —intentó sonreír la empleada—.­ Bueno, vuelvo a mi trabajo.


La empleada se esfumó e hizo lo que el joven le ordenó.


—¿Tu esposa? ¿Estás mal de la cabeza? —saltó ella en voz baja.

—Acostumbrate reina, ante el público ejercerás como mi mujer. No te molestes en rechistar porque esto lo acabo de decidir, en casa ya me pensaré el resto —dijo contundente.


Ingrid se contuvo para no gritar y pegarle dos buenas galletas.


—¿Lista para entrar?


—¿Qué se supone que es esto? ¿A qué circo me has traído? ¿Porqué te trata con tanto respeto la gente? —le formuló varias preguntas.


—Ahora lo entenderás cuando entremos —la miró a los ojos.



—Vamos, no perdamos más tiempo —le dijo con curiosidad pero con rabia a la vez.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro