Todo en casa estaba normal desde ese día en el que Jay intento golpear a Jungwon, no volvieron a cruzar miradas y todo fue tranquilo, Heeseung solo estaba para cuidar a Jungwon desde ese momento en el que lo defendió sintió ganas de seguir haciéndolo.

Pero la tranquilidad no perdura para siempre.

Sunoo estaba en su cuarto tan lindo y indefenso jugando con su peluche como si de un niño pequeño se tratase, mientras tarareaba una canción infantil "tomato" pero no se percato de que alguien había entrado a su cuarto, y ese era el joven japonés quien mantenía un "pequeño" trauma.

Y quería olvidar eso pero a la vez quería que la persona mas inocente también sintiera lo que un pequeño japonés de 5 años alguna vez sintió.

Había encontrado la persona perfecta para eso.

-tengo miedo de estar aquí señor oso-dijo Sunoo acostado en su cama dándole la espalda a la puerta.-tal vez debería estar en casa con señora mamá, mirando alguna película.

Apenas Riki lo escucho hablar se sintió mal por la acción que iba a realizar, pero eso no lo detuvo camino hacia la cama donde yacía el pequeño Kim acostado, y lo toco por la espalda, haciendo sobresaltar al contrario quien lo miro con esos ojitos de zorro encogidos.

-¿R-riki?-pregunto un Sunoo muy asustado pues el Nishimura estaba encima suyo acorralándolo contra la cama.

-Si Sunoo, soy yo, y adivina que no vine para nada bueno.-esbozo su sonrisa ladina, algo cínica, los ojitos de Sunoo se nublaron de perlas cristalinas que en algún momento caerían, y se romperían.

-Q-que vas a hacer, n-no me hagas nada, por favor.-sollozaba.

-Si voy a hacer algo pero tu lo vas a disfrutar.-empezó a besar el cuello de Sunoo cegándose por lo suave que se sentía, pero luego Sunoo puso resistencia, y sollozo mas fuerte.

Riki solo dejo de hacer lo que hacia y miro al chico debajo suyo, se sentía mal, no quería eso, pero su odio estaba tan instalado en su ser que no se estaba dando cuenta que estaba lastimando a alguien muy inocente.

Simplemente se retiro levemente y dejo que el chico soltara todo el aire que suponía que guardaba, luego cuando intento acercarse de nuevo, el chico se aparto como demostrando miedo y temor a ser lastimado.

-S-sunoo, perdón yo no quería-intento acercarse lentamente al chico que lloraba en silencio.

-¿Puedes dame un abrazo?-todos pensarían que Sunoo estaba mas loco de lo que ya aparentaba al pedirle a la persona que minutos atrás estuvo a centímetros de violarlo un abrazo.

Estaba demente.

Niki sintió culpa pero no le negó el abrazo al chico, solo se acerco y lo abrazo por la cintura dejando su barbilla en el hombro del chico quien ya estaba mas calmado, simplemente disfruto de esa calidez de abrazo que estaba sintiendo y luego se separo para mirar los mofletes pintados de un color carmesí en el contrario, el japonés soltó una risilla sacándole una sonrisa a Sunoo quien se veía mejor.

-D-deberíamos bajar, los chicos harán una fogatada, tal vez para conocernos mejor, y saber convivir, ¿vamos?-bajo la cabeza y empezó a jugar con las paticas de su oso nuevamente.

-Vamos.-lo tomo de la mano y lo ayudo a salir de la habitación.