Capítulo dos: Amenaza
Sempai será mío. De eso no tengo duda alguna, lo necesito y haré cualquier cosa por conseguir permanecer a su lado. Sin embargo, pese a eso, no tengo idea de cómo acercarme a él. Fácilmente me pongo nerviosa junto a él, me quedo muda y rehúyo al contacto visual. Ver cómo me mira intrigado cada vez que eso pasa...es normal en esos casos.
Que me pregunte si estoy bien o si necesito algo, me causa un bienestar debido a que se preocupa por mí, pero el tono que usa...pareciera estar incómodo por mi presencia. Quizá piense que soy rara por ello, pero, no se aleja demasiado de la realidad... Es claro que no puedo dejar que descubra mi pasado, aquella condición de alexitimia que poseía antes de conocerle a él...mi adorado sempai.
— Por eso no debes... ¡Taro! ¿Me estás escuchando?
— ¿Qué? Ah sí.
— A ver ¿Qué te acabo de decir? — retó.
— Eh... Lo siento, estaba pensando en otra cosa y-...
— ¡No me estabas escuchando!
— Lo...lo siento, Osana.
Esa chica de cabello naranja, que siempre le acompañaba, era detestable. Irritable e irritante, mandona, enojona e impaciente. No entiendo cómo mi querido sempai logra tolerar a esa desesperante tsundere. Bueno, seguramente es tan bondadoso que sería incapaz de dejarla a su suerte, es tan lindo... Aunque, yo debería ser quien esté junto a él y no esa plasta gritona...
Vi como ambos se dirigieron a su salón, mientras yo terminaba de cambiarme las zapatillas y las dejaba en mi locker. Los seguí de cerca. Iba varios pasos detrás de ellos, en esta ocasión no era tanto por stalkear a mi sempai, sino que mi salón quedaba en el segundo piso y por eso debía subir las escaleras. Escuchar como esa perra trataba a sempai me hacía... ¿Rabiar? Sí, creo que era lo que se llama "ira".
No tardé en llegar al segundo piso, mi salón era justamente el que daba hacia las escaleras, aprecié como esos dos seguían subiendo para llegar al salón de los de tercer año. Cada que dirigía mi mirada hacia sempai, era una del más sincero cariño, en cuanto a esa chica...si las miradas mataran ella ya habría muerto más de 15 veces en un mismo minuto.
No quedaba mucho para que las clases iniciaran, sin más, entré a mi salón y fui directo a mi pupitre. Después de colocar mi mochila en el gancho a uno de los laterales de mi mesa, miré a ver a mi alrededor con aire aburrido, si tan solamente esa odiosa desapareciera... Sin embargo, mi vista pronto se enfocó en el hecho de que mis compañeros parecían apurados haciendo algo, una tarea... Demonios.
— ¿¡Quieres copiar mi tarea otra vez!?
Predeciblemente, una voz masculina se quejó
— Dios, eres una inútil...
— Lo siento, Osano. Olvidé hacerla
Fruncí el ceño, sabía que debía tener buena reputación o de lo contrario, sempai...
— No tienes remedio — vi como suspiró y sacó uno de sus cuadernos — Toma.
— Gracias, Osano. No sé qué haría sin ti
"Debo tener más cuidado, si mis calificaciones bajan, sempai creerá que soy una tonta"
— J-Ja... ¡Jajaja! No creas que lo hago para ayudarte o porque me preocupe por ti...es sólo porque...porque...
— ¿Por qué...?
Osano se estaba comportando un tanto raro.
— ¡Porque me da la gana! ¡Solamente copia la tarea y deja de hacerme preguntas! Dios...
— Vale...
Osano Najimi... Era, a vista de mi padre, mi mejor amigo. De hecho, podría decirse de cierta manera, que Osano fue el primer amigo que tuve. Estaba en segundo grado de primaria cuando, de manera accidental, me di cuenta de mi alexitimia y puse en marcha aquel pequeño plan para que el bullying que sufría se detuviera.
Había comenzado a relacionarme con el resto, intentando encajar con ellos y adoptando diferentes máscaras para tener una existencia más tranquila. Sin embargo, debo reconocer que, entre todos, Osano era el único que aguantaba mi verdadero carácter. Eso era bueno, supongo, mi padre está feliz al ver que ya nadie se burlaba de mí.
Las clases fueron pasando con normalidad, pero para mí, parecían sumamente lentas. Ya quería que tocara el timbre del receso para poder ir a espiar-... Ejem, cuidar de mi sempai. Incluso al grado de que, por ratos, dejaba de poner atención a clases. Claro que cada que eso pasaba Osano me lanzaba algo para que despertara de mi ensoñación.
— Sempai...
Ahí estaba yo, escondida detrás de un árbol, viendo a mi sempai sentado en la fuente a pocos metros de mi escondite. Me alegraba que esa tipa de horrible pelo naranja no estuviese junto a él. Veía cada movimiento que él hacía, se veía sumamente lindo, aún más cuando se quedaba tan concentrado leyendo aquel libro.
— ¡Hey, Taro! Hombre, despierta.
— ¿Qué? Ah, Budo.
— Cómo que "Ah, Budo"? Hombre, me ofende tu desinterés.
— Lo siento — murmuró guardando su libro — ¿Ha pasado algo?
— Eso depende, ¿Pensaste en la propuesta que te hice?
— ¿Qué propuesta?
— Taro, algunas veces me pregunto cómo te soporto — bromeó el joven de la bandana en la cabeza — No te haría mal aceptar.
— Ah. No lo sé ¿Crees que sea buen elemento para el club de Judo?
Oír la conversación que estaba teniendo con ese otro chico me era imposible de evitar. Me interesaba saber todo de sempai, después de todo, yo sería su esposa en un futuro no muy lejano. Así que, con toda la razón del mundo, no me hacía mal empezar a averiguar todo lo que fuera posible saber sobre él.
— ¡Por supuesto! — respondió terminándose el pan que comía — Además, podrías dejar de estar tan distraído, ¿Acaso a ti te ha pasado algo?
— Me siento solo... Creo...que quiero una novia.
Que dijera eso, hizo que me asomara un poco de mi escondite, ¿Había oído mal? ¡Quería una novia! Entonces, podría ser la oportunidad perfecta para estar junto a él. Todo lo que tendría que hacer era confesármele. ¡Y asunto arreglado! Estaba a punto de encaminarme a ellos, intentando ignorar todo mi nerviosismo, cuando tuve que esconderme de nuevo...
— Oh, eso se va solucionar muy fácil — se alzó de hombros — Seguramente sólo tendrás que esperar hasta el viernes.
— ¿Qué tiene que ver eso con-...?
— Sólo espera y lo sabrás. Cambiando de tema, dado que no estás haciendo nada, sígueme — añadió comenzando a caminar.
— ¿A dónde?
— ¿A dónde más? Voy a arreglar todo para que te unas al club, te sirve de distractor y además...no te vendría mal hacer un poco de ejercicio, sería humillante que ni siquiera pudieras cargar a tu futura novia.
— Aún no he dicho que aceptaba unirme a-...
— Muy tarde — interrumpió — Ya estoy de camino al club.
Después de ver como mi sempai suspiró derrotado y fue junto con el presidente del club de Judo, me permití salir de mi escondite. ¿El viernes? ¿Qué tenía qué ver el viernes con que MI sempai consiguiera novia? ¿Acaso alguien planeaba confesársele ese día? ¿Quién? ¿Quién podría ser? Mi sempai es muy lindo y guapo que...no me extrañaría que más de una estuviese tras él.
¡No! No iba a permitir que alguien se lo llevara de mi lado. Comencé a ir a mi salón, pensando en la manera de descubrir quien quería arrebatarme a mi sempai. Lo admito, ese tal ¿Budo Masuta? Sí, creo que así se llama. Él, aunque no lo supiera, me había dado una vital pista. De lo contrario, probablemente, no me hubiese enterado de que tenía una amenazante competencia.
.
.
— ¡Oye!
Osano parecía molesto
— ¿A quién buscas?
— A nadie en especial.
"Lo que menos necesito es que alguien se entere y sempai piense que soy una acosadora"
— Ah, como sea. Ya me es suficiente con las cosas que pasan de por sí.
— ¿A qué te refieres?
No es que me interesara, pero... era mejor estar enterada por si pasaba algo que pudiese usar a mi favor.
— Probablemente haya una red de pornografía en el colegio... ¿Qué? ¡No me mires así! Solamente digo la verdad.
No tuve que preguntarle, sabía a qué se refería, ¿Quién no lo sabría? Seguramente se trataba de la tal Info-chan y el otro loco... ¿Info-kun? Sus negocios no eran secreto para nadie, varios compraban las "artículos únicos" que estos proporcionaban, nadie conocía sus rostros o verdaderas identidades. Al igual que nadie sabía porque se les toleraba en la escuela.
— Dicen que son capaces de conseguir de todo. Hay quienes dicen que el club de periodismo intentó convencerlos de que se les unieran y pudieran desentrañar alguno de los "7 misterios de la Akademi High School"
Lamentablemente, el comentario de Osano fue todo lo que necesite para replantearme lo que iría a hacer, tal vez... ¿Alguno podría conseguirme la identidad de aquella chica que quería quitarme a sempai? Clavé la vista en la pizarra y decidí a contactar a Info-kun, no perdía nada con intentarlo. Así que ¿Qué más daba?
.
.
— ¡Aishi-san! — Yui Rio hizo su aparición — ¿Pasa algo?
— No, no pasa nada — le sonreí aparentando normalidad.
Contactar a Info-kun fue una total pérdida de tiempo. El maldito ni siquiera respondió al mensaje que le envié, me ignoró olímpicamente y eso me tenía contrariada. ¿Qué acaso no se dedicaba a conseguir información y x cosas? Otro sentimiento comenzaba a hacérseme normal: Frustración.
Ya estábamos a miércoles, mitad de semana, aún no sabía la identidad de aquella zorra. Fruncí el ceño, no podía deshacerme de algo que no conocía, ¿Qué podría hacer? Me despedí de Yui y tenía intención de ir a esperar a que sempai saliese de clases, así pudiéndome asegurar que llegase a salvo a su hogar. Pero...
"Veme en la azotea, a las 5: 20p.m"
Nada salía como yo deseaba. 5:20... Eso era en cinco minutos más. El mensaje venía de un número desconocido, ignoraba de quién sería, pero... ¿Sería el desgraciado de Info-kun? El número que me habían dado podría haber sido uno equivocado, aunque avalaran que ese era, no podría ir y cerciorarme con alguien más. Se suponía que era un secreto. No tuve remedio que encaminarme ahí y esperar que diese la hora acordada.
— Hey.
— ¿Te conozco?
Una chica de cabello y ojos rojos con gafas había aparecido.
— No. Te vi acosando a un chico de tercer año hoy.
— ¿Tienes algún problema con eso?
¿Acaso sería ella la que...?
— No... Quiero darte información sobre la chica con la que él hablaba
Cuando dijo eso, supuse que se refería a la tsundere que siempre venía a la escuela con sempai
— Su nombre es Osana Najimi.
Por obvias razones fruncí el ceño al escuchar su nombre, la muy perra no solamente parecía una lapa con sempai, sino que se llamaba casi igual que Osano. De repente, mi celular vibró, por lo que lo saqué de la bolsa de mi falda. Vi que recibí una serie de imágenes, ¿Cómo es qué tenía mi número de teléfono?
— Ella está enamorada de Taro Yamada — continuó — Cree en el mito del árbol de cerezo.
— El mito en el que si confiesas tu amor a alguien bajo el árbol un viernes... está garantizado que acepten tu confesión
Entonces...
— Correcto — sonrió — Ella planea confesarse este viernes.
— ¿Por qué me cuentas todo esto?
No podía confiar en ella, no sabía quién era ni qué sacaba de esto.
— Yo sería feliz si algo malo le pasara a Osana-chan
No le creía del todo
— Pienso que podrías ser la persona adecuada para darle lo que merece.
— ¿Quién eres?
Estábamos haciendo una especie de trato, uno peligroso, de manera indirecta. Por lo menos, debía saber con quién trataba.
— Yo soy Info-chan
Eso me respondía varias cosas.
— He oído rumores sobre ti e igual sobre ese tal Info-kun — respondí, deduje que no me diría su nombre real — Aunque parece que él no tiene intenciones de tratar bien a sus "clientes".
Me desconcertó que sonriera y comenzara a reírse. Estaba segura que no había dicho nada ni lo más mínimamente gracioso como para que se riera. Al cabo de unos cuantos segundos, dejó de reír y me miró de manera un tanto burlona. Era obvio que ella sabía algo que yo ignoraba.
— Ninguno de los dos iría a contestar sin un "enganche" — mencionó socarrona — No intentaste contactarnos sin antes enviar las fotos respectivas... ¿Cierto?
Simplemente le miré con molestia.
— Sólo envíame una Pantie Shot y te daré todo el apoyo que me sea posible. Claro...cada soporte tendrá un precio correspondiente — se alzó de hombros — Si quieres información personal de alguien en el instituto, envíame una foto de su rostro y yo te proporcionaré toda la información que tenga sobre él o ella.
— Eres repugnante — solté dándome la vuelta.
— Tú eres una acosadora — se defendió apacible — Si necesitas mi ayuda, contáctame. Si no la necesitas, ignórame. Solamente tienes dos días antes de que tu sempai le pertenezca a Osana-chan...
Miré dudosa al ver que tomó mi mano y dejó en esta un cuchillo
— Espero que la hagas sufrir.
Fue lo único que se dignó a decirme antes de abandonar el lugar en el cual ella precisamente me había citado. Miré mi propia mano, aquella que sostenía el arma, seguido miré a ver por sobre la barra de seguridad de la azotea.
Desde ahí podía ver a los estudiantes que apenas se retiraban del edificio, podía ver como sempai se disponía a irse a casa acompañado de esa plasta naranja, también...podía ver desde aquí el árbol de cerezo. Es más claro que el agua que no voy a permitir que aparten a sempai de mi lado, el vale cualquier sacrificio, así que... Osana Najimi no podrá confesarse este viernes ni ningún otro.
No lo voy a permitir
********************
Segundo capítulo :3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro