Harry Potter recuerda que hace un tiempo no le importaba para nada dónde estaba, cómo era su vida anterior, qué sucedía en el "gran" mundo que lo rodeaba. ¿Dónde le gustaba más pasar el tiempo? ¿Tenía un lugar secreto favorito? bancos en el parque, o un divertido árbol retorcido en el bosque, bajo cuya sombra podrías hacer un picnic con Tom cuando Harry se recuperará. ¿Ha estado alguna vez en el mar, sabe nadar? ¿Qué películas le gustaban (no había televisión en casa, Tom no tenía tiempo para verla y Harry recibió una estricta prohibición médica), si le interesaban las noticias (los periódicos estaban prohibidos), jugaba al fútbol o al béisbol? ? Realmente, nadie lo estaba buscando en absoluto, ¿realmente no tenía un solo amigo, o vecino que lo conociera de antes?..

El accidente pareció sacarlo de su vida hasta entonces familiar, pero completamente desconocida ahora, y lo puso bajo una gorra transparente, bajo la cálida luz de Tom. Una luz ardiente. Quemando lentamente, para ser honesto.

Harry ama mucho a Tom, Sirius, su casa, pero anhela desesperadamente experimentar al menos algo más que este amor; como mojarse bajo la lluvia, caerse de la bici, beber cerveza con amigos, ir a un concierto de cualquier banda, simplemente charlar con sus vecinos. Se odia a sí mismo por estos deseos; después de todo lo que Tom ha hecho por él, por su seguridad, esta es una ingratitud tan oscura. Pero aún.

***

— Creo que Tom se está exagerando un poco con mi salud — comenzó Harry con un suspiro, visiblemente animado después de que tomara el Asthenus de Slughorn — No entiendo todo esto, pero parece que estoy lo suficientemente bien como para ser más... capaz. No es que quiera vivir separados, no — sacudió la cabeza tranquilizadoramente, al ver que las pupilas de Slughorn se dilataban — Pero creo que podría probar un nuevo tratamiento, uno mejor — Harry asintió hacia el antebrazo del médico, donde un tatuaje de pureza había florecido como una serpiente — para conseguir una cosa como la tuya y salir de casa para ir cualquier parte. Aunque sea a la tienda —

— Harry, no creo que tengas una idea objetiva de tu condición... — Respondió Horace con cautela — Tú mismo dijiste que te has estado sintiendo muy mal últimamente... —

— Estoy seguro de que mi salud no está conectada con mi enfermedad, sino con Tom — espetó Harry.

Horacio se puso pálido.

— ¿Qué quieres decir? ¿Sospechas de él de algo? —

— Sospecho que ha tomado demasiado control en mi caso y me percibe como un gatito sin inteligencia que puede ser tomado por el pescuezo y plantado donde quiera — Harry hizo una mueca — No, entiendo, solo está muy preocupado, pero tú, tú también eres mi médico de cabecera, dime... ¿Es todo tan grave que no puedo ni salir al patio ni ver la televisión? —

Todo el ser de Horace gritó: "¡Llama a Voldemort y déjalo lidiar con esto!". El niño ha estado caminando como un hombre feliz durante los últimos meses, con una sonrisa eterna, dibujando para sí mismo, jugueteando en la cocina y adulando al Señor Oscuro. Y todos estaban felices y contentos, especialmente Voldemort. Y ahora, sentado frente a él estaba el mismo estudiante de sexto año excéntrico y despeinado de los recuerdos, con una determinación sombría en sus ojos, y esto amenaza a- Merlín sabe qué.

— No, no lo pienses, entiendo que debo cuidarme y todo eso - pero ya tengo... ¿Cuántos años tengo? — Harry divago.

— Veinte... diecinueve — corrigió Horace.

— ¿En serio? — preguntó Harry con incredulidad — Está bien, diecinueve. Ya soy mayor de edad, necesito... No sé si estudiar o trabajar. Hacer algo. Incluso Malfoy Jr. está haciendo algo allí, ya sea medicando o limpiando los zapatos de Tom... Haciéndole la barba, porque él es el jefe de la clínica, pero creo que no lo habrían dejado entrar si no fuera por su papá... Está bien, a la mierda con él, con Draco, ¡pero sabes a lo que me refiero! —

— Harry, creo que deberías discutir esto con Tom... —

— ¿Con él? Se vuelve loco y se convierte en un dragón que protege a la princesa. Y yo, lo siento, tengo miedo por mi trasero... — se contuvo — Dios, eso fue demasiado... Supongo que no quería saber los detalles de nuestra relación, Profesor —

— ¿Cómo me llamaste, Harry? — preguntó Horace tenso.

— Profesor. Eres médico, probablemente también seas profesor, ¿verdad? — Harry sonrió — No sé, por alguna razón quería llamarte profesor —

<< Eso no significa nada todavía >> pensó Horace condenadamente << No puedes simplemente aumentar la dosis ahora, corre el riesgo de convertirse en un vegetal con caviar de sapo en lugar de conciencia. Solo necesitas cambiar sus pensamientos a otra dirección >>

Horace se odiaba a sí mismo en ese momento.

— Harry, como médico, estoy completamente de acuerdo con la opinión de Tom- es demasiado pronto para que pienses en una vida plena. Además, ¿lo estás pasando tan mal? Yo mismo no rechazaría una baja por enfermedad así — bromeó — Tienes una casa preciosa, puedes hacer lo que quieras, jugar con el perro, dibujar... —

— ¿Te dijo lo que hizo con mis dibujos? — preguntó Harry con amargura.

— Tenía miedo de que tuvieras algún tipo de disociación con la realidad- Tal vez exagero un poco, pero estoy seguro de que sus motivos eran los mejores, muchacho —

Harry se quedó en silencio. Slughorn comenzó a recuperarse, pero quedó petrificado ante la tranquila pregunta:

— Si digo que me parece, solo un poco, que existe una pequeña posibilidad de que ambos me están ocultando algo, ¿lo tomaría como una señal de paranoia, profesor? —

Horace se giró para mirar al chico y se encontró con los ojos imposiblemente verdes de Lily, penetrantes y acusadores. Por un momento, por un breve momento, vaciló, sucumbió a sus sentimientos cuidadosamente ocultos, sabiendo que lo lamentaría. Se inclinó hacia el chico y le susurró suavemente

— Mira el cielo, Harry. Ten cuidado ... —

Le dijo a su señor que no había motivo para preocuparse, que su adorado Elegido estaba perfectamente bien.

***

Tom tiene un ánimo inusualmente alto. Últimamente, todo ha ido tan bien y tan bien que ni siquiera puedes creerlo. Sin disturbios en el país- los gigantes, por fin, se conformaron con los territorios recibidos y se calmaron, los rebeldes se calmaron (¿o ya no existen?), el nuevo programa de entrenamiento de Hogwarts se viene mostrando en su mejor momento para el tercer año, y lo más importante... Lo más importante. Su adorado Horrocrux, su Elegido, volvía a ser un chico cariñoso y tranquilo. Se revuelca en su jardín, disfruta del calor del verano que se avecina y dibuja nubes en un álbum. Se regocija sinceramente por su regreso a casa y sus regalos. Envuelve el fragmento destrozado de su alma con calidez.

Tom sabe que fue demasiado lejos, pero estaba aterrorizado por el hecho de que todo tendría que empezar de nuevo. Nuevamente, jugar a ser un extraño, esperar pacientemente, cuando venga a sus brazos, cuando se enamore ¿Saldrá algo mal la próxima vez? ¿Tendría entonces que utilizar Amortentia? ¿Imperio? No, no puede hacerle eso a Harry. Romper, forzar, engañar, privar de la memoria, sí. Fingir sus sentimientos- no. Habiendo bebido de un manantial vivo, Tom no beberá de un charco. Él no puede hacerse esto a sí mismo. Lo intentará una y otra vez hasta que este maldito amor quede grabado en la corteza cerebral del chico.

Tom se frota las sienes, intentando calmar la agresión que le ha levantado la cabeza. Estos destellos... se interponen en el camino. Harry lo había perdonado, pero ¿lo perdonaría en el futuro? ¿Cuántos de estos ataques de ira puede permitirse Tom antes de ver el odio en sus amados ojos? Ya ha visto el miedo, puede sobrevivir al miedo, está acostumbrado a verlo. Durante muchos, muchos años, no vio nada más que miedo en los ojos de los demás, hasta que apareció Harry Potter.

Debería indicarle a Slughorn que piense en finalizar la composición de Amortentia, por si acaso. Tom no repetirá los errores de su madre, no perderá a quien ama.

***

— ¿Qué estás dibujando? — Tom se baja los pantalones y se sienta a su lado, justo en el césped.

— ¿Mmm? — Harry se estremece sorprendido — Nada, solo el cielo —

Tom mira el dibujo — Lo estás haciendo genial. ¿Y qué es eso? —

— Solo una marca de lápiz — explica Harry — Solo practicando. Luego lo borraré —

— No lavar, se ve bien. Parecé un dibujo de ... ¿recuerdas, me mostraste en el álbum de Salvador Dalí? Con esos relojes derretidos, solo hazlo con los rectos — se rió Tom.

— Ese cuadro se llama "La persistencia de la memoria" — se ríe Harry — Y tendré "Inconstancia" —

Tom pone su brazo alrededor de los hombros de Harry y lo besa en la sien.

— Estás frío — dice preocupado — El suelo todavía está bastante fresco y ya está oscureciendo. ¿Vamos a la casa? —

— ¿Me mantendrás caliente? — Harry preguntó juguetonamente, y Tom siente que se le corta el aliento con repentina ternura.

— Te serviré una gran taza de chocolate caliente, te acostaré y te leeré un cuento antes de dormir — bromea Tom y se divierte al ver a Harry poner los ojos en blanco en respuesta.

***

Tom cumple su amenaza; envía a Harry a la ducha, tira su ropa en una silla, se pone ropa de casa y va a la cocina a preparar chocolate.

Harry, vestido con una bata cómoda, sale y ve algo que sobresale del bolsillo de los pantalones de Tom. Lo atraviesa una vaga alarma, pero aun así va y toma el objeto, que resulta ser un largo palo de madera tallado, con elementos redondeados convexos a igual distancia entre sí. La cosa parece muy vieja y causa un calor extraño y creciente en el pecho.

Se escucha el sonido de la porcelana rota. Harry voltea y ve a Tom, quien tenía su rostro oscuro, ojos peligrosos entrecerrados. Bajo los pies hay fragmentos de una taza y un charco de cacao.

— ¿Qué estás haciendo? sí puedo preguntar — gruñe, y Harry da un paso atrás, pensando rápidamente en una manera de arreglar la situación.

— ¡L- lo siento! No debería haber estado revisando tus bolsillos, pero casi se cae, y... — tartamudea — ¿Qué es esto? ¿Algo para el trabajo? Parece una varita mágica — muele lo primero que se le ocurre y en broma apunta el objeto a Tom, cortando el aire y, tonteando, exclamando — ¡Abracadabra! —

Tom extiende sus manos en forma de escudo y una fuerza desconocida tira a Harry al suelo. El golpe lo noquea, deja sin aliento, su vista empieza a oscurecer. El hombre arrebata la varita de las manos de Harry y pone la punta en la garganta del chico.

— ¿Quién soy? — sisea.

— Tom, ¿estás loco? — ¿De qué se trataba todo ahora? Harry intenta alejar su varita con las manos, pero recibe una sonora bofetada en la cara.

— Una vez más — dice Tom engañosamente calmado — ¿Quién soy? —

— Eres Tom Riddle. Médico. Mi médico y mi novio — aunque dudo de esto último, para ser honesto, acuñó Harry, mirando a los ojos del hombre — No sé nada más de ti. No te molestaste en advertirme que eres un maldito psicópata —

Harry siente una sensación extraña y opresiva en su cabeza, como una gran serpiente enroscada en ella.

— ¿Qué recuerdas de tu pasado? — nueva bofetada.

— ¡Maldita sea! Tuve un accidente con mis padres, murieron, sobreviví. Me mudé contigo. Eso es todo- ¡¿Qué demonios te pasa?! No debí haber tomado tus cosas, lo siento de nuevo, pero ¿qué tipo de interrogatorio es este? ¡Si recordara algo, serías el primero en saberlo! —

Tom exhala con satisfacción y la presión se alivia, tanto en la cabeza como en la garganta, de donde quitó la varita. Toma a Harry por la solapa de su túnica y lo pone de pie.

— Bueno. Aún no has traicionado mi confianza. Pero merecía un castigo, como parte de la prevención —

— ¡¿Qué?! — Harry empuja a Tom en el pecho — Déjame ir, quiero irme. No voy a escuchar estas tonterías —

Tom agarra a Harry por el cabello, quien, en un ataque de pánico, golpea ciegamente al hombre con los puños en todas las partes del cuerpo que tiene a mano, pero esto no parece causarle ninguna impresión. Tira fácilmente al joven sobre la cama, mete la cara en la colcha, haciéndole imposible respirar.

— Estoy muy enojado, amor — le susurra al oído a Harry — Prácticamente furioso — Piensa bien con qué te puede amenazar y, por tu bien, deja de ser caprichoso y sé un buen chico —

Después de esperar el momento en que Harry dejó de tambalearse y tratar de escapar, Tom levanta la cabeza por encima de la superficie de la cama. Harry toma aliento, y el hombre aprovecha el momento para torcer sus brazos detrás de su espalda y atándolo fuertemente con el cinturón de su propia túnica, arrancado de las presillas del cinturón.

Tom se aleja y alcanza una camiseta que quedó en el borde de la cama. Harry maldijo en voz alta y con buen gusto, rodando sobre su espalda y luchando por liberarse. Se escucha el sonido como rasgan la tela.

— Abre la boca — ordena Tom con calma.

Harry apretó los dientes convulsivamente. El hombre se pellizca la nariz con un suspiro y le aprieta las mejillas, presionando su mandíbula. Después de un tiempo, Harry se derrumba y cede. Aunque logra enganchar ligeramente los dedos de Tom con los dientes, su boca se llena de inmediato con un trozo de camiseta.

— ¿Por qué te gusta esto? — Tom dice con reproche — No te haré daño. Te amo —

El chico se ríe a través de la tela. Una lágrima corre por su mejilla, que Tom besa suavemente.

Hace rodar a Harry sobre su estómago y tira de las caderas de Harry hacia él. Él busca a tientas detrás de su espalda, susurra algo, y el tipo siente una humedad fresca entre sus nalgas. Los dedos penetran en el interior, suave pero persistentemente, masajeando y separando las paredes. Harry se aprieta, tratando de sacarlos de él, pero fue en vano. Después de un rato, algo ancho y suave toma el lugar de los dedos; Harry no quiere pensar en lo que podría ser. Sabe de la existencia de... juguetes especiales, pero no sabía que Tom los tenía. Pero ¿qué sabe él del hombre?

Tom se levanta de la cama, dejando a Harry solo con la sensación opresiva de un objeto extraño en su interior. Se acerca a la silla y hace crujir la tela.

— Lo estábamos haciendo tan bien, ¿por qué arruinas todo, Harry? — pregunta el hombre en voz baja, volviendo a la cama — Me hablas tan groseramente, peleas, tocas mis cosas sin preguntar... No puedo dejarlo sin consecuencias —

Con un silbido cortando el aire, un golpe mordaz del cinturón cae sobre las nalgas del tipo. Harry gritó incrédulo, la tela dejó pasar solo un leve zumbido.

— No quiero castigarte más de lo que lo hago ahora. Por lo tanto, espero que esta lección se fije en tu memoria poco confiable — El anillo de músculos se encoge alrededor del juguete, la penetración se vuelve mucho más sensible y profunda.

El cinturón se baja sobre las nalgas una vez más. La sensación de plenitud distrae el dolor y lo agudiza en el momento del impacto. Otro. Harry siente lágrimas corriendo por sus mejillas.

Tres caricias más, siete en total, y Tom se hundió en la cama junto a Harry, acariciando suavemente sus nalgas enrojecidas y adoloridas, cubriéndolas de besos.

— Te amo. Te amo mucho. Yo nunca te dejaré marchar —

Y por estas palabras, la situación se vuelve mucho más espeluznante que por todo lo que sucedió antes.

***

Sería demasiado bueno que todo terminara en una nalgada - Tom no dejó solo a Harry por mucho tiempo, primero follándolo, estirándolo como un juguete, y luego chupándolo vertiginosamente, obligándolo a terminar violentamente, a pesar de todo lo que pasó antes.

Lo ayudó a tomar una ducha, lo secó cuidadosamente, besó suavemente sus manos entumecidas, le deseó buenas noches, abrazó al chico, apoyó la cabeza en su hombro y se durmió como un bebé, como si nada hubiera pasado, dejando a Harry mirando fijamente el techo.

El tipo no armó un escándalo, no trató de escapar de la habitación, solo pensó mucho en lo mismo que sucedió mientras dibujaba el cielo durante una semana. Durante todo este tiempo, día tras día, las formas de las nubes que pasan nunca han cambiado.

Continuara ... 

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