Un regalo para ustedes
A continuación un adelanto especial de: El Dottore y la conejita. mi próximo fanfic de KiritoxSinon.
TEMER. esas son las siglas de Todo Es una Mierda, Escapa Rápido.
Y ahí estaba, el hombre al que todos solían llamar dottore. El miserable hombre cuya familia no lo quería ver ni en pintura. Aquel miserable hombre que de ser necesario mendigaría por un poco de amor y cariño.
Caminando por las mojadas calles de Tokio se encontraba Kazuto Kirigaya, el buen dottore egresado de medicina, (ya sé que en el anime estudia mecatrónica o su puta madre pero oye, es mi historia y me la violo cuando quiero :V), que estaba regresando a su casa.
La noche había caído más pronto de lo normal, todo se miraba tranquilo. Él estaba con su paraguas negro, sus zapatos lustrados estaban mojados algo que a Kazuto le disgustaba bastante.
-Tendré que lustrarlos de nuevo. –Suspiró melancólicamente.
Su familia no lo quería. Su hija Yui muchas veces no le prestaba ni la menor atención y él notaba perfectamente como la pequeña fingía interés cuando iba a desearle las buenas noches a su cuarto.
-Buenas noches pequeña, que descanses. –Decía todas las noches Kazuto de forma melancólica.
-Tú también papi. –La pequeña niña se esmeraba por que le saliera de forma convincente, sin embargo Kazuto siempre se daba cuenta.
-T-te quiero...por favor no se te olvide. –Kazuto le dio el beso de las buenas noches a Yui y camino hasta la puerta.
-Papá. -¿Esta noche ella le respondería a su cariño? –No olvides apagar la luz. –Parece que no.
Cuando apago el foco y cerró la puerta, ya no pudo más, se deslizó sobre la misma, Kazuto abrazo sus piernas y comenzó a llorar.
Su hija no lo quería.
Y algo no muy diferente pasaba con su mujer: Asuna.
-¿Cómo te fue en el trabajo? –Preguntó ella mientras leía un libro.
-Considero que bastante bien, ahora no hubo ningún problema. –Kazuto era un importante doctor en el hospital donde trabaja. –Asuna, ¿te puedo preguntar algo?
-Claro, pregúntame lo que sea.
-¿Tú me amas?
-Si Kazuto, te amo. –Asuna no despego los ojos del libro que estaba leyendo. Kazuto no era estúpido, él hablaba el lenguaje del mundo, (referencia a Paulo Coelho, pónganse a leer, pinches incultos >:v), y sabía que Asuna no lo amaba.
-Gracias...no olvides que yo también te amo...te amo mucho. –Su voz sonaba triste.
Asuna bajo el libro y miró a Kazuto directamente a los ojos.
-¿Te pasa algo?...¿enfermaste o algo así? –Asuna lo dijo con preocupación.
-No...¿debo estar enfermo para decirle a mi mujer que la quiero?
-No necesariamente...pero es que la manera en que lo dijiste...es como si te pasara algo.
Kazuto no sabía si decirle a Asuna que Yui no lo quería. Bueno, como decirle que él sabía perfectamente que ninguna de las dos lo quería.
-No me pasa nada, mujer, estoy perfectamente. –Kazuto se enojó por la poca sensibilidad de Asuna.
-¿De verdad quieres discutir por una causa tan estúpida?
-¡Si, si quiero!
Esa noche la pelea se había dado intensamente, incluso despertaron a Yui los gritos que el matrimonio fracasado pego.
Kazuto fue despertado de su recuerdo únicamente por qué pasó por la calle en donde un hombre estaba tocando jazz con un saxofón.
Le dio unas cuantas monedas y billetes envueltos al hombre el cual agradeció el gesto con una sonrisa.
En realidad le podía dar la cartera si quisiera, tenía otras 20 en casa. Cada una de ellas más cara que la anterior.
El dinero no era de la más mínima ni remota preocupación en la vida de Kazuto, el dottore era un hombre de dinero...razón por la cual se había casado con Asuna.
Al principio de la relación sí que se querían, pero eso había sido hace más de 12 años, (sip, aquí Kirito tiene 27 años :0), pero luego cuando Kazuto empezó a ganar buen dinero los padres de Asuna la casaron a la fuerza con él.
Ella estaba pensando en dejarlo desde hacía algunos meses, pero todo eso se tuvo que ir al caño ya que debía casarse con él a la fuerza.
Siguió caminando, está por llegar a su casa, le faltarían tal vez unos 10 minutos si mantenía el ritmo que llevaba.
Aunque iba rápido no es por que estuviera muerto de ganas por ver a su familia...solo era porque tenía frio.
Se sentía desdichado ya que el saber que tenía una familia que no lo esperaba lo hacía sentir triste.
No tenía a nadie en sí, ni siquiera un familiar que lo quisiera.
Tenía una hermana, Suguha, pero por una discusión que tuvieron en la adolescencia se dejaron de hablar.
Una razón más sentirse solo, nadie de su familia lo quería. Nadie de su familia lo esperaba.
Solo tenía a su amigo Eugene, solamente él era la persona que lo consolaba en los bares, cuando ahogaba su pena en vino.
Una palabra estaba rondando la cabeza de Kazuto, ya había estado ahí desde hace bastante tiempo. Esa palabra era "suicidio".
Estaba convencido en que nadie se daría cuenta, si el se arrogaba hacia los autos y moría ahí mismo, ni Asuna ni Yui lo notarían.
Inconscientemente acelero el paso de la rabia que le daba pensar en aquello.
Solo quería acabar ya con todo lo que le pasaba, que su sufrimiento y su desdén se fueran.
Si lo iba a hacer pensaba en que fuera rápido, sin mucho sufrimiento.
Arrogarse desde el último piso del edificio donde vivía, hacer que su Black Star tipo 54 se volviera una muy buena amiga suya.
Pero por alguna razón algo se lo impedía, sin importar que aquella palabra estuviera rondando su cabeza hasta el hostigamiento.
Había llegado más temprano de lo habitual, ese día estuvo muy tranquilo, por lo cual al no ser requerido Kazuto se fue a su casa con dos horas de anticipación.
Su casa era un departamento, uno grande y con una vista increíble hacia toda Tokio. ¿Cómo pedir más?
-Buenas noches dottore. –Lo saludó el portero.
-Buenas noches. –Respondió.
La recepción era muy grande, las paredes eran de mármol gris, el piso estaba cubierto por una afelpada alfombra roja y dorada.
El ascensor tenía dos plantas a cada lado, eran pequeñas palmas verdes que parecían listones.
Solo debía de subir 5 pisos, hasta la habitación 217. Ahí es donde nadie de su familia esperaba su llegada.
Por eso mismo cuando el ascensor llego al 5to piso sus pasos se volvieron más pesados, Kazuto no quería entrar a su propia casa ya que sabía que no lo iban a recibir.
De no ser porque el departamento estaba a su nombre, Kazuto estaba más que convencido de que Asuna lo hubiera echado hace mucho tiempo.
Exactamente por eso, abrió la puerta silenciosamente, si no querían que llegara, pues trataría de no evidenciarlo.
Estaba pensando si preguntar por Yui, pero no tendría caso ya que ella estaría más ocupada haciendo cualquier otra cosa.
Pero entonces ruidos extraños vinieron de su cuarto.
Conforme Kazuto se acercaba los sonidos se hacían más claros...eran gemidos.
Y no solo de mujer...sino o también de hombre.
-Oh, hija de puta. –Kazuto tomó con fuerza su paraguas, fue hecho una bestia a su cuarto, cuya puerta pateó.
Ahí estaban. Eran Asuna y un tipo que él jamás había visto en su vida.
-Y aquí esta Johnny. –Kazuto golpeó al tipo en la cara con el paraguas al tiempo que Asuna daba un grito de temor. –Solo esto me faltaba, ¡te das cuenta de lo que estás haciendo Asuna!
-Ka-kazuto, esto...esto...
-¡No digas nada, no tienes nada que decir!
El tipo, sangrante de la nariz se reincorporó, lo único que hizo fue escapar de la escena del crimen.
-¡Lo que si me vas a decir es quien ese maldito perro!
-¡¿Por qué tendría que decirte quién es?!
-¡¿No me vas a decir?!, ¡¿de verdad lo vas a defender después de lo que me hiciste?!
-¡no te diré porque no tengo por qué hacerlo!
-¿Yui sabía lo que estabas haciendo?, ¡¿Ella lo sabía?!
-No...ella está en casa de mi madre.
-Menos mal, porque es mejor que ella no escuche lo que tengo que decirte, ¡maldita puta arrastrada!
Asuna se levantó de la cama, únicamente tapándose con la sabanas, y le dio una cachetada a Kazuto.
-¡Hijo de puta, ¿al menos tienes la más remota idea de por qué hago esto?!
-No Asuna...no la tengo, por qué te creía, te creía cuando me dijiste que me amabas.
Kazuto no lo soportó más, se soltó a llorar.
Lo único que se le ocurrió fue salir del departamento, corrió hacia el elevador, y cuando este se cerró, Kazuto ya no estaba llorando, sino sollozando.
Pegaba gritos en el elevador mientras golpeaba las paredes de lo miserable que se sentía.
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esta sera una historia bastante obscura, es un fic ya un poco más fuerte que el anterior, (también me refiero sexualmente hablando), y trata de comunicar lo que vivimos actualmente: una sociedad sin valores y en una completa bancarrota moral.
la historia estará chida se los aseguro, (pues tiene mi sello de calida :v), solo que no saldrá Klein, ¿por que?, pues por que el vato no es un protagonista XDDDDDDDDD. ahora saldrá Eugene y publicare a partir del sábado 20...dos días después de que se acabe "enfermedad llamada amor" :'v
Diganme si les gusto este adelanto...y si no les gusta mejor no publico nada y arrogo este borrador al fuego :'v.
Hasta el jueves.
-Arturo.
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