Mizumono
-Hora de terminar este asunto. -Dijo Kirito.
Sin pensarlo dos veces tomo su moto y fue a la casa de Asuna para darle el golpe de gracia y dejarla sin excusas para mantener su "hermosa" relación.
Toco la puerta muchas veces pero no recibió respuesta alguna.
No fue hasta que Charles le abrió la puerta que recibió la respuesta que quería.
-Cha-charles, ¿esta Asuna? -Preguntó Kirito.
-En su cuarto, ¿quieres que le hable? -Respondió Charles.
-Por favor, Charles.
Charles le hablo a Asuna para que bajara, se estaba acariciando el vientre en espera de que el pequeño que ahí estaba naciera aunque faltara demasiado.
Cuando bajo encontró a Kirito y lo recibió de mala gana fingiendo desprecio por lo que le había dicho en la mañana.
-Oye Asuna, ya encontré una solución a lo nuestro, podemos seguir siendo amigos después de esto. -Dijo Kirito.
-¿He? ¿Sigues con eso? -Preguntó Asuna.
-Sí, es mi psiquiatra, nos puede ayudar a superar este capítulo y déjame decirte que él es muy bueno.
-¿Psiquiatra?, olvide por completo que ibas a uno.
-Por favor Asuna, nuestra relación está mal...ya no podemos continuar así.
Para su mala suerte, Asuna no había quedado embarazada de Klein cuando estuvieron juntos, así que solo le quedaba aceptar lo que Kirito le decía.
-Está bien...pero si el psiquiatra dice que lo mejor es estar juntos...¿Qué responderás tú?
-Respecto a eso...no lo había pensado.
Al día siguiente Lecter estaba acomodando algunas cosas en su escritorio, entre ellos varios dibujos y algunas partituras de piano.
Escucho el timbre de su consultorio, por lo cual fue a ver de quien trataba, según su próximo paciente llegaría dentro de hora y media.
-Buenos días, ¿tiene cita agendada? -Preguntó Lecter sin dejar de leer unos escritos.
-Doctor Hannibal, soy yo: Kazuto.
Lecter alzo la vista y miro a Kirito, que estaba acompañado con Asuna.
-Dile a tu compañera que espere allá afuera, sabes que las terapias son confidenciales.
-Doctor Lecter...soy Asuna, la novia de Kirito.
-Ah, una disculpa señorita, ¿qué tal esta? -Lecter le dio un beso en la mano a Asuna. -¿Usted es la famosa Asuna, Kirito me ha platicado mucho de usted.
-Prefiero no saber que sea...estoy segura que no es algo bueno.
-Lo que hablen de nosotros es algo muy relativo, usted puede tomarlo como algo malo, Kirigaya-Kun como algo malo y yo como algo neutral.
Ambos pasaron y sentaron en unos sillones viéndose frente a frente mientras que Lecter estaba en medio.
-Ahora sí, ¿acepto libremente a venir conmigo o la obligó Kirigaya-kun?
-Se puede decir que vine medianamente a la fuerza. -Respondió Asuna.
-Ahora le comentare lo que Kirigaya-kun me ha dicho sobre usted, por favor no se enoje ni se lo vaya a tomar a mal.
-Doctor Lecter creo que no es...
-Kirigaya-kun, debo escuchar las dos versiones, en su momento iré contigo.
Lecter le dijo todo lo que Kirito había contado en las terapias, el cómo era un fastidio y estaba obsesionada con él.
Asuna no se lo tomo a mal.
-Kirito, ¡sabes perfectamente que nuestra relación no tiene falló alguno, por eso mismo me dijiste que te casarías conmigo!
-¡Asuna, te mentí, te mentí porque no quería terminar mal contigo, eres posesiva y muy obsesiva, déjame en paz!
-¡Me ilusionaste, por eso mismo cumplirás tu palabra!
-¡Señorita Yukki, Kirigaya-kun! Ya basta de este escándalo, ambos están mal, muy, muy mal.
Ambos se quedaron confundidos ante tal afirmación de Lecter.
-Empecemos contigo, Kirigaya-kun, le juraste casi con tu vida que te casarías con ella, comprendo que ya no quieras estar con Asuna pero esas palabras se escogen con cuidado.
Kirito se encogió de hombros.
-Te lo dije, ¡debiste saber que yo tenía la razón!
-Y en cuanto a usted, señorita Yukki. Debe saber que en una relación hay límites, no se pueden imponer nada, hay una línea muy delgada entre amor y obsesión. Kirigaya-Kun no es un objeto, por lo cual no le pertenece como para decir que se quedara con él.
Asuna se quedó callada.
-Ambos cometieron faltas muy graves en su relación, señorita Yukki, no sé dónde saca la idea de que su relación con él es perfecta...deben terminar por el bienestar de ambas partes.
-Doctor Lecter por favor no diga eso. -Imploró Asuna.
-Es mi veredicto final. Kirigaya, retírate por favor.
-¿Doctor?
-Retírate, tengo que hablar en privado con Asuna, por favor no espíes la conversación ya que me daré cuenta si lo haces.
Kirito se levantó del sillón y se retiró como se lo pidió Lecter.
-¿Qué quiere hablar conmigo, Doctor?
-No te enojes por la decisión que tome, es lo mejor para ambos. No sé si tenga algún otro pretendiente o algo así.
-Si lo tengo...pero Doctor yo estoy loca por él.
-Yo también estoy loco por Kirigaya-kun.
-Doctor...
-Te confesare algo que solamente yo se...la verdad es que hace tiempo que estoy...estoy enamorado de Kazuto Kirigaya, pero él no es homosexual, de verdad te digo que de la misma manera que ambos amamos a Kirigaya-kun el ama a Sinon...y eso es algo que seguramente ni el tiempo podrá cambiar.
-¿Qué quiere decir con todo esto?
-Sinon lo enamoro sin querer...si mal no recuerdo lo que me contó Kirigaya-kun, por eso mismo tú debes volver a enamorarlo de igual forma.
-Gracias Doctor Lecter, le agradezco el consejo...tratare de hacerlo.
Lecter fue hasta la puerta y vio que Kirito estaba sentado lejos de la puerta, no había escuchado palabra alguna.
Lecter le pidió a Kirito que pasara al consultorio con un ademán. El solo se levantó y fue hasta el consultorio.
-Hasta aquí queda la sesión de hoy. Ojala les haya servido, mi veredicto es inapelable, pero la decisión la tomaran ustedes.
-Asuna...¿Qué dices?
-El doctor Lecter tiene razón...mejor terminamos por la paz.
Ambos se abrazaron para demostrar que no había rencores por lo que había pasado en esos meses.
Pero Lecter no estaba del todo contento.
Se sentía con ganas de hacer un banquete...uno muy grande exclusivamente para él y Kirito.
-Y dígame doctor Lecter, ¿Qué está cocinando? -Preguntó Asuna, la cual estaba sentada en la cocina del monstruo.
Él la había secuestrado sin que nadie se diera cuenta, pero no era la única invitada al banquete.
-Si Doctor...¿Qué está cocinando? -Preguntó Sinon, que estaba sentada en otra parte de la mesa.
-Shh, damas no pregunten, por favor. Eso arruina la sorpresa
Durante todo el día, Kirito había llamado a Sinon, ya estaba comenzando a entrar en pánico de pensar que algo le había pasado.
-¿Dónde está?...no me dijo que saldría a ningún lado...¿Dónde está, por Dios?
Lecter había puesto la 9na sinfonía de Beethoven en su cuarto movimiento mientras cocinaba la pierna de Asuna y el hígado de Sinon.
-Invitare pronto a Kazuto, por ello no se preocupen chicas.
-Que considerado de su parte, doctor Lecter. -Expresó Asuna.
-Huele delicioso...¿sabe una cosa doctor?...nunca pensé que usted fuera un caníbal. -Dijo Sinon.
-Todo empezó por venganza...me comí las mejillas de las personas que se devoraron a mi hermana menor.
-¿Cómo se llamaba su hermana, Doctor? -Preguntó Asuna.
-Mischa...es el nombre más hermoso del mundo.
-Doctor Lecter, usted no es de Japón, ¿de qué charco salió entonces? -Preguntó Asuna.
-Lituania. Soy el Conde Hannibal Lecter VIII, ¿un lindo apodo no es así?
-Exacto...¿Por qué vino a Japón siendo un conde? -Cuestionó Sinon.
-Es verdad Doctor, cuéntenos.
-Bueno, conde VIII suena mejor que mi último apodo, "Hannibal el caníbal". Vine aquí ya que no me conocen, en estados unidos soy muy buscado, en Italia me buscan como "Dottore Fell", además mi tía es japonesa, me gustaba mucho: Lady Murasaki. era su hermoso nombre.
-¿Y qué paso con su tía?
-Ella no sabe que estoy aquí, además vive en Francia...la cena esta lista.
A Asuna le tocaría comer chuleta de hígado a la Sinon. A Sinon le tocaría comer pierna de Asuna a las brasas.
Lecter sirvió el vino en copas y las repartió entre la mesa.
-¿Por qué brindaremos, Doctor Lecter? -Preguntó Sinon.
-Por nuestro amor mutuo por Kirigaya-kun. -Los tres chocaron copas.
-Solo les recuerdo a ambos que él está enamorado de mi nada más. -Recordó Sinon.
-No te preocupes, así como las estoy convenciendo a ustedes que se coman entre si...puedo convencer a Kirigaya-kun de que me ame para siempre.
-Maldita sea Sinon, parece que Lecter tiene las de ganar. -Dijo Asuna.
-En cuanto me vea, Kirito me va a salvar como acostumbra.
-Dejémonos de discusiones tontas y comencemos a cenar, no estuve gran parte de la noche en la cocina para nada. -Regañó Lecter.
Asuna y Sinon se miraron, no sabían que hacer.
-Adelante coman, háganlo con confianza, están en su casa.
Ambas se llevaron los cubiertos con un pedazo de comida entre ellos, lentamente lo pusieron en su boca y comenzaron a masticar.
-Doctor Lecter...sabe increíble, probar a Asuna es como probar un trozo de cielo.
-Lo mismo te digo, Sinon...el doctor Lecter te cocino de maravilla.
-Lo sé, por eso tengo mejor sabor que tú. -Presumió Sinon.
-Quisieras, te apuesto a que yo tengo mejor sabor.
Lecter las miró retadoramente.
Primero empezaría por Sinon, tomó un trozo de su hígado y se lo puso en la boca, luego continuó con Asuna.
-Masquen de manera lenta, así se libera mejor el sabor.
-Pues...Asuna debo reconocer que tienes mejor sabor que yo.
-Gracias Sinon, pero tú no quedas atrás.
Lecter solo sonreía de lo más natural mientras daba un trago a su vino.
-Llamare al invitado de honor.
-Hannibal no es tiempo para cenas. -Dijo Kirito con evidencia molestia.
-Pero ellas dos están aquí cenando conmigo, te estamos esperando.
-Doctor...¿Qué hacen ellas dos en su casa?
-Cenando, ya te lo dije, ven a mi casa, te estamos esperando.
Kirito tenía un mal presentimiento de lo que pasaría, algo estaba mal en todo esto pero la única manera de saber que estaba mal era ir a revisar.
Cuando toco la puerta, Lecter fue a recibirlo.
-Buenas noches, Kirigaya-kun, pasa, te estábamos esperando.
-Buenas noches doctor Lecter...¿Por qué no me dijo que las invitaría?
-Era una sorpresa para ti, he planeado esta cena por tanto tiempo, de verdad no sabes lo mucho que me agrada.
La casa de Lecter no era muy distinta a su consultorio, las paredes tenían un hermoso tapiz además de que había muchos libros y una alfombra de color rojo que se veía bastante cara.
-Algo huele delicioso. -Exclamó Kirito mientras se le hacía agua la boca.
-Lo sé, cocine especialmente para ti, iré a mi estudio por algunas cosas, ve a la cocina en lo mientras.
Kirito camino lentamente por la casa de Hannibal hasta llegar a la cocina, donde vio sentadas a Sinon y a Asuna.
Pero algo estaba mal con ellas dos, se veían pálidas de la cara.
-Hola cariño, siempre te gusto tocar mi abdomen, ¿cierto?
-¿Por qué preguntas eso ahora, Sinon?
Kirito se dio cuenta de que a Asuna le faltaba una pierna, en ese momento empezó a sentir mucho miedo.
-¿Qué le paso a tu pierna, Asuna?
-Es un secreto que el doctor Lecter te dirá enseguida.
-Kirito, mira mi abdomen, por favor. -Al levantarse la playera, Sinon tenía una cortada reciente cosida con un hilo especial. -¿Te gusta más así?
-Por Dios, ¿Qué les hizo Lecter?, llamare a la policía, tenemos que salir de aquí.
Kirito sintió que algo lo tomaba por el cuello, y después sintió un piquete en la nuca.
-Tu no vas a ninguna parte Kirigaya-kun, esta es una cena en tu honor.
El cuerpo le pesaba a Kirito, trataba de levantarse pero no lo lograba, quería reincorporarse pero no podía.
Lecter lo sentó en uno de los extremos de la mesa, donde todos lo pudieran ver.
-Prueba la comida, te va a encantar.
-Doctor Lecter, me siento muy cansado.
-Come y repondrás fuerzas, ¿no es así chicas?
-Te gustara, ya has probado ambos platillos.
-Sí, los has probado muchas veces.
-Pero Suguha...Suguha no sabe cocinar este tipo de platos. -Kirito se estaba quedando dormido.
Lecter le llevo el tenedor a la boca para que probara la pierna y el hígado.
-Están...están muy buenos.
-¿Cuál te gustó más? -Preguntó Sinon, ansiosa.
-Me gustaron por igual, ninguno es mejor que el otro...por cierto, ¿Qué es?
-Una es mi pierna.
-Y el otro es mi hígado, eso fue lo que nos hizo Lecter.
Kirito sintió muchas ganas de vomitar, le daba asco pensar que se había comido partes del cuerpo de su novia y de su ex.
-Ahora sigues tú, hare de ti lo mejor del mundo.
-Doctor Lecter...¿Qué quiere decir con eso?
Pasaron algunos días, Asuna y Sinon paseaban por la gran casa de Lecter, leían algunos de sus libros pero estaban deseosas de la gran cena que él les habría prometido.
La gran noche había llegado, toda la mesa estaba lista, tanto Sinon como Asuna había ayudado al arreglar todo, Hannibal se encargaría exclusivamente de la comida.
Toda la mesa estaba llena de manjares, desde lo que parecía ser pierna, pulmones, hígado y riñones, todos servidos en un gran plato.
-Por nuestro amor a Kirigaya-kun. -Exclamó Lecter mientras sostenía la copa en la mano.
-Por nuestro amor a Kirigaya-kun.
Él estaba representado únicamente por su ropa, la cual estaba acomodada en la silla donde lo habían desmayado la última vez.
-Bon appetit. -Aquella noche Sinon, Asuna y Hannibal Lecter...se comerían hasta lo último que quedara de Kirito.
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Pues bueno los finales no tienen una fecha especial para su publicación así que pueden tardar un día o incluso dos semanas en subirse xd
¿Hacemos un preguntas y respuestas para celebrar que casi acabamos el libro?
Pueden preguntarme lo que sea no solamente del libro :v
Nos vemos en un tiempo indefinido :v
-Arturo
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