
Capítulo tres
-¡¡¡Sinon!!! –Grito un extraño mientras un destello negro cortaba la garganta del orco el cual se desvaneció de inmediato.
Aquel destello negro era Kirito que había volado a toda velocidad al ver a su amiga indefensa y a punto de ser atacada.
-¿Ki-Kirito? –Pregunto ella confundida. –No se suponía que tú.
Kirito se puso delante de Sinon para protegerla de los orcos que la amenazaban.
-Yo me encargos de ellos, ¡tú corre! –Grito él.
-Pero.
-¡Pero nada, escapa, no dejare que ellos te hagan algo!
Los ojos de Sinon se llenaron con un enorme brillo. Su caballero negro había llegado de nuevo para salvarla del peligro.
Ella corrió con sus amigos mientras miraba para atrás viendo a Kirito peleando ferozmente con los orcos.
-¡No dejare que mis pesadillas se hagan realidad, ni a Klein, ni a Sinon, ni a nadie lastimaran mientras yo esté aquí!
Kirito protegió a Sinon ya que no quería fracasar en salvar a un amigo dentro y fuera de sus sueños. Esa es la razón por la que había regresado.
-¡Ayúdenme, Kirito está peleando solo!
-¡¿Kirito?! –Se preguntaron todos.
-¡Yo me hago cargo! –Dijo Klein masculinamente para impresionar a las chicas.
Pero no sirvió de nada.
-¡Ve rápido Klein, rápido por favor! –Exclamo Sinon.
Al escuchar a Sinon suplicar por su ayuda, Klein dejo de fanfarronear y fue corriendo a ayudar a Kirito.
El luchaba con todas sus fuerzas, pero corte tras corte, golpe tras golpe y ataque tras ataque él se cansaba.
Los orcos lo estaban doblegándolo.
-¡De rodillas! –Los orcos lo sujetaron y lo arrodillaron.
-¡Acabemos con él!
El capitán de los orcos desenvaino una enorme cimitarra con la cual acaricio el cuello de Kirito.
-¡Muere!
Antes de que lo decapitaran, una flecha atravesó la cabeza del orco reduciéndolo a pixeles.
-¡Yo te salvo! –Klein llego haciendo un enorme desorden entre los orcos. No mataba a ninguno, pero le daba tiempo a que Kirito se recuperara.
-Yo los distraigo, tu cúrate rápido.
-Gracias Klein. –Dijo Kirito mientras destapaba una poción de vida y se la tomaba.
-¡Vengan porquerías, vengan con papá!
Klein solo esquivaba o bloqueaba los ataques de los orcos, pero no mataba a ninguno.
-¡¿Qué haces Klein?, acaba con ellos! –Regaño Kirito
-¡Date prisa, quiero que compitamos haber quien mata más orcos!
-¿competencia?, ¡Esta bien!
Kirito se terminó de curar y entonces fue con Klein el cual choco espada con un orco.
-¿Listo? –Pregunto Klein.
-Te apuesto 3000 yenes a que mato más que tú. –Presumió Kirito.
-¡¿3000 pavos?!, ¡Venga! –Grito Klein mientras pateaba al orco con el que choco espadas, ambos cargaron contra los orcos.
-4...5...6. –Klein llevaba la cuenta de los que mataba.
Sinon estaba observando lo que sucedía hasta que de nueva cuenta un orco se trató de pasar de listo con ella.
El orco la tomó de la cola para que no escapara y apunto con su cimitarra a la cabeza de Sinon.
Kirito se percató de esto y fue volando para enterrar su espada en el corazón del orco.
-Despierta bella durmiente, no estaré un día de estos para protegerte.
Kirito se fue volando de regreso a la batalla mientras Sinon se caía sobre sí misma.
-¿Bella...durmiente?, ¿Bella? –Se cuestionó Sinon.
Ágil llego para poner a Sinon en un lugar seguro mientras los dos chicos aun peleaban con los orcos.
-24...25...26.
26 fue la cuenta final de Klein.
Asuna y Silica llegaron para apoyar a Sinon en el suelo. Ella estaba en un ligero estado de shock.
Klein estaba sentado fumando su pipa.
-Y dime Kirito, ¿Cuántos mataste? –Pregunto Klein.
-24 orcos, será mejor que vayas preparando tu cartera. –Respondió Kirito.
-Yo mate a 26 orcos. –Dijo Klein orgulloso de sí mismo.
-Solo por dos, no te hagas muchas ilusiones.
-Bueno, me debes 3000 yenes amigo, acepto cheques, las monedas me pesan. –Presumió Klein.
-Bastardo. –Kirito golpeo el brazo de Klein por el enojo.
-Jajaja, lo que más me divierte es que tu hiciste la apuesta.
-Fue porque tuve que ayudar a Sinon, tú ni te hubieras dado cuenta de ello.
-Ya deja de buscar excusas, págame.
-Idiota. –Kirito arrugo la cara del enojo que tenía.
Sinon había sido rescatada dos veces por Kirito el cual había luchado hasta el borde de la locura por defenderla.
-¿Sera que le preocupo tanto? –Se cuestionó Sinon en sus pensamientos.
A Sinon le gustaba mucho los cuentos de hadas en donde el caballero enamorado hacia hasta lo imposible para rescatar a la princesa cuyo corazón quería conquistar. Kirito era el caballero que ella deseaba que la rescatara, que la hiciera sentir protegida.
Y ese sueño se le iba a cumplir.
Kirito fue con Sinon la cual aún estaba intranquila mirando al piso por lo que le había pasado.
-¿Estas bien? –Pregunto Kirito.
Sinon no respondió al instante, solo levanto lentamente la cabeza para estar frente a frente con Kirito.
Ella lo abrazo de inmediato sujetándolo fuertemente que parecía que lo quería aplastar.
Asuna miro eso con malos ojos, pero se calmaría por lo que Sinon diría.
-Estaba muy asustada...recordé cuando ya sabes quién me trato de...
-Shh, no digas eso, ve con las chicas, ellas te harán sentir mejor.
Sinon no había soltado a Kirito, lo seguía abrazando fuerte mientras él escuchaba los latidos fuertes y rápidos de Sinon.
Eso hizo que Kirito correspondiera el abrazo para calmarla más rápido.
Asuna no estaba celosa, era evidente que Sinon estaría muy asustada después de recordar al hombre que trato de matarla. Por eso es que ella lo entendía perfectamente.
Sinon sentía los brazos de Kirito en su espalda. Para ella eso era como si fuera abrigada con una manta que la protegería de todo peligro.
Después de que se le paso el susto se separó de Kirito y quedaron frente a frente de nuevo. Estaban tan cerca que ambos podían escuchar la respiración del otro.
Ella solo miraba a los ojos de Kirito los cuales le decían con un gran resplandor: "todo estará bien mientras estés conmigo".
Después de ver sus ojos unos segundos, bajo su mirada hasta que vio sus labios.
Sinon solo deseaba robarle un beso ahí mismo a Kirito, lo deseaba con tanta desesperación que podía sentir como si se quemara por dentro.
-He Sinon, ¿ya te sientes mejor? –Pregunto Kirito sacándola de sus deseos.
-¿Ha?, ¡He! –Sinon se dio cuenta de lo que estaba pasando. Kirito abrazándola, mirándola directamente...su sueño se había cumplido excepto por una cosa.
Que ellos no eran novios ni mucho menos.
Sinon reacciono de modo tan violento que le dio una cachetada a Kirito.
-¡Idiota, ¿Qué tratabas de hacer?! –Exclamo Sinon llena de furia.
Asuna, Ágil, Liz, Silica, Sugu y Klein miraron desconcertados.
-Ella abrazo a Kirito, ¿y luego le pregunta que trataba de hacer? –Se cuestionó Klein.
Sinon se dio la vuelta para ocultar su vergüenza y su cara sonrojada.
Sinon en el fondo si estaba enojada...pero consigo misma ya que nunca había tenido el valor de decirle a Kirito lo que ella sentía.
-¿Pero qué carajo? –Dijo Kirito confundido mientras se tallaba la mejilla del golpe que le dio Sinon.
-¡Como sea, apurémonos para terminar la maldita misión y ya no tener que verte! –Menciono Sinon.
-Es-está bien. –Dijo Kirito mientras aún se tallaba la mejilla.
-El coliseo es un circulo, ¿Qué tal si nos separamos para encontrar el tesoro más rápido? –Propuso Liz.
-Buena idea, Yo iré con Ágil, Silica y Liz –Dijo Asuna.
-¿Entonces eso quiere decir que yo iré con Kirito, Leafa, (Suguha) y Sinon? -Pregunto Klein.
-Así es Klein, trata de que Kirito y Sinon no se peleen. –Pidió una sonriente Asuna.
-Yo voy contigo Asuna, no quiero estar en el mismo equipo que Kirito. –Pido Sinon. –Además no tiene nadie que los ayude a larga distancia.
-Para eso estoy yo. –Exclamo alegremente la pequeña Yui que salía del bolso de su madre.
-¿De verdad tengo que ir? –Cuestiono Sinon nuevamente.
-No te preocupes, si Onii-chan trata de hacerte algo se las verá conmigo y Klein. ¡¿Verdad Klein?! –Grito Leafa a Klein que estaba distraído jugando con su cabello.
-¡¿he?!, ¡Sí así es, si este pillo se trata de pasar de listo le avisare a Asuna de inmediato para que lo reprenda! –Exclamo Klein mientras se llevaba la mano al pecho.
-No te preocupes Sinon, dudo mucho que Kirito se trate de pasar de la raya. –Tranquilizo Asuna.
-(Suspira) Si así lo dicen. ¡Oye, pervertido! –Exclamo Sinon.
-¿Me estás hablando a mí? –Pregunto Kirito mientras se apuntaba con el dedo.
-Sí, te estoy hablando a ti, Travis Bickle de cuarta. Haces algo y te meteré una flecha por el trasero. –Amenazó Sinon.
-Está bien. –Dijo Kirito torciendo los ojos.
-En marcha, ¡quien encuentre el tesoro primero se lo queda! –Grito Klein mientras corría a toda velocidad.
-¡Ese oro será mío, ya lo puedo oler desde aquí! –Dijo Liz mientras corría a buscar el tesoro.
-No puedo creer que sean tan avaros, espero que tu no lo seas Sinon. –Menciono Kirito.
-¿Por quién me tomas? –Pregunto Sinon.
Después de unos minutos de buscar el tesoro Klein finalmente lo vio entre dos pilares.
-¡Oh si, ahí está mi precioso! –Exclamo Klein lleno de alegría.
-Espera Klein, puede haber una trampa o algo así. –Precavió Kirito.
-Tonterías, no hay nada que temer. –Dijo Klein.
Klein piso una celda que activo una alarma. ¿Qué hacia esta alarma? Llamaba a la defensa a un golem de piedra.
-Tenías que ser Klein. –Dijo Kirito mientras se llevaba la mano a la cara.
-Ups, perdón. –Se disculpó Klein torpemente.
-Sin duda alguna eres el tonto más grande que conozco.
Kirito Y Klein sacaron sus espadas.
-Sugu, Sinon, quédense en la retaguardia, nosotros nos encargamos del golem.
-Tiene una enorme resistencia física, será difícil de vencer. –Advirtió Leafa.
-No lo creo, solo tengo que hacer esto. –Sinon convirtió un frasco de magia en una flecha con la cual atravesó al Golem matándolo de inmediato. –Fácil, ahora vamos por el oro.
Kirito y Klein tenían la boca abierta de la impresión.
-Cierra la boca, bribón, te ves mal. –Le reprendió Sinon a Kirito.
-Pe-perdón. -se disculpó kirito.
Klein fue corriendo hacia el tesoro para abrirlo y ver una ingente cantidad de oro, plata y joyas. Estaba al borde de las lágrimas.
En la mente de Klein sonaba "We are the Champions" metiendo sus manos en el tesoro mientras se le resbalaban monedas de tantas que eran.
Pero Sinon cerro el cofre interrumpiendo el momento de gloria de Klein.
-Mío. Yo hice el trabajo, yo me lo quedo. –Dijo Sinon con frialdad y seriedad.
-Pe-pero. –Klein de estar al borde de las lágrimas de la felicidad ahora estaba al borde de las lágrimas...pero esta vez de tristeza.
-Nada de peros, me quedo con un 40 % del tesoro y ustedes se reparten lo demás.
-Que no era avara, ja. –Se burló Kirito.
Sinon movió una de sus orejas tomado su arco y una flecha para dispararle en el hombro a Kirito.
-¡Au, ¿y eso por qué?!
-Porque ya me tenías harta.
-¡Onii-chan!
Leafa trataba de sacar la flecha lentamente, pero eso hacía que Kirito gritara más.
-Nos vemos en la cabaña. –Sinon se llevó el cofre y usando un cristal de salto se fue a la cabaña.
-Mi precioso...mi precioso. –Klein lloraba de lo cerca pero tan lejos que había estado de aquel tesoro.
Una vez en la cabaña, Sinon encontró una corona de oro y joyas la cual se colocó en la cabeza a modo de presumir si victoria.
También encontró una botella de vino que se veía muy antigua así que tomo una de las copas del juego de copas de oro que estaba en el cofre y se sirvió un trago.
-Dulce. –Pensó Sinon. –Demasiado para mi gusto.
Sinon solo recostó en el sillón grande de la sala mientras aun bebía de su copa.
-"Despierta bella durmiente" .-Sinon recordó lo que Kirito le dijo provocando que se atragantara con el vino.
-¿Qué quiso decir con eso?...¿le parezco bella?, ¿o solo lo habrá dicho como metáfora?
Sinon no se sacaba esa idea de la cabeza hasta que Liz llego.
-Hola Liz. –Saludo Sinon.
-¡Tu, desgraciada traidora! –Exclamo Liz llena de furia.
Inmediatamente después de que Liz dijo eso, Sinon abrió los ojos mientras ágil llegaba detrás de ella.
-¡¿Cómo que te vas a quedar con él 40%?!
Liz corrió hasta Sinon para comenzar a asfixiarla. Pero Ágil separo a Liz del cuello de Sinon la cual tosía y se tallaba el cuello.
-¡Cálmate Liz, es lo justo! –Trato de calmar Ágil.
-¡Nada, si alguien se quedara con ese dinero he de ser yo! –Siguió insistiendo Liz mientras tratada de alcanzar el cuello de Sinon.
Los demás llegaron y también sujetaron a Liz para que no tratara de asfixiar a Sinon.
-¡Cálmate, no hagas nada de lo que te puedas arrepentir! –Grito Asuna.
-¡No importa, es solo un maldito juego, den gracias que no lo intentare en la vida real! –Exclamo Liz.
-Maldición, ¡cálmense de una vez por todas, Sinon se queda con el 40% porque ella mato al guardia del tesoro así que es lo justo! –Grito Kirito provocando un silencio abrumador.
Y ahí estaba nuevamente el caballero de Sinon protegiéndola de todo peligro.
-¡¿Quedo claro Liz?! –Kirito miro a Liz con ojos que derretirían hielo de la furia con la que miraban.
-Es-está bien Ki-Kirito. –Dijo Liz calmadamente.
-¡Eso es lo que quería escuchar! –Sentencio Kirito.
Que día había tendió Sinon, su caballero la había protegido tres veces, tres veces que recordaría con tanto anhelo.
Sinon solo recordaba a Kirito peleando por ella, para protegerla.
Sinon se sonrojo y se apeno tapándose la cara con su almohada mientras pateaba su sabana de la emoción.
Pero, ella lo había golpeado ¿eso habrá molestado a su caballero?
Ella sabía que había hecho lo correcto, no podía demostrar sus sentimientos por nada del mundo ya que afectaría su relación con Kirito.
Si se había molestado o no sería un pretexto para poder hablar con él nuevamente.
-Si te gusta, ¿verdad niña fastidiosa? –Pensó para sí misma.
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Que paso mis niños?
Aquí ya comienza el kinon en su máximo esplendor
Sólo es una probadita de lo romántica que será la historia
Nos vemos en una semana.
-Arturo
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