Capítulo once
Klein, Kirito y Ágil estaban en el bar disfrutando de unas copas, pero ya era de ir al meollo del asunto.
-Muy bien, ¿dices que quieres un consejo?, ¿Cuál quieres? –Pregunto Klein un poco impaciente.
-Necesito que me enseñen a ser un caballero, un hombre fino y de modales exquisitos, básicamente algo que haría que Sinon se derritiera por mí. –Dijo Kirito sin mayor rodeo.
-Depende mucho de a qué lugar la vayas a llevar, los consejos pueden variar según el lugar. –Explicó Ágil.
-Quizá a una cena romántica, ya saben, un restaure fino, de esos que regalan mentas en el baño. -Dijo Kirito.
-¡Ah, ¿entonces es eso?! creo que Ágil y yo te podemos dar unos buenos consejos.
-¡Por favor, se los pido de corazón! –Dijo Kirito lleno de desesperación.
-Calma Kirito, solo confía en los adultos, todo saldrá como lo planeas si sigues estos consejos.
-¡Muy bien Ágil, hagamos del niño un adulto!
-¡¿He?!
-¡Hagamos de Kirito todo un caballero!
Ágil y Klein se llevaron a Kirito al baño para se pusiera un smoking, que, aunque le quedaba grande no había de otra.
¿Cómo lo ves? –Pregunto Klein.
-Se ve bien, pero debemos ajustarlo a su medida. Respondió Ágil.
El smoking le quedaba tan grande a Kirito que hasta le cubría las manos, esto era porque el smoking era de Klein.
-¡Oye, pero ese es mío! –Se quejó Klein.
-Te comprare otro en cuanto pueda, debes de entender que tenemos solo dos días para que esto funcione. –Tranquilizo Kirito.
-Está bien, ¡pero lo quiero en el menor tiempo posible!
-Hecho, pero ahora vayamos con los consejos, (Van a la barra).
-Primero que nada, la copa siempre se sujeta por el tallo, nunca por el balón del mismo. –Explicó Ágil poniendo el ejemplo con una de las copas de su barra.
-¿Y eso por qué? –Pregunto Kirito.
-En realidad no es por mero formalismo, tiene su sentido, es para que el vino no se caliente. –Respondió Klein.
-Está bien, he visto en algunas películas que huelen el vino antes de tomarlo, ¿eso para qué?
-Para que te impregnes de su aroma y sabor antes de llevarlo al paladar, así puedes saber si te gustara o no. –Explicó Ágil.
-Muy bien, entiendo, ¿y para que se mueve?
-Para oxigenarlo.
-¡Pero no lo vayas a agitar demasiado o te verías como un idiota!
-¡Gracias por el consejo Klein!
-Ahora lo siguiente, el cigarro, hay pocos lugares donde se puede fumar, pero si lo vas a hacer debes saber cómo se hace. –Dijo Ágil.
-Solo fumo en pipa, deben de enseñarme como.
-El cigarro se toma entre el puente de los dedos índice y medio, nunca se toma con la yema de los dedos, eso es exclusivo de las mujeres, y no queremos que quedes como un afeminado.
-Está bien, entonces llevare un encendedor también.
-Observación: lleva un buen encendedor. No queremos que la señorita se esfuerce para sacar su encendedor del bolso. Además de verte caballeroso te verás más atento. –Explicó Ágil.
-¿Algo más que deba saber?
-Siempre pregunta donde quiere sentarse.
-Está bien Klein, ¿otro consejo?
-Una vez que decidan que van a pedir, pide por ella, no importa lo tonto que se vea, ¡pero pide por ella!
-Gracias Ágil, ¿Qué más, que más?
-Supongo que eso es todo, ¡ahora ve por ella tigre!, (Klein le da un golpe en la espalda a Kirito).
-¡Oye, ¿Qué te pasa?! –Exclamo Kirito.
-Seguramente te pondrás nervioso por ser tu primera cita a escondidas con Sinon...en realidad ahora que lo pienso no deberíamos estar haciendo esto, pero bueno, ¡todo sea en nombre de la amistad!
-Gracias chicos, ya saben, si Asuna pregunta fuimos a los bolos.
-Considéralo hecho Kirito.
Al fin había llegado el tan ansiado día donde Kirito saldría a cenar con Sinon, había practicado mucho lo que iba a decir, Suguha se había percatado de ello y no dejaba de preguntarse qué le pasaba a Kirito, ¿Por qué estaba actuando tan extraño últimamente?
Suguha estaba bajando las escaleras. Eran las 10 de la noche, pero le había dado sed y había bajado por un vaso de agua, cuando vio a Kirito ir a hurtadillas hacia la puerta.
-Onii-Chan, ¿A dónde vas tan arreglado?
-Maldita sea, ya me descubrió. –Pensó Kirito. –Voy a los bolos. –Respondió nerviosamente.
-¿A los bolos?, ¿así vestido? –Pregunto Suguha mientras lo miraba llena de inseguridad. -¿Seguro que iras a los bolos?
-Tarde o temprano lo iba a descubrir, será mejor decírselo ahora. –Pensó para sí mismo Kirito. –En realidad no, iré a una cena con Sinon.
-¿Y Asuna lo sabe?
-No...no lo sabe.
-¿Y qué iras a una cena con Sinon en secreto?, espero que mis sospechas no sean verdad.
-También me di cuenta que lo notaste, estaba actuando muy extraño estos últimos días.
-Sí, ¿ya dejaste de amar a Asuna?
-...
-No digas nada, ese silencio me lo confirma, siéntate Onii-Chan.
Suguha tomo la mano de Kirito y lo encamino hacia la sala, donde ambos se sentarían a platicar.
-¿Tienes algo que decirme respecto a esto? –Pregunto Suguha
-No...
-¿Se lo piensas decir a Asuna?
-No...
Kirito estaba seguro que Suguha estaba muy decepcionada de él.
-¿Desde cuándo te gusta Sinon?
-Tal vez desde hace unas semanas...realmente no lo sé.
-Solo hazme un favor...no engañes a Asuna, ella tiene un corazón blando, si vas a ir con Sinon al menos ten el valor de no engañar más tiempo a Asuna.
-Sí...
Las palabras de Suguha golpeaban a Kirito muy fuerte, él no podía creer que ella le dijera algo así.
-Disfruta de tu cita, regresa a casa no muy tarde por favor y si no vas a llegar dime de una vez.
-Llegare, no te preocupes por mí, deja la luz encendida, te lo prometo.
-Está bien Kazuto, luego me cuentas que tal te fue, suerte con Sinon.
Kirito estaba sorprendido del repentino cambio de actitud de Suguha, pero al final se dio cuenta que en verdad su curiosidad superaba la decepción que sentía por su hermano.
-"Las mujeres son extrañas, espero que Sinon no sea así ". –Pensó Kirito.
Kirito salió de su casa y se subió a su moto, iría lo más rápido posible ya que estaba por llegar tarde.
Tenía dinero en el bolsillo el cual había ahorrado durante 15 días para poder tener este encuentro que había planeado con Sinon.
En el centro aun había florerías abiertas.
-¡Señor, por favor, deme las flores más hermosas que tenga! –Suplico Kirito al vendedor.
-Ah, ah, ah, no es así de fácil, hay una flor indicada para tipo de mujer.
-¡por Dios voy tarde, no se ande con rodeos!
-Shh, ¿quieres impresionar a esa mujer?
-Supongo que sí.
-Entonces calla y dime como es.
-Es peli negra, de lentes, es fuerte de carácter, independiente pero también puede ser débil y con miedo a mostrar sus sentimientos...como que a veces solo le gusta sentirse protegida.
-Creo que tengo la flor indicada.
Kirito tenía las flores, peor aún faltaba otro presente.
Kirito pasó por una tienda de regalos que estaba por cerrar. De nueva cuenta le tocaría rogar.
-¡Piedad, es para mi novia!
-Muéstrame una foto de ella. –Pidió la dueña.
Kirito hizo lo que le pidieron y mostro una foto de Sinon.
-Sé que le puede encantar, muchacho.
Sinon estaba sentada en la entrada del restaurante donde Kirito la había citado.
El susodicho estaba 20 minutos retrasado. Cuando de la nada un chico en una moto pasaba casi atropellando a la gente.
-¡A un lado, una chica me está esperando!
Sinon se levantó de la silla donde estaba sentada.
-¿Kirito? –Se preguntó ella ya que la voz se le hacía parecida.
-En cuanto Kirito vio a Sinon grito: -"¡Sinon, ya voy!". –El detalle es que él no se había fijado que el semáforo de la calle se había puesto en verde.
Acto seguido Kirito atravesó la esquina mientras otro auto estaba pasando. ¿El resultado? Kirito salió volando 2 metros cayendo de espalda en la cera.
-¡Kirito! –Grito Sinon asustada mientras corría a ayudarlo.
-Ya...llegue. -Balbuceo Kirito.
El conductor del auto salió lo más deprisa posible para ayudar a Kirito.
-Maldición muchacho, debes prestar más atención. –Dijo el conductor mientras trataba de ayudar a Kirito a levantarse. -¿Estas bien?
Kirito que aún estaba tambaleante por el golpe solo miro a Sinon corriendo hacia él, lo cual hizo que sonriera.
-Sí señor, estoy de lujo.
Kirito se separó del señor y tambaleante camino hacia Sinon para abrazarla.
-Perdón por hacerte esperar...tenía que traerte esto. .-Dijo Kirito para después darle un beso en la mejilla a Sinon.
Kirito le entrego a Sinon un ramo de margaritas y una pequeña caja.
Después de eso el conductor y Kirito quitaron la moto que estorbaba en la calle.
-Ten más cuidado muchacho. –Regaño el señor.
-Disculpe, tenía mucha prisa.
Kirito estaciono su moto en el Valet Parking del restaurante para después tomar a Sinon del brazo y finalmente entrar.
También saco de su bolsillo los pocos sedantes que le quedaban.
-Después de usted Mademoiselle. –Dijo Kirito mientras extendía el brazo en señal de que Sinon pasara primero. –Con los consejos de Klein y Ágil podré hacer que Sinon este aún más enamorada de mí. –Pensó orgulloso.
El restaurante era enorme, había mesas adornadas con hermosos manteles y centros mesa de vidrio con forma de ángeles.
-Kirito, me sentiré mal si este lugar te costó mucho. –Dijo Sinon preocupada.
-Sinon, no me importa gastar tanto dinero con la única condición de que la pasemos bien, esto es puro formalismo... ¿Dónde nos sentamos?
-No lo sé, ¿Por qué no eliges tú?
-No, no, no, elige tú, por favor.
El saco y chaleco negros de Kirito hacían juego con su corbata además de su camisa blanca.
Se había hasta peinado de manera diferente solo para lucir más elegante y hasta cierto punto más atractivo.
Sinon por su lado no tenía lentes, en cambio tenía un vestido también negro que la hacía ver muy soberbia pero atractiva a la vez.
En pocas palabras ese par llamo la atención todo el restaurante en cosa de segundos.
-Creo que ya supe dónde. –Dijo Sinon después de unos segundos de silencio.
Sinon tomo la mano de Kirito y lo guio hasta una mesa que estaba a unos metros una fuente que estaba en el centro del restaurante.
Sinon había calculado la distancia perfecta para que no les cayera ni una sola gota de agua. La francotiradora de hielo se mantenía dentro y fuera de los juegos.
Kirito tomo una de las sillas y le dijo a Sinon. –"Por favor, siéntate"-.
Sinon estaba extrañada de los modales de Kirito que hasta no parecía ser él, pero aun así le agradaba que fuera de esa manera.
El mesero llego y rápidamente pregunto. –"¿Qué van a pedir?".
Kirito respondió rápidamente: "Dos copas de la reserva privada de Koshu".
No es necesario decir que el mesero abrió los ojos de la sorpresa que le causo.
-Confirmo: "Dos copas de la reserva privada de Koshu". -Dijo el mesero inseguro.
-Por favor. –Dijo Kirito dulcemente.
-En seguida señor.
-Eso suena caro. –Dijo Sinon mientras levantaba una de las cejas.
-Es mero formalismo.
Como estaban en la zona de fumadores, Kirito saco una cajetilla de cigarros y tomo uno con su labio directamente del paquete.
Saco también un encendedor zippo para prender el cigarro con mucha masculinidad.
-¿Gustas de uno? –Pregunto Kirito seductoramente.
-Si no es mucha molestia. –Contestó Sinon.
-Para nada, tú no puedes ser molestia para mí.
Kirito saco otro cigarro y se lo dio a Sinon sonriendo, para que mientras ella trataba de sacar su propio encendedor, Kirito extendió la mano deprisa y prendió el cigarro de Sinon.
-Gracias. –Dijo Sinon satisfactoriamente.
-De nada. –Respondió Kirito seguro de sí mismo.
Pasaban los segundos y Sinon bajaba su cigarro lentamente mientras notaba que Kirito no le quitaba los ojos de encima.
-¿Qué tanto me miras? ¿te sorprende que fumé? –Pregunto ella mientras sonreía retadoramente.
-Te ves hermosa con ese ligero maquillaje y ese vestido tan...tan hermoso, sin lentes te ves aún más...no se ni como describirlo.
Kirito dijo eso con tanta seguridad y sentencia que no estaba ni lejos se ser una broma o un cumplido cualquiera.
Sinon se dio cuenta que eso que Kirito le dijo venía desde su corazón. Por esa misma razón Sinon se puso del mismo color que el vino que estaban sirviendo en ambas copas.
-Noto que la señorita esta roja, ¿tiene calor? –Pregunto el mesero.
-No, no es eso. –Respondió Sinon.
-¡Ah! Ya veo, no interrumpo más, con permiso.
-Antes de que se vaya, (Kirito acerca la oreja del mesero y le secretea algo).
-Por supuesto que sí señor, será todo un gusto. - Dijo el mesero mientras sonreía.
-Gracias, (sonríe), Solo es una pequeña sorpresa, nada del otro mundo.
Sinon se preguntaba si ese sería el mismo trato que le daría a Asuna o alguna otra chica...y estaba dispuesta descubrirlo.
-¿Has venido a este lugar antes? –Pregunto ya más tranquila.
-No, es primera vez que vengo, pero me lo recomendaron encarecidamente.
-¿Es tu primera cita de modo tan formal?
-La primera y espero que no sea la última...pero contigo.
Al escuchar eso, las mejillas de Sinon se tornaron de un rosa clavel.
-Salud por eso, (Kirito levanta su copa)
-¿Salud? (Ambos chochan copas).
Kirito tomo muy en cuenta lo que Klein y Ágil le dijeron, primero olio el vino y después le dio un buen trago.
-¿Te gusto? –Pregunto Kirito.
-No sé mucho de vinos, pero creo que es el mejor que probare en mi vida.
-Solo lo mejor para lo mejor que ha llegado a mi vida.
Kirito llevo de nuevo la copa a su nariz y olio el vino para luego beberlo de nuevo, a lo que Sinon miro extrañada.
-¿Por qué haces eso? –Pregunto ella mientras se inclinaba hacia adelante.
-Tiene su secreto, es para saber su aroma antes de probarlo.
-Pero ya lo probaste, genio. –Dijo Sinon burlonamente.
-Se debe de hacer varias veces para que se quede el buen sabor.
De la nada el mesero llego con un plato de fresas y otro con chocolate derretido y unos pedazos congelados de queso cremoso en barras del grosor y tamaño de un dedo.
-Disfruten de esta entrada, cortesía de la casa.
-Gracias, caballero.
Kirito saco de su cartera un billete y lo puso en el bolsillo del saco al mesero.
-Gracias señor, de nada señor.
-Bueno, esto es raro, pero ya sabes lo que dicen, la uva y el queso saben a beso.
Cuando Kirito dijo eso Sinon se sonrojo un poco.
-Bueno, al menos podre saber a qué sabe un beso...jamás he dado uno.
Kirito que estaba tomando del vino se atraganto al escuchar eso, estaba luchando por no escupir el vino.
-¡¿Estas bien?! –Dijo ella preocupada.
-Sí, cof, cof, estoy, cof, bien, ¡cof!
Finalmente, Kirito tomo la servilleta y se limpió los labios.
-Es que no esperaba que dijeras eso, simplemente no me cabe en la cabeza.
-¿Por qué Kirito?
-Maldita sea, creo que hable de más. –Pensó Kirito mientras empezaba a sudar.
Para evadir la pregunta, Kirito tomo una de las fresas, la unto en el chocolate y se la llevo a la boca.
-Están muy buenas, ¿Por qué no pruebas una?
Sinon no dejaba de ver a Kirito con ojos de tigre al ataque.
-No me desvíes la pregunta, Kazuto Kirigaya, (Aun con aquellos ojos asesinos).
-Está bien me atrapaste, es que no esperaba que no hubieras dado tu primer beso todavía.
-Ay Kirito, los niños no se me acercaban para ser su amiga, ¿tú crees que lo harían para ser mi novia?
-Que idiotas, la verdad es que eres muy hermosa.
Al escuchar eso, las mejillas de Sinon se tornaron del mismo color que las fresas que estaban sudando en la mesa, se estaban descongelando.
-Bueno, probare una de las fresas, la verdad es que se ven deliciosas, (Nerviosamente).
-Uy, ¡di en el bingo! -Pensó Kirito lleno de orgullo.
-¡Anda, come tú también!, es de mal gusto dejar ver a la mujer como una glotona. –Sinon seguía tratando de cambiar de tema.
-¿Mal gusto?, es de verdadero mal gusto que no te digan lo hermosa que eres.
-Por favor no mientas. –Decía Sinon mientras se sonrojaba poco a poco.
-No miento, es la verdad, (Se acerca a Sinon), ¿no te gustaría conocer el sabor de un beso ahora mismo?
-¡Kirito! –Exclamo Sinon nerviosa, trataba de desviar la mirada, pero no tenía salida alguna.
-Solo bromeo, la verdad es que el sabor a beso de la comida es suficiente. –Kirito se sambutió una uva y una de las pequeñas barras de queso mientras veía a una Sinon llena de nervios, con la respiración entre cortada y sobre todo roja como las fresas.
En el interior él se estaba carcajeando de risa, ya que una broma no era mala para aliviar el ambiente.
Sinon tomo una de las uvas y una de las barras de queso, cuando las comió al mismo tiempo solo abrió los ojos.
-Es-esta delicioso. –Dijo apenada.
-Bien, te dije que era suficiente, pero los besos reales son mejores.
-¡¿Cómo que no tengo reservación?, claro que la tengo! –Grito una chica que entraba a la fuerza junto con otras dos chicas.
-Esa voz es de...
-¡Liz! . -Kirito abrió los ojos de inmediato. –Elegí un buen día para no dejar de fumar. –Pensó también.
-¡¿Qué hacemos?! –Dijo Kirito lleno de nervios.
-¡Ponte bajo la mesa! –Sugirió Sinon.
-¿Qué?, ¡oye tengo dignidad! –Reclamo Kirito.
-Si no te escondes debajo de la maldita mesa no solo te quedaras con tu "dignidad" ¡también te vas a quedar con un problema enorme!
-Entiendo. –Dijo Kirito mientras lloraba T-T
-¡Chicas, ahí está Sinon! –Grito Liz molestando a las demás personas.
-¡Chicas!, ¿qu-que hacen aquí?
-Queríamos ver a tu enamorado. –Respondió Liz.
-Sí, que bueno que Asuna hizo la reservación para que pudiéramos cenar juntos. –Contestó Silica.
-¿Ah, en-enserio? M-me alegra mucho que hayas pensado en eso Asuna. –Dijo Sinon.
-Maldita sea, escogieron un pésimo momento para venir, ¡además, ¿Cómo es que supieron que íbamos a estar aquí?! –Pensó Kirito bastante molesto.
-Muy bien, ahora, ¿Dónde está tu enamorado? –pregunto Asuna.
-Ah, ¿él?, él esta... ¿en el baño? –Contestó Sinon.
-¿En el baño?, que mal momento para irse, justo cuando lo íbamos a conocer. –Dijo Silica en tono triste.
-No tonta, en realidad está debajo de la maldita mesa. –Pensó Sinon con una sonrisa de lo más natural. –Ya lo sé, es una pena, porque es todo un caballero, muy apuesto, muy atento.
Kirito solo sonreía orgullosamente de las palabras de Sinon.
-Pero eso sí, es muy impuntual. –La sonrisa de Kirito se borró de su rostro y un sentimiento de amargura lo invadió.
-Muy bien, ¿Qué tal si nos sentamos y lo esperamos todas juntas? –Propuso Asuna.
-¡Claro, si hay que esperarlo!
-Es justo lo que tenía en mente. –Respondieron Liz y Silica respectivamente.
Cuando Asuna estaba por sentarse pateo la espalda de Kirito.
-¿Hum?, sentí como si pateara algo. –Dijo Asuna mientras levantaba el mantel para ver que era.
-¡E-Es mi bolso, no es nada! –Exclamo Sinon llena de miedo.
-Pues tu bolso es de piel dura, sentí como si pateara a alguien.
El mesero llego extrañado de las chicas que habían llegado.
-¿Y el caballero? –Cuestiono el mesero.
-En el baño, ya no debe de tardar. –Dijo Liz.
-Está bien, van a ordenar algo
-Antes de, ¿Por qué no vamos al baño a lavarnos las manos? –Dijo Sinon. –Es el pretexto más tonto que pueda decir...pero seguro funciona. –También pensó.
-Bueno, si es así atenderé las otras mesas mientras tanto. –Dijo el mesero para después irse.
-¡Como somos tan descuidadas!, es cierto, esos no son comportamientos propios de una dama, mis padres me matarían si lo supieran. –Dijo Asuna.
-¡Vamos, si vamos! –Apuro Sinon.
Cuando las chicas se fueron Kirito espero unos segundos y salió de debajo de la mesa.
-Tengo que irme de aquí antes de que me descubran.
Kirito sintió que alguien lo tomaba del hombro cuando pensó. "Ya valí".
-Caballero, ¿Dónde se ha metido?, lo he estado buscando como loco por todo el restaurante.
-A bueno, es que yo estaba en.
-No importa, venga conmigo de inmediato.
El mesero llevo a Kirito a la parte de atrás del restaurante.
-¡Vamos chicas, dense prisa! –Apuro Asuna.
Cuando las chicas se sentaron no sintieron nada, naturalmente Kirito ya estaba fuera de la zona de peligro.
-¿Y tú enamorado? –Pregunto Liz
-No lo sé, espero que venga pronto. –"La verdad espero que ya se haya ido". -Pensó Sinon
Un hombre de traje se paró en el escenario del restaurante, era de esos donde había música en vivo.
-Muy bien, ahora sonara una canción dedicada para alguien especial, adelante Kirigaya-Kun.
Un hombre empujo a Kirito hacia el escenario y después le arrogo una guitarra.
¡¿Kirito-Kun?! –Exclamaron las 4 mozas que estaban sentadas lejos del escenario.
-Bueno, esto...esta es una canción antigua, pero no por ello no es buena, ¡dale Rick!
La música empezó a sonar y Kirito se preparó para cantar.
Si hay alguna cosa que necesites
Todo lo que tienes que hacer es decirlo
Tu sabías que satisfaces todo en mí
No deberíamos perder un solo día
Así que no me detengas al caer
Es el destino el que llama
Una energía que no puedo negar
Nunca va a cambiar
¿Puedes escuchar lo que estoy diciendo?
Te quiero para el resto de mi vida
Juntos por siempre y nunca partir
Juntos por siempre nosotros dos
¿Y que no sabes
Que yo movería cielo y tierra?
Para estar por siempre junto a ti
Si alguna vez te hacen sentir mal
Siempre hay algo que yo puedo hacer
Porque nunca quiero verte fruncir el ceño
Siempre haré lo que sea mejor para ti
No hay error
Es verdadero amor lo que estamos haciendo
Algo que dure por todo el tiempo
Nunca va a cambiar
¿Puedes escucharme estoy diciendo?
Te quiero para el resto de mi vida
Juntos por siempre y nunca partir
Juntos por siempre nosotros dos
¿Y que no sabes
Que yo movería cielo y tierra?
Para estar por siempre junto a ti
Así que no detengas al caer
Es el destino el que llama
Una energía que no puedo negar
Nunca va a cambiar
¿Puedes escucharme estoy diciendo?
Te quiero para el resto de mi vida
Juntos por siempre y nunca partir
Juntos por siempre nosotros dos
¿Y que no sabes
Que yo movería cielo y tierra?
Para estar por siempre junto a ti
Cuando Kirito alejo el micrófono la gente se levantó y le aplaudió, todo salió bien al fin de cuentas.
-Muy bien Kirigaya-Kun, no se quien sea la chica a la que hayas dedicado esa canción, pero sin duda estará más que encantada.
Sinon estaba conteniendo las lágrimas porque sabía que la canción era dedicada solo para ella.
Paso un rato y ya todos estaban afuera del restaurante.
-¡Eso fue increíble Kirito!, ¿Qué hacías en el escenario? –Pregunto Asuna.
-Bueno yo, (mira a Sinon), yo trabajo como cantante en ese restaurante, por eso le dije a Sinon que fuera ahí con su enamorado.
-Ahora dinos, ¿a quién le dedicaste a esa canción? –Pregunto Liz traviesamente.
-Bueno, me gustaría decir que a Asuna, pero no sabía que iba a venir, no se la dedique a nadie en pocas palabras.
-Pero la cantaste con tanto sentimiento que pareció lo contrario. –Insistió Silica.
-Bueno, esa es la magia de cantar.
Kirito miro su reloj y se dio cuenta que ya pasaba de la media noche.
-¡Sugu me va a matar, tengo que irme!
Kirito se despidió de todas, pero cuando llego con Sinon se limitó a decirle un, "adiós" mientras tomaba sus manos y le daba un beso en la frente, algo que Asuna vio con muy malos ojos ya que aumentaban las sospechas que no quería tener.
Sin más que decir fue corriendo a su moto y se marchó lo más rápido que pudo.
-Bueno, creo que mis padres también me van a matar, también tengo que irme. –Dijo Liz.
-Y no digas de los míos que son muy sobreprotectores. –Añadió Silica.
-Es una lástima que no hayamos conocido a tu enamorado. –Dijo Asuna un poco triste.
-Tarde o temprano lo conocerán, ¡pero al menos tengan la decencia de decir que van a venir, ¿Qué tal si se fue por que no quería molestar mientras platicábamos?! –Regaño Sinon.
-Lo sentimos, de verdad, pero tienes razón, fuimos muy inconscientes de eso. –Lamentaron las tres chicas que habían llegado sin invitación.
De un lado de la calle llego una camioneta de donde bajo Charles.
-Señorita Asuna, sus padres esperan.
-Yo pedí que me llevaran, si quieren puedo llevarlas hasta su casa.
Liz y Silica aceptaron abiertamente, pero Sinon se quedó pensante unos segundos.
-¿Tu no vas? –Pregunto Asuna.
-No gracias, mi departamento queda muy lejos y no quiero molestarlas. Respondió Sinon.
-No serias molestia Sinon.
-No gracias, tomare un taxi, estaré bien.
-Cuídate, nos vemos. –Asuna abrazo a Sinon y después se subió a la camioneta.
Mientras caminaba en busca de un taxi recordaba a Kirito cantar en el escenario. La verdad es que estaba molesta por que las chicas llegaron a arruinar la cita con Kirito.
-(Suspira), Ser amantes es difícil.
Aun caminando escucho el sonido de una moto que se dirigía lentamente hacia ella.
-Tal vez no sea una carrosa, pero es mejor que caminar.
La voz era conocida, pero era imposible que fuera él.
-¿Kirito?, ¿Cómo es que?
Cuando volteo vio a Kirito extendiendo su mano para que ella la tomara.
-Sube, hace frio aquí. –Dijo él.
Kirito se quitó el saco y se lo dio a Sinon para que se abrigara con él.
-No es un suéter de lana, pero...peor es nada.
Sinon se puso el saco y subió a la moto de Kirito para abrazarlo fuerte y recargar su cabeza en el hombro de Kirito.
-¿No dijiste que Sugu te mataría? –Pregunto Sinon.
-Sí, lo dije, pero que fuera verdad es otra cosa. –Respondió Kirito.
-¿Entonces? –Insistió Sinon.
-Solo dije eso para poder esperar y así llevarte a tu casa, se supone que no hay razón para que nos vayamos juntos.
Hubo un silencio entre los dos de unos segundos hasta que Sinon decidió romperlo.
-Gracias por la canción, es lo más hermoso que me han dedicado.
-¿Te gusto?, tarde como 5 horas en escogerla.
Sinon rió del comentario de Kirito y lo abrazo aún más fuerte.
Ambos se mantuvieron callados hasta que llegaron al departamento de Sinon.
-Bien, llegamos Mademoiselle.
Sinon que estaba tan relajada se tallo los ojos y miro a Kirito adormitada.
-Así pareces una niña recién despertada. -Dijo Kirito.
-¡¿Hum?!
Sinon se despertó al escuchar eso...y no solo eso, sus mejillas se tornaron rosas.
-Solo bromeaba, vamos.
Kirito extendió la mano para que Sinon bajara de la moto sin peligro de caerse.
-Gracias Kirito.
Sinon tomo del brazo a Kirito y ambos se dirigieron a la puerta de su casa.
-Bien, entonces luego volvemos a salir, pero por favor, no le digas a nadie esta vez. –Regaño Kirito.
-Lo prometo, la cita pudo ser más...romántica pero la suerte no estuvo de nuestro lado.
-Ya habrá otra ocasión, hasta entonces.
Kirito llevo la mano de Sinon hasta sus labios y le dio un pequeño beso para luego marcharse.
-¡Kirito! –Grito Sinon.
-¿Si? –Pregunto él.
-Se te olvidaba tu saco.
-Ah, gracias.
La verdad era que algo se había roto en el corazón de Kirito, él esteraba un "quédate" o "aun no te vayas", pero nada más lejos de la realidad.
Kirito camino de nuevo hasta Sinon y tomo su saco.
-Nos vemos luego Sinon.
-¡Espera!, (Sinon jala la manga de Kirito), ¡aun no te vayas!
-Oh, Dios se apiado de mí. –Pensó Kirito victorioso mientras giraba su cabeza para mirar de reojo.
Kirito noto que las mejillas de Sinon se tornaban rojas, ¿Qué estaría pensado aquella mujer?
-Sa-sabes que yo no creo en sentimentalismos ni nada por el estilo.
Kirito se dio la vuelta y vio por completo a Sinon la que agachaba la cabeza.
-¿Por qué lo dices? –Pregunto él ansiosamente y lleno de curiosidad.
-Por qué quiero que esto no sea lo típico de las películas románticas.
Ella enrollo sus brazos en el cuello de Kirito mientras sus latidos se disparaban hasta el cielo.
Mientras Sinon se acercaba, él podía ver un brillo en sus ojos el cual se extinguía poco a poco mientras los cerraba.
Kirito hizo lo mismo, cerro sus ojos para dejar que la magia sucediera por si sola.
Podían sentir la respiración del otro acariciar su cara, era como si la lluvia los rosara poco a poco.
Escuchaban una canción de cuento de hadas acompañada con el latir de sus corazones que podían ser escuchados a kilómetros de distancia.
Kirito tomo de la cintura a Sinon para juntarla a su cuerpo.
La noche era fría, pero podían sentir el calor de su cuerpo quemándolos por dentro y por fuera.
Kirito había derretido el corazón de la francotiradora de hielo con la chispa de su amor verdadero.
Ambos finalmente juntaron sus labios, sintiendo una electricidad recorrerlos la cual les transmitía el "te amo" que ambos se querían decir.
Kirito se impregno con el sabor a vainilla que tenían los labios de Sinon.
Por el contrario, Sinon saboreaba la menta que tenían los labios de Kirito.
Los labios de Sinon eran finos pero suaves. Los de Kirito eran firmes y algo duros.
Pero las mordidas que Sinon daba en el labio inferior de Kirito los ablandaban de tanto en tanto.
Como fue tomado por sorpresa, Kirito empezó sin ritmo, además de que Sinon besaba de manera torpe y ruda. Lo que era natural en una chica que nunca antes había besado.
Cuando Kirito tomo la batuta de la situación, poco a poco fue mostrándole a Sinon que el sabor de un beso de verdad era mucho mejor que el que dan la uva y el queso.
Mientras Sinon sentía los besos de Kirito en sus labios, se estremeció de una forma que un escalofrió recorrió su espalda.
Kirito noto esto, y mientras aun la besaba la sujetó lo más fuerte que sus manos le permitían sin lastimar a Sinon.
Ella se sentía protegida, sentía que no le pasaría nada mientras estuviera con Kirito. Y aquel beso era su forma de expresarlo.
Cuando se separaron los dos escuchaban los latidos de su corazón relajándose, mientras suspiraban para jalar aire.
-Debo enseñarte a besar. –Se burló Kirito.
-¿Y por qué no empezamos de una vez? –Reto Sinon.
Kirito levanto a Sinon y la recargo en la pared, mientras ella se sujetaba de su cuello y enredaba sus piernas en los muslos de Kirito.
-¡No seas travieso Kirigaya! –Pidió Sinon.
-Pero si te gusta, ¿verdad niña fastidiosa? –Contestó Kirito.
Ahora los besos que se daban eran muy pasionales y llenos de amor.
Se besaban con tanta desesperación que parecía que esa sería la última ocasión.
Y todo mientras la luna los iluminaba como si fuera un reflector y las hojas corrían por el asfalto siendo acarreadas por el frio aire de la madrugada.
Así fue el tan ansiado primer beso de aquellos amantes que sufrían de una enfermedad llamada "Amor".
Kirito no quería, pero se tuvo que despedir de Sinon y subió a su moto. Al llegar a su casa eran las tres de la mañana, "No te preocupes por mí, deja la luz encendida", recordó que le había dicho a Sugu.
Mientras estaba a hurtadillas para no hacer ruido, Kirito subió a las escaleras hasta que la luz se prendió y dejo ver a Sugu con las mejillas infladas de enojo esperando a Kirito al final de las escaleras.
- "Llegare, deja la luz encendida". -Dijo Sugu en tono muy molesto.
-Si te dijo algo que paso, ¿no te enojaras?
-Depende de que sea, ¡habla ya!
-Le di su primer beso a Sinon.
El rostro de Sugu cambio de inmediato, de estar enojada estaba alegre y llena de curiosidad por saber.
-¡¿Cómo fue?! –Pregunto Suguha entusiasmada.
-Pues bueno, ella me lo dio. –Respondió Kirito.
-¡¿De verdad?!, no pensé que fuera tan atrevida.
-Subamos, te cuento haya arriba, primero paso que llegamos, un auto me atropello, luego llegaron Asuna, Liz y Silica.
-¡¿De verdad?!
-Sí, y luego le dediqué una canción a Sinon, me subí al escenario del restaurante a cantar y...
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5000 palabras otra vez :O a veces yo mismo me sorprendo, espero que hayan captado la referencia de Rick Astley jeje.
la cancion se llama "together forever" por si la quieren buscar.
Yo mero bien apasionado: ¿valió la pena esperar tanto el primer beso?
Ustedes: ¿que si valió la pena? Valió cada maldito segundo.
¿Si les gusto el primer beso o los decepcionó?
nos leemos en una semana
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