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Capítulo nueve

Sinon caminaba por el bosque negro de Alfheim, estaba perdida por alguna razón.

A sus espaldas había lobos siguiéndola y oliendo su miedo.

Sinon seguía caminando hasta que descubrió que los lobos la estaban siguiendo.

Ella empezó a correr para escapar de los lobos.

Pero no había nada que ella pudiera hacer. Un lobo se lanzó sobre ella y la derribo.

Cuando ella se volteo había toda una manada de lobos detrás.

Kirito estaba en su cama, gritando mientras dormía.

Era temprano, así que Suguha dejo de peinarse al escuchar los gritos de Kirito.

-¡Despierta Onii-chan, es solo otro sueño más!

Kirito despertó y abrazo a Suguha, para luego ir a su mesa de noche y tomar una foto de Sinon.

-¿Soñaste que le pasaba algo? -Pregunto Suguha.

-Si...lobos la devoraban mientras yo veía todo...como si estuviera viendo una película de terror. -Respondió Kirito.

-¿Quieres hablarle? -Dijo Suguha mientras sacaba su celular.

-Si...eso quiero hacer.

Pero algo se adelantó y Sinon marco primero a Kirito.

Él se arrogo de la cama y se arrastró por el suelo para ir a su celular.

-¡Sinon! -Exclamo Kirito.

-¿Kirito?, ¿estás bien? -Pregunto ella.

-Eso no importa, ¿tu estas bien? -Contestó él

-Si...(suspira), ¿soñaste que me pasaba algo? -Pregunto Sinon.

-Si...esta vez los lobos te devoraban...y yo no podía hacer nada para impedirlo. -Explicó Kirito.

-Por suerte para ambos solo fue un sueño...de todas formas, tengo algo que segura te va a gustar.

-¿Qué puede ser? -Kirito estaba ansioso de saber.

-Tengo invitaciones para una fiesta de disfraces...será algo lindo, podemos ir bien vestidos. -Explicó Sinon.

-¿Es hoy? -Pregunto Kirito.

-No tonto, es mañana a las 8.

-Bueno...tengo que conseguir un buen disfraz...¿alguna temática que te guste?

-¿Qué tal...cuentos de hadas? -Detrás del celular, Sinon estaba sonrojada.

-No es mala idea, veré que puedo hacer.

-Nos vemos mañana, bribón.

-Adiós Sinon.

Kirito desayuno y fue a la escuela.

Durante todo el trayecto estaba pensado en que disfraz se iba a poner para la noche del viernes.

Porque la fiesta era en viernes, (obvio no :v).

Cuando llego a la escuela se encontró a Asuna, la cual fue sonriente a darle un beso a Kirito.

Pero el solo pensaba en el beso que quería darle a Sinon.

-Buenos días, Kirito-Kun. -Respondió Asuna mientras tomaba la mano de su novio.

-Hola Asuna. -Respondió Kirito fingiendo alegría.

Muchas veces Asuna llegaba a hartar a Kirito sin intención de hacerlo.

Siempre quería estar con él, platicar con él. Maldición, incluso quería vivir con él.

Pero Kirito vendería su alma por que Asuna le diera un respiro.

Silica y Liz notaban a Kirito un poco menos interesado en Asuna, pero ellas no querían preguntar.

Ellas pensaban que Kirito estaba enojado con Asuna por X razón y que ella hacia lo posible por que Kirito se contentara con ella.

Pero ellas no estaban ni lejos de estar en lo cierto.

Cuando era receso Kirito se escapaba del lado de Asuna para poder irse a descansar un poco de ella.

Muchas veces lo atosigaba con miles de llamadas y mensajes. Que Kirito respondía más por obligación que por gusto.

Pero debía fingir que estaba aún enamorado de Asuna o de lo contrario ella empezaría a sospechar.

Aun así, quería espacio para sí mismo por esta vez. De lo contrario iba a reventar.

Asuna lo estaba buscando hasta que Finalmente lo vio sentado debajo de un árbol.

Él estaba pensando en Sinon y en qué clase de disfraz usaría para la fiesta.

Se supone que la temática era de cuento de hadas así que podía ir de princesa o de hada.

Cuando Kirito volteo encontró a Sinon caminando hacia el con una sonrisa en los labios.

-Qué bueno que llegas, te estaba esperando. -Contestó Kirito.

-¿Esperándome? -Pregunto Sinon con la voz de Asuna.

Kirito se sorprendió y se tallo los ojos para que al abrirlos viera a Asuna con el semblante confundido.

-Pero nunca me dijiste que me estarías esperando, Kirito-Kun.

La felicidad que Kirito sentía por ver a Sinon llegar de la nada se borró al ver a Asuna.

-Creo que olvide decírtelo...perdóname. -Pidió Kirito.

-No te preocupes cariño...está bien, a todos se nos olvidan las cosas.

Asuna fue y sentó junto con Kirito mientras lo tomaba de la mano y miraban el cielo azul con algunas nubes en él.

-Es hermoso el cielo, ¿no lo crees? -Preguntó Asuna.

-Tan hermoso como ella. -Contestó Kirito sin pensar.

-¿Ella?, ¿Cuál ella? -Dijo Asuna en tono molesto.

-¿Ella?, quise decir "bella"...la de la bestia y la bella. -Se excusó Kirito mientras sonreía tontamente.

-¿Se te hace linda la actriz de Bella? -Cuestiono Asuna mientras levantaba una ceja.

-Bueno...espero no te enojes, pero, ¡si, se me hace linda! -Respondió Kirito.

-Bueno, ya que estamos...el actor de James Bond también se me hace atractivo...sus músculos y su mirada, es hermoso. -Dijo Asuna mientras sus ojos brillaban y ponía sus manos en su pecho.

Kirito solo torció los ojos y comenzó a reír junto con Asuna.

La verdad es que como novia Asuna podía resultar un poco atosigante.

Pero como amiga era una compañía más que agradable.

Saliendo de la escuela Kirito le marco a Klein para que le ayudara a escoger el disfraz que usaría.

Klein accedió, pero le pregunto con quien iría. Kirito le contestó que se lo contaría una vez que estuvieran juntos.

Cuando estuvieron en el centro comercial, Klein vio a Kirito de lejos y comenzó a correr hacia él.

-¡Oye Kirito, por aquí! -Dijo Klein mientras agitaba su brazo para llamar la atención de su amigo.

-Klein, al fin te encuentro. -Contestó Kirito que había comprado un agua mientras esperaba a Klein.

-Ahora sí, ¡suelta la sopa!, ¿con quién vas a ir?

-Bueno...iré con Sinon.

-¡¿He?!, ¿no vas a ir con Asuna? -Pregunto Klein.

-No...ella no sabe que voy a ir con Sinon.

-¿Por qué no se lo has dicho?

Klein estaba sediento así que le quito la botella de agua a Kirito y empezó a tomar.

-Por qué no quiero, sonara mal la manera en que te lo diré...pero me estoy empezando a hartar de ella.

Klein se atraganto con el agua y empezó a toser mientras Kirito lo golpeaba en la espalda.

Estaban haciendo tanto ruido que todos en el centro comercial los estaban mirando con molestia.

-¿Escuche bien? ¿Qué te estas hartando de Asuna? -Pregunto Klein desconcertado.

-Si...de veces ya no la soporto, no me da mi espacio y solo se la pasa queriendo pegarse a mí.

-Kirito, la verdad eres bastante idiota, ¿Quién no quisiera a una chica como Asuna? Solo repásala, ojos hermosos, cara bonita, delgada, buenos pechos, con una cintura bien marcada, unas piernas de ensueño y sobre todo...¡un enorme!

Klein se vio interrumpido por que Kirito le puso la mano en la boca.

-¡Cállate, la gente nos está viendo raro así que cállate ya! Además, como si no supiera todo eso, he visto y sentido a Asuna de formas que ningún otro hombre ha hecho. -Explicó Kirito.

-No me digas que tu...¡no me digas que te la cogis!

Klein fue de nuevo interrumpido de la misma manera que antes.

-¡cállate, ¿es muy difícil pedirte eso?!

-Perdón...es que no pensé que un niño como tú ya hubiera...bueno tu sabes que quiero decir. Así que, ¿Por qué iras con Sinon?

Klein volvió a tomar agua por el enorme grito que había dado.

-Bueno, cuando dije que había ido de borracho contigo y Ágil...esa noche dormí con Sinon.

Klein escupió el agua que tomaba en la cara de Kirito, el cual, solo se limpió con la mano.

-Eres asqueroso. -Reprendió Kirito.

-¡¿Entonces también lo hiciste con Sinon?! -Susurro Klein muy sorprendido.

-¡No, solo me dormí con ella!, de hecho, van varias veces que dormimos juntos pero no hemos hecho nada.

Klein miro a Kirito con ojos incrédulos.

-Lo que digas, Don Juan. -Dijo Klein.

-¡Bueno pues idiota, solo ayúdame a escoger mi disfraz y ya! -Exclamo Kirito.

Los dos recorrieron algunas tiendas de disfraces, pero no encontraban nada que los convenciera.

-Y dime, Kirito, ¿Qué consideras a Sinon de ti? -Pregunto Klein.

-Uff, esa es una pregunta difícil...en realidad solo somos amigos, pero...la verdad es que yo la considero como la dueña de mi corazón. -Contestó Kirito.

-Jajá, que cursi, ¿y qué vas a hacer con Asuna?

-No lo sé Klein...es obvio que quiero dejarla, pero...así como es ella se enfadara muchísimo, y cuando sepa que la deje por Sinon no se lo va a perdonar a ella. -Explicó Kirito.

-¿Tienes miedo de Sinon salga afectada?

-Si...por eso no sé qué hacer, ¡¿Qué hago?! -Exclamo Kirito.

-Por ahora concentrémonos en tu disfraz...luego veremos ese asunto junto con Ágil.

De una en una recorrieron las tiendas que faltaban. Pero por más que buscaban no encontraban algo que los convenciera del todo.

Hasta que Klein encontró algo que le llamo poderosamente la atención.

-Pruébate esto, se ve que te queda como anillo al dedo. -Dijo Klein mientras le daba una bola de ropa a Kirito.

-¿Qué es? -Pregunto Kirito.

-Ya lo veras, solo pruébatelo.

El cuarto donde Kirito se probaba la ropa no tenía espejo, así que para él era un total misterio como se veía lo que se ponía, no sabía que era, solo se lo puso sin verlo.

Para su suerte no era un disfraz de mujer, ya que, si hubiera sido así seguramente Klein le hubiera tomado una foto y la hubiera subido a Facebook para avergonzarlo.

Pero nada más lejos de la realidad.

Kirito salió del probador con el disfraz puesto. Klein se quedó boquiabierto y dijo.

-Amigo mío, te vez genial, seguramente Sinon estará loca por ti cuando te vea así.

Kirito se vio en el espejo y no se creía lo que veía. Parecía otra persona con esa ropa.

¿De qué se supone que estoy vestido? -Pregunto Kirito.

-Mosquetero negro, eso atrae a las chicas. -Contestó Klein.

-Pues será mejor que te compres uno también, jajaja. -Se burló Kirito.

-¡Oye, eso no es gracioso! -Dijo Klein mientras le daba un zape en la cabeza a Kirito.

-Ya, ya, solo vayamos a rentarlo y pan comido. -Sentencio Kirito.

Los dos fueron a la caja y Kirito pago por la renta del traje, luego salieron del centro comercial y fueron al bar de Ágil.

-No puede ser muchacho, y yo que pensé que eras una persona decente Kirito. -Regaño Ágil mientras escuchaba la historia de Kirito.

-¿Tu nunca engañaste a alguna novia? -Pregunto Kirito.

-Nunca, porque no quería que me pasara algo así, ya sabes lo que dicen: "Lo que das se te regresa".

-Jajá, entonces algún día Sinon te va a engañar, Kirito. -Se burló Klein.

Kirito golpeo las costillas de Klein por desearle tal cosa.

-Al menos yo tengo alguien que me engañe. -Se cobró Kirito.

-No tenías por qué meter ese tema, ya te ayudé así que ahora tu échame la mano con alguna de las chicas. -Pidió Klein.

-No es como que te pudieras poner muy exigente. -Contestó Kirito.

-Pues no te creas, mi esposa dijo que Klein era más atractivo que tú cuando le mostré una foto de los dos. -Atajo Ágil.

-¡Ja, idiota, te dieron una cuchara de tu propio chocolate! -Se burló Klein.

-¡Como sea!, Solo díganme que puedo hacer. -Pidió Kirito desesperado.

-Pues dile la verdad a Asuna, que ya no sientes algo por ella y que Sinon fue la que lleno ese vacío que te dejo. -Sugirió Ágil.

-Suena lo más lógico, pero ¿qué tal si enloquece y no me quiere terminar? ¿Qué tal si trata de hacerle algo a Sinon? -Pregunto Kirito.

-Ella no es así amigo, no sería capaz. -Dijo Klein.

-Déjame decirte por experiencia que una ex mía trato de chantajearme usando a mi familia como pretexto. -Respondió Ágil.

Los tres se miraron mutuamente.

-Bueno, entonces quizá si sería capaz de hacerlo. -Corrigió Klein.

Los tres se interrumpieron de nuevo mientras se miraban perplejos.

-Son de gran ayuda. -Exclamo Kirito desanimado.

-Vamos, ya encontraras que hacer. -Animo Klein.

-Ágil, sírveme un buen trago de escoces...vendería mi alma por un trago. -Pidió Kirito.

-Para ti, tengo Burbon, y solo será un trago que no te quiero verte aquí llorando y diciendo tonterías. -Advirtió Ágil.

-¡A mi sírveme un buen trago de sake! -Pidió Klein.

Ágil puso los vasos en la barra y sirvió lo que sus amigos pedían.

-Bueno, ya que estamos también me serviré algo. -Dijo Ágil sonriendo.

Cuando los tres tuvieron sus tragos solo los alzaron.

-¿Por qué brindamos? -Pregunto Ágil.

-Hem...por que Kirito tenga suerte con Sinon. -Contestó Klein.

-¡Salud! -Gritaron los tres mientras chocaban sus vasos.

Paso un rato mientras bebían hasta que Kirito vio su reloj y se percató que ya pasaban de las 10.

-¡Maldita sea, Sugu me va a matar! -Exclamo Kirito.

-Bueno, al menos vete en un taxi, se te subieron un poco los tragos. -Sugirió Ágil.

-Si Kirito, la verdad no te ves en buenas condiciones. -Replico Klein.

-Está bien...gracias por preocuparse chicos. -Dijo Kirito mientras salía tambaleando del bar.

-Mejor voy con él. -Dijo Klein mientras dejaba unas monedas en la barra.

Kirito caminaba por la calle sin rumbo hasta que Klein lo tomo del hombro, tumbándolo accidentalmente.

Kirito estaba tan ebrio, que veía a Sinon en vez de a Klein.

-Si-Sinon...te amo...¿Por qué no me crees? -Decía Kirito mientras se acercaba a Klein.

-¡Oye tonto, aléjate, no soy Sinon así que no te me acerques! -Regaño Klein.

-Te quiero cerca de mi Sinon...no me pidas que me vaya, debes admitir que quieres que este contigo, que te proteja.

Klein decidió seguirle el juego a Kirito para no soportarlo más.

Finalmente, un taxi llego para recogerlos.

-A esta dirección. -Pidió Klein mientras le mostraba el celular al chofer.

Kirito estaba acostado en el taxi ocupando dos asientos.

Klein estaba solamente en uno de ellos.

-Dime Sinon...¿Cuándo seamos novios que quiere que te regale? -Pregunto Kirito.

El chofer del taxi solo se le quedo viendo raro a Klein.

-Se le subieron las copas, piensa que soy su amiga. -Sonrió Klein un poco apenado.

-Dime Sinon, ¿Qué quieres que te regale? -Insistió Kirito.

-(susurrando), idiota. A ver Kirito, ¿Qué le gusta a una mujer? Puedes regalarme chocolates, rosas y también escríbeme muchos poemas.

Klein estaba diciendo las cosas que le regalaba cuando trataba de conquistar a una chica.

-Hazme sentir como si fuera la mujer más importante de la tierra, como si fuera la única mujer que conocieras, trátame como a una reina.

Nuevamente el chofer dudo de lo que Klein decía y lo miro raro.

-¡Tengo que seguirle el juego para que no trate de golpear gente! -Exclamo Klein enojado.

Cuando llegaron a casa de Kirito, él se bajó del taxi pagando lo que le tocaba.

-No te vayas a caer Kirito.

-Está bien Sinon...no te preocupes por nada.

Kirito bajo del taxi ayudado por Klein el cual lo dejo en su puerta.

-Hasta mañana galán. -Se despidió Klein.

-¡Un momento, Sinon nunca me dice galán, ella me llama bribón!

Klein abrió los ojos y pensó "Ya valió". Seguramente Kirito trataría de golpearlo por hacerse pasar por su amada Sinon.

-¡Nunca me habías dicho así, Sinon!...pero puedes hacerlo más seguido.

Klein suspiro de alivio y fue al taxi.

-¡No te vayas a golpear, bribón! -Grito Klein desde el taxi.

-¡Nos vemos amor, hasta mañana en la fiesta! -Contestó Kirito mientras abría la puerta y sujetaba el traje.

El taxista seguía viendo raro a Klein.

-¡Ya le dije, casi se da cuenta de que no era su chica!...pensé que iba a golpearme.

Kirito se recargo en la puerta mientras ponía la llave para entrar y cuando abrió, Kirito cayó al suelo provocando mucho ruido.

Suguha bajo de inmediato para ver qué demonios pasaba.

Cuando Kirito vio a Suguha parada enfrente de él con las mejillas infladas del enojo se dio cuenta que estaba en problemas.

-Hola hermanita...¿Qué tal te va?

-¿Dónde estabas? ¿y qué es eso que tienes ahí?

-Estaba con Ágil y Klein en el bar, esto...esto es un disfraz de mosquetero.

Suguha ayudaba a Kirito a ponerse de pie.

-¿Y para qué es ese traje? -Pregunto Suguha.

-Esto te va a dar gusto, mañana iré con Sinon a una fiesta de disfraces, me dijo que comprara un disfraz de "cuento de hadas" pero no tenía dinero así que mejor lo rente.

Cuando los dos estaban por subir las escaleras, Suguha se dio cuenta del olor a alcohol que tenía el aliento de Kirito.

-¿Estuviste bebiendo otra vez? -Pregunto Suguha decepcionada de su hermano.

-Un poco, sí, pero a ella no le importo. -Contestó Kirito.

-¿A ella?, ¿Quién es ella?

-Sinon, ella me acompaño a la casa, estábamos hablando de muchas cosas secretas, así que shh.

Cuando Kirito dijo eso a Suguha le llego todo el aroma a Alcohol así que se tapó la nariz.

-Mejor no digas nada y vamos a tu cuarto. -Pidió Suguha.

-Está bien...está bien.

Mientras subían las escaleras Kirito cantaba.

-Eres secreto de amor...secreto, eres secreto de amor.

Suguha sospechaba que Kirito salía con Sinon en secreto, así que le preguntaría de inmediato.

-Oye Onii-chan, ¿a te gusta Sinon?

-¿Gustarme?, pff, ¡me encanta, me enloquece esa mujer!

-¿Y qué hay de Asuna?

-Estoy pensando en mandarla a la chingada, ya me tiene harto...pero no quiero que se enoje por ello así que tu no digas nada, hermanita.

-Está bien Onii-chan, no digo nada.

Suguha sonreía malévolamente ya que le había sacado toda la información que quería a su hermano.

Era muy fácil de manipular cuando se pasaba de copas.

Cuando entro al cuarto de Kirito, Suguha le quito el pantalón y lo dejo tumbado en la cama.

Estaba impaciente por ver como amanecería mañana.

-Menos mal hay naranjas para hacerle un jugo mañana cuando despierte.

Kirito cayo tan dormido que ni siquiera soñó nada.

Cuando despertó se sintió mareado, con un dolor de cabeza más allá de lo insoportable y con una sed endemoniada.

-Odio mi vida. -Susurro Kirito mientras caminaba tambaleante a los sedantes.

Se tomó 3 para que la resaca se calmara rápidamente.

Cuando se bañó se agarraba de donde fuera para no resbalarse.

Aún estaba un poco ebrio por todo lo que había tomado la noche anterior.

-Según Ágil solo iba a ser un trago...si como no, maldito infeliz. -Kirito estaba muy molesto irónicamente cuando había estado feliz hace unas horas.

Cuando se terminó de bañar se cambió y bajo a la cocina en donde Suguha lo esperaba con una sonrisa.

-¡Onii-chan, ¿Cómo amaneciste el día de hoy?! -Dijo Suguha lo más irritante posible para fastidiar a su hermano.

-¡Shh! No hables tan fuerte por favor. -Pidió Kirito tapándose las orejas.

-¡Eso te pasa por irte de ebrio anoche! -Grito Suguha lo más fuerte que pudo.

Kirito tomo el jugo que estaba en la mesa de un solo trago, era obvio que estaba muerto de sed.

-Aquí está tu desayuno. -Dijo Suguha.

Kirito solo se puso verde y fue al baño a vomitar, no tenía apetito de nada.

-Mejor sírveme un vaso de agua...o mejor dame una botella. -Pidió Kirito.

-te compre esto, maldito ebrio.

Suguha arrogo una botella de suero frio a las manos de Kirito, el cual no pudo agarrar y se cayó al suelo.

Cuando Kirito trato de levantarlo se cayó al suelo por que perdió el equilibrio.

-¿Seguro que puedes ir a la escuela así? -Pregunto Suguha.

-¡Claro que no, pero ya he faltado muchas veces así que debo de ir a fuerza!...odio mi vida.

Suguha reía a carcajadas que sacaban de quicio a Kirito. Así que solo tomo su mochila y se iría caminando para "sudar" la cruda.

Solo se compró varios sueros antes de ir.

Sus oídos y cabeza estaban por reventar de escuchar las risas de la gente, el claxon de los autos, el platicar de los amigos.

Solo quería que todos se callaran para que pudiera estar tranquilo.

Cuando llego a la escuela se había acabado dos de los sueros comprados junto con algunos sedantes.

Se sentía bastante mal y se le notaba a leguas que lo mejor era no molestar a aquel hombre.

Pero Asuna ignoro este detalle por completo y lo saludo de forma..."especial".

-¡Kirito-Kun! -Grito Asuna mientras se abalanzaba sobre él para abrazarlo.

Kirito estaba tan débil que cayó al suelo con todo y Asuna, la cual empezó a reír algo eufórica.

-¡Quítate por favor...me aplastas las costillas! -Pidió Kirito muy enojado.

-¿Hum? ¿Te sientes bien Kirito? -Pregunto Asuna.

-¡No, no me siento bien así que no empeores las cosas! -Grito Kirito con molestia en su voz.

-¿Qué te pasa? ¿te puedo ayudar?

-¡Solo me puedes ayudar si te quedas callada, mi cabeza me duele así que no digas nada por favor! -Contestó Kirito.

Sus ojos tenían tanta furia que parecía un demonio, uno nacido de la ira que había sido acumulada desde el principio y hasta el fin de la humanidad.

Asuna solo susurro un "Lo siento", mientras tomaba a Kirito del brazo.

El seguía muy molesto, así que ni contestó nada. Cuando él y Asuna se fueron, Silica y Liz empezaron a hablar.

-Kirito hoy está muy agresivo, ¿No crees Silica? -Pregunto Liz.

-Se veía muy demacrado...como si estuviera muerto en vida. -Contestó Silica.

-Mejor no molestarlo, ¿viste como trato a la pobre de Asuna?, si yo fuera su novia no le aguantaría esos reproches. -Explicó Liz.

-Pero no eres su novio, ¿Qué reclamas entonces? -Pregunto Silica.

-¡Bu-bueno, solo era un supuesto! -Respondió Liz sonrojada.

-¿Pero crees que este bien? -Dijo la pequeña Silica.

-No, seguro se pondrá muy triste por que Kirito le grito.

-Me refería a Kirito, Liz...se veía muy enojado.

-Pues quien sabe, mejor le preguntamos el lunes que este de mejor ánimo.

Kirito y Asuna iban caminando. Ella no quería decirle nada todavía por que escuchaba la respiración pesada de Kirito, lo cual le decía que estaba muy enojado aún.

Ella quería preguntarle que quería, pero no se atrevía a hacerlo por temor a que Kirito la reprendiera.

Ella vio que Kirito saco otro sedante y se lo paso con el suero.

-¿Ti-tienes resaca? -Pregunto Asuna con voz temerosa.

-Sí, ¿y? ¿acaso importa? -Dijo Kirito medio molesto.

-No...para nada. -Respondió Asuna de inmediato para jalar su falda hacia abajo por los nervios.

Kirito tenía el ceño fruncido por el enojo que llevaba. La razón de su ira era porque tenía que venir a la escuela y soportar toda clase de ruidos molestos.

Hasta el sonido de las hojas al caer lo sacaba de quicio. Ahora tener que soportar una risa o un grito era algo infernal.

Asuna trato de tranquilizarlo tomándolo de la mano.

El sintió la suavidad de la mano de Asuna así que también la tomo un poco más tranquilo.

-Oye...perdón por lo de hace rato, de verdad estoy muy irritable este día. -Kirito finalmente rompió el silencio.

-Está bien...pero no me vuelvas a gritar...me hiciste sentir mal, además también es tu culpa por salir a tomar. -Regaño Asuna.

Tantos sedantes empezaron a hacer efecto en Kirito, se sentía con el cuerpo adormecido y su cerebro había entrado en huelga.

Como cuando despiertas tan adormilado que no sabes ni por donde caminar.

-No lo hare...además me siento un poco más relajado.

Asuna volteo a ver a Kirito y lo vio medio atontado.

-¿Estas bien? -Pregunto Asuna.

-Sí, ya no me duele la cabeza...aún tengo sed, pero eso se quitará. -Contestó Kirito.

-A ver mírame. -Ordeno Asuna.

Cuando Kirito volteo a ver a Asuna, sus ojos daban vueltas por todos lados.

-Me das pena Kirigaya...¿no me digas que te drogaste con tanto sedante?

-Puede ser...¿pero es normal que sienta que camino por las nubes...?

Asuna solo suspiro de la decepción y se llevó a Kirito al salón lo más rápido que pudo.

Asuna se cuestionó el por qué Kirito se estaba volviendo un hombre así.

Ella no quería ser novia de un patán, alcohólico y drogadicto, si Kirito seguía con esa conducta trataría de terminarlo.

Trataría. Eso es muy diferente de "haría".

A pesar de que Kirito se convertía en un mal hombre, Asuna no podía dejar de amarlo. Al fin y al cabo, el amor es ciego.

Y ojos que no ven, corazón que no siente.

Ella no vería nada que no quisiera ver. Aunque Kirito terminara en los bares ella seguiría queriéndolo por el resto de su vida.

Y es que mientras estaban en SAO, Kirito le había hecho una promesa que para Asuna era demasiado importante.

Le había prometido que se casarían y a ella le hacía mucha ilusión que fuera así.

Ella quería casarse en un pueblo, donde estuviera lejos de las preocupaciones que agobiaban a Kirito.

Lo dejaría todo, hasta su fortuna de ser necesario solo por estar al lado de aquel hombre que hacía poco la dejo de amar.

Las clases pasaron como era común. Asuna acompañaría a Kirito hasta su casa para que no se perdiera o peor aún. Ella vigilaría que no le pasara nada ya que Kirito a duras penas tenia reflejos para reaccionar a su nombre.

Kirito dependía tanto de Asuna que la tenía que agarrar fuertemente para no caerse de cara.

Pero Asuna pensaba que era una "muestra de afecto" para ella el hecho de que la sujetara con tanta fuerza.

-Es su manera de decir que me ama y no quiere separarse de mí. -Pensaba Asuna.

Pero en todo ese trayecto Kirito pensaba en una sola persona: Sinon.

Recordaba las veces que podía besarla, pero ella lo evitaba.

Recordó las cosas que Sinon le había pedido que le regalara, los poemas que le había pedido que le escribiera, (que por cierto fue Klein).

El solo volteaba a ver a Asuna, pero veía a Sinon sonreírle.

La necesidad de verla todos los días se había vuelto una dependencia.

Kirito tenía una enfermedad llamada amor. Y Sinon debía ser el nombre de la medicina que curaría dicha enfermedad.

-Te amo. -Susurro Kirito.

-¿Kirito?...¿por qué?

Asuna fue interrumpida por que Kirito le dio un beso.

-Nunca me había dado cuenta que...siempre estas para ayudarme...muchas veces pedía ayuda a gritos y tu fuiste la única que me ayudaba.

Asuna se sonrojo y su corazón se estremeció por escuchar lo importante que era para Kirito.

O eso es lo que ella creía. Pero en realidad Asuna había dejado de ser importante para Kirito desde ya algún tiempo.

Pero ella no lo sabía, irónicamente creía que era lo más importante para Kirito. Ya que para Asuna él era lo más importante en su vida.

Cuando llegaron a la casa Kirito se plantó en su puerta tambaleando un poco debido a que los sedantes aun lo tenían idiotizado.

-Nos vemos mañana, Kirigaya-Kun. -Dijo Asuna mientras le daba un abrazo a Kirito.

-No dudes que te amo. -Contestó Kirito para darle otro beso a "Sinon".

Los dos se tomaron de las manos, se vieron algunos segundos y luego Asuna se soltó de Kirito para marcharse por donde había llegado.

Kirito entro a su casa, arrogo la mochila a chingar a su madre y grito a los cuatro vientos.

-¡¡¡Me encanta esa mujer!!!

Subió las escaleras con el corazón palpitante de recordar a Sinon.

Ella estaba en todas partes, veía su rostro en su pared, en su techo, en donde estuviera Asuna, Kirito veía a Sinon.

Se puso la almohada sobre la cabeza por la pena que le daba parecer un niño pequeño enamorado de su maestra de primaria.

Estiro la mano para alcanzar la foto de él y Sinon que estaba en su mesa de noche.

Vio la foto y la abrazo hasta el punto de casi romper el marco.

En vez de sentirse decaído, triste, enojado y debilucho, así de la nada tenía mucha energía y felicidad acumulada dentro de él.

Ahora en vez de ser la furia que se acumularía hasta el principio y fin de la humanidad, ahora acumulaba la alegría y esperanza desde el principio y el después de la humanidad.

Pero esa alegría colapso cuando recordó algo de suma importancia.

-¡¡¡LA FIESTA DE DISFRACES!!!

Se volvió a meter a bañar para estar aseado, se perfumo todo el cuerpo para oler bien para Sinon.

Se cambió de ropa y se puso el sombrero negro con una pluma blanca en él.

Se puso las botas que le daban un poco más de altura, pero no lo hacían parecer un gigante.

Cuando salió de su cuarto encontró a Suguha viendo la tele en la sala.

-Oye Sugu...¿Qué tal me veo? -Pregunto Kirito apenado y sonrojado.

Suguha no dijo nada, solo se cayó del sillón donde estaba acostada.

-¿Sugu?...

-¡Onii-chan, te ves muy guapo, hueles bien, tu cara está limpia y hasta acá puedo darme cuenta que usaste enjuague bucal!, ¿A dónde vas tan bien vestido? -Exclamo Suguha emocionadísima.

-A una fiesta de disfraces. -Contestó Kirito.

-¿Iras solo? -Pregunto Suguha a propósito, quería saber que le contestaría Kirito.

-Iré con Si... -Interrumpió Kirito al darse cuenta de lo que iba a decir. -Si iré con Asuna si te lo preguntas.

-¿Qué tal si la llamo y le pregunto? -Suguha acorralaba a Kirito cada vez más.

-¡No lo hagas! -Pidió Kirito desesperado.

-¿Por qué no debo hacerlo?

Kirito cada vez más se estaba encerrando en el juego de su hermana.

-Porque es...¿una sorpresa?, ¡si, es una sorpresa para ella!

-¿Y cómo va a ir ella si no sabe que es una fiesta de disfraces? -Pregunto Suguha enredando más a su hermano.

-¡Por qué lo tengo en el auto!

-Onii-chan, tú no tienes auto.

-¡En el de Klein!, lo tengo en el auto de Klein.

-¿Klein tiene auto?

-¡Claro, pero ya me voy se me hace tarde, nos vemos Sugu!

Kirito le dio un beso en la frente a Suguha y salió corriendo de la casa sudando de los nervios.

-Menos mal el perfume absorbe los malos olores. -Pensó Kirito.

Suguha fue a su cuarto tranquilamente y con una expresión seria.

Se sentó en su cama y exploto en carcajadas que hicieron que le doliera el estómago y sintiera asfixia de tanto reír.

-¡Onii-chan se ve tan tonto ocultando cosas, no sabe fingir! -Suguha se siguió riendo hasta que no pudo más. Hasta que su estómago estaba por reventar de tanta risa.

Sinon estaba en bata de baño buscando el vestido que ella había comprado para ocasiones especiales.

El vestido era blanco, escotado y que la cubría hasta las piernas.

Era el vestido de "Julieta"

-¿Cómo vendrá vestido él? ¿será acaso de caballero, con la ropa de bestia? -La duda asaltaba a Sinon ya que podía escoger un disfraz que no fuera acorde con el suyo.

-"Cuento de hadas", no creo que sea tan idiota para no saber escoger algo que sea parecido...o eso espero. -Pensaba Sinon.

Esta vez se dejó el cabello suelto sujetado con una diadema en vez de sus dos coletas de todos los días.

Se puso un maquillaje ligero, a ella no le gustaba empanizarse de polvos y pastas.

Lo que sí hizo fue enchinarse las cejas para que se vieran más grandes.

Todo listo para ella, solo faltaba que su espadachín negro llegara a rescatarla.

Kirito iba en su moto recordando el poema que Sinon, (Klein), le pidió que le escribiera.

-¿Muy romántico?, ¿Pasional?, ¡no! Ella va a creer que solo la quiero por su cuerpo...que no tiene mucho, verdad, ¡pero aun así! -Kirito estaba desesperado.

Llegando al estacionamiento del departamento de Sinon, tomo una piedra y la lanzo al timbre de Sinon.

Pero no atino, Kirito era muy bueno dentro de los videojuegos...pero en la vida real estaba falto de condición.

-Mañana hago a hacer ejercicio como me dijo Lecter.

Kirito tomo otra piedra y la lanzo a la puerta de Sinon.

Ella miro, pero pensó que sería un insecto o algo así.

Por eso, Kirito tomo varias piedras y las lanzo a la puerta para que sonara como si la tocara y no como si algo hubiera chochado con ella.

Abriendo la puerta ella vio un enorme pastizal lleno de rosas rojas, violetas y tulipanes amarillos.

Kirito iba por un caballo desde dos colinas, el caballo corría a todo galope mientras que Kirito poco a poco bajaba la velocidad del caballo.

-¡Mi princesa. Hoy he venido ya que mi corazón me lo ha pedido. He venido para rescatarte, aunque mi vida peligrase. He venido porque te amo y de ser yo quien te rescate. Y así podremos estar juntos para toda nuestra vida. Porque sin ti yo no soy nada ni nadie. Te amo princesa. Ya no temas más, yo te he de proteger con mi vida.

Sinon bajo por las escaleras lentamente, haciendo sonar sus zapatillas.

-Mi princesa, he venido por ti, es hora de que nos vayamos.

Ambos corrieron mutuamente en dirección del otro.

Sinon llego a los brazos de Kirito y oculto su cabeza entre su pecho.

Podía escuchar los latidos del corazón de Kirito, los cuales eran tan rápidos que no se podían ni contar.

-¿Escuchas eso? -Pregunto Kirito.

-Si...¿Por qué tu corazón late fuerte? -Contestó ella.

-Por qué solamente cuando te veo me siento realmente vivo, Sinon, ¡tú me encantas, mujer! -Explicó Kirito.

-¡Y tú me vuelves loca, hombre! -Exclamo Sinon.

-¿Cuándo dejaras de pensar que no te amo?, ¿Cuándo corresponderás a las veces que he tratado de besarte? -Pregunto Kirito desesperadamente.

-Kirito...los amigos no se besan...pensé que ya lo sabias. -Respondió Sinon.

-¡¿Cómo pude ser tan descuidado?!, ¿quieres que seamos más que amigos? Porque yo sí, yo sí quiero que seamos algo más que amigos porque estoy enfermo, y para curarme me dijeron que debo fumarte, debo beberte y debo pensarte, ¡Sinon, ¿entiendes lo que te estoy diciendo?! -Explicó Kirito desesperadamente.

-Debes ser más claro Kirito...no te andes con rodeos. -Pidió Sinon calmadamente.

-¿Eso quieres?, ¡¿eso quieres mujer?! Bien, (Se arrodilla y la toma de la mano), Sinon...¿quieres ser mi dulce, dulce novia?

-¿Y tú quieres ser mi dulce, dulce novio?

"Si quiero" respondieron los dos.

Oficialmente ellos ya eran amantes.

Kirito encontró prudente intentar el beso de una vez por todas.

Se acercó poco a poco a Sinon, tomándola de la nuca para acercarla a él.

Pero ella se dio cuenta de esto y tomo el sombrero del mosquetero para taparse los labios.

-Todavía es muy temprano, Mosquetero de cuarta. -Sinon soltó una pequeña risita.

Kirito solo la abrazo riendo de alegría.

Los grillos comenzaban a cantar, el aire corría acariciando el rostro de los dos amantes y las luces de los postes los abrigaban.

Era como el acto final de una obra de teatro, con mucho drama en el mismo.

-Vámonos bribón, o se nos hará tarde. -Dijo Sinon rompiendo el abrazo.

Ella tomo de la mano a Kirito y lo llevo a la moto. Ese sería el caballo que los sacaría de la torre donde la bella estaba encerrada.

Kirito subió primero y después Sinon, la cual lo abrazo fuerte no solo para no caerse, sino porque quería estar cerca de él.

Kirito arranco la moto y ambos fueron a la fiesta de disfraces.

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Casi 6 mil palabras y na mames me engolosine demasiado, pero tenia que detallar bien la declaracion, tenia que ser epica alv.

Ya el viernes es la exposicion de la historia en mi salon, (tengo el ogt bien cerrado :V), del 1 al 10 ¿cuanto le dan a la historia? yo sinceramente no se cuanto darle xd

nos leemos en una semana espero les haya gustado como quedó el final del capítulo.

-Arturo.

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