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Capítulo cuatro

Kirito estaba en el bosque negro de Alfheim armado con la valiosa Excálibur, el arma más poderosa de todo el juego.

El caminaba atentamente mientras escuchaba pasos...pasos de lobos hambrientos saboreando a su próxima víctima.

Los lobos podían oler el miedo de Kirito, lo saboreaban con tantas ansias que era un milagro que no lo hubieran atacado ya.

Kirito caminaba aparentemente sin rumbo. Hasta que un lobo se le apareció de frente.

-¡Lárgate, vete de aquí! -Grito Kirito.

El lobo solo aulló para atraer a sus colegas.

-¡¿Qué no puedes tu solo?, cobarde! -Kirito no entendía que los lobos atacan en manada.

El lobo empezó a gruñir para luego saltarle a Kirito.

Cuando él trato de poner la Excálibur para defenderse, el lobo la rompió con sus fauces.

-¡¿Cómo es posible?! -Se cuestionó Kirito.

Varios lobos mordieron los brazos de Kirito, arrastrándolo hacia su guardia.

Fuera de sus sueños Kirito estaba gritando de verdad. Gritaba tan fuerte que despertó a Suguha la cual corrió hacia su habitación.

Ella entro y vio gritando a Kirito el cual sudaba a mares. Pero algo le decía que no debía despertar.

Dentro del sueño los lobos seguían arrastrando a Kirito a su guarida, pero ahora los lobos también mordían sus piernas.

-¡Ayúdenme, ayúdenme por favor!

A pesar de escuchar a Kirito gritar y pedir ayuda Suguha no quería despertarlo por miedo a que no supiera reaccionar y Kirito tratara de golpearla.

-¡Por favor, ayúdenme!

Los lobos finalmente metieron a Kirito a su guarida soltándolo.

Kirito se arrastró tratando de escapar, pero los lobos bloquearon la salida de la cueva.

Kirito se arrastró para el otro lado internándose más en la cueva.

Un gran error.

Después de arrastrarse algunos segundos vio algo que desearía no haber visto.

Vio a Suguha muerta siendo devorada por los lobos.

-Sugu...¡Suguha!

"Suguha". Era lo que Kirito repetía una y otra vez gritando mientras los lobos devoraban su espalda.

Suguha escuchaba que Kirito repetía su nombre con tanta desesperación mientras gritaba de dolor y por auxilio.

Suguha ya no soporta más y lo despertó agitándolo rápidamente.

-¡Onii-Chan, despierta! -Suguha estaba desesperada.

Kirito despertó revisando que sus brazos no tuvieran mordeduras, luego vio a Suguha a punto de romper en llanto.

-¡Estas viva! -Kirito abrazo a Suguha con toda la fuerza que le permitían sus brazos. -¡Estas viva, estas viva! -Repetía Kirito mientras se separaba de Sugu.

-¿Qué estabas soñando? -Pregunto Suguha preocupada y limpiándose las lágrimas.

-Soñé que lobos me llevaban a rastras a una cueva...donde estabas muerta y siendo tragada por los lobos...luego ellos me empezaron a comer a mí también...pedí ayuda con todas mis fuerzas, pero no llegaba nadie. Aun así, me alegra que solo haya sido un sueño.

Kirito comenzó a llorar por el enorme susto que se había llevado mientras abrazaba nuevamente a Suguha.

-¿Por eso despertabas sudando? -Pregunto Suguha.

-Si...he tenido demasiadas pesadillas últimamente. Pesadillas horribles que tienen que ver con las personas que más quiero.

-Sinon me dijo que ibas a ir al psiquiatra, ¿eso es verdad? -Pregunto Suguha.

-Sí, dicen que mi enfermedad puede ser psicológica y que me esté imaginando todo. -Respondió Kirito.

La conversación de los hermanos se vio interrumpida por el celular de Kirito ya que le estaban llamando.

Cuando Kirito tomo su celular y vio quien era solo dijo: "hablando del diablo".

-¿Qué pasa Sinon? -Pregunto Kirito.

-¿Qué hay bribón? -También pregunto Sinon.

-¿Para qué me llamabas? -Nuevamente cuestiono Kirito.

-No lo sé...¿te puedo acompañar al loquero, la verdad es que se me hace extraño que estés así.

-Está bien, claro que puedes venir, no me vendría mal la compañía.

-¿A qué hora es?

-Pues es una hora y media después de clases así que iré por ti y de ahí nos vamos a la cita.

Suguha inflo más mejillas mientras miraba a Kirito con algo de rabia y curiosidad.

-Si lo se...no por ella no hay problema...está bien paso por ti y de ahí nos vamos, hasta luego.

Cuando Kirito colgó vio que Suguha lo miraba muy molesta.

-¿Qué te pasa Sugu? -Pregunto Kirito.

-¿A qué clase de cita vas a ir con Sinon?

-¡¿He?!, esto...¡solo me va a acompañar para ir al psiquiatra, no lo mal pienses!

-Más te vale Onii-chan, porque si no llegas antes de la cena te las veras conmigo. -Amenazo Suguha.

-Ya, ya, no te preocupes, iré a bañarme, apesto.

Kirito salió de su casa con dirección a la escuela donde al entrar se encontraría con Asuna.

-¡Kirito! -Grito Asuna mientras corría para abrazarlo.

-Hola Asuna. -Kirito saludo de beso a Asuna.

-¿Cuándo salgas del psiquiatra podemos ir al parque? -Pregunto Asuna llena de emoción.

-No sería lo mejor, no te dejarían pasar y seguramente no me sienta a gusto después de una terapia, dicen que es agotador. -Explicó Kirito.

-Ay...¿puedes otro día?

-Claro, el que sea.

Ahora que lo pensaba Sinon no podría pasar a la terapia e iría para nada...pero ya le había dicho que sí.

Así que Kirito pasaría a la escuela de Sinon para decirle que mejor no fuera.

-Vamos rápido a clase, date prisa. -Dijo Asuna mientras jalaba a Kirito del brazo.

Kirito comenzó a sentirse mal, razón por la cual saco sus analgésicos.

Asuna no lo hacía por mala fe, pero ella hacia que Kirito se doliera y se sintiera mal.

El pecho de Kirito empezaba a sentirse raro, como si lo aplastaran fuertemente, sus brazos empezaron a dolerle y sus piernas comenzaron a temblarle mientras sus manos se ponían frías como hielo.

-Asuna, por favor detente. -Rogo Kirito.

-¿Hum?, ¿pasa algo? -Pregunto Asuna.

-No me siento bien...¿podemos ir al salón sin hablar?

-Está bien Kirito. -Asuna abrazo a Kirito, pero él la aparto rápidamente.

-Me duele el pecho...hoy no podremos ser románticos.

Asuna solo miro a Kirito con ojos de perrito regañado.

-Perdón, pero de verdad no me siento bien, mañana te compensare todo.

-Está bien, si tú lo dices me espero a mañana. -Dijo Asuna derrotada.

Kirito solo la abrazo para no hacerla sentir mal, le dio un beso en la cabeza y le dijo.

-¿Me puedes ayudar a llegar al salón...no puedo mover las piernas.

Kirito estaba anclado al suelo mientras sacaba más analgésicos y se los tomaba.

-Yo te ayudo. -Expreso Asuna.

Por otro lado, estaba Sinon la cual estaba retrasada para ir a la escuela.

Ella corría para llegar a tiempo.

Con un poco de suerte llego a tiempo, ella se había quedado dormida después de hablar con Kirito.

El sueño le había ganado.

-"Despierta bella durmiente" -Pensó Sinon.

El corazón de Sinon se estremeció al recordar esas palabras, lo que quería era escucharlas una vez más.

Cuando llego a la escuela se la pasó pensado en su caballero, imaginaba a Kirito montado a caballo empuñando un sable recitando algún poema heroico.

Pero en todo caso que lo hiciera ese poema seria para Asuna.

Ella solo rayaba su libreta para desquitarse con el destino por enamorarse de un hombre que ya tenía novia.

Sinon se preguntaba si Kirito pensaba en ella, aunque fuera un pensamiento muy pequeño ella quería saberlo.

Y estaba en lo cierto. Kirito pensaba que pasaría si le decía a Sinon que lo mejor era que no fuera a acompañarlo.

-¿Se molestara?, ¿me va a golpear otra vez?, ¿Qué va a hacer? -Pensaba Kirito.

Sinon pensaba en que tendría la fortuna de que iría con Kirito en su moto, abrazándolo. Eso la hacía sentir emocionada.

Cuando finalizaron las clases para Kirito el corrió a su moto para no hacer esperar a Sinon y que eso la enojara más.

-¡Kirito, espera! -Detuvo Asuna.

-¿Qué pasa? -Pregunto Kirito.

-¿Ya te vas a ir?

-Sí, tengo que llegar pronto o me cancelaran la cita.

-Está bien...nos vemos luego.

Asuna no se despidió de Kirito por lo triste que se sentía.

Kirito se dio cuenta de esto.

-Asuna, te vez hermosa en los anuncios de perfume.

Cuando Asuna escucho esto sus ojos de llenaron de brillo.

-¿De-de v-verdad lo crees? -Pregunto ella nerviosamente.

-Por supuesto que sí, siempre paso por la misma calle y me detengo en el mismo semáforo para poder verte.

-Puedes verme en otros lados, puedes sentirme...pero no tienes tiempo. -Expreso Asuna con notoria tristeza.

-Te juro por nuestra hija que mañana te lo compensare todo, iremos a donde tú quieras.

Esas palabras eran muy enserio como para que Kirito prometiera en nombre de su hija.

-Más te vale...o me pondré muy triste.

-Lo juro, nos vemos mañana.

Kirito arranco su moto y fue deprisa a la escuela de Sinon la cual ya llevaba unos minutos esperando.

Sinon miraba su reloj mientras esperaba en el segundo piso de la escuela.

Ahí se puso a imaginar la escena clásica de "Romeo y Julieta".

En su mente Sinon estaba vestida de blanco mientras a lo lejos veía a Kirito llegando en caballo vestido con un traje negro de mosquetero.

-¡Julieta, he venido para que esta noche nos escapemos lejos de aquí, en donde podamos ser felices!

-¡Romeo!, ¿pero qué hay de tu novia?

-Ella ya no me importa, ¡ven Julieta y seamos felices!

-Está bien Romeo, ya voy contigo.

-Julieta.

-¿Si?, Romeo.

-Te amo Julieta.

-Sinon, baja de ahí, es hora de irnos. -Dijo Kirito.

Kirito había sacado de su imaginación a Sinon, la cual se agito su cabeza para despertarse.

-Ya voy, bribón.

Sinon bajo lento las escaleras para ocultar su sonrojado rostro.

-Oye Sinon, tengo que decirte algo.

-"¡Julieta, he venido para que esta noche nos escapemos lejos!" -Pensó que sería la respuesta de Kirito.

-Siento que es mejor que no vayas, no te van a dejar pasar a la terapia.

Sinon solo puso su mano en la boca de Kirito para callarlo.

-Una palabra más...y vas a saber lo que es sufrir. Si me ofrecí a acompañarte es para que vayamos sin peros. -Amenazo Sinon.

Kirito solo trago saliva: "Esta bien". Fue lo que trato de decir para no enfrentarse a la furia de Sinon.

Kirito se quitó la mano de Sinon de la boca para luego tomarla y llevarla a su moto.

Sinon se impresiono tanto que no se pudo mover.

Cuando Kirito sintió el jalón de Sinon porque ella estaba anclada al suelo solo dijo.

-Oye, ya me obligaste a llevarte, así que no te hagas del rogar aún más.

Kirito tomo aún más fuerte la mano de Sinon y lo que ella sintió como algo eléctrico.

Ella daba pasos lentamente mientras Kirito la seguía tomando de la mano.

-Ponte el casco, últimamente estoy muy distraído y no quiero que te pase nada.

Esas palabras que dijo Kirito hicieron sonrojar a Sinon.

-¿Se preocupa por mi o es mera imaginación mía? -Pensó Sinon.

Sinon oculto su vergüenza detrás del casco, si Kirito la viera así de apenada seguramente se burlaría de ella.

Kirito subió a la moto para luego ofrecerle su mano a Sinon.

-Sube, date prisa o llegare tarde.

Sinon tomo nuevamente la mano de Kirito la cual estaba fría, fría como la brisa matutina del invierno.

Cuando Sinon subió a la moto pensó en abrazar a Kirito, pero mejor se sujetó del respaldo de la moto.

Ella no quería que Kirito tuviera la más mínima sospecha de sus sentimientos.

Cuando Kirito arranco la moto el jalón que dio fue tan duro que Sinon por instinto se abrazó de Kirito.

Ella se sonrojo sorprendida por lo que había sucedido.

-Calma, arranque mal. Discúlpame. -Pidió Kirito mientras se tallaba la nuca.

-So-solo no lo vuelvas a hacer. -Sinon volteo a otro lado para que Kirito no notara su sonrojo.

Ya después de ese pequeño incidente Sinon comenzó a sentir sueño, así que se recostó en la espalda de Kirito, el cual al pasar por una calle vio el poster de Asuna donde promocionaba el perfume.

Eso lo hizo sonreír y recordar la promesa que había hecho con ella.

Cuando llegaron al psiquiatra Kirito dijo.

-Bien, ya llegamos...¿me puedes soltar ya? Siento que se me escapa el aire.

Sinon había estado apretando sus brazos inconscientemente.

-¡Pe-perdón! -Exclamo Sinon mientras se sonrojaba.

-Ay, cosita, no te apenes. -Dijo Kirito mientras sonreía conteniendo una risa.

-Maldito. -Dijo Sinon mientras se quitaba el casco y golpeaba a Kirito con él en el pecho.

-Uff, vaya manera de devolverme las cosas. Ahora dime, ¿Por qué querías acompañar?

-Por qué me preocupas mucho. -Sinon no analizo lo que dijo y lo soltó sin pensarlo.

-¿De verdad?, ¿y por qué preocupo tanto?

Sinon se había metido en un hoyo. Ahora tenía que salir rápidamente de él.

-Pu-pues...¿es obvio n-no?

-... -Kirito miraba confundido.

-Po-porque si t-te sientes mal, ¿Co-como vas a ayudar en las misiones?

Sinon estaba tan nerviosa que jalaba su chamarra hacia abajo al mismo tiempo que miraba al suelo.

-Eso... -Kirito espero uno segundos. Sinon estaba segura que no le iba a creer nada.

-¡Eso tiene sentido! -Bien pensado.

Kirito solo revolvió el cabello de Sinon para felicitarla por lo bien que pensaba.

Kirito miro su reloj y se llevó una ingrata sorpresa.

-¡Mierda, faltan 5 minutos! -Nuevamente tomo la mano de Sinon para llevarla corriendo hacia el psiquiatra.

Sinon estaba tranquila de que Kirito no se había dado cuenta de lo que ella sentía por él.

Cuando llegaron a la sala de espera el psiquiatra abrió la puerta.

-Buenos días caballero, señorita. -Saludo el Doctor.

-Buenos días. -Respondieron ambos.

Sinon iba detrás de Kirito, pero el Psiquiatra bloqueo la puerta.

-Esta no es terapia de parejas, tendrá que esperar.

-Ni modo. -Suspiro Sinon mientras se sentaba en la sala de espera.

Para distraerse saco un libro, uno muy especial para ella ya que le recordaba su "romance" con Kirito.

El psiquiatra cerró la puerta y también acostó en la silla a Kirito.

-Dime una cosa Kirigaya-Kun, ¿es primera vez que vienes a un psiquiatra o parecido? -Pregunto el Doctor.

-Sí, nunca había venido antes. -Respondió Kirito.

-Muy bien, déjame decirte que hay dos reglas aquí. La primera: "No te pongas nervioso", no te voy a comer ni te voy a maltratar, siéntete en confianza conmigo. Segundo: "Dime la verdad", dime que sientes, dime que te pasa para que no te de un medicamento incorrecto y empeore tu salud. Así que no te guardes nada. -Explicó el Doctor.

-Es-está bien, Doc.

-Ahora, el doctor que te transfirió conmigo me paso tu expediente. Dice que puedes estar imaginando que estas enfermo.

-Eso dicen, físicamente no tengo nada, pero me he sentido mal.

-¿Qué es lo que has sentido?

-Malestares estomacales, dolores de pecho y cabeza...mis piernas tiemblan, mis dedos se ponen rígidos y fríos.

-Bien, supongo que ya sé que puede ser, ¿algo más que deba saber?

Fuera de la habitación Sinon estaba escuchando lo que ambos platicaban. Ella haría lo que fuera con tal de ayudar a su enamorado.

-También he tenido pesadillas horribles.

-¿Pesadillas?, dime una cosa, ¿has estado viviendo muy estresado...presionado?

-No lo sé...seguramente sí.

-¿No te sientes estresado?

-Para nada doc.

-Muchas veces las personas están estresadas sin saberlo, seguramente es tu caso.

-Bueno, ¿entonces solo tengo estrés?

-Cuando me cuentes tus pesadillas lo sabremos.

Kirito le conto las pesadillas que había tenido. Cuando Sinon escucho de aquello solo se llevó las manos a la boca de la impresión que le causaba.

-¿Eso es todo?, ¿tu sueño acabo cuando viste a tu hermana? -Pregunto El doctor.

-No...el sueño continuo, pero me da miedo recordarlo.

Kirito estaba sudando de los nervios y el miedo que le provocaba recordar sus pesadillas.

-Tienes que hacerlo, recuerda la segunda regla.

-La vi...grité lo más fuerte que pude, traté de ayudarla, pero los lobos me mordían la espalda y me alejaban de ella...pedía por ayuda, pero nadie me escuchaba.

-Ese sueño puede ser interpretado. Los lobos son tus preocupaciones y miedos...¿tienes miedo de perder a tu hermana?

-Ya la perdí una vez...bueno dos veces...así que no quiero perderla nunca más. -Explicó Kirito.

-Pues bueno, Kirigaya-Kun, eso explica las cosas, la verdad es que tus preocupaciones te arrastran a donde no quieres ir, necesitas ayuda, pero no la pides...o en su defecto la pides a gritos y todos te ignoran. -El doctor fue por un vaso de agua para ofrecérselo a Kirito.

-Tus dolores y males se deben al estrés que te provoca la vida diaria.

-¿Entonces no enloquecí?

-Jajaja, no, para nada. Eres la persona más cuerda de la tierra, solo debes alejarte de las preocupaciones.

-Menos mal, me daba miedo tener que estar en una institución mental.

-Te apuesto a que si vuelves a soñar con lobos estos ya no te van a llevar a ninguna cueva.

Kirito se levantó de la silla ya que la hora había terminado.

-Vuelve la semana siguiente. Eres muy joven para tomar medicamento anti estrés así que te recomiendo que practiques herbolaria, aromaterapia, (El doctor va a un cajón y saca una memoria), toma esto, "Variaciones Goldberg". Cuando sientas que estas por reventar escucha un poco y te vas a tranquilizar.

-Gracias Doctor, se lo agradezco mucho.

-De hecho...como eres joven puedo probar una nueva terapia anti estrés contigo, ¿conoces Gun Gale Online? -Pregunto el doctor.

-Lo jugaba hace algunos meses. -Respondió Kirito.

-Bueno puedes probar jugarlo de nuevo para eliminar tu estrés disparando tanto como quieras.

-Está bien Doc. Esa terapia si me va a gustar.

-Si tienes alguna pesadilla tan fuerte que despiertes gritando o llorando no dudes en llamarme para atenderte de urgencia. -Pidió el Doctor.

-Gracias Doctor Lecter.

-De nada Kirigaya-Kun.

Sinon se hizo unos pasos para atrás ya que Kirito estaba por salir.

Cuando ella lo vio salir no espero ni un segundo y fue corriendo a abrazarlo.

El tampoco espero ni un segundo y correspondió el abrazo.

A veces cuando la gente esta tan mal lo único que les puede hacer bien es un abrazo...recuérdalo bien.

-No sabía que estuvieras tan mal. -Dijo Sinon.

-Solo debo alejarme de lo que me hace mal...no es tanto problema después de todo.

Kirito vio el libro que Sinon estaba leyendo y le llamo poderosamente la atención.

Así que por eso decidió tomarlo "prestado".

-¡¿Qué estás leyendo?!- Exclamo Kirito mientras le arrebata el libro a Sinon.

-¡Oye, devuélvemelo! -Exigió Sinon.

-"Relatos de princesas y cuentos de hadas", no sabía que te gustaran estas cosas.

-¡No te importa, devuélvemelo ya!

-"Títulos de esta colección. El encantador relato de los amantes desafortunados". Tampoco sabía que te gustaran los amores prohibidos.

-¡Cállate idiota!

Sinon pateo la pierna de Kirito para que soltara el libro, cuando ella finalmente se lo arrebato a Kirito lo llevo a su mochila estando totalmente sonrojada de las mejillas.

-No te apenes, a Suguha le gusta leer mitología, no me voy a burlar de ti.

-Si le dices algo a alguien te voy a arrancar la lengua para que no vuelvas a contar nada. -Amenazo Sinon.

-Está bien, lo juro. Ahora...¿sabes que te puede gustar?

-¿Qué cosa? -Pregunto Sinon mientras ponía su mochila en orden.

-El doc me dijo que jugara GGO para des-estresarme rápido, ¿Qué tal si volvemos a las andadas?

-Bueno, ¡sirve que te meto una bala en la cabeza por ser un maldito!

-Pero a si me quieres. -Se burló Kirito.

Sinon se quedó en silencio, podía decir "así te quiero" pero eso podía sonar algo sospechoso, así que ella se reservó el comentario.

-Solo vámonos, ¿quieres? -Pidió Sinon.

Ambos salieron del consultorio y fueron a la moto de Kirito.

-Bueno, puedo pasar a tu departamento y de ahí me regreso.

-No te molestes, lo último que quiero es estar contigo.

"Lo último que quiero es estar contigo para no recordarte, para ya dejar de depender de ti". -Esa sería la frase completa si Sinon tuviera el valor de decirle a Kirito lo que ella sentía.

-Pues sabes que me gusta molestarte, así que te llevare a tu depa.

-Te odio.

-"Te odio porque no me prestas atención...por qué solo tienes ojos para Asuna". -Era lo que pensaba Sinon.

-Claro que no. Me amas. -Menciono Kirito orgulloso.

En ese momento el corazón se le detuvo a Sinon, ¿Cómo es que Kirito se había dado cuenta de lo que ella sentía por él?

-¿Co-como lo? -Dijo Sinon con voz cortante.

-¿Cómo lo dije?, para llevarte la contraria y hacer que te molestaras.

Sinon no dijo nada más, solamente golpeo el pecho de Kirito usando el casco de la moto con tanta fuerza que Kirito en verdad se dolió.

Sinon por un lado estaba molesta, Kirito llegaba a los limites por molestarla y eso la enfada muchísimo.

Pero por el otro estaba tranquila y feliz de que Kirito fuera tan insensible que no se diera cuenta.

-Solo vete a la mierda con tu moto. Espero que un autobús te arrolle de aquí a tu casa. -Sinon expreso su enojo y desagrado.

Ella se fue sin decir palabra alguna. Kirito comenzó a sentirse mal por lo que hizo.

-Bien hecho, Kazuto, bien hecho. -Dijo Kirito para sí mismo.

En sus pensamientos Kirito se maldecía porque ahora sí se había pasado de la raya con Sinon. ¿pero por qué ella se había enojado tanto?

Él pensaba que seguramente era porque la paciencia de Sinon era como una alcancía.

Kirito había estado echando monedas con cada vez que la había hecho enojar y una vez llena, Kirito rompió la alcancía.

Seguramente era por eso que se enojó tanto.

La había hecho enojar poco a poco hasta que finalmente Sinon exploto, (por si no entendiste la metáfora de la alcancía y las monedas :v).

Cuando llego a su departamento se tumbó a su cama sin ganas de hacer nada. Estaba buscando una solución para que Sinon lo perdonara.

-¡Onii-chan, a comer!

Y ya sabía dónde encontrar la respuesta.

Kirito bajo corriendo las escaleras para encontrase con Suguha.

-¡Sugu, necesito pedirte un favor! -Exclamo Kirito.

-¿Cuál favor?, ¡no te voy a prestar mis sabanas otra vez! -Dijo Suguha.

-¡Tch, no es eso, es algo muy importante!

-¿Tan importante como para que estés así de desesperado?

-¡Así es, necesito que me digas que puedo regalar para pedir perdón!

-Simplemente puedes darle un beso, es una buena disculpa.

-No hice enojar a Asuna, fue a Sinon quien se enojó por que la estuve molestando cuando salimos del psiquiatra.

-Ay Onii-chan, ¿Por qué eres tan torpe?

-Porque soy yo :D.

-Puedes darle una canasta de dulces con un oso de peluche.

-Hum...puede ser, ¿sabes que dulces le gusta a Sinon?

-Los tradicionales y los palillos de pan con chocolate.

-¡Gracias eres la mejor hermana! -Kirito fue con Suguha y le dio un beso en la frente.

-Ya lo sabía. -Dijo Suguha llena de orgullo.

Antes de que Kirito saliera de la casa se detuvo un momento.

-Oye Sugu...

-¿Qué pasa Onii-chan?

-¿Sabías que eres muy importante para mí?

-Onii-chan, ¿Por qué lo dices?

-Porque el psiquiatra me recomendó que lo hiciera...además es la verdad.

-Tú también eres muy importante para mí, Onii-chan.

Kirito salió por la puerta corriendo con dirección al supermercado.

Cuando Kirito llego fue a buscar una canasta y compro varios dulces tradicionales y un oso de peluche gigante.

-Con esto debe bastar. -Pensó para sí mismo.

Cuando llego a casa Suguha estaba viendo la tele.

-Pensé que tardarías más Onii-chan. -Exclamo Suguha.

-Tengo prisa, por cierto, te compre esto.

Kirito le arrogo una caja de chocolates a Suguha. Los ojos de Suguha se prendieron en un gran brillo. Eran sus chocolates favoritos.

-¡Gracias, no sabes cuánto quería unos pero no había tenido dinero para comprarlos!

-¡Que la cena este más rica todavía! Esos chocolates son caros de cojones. -Se burló Kirito.

Kirito subió las escaleras para ir a su cuarto y buscar una hoja de papel y un plumón.

Termino de escribir lo que le pareció correcto para una disculpa.

También pego una nota en el oso de peluche gigante.

Salió en su moto para ir al departamento de Sinon.

Ella estaba acostada en su cama. De la nada le había dado tos y sentía dolor en los pulmones.

Su cara está muy caliente por lo que supuso que tendría fiebre.

De la nada sintió que su estómago se revolvía.

Sin pensarlo dos veces fue corriendo al baño en donde termino vomitando de lo mal que estaba.

-¿Qué comí? Maldita sea. -Se quejó Sinon mientras su cara se tornaba pálida.

De la nada escucho el timbre de la puerta, ella no estaba para nadie.

Los minutos pasaron y seguían insistiendo en la puerta, así que decidió abrirla para que la dejaran de molestar.

Cuando abrió la puerta no vio nada, hasta que miro abajo.

Había una canasta de dulces con una nota que decía "lo siento por ser un cretino, algunas veces realmente apesto".

Ella no sabía quién podía ser, ya que Kirito rara vez se disculpaba.

Luego vio a un oso que tenía una nota en la cabeza. La nota decía "Quiéreme".

Ese regalo misterioso hizo que Sinon recuperara su color de piel.

Cuando Sinon tomo al oso tuvo la necesidad de abrazarlo.

Como cualquier oso gigante de peluche era muy suave y peludo.

-Claro que te voy a querer pequeña bola de pelos. -Dijo Sinon cerrando sus ojos y abrazando al oso.

-¿Y a mí me vas a perdonar? -Escucho que dijo alguien.

-¿Hmp?, ¿Kirito?

Kirito subió las escaleras para llegar a la puerta del departamento.

-No podía dejar las cosas así y actuar como si nada, la verdad me sentí muy mal por lo que paso hace rato.

Kirito puso su mano detrás de la cabeza y miro al suelo en señal de arrepentimiento.

-Si no quieres perdonarme está bien, pero al menos acepta esto.

-¿Y si no quiero aceptarlos? -Desafío Sinon.

-Bueno ya dijiste que vas a querer al oso así que ahora te lo quedas jeje. -Kirito sonrió.

-¿Y si mejor te aviento los dulces a la cara? -Pregunto Sinon levantando una ceja.

-Si eso te hace sentir mejor, adelante.

-Así no tiene chiste, quiero verte gritar por piedad, arruinas cada cosa.

Sinon cerró la puerta, pero Kirito la detuvo.

-¡Tengo algo a lo que no le vas a poder decir no! -Grito Kirito mientras sujetaba la puerta para que Sinon no la cerrara.

Sinon abrió de nuevo la puerta, pero ahora lentamente.

-Ya picaste mi curiosidad, ¡muéstralo! -Exigió Sinon.

-Muy bien, aquí tienes.

Era un regalo envuelto, parecía ser un cuadro o una caja de chocolates ya que era plano y alargado.

Cuando Sinon abrió la envoltura encontró una grata sorpresa.

-"La bella durmiente", ¿de verdad? -Pregunto Sinon.

-Es que me recuerda a ti. -Respondió Kirito.

-Vete de aquí Kirigaya, no estoy de humor.

-Solo te pido que no tires los regalos...quédate con el oso al menos.

Sinon no dijo nada y cerró la puerta.

Kirito empezó a bajar las escaleras totalmente derrotado.

Sinon fue corriendo a su cocina y tomo una bolsa de arroz que tenía preparada.

Ella corrió de nuevo a la puerta para abrirla, salir y desde el balcón...

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¿Les gusto como va la relación de estos dos? por que realmente no han visto nada u.u

Sin duda es amor apache :V

ya viene lo bueno ahora si

nos vemos el próximo jueves.

-Arturo.

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