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Capítulo catorce

-Oye...¿podemos vernos en el bar de Ágil?

Kirito fue con su moto hasta el bar de ágil, donde Klein lo estaba esperando.

-¿Qué paso amiguito?, tardaste mucho. -Reprocho Klein.

-Imagino una cosa, ¿a ti te gustaba Asuna al momento de conocerla? -Dijo Kirito de forma muy decidida mientras se sentaba en la barra,

-¿He?, ¿Por qué la pregunta? -Cuestiono Klein.

-Sírveme un escoces con hielo, Ágil. -Pidió Kirito.

-Pero solo uno, no quiero que llegues a tu casa como la última vez. -Advirtió Ágil.

-Hecho, solo uno esta vez.

-Pe-pero, ¿Por qué preguntas eso Kirito? -Insistió Klein.

-Amigo, necesito que me quites a esa mujer de encima, la quiero dejar pero no puedo, ¡¿me oyes? No puedo hacerlo!...no tengo el valor. -Explico Kirito.

-Kirito...no se si te habías dado cuenta que ella está loca por ti. -Reprocho Klein.

Ágil llego con la bebida de Kirito para dejarla en la barra.

-Gracias Ágil. Klein, no me entiendes, ¿verdad? -Preguntó Kirito.

-No...no te entiendo absolutamente nada. -Respondió Klein.

-A las chicas les gustan los hombres maduros, solo mírate, tienes 24, ¿y aun sin novia? -Kirito estaba provocando a Klein.

-¡Oye, ¿Quién te dijo que podías hablar de eso?! -Dijo Klein molesto.

-¿Cómo es que un chico de 17 como yo puede tener una linda novia como Asuna de 18?, ¿y tú de 24 no puedas ligar con ella?

-Tienes razón Kirito, ¡eres un niño! -Klein se estaba enfadando aún más.

Kirito le dio un sorbo a su bebida de manera victoriosa y sonriente. No porque se estuviera burlando de Klein, sino porque lo estaba haciendo caer en su juego.

-Oh espera un segundo, y no solamente un mocoso como yo enamoró a Asuna de 18 años, también a Sinon de 16, ¡Oh por Dios Klein vuelve cuando seas un protagonista!

-¡Ya basta! -Klein golpeo la mesa haciendo que el trago de Kirito se derramara un poco. -Si solo viniste a insultarme, ¿para qué me llamaste? -Pregunto Klein muy enojado.

-Bueno, demuéstrame que puedes ser más que un perdedor y enamora a Asuna. -Retó Kirito.

-¡Trato hecho, mocoso! -Respondió Klein mientras le daba la mano a Kirito.

El plan había salido a la perfección, aún quedaba jugar la última carta para que Asuna lo olvidara.

Kirito salió del bar con dirección a su casa, llamo a Asuna para que se vieran en ALO en la plaza de Alfheim.

Y a Klein le dijo exactamente lo mismo...el detalle es que el no iría, solo lo dijo para juntar a Klein y a Asuna para que pasaran tiempo juntos y se hicieran más amigos.

Y de ahí que Asuna quisiera ser "más que amiga" para Klein.

Solo tenía que rezar que su plan saliera a la perfección o ser casado con Asuna en el intento.

La primera opción le gustaba un poco más a Kirito.

Así que solo se acostó en el sillón de la sala esperando resultados, unos buenos resultados.

-Onii-Chan, ya me voy al torneo de kendo. -Dijo Suguha muy emocionada.

-Que bien Sugu, no regreses sin el oro. -Exclamo Kirito animando a su hermana.

-No vayas a armar una fiesta mientras no estoy, porque si me entero lo vas a lamentar. -Advirtió Sugu.

-¿Me crees capaz de hacerlo?, además solo tengo de amigos a Klein y a Ágil...y me parece que Klein está un poco ocupado hoy. -Explico Kirito.

-¡De todas formas, no quiero que hagas nada malo!

-(Suspira) No vemos en dos días Sugu...llena de orgullo al abuelo. -Se despidió Kirito-

-¡Ya verás que si Onii-chan! -Contesto Suguha mientras salía por la puerta.

Cuando Suguha salió de la casa, Kirito espero unos segundos más y se fue corriendo hasta su cuarto para tomar su celular.

Fue al chat de Sinon y escribió.

-Oye, vamos a dar un paseo y de ahí regresamos a mi casa.

-¿Va a ser algo formal? -Contesto ella de inmediato.

-Kirigaya, la tienes como loca. -Pensó Kirito orgulloso de sí mismo. -No, solo será un paseo normal, solo un paseo por palacio imperial y de ahí vamos a El foso Chidorigafuchi. -Escribio Kirito.

El foso Chidorigafuchi, muy bonito búscalo en imágenes, sé que te va a encantar ;)

-Está bien, de noche es más bonito por ahí, así que nos vemos a las 6 en mi casa. -Contesto Ella.

-¡Trato hecho!

Apenas eran las 4 de la tarde, tal vez arreglarse le llevaría una hora. Y luego ir a la casa de Sinon le tomaría una media hora, así que tenía tiempo de sobra.

Pero toda esa felicidad se fue al caño cuando Asuna interrumpió la maravillosa velada.

Atosigo con 1000 mensajes a Kirito preguntándole si podían verse esa noche, de si él podía ir a su casa ya que su madre no estaría, entre muchas otras cosas.

Pero el simplemente no contesto, al día siguiente cuando Asuna le preguntara el por qué el respondería "Estaba dormido" o "estaba viendo la tele".

-No me contesta, ¿seguirá ocupado?...mejor le hablo mañana que este libre. -Pensó Asuna dándose por vencida.

Sinon estaba en su cuarto preparándose para salir. Se estaba peinando como siempre ya que se suponía que iba a ser algo normal.

Sus dos típicas coletas con su cabello castaño y sus lentes, esa sencillez era lo que la hacía bonita.

Por qué una mujer que no necesita maquillaje es 1000 veces más bonita a una que si lo necesita para verse bien.

Por suerte para ella, a ojos de Kirito, Sinon siempre se vería bien.

Se puso un pantalón de mezclilla azul marino, una playera blanca y su chamarra café.

Kirito se "peino" y estaba decidió a vestirse algo formal solo para apantallar a su amante.

Pantalón y chaleco café claro, playera negra y un abrigo igual de color café fuerte.

Sin duda se miraba bastante bien, así que era hora de ir a por Sinon.

Subió a su moto y fue hasta su casa, en donde Asuna estaba mirándolo en todas partes, por donde quiera que pasara su rostro estaba ahí, mirándolo.

Él no podía dejar de sentirse culpable por serle infiel a Asuna, pero no sabía cómo acabar todo, cuando tuvo la oportunidad la dejo ir.

Pero, ahora que Kirito lo pensaba con un poco más de claridad, de nada hubiera servido terminar a Asuna cuando estaban peleados ya que ella solo quería la reconciliación, pero se estaba haciendo la difícil para fastidiar solamente.

Kirito sintió que lo mejor era dejar ese tema por la paz. Así que despejo sus ideas y solo se concentró en Sinon, quería hacerla la mujer más feliz del mundo.

Así que cuando llego a su casa, se estaciono unas calles antes para darle una buena sorpresa, tenía en sus manos un pequeño collar de corazón con su nombre.

Fue caminando tranquilamente hasta el departamento de Sinon, la cual lo esperaba con ansias en la sala, mirando su reloj con impaciencia.

Kirito no había llegado tarde ni nada por el estilo, pero que el tiempo para que dieran las seis carcomía a Sinon por dentro.

Así que en cuanto Kirito se plantó en frente de la casa, dio unos golpes en ella para que Sinon supiera que había llegado, ella salto de su asiento para ir caminando lentamente hacia esta para no evidenciar que estaba desesperada.

Sinon fue y abrió la puerta.

-Hola Sin. -Kirito se vio interrumpido por que Sinon se abalanzó sobre él para darle un beso.

El sabor a café suave en los labios de Sinon fue percibido inmediatamente por Kirito.

Ella noto que los labios de Kirito estaban más suaves y tersos cuando los junto con los suyos. Él había procurado cuidar ese aspecto.

Estaban tan suaves que no quería despegarse de ellos, aunque le faltara el aire, ella respiraba por la nariz para no separarse de su amante.

Pero, ella no estaba desesperada, ella quería ser tranquila en lo que fue un beso tierno.

Cuando ambos finalmente se separaron con un resplandor en sus ojos fue, que se abrazaron.

Sinon tenía ganas de llorar, pero no de tristeza. Todo lo contrario, ella quería llorar de felicidad por poder ver a su amado "novio", de poder sentirlo, tocarlo y besarlo algo que toda mujer desea con ansias cuando no ve al hombre que ama.

Pero ellos no llevaban más que unas horas de no verse, pero para Sinon, esas horas eran años eternos, como si millones de kilómetros los separaran.

Y lo que puso la cereza sobre el pastel fue que Kirito coloco el collar en las manos de Sinon mientras las tomaba.

-¿Qué es esto? -Pregunto ella naturalmente.

-Mira lo que dice. -Pidió Kirito.

Cuando ella vio el nombre que estaba se molestó un poco, ¿Por qué no le regalo un collar con su nombre?

-Este...¿si sabes que este no es mi nombre?, es el tuyo, tarado. -Se burló Sinon.

-Lo sé, ¿pero qué forma tiene? -Pregunto él.

Ella examino el collar, no paso mucho cuando se dio cuenta que tenía forma de corazón.

-Bueno, es un corazón...¿pero por qué tiene tu nombre? -Siguió preguntando ella.

-Pensé que ya lo sabrías, este corazón es mío porque tiene mi nombre...pero, ¡quiero entregártelo, quiero entregarte mi corazón! -Exclamo Kirito con mucho sentimiento.

-Ay, Kirito. -Sinon abrazo a Kirito por ese detalle, que por pequeño que fuera, era sumamente encantador.

Kirito le puso el collar a Sinon con mucha emoción.

-Se nos hace tarde princesa, será mejor irnos. -Interrumpió él.

Ambos se fueron tomados de la mano hasta la moto de Kirito para partir al palacio imperial.

Cuando llegaron, caminaron tomados de la mano hasta entrar al palacio.

Caminaron por el puente Nijubashi viendo las aguas correr en dirección hacia ellos.

El ambiente era encantadoramente pacifico mientras veían nadar a los cisnes debajo del puente.

Dos de ellos entrelazaron sus cuellos formando un corazón. Kirito y Sinon se voltearon a ver para luego soltar una buena risotada.

Aparte de esto, ambos estaban enfrente de una lámpara que por tener los focos fundidos, los iluminaba con una luz muy tenue.

-Parece ser que el destino quiere que nos pongamos cursis. -Bromeo Kirito.

-Se puede decir...que así es. -Respondió Sinon.

Estaban viendo los frondosos árboles verdes meciéndose con la briza de la noche. El cielo nocturno estaba nublado impidiendo que la luna pudiera ser vista.

-(Mirando al cielo) Ni modo, parece que la luna no quiera que la veamos esta noche, (Baja la mirada). -Dijo Sinon

Kirito estaba volteando a ver el agua, veía como pasaban los cisnes por debajo de ellos.

Cuando subió la mirada para ver a Sinon, sus dos coletas se movieron por la brisa del aire.

Sinon miraba al horizonte, la luz de los focos reflejaba en sus lentes.

Pero sus ojos se aclararon cuando miro a Kirito, soltando una enorme sonrisa.

Su cara blanca absorbía la luz de la luna, como si ella estuviera brillando.

Sus dientes parecían perlas marinas, blancas y brillantes al igual que ella.

Porque para Kirito, Sinon era su perla amada y que guardaba con mucho recelo.

Cuando Sinon miro a Kirito a los ojos, a él se le estremeció el alma y el corazón de ver aquel espectáculo por el que daría hasta la vida solo para que pudiera maravillarse con él todos los días que le restaran de vida.

-Yo creo...yo creo que estas mintiendo, porque tengo a la luna frente a mí.

-Kirito... -La luna se había puesto colorada de las palabras que había escuchado.

Ambos corazones latían con fuerza, por el amor que se tenía el uno al otro.

-Si esto fuera una pesadilla...por Dios te juro que no quiero despertar. -Dijo Kirito.

-Yo tampoco quiero despertar de este sueño. -Respondió Sinon.

Ambos se abrazaron y juntaron sus frentes, era como si una conexión tan fuerte como la energía atómica los tuviera amarrados. Nada del universo, ni siquiera la gravedad misma los separaria.

Podía ser el fin del mundo en aquel momento, así todo el universo colapsara y se redujera a nada más que polvo, los dos amantes seguirán unidos por esta conexión tan poderosa que ambos tenían.

Tranquilizando un poco sus corazones decidieron avanzar, no sin antes de que Kirito le diera un beso en la frente a Sinon, y esta le respondiera con uno en la mejilla.

-¿Podemos ir las barcas? -Pregunto Sinon como niña de 5 años.

-Claro que podemos ir, iremos a donde tú quieras. -Respondió Kirito.

Los dos emprendieron marcha a las barcas para recorrer el rio, dejar atrás aquel alrededor verde y salvaje para cambiarlo por un rosa relajante.

Ambos subieron a una pequeña barca para poder viajar a través del pequeño rio que rodeaba el palacio.

Este estaba iluminado de color azul marino, con algunas luces verdes claro adornándolo también.

Mientras Kirito usaba sus dos brazos para hacer avanzar la barca, Sinon estaba sumergida en una paz indescriptible.

Las hojas de los cerezos caían lentamente en el rio, como si fueran las rosas que se avientan el día de una gran boda.

-Pensé que un debilucho como tú no podría con la barca. -Dijo Sinon.

-He estado haciendo ejercicio, podría cargarte por toda la ciudad en mis brazos. -Defendió Kirito.

Eso era algo a lo que Sinon no había puesto atención, Kirito cada vez tenía un mejor cuerpo, lucia más fuerte, algo que ella no deseaba pero no se quejaba de ello.

Algo parecía subir a la superficie, había burbujas saliendo del agua.

Sinon se preocupó un poco, ¿Qué era aquello que salía con tanta prisa?

Tontamente, se asomó para ver que era, mientras las burbujas cada vez eran más y más.

Sus pupilas se contrajeron porque eso la asustaba bastante.

Y cuando finalmente salió, un pescado de considerable tamaño salto del agua asustando a Sinon y haciéndola caer a la corriente del rio.

-¡Sinon! -Grito Kirito mientras tomaba la mano de Sinon para sacarla del agua.

Ella estaba temblando del frio que tenía, el agua estaba helada.

-Maldita sea... -Dijo Sinon.

Kirito reía un poco mientras le daba su chamarra a Sinon para que se cubriera con ella.

-Por Dios Sinon, no puede ser que te asuste un pescado. -Se burló Kirito.

Ella inflo las mejillas en respuesta.

-¡Hum!, lo que pasa es que tu no estuviste ahí para verlo saltar. -Regaño ella.

El pescado había saltado tanto que golpeó la cabeza de Sinon con su cola.

Ambos se apresuraron a ir a la casa de Kirito y una vez ahí, Sinon se metió a bañar de inmediato para no resfriarse.

Kirito reviso su celular y tenía algunos mensajes de Asuna pidiendo que se desvelara con ella platicando de lo que sea.

Pero el no contesto nada y apago su celular para que no fuera molestado.

Sinon salió de bañarse, estaba en toalla de baño y Kirito la vio mientras se secaba el cabello.

Kirito sintió como se calentaba su cara mientras el corazón le latía rápidamente.

-No-no mires, me siento incomoda si me miras así. -Dijo Sinon.

Kirito se cayó de su cama y a gatas se fue de su cuarto.

-Por cierto, ¿Suguha no está en casa? -Pregunto Sinon del otro lado de la puerta.

-No-no-no está, fue a un torneo de kendo y regresa como en dos días. -Respondió Kirito con voz nerviosa.

-Ya, eso explica por qué no la he escuchado.

Sinon se terminó de secar, ¿pero qué ropa usaría?

-Oye bribón, ¿Qué se supone que voy a ponerme? -Pregunto.

-Pu-puedes ponerte alguna pijama de Suguha, tiene muchas y son como de tu talla.

Kirito fue hacia el cuarto de su hermana y saco una pijama perfecta para Sinon, de color verde y blanco.

Cuando abrió la puerta, Sinon utilizaba la colcha de la cama de Kirito para taparse.

El miro estupefacto.

-¿Qué?, tengo frio. -Respondió Ella apenada.

-Aquí...tienes Sinon. -Contesto Kirito con voz débil y temblorosa.

Sinon tomo la pijama y cerró la puerta con cuidado.

Kirito fue a la cocina para preparar algo de cenar, una cosa ligera.

Lo único que se le ocurrió fueron fideos, rápidos, sencillos y ligeros como él quería.

Cuando Sinon bajo a la cocina y Kirito la vio, su corazón se le cayó al suelo.

La pijama de Suguha le quedaba holgada, pero aun así se veía muy linda.

Ambos cenaron mientras platicaban y reían de lo que había pasado.

Ya terminada la cena y los platos recogidos, era hora de irse a la cama.

Los dos estaban exhaustos por lo que había pasado, así que se decidirían a dormir profundamente.

Sinon estaba de espaldas, por lo que Kirito no podía verla a la cara.

Así que la tomo de la cintura y la juntó a su cuerpo.

-Kirigaya. -Dijo Sinon enardecidamente y dando un jadeo.

Kirito sonrió victorioso.

Ambos entrelazaron sus piernas, para estar bien juntos.

Sinon tomo las manos de Kirito, las cuales estaban en su cintura.

-Kirito...te amo. -Dijo Ella tranquilamente y cerrando sus ojos. -Mi corazón está preparado.

Kirito beso el cuello de Sinon mientras seguía de espaldas, subiendo sus manos hasta la playera de la pijama, poco a poco la fue subiendo, hasta tenerla por completo para arrogárla al suelo.

Kirito bajo de nuevo hasta la cintura de Sinon mientras la temperatura de los cuerpos de ambos subía estrepitosamente.

-¿Segura que quieres hacerlo? -Pregunto Kirito con indecisión.

-Si...quiero que terminemos de amarnos. -Contesto Sinon lujuriosamente.

Entonces Kirito empezó a bajar el pantalón de la pijama, con la intención de no detenerse.

Cuando ambos quedaron despojados de sus ropas, Kirito recostó a Sinon debajo de él mientras le quitaba los lentes.

-¿Lista? -Pregunto él con un poco de preocupación, ya que era la primera vez de Sinon.

-S-sí, pero hazlo rápido antes de que me arrepienta. -Respondió ella.

Kirito comenzó a besar lentamente el cuello de Sinon mientras ella jadeaba.

Con una mano, Sinon tomaba la espalda de Kirito y con la otra sujetaba fuertemente las sabanas.

Podía sentir la musculosa espada de Kirito, la cual se debía al ejercicio que había estado haciendo.

Cuando Kirito se hartó de besos y abrazos, finalmente sujeto con fuerza los hombros de Sinon para entrar cuidadosamente.

No quería lastimar a la castaña la cual a partir de ese momento seria únicamente suya.

Kirito se abría camino entre las piernas de Sinon lentamente mientras ella lo miraba angustiada de lo que pudiera pasar.

Cuando penetro en ella, Sinon soltó un pequeño jadeo de dolor.

Eso encendió las alarmas en Kirito y decidió ser más cuidadoso.

Pero poco a poco el dolor empezó a desaparecer y comenzó a disfrutar del momento.

Cada vez que Kirito entraba en ella, Sinon enloquecía con fervor, arañando la espalda de Kirito y dejándolo marcado como si hubiera sido latigado.

Eso excitaba más a ambos, y de tanta emoción contenida, Sinon mordía suavemente el cuello de Kirito dejándoselo marcado con sus dientes.

Kirito volteo a Sinon para que ella quedara arriba, y comenzó a acariciar toda su fina espalda con sus dedos lo cual encendía las chispas en Sinon.

Lenta y traviesamente, Kirito bajo su mano de la espalda hasta el trasero de Sinon.

Lo cual la hizo gemir.

Ella lo acaricio del pecho y de los brazos los cuales estaban fornidos por la adrenalina del momento y por la fuerza que estos tenían.

Así que después de acariciarse y toquetearse el cuerpo un buen rato, Kirito decidió que era momento de ponerse serios.

Por lo que nuevamente quedo encima de Sinon la cual estaba boca abajo.

Kirito se sujetaba de la cabecera de su cama para entrar con más fuerza mientras veía la línea de la blanca espalda de Sinon lo cual lo encendía más.

Ella estaba rosa de la cara mientras seguía jadeando y gimiendo sujetándose de la almohada, apretándola fuerte entre sus manos.

-Ki-kirigaya...quiero tocarte. -Pidió ella.

Así que Sinon se puso boca arriba, rasguñando con aun más pasión la espalda de Kirito mientras él se sujetaba con una mano de la cabecera y con la otra acaricia la pierna de Sinon.

Con la mano que Sinon tenía libre, tomaba de la nuca a Kirito para acercarlo a ella, podían sentir como si la lluvia besara sus caras mientras hacían el amor.

Los besos que se daban en aquel momento eran llenos de pasión y sentimiento, mordiéndose las comisuras de los labios mutuamente.

Se podía sentir la electricidad pasar por ambos cuerpos mientras Sinon tocaba los brazos de él, y Kirito tocaba el abdomen de ella.

La piel de Sinon era suave, como de porcelana, por eso a él le enloquecía tocarla ya fuera en las piernas o espalda, (y trasero jejeje).

Sentían sus alientos, lo que los impulsaba a besarse más.

La habitación estaba tan caliente debido a lo mucho que se movían.

Ambos se veían mientras estaban moviéndose agitadamente, se podía ver el mismo resplandor que tuvieron en los ojos cuando se dieron su primer beso.

El corazón de Kirito latía tan fuerte como el de un caballo en plena carrera por la emoción que contenía.

Y cuando sintió que estaba por rendirse, Sinon lo hizo primero.

Araño fuerte la espalda de Kirito mientras contraía sus piernas y gimoteaba fuertemente.

-¡ya, ya...no...pue- no pue! -Exclamo Sinon aun excitada.

Finalmente Kirito salió de Sinon la cual parecía que se iba a romper.

Solo acabaron con un beso mientras se aligeraban sus latidos y sus respiraciones para comenzar nuevamente.

-¿Lista para la próxima batalla? -Preguntó Kirito seductoramente.

-Ahora no te contengas, mi espadachín. -Sinon envolvió sus brazos en la espalda de Kirito mientras él volvía a entrar en ella.

Esa noche hicieron el amor hasta casi llegado el amanecer.

A la mañana siguiente Kirito se despertó poco a poco, mientras alcanzaba su celular con la mano para ver la hora.

Cuando lo prendió, su celular casi explota por todas las llamadas y mensajes perdidos de Asuna quien lo había estado buscando con una desesperación de otro mundo.

Pero eso poco le importaría, ya que dejo el celular en la mesa y volteo a ver a Sinon la cual seguía durmiendo.

Le provocaba ternura que ella roncara delicadamente, eran suaves sus ronquidos que apenas se escuchaban.

Pero algo haría que el corazón casi se le saliera del pecho.

-¡Onii-chan, ya llegue! -Grito una voz desde el cuarto de abajo.

-Sugu. -Dijo Kirito mientras se le escapaba el aire.

Rápidamente se puso los pantalones y una playera para ir corriendo al cuarto de su hermana a acostarse en su cama.

Deshizo la cama lo más rápido que pudo y se hizo el dormido.

-Seguramente está dormido, mejor no lo molesto. -Pensó Suguha antes de tocar la puerta del cuarto de Kirito.

Él se preguntaba si Suguha se creería esa mentira, pero solo podía esperar que sí antes de que ella lo colgara del cuello por hacer algo así mientras ella no estaba.

Cuando Suguha entro a cuarto, vaya sorpresa que se encontró cuando vio a Kirito en su cama.

-¡Onii-chan!, ¿Por qué estás en mi cama? -Pregunto Suguha molesta.

-¿He?, ¿Qué? -Exclamo Kirito haciendose el recién despierto.

-¡¿Qué haces en mi cama?! -Pregunto de nuevo.

-Ah, ¿Sugu?, ¿Qué haces aquí?, ¿no el torneo se acababa el lunes? -Contesto Kirito.

-Se canceló porque todo un equipo no fue, así que será la próxima semana. -Explico ella.

-Ah, eso explica todo. -Respondió Kirito.

-Menos una cosa, ¡¿Qué haces aquí?! -Regaño Suguha.

-Es que Sinon se quedó a dormir en la casa, pero ella se quedó en mi cuarto por que le parecía más cómodo. -Dijo Kirito mientras se ponía la mano detrás de la cabeza.

-Bueno, menos mal...si los veía juntos tal vez lo mal pensaría como la última vez. -Dijo Suguha sonrojándose un poco y juntando sus dedos índices.

Ya aclarado todo lo que paso, los tres bajaron a desayunar, aunque Sinon estaba muy despeinada por la ajetreada noche.

Pero Suguha no le dio mayor importancia y se sentó para desayunar.

Cada vez que los dos enamorados se miraban, sonreían como tontos por lo que hicieron la noche anterior.

Suguha noto esto sin problemas.

-¿De qué se ríen ustedes dos? -Cuestiono Suguha incrédula.

-De nada. -Respondieron ambos.

Suguha solo los miro con una expresión constante de sospecha mientras levantaba una ceja.

-Lo que ustedes digan. -Finalmente calló Suguha la conversacion de los tres.
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Siento que me pase un poco con el lemon, lo leo y me da pena :V
¿se les hizo romántico? ¿muy nopor? O algo normal (se que han leído cosas más sucias, hijos del diablo ¬¬)
Nos vemos en una semana, mis niños.
-Arturo

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